Complicidad entre primos 28
Alica y Héctor quedan satisfechos de la noche que pasan. Pero vuelve a tener un incidente desagradable en el chiringuito. Por la tarde charla con sus confidentes y sigue provocando deseo. Mientras Luis busca cómo calmar sus fantasías. Una incidencia hará aflorar nuevas ideas en Alicia.
Nada más entrar en la habitación Alicia se quitó la camiseta y la falda, quedando en ropa interior de color negro. Con la mirada incitó a hacer lo mismo a Héctor, que rápidamente se desprendió de ella mostrando una polla tiesa que parecía apuntar a Alicia.
- Sí que venías caliente jiji.
- Va a estar aún mejor que por la mañana.
- Uy, eso espero. – Dijo en cierto tono burlón y provocador.
- ¿Te lo quitas tú o lo hago yo?
Héctor se acercó hasta rozar con su pene las bragas de Alicia, que se dejó hacer, le desabrochó el sujetador y manoseó y chupó sus tetas.
- A todos os encantan mis tetas.
- Tienes unas tetas cojonudas.
Se puso en cuclillas y le bajó las bragas despacio disfrutando el momento. Le acarició los muslos y el culo y le metió un dedo en la vagina.
- Tú también venías con ganas. – Comprobando la humedad del agujero.
- Yo siempre con una buena polla.
La respuesta excitó más a Héctor y se lo tomó como un refuerzo a su autoestima como amante. Aspiró el aroma que emanaba del coño de Alicia y empezó a recorrerlo con su lengua tratando de centrarse en el clítoris. Acabando por provocar la primera eyaculación de Alicia. Le gustaba comer coños y además así pensaba que sería más fácil que se dejara encular.
- Sabes cómo comer un coño. ¿Lo haces a menudo?
- No me puedo quejar, creo que tú también recibes a muchas pollas ahí.
- Jijiji.
Héctor se incorporó y la besó. Alicia se tumbó en la cama con gesto complaciente. Héctor sonrió y se puso a horcajadas del vientre de Alicia, llevando su polla entre sus tetas y empujando hasta alcanzar la boca. Alicia se incorporó y se recostó para hacerle una mamada. A continuación se tumbó en la cama y se abrió de piernas de manera obscena, recibiendo rápidamente la acometida decidida y profunda de la polla de Héctor.
- Joder qué dura me la pones, como lo sabes hacer, toma, toma. – Se controló y se abstuvo de llamarle puta.
- Ah, ah.
- Te gusta que te den duro.
Contemplaba con agrado el bamboleo de sus tetas y las acariciaba con una mano. Alicia aprovechó un pequeño descanso y se puso a cuatro patas, nuevamente mostrando lascivia, abría las piernas mostrando abiertos el ano y la vagina, a Héctor le encantó esa visión.
- Vas a recibir por los dos, lo estás deseando. Por ahora sigo por tu chochazo.
Héctor aprovechaba para palmearle el culo y agarrarle levemente del pelo, le gustaba esa postura de control. Y seguía encantado con el bamboleo de los pechos. Sacó su polla de la vagina.
- Me has hecho esperar… mereces un pequeño castigo. –
Azotando levemente las nalgas. Contempló el orificio anal de más cerca, satisfecho de que había llegado el momento que más deseaba, le abrió las nalgas para verlo abierto.
- Sssh, un momento. – Le indicó Alicia.
- ¿Qué?
- Quien quiera darme por el culo tiene antes que demostrarlo. Tratarlo con cuidado.
- ¿Cómo? – Preguntó algo sorprendido.
- Debes de lamerme bien el ojete.
- Um, nunca lo he hecho.
- Pues hoy será la primera, si quieres penetrarlo… - En un tono de lo tomas o lo dejas.
Héctor empezó por acariciarle alrededor y trató de meterle un dedo.
- Te he dicho que lo chupes, no que le metas un dedo.
- Iba a hacerlo ahora…
Tímidamente lamió los alrededores del ano.
- Venga… - Le instó Alicia divertida por lo que le estaba costando.
Héctor le escupió en el ojete y lo extendió con el dedo, pasando a meter la lengua.
- Muy bien, ahora sí puedes meterme lo que quieras jiji. Trae.
Le acercó su polla y Alicia la embadurnó rápidamente de saliva con su mamada. Héctor por fin se sentía ya con todo dispuesto y disfrutó el momento. Apuntó como si fuera una diana y le hundió la polla hasta el fondo, recorriéndole un espasmo de arriba a abajo. Notó que la polla le entraba con más facilidad de la esperada y dedujo que no le era extraño que le perforaran analmente. Pensó que estaba ante una auténtica viciosa del sexo y le envalentonó. Le follaba con decisión y sacando la tensión contenida, la agarraba del pelo y la azotaba.
- Te gusta que te den por el culo, ¿eh?
- Solo con la polla adecuada uf uf.
Ese comentario hizo que volviera a reforzársele su autoestima como amante.
- Mi polla te va a dejar el culo nuevo puta.
- Ah. – Había recibido un azote algo más fuerte.
- Perdona, ¿te he hecho daño? – Temeroso de enfadarla y que se cortara aquel momento.
- No.
- ¿Y el comentario de puta?
- No importa, a veces en caliente, aaah, yo también insulto. Aaah, me estás follando el culo como un cabrón.
- Y me voy a correr en él.
Alicia sintió un chorro caliente de esperma que le llegaba hasta las entrañas. Héctor hizo lo más profunda que pudo la penetración agarrando fuertemente de las tetas a Alicia para acabar tumbados en la cama de medio lado. Sin sacar la polla.
- Joder Alicia, que polvazo, gracias, nunca me lo había pasado tan bien follando un culo.
- Me gustan fogosos. ¿Has destrozado muchos culos?
- Alguno, no muchos, a muchas chicas les da miedo.
- Es cosa de acostumbrarse luego se disfruta mucho. ¿Está a gusto tu polla en mi culo?
- De maravilla. – La erección no había remitido del todo.
- Déjame lavarme un poco anda. Y lávatela que no hemos acabado.
Eso alegró mucho a Héctor, poder seguir gozando del cuerpo de Alicia. En esa ocasión decidió no limpiársela ella misma a pesar de que le había satisfecho la enculada y la comida de coño. Héctor contempló satisfecho el ano dilatado de Alicia, escurriendo semen por el muslo mientras se dirigía al baño, se levantó y fue tras ella, dándole una palmada cariñosa en el trasero.
- Me toca a mí. – Dijo Alicia sonriendo.
Se colocó encima de Héctor y le cabalgó, mientras este disfrutaba el polvo y el bamboleo de sus tetas. Se giró dándole la espalda y se insertó la polla analmente, lo que sorprendió agradablemente a Héctor que estaba gozando de la mejor noche de sexo de su vida. La polla entraba y salía con facilidad. Héctor casi le dio pena pero quería probar otra postura que le gustaba especialmente.
- Déjame un momento por favor. Colócate así tumbada y eleva un poco las piernas levantando el culo, muy bien.
Le sujetó las piernas y tenía a su disposición tanto el coño como el culo, dilatados y mojados. Alicia era una postura que le hacía sentir especialmente sucia y más vulnerable. Pero que le hacía también disfrutar de la lascivia de estar a merced de su amante. Primero volvió a follarle el chocho, le encantaba sentir deslizarse con facilidad su polla. Pero le gustaba encular a las chicas en esa posición. Apuntó de nuevo y volvió a hundir sin contemplaciones su polla, follándole con fuerza, Alicia miraba al techo entre gemidos. Héctor sacó su polla y expulsó el semen sobre las tetas de Alicia como colofón y lo extendió el mismo. Alicia le limpió la polla gustosa y le sonrió.
- Me lo he pasado muy bien.
- Yo también encanto. Me tengo que ir ya, me gusta irme dejando a la chica recién follada.
- Jijiji.
Héctor se vistió mientras Alicia seguía espatarrada en la cama y satisfecha. Se levantó para despedirle, le besó y le despidió con la mano y sonriendo, sin parecer importarle que hubiera alguien por el pasillo. Cerró la puerta y se fue a la terraza, se sentó en la tumbona y observó como su amante se iba por el paseo marítimo hacia la zona de apartamentos y hoteles. Se quedó tumbada y le gustó sentir la brisa nocturna en su piel. Luego se fue a la cama sin limpiarse el semen ya reseco sobre sus tetas, la habitación aún olía a que había habido sexo.
Luis por su parte estaba con sus fantasías son Marta y Alicia tratando de conciliar el sueño. Lo veía como un imposible. Solo Manuel disfrutaba de ellas, y Carla, pero no podía saberlo, de haberlo sabido hubiera sido más audaz. El cuerpo de Alicia ya lo conocía y lo había disfrutado y se centraba más en imaginar cómo sería desnudo el de Marta y cómo sería follarla. Y mejor aún follarla a las dos. Turnándose para chuparle la polla, colocándose de manera que pudiera elegir chocho y culo a follar en cualquier momento y a su disposición y derramando el semen sobre su cara o en su interior.
Alicia se despertó y se duchó, recordando los mejores momentos de la noche anterior. Bajó a desayunar con sus padres y sonrió a Ernesto en la cafetería, que trató de seguir concentrado en su trabajo. Marta se percató y miró a su hija que se entendieron con la mirada.
En la playa fue al chiringuito a por una botella de agua fría, para deleite de los viejos verdes que eran fijos. Llevaba puesto el pareo y tuvo que esperar un poco. Aprovechando que había bastante gente, una mano se deslizó con disimulo al culo de Alicia, que dio un paso lateral, pero la mano siguió ahí, luego sintió a un chico muy cerca, pegado a ella y la dureza de una polla frotándose en una nalga. Llegó su turno y aprovechó para escabullirse a un lado de la barra. Fue a darse un baño para relajarse y después disfrutó poniendo la crema solar a Marta y después sintiendo las manos de su madre poniéndosela a ella. Tomó un poco el sol y se fue a dar un paseo por la playa, con sorpresa y enfado vio que se le acercaba el chico que la había acosado en el chiringuito.
- Hola. – Le dijo.
- Eres un cerdo, ¿crees que así se dirige uno a una chica?
- Era una broma. No te he hecho nada. – Respondió sorprendido.
- ¿Ah sí? ¿Pretendes liarte conmigo así?
- Te he visto estos días tonteando con más de uno por ahí.
- Voy con quien me da la gana.
- Vas de calientapollas. – Girándose y alejándose enfadado.
- Vete a cascártela por ahí.
La escena había sucedido en la parte más alejada de la playa, casi junto a las rocas donde había follado el día anterior con Héctor. Alicia se sintió aliviada y respiró hondo para calmarse, recordó los consejos de su madre sobre que tuviera cuidado. No parecía aquel chico más que un gilipollas con demasiada calentura. No recordaba haberlo visto en todos esos días. Se dio otro baño y se acercó a donde estaba su madre. Al estar su padre esperó a después de comer para contarle lo sucedido, en la intimidad de su habitación.
- Me encanta ir desnuda por la habitación, es muy cómodo. – Dijo Alicia.
- Ya veo hija.
- Venga, desnúdate, no sé qué haces vestida aún jiji.
Marta se desnudó y se tumbó junto a su hija, en la penumbra agradable de la habitación, se besaron y acariciaron con dulzura. Alicia le contó lo sucedido esa mañana. Marta frunció el ceño.
- Bueno hija, eso prueba lo que te digo, que debes tener cuidado, siempre hay gente que se quiere aprovechar y eso es peligroso.
- Lo sé mamá.
- Has respondido bien y estabas en un sitio donde podías pedir ayuda.
- Voy a llamar a Manuel y Carla.
Les contó lo sucedido esa mañana.
- Le corto la polla sin más a quien te haga daño. – Soltó Manuel.
- Tranquilo que se sabe defender sola, es una campeona también en eso. – Dijo Carla.
- Pero hay que estar siempre alerta. – Dijo Marta.
- Tranquilas que me sé defender.
- Ya Ali, pero tu mamá tiene razón. – Dijo Manuel.
- También me han pasado otras cosas, un chico con una buena polla me ha sabido follar bien.
- Tanto como yo no.
- Presumido.
- Jaja.
- Es verdad, era algo más pequeña que la tuya.
- ¿Ves?
- Y le costó lamerme el culo.
- Pero si es una delicia primita.
Les contó más detalles ante la curiosidad de los oyentes.
- Hay chicos que saben cómo follar a una chica. – Concluyó.
- ¿Y tu marido? – Preguntó Manuel.
- Nada desde el último día que os dije.
- Joder, que ciego está. Piénsate lo que dice tu hija. Aunque sea solo salir a tontear, sentirte deseada.
- Eso ya lo siento cada vez que salgo a la calle.
- Eso es verdad lo veo yo mamá.
- Desde luego. – Dijo Carla que sentía predilección por ella.
- Para esta noche no tengo plan pero para mañana espero follarme al de la cafetería. Habrá que salir a brillar esta noche.
- Poco te va a costar. – Dijo Manuel. – Me pone mucho eso que has contado de que vas exhibiéndote desnuda.
- Jijiji.
- Todos tienen derecho a verla desnuda. – Dijo Carla.
- A ver si acabo de animar a mi mamá.
- Um, que dos bomboncitos, qué pena no estar ahí, ¿a que estáis desnudas?
- Jiji sí… Tienes a otro bomboncito como Carla.
- Y que lo digas, no me desaprovecha.
- Te follo con mucho amor y cariño y tú también.
- Tonto. – Dijo agarrándole la polla.
- Siempre nos acabas calentando Ali, Carla me reclama mi polla.
- Chao.
Carla succionó con decisión la polla y se desnudó rápidamente, Manuel asistía pasivo y se tumbó en la cama, Carla se encasquetó su polla y lo folló con decisión hasta que se corrió dentro de ella. Lo miró con lascivia mordiéndose el labio y le mostró su coño chorreando semen. Se lavó y le chupó la polla para limpiarla, se tumbó cariñosa junto a él y lo acarició con ternura.
- ¿Más relajada?
- Sí.
- Mi prima provoca follar.
- Jejeje.
- Debería ir desnuda por la calle y que se la follase el que quisiera es que me pone muy bruto y ya sé que he dicho una barbaridad, vamos, que se la follara si ella quisiera.
- Jaja, es cierto, es muy sexy.
- Me provoca fantasía de que es follada sin descanso por un grupo de hombres, con tres pollas turnándose y que le llenan de semen.
- Ya le probamos si le cabe más de una polla.
- Cuatro, cinco pollas.
- Puede con todo siempre lo digo. ¿Y no te pone verle violada?
- Sí, claro.
- Cochino.
- A ti también te pone.
- Sí.
- Y sobre todo Marta te pone.
- Ummm.
- Sabiendo que su marido no la sabe follar me pone mucho imaginar que es follada por varios a la vez.
- O que es violada…
- Que guarros somos.
- El sexo es deseo.
- Ese tal Luis seguro que se mata a pajas pensando en ellas.
- A Alicia se la folla…
- Pero ahora no… y a Marta… se va a quedar con las ganas ¿no?
- Marta ya dijo que esto no saldría de nosotros.
- Pobre, parece buen chaval. A Alicia sí que se la imagina violada.
- Jajaja.
Luis en ese momento buscaba un video con el que satisfacer sus fantasías. Encontró uno en que un ama de casa era chantajeada por un amigo del hijo que descubre unos mensajes en su móvil. Desde el inicio la sigue con la mirada cuando se marcha mostrando deseo sobre ella. No sabía el parecido con la realidad que tenía, salvo que era todo voluntario en Marta, le habría excitado muchísimo. Tenía un cierto aire, pero con una complexión menos delgada. Mostraba sorpresa y preocupación al ver la situación que se le presentaba y trataba de persuadirle. Tras rogar que no lo hiciera era obligada a desnudarse delante de él, quitándose la bata fingiendo pudor. El amigo del hijo le instaba a quitarse la ropa interior, de color fucsia. La madre seguía mostrando pudor tratando de taparse, aquello excitaba a Luis que empezó a acariciarse la polla suavemente. El chico se regodeaba con la situación y le apartaba las manos, le recorría el cuerpo con sus manos y le azotaba el trasero, con pocos miramientos le introducía un dedo en la vagina y le hacía dar un respingo. Le ordenaba abrir ella misma sus labios vaginales, quedando en una situación humillante.
Pasaban de la cocina al salón y ahí se desnudaba, mostrando una polla de buen tamaño que hacía poner cara de preocupación a la madre de su amigo. Rápidamente estaba de rodillas tragándose esa polla, primero con cierta dificultad y luego hasta el fondo. Luis se imaginó cómo le gustaría tener en esa situación a Marta, a plena disposición. La recostaba en el sofá y le comía el coño y las tetas con gusto, manoseando con poco cuidado. Hacía un último esfuerzo por impedir ser penetrada pero la polla se hundió irremediablemente en el interior de su coño, con ella conteniendo las lagrimas. Se la follaba a placer en varias posiciones, obligándole a ser ella misma quien marcara el ritmo encima de él, y acababa derramando una copiosa corrida en su cara. Le golpeaba en la cara con la polla y le daba la última mamada.
A Luis le gustó el video pero echó en falta que le diera por el culo. Buscó el nombre de la actriz y un video de anal. Se había contenido la corrida esperando ese momento, estaba muy excitado y durante unos minutos hizo otra cosa. Encontró un video donde un negro le perforaba el ano y volvió a acariciarse la polla. La mujer aparecía desnuda y al negro le costaba meter semejante tranca ya solo por la vagina, la mujer gemía y buscaba la mejor posición para la penetración anal. Finalmente el negro lograba introducirla y conseguir un buen ritmo. Se divertía sacando la polla y mirando el agujero que dejaba ahí de dónde sacaba la polla. Luis se contuvo de nuevo y acompasó su corrida con la del negro, que derramaba en el culo de ella, sacaba la polla y empezaba a salir semen a borbotones por un ano muy dilatado. Pensó en dejar así el de Marta, como había hecho ya con el de Alicia, deseó al menos soñar con ello ya que en la realidad lo veía imposible. No sabía que estaba más cerca de lo que hubiera creído aún no siendo posible. Él también había eyaculado una buena cantidad de semen, lo olió y tiró el pañuelo a la papelera escondiéndolo un poco. Se tumbó en la cama y decidió salir esa noche a ver si era capaz de ligarse a una chica, vencer su timidez con otra chica y salir sin tapujos, incluso conseguir llevarla a la cama.
Marta y Alicia no habían perdido el tiempo tampoco. Marta le había estado devolviendo a su hija el placer proporcionado el día anterior, con mucho cariño, tanto que Alicia le dijo.
- Dale sin miedo mamá, más fuerte. – Ya era ese su nivel de exigencia.
- Sí hija como desees.
Había estado recorriendo con su lengua los puntos más eróticos del voluptuoso cuerpo de su hija, explorando el sabor de sus cavidades. Y tras follarle el coño con el consolador había pasado a follarle el culo mientras Alicia se masturbaba el coño, su cuerpo vibraba alcanzando un nuevo orgasmo. Lanzó un gemido de satisfacción mirando al techo y empezó a relajarse, todavía insertada analmente. Marta conocía bien a su hija, sus gustos sexuales y su incipiente necesidad de sexo y que ese día aún no había follado, a pesar de lo ocurrido en el intenso día anterior con Héctor. Alicia besó con dulzura a su madre y le sonrió.
- Gracias mamá, ¿quieres algo?
- Nada hija gracias.
- Acompáñame esta noche venga… anímate.
- Hoy no hija, mañana… - Dijo sonriendo.
- Lo has prometido jiji.
- Ya veremos. – Alicia paseaba su dedo por el clítoris de su madre. – Um hija.
- Me encanta tu chochito, te lo voy a comer un poco.
Marta no se resistió y abrió sus piernas facilitando a Alicia mientras le acariciaba el pelo. Alicia recogió los fluidos y besó a su madre. Se quedó tumbada encima de ella, les encantaba a ambas sentir el roce de sus pechos, la besaba a piquitos regularmente.
- Guapa. – Le dijo Alicia.
- ¿Sabes? Tu padre creo que al final se ha quemado la piel, mira que es cabezón, que todos los días le dije, ponte crema, y ni caso.
- Mañana es el último día que estamos aquí y lo aprovecharemos mejor sin él jiji.
- ¿Qué tramas?
- Aquí no nos conocen, bueno, no nos vamos a quedar…
- Ya.
- Yo haré top less mañana.
- Ay hija como te gusta exhibirte, ¿no te basta con lo que haces desde el balcón?
- Jiji, y tú deberías hacer igual, verás que sensación sentir tus tetas libres recibiendo el aire.
- Ay hija no sé…
- Piénsatelo y mañana salimos juntas a reventar este pueblo.
- Te puedo acompañar, nada más, ya sabes lo que pienso.
- Sí, y lo entiendo mamá, pero también sé que agradeces una buena polla y que te deseen.
- Jeje.
- ¿Ves?
- Soy una mujer no lo olvides…
- Muy hermosa.
- Bien que lo sabes, tú también lo eres. – Acariciándole el pelo y mirándola tiernamente – Te voy a decir algo, claro que echo en falta el pollón de tu primo y cómo te folla, te hace sentir especial, deseada como dices tú y tanto te gusta, te da mucho placer. Por eso quiero que sea con alguien de confianza y al que le tenga afecto, para mí con mi edad es más difícil con un desconocido. Tu caso es distinto, eres joven y tienes esa relación libre, eres tú quien manda.
- Te entiendo mamá.
- Lo sé cariño y ahora debo ir a ver cómo está tu padre.
Se levantó sonriendo y Alicia admiró una vez más el escultural cuerpo de su madre. Se vistió y le lanzó un beso desde la puerta. Alicia se quedó relajada unos minutos, finalmente se levantó y se fue hacia la terraza, se envolvió lo justo con la cortina blanca, si alguien hubiera estado en la terraza le hubiera visto sus encantos a través de la tela, pero no desde la calle. Alicia volvió a sentir ese hormigueo en su coño fruto de la excitación ante su provocación. Observó un poco el tipo de gente que ya empezaba a poner el paseo concurrido. Pensó en el plan para esa noche y fue a darse una ducha donde volvió a juguetear con el chorro del agua para calmar su líbido.