Compl a mi marido en juegos Swinger Cap-10parte 2
Al llegar a la zona alta de la pequeña colina, pude ver que en un extremo del sembrado, aparecía el grupo que había dejado luchando. Como era de prever, pude distinguir a lo lejos dos doncellas, que sin duda eran por el color de sus caballos y que eran mujeres, Megan y Meredith, con las que ....
Nota de la autora:
Como os dije a todos los que me leéis, porque os gusta el relato, dejaba de publicar pero no de escribir. Trras esta pausa para meditar, en atención a todos los que deseáis seguir leyendo, quiero adelantaros que Alice ya está de regreso y deseo que podáis leer los acontecimientos, sentimientos encontrados, todo absolutamente, sobre su reencuentro con Phil ..... eso ocurrirá en el Capitulo .....15
Prologo y final del Capitulo 10 1ª parte
Capitulo 10 - Segunda Parte
Al llegar a la zona alta de la pequeña colina, pude ver que en un extremo del sembrado, aparecía el grupo que había dejado luchando.
Como era de prever, pude distinguir a lo lejos dos doncellas, que sin duda eran por el color de sus caballos y que eran mujeres, Megan y Meredith, con las que iban solo dos jinetes más, así que rápidamente, calculé que también habían eliminado a otros dos contrincantes, o sea que ahora, si Hanna, Bonny y Rebecca se mantenía a distancia segura, ya éramos cuatro contra cuatro, habían caído de momento, solo Meredith y Megan, para dar posibilidades a las demás.
22 – Mediodía y mitad del juego…, quedábamos 4 contra 4
Seguí adelante y tras bajar a una zona baja del bosque donde parecía que se oía agua, pude dar de beber al llegar a un pequeño arroyo a mi caballo y dejarlo descansar un poco, aunque siempre atenta a cualquier ruido, en la certeza de que Michael y Brad me estarían buscando en esos momentos de relativa calma.
No era exactamente así, pues para tratar de capturar a las otras tres doncellas huidas, Michael, le dijo a Brad que se uniese a Ronald y Lloyd, porque yo les estaba haciendo perder el tiempo a los dos, y quedaban las otras tres sin nadie que las persiguiese en esos momentos, con solo Ronald y Lloyd, para llevar a Megan y Meredith, hasta el campamento.
De esa forma, el seguiría tratando de capturarme, y el y otro podían emprender la persecución de las tres fugadas, quedándose solo uno para llevar a las cautivas al campamento.
Aunque no sabía que ya solo un Michael, muy motivado seguía mi rastro, eso no quitaba casi riesgo a mi intento de llegar a la hora límite sin caer en sus manos, pero contaba con poder conseguirlo.
Durante mi recorrido por la nueva zona boscosa, busqué sin suerte, algún lugar en el que poder ocultarme junto a mi caballo, pero nada ofrecía suficiente refugio para los dos, así que seguí recorriendo aquellos senderos atenta a todo, hasta que finalmente, llegué al límite del bosque, ante el cual se abría una llanura de una milla más o menos, antes de llegar a otra nueva zona boscosa.
De nuevo, mi caballo Tzar y yo volvimos a emprender el galope, para atravesar esa zona descubierta.
Michael, no debía andar lejos, porque cuando llevaba solo un cuarto de milla galopando, oí el trote del caballo de Michael, que había aparecido al borde de la llanura.
Con unos 400 metros de distancia entre yo y el, estaba fuera del alcance de sus disparos, por lo que solo me perseguía y yo sabía que Tzar era más rápido, así que estaba a salvo, pese a seguir detrás de mí.
Todo marchaba perfecto, con Michael, mi perseguidor, incapaz de reducir la distancia, más bien al contrario, parecía que le íbamos dejando lentamente más retrasado.
Azuzaba y acariciaba el cuello de aquel negro caballo, que volaba sobre la pradera y era mi segura salvación.
Detrás de mi, solo el empecinamiento de Michael por capturarme le hacía seguir intentándolo, pero por velocidad, sabia que no podría.
Casi llegando al final de la llanura, mi caballo Tzar, dio un traspié y casi nos caemos los dos, al pisar mal una desigualdad del terreno.
Por suerte no habíamos ido al suelo los dos, pero empecé a notar que cojeaba un poco de su pata delantera derecha y había bajado el ritmo …. ¡Nooo…! Grité de rabia al saber que Tzar se había lastimado en el traspié.
Seguí observando como galopaba por si desaparecía el tirón de su pata delantera, pero no, seguía mostrando que se había lastimado, así que tome la decisión más lógica ….., tiré de sus riendas hasta que se detuvo y descabalgué enseguida, mientras Michael se acercaba al galope a poco más de 200 metros….
Le pase las manos por su pata, que levantaba ligeramente del suelo, y tras ver que efectivamente se había lastimado, le di un fuerte abrazo a su cuello, besándole la frente, mientras le decía cosas cariñosas.
Michael ya había sacado su rifle al ver que estaba detenida, por lo que dirigiéndome hacia el le grité ¡ No dispares ¡ ….., ¡Me rindo, no puedo seguir! –añadiendo- ¡Tzar se ha lastimado una pata, ya me tienes, no hace falta que me dispares …., ya me tienes, dije arrojando mi pistola lejos, para que viese que lo decía en serio!
La sonrisa de felicidad que lucía aquel insistente golfo, nunca la olvidaré, maldita sea!
Michael freno su carrera y tras descabalgar junto a donde había tirado mi pistola y recogerla …….. (parece que no se fiaba de mi, jaja)
Se me acercó con cara de triunfador, diciéndome - ¡Oh mi bella heroína Alice …, has sido una dura contrincante, audaz, peleona……, como a mi me gustan las yeguas, pero ya ves ……, siempre termino poniéndote el “collar” jaja!
Yo le respondí - ¡Si Tzar no se hubiese lastimado, no estaba nada claro que hubieses podido cogerme, guapo! ………,
¿Te das pues por vencida, ya dulce fierecilla Alice? – me preguntó. ¡Si claro, no voy a jugarme que el caballo se haga daño de verdad, por seguir corriendo,…., prefiero rendirme….!
Michael, inspeccionó la pierna de Tzar y noto en la palma de su mano, la contractura que se había hecho el caballo.
Me sonrió y tras mover la cabeza de un lado a otro, dándose cuenta de la suerte que había tenido, me dijo - ¡Bueno pues ya eres mi prisionera, jaja! –añadiendo- para que el caballo no se lastime más, tu regresarás caminado a mi lado.
Yo le respondí - ¡Me parece bien, no me importa caminar, vamos de regreso al campamento, sin que este magnífico caballo se lastime conmigo montada!
Pero como ya era costumbre en Michael, nada podía ser tan fácil como el aparentaba demostrar, así que cuando me dijo autoritario ¡Dame tus bragas zorra! …… ahora para caminar, ya no te hacen falta, putita!
Me giré hacia el mirándole con cara de incredulidad diciéndole - ¡No lo dices en serio verdad! ……., Michael, tras soltar una sonora carcajada, dijo ¡Totalmente en serio, puta! ….. ¡ahora ya eres mi esclava ….. –remarcando- …. Te he capturado y eres mía, para lo que yo ordene y desee! …., ¡lo has entendido putita? …., has dejado de ser doncella al entregarte, ahora eres mi esclava y puta!
Por si las cosas no estaban claras, añadió - ¡O te las quitas tu y me las ofreces como tu Amo que soy! …., o yo mismo seré quien te las quite! … guarra!
Poniendo ambas manos en mi cintura, le dije enfadada y retándole - ¡Pues tendrás que quitármelas, porque no pienso humillarme entregándotelas!
Con la calma y estoicidad que le caracterizaba siempre desde que le había conocido, solo dijo …. ¡Bien ….., será más divertido!
Avanzando directamente hacia mi, que le seguía mirando desafiante a los ojos, cuando estuvo frente a mi, de un solo empujón con ambas manos, me hizo caer de espaldas sobre la hierba. Esa reacción por sorpresa, me enfadó aún más y cuando tirada en el suelo iba a incorporarme, Michael se tiro encima mío, cogiéndome las muñecas para evitar que le golpease, porque estaba dispuesta a hacerlo.
El se reía por haberme conseguido capturar, pero yo estaba realmente enfadada por mi mala suerte, y que Michael alardease de macho.
Intenté sin éxito darle un rodillazo o una patada donde más le hubiese dolido, pero el poniendo a salvo su virilidad, e inmovilizándome con sus brazos y su mayor peso y fuerza, me mantuvo las manos detrás de la cabeza, mientras a empujones, se situaba en medio de mis piernas, estando a salvo de mi, y manteniendo mis piernas abiertas y el, el muy creído, entre ellas.
Con una tira de cuero, me ató ambas muñecas juntas, mientras con una de sus manos, me mantenía los brazos por encima de la cabeza, pataleando, pero inmovilizada sin remedio.
Solo me quedaba la opción de gritar e insultarle, descargando así mi rabia, por haber confiado en que me trataría como una doncella, una vez cautiva.
¡Suéltame cerdo, …, me estás haciendo daño! – protesté airada…., pero el gozaba con la situación, que controlaba a su antojo.
Mientras se reía, con esa situación que sin duda, para el era muy divertida me dijo - ¡Me encanta cuando una perrita se resiste, es mucho más divertido tomar lo que quiero, que no que me lo den sumisamente sin lucha! Jajaja..
Mientras con una mano, sujetaba mis brazos con las manos atadas por encima de la cintura, su mano derecha se introdujo bajo mi falda en busca de mis bragas.
No me podía casi mover, pero trataba moviendo mis caderas, de quitármelo de encima.
Sin poder evitarlo, sentí como cogía con su mano, el lateral derecho, más estrecho, y de un solo y fuerte tirón, me las rompía, quedando ahora mi pubis medio desnudo, mientras Michael, tras haber conseguido rompérmelas, ahora, el muy cerdo, me sobaba el pubis, bajando rápidamente hasta mi coño, pudiendo sentir como sus dedos exploraban mi travieso coñito, separando primero los labios exteriores y después los interiores, empezando a meterme un par de dedos dentro y complacido, comprobando lo mojado y empapado de jugos que lo tenía.
Con rabia interior, vi su cara de satisfacción, pero no podía evitar, mojarme como una golfa, cuando el jugaba conmigo.
¡Huy, dijo como si eso le sorprendiese el muy cínico, no sabía perrita, que estos juegos de ser forzada, te calentasen tanto dra. Alice
¡Anda bésame y abandónate al placer de tu captor, porque en el fondo, zorra, deseabas que yo te capturase!
Cada vez más enfadada con el le dije ¡Ni hablar, no pienso besarte, ¡suéltame!
Fue inútil, Michael, ni se inmutó, me agarro del pelo e inmovilizando y dirigiendo mi cabeza, mientras yo e decía ¡Ahhh, me haces daño! Levanto mi cara lo suficiente, para aplastar sus labios contra mi boca, acallando mis quejas, mientras yo, con las manos atadas y ahora libres, golpeaba su espalda, mientras me seguía besando con deseo, y sus dedos no dejaban de follar mi coño.
Mi resistencia, ante la imposibilidad de revertir la situación, fue decreciendo, y el, mientras seguía morreándome, pudo darse cuenta, de que yo ya empezaba a seguir su juego, jugando con mi lengua en su boca, enlazada con la de el.
Al mismo tiempo, sentía mi coño, con deseos de ser follado, con el placer que me producía sentir sus dedos recorrer como una polla, todos su rincones al tiempo que jugaba con mi hinchado clítoris.
Sin casi darme cuenta mientras nos seguíamos besando, ahora ya rendida y con pasión, el sacando sus dedos de dentro de mi, de nuevo, cogió con fuerza, el otro lado de mis blancas bragas , y me lo rompió también, tras lo cual, cogió la parte inferior, totalmente empapada con mis jugos, de un solo tirón me las arrancó y con ellas en la mano, mostrándomelas triunfante, el muy chulo, las tiró lejos en medio de las hierbas que cubrían el suelo.
Enfadada con aquel presuntuoso, pero caliente como una perra, me tenía inmovilizada en medio de aquel prado, mientras veía mis bragas volar.
Casi había conseguido ganarle en el juego, cuando mi fiel caballo, se había torcido una pata al pisar mal, ese me mantenía muy enfadada, porque me había conseguido capturar, solo gracias a su buena suerte y ahora se reía de mi, ese presuntuoso seductor.
Por si no estaba bastante enfadada, el añadió ¡Ves perrita, como te las quitabas por las buenas, jaja, o te las iba a quitar yo por la fuerza, perrita!
Me revolví debajo de el, tratando de soltarme, pero el pesaba más que yo y tenía mucha más fuerza, era inútil mi esfuerzo por recuperar mi dignidad.
Entonces me dijo el muy guarro ¡Ves mi perrita, de no querer quitarte las bragas, ahora estás deseando que te folle tal como te tengo, como si te violase, por la fuerza, pero, no lo voy a hacer y te voy a dejar con ese coño caliente y mojado por mi y mi polla, jaja…., ¿qué frustración verdad Alice, ahora que ya te las prometías tan felices, al sentir como yo te forzaba a follar? Jaja
Solo me quejé diciéndole ¡Me estás haciendo daño, idiota y las piedras del suelo se me clavan! ¡Suéltame ya!
Aunque dentro de mi, lamentaba que aprovechando que me tenía como el quería, ahora el muy cruel, me robase aquel orgasmo que pensaba que iba a proporcionarme por la fuerza, bueno, más o menos por la fuerza y el placer para ser más exacta en mis verdaderos deseos.
Le empezaba a odiar, por esa sensación de seguridad que siempre exhibía, y porque vi que empezaba a aflojar la presión para incorporarse, pero, pillándome totalmente por sorpresa, mientras se reía de mi, que le había creído, en solo un instante, pase de sentir la cabeza de su polla a la entrada de mi dilatado y mojado coño, a sentirla toda dentro, y sus bolas golpeando mi culo, mientras empujaba como un toro, mientras me follaba, y volvía a besarme como un poseso.
Ya no pude disimular más, y abrazándome a su espalda, y cruzando mis piernas sobre su duro culo, mientras el estaba empezando a follarme con fuerza, mientras yo, arqueaba mi abdomen para ofrecérselo totalmente.
En pocos segundos, nuestra discusión había cesado, y solo se oían mis gemidos de placer, cada vez que su pelvis chocaba contra la mía y el acompañaba sus embestidas ayudándose de sus botas firmemente asentadas en la tierra, para empujar su polla muy dura y mojada, lo más profundo que podía dentro de mi, que ahora, me comportaba como lo que había estado deseando unos minutos antes, una puta bien jodida en el suelo, deseando más y más placer.
Un primer orgasmo, sacudió todo mi cuerpo, mientras abría mi boca, libre de la suya ahora, porque Michael estaba ahora mirando y gozando también al ver mi cara de placer intenso, mientras la agitaba a un lado y a otro durante el intenso orgasmo.
Verme así entregada, le satisfizo tanto, que con ambas manos, de un solo tirón, me arrancó los botones del vestido, dejando mis tetas botando desnudas al compas de sus embestidas.
Con mis piernas flaqueando de placer, solté a Michael de mi abrazo, y extendí ambos brazos en cruz sobre la hierba, dejando que el siguiese jodiéndome con placer mutuo, mientras que el, hundió su cara en mis tetas, chupándomelas alternativamente con deseo, mientras seguía empujando como un buen toro, levantando mi culo de suelo a cada pollazo suyo…..¡Dios, ser follada así, en pleno campo, a plena luz y en libertad, pero con el morbo que me daba, que yo no le había dado mi consentimiento, a pesar de que el siempre adivinaba lo que yo deseaba en cada momento, fueron unos minutos de gloria suprema, como dos animales en libertad, gozando del celo.
A pesar de que aguantó bastante antes de correrse, pasados unos minutos, sentí con extremo placer, como se vaciaba por completo dentro de mi, mientras con sus últimas embestidas, tenía un nuevo orgasmo muy cerca, por lo que le rogué ¡No pares ahora Michael, sigue, sigue dándome un poco más!
El me entendió perfectamente y siguió follándome solo medio minuto más, que era lo que yo necesitaba, para alcanzar mi segundo clímax, que en esta ocasión, expresé libremente, solos como estábamos (o eso creía yo) casi gritando mientras me agitaba entera ¡Ohhhhh …, Siiiii…. , Ahhhhhh,…., me matas amor! Ahhh..! Ahhh..! Uummm!, ¡Yaaaaa, ya me he corrido de nuevo…., oh si!
Cuando nos repusimos de todo el placer que nos habíamos dado el uno al otro, nos quedamos quietos y felices…. Yo cerré los ojos, para oír solo los latidos acelerados de nuestros respectivos pechos, mientras el se regodeaba, viendo mis tetas subir y bajar, mientras respiraba deprisa, recuperando el aliento ….., (sin decírselo a el, solo resonando dentro de mi cabeza) me repetía que aquel polvo tan intenso, en pleno día y en medio del campo, había sido uno de los mejores que recordaba, por lo cercano que había sido, a como follaban posiblemente, las ancestrales tribus salvajes, tan salvajes como había sido para mi, ser follada, casi violada, donde el mi macho, había elegido copular conmigo, su presa)
No se lo iba a reconocer nunca, porque ya se lo tenía demasiado creído que era bueno seduciendo a cualquier mujer, así que mejor guardar esas sensaciones para mi.
Finalmente, tras esa relajante pausa con el sobre mi, medio desnudos, Michael se levantó y se bajo su graciosa falda escocesa, viendo que no llevaba ropa interior, como era de imaginar en el y mientras yo miraba su deseada polla y bolas, me dio la mano y me ayudó a levantarme.
Nota: en el próximo capítulo, el 11º, nuestro regreso al Campamento de Foxe's Villaje