Compendium

Me parece que son tres relatos los que tengo aquí.

HOLA

Bueno, pues ahora cuento que como el relato anterior fue escrito hace ya bastante tiempo, han pasado muchas cosas en este lapso, una de ellas es que mi hermano menor entró a la universidad donde asisto, así que atender a Nacho y seguir con nuestros juegos se ha vuelto muy difícil y en más de una vez me he visto en apuros porque como antes teníamos sexo muy seguido, a mi perro le han afectado en forma negativa los largos ayunos a los cuales nos hemos visto sometidos, sin embargo me he dado mis mañas para que nuestra relación siga siendo placentera.

Recuerdo la primera vez que tuve sexo con él estando mi hermano, hacia mucho viento y estaba lloviendo, metí a Nacho a la casa alegando que no quería que se mojara, y con el pretexto de que me dan miedo los truenos conseguí que mi hermano lo dejara quedarse en mi cuarto, no muy contento por cierto, ya que en mi familia piensan que el lugar para los perros se encuentra afuera de la casa exclusivamente, así que por lo general salgo regañada cada que juzgan que consiento de más a un animal, sólo yo sé porqué lo hago.

Pero como les decía, ya instalado en mi cuarto, le indiqué a Nacho un lugar para que durmiera por el momento, y lo hice porque yo sabía muy bien que mi hermano entraría a ver que no lo tuviera encima de mi cama, y en tal caso lo seguro es que lo sacara de la casa a patadas, efectivamente eso ocurrió, pero como Nacho estaba en el piso, pues conseguí que se quedara adentro de mi cuarto, mientras tanto mi hermano se fue a hacer una tarea de contabilidad, mientras que yo me senté en mi escritorio a hacer una de redacción, sin embargo para no pasarme el tiempo aburrida, me puse una falda que me llega a las rodillas, y por supuesto me quité la panty para que Nacho se pudiera acercar a darme una buena ración de sexo oral, (puse el seguro a la puerta, claro está), y me senté a escribir en lo que Nacho se decidía a acercarse a mí.

Creo que ya pasados unos 5 minutos, se acercó y se metió debajo del escritorio a hacer su trabajo, por lo que mejor dejé la libreta a un lado y prendí la televisión para disimular cualquier ruido, y me concentré en recibir todo el placer que mi fiel can me pudiera dar, mientras apretaba los labios para soportar en silencio las ganas de hablarle a mi perrito sin embargo mi hermano tocó la puerta y rápidamente me compuse la falda, empujé a Nacho a su rincón y coloqué todo en orden, abrí la puerta y le pregunté a José lo que quería, que resultó ser un diccionario, se lo di y regresé a mi tarea, después de eso Nacho ya no se acercó, por lo que terminé mi tarea aunque ya muy tarde (las 12:50 pm) y fui a darle las buenas noches a mi hermano, que ya estaba dormido al parecer, pues no se filtraba nada de luz hacia fuera y no había más ruido que algunos ronquidos característicos de él.

Me dirigí a mi cuarto, y puse seguro a la puerta para que no pudiera entrar nadie, después fui por una bufanda y la coloqué en el borde de mi cama, mientras tendí una toalla y llamé a mi perrito, se acercó y una vez que lo tuve cerca lo tomé por el collar, avancé hacia el apagador y nos dejé a oscuras, regresé a tientas a la cama y bueno, para no ser repetitiva todo lo que sigue lo hice a oscuras.

Primero localicé su pene, le dí un masaje que lo puso listo para mi, y después le dí unos chupones que me dieron una idea de lo que me esperaba, ya que tenía casi dos meses que no nos dábamos gusto mutuamente, y como con la práctica ha adquirido pleno conocimiento de lo que debe hacer, y yo ya entiendo sus señales, me dio unos empujones con la nariz en la cadera, lo que me indica que ya no aguanta y lo que quiere es montarme, lo entendí y aunque yo deseaba más juego, él es mi "marido" y yo, como su "esposa" lo obedezco, además yo también ya deseaba una buena ración de lo que sólo el me da, así que localicé la bufanda, y me la amarré para taparme la boca, ya que no me creo capaz de callar los gemidos que me arranca, una vez que lo hice, me coloqué recargada al borde de la cama para que Nacho me montara, así lo hizo y me empezó a follar de una manera realmente salvaje, primero me metió todo su aparato de un golpe, que al momento me hizo arquearme y sentir ganas de quitármelo de encima y patearlo por lastimarme de esa manera tan poco delicada, pero ya estaba imposibilitada para eso, y algunas lágrimas resbalaron por mi mejillas debido al dolor tan tremendo, al tiempo que tomó un ritmo sumamente acelerado, me lastimaba su pene entrando en mi vagina, que a pesar de toda la experiencia aún se debe acostumbrar al tamaño de su huésped, yo sentía que me partía, mis lágrimas seguían y a Nacho no le importaba, lo único que deseaba era satisfacerse aún a costa de mi llanto, y agradecí el momento en que se me ocurrió ponerme una mordaza, después de un rato empecé a sentir placer, y dispuse mi trasero a su entera disposición, ahora mis lágrimas ya estaban secas, y me dispuse a gozar, sentía nuestros fluidos recorrer mis piernas, mientras que un golpeteo se escuchaba, era un golpeteo rápido, constante, eran sus testículos golpeando contra mi sexo, cosa que ni preví pero que me preocupó ¿y si lo escuchaba mi hermano? ¿si se levantaba e iba a tocar mi puerta? Dudo mucho que Nacho me hubiera dejado levantarme, y ni con un milagro hubiera podido disimular el desorden en mi ropa, en el piso o mi cuerpo, realmente me angustié e hice esfuerzos para quitarme a Nacho de encima, pero no pude, me tenía firmemente sujetada y seguía con su ritmo, con penetraciones rápidas y profundas que debido a que mi excitación había bajado ahora me lastimaban, y lo único que pude hacer fue colocar mi mano por debajo de mí y colocarla justo donde chocaban sus testículos hasta que se formó su bulbo, entonces lo sujeté y puse atención, atenta a cualquier ruido, pero como no pasaba nada me deshice de esa postura y me afiancé bien a la cama para soportar su entrada, ahora si lo sentí perfectamente, y hasta me horroricé de que eso hubiese entrado en mí en ocasiones anteriores, no podía soportarlo, de no haber traído la mordaza sin duda hubiera despertado hasta a los vecinos de un grito, sin embargo el suplicio duró relativamente poco y después de momentos eternos y dolorosos lo sentí llenarme, sin embargo mi descanso duró muy poco, ya que siguió con sus embestidas, ahora muy cortas pero igual de rápidas, hasta que me inundó con su semilla, que recibí gustosa ya que el frio era tremendo y me proporcionó cierta calidez corporal.

Fiel a su costumbre, Nacho apenas descansó, ya que después de un rato le volvieron a dar ganas y me volvió a follar, ahora si pude disfrutarlo y me dio otras 2 raciones que me sorprendieron por su abundancia, después de safarse me limpió con su hermosa lengua, y se echó a un costado de la cama, por mi parte consideré que era ingrato dejarlo limpiarse solo, así que con cierta renuencia limpié su miembro con mi boca, digo renuencia porque a mi no me agrada la idea de probar mis propios fluidos, pero ni modo, sentí como mía la obligación de asearlo y así lo hice, cuando terminé encendí la lámpara del buró y vi que eran las 02:00 horas, o sea que estuvimos jugando un poco más de 1hora, así que me acosté con Nacho junto a mi y ambos pudimos dormir tranquilos.

Al otro día tuve que sacar a Nacho de la casa a una que le mandaron construir, pero como no está encadenado pues no hay impedimento para que yo lo meta a la casa cada que puedo, mientras sigo mis estudios con la esperanza de algún día tener mi propia casa y llevar a Nacho a vivir conmigo.

Pao.

Hola, pues continuo con la redacción de mis relatos, ya que como se pueden imaginar no siempre dispongo de la máquina para escribir mis relatos, además de que si los escribo por separado me vería en la necesidad de crear varios archivos, decidí hacerlos todos aquí, espero que no les incomode.

Bueno, ya pasó un poco de tiempo desde mi último relato, agradezco a las personas que me han escrito, y que afortunadamente lo han hecho en su mayoría con el respeto que solicité.

Ahora les cuento que hace aproximadamente 1 mes me sucedió algo muy inusual.

Sucede que mientras estaba comenzando otro relato para publicar, Nacho entró como loco, sumamente agitado y asustado, corría al baño, se asomaba a las ventanas y subía las escaleras rumbo a nuestro cuarto, toda esa actividad me extrañó ya que él es sumamente tranquilo, y solo se pone latoso cuando desea tener un buen rato de sexo, sin embargo nunca se pone así, por lo que pensé que algo muy malo estaba pasando, así que asomándome por la ventana intenté descubrir cuál era el motivo de su conducta, no vi nada y supuse que quizá debido al calor que últimamente hay mi perro estaba mostrando esa conducta, por sed o lo que fuera, pero aún así estuve alerta ya que como dije, por aquí hay mucho marihuano y tal vez le habían hecho una maldad que no le sentó muy bien.

Intenté tranquilizarlo, pero estaba muy inquieto, así que supuse que lo mejor era distraerlo con algo, así que fui a la cocina y le llené un plato con muchas croquetas y puse suficiente agua a su disposición, le hice cariños en la nuca y a lo largo de su lomo, se calmó y me fui a hacer mi tarea mejor, ya que por ahora se me complica mucho el cálculo diferencial así como mecánica y óptica, por lo que mejor intenté por el resto de la tarde a pelear con los números.

Al otro día, al terminar las clases, seguí la rutina de siempre: A cambiarme la ropa, cocinar algo, darle de comer a Nacho, hacer mis tareas, etc., y como todos los días lo dejé salir al patio a jugar un rato, mientras yo me dediqué a las labores del hogar, sin embargo después de un rato sucedió lo mismo, ya que Nacho entró muy agitado, pero ahora sus visitas a las ventanas se hicieron muy frecuentes, por lo que supuse que los vagos debían estar afuera todavía, pero no, era solamente otro perro pero de un tamaño muy pequeño el que lo inquietaba, así que con la finalidad de que dejase de importunarnos salí con una cubeta de agua a correr a la "visita", pero justo cuando lo estaba centrando para que quedara bien mojado el perro aquél, llegó una chiquilla de 14 años aprox., hija de un matrimonio que vive a media cuadra de mi casa, y que se disculpó si el perro me había dado problemas ya que en ocasiones se sale de su casa y tiene que andar buscándolo.

He de decir que me cayó muy bien la niña (por razones obvias omito su nombre, pero la llamaré Laura), congeniamos y hasta ahora de vez en cuando la veo, a veces me visita y creo que me hace muy bien tener una que otra amistad, sin embargo a veces es un poco inoportuna, como relato a continuación:

Era el 27 de mayo, esa tarde estaba viendo TV en mi habitación con Nacho, como de costumbre le estuve acariciando el pene hasta que vi que estaba listo para eyacular, así que lo masajeé más, pero Nacho se puso muy inquieto, así que comenzó a buscar la forma de montarme, así que me subí la falda y recorrí la panty lo suficiente como para que recostándome sobre la cama pudiera penetrarme sin problemas, me recosté y abrí las piernas; enseguida entendió y al verme dispuesta a sus pretensiones, se montó sobre mí y me penetró a una gran velocidad de acuerdo a su costumbre, sin embargo esta vez no dejé que me metiera el bulbo, sino que lo detuve para que solo eyaculara en mi interior, y después de eso conduje su miembro hasta mi ano, ya que aunque lo hacemos poco por ahí la verdad me gusta sentir como lo aprisiono, así que pasando una mano por debajo de mí, tomé su miembro y controlé que me lo fuera metiendo pausadamente, hasta que después de un rato ya pude dejarlo hacerlo solo, se estuvo moviendo sobre mí un rato, yo estaba en la gloria y sudaba debido al calor y al "ejercicio", y Nacho empezaba a empujar para introducir su bulbo en mi, y aunque a veces lo dejo hacerlo esta vez metí mi mano para impedirlo porque me duele, sin embargo él empujaba muy fuerte para conseguirlo, y eso es el aviso de que me va a dejar dentro mucho semen, yo lo estaba deseando y esperaba mi recompensa llenándome toda como de costumbre, sentía su pelo acariciar mi entrepierna, sus testículos chocar contra mi mano y lo mejor era que podía ver la cara de él, con sus ojos mirándome mientras su lengua salía por un lado de su hocico, era increíble y estaba gozando mucho, cuando sonó en timbre de la casa y enseguida escuché la voz de Laura, me puse muy nerviosa ya que me había pedido prestado mi juego geométrico (de los grandes, de madera) para hacer una tarea, así como otros materiales que por ser incómodos de transportar le di una copia de las llaves de la casa para que me los dejara en la sala, pero habíamos convenido que los llevaría hasta el día siguiente que salgo tarde de la escuela, por lo que ahora si estaba en un problema, no sé si por los nervios contraje mi esfínter, pero al parecer le agradó a Nacho ya que entre una mezcla de gemido y ladrido me regaló una buena cantidad de semen producto de su orgasmo, yo ya no pude disfrutar el mio y aproveché el tradicional inter de nacho para quitármelo de encima, me coloqué la panty y bajé mi falda sacudiéndome los pelos de Nacho, enseguida lo jalé a la regadera y abrí la llave del agua fría para que se nos bajara un poco la calentura, escuché a Laura subir,

¿Pao? ¿Dónde estás? Te traje tus cosas.

Estoy arriba bañando a Nacho, es que parece que tenía calor.

Subió y tocó a mi puerta.

¿Puedo pasar?

Sí, pero no te lo recomiendo porque ya ves cómo huelen los perros cuando los mojas.

No importa, quiero preguntarte algo.

Salí del baño, con un trapo limpié las manchas de semen que pudieron caer al suelo, y limpié mis piernas, ya que algo de semen empezaba a resbalar por entre ellas, acomodé un poco la cama, etc., tratando de disimular totalmente lo que había pasado en el menor tiempo posible, luego quité el seguro de la puerta y la dejé entrar.

¿Qué sucede?

Lo que pasa es que me dejaron una tarea de matemáticas que no puedo resolver ¿me ayudas?

"ay criatura, ¿y para eso interrumpiste a Nacho?" pensé. Bueno, ¿de qué se trata?

Es que hay que hacer unas ecuaciones, y no le entendí al maestro cómo se hacen

Se dice "no le puse ni un poquito de atención" – reímos- pero bueno, vamos a verlas, si me acuerdo bien cómo se hacen te ayudo, y si no, pues las buscamos, ¿bien?

Si, ¿y Nacho?

¡Nacho! Espérame, es que lo estaba bañando, solo deja que lo termine y bajo a ayudarte.

Si quieres te ayudo

¿No hay problema si llegas oliendo a perro mojado a tu casa?

No, para nada, de todas maneras con este calor que hace, llegando a mi casa me baño yo.

Fuimos al baño, ahí estaba Nacho, mojado a medias, temblando y con su excitación reducida a cero por el agua fría, mirándome con algo de reproche, mientras que Laura decía ¿lo habías empezado a bañar?, entonces me di cuenta de que apenas lo había mojado, muy poco la verdad, con el shampoo esparcido a lo largo de su lomo – casi seco- en zigzag como si fuera mostaza en un perro caliente, y claro que lo había estado, pero ahora la escena resultaba bastante cómica,.

Si, lo empezaba cuando llegaste.

No importa, ahorita lo dejamos bonito.

Lo empezamos a bañar, sin embargo le sorprendió que enjabonara el pene y los testículos para lavarlos.

Oye ¿no te da asco?

¿Qué?

Lavarle "ahí"

No, se trata de dejarlo limpio ¿No?

Pues si, pero a mi me da… bueno, asco.

No te fijes, de todas maneras no le voy a decir a medio mundo cómo baño a mi perro, además se siente como esponjosito.

No me digas que te gusta.

No, cómo crees (me encanta), ¿pero a poco tú no le lavas sus cositas a tu mascota?

Pues a veces, pero tu como que lo haces muy natural, y en cambio yo apenas les doy una pasada y corro a lavarme las manos con alcohol, además mi perro es mas pequeño y mira, algo le está escurriendo (señaló el pene de Nacho, efectivamente le escurría algo: un poco de semen, pero mejor cambié de tema)

Pues no creas que no me lavo las manos después de bañar a Nacho, ¿y cómo te va en la escuela?

Bien, pero a veces tengo problemas con las matemáticas, el profe es un bruto.

Yo también tengo problemas con eso, pero vamos a apurarnos que se está haciendo tarde.

Bueno.

Ya no hablamos del tema, nos apuramos y más tarde salimos, secamos a Nacho, y lo saqué al jardincito a que se terminara de secar, mientras comenzábamos a pelearnos ambas con los números.

Y bueno, pues esa es la historia, a mí me causa gracia ahora que la recuerdo, pero ese día apenas pude controlar mis nervios, no sé que opinen ustedes.

Hasta el siguiente relato.

Hola, aquí estoy de nuevo, pues sucede que por el momento sigo estudiando, se me complica muchísimo pero ni modo, tengo que seguir con la escuela pero como tampoco estoy como para quejarme con ustedes, les narro lo siguiente:

Ya hace mucho que mi hermano llegó a la casa, y su presencia complica mucho mis aventurillas con Nacho, aunado a esto están las visitas de Laura y ya comprenderán que las veces en que puedo "jugar" con mi perrito ya son muy pocas realmente, y el consuelo que me daba leer relatos y ver fotos en la web por ahora está vedado para mi porque cerraron el café internet donde habitualmente disfrutaba un poco de zoo (estaba con casetas que conferian mucha privacidad), así que por ahora mi actividad sexual va en una terrible picada, sin embargo aún se dan cosas emocionantes que hacen que ese pequeño espacio de tiempo en que puedo liberarme valga la pena, tal es el caso de ayer.

Estaba muy aburrida, cambiando los canales de la televisión uno tras otro, sin ver nada en realidad y prácticamente en forma mecánica, mi hermano está ahora de vacaciones y está todo el día en la casa, mientras que yo por reprobar cálculo diferencial debo asistir a clases extraordinarias para recursar la materia, en compañía de muchos otros que al igual que yo pagan caro el no esforzarse lo suficiente o definitivamente el ser idiotas, no importa el caso, ahí estamos en el mismo salón acalorado, llego a casa caminando bajo el sol, con mi inútil hermano esperando mi llegada para que le prepare algo de comer (hombres: ¿tienen algún tipo de fobia a la estufa y al sartén?), con tareas que a esa altura no quiero ni recordar que existen, estamos a no sé cuantos grados centígrados, pero son muchos más de los que puedo tolerar, y poco a poco mi ánimo decae, hasta que escucho una voz:

¿Me prestas una lana?, es que quedé con mis amigos de ir a nadar con ellos, pero necesito comprar algunas cosas

No

¿por qué?

Tu tienes dinero

Ya me lo gasté

Yo también

No seas mala

..Te presto 300

¿Estás loca? No me alcanza

Pídele a tus amigos

Está bien, está bien, 300

Que te vaya bien

Gracias

Apenas se fue mi hermano, me dirigí al baño a ducharme, realmente me sentía sucia por el sudor, y pensé que Nacho seguramente sufría lo mismo así que decidí bañarlo también, lo pasé y el pobre lo primero que hizo fue agradecérmelo con una serie de lengüetazos en mi cara que correspondí con mi propia lengua –son nuestros besos-, lo metí a la ducha y lo bañé, al secarlo noté que ya completó su crecimiento, ya tiene un tamaño considerable y su ladrido se ha hecho más adulto, lo miré con cariño y me incliné ante él para darle un fuerte abrazo mientras acariciaba su cuello "mi amor, ya eres todo un macho, estoy muy orgullosa de ti ¿me quieres?" me respondió con besos que correspondí, y mientras busqué su pene para comprobar que mis observaciones eran correctas, él se dejó hasta que pude inclinarme a besar su miembro, enseguida me quité la panty (perdón por la omisión, pero es que siempre lo baño en ropa interior para mayor comodidad) y me coloqué de espalda al piso en una especie de 69, en el que yo acaricio su pene y lo veo crecer en mis manos mientras él lame mi vagina, algunas gotitas de agua cayeron en mi cuerpo mientras que algunas provenientes de su miembro escurrían hasta mi cuello o senos, hasta que se quitó y comenzó a insinuarme que deseaba poseerme, yo también deseaba lo mismo así que sin salir del baño me coloqué en posición de perrita, y él me montó con toda la experiencia que le ha proporcionado el tiempo que llevamos como amantes, sentí su miembro entrar en mí de un solo golpe, fuerte, muy firme, sabiendo que a pesar de que soy algo estrecha y me duele cuando me penetra, siempre termino disfrutando mucho, cada entrada o salida de su pene era registrado por mi cerebro, cada roce de su longitud y grosor, lo caliente, húmedo y duro de él era como golpes en mi cabeza, me sentía aturdida, y sin embargo me gustaba, sentía una especie de ardor en la entrepierna, una mera necesidad de sentir aún más profundo al invasor de mi vagina sin importar que desde el principio ya estaba tocando el fondo, hubiera deseado poder retenerlo en esos instantes, mi espalda temblaba bajo su pelo aún mojado que sin embargo me hacia cosquillas que electrizaban mi columna vertebral, mis glúteos sentían aún más su pelo del vientre, y mis brazos apenas podían sostenerme, presas de constantes temblores, sentía sus testículos chocar en la entrada de mi vagina, aplastar mis labios mayores y acariciar los menores, mientras que los jugos de ambos resbalaban por mis muslos y yo estaba gimiendo, mordiendo mis labios hasta hacerme algo de daño, en una especie de trance donde lo único importante era sentirme suya y a la vez sentirlo mío, nunca me creí una mujer capaz de sentir muchos orgasmos en una sesión de sexo, sin embargo en realidad parece que los tuve, uno tras de otro en una cadena maravillosa que parecía no terminar, y cuando sentí que detenía un poco su ritmo para presionar su bulbo dentro de mi, simplemente entró, no puse nada de resistencia, y comenzó a dar pequeños empujones, estuvo así por un rato hasta que finalmente sentí como mi interior era llenado con un líquido caliente, que sin embargo calmó mi interior un poco, claramente sentí cómo se deslizaba dentro mío, su tibieza, lo sentí recorrer mis entrañas, inundar mi útero y mezclarse con el líquido que ya había sido depositado a lo largo de todo el encuentro, llenar todo el espacio disponible y, por su abundancia, buscar una salida, y así empecé a sentir cómo escurría rápidamente por entre mis muslos, aún caliente, mientras que él se mantenía firmemente aferrado a mí, sin moverse y respirando rápidamente, ensimismado en su propio goce hasta que después de que cesaron las palpitaciones de su miembro que descargaba hasta la última gota de semen muy dentro mío pasó una pata por sobre mis glúteos y después de jalarme por unos cuantos pasos de un tirón se salió, dio media vuelta y me limpió con su lengua mientras que yo estaba tendida en el piso ya que realmente me sentía sin fuerzas para moverme siquiera, así estuve por unos momentos hasta que recuperé la fortaleza para levantarme, comenzar a limpiar el piso y ahora si, darme el baño que en realidad necesitábamos.