Complicidad entre primos 2

Alicia tiene planes para la noche. Sin embargo aparece alguien inesperada.

Manuel se despertó en la misma postura en la que se había quedado dormido. Sintió su polla morcillona. Miró a Alicia, con un pecho destapado de la sábana. La luz que entraba por la ventana se reflejaba en su rostro y le daba más dulzura. Se levantó con cuidado de no despertarla, se puso un bóxer y una camiseta y se fue a preparar el desayuno. Un agradable olor a café recién hecho inundaba la cocina cuando se fue  despertar a Alicia.

-         Arriba dormilona

-         Mmmm, cinco minutos más.

-         Nada que se va a enfriar el café, venga.

Se incorporó levemente, sonrió y agarró por sus partes a Manuel manoseándole.

-         Veo que te ha gustado mi polla.

-         Mucho. Espero que hoy funcione igual. La he visto ahí justo delante y me ha ayudado a levantarme.

Se levantó y Manuel le acabó de despertar con una sonora palmada en el culo. La vio orinar e incorporarse a lavarse la cara.

-         Por dios ponte algo que voy a tener que follarte sin desayunar.

-         Jijiji, ya voy, pero no sería mala idea, eh.

Se puso el pijama y se fueron a desayunar. Alicia acabó antes y empezó a tocarse el cuello de la camisa del pijama mientras sonreía con picardía. Se desabrochó un botón y se tocaba el pecho derecho, luego otro botón mostrando abiertamente el pecho y suspirando al ritmo con que se lo acariciaba.  Manuel estaba ya empalmadísimo del todo y se acabó de un trago el tazón de café con leche. Alicia también se levantó, le miró mordiéndose el labio y se quitó la camisa del pijama. Manuel la besó, bajó sus labios a los pechos y los lamió y besó.

-         Umm que ricas me saben tus tetas, lo mejor del desayuno.

-         Tu prima te las dará siempre que quieras.

La cogió en brazos y la llevó en volandas a la cama donde la dejó caer. Alicia se bajó los pantalones y Manuel se los acabó de quitar. Se desnudó y le metió la polla de un solo empujón.

-         Aaahm, que fuerza ya de mañana.

-         Toma polla que es lo que querías, toma. Yo te daré polla todas las mañanas.

Se la metía hasta el fondo y se la sacaba casi por completo para volver a introducírsela. Sentía el coño mojado y entraba y salía con facilidad.

-         Aaaaah, aaaaaah

-         Te va a oír todo el vecindario Ali

-         Que me oigan, siii.

Tras breves minutos le sacó la polla y derramó sobre su cara y parte del pelo una generosa ración de semen.

-         Aaaah, toma leche caliente para el desayuno, toma.

Le volvió a sacar una foto.

-         Otra para la colección.

Alicia sonrió mientras se recogía con el dedo los churretones de semen y se los tragaba. Con cara de satisfacción y relamiéndose.

-         Te voy a dar con tanta foto.

-         Así me acordaré mejor de ti cuando no estés.

Fueron juntos a ducharse. Donde Manuel se burló de los restos de semen en el pelo.

-         Mira, ya tienes el champú, jaja.

-         Habla a quién se le encoge la polla con el agua. – Mientras sonriendo se lo extendía por el pelo.

-         La que grita cuando se la meto. Eso nos pasa a todos nena. – Mientras a continuación la besaba y le acariciaba un pecho.

-         Hay que hacer algo con esa pelambrera. –Dijo señalando la parte púbica.

-         ¿Qué?

-         Que no me gustan los pelos en la boca cuando hago una mamada, eso mismo.

-         ¿Y qué quieres que haga?

-         Depilarte. Como hacemos nosotras con el chochito. ¿A ti no te gustan más los depilados y suaves?

-         Um, sí.

-         En cuanto salgamos de la ducha te lo hago yo misma. No te preocupes.

-         Ten cuidado no me cortes la polla. Me escocería al follarte.

-         Jijiji, no me tientes. Esta mañana has estado demasiado dominador.

-         Y bien que te ha gustado.

-         Bobo, no te acostumbres.

Acabada la ducha e inmediatamente después de secarse, cogió la maquinilla y crema de afeitar y unas tijeras de baño.

-         No tengas miedo, que soy tu prima y lo haré con cuidado.

Le extendió la crema después de mojarle esa parte y espero unos instantes. Con cuidado le pasó la cuchilla.

-         Así muy bien.

-         Casi ni me estoy dando cuenta.

-         Y ahora esos pelillos de la polla con las tijeras. Que la tengas así me lo pone más fácil.

La cercanía de su prima y que le tocara la polla, provocó una reacción natural y que sin estar en plena erección, aumentara su tamaño.

-         Perfecto, puedes acabar de aclararte tu mismo. Verás que bien la próxima follada.

-         Eso espero. Después de ésta.

-         Exagerao.

Pasaron al dormitorio de Manuel, donde Alicia incluso había trasladado su ropa.

-         Je primita me escuece algo con el calzoncillo.

-         No pienses en eso que se te pasará enseguida. Además les gustará a las otras tías verte así. Nosotras también nos sacrificamos algo por vosotros.

-         No si ya.

-         Mira que aguantáis poco los hombres. Jijiji

Se acercó en plan burlón e insinuante a la vez, todavía desnuda, y le bajó el calzoncillo y le empezó a acariciar la polla y a señalar puntos de la misma, que empezó a adquirir consistencia.

-         Dile a tu primita dónde te escuece, ¿aquí? ¿es aquí dónde pongo el dedo? Lo que te pasa es que está demasiado tiempo dura.

-         Porque tú me la pones así. – Mientras le acariciaba una teta y se la lamía. – Tus tetas me vuelven loco.

-         Deja que tu primita te cure.

Se introdujo todo el pene y lo chupaba con suavidad, dentro-fuera, lo lamía y lo volvía meter.

-         Cúrame así siempre que me duela algo. Serás mi enfermera particular. Aaahm, hostias suena tu móvil, déjalo, sigue.

-         Te voy a hacer sufrir, puede ser una llamada importante, y te necesito en forma para la noche, no quiero ordeñarte demasiado. Jijiji.

-         Yo puedo con todo, Ali.

-         Hola mamá.

-         ¿No te habré despertado, no?

-         No, ya estaba levantada.

-         Como has tardado un poco en cogerlo.

-         No, me estaba vistiendo ya.

-         ¿Qué tal hija? ¿Estás bien con tu primo?

-         Estupendamente, no sabes lo bien que me trata.

-         Me alegra, estabas un poco pachucha los últimos días, cariño.

Como venganza a la mamada interrumpida Manuel estaba restregando y golpeándole ligeramente con su polla por la cara. Mientras Alicia tenía que contenerse la risa y trataba de darle manotazos a la polla, que sólo hacía que se pusiera más dura.

-         Sí, nos lo pasamos bien juntos, hemos salido un poco al campo.

-         Te irá bien desconectar de la ciudad.

-         ¿Y tú como estás mamá?

-         Sola otra vez, tu padre se fue otra vez de viaje de ventas, ayer por la tarde.

-         Sí, viaja mucho papá.

-         Es su trabajo.

Cuando Alicia no hablaba Manuel aprovechaba y le ponía la punta de la polla rozándole los labios.

-         Dice Manuel que un beso mamá.

-         Otro de mi parte para él y dale las gracias de mi parte por animarte.

-         Lo haré mamá, nada más colgar.

-         ¿Vuelves el domingo, no?

-         Sí, después de comer.

-         Un beso hija.

-         Para ti también mamá.

-         Jajaja, Ali, que morbo me daba con Marta al otro lado.

-         Eres un cabroncete no veas que esfuerzos he tenido que hacer para que no notara nada.

-         Eso te pasa por dejar los trabajos a medias.

-         Confórmate. Te quiero bien para la noche que tengo planes.

-         Uy que peligro, pero no me dejes así.

-         Puedes sobarme las tetas, que te gustan mucho.

-         Umm, sí Ali, que maravilla. – Mientras las chupaba después de que su prima se tumbara en la cama.

-         Tu golfada al teléfono me ha excitado a mí  también, tengo jugitos para ti un poco más abajo.

Sin decir palabra Manuel bajó su lengua hasta el empapado chochito de Alicia, que segregaba.

-         No dejes nada, Manu. Aaaahm.

-         Que prima tan escandalosa tengo. Y mojada.

Después de pasar tranquilos el resto de la mañana y comer. Se sentaron de sobremesa.

-         ¿Y qué planes tienes para esta noche?

-         Es la primera vez que vengo aquí y nadie me conoce.

Así era, Manuel llevaba algo más de un año por motivos laborales y cuando se habían visto era en la ciudad. Esta era una localidad más pequeña.

-         Sorpréndeme.

-         Me da mucho morbo salir contigo en plan novios. Nadie sabrá que somos primos.

-         Qué buena idea. Eres un pozo de morbo Ali, me da más que cuando hablabas con tu madre.

-         Y a mí también. Se me ocurrió anoche después de la enculada.

-         Pues te encularé siempre que luego te inspire estas ideas. Me encanta tu culo blanquito y redondo.

-         Puedes llamarme por mi nombre incluso.

-         El único problema es que aquí se conocen casi todos. Diré que eres de fuera y que has venido a verme. Además es verdad.

-         Jijiji.

Después de la cena Alicia apareció radiante. Llevaba una camiseta de manga corta negra, con cuello en pico; y una falda blanca ligeramente por encima de las rodillas. Con la melena suelta.

-         Buf buf Alicia, que guapa estás.

-         Es que una lo es.

Aprovechó y le acarició el culo por debajo de la falda.

-         Ahora no guarrete. – Dijo sonriendo y se puso una cazadora blanca.

-         Pues vámonos.

-         Ya me enseñarás los bares donde vas.

Al salir del ascensor saludaron a un matrimonio vecino de mediana edad.

-         Hola Manuel, ¿y esta chica tan guapa? ¿una novia?

-         No, señor José es una amiga nada más

-         Los jóvenes lo llamáis así ahora.

-         Venga no les entretengas, que querrán divertirse.

-         No es molestia señora Elvira.

-         Desde luego que no. – Intervino Alicia sonriendo.

-         Nos vamos, buenas noches.

-         Adiós pareja.

Ya en la calle Alicia no se contuvo la risa. Hacía una noche agradable, casi de verano.

-         He tenido que llevarte Alicia, estabas a punto de reír a carcajadas.

-         ¿Lleva ese señor la cuenta de tus novias?

-         Si todas gritaran como tu seguramente. Viven en el piso de arriba.

-         Jijiji, no es para tanto lo que grito.

-         Tontorrona. Pero disimula mejor si quieres seguir el juego.

Tras cinco minutos de paseo y después de pasar por un parque donde había chavales haciendo botellón, entraron a un bar que ponía música rock y punk. Sonaba The Clash con “Guns of Brixton”. Eran las 11 y no había demasiada gente todavía.

-         Debes mejorar tus gustos musicales Ali, ahora mismo es tu mayor defecto. Salir de los triunfitos y compañía.

-         No solo me gustan esos.

-         Sí, también te va el chomba-chumba.

Alicia le respondió con una burla.

-         No me importa la música hoy.

-         Además has pedido que te lleve donde voy habitualmente.

-         Yo quiero una cerveza con limón.

Al entrar una chica alta, de melena lisa y rubia, de tez clara y medidas propias de una modelo saludó efusivamente a Manuel con un par de besos en la mejilla y una gran sonrisa.

-         Hombre Manuel, hacía unos findes que no te veía.

-         Hola Carla, tan guapa como siempre.

-         Pillín hoy vas bien acompañado, ¿no me la presentas?

-         Sí claro, es Alicia y es… hemos quedado para salir esta noche. – Alicia frunció el ceño e intentó disimular sonriendo a continuación.

-         Me llamo Alicia, que parece atontao, encantada.

-         Lo mismo digo guapa. – Tras darle los dos besos de rigor.

-         Oye Manuel que entre tú y yo hay confianza para que me digas que te has echao otra novia. – Prosiguió Carla.

-         Sí, supongo.

-         Ya sabes que somos amigos, con derecho a roce cuando nos apetece, jajaja.

Alicia seguía sonriendo por compromiso, por el momento la noche no iba como había imaginado. Aquella súbita aparición de Carla y sus confianzas con Manuel le había dejado un tanto descolocada. Así que trató de decir algo para retomar la iniciativa o al menos no ser una convidada de piedra.

-         Carla ¿y hace mucho que os conocéis?

-         Uy sí, desde el instituto. Pero entonces yo tenía novio y luego descubrí que es mejor no estar atada. Hay que aprovechar mientras una es joven para probar las flores ¿me entiendes verdad?

-         Sí, sí, claro. De hecho hoy es el primer día que salimos.

-         ¿Y eres de aquí, no te conozco?

-         Yo soy de la capital.

-         Ah. Te queda muy bien esa ropa.

-         Gracias.

-         Veo que hacéis buenas migas, me gusta, pero os interrumpo que si dos chicas empiezan a hablar de ropa no voy a poder meter baza.

-         Jajaja, es cierto. – Dijo Carla.

-         Toni, dos cervezas y una con limón.

-         Marchando ¿todo bien?

-         Sí.

-         Y tanto, te veo muy bien acompañado.

Quien hablaba era el dueño del bar. Un chico un poco más mayor que Manuel. Pelo rizado algo largo, majetón y con buena conversación. De los que saben llevar un bar de copas.

-         Parejita – dijo Carla sonriendo con cierta picardía – disculpadme que voy al baño.

-         Aquí estaremos.

Nada más encaminarse hacia el baño, Alicia dio un pequeño codazo en las costillas a Manuel.

-         Oye que esa no estaba invitada y le haces más caso que a mí.

-         Pero si es muy maja. Pensé que te caía bien. Jajaja ¿No estarás celosa?

-         Para nada, además sí, parece maja.

-         Pues eso, ningún problema.

-         Parece conocerte a fondo, y lo suelta así de primeras.

-         Es muy natural. ¿Te molesta que hayamos follado alguna vez? Pero si tu y yo empezamos ayer…

-         No.

-         Pues entonces, más molesto estaba yo cuando ibas con el memo aquel y no te decía nada.

-         Hubiera quedado raro que un primo que vive en otro sitio me dijera algo.

-         Pues eso, ya verás, estoy seguro que cuando la conozcas más querrás ser su amiga.

A unos metros volvía del baño Carla.

-         Esta la pago yo, como bienvenida a Alicia.- Alicia le sonrió.

-         Gracias. ¿Te puedo preguntar desde cuando sois amigos con derecho a roce? ¿Habéis sido novios?

-         Así me gusta, con confianza, creo que Manuel te ha dicho algo mientras estaba en el baño. – Mientras le miraba con compadreo –

Nuestra relación es cojonuda, si uno tiene un problema, necesita compañía o cualquier cosa, ahí está la otra.

-         No me habías contado nada Manu.- Dijo Alicia.

-         No hubo ocasión, además tú eras la importante. Había que animarte y eso está hecho.

-         Jajaja, luego me cuentas eso que suena interesante. Bueno, hará un año o así, nada más venir tú, que nos encontramos, no creas que de marcha, ¡en la cola del banco! Unas miradas y un par de sonrisas bastaron para que le esperara yo afuera y quedáramos ya esa tarde para tomar algo juntos. Congeniamos y hasta hoy.

-         Yo recuerdo más la noche.

Alicia apoyó las manos en la barra, lo que hizo que se le abriera algo el escote y miró sonriendo a Toni.

-         Sí, cuéntame que le pasaba a esta belleza.

-         Si quiere ella…

-         Ven un momento afuera encanto.

Afuera del bar la noche seguía agradable, soplaba una ligera brisa que todavía no era molesta y la luna brillaba.

-         ¿Qué cojones quieres que le contemos a tu amiga? No la conozco y el juego era otro.

-         El juego era comportarnos como una pareja. Y tú estás alegrando la vista a Toni.

-         Sí, pero no contárselo a nadie. Yo también puedo distraerme con alguien.

-         No pasa nada con lo de Toni. Ella es de plena confianza. Estoy seguro de que le encantará y le pondrá morbosa.

-         ¿Qué pretendes?

-         Nada. A ella se lo podemos contar. Perdona que se me ha escapado un poco.

-         Si es que suena raro decir que llevamos un día y que necesito ánimo.

-         Está bien, pero esto me lo compensas.

-         Hasta ahora tú has llevado la iniciativa en todo. Déjame algo a mí.- Y le dio un beso en los labios.- Esto es ser como una pareja.

Alicia sonrió y volvieron al bar.

-         Vamos apurando la bebida y te lo contamos en el próximo bar. – Dijo Manuel.

-         Veo que estáis a buenas, jajaja. Os he visto por el cristal.

Apuraron la bebida y se marcharon a otro bar. Este tenía una parte con mesas y ahí se sentaron. La música era indie.

-         Estoy intrigada, creo que tenéis algo entre manos.

-         Bien, Alicia sí es de donde ha dicho que es. Vino ayer porque estaba algo baja tras romper con el gilipollas que tenía de novio. Aparte de eso le engañaba con otra, una pija.

-         Hay que ser cretino. – Apuntó Carla lo que hizo sonreír a Alicia.

-         El caso – se acercó a la oreja de Carla- es que ella y yo somos primos.

-         Jeje, me olía algo cuando te ha hecho salir a la calle. A mí me da mucho morbo. Claro que no tengo ningún primo tan guapo y comprensivo como tú.

-         No sabes cómo, o sí, por lo que has dicho. – Alicia se iba animando. Contrariamente a lo que pensaba, decírselo a otra persona y con esos antecedentes le estaba dando morbo y hasta notó un ligero espasmo en su vagina, cosa que le sorprendió.

-         Sí, es muy comprensivo por así llamarlo. Veo que ya le conoces a fondo. Es un encanto de tío y eres afortunada.

-         Tiene una buena razón para hacer feliz a una mujer, jijiji.

-         Sí que es verdad. No perdéis el tiempo pillines. Me gusta que se hable con naturalidad de sexo y se rompan tabúes impuestos por la sociedad. Si sois felices y disfrutáis no hacéis daño a nadie.

-         Eres genial Carla. – Dijo Manuel.

El ambiente estaba mucho más relajado. La noche prosiguió con alegría. Alicia propuso volver a casa.

-         No estoy acostumbrada a salir hasta esta hora y estoy un poco cansada. Además beber más me sentará mal y tengo que estar dos días más y no quiero estorbar estando mala.

-         Puedes beber algo sin alcohol. Pero aunque no son aun las dos y suelo estar algo más, volveremos a casa.- Respondió Manuel.

-         Os acompaño que me pilla de paso.

-         Vamos a sentarnos en este banco, que se está bien. – Dijo Alicia, al pasar por un parque.

Una idea rondaba a Manuel y una mirada con Carla correspondida con un guiño le hizo saber que estaban en la misma onda. Por su parte Alicia había olvidado su reacción inicial con Carla y la veía como si fuera casi una amiga de toda la vida. Además no veía a nadie de su grupo de amigas a quien le pudiera confiar la relación con su primo. Y sí, era normal que teniendo esa relación, Manuel hubiese follado con Carla. Era una belleza, muy sexy y de pensamiento abierto. Alicia había estado divagando unos momentos. Con la mirada perdida en el cielo. Sus acompañantes aprovecharon para alejarse unos metros y entenderse con la mirada. Empezaron a hablar en voz baja al oído.

-         Oye, mañana quedamos en el mismo sitio, Manu.

-         Por mí encantado.

-         Tengo ganas después de volver a sentir tu polla y catar a esa primita tan encantadora. Trabájatela mañana.

-         Nadie mejor que ella para repetir aquel trío que hicimos con tu amiga.

-         Esther es mucha Esther.

-         Pero tú me pones más.

-         Vamos.

-         ¿Qué, ya está mejor mi primita?

-         Sí, estaba tomando el aire un poco. Si quieres vamos ya a casa.

-         Venga. Al final nos quedaremos fríos.

Tras unos pocos minutos llegaron a casa.

-         Bueno yo vivo en esa otra manzana. Encantada de haber pasado la noche con vosotros, parejita. – Dando un par d ebesos a cada uno como despedida.

-         Lo mismo digo. – Correspondió Alicia.

-         Buenas noches Carla.- Se despidió Manuel.

Entraron en el ascensor.

-         No está tu vecino ahora, jijiji.

-         Bueno sería que estuviera también a la vuelta.- Y empezó a meterle mano al culo por debajo de la falda. – Vamos a acabar como empezamos la noche, pero hasta el final. – Mientras empezaba a besarle suavemente el cuello.

-         Ahora te compensaré la mamada cortada de esta mañana. – Entre suspiros.

-         Eso también, que decías que me querías fuerte para esta noche.

Salieron del ascensor y mientras abría la puerta, Alicia le tocaba el paquete, ya abultado, y le besaba el cuello. Al entrar se quitó la cazadora con mirada y actitud provocativa, la dejó en el suelo tirada y sin más preámbulo marcharon al dormitorio. Iluminado sólo por la luz de la luna. Se desnudaron rápidamente y la polla de Manuel apuntó al techo al salir libre.

-         Acaba lo de esta mañana.

De rodillas le agarró con suavidad la polla y empezó a besarla y lamerla, para después pajearle con una mano cuando se la sacaba de la boca. Proseguía lamiendo y succionando los huevos. Manuel le marcaba el ritmo con la mano en la cabeza.

-         Sí, qué bien la chupas primita.

-         Me gustan las pollas grandes como la tuya. ¿Ves que bien te chupo los huevos ahora sin pelos?

-         Sí que sí. Y tú que has llegado a estar celosa de Carla. Pero esta noche a quien te follo es a ti.

-         Como debe ser, quiero que me sigas cuidando, se los has prometido a mi madre.

-         Y cumplo con ello. Túmbate, bien abierta de patas que ahí voy.

Se tumbó y le miró incitándole a penetrarle, con una mano acariciándose un pecho y la otra un chocho húmedo. La mención a su tía había provocado en Manuel una idea que adjudicó al calentón.

-         Ahí va.- Penetrándola de un empujón, sin ser violento sí hasta el fondo.

-         Aaah, cómo me la clavas, fóllame. Te la pongo más dura que Carla.

-         Así te cuido, como pide Marta.

-         ¿Quieres que se lo digaaah?

-         Si te atreves. – Rebajó el ritmo de las acometidas. – También puedo hacerte el amor en vez de follarte. Hoy habíamos quedado en ser como una pareja de novios. ¿Te gusta?

-         Me gusta tenerla dentro. Ummm. También que me lamas mi coñito, suave. Tengo cositas para ti que me salen de dentro.

-         Voy a por ellos. Que ricos saben.

-         Aaaaa. – Mientras el orgasmo la hacía relajarse casi por completo. La lengua de su primo le subía ahora por el abdomen hasta los pechos, donde jugueteó con ellos, siguió por el cuello y se detuvo en sus labios.

-         Te la vuelvo a meter. – Las suaves acometidas le permitían seguir besándole.

-         Así, aaahm.

-         Aaah me corro dentro de ti, con mi amor.

-         Sí, dame tu leche, la quiero sentir dentro.

-         Uuumm.

Mantuvo su polla unos segundos dentro de la vagina de Alicia. La sacó y se la llevó a la boca para que le quitara los restos de semen.

-         Así limpita para mañana. Y tu lechecita dormirá dentro de mí. Quiero tenerla ahí. Incluso se tocó los labios vaginales para cerrarlos y evitar que saliera. – Como una pareja.