Complaciendo a mi esposo (3)

No sabia lo que me iba a pasar en estos nuevos dias de vacaciones, todo salio como yo y mi esposo queriamos

Mi deseo de volver nuevamente a las playas del mar pacifico, cerca de Buenaventura, Colombia, no pudo darse sino un año después, por razones como, distancia, economía, tiempo, disponer de días de descanso, en fin, logramos volver al sitio de mi primera relación sexual con un hombre distinto a mi esposo, en la llamada playa de Ladrilleros.

Creo que iba con el corazón en la mano, el trayecto en lancha de 45 minutos, duro toda una eternidad, mil dudas y preguntas me inquietaban; me volvería a encontrar con aquel chico? Me reconocería? Se acordara de mí? Que será de su vida? Se habrá casado con otra negra? Se acordara lo que me hizo? Se acordara lo que le hice? Le habrá gustado? Estará viviendo aun ahi? Y muchas más.

Desembarcamos en un pueblo que es vecino de Ladrilleros, llamado Juanchaco, miraba a todos los lados pero ninguno de los nativos se parecía ni era tan atractivo como mi chico, el negro de mis pasiones. Pero creo que se debía mas a un deseo que a una realidad, pues los que observaba tenían también sus encantos

Llegamos a la cabaña, lógicamente a otra, con vista al mar, que tienen nombre de las ciudades colombianas; son mas amplias y acogedoras, no queríamos se nos reconociera o que alguien pudiera relacionarnos con algún romance perdido en el mar pacifico, Tenía una cama doble, una sencilla, un baño y una salita comunitaria para ver televisión.

Durante las horas de la tarde mientras la marea nos lo permitió, y permanecimos en la playa no supe de mi Jefferson, pero estaba segura que en algún sitio debía estar.

Por la noche, mientras estaba con mi esposo, viendo algunas obras de artesanía que hacen los hippies, o venden los indios ecuatorianos, lo veo pasar detrás mio, el no me ve, enseguida codeo a mi marido y le digo "ahí va, ahí va, ahí va" el se voltea y me dice ·"estas segura? a mi no me parece que sea el" Lo dejo casi hablando solo, y salgo detrás de lo que fue mio, se perdió un momento de mi vista, no supe si se había quedado en alguna tienda o almacén que a esa hora permanecen abiertos o había cogido gradas abajo hacia la playa; el recorrido de unos 300 metros en algunos sectores tiene luz artificial, que a la luz de la luna le da un toque especial; decido bajar, a esa hora transita mucha gente, al final de las gradas lo encuentro conversando con alguien, lo espero, cuando termina de hacerlo, regresa y yo también me devuelvo, subo unos metros arriba casi que corriendo y me devuelvo nuevamente con la intención de verlo de frente, y resolver la duda, era el?

Cuando lo veo venir, le sostengo la mirada, el me ve, pero no me reconoce, desilusión total, un metro adelante el vuelve la cabeza atrás, igual que yo y nos quedamos viendo,

"Mónica"? me pregunta, "si" le contesto, me abraza fuertemente, cuando me suelta, haciéndome dar una vuelta entera a mi cuerpo, revisa cada centímetro de mi cuerpo, me desnuda, acaricia y desea con la mirada, diciéndome" Estas mas buena mujer, estas estupenda….estas mejor que como te fuiste, porque no había regresado, con quien viniste…" a todas respondí y seguimos caminando; al llegar al final de las gradas, nos despedimos, y convinimos en encontrarnos esa noche en una discoteca llamada la Escollera.

A mi esposo lo encuentro nuevamente cerca donde lo había dejado, tomando cerveza, conversando muy animadamente con una turista. Nos presentamos, hablamos un largo rato con ella y luego nos dirigimos a la cabaña, en el camino le comente lo sucedido "me dijo: "perfecto".

Llegamos a la escollera, Jefferson estaba con varios amigos y amigas departiendo en una mesa, nuestras miradas se cruzaban, bailamos varias veces, aprovechando que mi esposo lo hacia con la turista que había conocido horas antes. Supe que estaba trabajando con un primo en una lancha como pescador atendiendo turistas llevándolos a avistar ballenas. Aunque nuestros cuerpos se buscaban con frenesí, fueron pocas las veces que nos juntamos, no queríamos mostrar ante los ojos de los demás el deseo que tenemos de amarnos y es obvio "para que mi esposo no sospechara", fueron muchas las ideas entre música y música que se nos ocurría para poder repetir lo vivido un año atrás, y todas se derrumbaban.

El hecho que mi esposo "no supiera nada y no tenia porque sospechar que algo pasaba entre el y yo" hacia que se complicaran las cosas.

El tenia que trabajar todo el día siguiente y no acordamos nada, tan solo que nos volveríamos a ver en la Escollera por la noche siguiente.

Ya en el hotel, le comente a mi marido las ganas que tenia de comerme a mi negro, la dulzura de mi panocha, la calidez de mis tetas, las suplicas y ruegos, lo convencieron para que el estuviera presente en el momento de ser pichada.

Le dije: "Quiero veas como me comen que me veas culear, sin necesidad de estar escondido… compláceme por favor"

El acepto, pero advirtiéndome que hasta ultimo momento el negro no tenia porque saber el iba a estar presente y me puso la condición que NO volveríamos a Ladrilleros.

Al día siguiente estuvimos todo el día bronceándonos, se me olvidaba decirles que, tenia una tanga brasilera, la cual me encanta exhibir para mostrar mis nalguitas, y ver las miradas de ellos y ellas. No tengo un cuerpo espectacular, pero se que atraigo.

Acordamos cual era el plan a seguir, para ver realizado mi sueño de tener a mi esposo en la misma habitación mientras me comen.

Llegamos a la discoteca con el ánimo de disfrutar de la noche, la cual transcurría con la misma calma de la anterior, Jefferson estaba en su mesa, con sus amigos nosotros solos en la nuestra. Mi esposo "sin levantar sospechas" lo invitaba a un trago, conversábamos, guardábamos las distancias, planeamos un viaje a un sitio conocido como la Sierpes, el primo de mi Jefferson nos llevaría, convinimos precios.

El trato era de "doña Mónica, señor" refiriéndose a mi esposo.

La noche avanzaba, el trago empezaba a hacer sus efectos, mientras bailaba con Jefferson le comento que mi esposo estaba quedándose borracho, que hacemos, le pregunto y el me sugiere llevarlo a la cabaña. Así fue como media hora después entre el primo y Jefferson suben a mi esposo y lo acuestan por sugerencia mía en la cama sencilla, mi esposo fingiendo estar borracho empieza a roncar y a moverse, nos quedamos en la salita de la televisión, a acabarnos el licor que nos quedaba, lo cual es aprovechado para sentarme en sus piernas y a tocarme por todas partes, las tetas, el culo, el pan, delante de su primo, yo me paro varias veces con la intención de "vigilar" que no se despierte mi esposo, en una de esas me acuesto en la cama doble a descansar y espero unos segundos, abro los ojos y lo veo parado en la puerta, me coloco un dedo dedos en la boca y le hago:

"sssssshhhhhh, silencio, no hables duro, bajito", le estiro los brazos para que se acueste a mi lado el no se hace rogar, me despoja de todo lo que tengo, y empiezo a buscar desesperadamente ese poderoso órgano que me enloquece, a sentir en mis manos como crece de manera descomunal, me recreo con aquella cosota, sus dedos me abren las piernas y sus dedos entran en mi cuevita de amor.

Le pregunto por el primo y me dice "no te preocupes mi reina, el me dijo que se iba a echar un motoso en la sala y me espera a que yo termine"

Mi marido consciente de lo que esta pasando finge y balbucea palabras de borracho, lo cual previene a mi maravilla negra y lo tranquilizo diciéndole:

"Ese no se despierta por ahora, cuando se emborracha es asi, tiene un sueño pesado, puede caer un trueno que no se despierta"

Me dedico a lo mio, tan solo nos ilumina el bombillo que proviene de la salita de la televisión, empezamos a revolcarnos en la cama, a decirnos en voz baja, lo que nos deseamos, el me dice que me habia extrañado, a preguntarme como habia seguido del culito, que si me habia dolido mucho después, cuando le comente, lo adolororida que estuve varios días solo se rió, sus caricias me ponían a mil, empecé a mamársela lo mismo hizo el con mi capullo.

El ya se habia olvidado de los ruidos de mi esposo, cuando me permitía un descanso y recordaba a mi marido, lo veia con su mano en la verga masturbándose, yo le sonreía,

Esa polla no la recordaba en mi boca, pues solo recordaba cuando me atravesó por primera vez mi culito virgen, pero si por atrás me parte en dos, en la boca me asfixia, igual tiene un par de pelotas negras, que al chuparlas se endurecen y lo hacen quejarse,

No se cual fue el momento en que de tantos voltearnos, y angustiada porque mi negro divino quería metérmela y yo quería prolongar esos momentos de placer, quedo arriba de el y me siento en su lanza, deseosa de ser atravesada y clavada hasta el fondo de mi ano, inmediatamente el aprovecha y pasa sus manos por mi chocho que esta inundado de mis jugos vaginales, empapado de lujuria, y los restriega en mi agujero anal, aprovechando para lubricarme el hoyito del culo, lo que yo sentí cuando ese monstruo de polla empieza a taladrarme nuevamente, fue algo muy rico, se iba deslizando reconociendo lo que antes había sido suyo y ahora recuperaba; no tuvo necesidad de hacerlo por etapas, sino que lentamente se me introduce y toma posesión de mi, empieza a moverse y a la par de sus movimientos, mi placer era inmenso, sabia que no podía gritar, tenia que contenerme, pero no resistí y pegue varios gemidos, unos "ayyyyyyyyy, papi, te quiero, no me la saques, soy tuya, que rico masssssmasssssssssmasssss papito…."

Lo cual aprovecho mi esposo para el también fingidamente pronunciar con palabras de borracho, que no se entienden "hummmmm que pasa ahhhhhhhhh" nos quedamos quietos, pero no me la saco de donde me la tenia ensartada. Al minuto me dice en voz baja" Fíjate que no te dolió como antes" a lo cual yo le respondí, acostada en su pecho y mirando adonde estaba mi marido quien me veia y me hacia gestos de placer y aprobación

"Sabes porque? Porque después que me comiste, yo le pedí a mi esposo, que me diera por el culo cuando quisiera, y como nunca se lo habia dado ahora aprovecha para metérmelo siempre por tu huequito papi, lo hice pensando en que cuando me volvieras a culear no me doliera como la primera vez, lo tengo mas grande verdad? El me dice: "si y mas sabroso".

Me regalo una cantidad de semen que nunca he recibido.

Cuando empecé a bajarme de tan brioso caballo y al sacar su negra espada de donde me la tenia incrustada, aun dura y firme, sentí un leve dolor; al abrir los ojos vi a mi lado a su primo con la picha en la mano que se acercaba; Oigo un susurro que dice: "Hágale primo, hágale, es toda suya, sin pena, demuéstrele lo que tiene, aproveche, este papayaso no es de todos los días. hágale,,,,".

Me sentí como un objeto sexual, pero no me importaba en ese momento.

Mi chochita empieza a gozar nuevamente, a jadear con temor y desesperación, este nuevo invitado me hace gozar de lo lindo con el empuje de su picha, disfruto al máximo, para evitar aumentar mis gemidos producto de la excitación y el goce infinito de mi cuerpo, busco las manos de Jefferson, para "no despertar a mi esposo" lo agarro que esta a mi lado recuperándose, se las aprieto fuertemente, , le doy un par de arañazos, al compás del movimiento y los embates de mi cadera; al ver como me tienen y sin recuperarse totalmente de su primer polvo, recomienza la faena nuevamente conmigo.

Me lleva a la punta de la cama, se coloca debajo de mi boca arriba y me pone encima quedando yo a espaldas de el; dice en voz baja: "Primo métasela por la panocha, que el culo es mio, hágale, que el marido no se despierta…" y buscando mi hoyito me clava su torpedo negro martillándome con suaves y provocadores movimientos, cuando finaliza toda la trayectoria y termina de introducirse totalmente dentro de mi con su potente arma de dotación ; es cuando mi otro trofeo negro empieza a actuar conmigo, a principio fue muy chistoso, porque evitaba el contacto de su piel con la de su primo, hasta que por fin logra ubicarse en la posición deseada y me la entierra integra, totalmente, empiezan a moverse ese par de majestuosas vergas cabezonas gruesas y duras, dentro de mi, mis aullidos ya no los puedo controlar, no volví a oír los "ronquidos" de mi esposo, no podía ni verlo, decidí entregarme a lo que estaba viviendo, y empecé a tener orgasmos tras orgasmos,, me agarre a un pedazo de sabana y me la puse en la boca, para no gritar, no se cuantos fueron pero si se fueron muchos, tan solo calmados cuando sale de su encierro la verga que estaba en mi cuquita y me regala un litro de semen blanco que esparzo desde mi bajo vientre hasta mis tetas, mi otro potro sigue cabalgándome hasta que un movimiento fuerte sacude mi culo, llenándomelo de leche; nos reponemos por breve tiempo y me despido de los dos con besos en la boca.

Mi esposo se pasa a la cama nupcial nos besamos largamente, nos acariciamos, y me dice" estuviste fenomenal, te veias como una verdadera zorra, no me imagine que te culearan los dos al tiempo, eso no estaba en los planes, jajajajaja me masturbe y me vine dos veces, pero fue rico verte como te comian" nos quedamos dormidos.

A la mañana siguiente, alrededor de las once da la mañana, nos despierta una voz desde la sala del televisor. "señor, señor, doña Mónica, seño, van a ir a la Sierpes? Contestamos de adentro que si, mi esposo, entra a ducharse, abro la puerta a ver si permanecían ahi, estaba Jeferson solo , lo saludo y la dejo entreabierta, desde donde se ve la puerta del baño y parte de la cama, mi esposo se viste al otro lado yo entro a bañarme, cuando salgo veo a mi amante negro que me mira, me seco, pasándome varias veces la toalla por la panocha, viendo que me observa se me ocurre pedirle a mi esposo que me eche bloqueador, quedando el de espaldas y yo de frente a la puerta mirándolo, mi esposo pasa el aceite por mis tetas, cuello, hombro, ombligo, me volteo y riega aceite por el culo, el cual es abierto por mi esposo, para meterme un dedito, untar aceite bloqueador y hablando en voz alta para que lo oigan me dice

"Este culo necesita broncearse, porque aun no ha podido, ser bien culeado aca en Ladrilleros, pero esta noche mi amor se la clavo, no se preocupe" Me volteo, me le sonrió a mi Negro preferido.

La Sierpes es un sitio paradisíaco, el cual se usa para bucear, tiene una cascada de agua dulce. Nos invitan a bucear, yo me niego por la resaca que tengo, mi esposo acepta, se va con el primo, yo me quedo sola con Jefferson, quien sin afanes, empieza de nuevo la tarea que había dejado sin terminar la noche anterior en mi chocho humedecido y hambriento de verga; a los 10 minutos regresan; justificándose en el cansancio y mi esposo se resiste a dejar de bucear e invita a Jefferson, lo cual es aprovechado por el primo para continuar en mi, lo que había empezado su primo; y es asi como nuevamente tengo prisionero en los canales de mi panocha otra verga negra pero igual de fuerte y jugosa, que la primera, todas dos son deliciosas, la culeada es interrumpida nuevamente por el grito de Jefferson quien nos avisa y previene que están cerca.

Interrupciones que se hicieron unas tres veces mas, pero en donde ellos me aprovechaban alternativa pero interrumpidamente para enterrarme sus inmensos miembros de machos, pues solo disponíamos de pocos minutos de penetración, mientras regresaba uno de ellos con mi esposo después de llevarlo a bucear, a recorrer, la Sierpes o a coger cocos; de esa forma, cada vez que quedaba con uno de los primos mi chochito palpitaba de placer y goce, apenas los veíamos sumergir, nuestros cuerpos se buscaban con pasión, tenia el chocho rojo, hinchado permanecía mojado, ansioso de sentir esas tremendas dagas en la chochita,, ya no importaba de quien me la metía, sino estar lleno de esas pollas divinas, ese encanto de primos que me hacen gozar. Se recrean a placer y gusto con mis tetas, con mis nalgas, con mi s piernas, con mi boca, con mis muslos, tocándome acariciándome, abriéndome.

El paseo a la Sierpes termina con la llegada inesperada de una lancha que trae turistas a mostrarles el lugar. Al momento de cancelar el costo del paseo, mis dos amantes, se negaron a recibir el dinero.

El paseo a Ladrilleros finaliza con el regreso a nuestro hogar, pero termina mi historia con un espectacular beso en la boca, camino al sitio de embarque, mi esposo se detuvo en una tienda a comprar agua, pues el calor era infernal, me adelanto junto a mi machucante negro y cuando creemos que no nos ve, dejamos las maletas a un lado y nos abrazamos, vuelvo a sentir sus manos en mis nalgas, por encima del shorcito, y su inmenso pene restregándose en mi chochita, acerco su boca a la mía, mi lengua juguetea con su lengua, no quiero desprenderme de ella, como quedo viendo hacia donde estaba mi esposo, cuando ya esta visible, fingiendo asombro y miedo le dije:

"Papi, ahí viene mi marido, y ahora que hacemos? El me soltó bruscamente y dijo una palabrota, una vulgaridad, " M….. Todo por mi culpa, ahora te voy a meter en un problema, si quieres yo hablo con el y le digo que no fue nada…."

"esperemos aver que me dice, a lo mejor no vio nada, esperemos… le digo

Cuando llega a mi lado me dice: "Mónica, tenemos que hablar de lo que vi"

"Claro, que viste? que me estaba despidiendo de Jefferson con un beso en la mejilla? Que le ves de malo? No seas mal pensado, todo, es por tu imaginación, como se te ocurre…es el colmo" y seguí caminando, Jefferson trato de hablar y le digo: "por favor, tu no tienes nada que ver, ese es un problema, entre el y yo, además no hemos hecho nada malo…" mi esposo le dijo que si, que contra el no tenia nada y le pidió el favor se retirara, el insistía en aclarar todo. Tan solo cuando le dije que yo resolvía eso y le guiñe el ojo, diciéndole que todo iba a salir bien, decidió devolverse.

Camino a la lancha fingimos caminar disgustados y manoteando para que Jeferson supiera que mi esposo era ajeno a todo lo que había pasado

Llegamos a nuestro destino final varios días después, yo con la seguridad que no me volveré a comer a mi par de negros hermosos y mi esposo con la seguridad que no paso por cachon con mis dos hermosos ejemplares machos.

Estas 2 fotos son parte del recuerdo de mi inolvidable experiencia en el Mar Pacifico.

Este es Jeferson y su dotación

montamay@hotmail.com