Completamente entregada a un desconocido (1)

Sara se siente completamente entregada a alguien a quien nunca ha visto la cara, pero lo que siente es mas fuerte que nada.

Camino por el pasillo del instituto hacia mi próxima clase. Soy profesora de Inglés pero no puedo concentrarme en la clase que tengo que dar. Llevo un dildo clavado en el culo, un plug in , que me abre toda. Cada paso que doy hace que me roce más y más haciendo imposible que me olvide de mi situación.

Me llamo Sara, tengo 36 años y estoy sometida por un desconocido a quién ni siquiera he visto la cara.

Todo empezó hace cosa de un año cuando corté con mi novio de toda la vida. La relación cada vez iba peor y un día decidimos que lo mejor era dejarlo. Sin más.

Después de ocho años de vivir con la misma persona la soledad se hace difícil.

Me encontré de la noche a la mañana viviendo sola, con una vida monótona y sin alicientes y , sobre todo, sin sexo.

Con mi novio lo hacíamos a menudo y , de hecho, el sexo era lo único que nos mantenía unidos. Ya nos conocíamos y nos lo pasábamos muy bien en la cama. Nos permitía olvidar los problemas de lo cotidiano a base de polvos.

Cuando lo dejamos intenté encontrar algún que otro ligue pero después de tanto tiempo de monogamia no sabía como hacerlo. En el trabajo no había nadie que valiese la pena y estuviese soltero y en las discotecas todos me parecían extremadamente capullos.

Así pasé tres meses de masturbaciones hasta que decidí usar internet para hacer mis sesiones de sexo solitarias más entretenidas. Al principio entraba sólo a ver fotos. Descubrí un montón de variantes que desconocía. Eso duró un tiempo. Me encantaba correrme viendo fotos de chicas llenas de semen. Me recordaba cuando mi novio me regaba con su leche. Me encanta la sensación de notar el líquido caliente correr por la cara.

Al cabo de un tiempo descubrí los relatos y ¡¡ me encantó!! Con ellos, poco a poco, mis fantasías se fueron ampliando. Me imaginaba que era yo la protagonista Primero con los relatos normales pero después empecé a leer relatos de tríos, orgías y los que más me impactaron: los de dominación.

Nunca había tenido una relación de sadomaso ni me apetecía lo más mínimo, detesto el dolor. Ahora bien el sentirse dominada, utilizada por otra persona me volvía loca. Con mi novio alguna vez jugamos a eso pero a él no le ponía y nunca seguimos adelante.

Poco a poco en mis fantasías nocturnas empezó a aparecer la idea de sentirme utilizada, convertida en el objeto sexual de alguien, la putita de algún cabrón que me diese caña. Los orgasmos eran increíbles.

Un día, de casualidad, descubrí el chat y se convirtió en otra manera de pasar el tiempo y aumentar el morbo. Me convertí en una adicta pasando horas y horas charlando con gente de todo. A veces de la vida en general y otras de sexo. Algunas veces sólo eran charlas con doble sentido, morbosas, y otras simplemente sexo cibernético de lo más explícito.

Todo cambió cuando alguien que se hacía llamar Enigma me contactó. Su nick me intrigó y acepté la charla. Resultó ser alguien con una conversación exquisita. Daba la impresión de ser alguien con una personalidad muy atractiva. No sé porque pero empecé a sentirme atraida por él. Charlábamos de todo y aunque el sexo estaba siempre flotando en el aire nunca lo mencionábamos explícitamente.

Le imaginaba como alguien fuerte, con experiencia, con las ideas muy claras. Enigma era muy inteligente y en seguida me conoció. Parecía que nos conocíamos de toda la vida y eso me encantaba.

Un día, al entrar en el chat recibí un mensaje suyo:

-No aceptes ninguna otra charla. Hoy serás sólo mía.

Me sorprendió mucho el tono pero algo me impidió hacer nada más que obedecer. Rehusé a los otros conocidos que quisieron charlar conmigo. Durante más de media hora no volví a recibir ningún mensaje de Enigma. El siguiente fue más clarificador.

-A partir de hoy te convertirás en mi objeto. Tu sexo será sólo mío y tendrás que obedecerme en todos mis caprichos. Aquí te envío la carta de aceptación que tendrás que rellenar y enviarme en seguida que aceptes entregarte a mi. Después no habrá marcha atrás.

Después de eso se desconectó dejándome temblando. Parecía que se había metido en mi cabeza y había descubierto lo que yo no me atrevía a descubrir.

Con su mensaje había un fichero de texto adjunto que resultó ser una especie de contrato de sumisión en el que simplemente aceptaba convertirme en su esclava. El me garantizaba que no sufriría ningún daño y que todo sería en la más estricta intimidad pero a cambio mi voluntad sexual pasaba a ser la suya.

Tardé una semana en superar mis dudas y decidirme a firmarlo y enviárselo a la dirección de correo que me indicaba. Durante ese tiempo no le volví a ver en el chat ni a saber nada de él.

Otra semana después recibí un mensaje suyo en el que me indicaba un lugar y una hora donde tenía que ir a recoger un paquete. Nada más.

La situación me estaba poniendo nerviosa pero algo me impedía rebelarme. El sitio era una estación de tren. Había mucha gente y me pareció inofensivo ir a ver. Si había alguna cosa rara alguien me ayudaría. En el sitio y a la hora indicada encontré un paquete con mi nick escrito encima. Lo recogí y me fui de allí a toda prisa.

Cogí un taxi al que le pedí que diese varias vueltas antes de llegar a mi casa. Aunque estaba como loca con la situación no quería meterme en nada que no controlase.

Al llegar a casa abrí con ansia el paquete. Había unas llaves de un apartado de correos, una webcam, una máscara negra de terciopelo y un conjunto de ropa interior también negro bastante caro y muy provocativo.

Una nota me decía que antes de entrar al chat configurara la webcam y lo tuviese todo preparado.

Me costó un poco instalarlo todo pero unas llamadas a un amigo informático me ayudaron a tenerlo todo a punto.

Esa misma noche me conecté al chat y Enigma me envió un mensaje en seguida. Me explicó que me había visto en la estación y que le había gustado mucho ( como no se me ocurrió antes, me había estado espiando mientras recogía el paquete ). Eso me halagó porque a mi edad empezaba a perder la confianza en mi cuerpo.

Mido 1.67 y peso 55kg. No estoy gorda pero empiezo a tener barriga. Mi culo sigue con una forma bien atractiva pero ya no está tan firme como antes. Tampoco soy una belleza aunque no soy fea. En resumen, soy más bien del montón. De lo que estoy más contenta es de mis pechos. Uso una talla 95cm y son bien redonditos, con los pezones bien grandes.

-Muchas gracias por el cumplido- Le contesté-

-¿Sabes que tienes muchas posibilidades como zorrita? Me lo voy a pasar bien contigo. Ahora conecta la webcam. Quiero verte.

Un escalofrío me recorrió de arriba abajo. No sabía que hacer.

-Recuerda que eres mi objeto. Además ya te he visto.

Su mensaje en la pantalla me hizo reaccionar. Pese a que podía parecer una locura conecté la cámara. Algo en mi interior me empujaba a obedecerle sin pensar. Era mi manera de rebelarme a la vida monótona y aburrida que llevaba.

-Muy bien. Ahora quiero que la coloques de manera que te vea de cuerpo entero.

La situé encima de unos libros. Ahora me veía toda.

-Vas vestida muy formal, ¿no crees?. Quiero que te desvistas.

Mirando al suelo empecé a quitarme el jersey, la camiseta, los zapatos y los pantalones. Estaba solo con mis braguitas y mi sujetador (mucho más recatados que el conjunto que tenía delante), temblando de excitación.

-Ahora desnúdate del todo mirando a la cámara- Apareció su mensaje en la pantalla.

Levanté la vista lentamente hacia la cámara y me desabroché el sujetador. Mis pechos quedaron desnudos a la vista de un desconocido que me conocía más que yo misma.

-Me gustan tus tetas. Acaríciatelas un poco.

Empecé a acariciarlas suavemente. Mis pezones estaban durísimos, casi me dolían.

-Muy bien. Sigue desnudándote.

Bajé las bragas lentamente quedando completamente desnuda.

-Gírate, abre las piernas y apóyate en la pared, quiero ver tu culo.

Me giré y abriendo las piernas me apoyé en la pared. Saqué el culo hacia atrás para que lo viera mejor. Estaba obedeciendo a unos mensajes que aparecían en la pantalla. Parecía de locos. No sabía quién me los enviaba pero no se me ocurría otra cosa que obedecer. La verdad es que me estaba excitando como nunca.

-Sepárate las nalgas.

Lo hice lo más provocativamente que pude. Me gustaba la idea de estar calentándolo.

-Tienes el conejito bien húmedo. Me encanta. Pásate el dedo entre las nalgas y acaríciate.

Empecé a hacerlo y sin darme cuenta acabé masturbándome. Mientras lo hacía mensajes suyos me animaban, me decían cómo hacerlo. Me llamaba zorrita exhibicionista y eso me volvía loca. Me corrí gimiendo como nunca.

Después de unos minutos para recuperar la respiración me dijo.

-Ahora ponte el conjunto de ropa interior que había en la caja.

Miré al conjunto que estaba encima de la mesa. Era un tanga de encaje muy fino y muy bonito. Empecé a ponérmelo. La talla era perfecta (debí decírsela algún día charlando en el chat). La parte de detrás se perdía entre mis nalgas y por delante casi no me cubría nada.

-Quiero que te arregles los pelos del conejito. Quiero que te quede como este.

Me enviaba una foto de un coño bien arreglado. Totalmente depilado con sólo una pequeña mata en el pubis. Anoté mentalmente que lo haría por la mañana antes de ir a trabajar.

-Ahora ponte la parte de arriba.

El sujetador era a conjunto. Era de los que suben los pechos y que casi no cubren nada. Tapaba justo los pezones.

Al verme en la pantalla me gustó lo que vi. Estaba muy provocativa.

-Muy bien Sara. Te queda perfecto. Ahora ponte la máscara negra que empezarás a actuar como mi putita.

Hice lo que me pidió sin entender lo que pretendía.

-Ahora que ya te has exhibido para mi vas a demostrarme que eres mi puta. Quiero que te exhibas delante de otros, que excites a otros hombres y que lo veas. Entra en el chat y busca gente con webcam que quiera jugar contigo.

Me dio un poco de miedo que todo el mundo pudiese verme pero la verdad es que con la máscara nadie podría saber quién era. Además, yo también les vería!!

Configuré el programa para que Enigma pudiese también ver y leer todo lo que pasaba. Tardé un rato pero al final contacté con tres personas dispuestas a jugar con la cam. El primero era un chico joven , de 24 años, el segundo un maduro de 45 y el último resultó una pareja de mi edad. Tenía en la pantalla las imágenes de mis interlocutores y los mensajes de la persona que poseía mi voluntad. La verdad es que me encantaba la situación.

Todos se sorprendieron de que estuviese así vestida ya de repente, pero les encantó la idea.

Recibí un mensaje de mi amo (ahora ya podía llamarle así).

-Quiero que hagas todo lo que te pidan. Que seas toda un putita. Caliéntalos hasta que se corran.

Les propuse que fueran desvistiéndose hasta quedar como yo y empezamos a calentarnos. Bueno, para no alargarme diré que el chico empezó a pajearse enseguida y antes de que me quitara nada ya se había corrido. Me dio las gracias y se despidió. El hecho de que un chico joven se pajeara con mi cuerpo me puso muy, muy caliente.

El señor maduro disfrutaba con la situación y la alargaba. Me hizo acariciarme suavemente, que le enseñara partes de mi cuerpo. No me hizo desnudarme pero me saqué las tetas del sostén y aparté el tanga para que viese un primer plano de mi conejo. Al tiempo él se sacó una buena polla y juntos empezamos a masturbarnos hasta que se corrió abundantemente . Cuando acabó me enseño un primer plano de su corrida mientras yo me corría entre mis manos.

Finalmente, con la pareja fue bastante fuerte. Ellos tenían bastante experiencia y consiguieron calentarme mucho. Primero se quedaron en ropa interior como yo. Me pidieron si tenía un consolador. Saqué el único que tenía y que no usaba casi nunca. Me dijeron que ellos repetirían lo que yo hiciese con el consolador y que yo repitiera lo que ella hacía con la polla de él.

Empecé a chuparlo suavemente y después con ganas. Ella empezó a mamársela a su marido tal como yo lo hacía. Al cabo de un rato ella empezó a fregarse el rabo bien duro por todo su cuerpo. Sus tetas, su barriga, su culo. Yo hice lo mismo con el consolador. Me estaba poniendo como una perra en celo. Al final ella se sentó encima de él de cara a la cámara y se clavo toda la polla de golpe. Yo hice lo mismo con el consolador. Mientras ellos pegaban un polvo de campeonato yo me follaba el sustituto de goma. Me corrí dos veces antes de que ellos acabaran.

Cuando todo acabó me di cuenta de que en todo el tiempo Enigma no me había dicho nada. Había sido yo sola quien había mantenido unas conversaciones bien calientes y que había hecho correrse a dos tíos y una pareja mientras me miraban.

Me gustó la sensación de saberme excitante.

En ese momento recibí un mensaje.

-Te has portado muy bien zorrita. Ahora te dejo descansar pero vete a dormir con el consolador metido dentro. Hasta mañana.

Hice lo que me pidió. Dormí de fábula y tuve varios sueños eróticos. Por la mañana tenía el consolador todavía dentro de mi conejo bien húmedo. Me masturbé antes de levantarme. En el baño me depilé como me pidió y fui a trabajar pensando que mi vida había cambiado. No sabía en qué pero notaba que ya no sería lo mismo.

(Continuará)

Agradecería comentarios y sugerencias. Enviad a masterofxx@hotmail.com