Compartir piso con mi hermana universitaria. (3).

Con motivo de la boda de mi hermana Paula volvemos a coincidir. Tercera y última parte de esta historia de incesto entre hermanos.

Por fin tenía unos días de vacaciones, la excusa no era otra que la boda de mi hermana Paula. Me había cogido una semana para poder descansar en el pueblo, aunque antes me iba a pasar por la ciudad donde había estudiado la carrera, Jaime me había llamado para salir a cenar 4 compañeros de la facultad.

Salí en coche desde Madrid hasta que llegué sobre la hora de la comida. Entré en el piso donde había estado viviendo con Paula, ahora estaba vacío y sin vida, nadie iba allí salvo unos familiares una vez al mes para comprobar que estaba todo en orden.

Nada mas entrar recibí una llamada de Valeria.

  • Acabo de llegar, te iba a llamar ahora, dije yo

  • Así que al final te has ido, me parece fenomenal, llevamos tres meses sin vernos y para un fin de semana que puedes venir a Sevilla prefieres pasarlo de fiesta con tus amigotes.

  • No seas así Valeria, nosotros nos vamos a ver la semana que viene...

  • ¡En la boda de tu hermana, sino ni eso!.

  • Ya sé que es por la boda, pero a éstos hace mucho que no les veo, también me apetecía, si no nos fuéramos a ver la semana que viene claro que hubiera ido a Sevilla.

  • ¡Haz lo que quieras, pásalo muy bien esta noche!

Y me colgó, la típica llamada de novia toca pelotas para joderte la salida nocturna con los amigos. Ya estaba acostumbrado a las “maneras” de niña malcriada de mi novia, así que no le dí importancia.

Entré en la habitación a dejar la ropa, estaba la cama hecha, aunque no creo que me hiciera falta para la noche pues estábamos en verano, fui a la cocina y abrí el frigorífico, nada, vacía, me iba a tocar salir a comer, otra cosa que ya sabía.

Miré la mesa de la cocina, ahí fue donde follé con Paula por primera vez, ¡que recuerdos! y ahora 8 años mas tarde se casaba. Menudo polvazo pegamos y después vaya tarde, yo pensé que ya no íbamos a disfrutar tanto como aquella vez, pero que equivocado estaba, cada vez que lo hacíamos ¡¡era la hostia!!, no hay nada mas impúdico y lascivo que follarte a tu hermana, sentir su boca mientras te la chupa, metérsela a cuatro patas, encularla de pies en su habitación después de llegar de fiesta, correrte sobre su cara...mientras follamos estás como en un estado de orgasmo permanente, tiemblas preso de la excitación y el morbo y eso no se pasa con los años, sigue igual o aumenta, en aquella época perdí la cuenta de cuantas veces nos acostamos y todo lo que llegamos a hacer.

Pero esa primera vez no se olvida, cuando me corrí en la cocina no me quedé del todo satisfecho, seguía excitado y con la polla tiesa, Paula jadeaba con la falda enrollada en la cintura y el sudor le caía entre sus enrojecidas tetazas, que acababa de atizar.

La bajé de la mesa y de la mano fuimos a su habitación, Paula tenía la mirada perdida y se dejaba llevar sin decir nada, al llegar a los pies de la cama le quité la faldita y la empujé sobre la cama donde quedó completamente desnuda tumbada boca arriba, sin mas preámbulos me puse sobre ella y se la volví a meter, nos abrazamos desnudos, nerviosos, cachondos y comenzamos a follar de nuevo. Ese polvo fue mas largo que el primero, nos comíamos la boca mientras la penetraba, amasaba sus tetas, luego la agarraba del culo, tuve que levantarme un poco para ver como se la movían los pechos a cada embestida, Paula había girado la cabeza hacia un lado y gemía con los ojos cerrados.

La introduje un dedo en la boca que ella aspiró con fuerza, luego lo saqué y me lancé sobre ella para besarla, nos fundimos en otro largo beso duradero, comiéndonos la boca, chupándonos las lenguas.

¡Todo era tan guarro y obsceno!

Miré su depilado coñito, me encantaba ver como entraba y salía la polla de dentro de mi hermanita, intentaba no perder detalle de nada, tenía que recordarlo para toda vida, finalmente ella puso las manos sobre mi culo como hizo en la cocina y embistiendo con fuerza nos volvimos a morrear hasta que me corrí otra vez dentro a la vez que ella también llegaba a su orgasmo.

Ahora sí, me quedé medianamente satisfecho, me eché a un lado y mi polla pringosa salió de su chorreante coño. Las dos corridas acumuladas en su interior se la iban derramando por los muslos a Paula, entonces es cuando por primera vez fue consciente de lo que habíamos hecho.

Se sentó en el cabecero de la cama y recogió las rodillas, no tardó en ponerse a llorar.

  • ¡¡Noooooooo, que hemos hechoooo!!!

Yo intenté tranquilizarla, la abracé y luego besé uno de sus hombros.

  • Tranquila Paula, estamos juntos en esto, tu y yo como siempre...

  • ¡¡Nos hemos acostado!!, ¿no te das cuenta de lo que hemos hecho??, ¡¡¡somos hermanos, joder!!!

  • Y si...no sé, se entera alguien, podían habernos pillado por ejemplo ahora, dijo levantándose corriendo a echar el pestillo y dejar la llave puesta en la cerradura para que nadie pudiera abrir desde fuera.

Después de pasar por el baño a limpiarse, volvió a la habitación, estaba completamente desnuda y sus enormes tetas todavía tenían las marcas de los azotes que la había pegado en la cocina, despacio se volvió a subir a la cama donde yo descansaba con total tranquilidad como si el mundo no fuera conmigo. Paula había dejado de llorar y parecía mas calmada que 10 minutos antes.

  • ¿Que vamos a hacer David?.

  • ¿Que vamos a hacer de qué?, dije yo.

  • De lo que acaba de pasar, no podemos seguir con ésto, no quiero acostarme contigo David, eres mi hermano...

  • Si que quieres, lo que pasa es que todavía no lo has aceptado y debes hacerlo Paula, si, es verdad, somos hermanos, ¿y que?, mas morbo, nadie va a enterarse nunca, tienes que empezar a aceptar que vivimos juntos y ésto solo acaba de empezar, no vamos a poder remediarlo Paula, estamos solos aquí en este piso, ¡¡vamos a follar todos los días!!, ¡incluso varias veces al día!, y tú lo sabes tan bien como yo...

Paula se tapó la cara resoplando, no me negó lo que le acababa de decir, no quise darle mucho tiempo a que siguiera pensando que aquello estaba mal, me junté con ella y empecé a besar su mejilla, con la mano acaricié sus pechos y mi hermana no tardó en gemir cuando con la boca bajé a chupar su cuello.

Volví a empalmarme y cuando bajé la mano a su coño ella se abrió de piernas para facilitarme el trabajo.

  • ¡Cógeme la polla!, le dije a Paula.

Ella me hizo caso y comenzamos a masturbarnos mutuamente sobre su cama, lo hacíamos despacio, sin prisa, mirándonos a los ojos y besándonos en la boca de vez en cuando. Ahora teníamos todo el tiempo del mundo, estábamos tan a gusto que queríamos que aquellas pajas duraran varias horas. No sé si tanto, pero por lo menos media hora si estuvimos en esa postura, hasta que me tumbé boca abajo y le dije a mi hermana que se me pusiera encima. Paula pasó una pierna sobre mi y agarrándome la polla se la insertó en su interior.

Otra vez estábamos follando.

Lo hacíamos despacito, abrazados, besándonos, tocándonos cada centímetro de nuestro cuerpo, pero cuando llevábamos otra media hora así nos fuimos calentando, nos fuimos poniendo otra vez muy cachondos. Paula me cabalgaba mas deprisa y cuando se puso erguida y las manos sobre su pelo yo volví a azotar con fuerza sus fantásticas tetazas, PLAS.

  • ¡¡¡Ahhhhhhhhhhh, cabronazo!!, mas despacio, me has hecho daño.

  • ¿Seguro?, PLAS, PLAS...

  • ¡¡Ahhhhhhhhhhhhhhhh!!

  • Como te gusta que te azote en las tetas, ¡¡joder te encanta hermanita!!.

  • Mmmmmmmmmm, mmmmmmmmmmm

  • ¿Quieres otro?, PLAS, dije sin esperar su respuesta.

  • Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, siiiiiiiiii, siiiiiiiiiii, dame mas.

PLAAAAAAAAASSS.

  • ¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHH!!!

  • Para, estate quieta, ponte a cuatro patas, quiero follarte así, dije empujándola a un lado...

Paula se puso como le había ordenado y se abrió bien de piernas arqueando la espalda, con un golpe de pelo miró hacia atrás impaciente porque se la metiera. No tardé en hacerlo poniendo mi polla entre sus piernas, de un solo empujón se la metí hasta los huevos, haciendo que mi hermana casi cayera hacia delante, aunque no tardó en recomponer su postura.

La sujeté por la cintura para empezar a darla con ganas, en ese momento no la veía como mi hermana sino como una universitaria de 23 años que estaba cachonda. Sus enormes ubres colgaban hacia abajo y casi rozaba con los pezones en la sábana, a cada acometida sus enrojecidas tetas se bamboleaban delante y atrás en un baile frenético y descontrolado.

Yo tenía el control y me la follaba al ritmo que me apetecía. Despacio, luego rápido, mas despacio, rápido, fuerte, despacio. Una gozada, hasta me permití el lujo de soltar otro par de azotes en sus nalgas y de agarrarla del pelo como una jodida puta.

Paula había pasado en una hora, de negarse a estar llorando por lo que hacíamos, a estar desinhibida por completo. No ocultaba sus gemidos y de vez en cuando miraba hacia atrás poniendo cara de vicio para que siguiera follándomela.

Cuando ya no podía más pegué una última embestida salvaje haciendo que Paula saliera despedida hacia delante. Mi polla saltó hacia arriba y giré a mi hermana para que quedara tumbada en la cama. Me senté sobre su estómago y meneándomela rápido me corrí sobre sus tetas, llegando levemente a salpicar su cara.

Si hubiera sido la primera corrida del día la hubiera cubierto el rostro de leche caliente. Sin ninguna duda.

Caímos exhaustos sobre la cama, abrazándonos y riéndonos.

  • Creo que necesito una ducha, dijo Paula.

  • ¿Entro contigo?.

  • ¿Es que no piensas dejarme respirar?.

  • Me parece que hoy no.

Saltó hacia la ducha y yo salí detrás de ella. Con el agua caliente nos estuvimos besando un rato, luego lavé su enorme melena, para terminar enjabonando su cuerpo. Ella me hizo lo mismo.

Cuando terminamos ya estaba empalmado de nuevo.

Pusimos la bañera y dejamos que se llenara de agua, luego nos metimos dentro pegándonos un baño relajante. Ahí estuvimos hablando largamente mientras yo sentado detrás de ella no me cansaba de acariciar sus pesados pechos. Quedamos en que teníamos que seguir haciendo vida normal, lo mas normal que se pudiera dentro de esas circunstancias, teníamos que obligarnos a ir a clase todos los días y seguir estudiando, quedar con los amigos, no tener relaciones fuera de casa, eso era importante, jamás arriesgarnos a que nos pudieran pillar. Todo eso estuvimos hablando durante casi una hora.

Cuando el agua ya estaba mas bien templada Paula se dió la vuelta y comenzamos a besarnos de nuevo. Nos pusimos de pies y salimos como pudimos de la bañera. Mi hermana estaba preciosa con su melena mojada, después de secar su cuerpo hice que se sentara en el retrete y me agaché para comerla el coño por primera vez.

¡Que gustazo lamérselo a tu hermana y más estando bien limpito después de una ducha!

No quise hacer que se corriera, para que ella me correspondiera, por supuesto que captó el mensaje cuando me puse de pies ante ella con una formidable erección pese a haberme corrido ya tres veces.

  • ¿Quieres tú?, me preguntó mi hermana.

Sin esperar la respuesta se arrodilló y se metió mi polla en la boca, me la estuvo chupando un rato en el baño, pero aquello había que hacerlo en condiciones, disfrutarlo bien. Nos fuimos a la cama y me tumbé para estar mas relajado. Ahora si, Paula se subió en la cama y me la agarró con la mano, sin dejar de mirarme me pasó la lengua por toda la polla hasta que estuvo mojada por completo, luego se la metió en la boca.

¡Pocas sensaciones hay mejores en esta vida que una mamada de tu hermana!

Que barbaridad, no dejó un centímetro sin chupar, hasta los huevos me comió con cierta maestría, estaba claro que era algo que hacía con frecuencia a su novio Fernando. No sé el tiempo que me la estuvo chupando, pero me puso tan bruto que tenía ganas de volvérmela a follar de nuevo. Sujetándola por el pelo la tumbé en la cama y me puse sobre ella.

  • ¡Me vuelves loco, quiero hacerte de todo!, dije yo.

  • Ya hemos hecho de todo, que mas quieres, dijo Paula tirándose a darme un beso en la boca.

Bajé la mano y busqué su culito, después de pasar un dedo por la humedad de su coño la acaricié el ano y con dificultad conseguí meterla un dedo dentro.

  • ¡¡Quiero hacerte de todo!!, ¿estás dispuesta?.

  • No lo he hecho nunca, me dijo Paula sabiendo a que me refería.

  • A Sofía le encanta y a ti también te gustará...

  • Mmmmmmmmm, no puedo decirte que no a nada...pero si no te importa lo dejamos para otro día...hoy ya son demasiadas novedades...

  • ¿Así que estás dispuesta, eh?.

  • Si.

  • ¿A que?.

  • Ya lo sabes...

  • Quiero que me lo digas...

  • ¿Que quieres que te diga?.

  • Pues eso, lo que quieres que te haga Paula...

  • Me da vergüenza.

  • No quiero que te de vergüenza nada conmigo, te lo dije antes, ¡¡vamos a hacer de todo!!, me pones mucho hermanita, ni te lo imaginas...hoy vamos a descansar, pero mañana o pasado te voy a dar por el culo, te lo voy a estrenar yo, además me hace mucha ilusión...¿te parece bien?.

  • Si.

  • Pues ahora pídemelo.

  • Puedes hacerme lo que quieras hermanito, lo que quieras...por detrás también si quieres, ¡quiero que me des por el culo!, ¡quiero que me folles por el culo!, ¿así te parece bien?.

  • Me parece perfecto y además tu culo será solo mío, se me ha ocurrido ahora, solo yo te follaré por el culo, nadie más, ¿vale?.

  • Siiii, me gusta la idea.

Nos dimos un beso como dos enamorados y me eché a un lado pensando que ya habíamos terminado por esa tarde.

  • ¿Que haces?, dijo Paula.

  • Como me has dicho que hoy ya no...

  • Hoy no lo otro, pero quiero que me la vuelvas a meter...

  • Joder Paula, esto va a ser peor de lo que pensaba, me vas a matar, dije poniéndome encima de ella y “haciendo el esfuerzo” de volverme a follar al pibón de mi hermana.

Y así terminó la primera tarde, lo que quedaba de curso y el siguiente entero seguimos manteniendo una relación incestuosa en el piso de estudiantes. Eso sí, respetamos lo hablado el primer día, seguir yendo a clase, con los amigos, haciendo vida normal, estudiando y nada de vernos fuera del piso. Yo mas o menos respeté eso, pero tuve que cortar con Sofía.

Me era imposible estar follándome a diario a mi hermana y estudiar para los exámenes y además tener una relación de novios medianamente normal con ella. A las tres semanas de empezar mi relación incestuosa con Paula rompí con ella- Se quedó bastante echa polvo ya que desde luego no se lo esperaba, pero mi hermana si consiguió afianzar su relación con Fernando, en el fondo siempre ha sido mucho mas organizada que yo.

Así estuve unos años sin novia, de vez en cuando me follaba a alguna para que lo vieran mis amigos y así no pudieran sospechar nada, pero no quería nada serio. Cuando Paula ya se instaló en Madrid para trabajar y me quedé solo en el piso los dos últimos años de carrera seguí con mis rollos puntuales, me follé a muchas tías para tratar de paliar la ausencia de mi hermana.

Unos años mas tarde coincidí de nuevo con Valeria, la hija de un amigo de mi padre y comenzamos a salir. Desde el principio una relación a distancia, ella estudiaba medicina en Sevilla y yo iba a empezar a trabajar en Madrid con mi padre, tan solo en vacaciones podíamos pasar unos días juntos, pero así mas o menos estábamos bien. Ya llevábamos 4 años de novios.

Por la noche me duché y me puse una camisa de manga larga arremangada para cenar con los compañeros de la facultad. Me esperaba una agradable sorpresa. Estaban Jaime, otros tres amigos y Sofía, desde luego que no contaba con ella.

  • No he podido avisarte, se ha apuntado a última hora, me dijo Jaime.

  • No pasa nada, por mi no hay problema.

Nos saludamos normal y luego fuimos a un restaurante los 6. Tengo que decir que después de romper Sofía y yo dejamos de hablarnos y con el paso de los años prácticamente dejamos de saludarnos también. Como si fuéramos dos desconocidos, aunque ella siguió manteniendo contacto y relación con Jaime y otro de nuestros amigos.

Sofía estaba muy guapa, ahora tenía 27 años como todos nosotros y ya no era la jovencita de cuando empezamos a salir. Al contrario que mi hermana Sofía se había dejado crecer el pelo, seguía con su misma cara aniñada de siempre y en sus ajustadísimos vaqueros marcaba un culito pequeño y redondo, como recordaba. Ahora era una mujer atractiva, no tan imponente como Paula, pero desde luego había ganado con los años.

Pasamos una cena estupenda entre amigos, era como que no había pasado el tiempo, intentábamos quedar una vez todos los años o al menos cada dos años. Después nos fuimos a un bar de copas y en un momento dado de la noche me quedé a solas con Sofía, ya mas o menos durante la cena me había enterado que había estado trabajando en Alemania y ahora llevaba unos meses en Madrid también. Estuvimos hablando un rato de cosas del trabajo y luego quise entrar un poco en lo personal.

  • Oyes Sofía, sé que ha pasado mucho tiempo, pero me gustaría disculparme por lo que pasó...

  • Si, como dices ha pasado mucho, tampoco es momento ahora de hablar de eso.

  • Si, lo sé, pero creo que te debo una disculpa, no hice bien las cosas, tuve un problema personal importante (mentira) y no quise que afectara a lo nuestro, preferí que no siguiéramos aunque estábamos muy bien...

  • Eso fue lo que mas me dolió quizás, yo también pensaba que estábamos bien y no lo vi venir, pero bueno son cosas que pasan y de todo se aprende y una se hace mas fuerte...

  • Pues lo siento mucho, ahora estás muy guapa, te han sentado muy bien los años, te queda muy bien el pelo así, mas largo, dije tocándola su melena.

  • Gracias, tu también estás muy bien.

  • ¿Puedo preguntarte si tienes novio?.

  • Si, claro, he estado dos años con un chico alemán, pero ahora no tengo nada serio...¿y tu?

  • Si, estoy con una chica de Sevilla, llevamos 4 años y...bien, bueno ya sabes como son las relaciones a distancia...

  • Si, me imagino...

Por unos momentos estuve muy a gusto con ella, es evidente que tuvimos un pequeño flirteo y esa noche no me hubiera importado volver a follarme a Sofía, pero no quería hacer nada que la supusiera mas daño por mi parte. La única verdad es que rompí la relación con ella porque empecé a follarme a mi hermana. Pero eso no se lo podía decir, claro. Los dos empezamos de novios de jovencitos y juntos fuimos descubriendo cosas que nos gustaban, yo la desvirgué por todos sus orificios y ella también era morbosilla hablando de cualquier cosa sin vergüenza, hasta me llegó a confesar un día que le ponía mi hermana.

Quedamos en vernos algún día en Madrid ahora que los dos trabajábamos allí y luego nos volvimos a unir al resto para seguir con la noche de fiesta.

El domingo me levanté a la hora justa para pegarme una ducha y que me diera tiempo para llegar a comer a casa del pueblo junto con mis padres. Por la tarde quedé con los amigos y salimos a tomar una cerveza en el plaza del pueblo que lucía muy bien de gente en pleno verano.

Tenía toda la semana de vacaciones hasta el sábado que era la boda de mi hermana, ella también iba a venir a pasar unos días al pueblo, no sé si el lunes o el martes, estaba muy ocupada y no me lo había podido confirmar. A pesar de vivir los dos en Madrid no habíamos vuelto a acostarnos desde hacía un año, cuando reunieron a las familias para anunciar su boda con Fernando. Luego entre unas cosas y otras apenas habíamos coincidido 4 veces durante el año. Yo trabajaba casi siempre fuera, si me pillaba en Madrid a lo mejor era Paula la que estaba de viaje, si alguna vez coincidíamos los dos teníamos trabajo y ya digo que las 4 veces que nos vimos siempre fue con mis padres delante para una comida familiar y no pudimos hacer nada.

El lunes me lo tomé con calma para descansar y comer en casita con mis padres, por la tarde noche quedé con una amigo y fuimos a tomar algo y luego cenar juntos. Después nos sentamos en la plaza los dos y estuvimos hablando un rato.

Entonces la vi, iba con dos amigas, aquellas enormes tetas podía distinguirlas a kilómetros de distancia, como la botaban al andar, era mi hermana Paula. Se sentaron en una terracita a unos 20 metros de nosotros, ella no nos vió a nosotros. Me levanté para saludarla, nos dimos un abrazo y dos besos.

  • Pero bueno hermanita, ¿que tal te va?, que no nos vemos nada en Madrid.

  • Pues ya sabes muchísimo trabajo, es que no paramos...

  • Bueno, aquí has venido al pueblo a desconectar, ya sabes, prohibido hablar del trabajo.

  • Vale, hecho, ¿y tu que tal, cuando has venido?....

Estuvimos hablando un rato, nos quedamos mirando de arriba a abajo con brillo en los ojos, Paula estaba muy guapa, llevaba unas sandalias veraniegas, un short azul de vestir y una blusa blanca en cuello de pico sin apenas escote, el pelo una media melena un poco por debajo de los hombros y apenas llevaba maquillaje. Estaba estupenda. Por un momento pensé que se me iba a tirar encima y nos íbamos a besar delante de sus amigas, aunque por supuesto, no lo hizo. Quedamos en vernos luego, me despedí de las chicas y volví con mi amigo.

Cuando me terminé la cerveza me fui para casa a esperar a que volviera mi hermana Paula, mis padres ya estaban en la cama y me quedé sentado en el sofá viendo un rato la tele. No era muy tarde, sobre las 00:00 de la noche y Paula no tardó mucho en regresar. Cuando lo hizo me puse de pies y nos dimos un beso en la mejilla muy cerca de la boca mientras nos cogíamos de la mano.

  • ¡Que ganas tengo de estar contigo!, ¡no me puedo aguantar mas!, dije tirando de ella hacia su habitación.

Como de costumbre desde que éramos pequeños mi madre nos preguntó desde la cama si ya estábamos los dos en casa.

  • Si mamá, ya estamos en casa.

Mi padre llevaría dos horas roncando. Entramos en la habitación de Paula y apagamos la luz por si se levantara mi madre (cosa poco probable) pudiéramos verla. Me apoyé sobre su escritorio y nos cogimos de la cintura, nos íbamos dando pequeños besos en la boca, aunque Paula se retiraba de vez en cuando.

  • ¡¡Aquí no, ya lo sabes!!

  • ¡No puedo más Paula!, ¡llevamos un año sin follar!, dije en bajito mientras la tocaba el culo.

Seguíamos con el juego de darnos besos cortos, sacábamos un poco la lengua y no tardé en meter la mano por su espalda para desabrocharla el sujetador con maestría, hice que se lo quitara y lo lanzó sobre la cama. Luego pasé las manos hacia delante sin sacarlas de dentro y agarré sus dos inmensas tetazas. Seguían tan maravillosas como siempre. Grandes, calientes, pesadas suaves.

  • ¡Me vuelven loco tus tetas!, ¡¡me encantan!!, dije susurrando.

  • Tenemos que parar David, ya lo sabes...

  • Quítate la camiseta por favor, ¡quiero comértelas!.

Paula siguió dándome besitos y me puso la mano sobre el abultado paquete comprobando lo empalmado que estaba.

  • Sabes que no puede ser, quiero que sigas así de excitado hasta mañana, ¿podrás aguantar?.

  • Nooooo, imposible, estoy que exploto, dije sacándome la polla, - ¡por favor chúpamela un poco!

  • No, porque sino luego vas a querer mas y más y yo también estoy cachonda, dijo Paula, en un lenguaje que no la pegaba nada para su status de arquitecta de éxito.

A pesar de negarme lo que la pedía no se paraba quieta y me había agarrado la polla, mientras me decía que no de palabra no dejaba de meneármela lentamente. Yo no dejaba de sobar sus tetas, ni loco se me ocurría sacar las manos del interior de su camiseta.

  • Vamos, ya está, dijo subiéndome el pantalón y cubriéndome la erección a duras penas.

  • Un poco más.

  • Venga a dormir...si es que puedes, me dijo a la vez que me retiraba las manos y me daba un muerdo mas intenso metiendo su lengua en mi boca y tocándome por última vez el paquete.

  • Te vas a acordar de esto, mañana te voy a reventar a pollazos, vas a ir la boda bien follada, hermanita, te lo aseguro...

  • Eso espero...

Me costó dormir esa noche, puedes llevar 8 años follándote a tu hermana, pero a eso no se acostumbra uno nunca. Y el día siguiente fue peor, coincidimos en la cocina junto con mi madre para desayunar, mi padre estaba metido en su estudio y Paula y yo no dejábamos de mirarnos o tocarnos por debajo de la mesa cuando nos quedábamos a solas. Estábamos los dos excitadísimos, no podía ser de otra manera después de llevar un año sin follar.

Paula se fue un rato al estudio de mi padre y estuvo viendo un poco sus proyectos. Cuando terminó se metió en su habitación y cogió un ebook para leer un rato. En cuanto salió mi madre a hacer unas compras piqué en su puerta y pasé dentro.

  • Ha salido mamá...tenemos 15 minutos...

Tiré de ella para que se incorporara, ya iba con la polla dura dispuesto a todo.

  • ¡Cálmate David, estás salidísimo!

Me lancé a su boca y ella me correspondió el beso en un morreo salvaje y guarro. Puse las manos sobre sus shorts viejos y ella volvió a sobarme el paquete como la noche anterior.

  • Está papá en casa, dijo jadeando.

  • No te preocupes, está en su estudio y no sale, además le oiríamos bajar por la escalera, dije sacándome la polla.

  • Tienes que calmarte un poco, porque estás desatado, dijo Paula agarrándomela.

Comenzó a masturbarme en su habitación, me hacía una paja a buen ritmo mientras yo la sobaba las tetas por encima de la camiseta.

  • Necesito descargar, me duelen hasta los huevos de no vaciarlos...

  • ¿Quieres correrte, aquí en mi habitación?

Tiré de sus pantaloncitos hacia abajo y con brusquedad la giré haciendo que quedara su culito delante de mi. Paula se apoyó en su escritorio revolviéndose sin mucha voluntad.

  • ¡Voy a follarte Paula!, quiero estar dentro de ti...

En cuanto puse la polla entre sus labios vaginales estos la abrazaron imprimiéndola un calor abrasador, pero ella seguía diciéndome que no.

  • ¡¡No podemos hacerlo aquí, si seguimos así nos van a pillar!!, dijo Paula prácticamente gimiendo.

Meneaba sus caderas acomodando mi miembro en su entrepierna y yo sabía que se iba a dejar follar, pero en cuanto estaba a punto de metérsela oímos la puerta de fuera, mi madre regresaba de comprar antes de lo esperado.

  • ¡¡Es mamá!!, dijo mi hermana incorporándose para subirse los pantalones rápidamente.

Yo me guardé la polla y cuando mi madre metía la llave en la cerradura yo ya estaba dentro de mi cuarto con ella bien guardada. Me senté en la cama pensando en que hacer y en cuanto escuché como hablaban ya me di cuenta que mi madre no iba a volver a salir, además casualmente bajó mi padre de su estudio y me entraron sudores fríos.

¡¡Si mi madre no hubiera vuelto antes nos podría haber pillado follando!!

Tenía que hacer algo para poder bajar la calentura que tenía, lo primero que pensé evidentemente era en hacerme una paja, pero ya estaba decidido que la lefada que tenía guardada iba a ser para Paula. Me puse unas mallas y me dispuse a salir un correr un rato. Mi madre y Paula estaban en la cocina, mi hermana se me quedó mirando el paquete como me abultaba y subió las dos cejas hacia arriba como diciendo “se te marca todo”, mi madre de espaldas a mi seguía hablando con ella, sin enterarse de nada.

Estuve un rato haciendo deporte y luego al volver nos preparamos para salir a comer. Paula se puso una faldita corta ajustada con una camiseta blanca de una diseñadora de moda amiga suya en Madrid, por debajo se la transparentaba el sujetador negro. Aquellas tetas eran una tortura en mi cabeza.

Nos tocó compartir coche con mis padres, íbamos los 4 y luego por la tarde tampoco pudimos poner ninguna excusa para quedarnos a solas. Por la noche después de cenar en casa mi padre se acostó pronto y mi madre un rato después, nos quedamos solos en el sofá, pero después de lo que había pasado por la mañana en que mi padre nos pudo haber pillado decidí no hacer nada de nada. No la rocé ni un pelo, eso sí, solo podíamos hablar, estábamos sentados uno al lado del otro.

  • Mañana nos vamos a comer tu y yo solos y luego pasamos la tarde juntos, lo tengo todo preparado, me dijo Paula.

  • Pufffffff, bien, por fin, dije resoplando, - se me está haciendo esto muy duro.

  • Solo tienes que aguantar ya esta noche...

  • No quiero ir a comer, quiero que vayamos a follar directamente...

  • Me parece bien, yo también lo estoy deseando...

  • ¡Te voy a dar por el culo!

  • Mmmmmmmmmmmmmmm, ¿ah si?, llegar y ya directamente eso...

  • Si, eso lo primero, tengo ganas de sodomizarte.

  • ¡Que malo!, ¿y que mas me vas a hacer?...

  • ¡¡¡Voy a follarte a cuatro patas y me voy a correr en tu cara, voy a lefar tu carita de pija!!!

  • Mmmmmmmmmm, sigue, dime mas cosas, dijo Paula empezando a acariciarse ella misma las tetazas por encima de la camiseta...

  • ¡Te voy a depilar el coño y luego te lo voy a comer hasta que te corras!

  • Ya lo llevo depiladito...

  • Pues te lo voy a comer, te voy a comer enterita, el coño, las tetas y hasta el culo, ¿me has oído hermanita?, ¡voy a estar una hora chupando tus tetazas! Y luego cuando me canse te vas a dar la vuelta ¡para meterte la lengua en el ojete!, siiiii, también te voy a comer el culo...

  • Mmmmmmmmmmmmm, sigue, ¡me estás poniendo muchísimo!, dijo acariciándose la entrepierna por encima del pijama.

  • Y luego me la vas a chupar, ¡¡le vas a hacer una mamada a tu hermanito!!, una mamada bien guarra, mirándome a los ojos, quiero que me comas los huevos también, que te metas los dos en la boca a la vez, ¿quieres hacerlo?...

  • Siiiiiiiii...

  • Y antes de metértela quiero que llames a Fernando y hables con él, si, mientras hablas con tu futuro marido yo voy a estar golpeando con mi polla a la entrada de tu coñito, no te lo voy a meter hasta que no cuelgues, ¡¡pero tienes que aguantar un rato!!

  • ¡No pienso hacer eso!

  • ¿Porque?

  • Porque si me haces eso no voy a poder aguantar sin correrme, ¡te lo aseguro!

  • ¿Cuanto tiempo vamos a poder estar juntos?

  • Toda la tarde, si quieres salimos a las 12:30 o así, luego ya veremos cuando regresamos, podemos decir que se nos ha hecho tarde y que incluso nos quedamos a cenar...

  • ¡¡¡Joderrrrr, que ganas!!!, ¿donde vamos a ir?.

  • Ahhhhhhhhh, es una sorpresa, bueno hermanito, creo que voy a irme a la cama, no puedo seguir mirando esa erección que tienes, me está costando mucho controlarme para no hacerte una mamada ahora mismo...

  • No lleves ropa interior mañana...

  • ¿Como dices?.

  • Lo que has oído, ponte una falda corta, pero no lleves braguitas...me da mucho morbo que vayas sin braguitas...

  • ¿Y sujetador?.

  • Sujetador deberías llevar, si no vas a llamar mucho la atención...

  • Si quieres tampoco llevo, dijo dándome un beso en la mejilla mientra me sobaba el paquete, - hasta mañana.

  • Hasta mañana.

Desde luego que la semana que había planeado con mi hermana en el pueblo en nada se parecía a la realidad. Casi era peor estar con ella y no poder hacer nada. Otra noche que tuve acostarme con dolor de huevos. Por lo menos iba a ser la última.

Pasé una de esas noches, larga e intranquilo, no sé cuantas veces me desperté, bien pronto escuché a mi padre que ya estaba levantado y me costó volver a dormirme, por suerte lo hice y cuando volví a abrir los ojos ya eran las once de la mañana. Me levanté y en la cocina estaba mi madre preparando la comida.

  • Ya me ha dicho tu hermana que hoy coméis fuera los dos, me dijo

  • Ehhhhhh, si, hoy no comemos en casa, por cierto, ¿donde está Paula?.

  • Ha salido a andar un poco me ha dicho.

Llegó un rato mas tarde y se metió en la ducha, antes me picó en la puerta de la habitación.

  • ¿Que tal, preparado?.

  • Tu que crees.

  • Vístete, en 20 minutos salimos.

Yo también me di una ducha rápida y me puse un pantalón corto y camiseta medianamente arreglado, me fui al sofá del salón a esperar que viniera Paula. 45 minutos mas tarde salió de la habitación, se había maquillado como para salir de fiesta y llevaba el pelo mojado, las uñas pintadas de rojo, en la parte de arriba llevaba una camiseta negra de tirantes con poco escote bastante ajustada y no tardé en darme cuenta de que no llevaba sujetador, abajo se había puesto una mini falda amarilla a cuadros. No iba tan sofisticada o elegante como solía ir, pero me encantaba.

Estaba para matarla a polvos.

  • Bueno mamá nos vamos, dijo Paula poniéndose una especie de bolso grande cuadrado en un hombro, tipo mochila de color blanco.

Nos montamos en su Q6 sobre las 12:30 de la mañana y salimos del pueblo dirección Madrid. En cuanto cogimos la carretera secundaria que ya íbamos solos me saqué la polla del pantalón y la palpé las tetas por encima de la camiseta.

  • ¡Joder, no llevas sujetador!, te dije que fueras sin braguitas, ¡¡que pasada!!, no puedo aguantar mas, espero que no me lleves muy lejos...

  • Es una sorpresa tranquilo y guárdate eso, jajajaja, nos queda un rato, dijo mirando hacia abajo, ¿te gusta que no lleve suje?.

  • Pues claro, me encanta como se te marcan los tetones, ¡¡que buena estás!!, ¿me hiciste caso en lo de no llevar braguitas?, dije metiendo la mano entre sus piernas.

  • Ten cuidado, que voy conduciendo, dijo abriendo ligeramente los muslos.

Efectivamente no llevaba braguitas y rocé su coñito, aunque Paula no me dejó seguir tocando.

  • He cumplido lo que me pediste, a ver si ahora cumples tú y me haces todo lo que me dijiste ayer...

  • ¡Písale!, vamos acelera, quiero llegar cuanto antes.

Nos llevó casi una hora llegar a donde se dirigía Paula, eran como una especie de apartamentos blancos de lujo casi en medio de la nada, entró con el coche y a la entrada había un lector por el que Paula pasó el móvil, se abrió una puerta pequeña de garaje y Claudia entró dentro aparcando. Me imaginé que sería un piso que se había comprado o algo así. En el parking privado había un pequeño ascensor que nos llevó a un apartamento moderno.

  • ¿Que es esto Paula?.

  • Es un hotel privado, ya sabes...para estas cosas, total discrección...

  • ¿Como conoces estos sitios?, dije en medio del salón

  • ¿Quien crees que fue la arquitecta?, mira ven aquí, dijo asomándose a la ventana.

Pero yo la sujeté por detrás y la llevé sin esperar a la habitación.

  • Me importa una mierda lo que haya en la ventana, ¡ven aquí!.

Entramos besándonos salvajemente en la habitación, por fin dando riendo a nuestros instintos, ya nadie nos podía molestar. Caímos en la cama y la subí la falda metiendo un par de dos bruscamente en su empapado coño.

  • ¡¡Quítate la falda!!, ¡¡quítatela!!, dije buscando con ansiedad el cierre por el lateral.

  • Aghhhhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhh, con cuidado, dijo Paula desabrochándose ella misma el cierre.

La falda se quedó a nuestro lado en la cama y lo siguiente fue quitarla la camiseta para que se quedara totalmente desnuda, no estaba para previos, solo quería ponerme encima de mi hermana y metérsela. Estar dentro de ella.

Me sujeté la polla y con un empujón la penetré firme, follábamos rápido y comiéndonos la boca sin dejar de tocarnos. Paula me puso la mano sobre el culo y cuando me quise dar cuenta me había metido un poco de su dedo dentro. Yo tuve que detenerme porque aquello, ya no lo podía soportar y me iba a correr, pero Paula no dejaba de mover su dedo en mi esfinter, aunque ya no me moviera sobre Paula, solo haciéndome eso iba a logar que me derramara en su interior.

Tuve que apartarla la mano para que dejara de jugar con mi culo.

  • ¡Para, deja de hacerme eso o me corro!

En cuanto recuperé un poco volví a la carga, se la metía con ganas a mi hermanita, pero un minuto después tuve que volver a pararme.

  • ¿Que te pasa?, me preguntó Paula deseando ser follada como dios manda.

  • ¡¡Es que no puedo mas, lo siento, me voy a correr!!

  • Shhhhhhhhhhh, tranquilo, no pasa nada, ¡¡hazlo, córrete!!, tenemos todo el día para nosotros...

La sujeté por el pelo sacándola de la cama e hice que se pusiera de rodillas delante de mi, que estaba de pies.

  • ¡¡Meneamela con la mano en la que tienes el anillo de compromiso!!

Paula lo hizo pajeándome rápido a 20 cms escasos de su cara, se la metió un par de veces en la boca y luego siguió con la mano.

  • ¡¡Córrete en mi cara hermanito!!, ¡¡córrete en mi cara!!

Y entonces lo hice. Mas bien EXPLOTÉ. La palabra que mejor define lo que pasó fue una explosión de todos los días que llevaba con esa tensión acumulada. Las ráfagas de semen impactaron con violencia en la cara de Paula que abría la boca recibiendo lo que podía y luego finalmente se metió mi polla dentro recibiendo mis dos últimas descargas.

Dejó caer el semen que manaba de su boca por las tetas y se lo restregaba completamente excitada y fuera de si, la imagen eran tremenda. Paula ya no era una pija educada, se había transformado en una puta con el maquillaje corrido. Incluso se pasaba mi pringosa polla por la cara mientras ronroneaba como una gatita, entonces caí en la cuenta de que no solo era yo el que llevaba tensión acumulada, mi hermana también, ahora era ella la que estaba cachondísima y no se había corrido, es mas, que descargara en su cara le había puesto mas cerda si cabe.

  • ¡No te limpies la cara, quiero hacer que te corras tal y como estás ahora!, dije yo.

El rostro de Paula estaba cubierto por mi semen, incluso tenía que mantener los ojos cerrados porque le había alcanzado en ellos, el pintalabios se la había diluido y por la comisura de su boca seguía saliendo una mezcla de saliva y semen. Hice que se tumbara en la cama boca arriba y limpié con la mano lo que le había caído en sus pecho para luego lanzarme a comer sus tetas. Bueno, mas bien a devorarlas.

Me encantaba estrujárselas mientras le chupaba los pezones, aquellas dos ubres eran descomunales, me llenaban la boca hasta dejarme sin respiración y me era imposible el poder abarcarla con las manos.

Tengo 28 años y me he follado a unas cuantas chicas. Muchas. El tener novia no ha sido impedimento para seguir haciéndolo, tengo que reconocer que le he puesto los cuernos a Valeria unas cuantas veces, ninguna cosa seria, solo polvos ocasionales. Lo que quería decir es que he visto a muchas chicas desnudas con todo tipo de pechos, pequeños, muy pequeños, normales, grandes, extra grandes, firmes, duros, caídos, separados, juntos, operados, con pezón pequeño, grande, oscuros, etc...y puedo afirmar con absoluta rotundidad, que ninguna tiene mejores tetas que mi hermana. Los de Valeria son perfectos, medianos, firmes, ni juntos ni separados, pezón perfecto de un color bonito, pero los de Paula, esos juegan en una liga aparte.

A cada año que pasaba la gravedad iba haciendo su trabajo, evidentemente sus tetas no podían estar igual de bien puestas que cuando tenía 20 años, a sus 31 se le habían caído ligeramente, pero seguían grandes, duras y calientes, unas tetazas descomunales llenas de venas que daban ganas de mamar hasta que se te secaran los labios.

Y eso hice yo, no exagero si digo que aquella tarde pude estar tranquilamente 40 minutos chupando esos pechos, acompañado de varios azotes, los pezones ya les tenía durisimos y erectos de unos 2 cms y Paula ya gemía descontrolada mientras se los trabajaba. Ahora sus tetazas estaban tiesas y enrojecidas.

  • ¡Para, para!, están ahora muy sensibles...no chupes tan fuerte o me los vas a dejar lleno de morados...

Miré hacia arriba y me encontré con la lefada cara de Paula, recogí un poquito que tenía por las mejillas y se lo metí en la boca para que me lo limpiara bien. Luego fui besando poco a poco su cuerpo hasta que llegué a su ombligo al que di un par de soplidos antes de descender más.

  • ¡Abre bien las piernas!, ¡¡voy a hacer que te corras Paula!!

Le iba a comer el coño a mi hermanita, separé con las manos sus labios vaginales y lancé un primer lametazo de arriba a abajo con el que volvió a gemir.

  • Ahhhhhhhhhhhhhh, despacio, ahhhhhhhhhhhhh...

Ya no solo eran sus tetas las que estaban sensibles, era prácticamente su cuerpo entero, Paula estaba al borde del orgasmo y cualquier caricia que le hiciera tenía un efecto demoledor sobre ella. Su coño estaba hinchado, brillante y empapado. Allí abierto ante mis ojos parecía un rico manjar que volví a chupar como un perrito. Eran lenguetazos amplios y profundos abarcando toda su rajita.

Paula me sujetó de la cabeza aplastándome literalmente contra su cuerpo, se me iba a correr en mi boca de un momento a otro, pero decidí hacerla sufrir un poco más. Levanté un poco sus caderas intentando que echara las piernas hacia atrás y solté otro lametón, ahora empezando desde su ojete hasta llegar a su coño.

  • ¡Ahhhhhhhhhhh Diossssssssssssss, joderrr, voy a correrme hermanito, voy a correrme!

Me entretuve jugando un poco con la lengua en su culo y después fue el dedo lo que la metí dentro, pero Paula no quería eso.

  • ¡¡¡Si me sigues metiendo el dedo así en el culo me voy a correr, ahhhhhhhhhh!!!, ¡¡cómeme, cómeme!!, dijo tirando de mi pelo hacia arriba.

Volví a separar de nuevo sus labios vaginales y le introduje la lengua dentro de su coño, se lo comí con fuerza, con rabia, aspirando su carne como si me la quisiera tragar.

  • ¡¡¡Ahhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, me voy a correr, me voy a correr!!!

Entonces acaricie su clítoris con mi lengua, tenía el botoncito duro y erecto como los pezones, Paula ya no pudo resistirse mas y allí abierta de piernas, con la cara lefada y sujetándome la cabeza contra su cuerpo descargó la tensión sexual de toda la semana.

  • ¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!

Por suerte aquellos apartamentos debían estar bien insonorizados porque Paula no se reprimió ni un poquito los gritos de placer. Chilló y chilló en un éxtasis total. Cuando terminó de correrse yo estaba empalmado de nuevo, el ver a Paula correrse así hizo que volviera a ponerme muy cachondo.

Paula era ahora un cuerpo desnudo, sudoroso y sensible tirado en la cama recuperando la respiración. La giré para que quedara tumbada boca abajo y metí la mano entre sus piernas. Parecía una muñeca.

  • ¡¡Voy a darte por el culo, Paula!!

Ella no dijo nada, tan solo sacó un poquito sus nalgas hacia arriba, metí uno de los dedos que acababa de tener en su humedad por el ano, donde quedó atrapado con fuerza.

  • ¡Con cuidado David!, ¡házmelo con cuidado!

Metí la cabeza entre sus glúteos y con la lengua empapé bien su pequeño y prohibido agujerito posterior, luego volví a meter el dedo haciendo círculos sobre su esfinter, ya estaba consiguiendo abrírselo poco a poco. Tenía el culo desentrenado, ya hacía mas de un año que no me lo follaba. Pero no podía esperar más. Me puse sobre ella apuntando con mi polla en su ojete.

  • ¡¡Te voy a encular ahora mismo!!, ¿quieres que lo haga?.

  • Siiiiiiii, siiiiiiiiiii, siiiiiiiiiiiii, hazlo...estoy muy excitada, ¡¡dame por el culo!!, ¡¡vamos hermanito, dame por el culo!!

Hice presión y mi polla se fue abriendo paso muy despacito por sus paredes intestinales, Paula cerraba los ojos apretando los dientes, en una cara de dolor que hizo que se me pusiera mas dura.

  • ¡Este culo es solo mío!, este culo es solo para mi, dímelo Paula, dime que es solo mío.

  • Ahhhhhhhhhhhhhh, despacio, despacio, ahhhhhhhhhhh, siiiiiiiiiiii, ¡¡esto culo es solo tuyo!

Unos segundos mas tarde estábamos los dos tumbados desnudos boca abajo en aquel apartamento en medio de la nada y con mi polla completamente dentro del culo de mi hermana. Estábamos allí follando sin preocupaciones en lo que era un relación prohibida, morbosa e incestuosa.

Me quedé unos segundos saboreando aquella sensación de tener toda la polla dentro de ella, eso hizo que Paula también pudiera ir recuperando la respiración, en cuanto lo hizo y fue aceptando el dolor comencé a embestirla suavemente, eran golpecitos leves meciéndonos a la par como el balanceo de una cunita.

  • ¡Ahhhhhhhhhhhh, asiiiiiiii, asiiiiiiiiii, eso es, me encanta!, dijo Paula

Pero yo cada vez iba subiendo el ritmo de mis acometidas, cada vez mas rápido y mas duro, más rápido y mas duro, mas rápido y mas duro, apoyé las manos en la cama levantando el cuerpo como si fuera a hacer una flexión y la embestí con fuerza, Paula en ese momento estaba inerte dejándose encular como una puta.

  • ¡¡Estás buenísima Paula!!, ¡¡te voy a reventar!!, joder que si, ¡¡te voy a romper el culo hermanita!!

Ahora mis golpes eran secos, rápidos y duros, mis cojones rebotaban contra sus nalgas y la lefada cara de Paula ya no era de dolor.

  • ¡¡Sigue, sigue!!, ¡fóllame, fóllame!, ¡¡mas fuerte, dame mas fuerte!!, me dijo.

Me la follé por detrás un buen rato, cuando saqué la polla de dentro el agujero de su culo estaba abierto y enrojecido. Di una palmada en las nalgas y tirando de sus caderas levanté su cuerpo haciendo que quedara a cuatro patas. Pasé la polla por su entrepierna golpeando varias veces en su coño y sin decir nada se la metí dentro, follándomela en esa postura otro rato más.

Volví a sacar la polla de su coño y solté un buen azote en sus nalgas, ahora se la restregaba de una entrada a otra, Paula movía las caderas ansiosa buscando que se la metiera de nuevo.

  • ¿Por donde la quieres hermanita?, ¿por aquí o por el culo?, dije golpeando su coño.

Fui restregando la polla por los labios vaginales hasta que llegué de nuevo a su ano e hice un poco de presión en él.

  • ¡¡¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh, siiiiiiiiiiiiiiiii, por detrás, vuélvemela a meter por el culo, por favor, dame por el culo!!!, ¡¡estoy a punto de correrme!!

Y así a cuatro patas volví a sodomizar a Paula, pero ya no me detuve hasta el final, azotando sus nalgas y embistiendo duro me corrí en sus entrañas, me corrí dentro de mi hermana mayor a la vez que ella también conseguía un nuevo orgasmo.

Nos tumbamos uno al lado del otro, recuperando la respiración y riéndonos del tremendo corridón que nos acabábamos de pegar.

  • ¡Joder David que bueno!, esto hay que repetirlo mas a menudo...

  • Ya me gustaría, pero es que no coincidimos, dije acariciando uno de sus pechos...

Paula se dió cuenta del estado en el que se encontraba, sudorosa y pringada por mis corridas, en cara, tetas y lo que la escurría de su ano.

  • Creo que será mejor que me de una duchita, me has dejado echa un asco...

  • Pues a mi me encanta haberte dejado así, jajajaja, anda, espera que voy contigo, todavía no hemos terminado, dije yo.

  • Por supuesto que no, me dijo Paula dándome un pequeño pico.

Nos metimos juntos en la ducha y nos enjabonamos mutuamente, me encantó pasar la esponja por todo su cuerpo y luego lavar su pelo, cuando me agarró la polla para limpiármela ya se me volvió a poner dura.

  • Me encanta lo rápido que te excitas conmigo, me dijo Paula...

Y allí bajo la ducha comenzamos a besarnos abrazados y tocándonos el cuerpo. Desde siempre ha sido una de las cosas que mas morbo nos ha dado, ni follar, ni mamadas, ni incluso el sexo anal, lo que mas me pone de todo es comerme la boca con mi hermana.

Eso me parece lo mas guarro e impúdico que podemos hacer juntos.

Y a ella le pasa lo mismo, salimos de la ducha y nos fuimos secando poco a poco sin dejar de besarnos. Nos sentamos en la cama comiéndonos la boca, mordiéndonos los labios y entre mezclando nuestras lenguas. No teníamos prisa, nos estuvimos morreando una media hora mientras Paula me la meneaba muy despacio y yo le sobaba las tetazas.

  • Ya estoy excitada otra vez, buffffff...¡¡quiero chupártela!!, ¡¡voy a hacerte una buena mamada, hermanito!!, me dijo Paula.

Me quedé sentado en la cama y ella se puso de rodillas en la habitación del hotel. Me sujetó la polla con la mano y antes de empezar nos miramos a los ojos.

  • ¡Me encanta tu polla!, dijo antes de poner su lengua sobre ella.

  • Lo sé, sé que te encanta, dije dándole un golpecito con la polla en la cara.

Paula comenzó a restregársela por el rostro sin parar de darle besitos.

  • Te gusta desde el primer día en que compartimos piso en la universidad, me estabas todo el día mirando la polla, ¿te ponía cachonda, verdad?.

  • Siii, me ponía mucho.

  • Me lo hiciste desear, pero yo sé que te gustaba, ¡¡zorra!!, seguro que te hacías buenas pajas pensando en esta polla...

  • Siiiii, me tocaba pensando en ti...

  • Desde el primer día que me corrí en tu habitación ya estabas muy cachonda...

  • Siiiiiiii, mucho...

  • Me encantaba ponerte cachonda, follarme a Sofía bien fuerte para que nos escucharas, sobármela delante de ti en el salón, sabía que tarde o temprano ibas a caer, lo que no me imaginé es que íbamos a terminar así, ¡mírate! ¡¡de rodillas chupándomela como una zorra!!

  • MMMMMMMMMMMMMMM.

  • Me acuerdo de la primera vez que me dejaste pajearme delante de ti, en la cocina...¿te pusiste cachonda?...

  • Siii, mucho...

  • Ya venías caliente como una cerda, ¡si hasta te pusiste la ropa que te dije!, además habías elegido bien la ropa interior...

  • ¡Mmmmmmmmmmmmmmm, David!

  • ¿Te gustó ver como me la meneaba delante de ti?.

  • Siiiiiiii, siiiiiii, claro que me gustó.

  • Parecías una guarra allí enseñándome las tetazas, mientras me cascaba una paja, ¡¡no se puede ser mas puta!!, ¡¡enseñándole las tetas a tu hermano pequeño!!

  • Sigue hablando, sigueeee, dijo antes de volverse a meter mi polla en la boca.

  • Aquel día supe que te iba a follar, ¡¡me encantó correrme encima de ti!!

  • Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmm....

  • ¿Te gustó que me corriera encima de ti?.

  • Siiiii, me pusiste muy caliente...

  • Y fuiste a la habitación a tocarte como una puta...

  • Siiiiiii...

  • No hace falta que me lo digas, ¡¡joder se me volvió a poner dura escuchando tus gemidos!!

  • Mmmmmmmmmmmmmmmmmm...

  • Si hubiera entrado en ese momento, ¿te hubieras dejado follar, verdad?

  • Siiiiiii, me hubiera dejado.

  • ¿Te tocaste pensando en mi polla, en la corrida que llevabas encima?, ¿en que pensabas mientras te tocabas?

  • En lo que acababa de pasar en la cocina, ¡Dioss!, ¡¡me abrasaba tu corrida encima!!

  • ¿Como te masturbaste?, ¿usaste mi semen?

  • Me tumbé en la cama y lo recogí con la mano, para acariciarme después...

  • Mmmmmmmmmmmm ¡y no probaste su sabor?.

  • Siiiiiiiiii, claro que lo probé, justo antes de correrme lo hice...

  • Joder, ven aquí, ¡¡¡trágatela entera puta!!!

Sujeté la cabeza a mi hermana con las dos manos y comencé a follarme su boca. Lo hacía a lo bestia, metiéndosela hasta la garganta. Paula apenas podía respirar y de su boca caía mucha saliva al suelo. Estábamos encendidísimos otra vez los dos. Ella se dejaba hacer y había perdido por completo las formas, me la estuve follando un rato así, hasta que Paula a duras penas pudo zafarse de mi.

Su imagen era dantesca, la cara sofocada, le escurría saliva por la barbilla hacia sus enormes melones, el pelo despelujado. Se limpió la boca con la mano y me miró con cara de guarra, luego se puso de pies.

  • ¡Túmbate en la cama!, ¡ahora déjame a mi cabronazo!

Yo me recosté apoyando la espalda en el cabecero y Paula se tumbó boca abajo con la cara a la altura de la entrepierna. Me dió unos nuevos lametazos y luego se metió mi polla en la boca, me encantaba como se la intentaba tragar entera. Cuando se cansaba de tenerla en la boca se la sacaba para pasar la lengua por todo el tronco sin dejar de meneármela, luego bajó y me chupó los huevos. Primero se metió uno de los cojones en la boca y después el otro, les iba alternando todo esto pajeándome con sus uñas pintadas de rojo putón. Estaba tan cachonda que incluso llegó a meterse las dos pelotas a la vez en la boca.

  • ¡¡Joder Paula, me estás matando!!

Apenas le cabían, pero ella se seguía esforzando en tener mis dos cojones en la boca. La escena era dantesca, cuando se sacó los huevos de dentro me lamió toda la polla de arriba a abajo y luego jugueteó con su lengua en mi prepucio sin dejar de mirarme a los ojos, para después volver a introducírsela por completo.

Luego apoyó las rodillas en la cama y se echó un poco hacia delante, se agarró sus dos inmensas tetazas y colocó mi polla en el medio, sus melones eran tan descomunales que apenas se veía mi miembro. Desaparecía por completo entre aquellas dos masas de carne.

Se agarró los pechos haciendo presión hacia dentro y comenzó a pajearme con ellos subiéndolos y bajándolos, ¡¡menuda pedazo de cubana!!. Yo no podía dejar de mirar como aquellas dos tetazas se bamboleaban ante mi polla. Era algo hipnótico. Y lo mejor de todo era la cara de zorra que ponía mi hermana mientras lo hacía.

  • ¡¡Ven aquí!!, dije tirando de su pelo hacia arriba.

Paula ya sabía lo que quería, yo seguía recostado en la cama y ella se puso encima de mi y se dejó caer, ahora éramos uno, abrazados en la cama y con mi polla dentro de ella. Nos dimos un largo morreo y luego Paula se movió de manera muy lenta. Yo la tenía abrazada por la espalda y ella cabalgaba sin dejar de mirarme.

Fue un polvo lento, duradero, sin dejar de besarnos, de tocarnos, sintiéndonos. Así hasta que me corrí dentro de ella.

Cuando terminamos Paula cogió el móvil y le miró.

  • Tengo un par de llamadas de Fernando, debería llamarle.

Y así lo hizo, se puso a hablar con él mientras paseaba desnuda por la habitación. Antes de despedirse le dijo.

  • Si, aquí estoy con David, que hoy nos hemos venido a comer juntos, estamos de sobremesa...

Me puso el teléfono en el oído para que le saludara.

  • Hola Fernando, dije yo.

Lo que menos se imaginaría mi cuñado es que estuviéamos los dos desnudos, Paula enseguida me retiró el móvil y siguió hablando con él hasta que finalmente colgó.

  • Deberíamos comer algo, tengo hambre, dijo Paula mirando el frutero.

  • Solo hay fruta.

  • Pues fruta.

Después de comer Paula cogió el bolso blanco que había traído y me dijo que tenía una sorpresa para mi, que la esperara tumbado en la cama. Entro al baño y salió a los 5 minutos con un conjunto de lencería negro transparente compuesto por sujetador, braguitas, ligueros y medias hasta medio muslo. Estaba tremenda.

  • ¿Estas cosas te gustaban mucho, no?

  • Joder Paula, ¡¡¡estás buenísima!!!, ya la tengo dura de nuevo...

Se subió a la cama y vino gateando hasta donde estaba yo...

Aquel día terminamos a las 22:00 de la noche, volví a metérsela por el culo, a comerla el coño, hicimos un 69, follamos de todas las maneras posibles, estuvimos besándonos otro rato, en total me corrí 5 veces y ella otras tantas, si no fueron mas. Terminamos exhaustos de sexo. Regresamos a casa sin apenas hablarnos en el coche. SATISFECHOS.

Al día siguiente era jueves, ya solo quedaban dos días para su boda del sábado, mi padre se había levantado a primera hora para ir a Madrid a arreglar unas cosas de trabajo y cuando me levanté a desayunar Paula ya estaba en la cocina.

  • ¡Vaya dos!, dijo mi madre, - ayer vinisteis tarde, no sabía que tampoco venías a cenar.

  • Al final nos liamos mamá, ya sabes, llamamos a unos amigos y nos quedamos cenando por ahí...

  • Esta tarde ya vienen vuestros tíos de León, haremos una cena aquí en casa...os lo digo para que hoy no quedéis...

  • Tranquila mamá, hoy no salimos, dijo mi hermana guiñándome un ojo.

  • Tengo que salir a comprar, a ver si por lo menos recogéis un poco vuestras habitaciones, dijo mi madre.

Quería tener la casa perfecta para cuando empezaran a llegar las visitas, había preparado varias habitaciones de invitados y esa misma noche ya nos empezaba a llegar parte de la familia. Al día siguiente venían Fernando y los suyos, aunque se quedaban a dormir en un hotel, lo mismo que Valeria que no quería dormir en casa de mis padres.

Salió mi madre a comprar y entré en la habitación de Paula, estaba haciendo la cama, con un pantalón de chandal gris ajustado y una camiseta de color blanco, aun así de estar por casa, estaba sexy.

  • Ayer estuvo muy bien...

  • Si, se notaba que hacía tiempo que no coincidíamos, creo que tengo agujetas de tanto follar...

  • Ahora estamos solos, mamá tardará un buen rato, iba al mercado, dije acercándome a ella y pegándola el paquete a su culo.

  • ¿Todavía no has tenido suficiente con lo de ayer?

  • ¿Tu que crees?.

La puse sobre la mesa del ordenador y de un tirón rápido la bajé los pantalones hasta medio muslo y sus braguitas blancas, me saqué la polla y poniéndome detrás de ella se la metí entre las piernas.

  • ¡Estás loco David!, ¡dijimos que aquí no!, dijo abriendo las piernas todo lo que el pantalón le daba de si.

Paula se inclinó hacia abajo ofreciéndome su culo. No opuso ninguna resistencia, se iba a dejar follar otra vez. Se la metí con facilidad por el coño y la penetré con dureza desde atrás. Mi hermana bajó la cabeza y se dejó hacer, empezamos a follar pendientes del menor ruido que llegara desde la puerta.

Me apoyé sobre su espalda y la agarré las tetas por encima de la camiseta, se movían libres bajo la tela sin un sujetador que las contuviera. Subí la camiseta hasta sus hombros porque me apetecía ver como se le bamboleaban los melones.

Fue un polvo rápido, sucio y matutino, no tuvo nada de especial, me la follé en esa postura embistiéndola duro y sujetándola por la cintura hasta que me corrí dentro de ella. Cuando terminamos nos sentamos en su cama y nos dimos un pequeño beso en la boca.

  • Hoy va a ser la última vez que te corres dentro de mi, al menos en una buena temporada

  • ¿Y eso?

  • Después de casarnos voy a dejar de tomar la píldora, no quiero demorar mas tiempo lo de ser madre, aunque esté con mucho trabajo, ya tengo 31 años y no queremos esperar mas, nuestra idea es formar una familia.

  • Me parece bien, hermanita, quiero que me hagas tío, dije dándola otro beso en la boca.

  • No deberíamos vernos mas.

  • Lo sé...

  • Alguna vez tendríamos que terminar con ésto...

  • Mas adelante Paula, yo quiero seguir follándote...aunque apenas nos veamos, pero me gusta saber que dentro de x tiempo volveremos a follar, sin saber cuando, no me digas que no te pasa a ti eso...

  • Si, estoy muy bien con Fernando, pero me encanta saber que te tengo ahí para algunas veces...

  • Cuando me necesites me llamas, dije con otro beso.

  • Lo de ayer me encantó, hacía mucho tiempo que no disfrutaba del sexo así, contigo es diferente, bueno ya lo sabes...a ti te pasa lo mismo...

  • El incesto hermanita, ese morbo no se va a ir nunca...

  • Bueno anda, vamos a recoger un poco la casa y le damos una sorpresa a mamá cuando llegue...

Por la tarde recibimos a varios familiares que venían y mis padres organizaron una cena en casa. Al día siguiente viernes vino la familia de Fernando y tuvimos que quedar a comer con ellos. Yo todavía tenía pendiente verme con algún amigo y luego por la tarde llegaba Valeria que se quedaba a dormir en un hotel.

Después de la comida familiar con mis padres, mi hermana, Fernando y su familia quedé con dos colegas para tomar un café, eran dos colegas que habían venido también a pasar el fin de semana en el pueblo.

  • Vamos David que hace tiempo que no te vemos.

  • Buahhh, menudo follón tengo con la boda de mi hermana, ahora está aquí toda la familia, por la tarde llega Valeria...no doy a basto.

  • Que suerte tienes con Valeria, en las fiestas el año pasado estuvimos hablando de ella, jajajajaja

  • Mejor ni me digáis lo que hablasteis cabrones...

  • Yo creo que la seguimos todos en Instagram, ¡¡menudas fotos tiene tu chica!!

Efectivamente mi novia Valeria se había convertido en una instagramer, tenía colgadas mas de 600 fotos y unos 24.000 seguidores. Varios diseñadores se habían puesto en contacto con ella para que hiciera de modelo e incluso algunas marcas para que hiciera publicidad de su ropa, o de algún complemento tipo bolso, pañuelos o gafas de sol con las fotos que colgaba. Para Valeria era un juego, un pasatiempo, con el que se ganaba un buen dinero, sin duda podría haber tenido muchos mas seguidores, pero ella estaba centrada en su carrera de medicina. Podía haber sido modelo sin ningún problema o incluso dedicarse en exclusiva al Instagram.

Después de dejar a los pajilleros de mis amigos fui a buscar a Valeria a la estación de autobuses. Desde Sevilla a mi pueblo no es que hubiera mucha combinación. No tardé en verla bajar del autobús, con ese pelazo rubio y unos shorts vaqueros tan cortos que incluso se la asomaba parte del cachete del culo. La encantaba lucir sus enormes piernazas.

Nos dimos un beso y la llevé con el coche al hotel para que dejara las cosas. Entramos en la habitación y Valeria quería marcha, yo no es que estuviera especialmente cachondo, había quedado satisfecho los días atrás con mi hermana, pero Valeria estaba tan buena que en cuanto la veía desataba la fiera que llevaba dentro y me daban unas ganas enormes de follármela.

La quité su camiseta de tirantes y el sujetador y me lancé a comer sus perfectas tetas, eran de tamaño medio y muy firmes, lo mismo que su culo, Valeria con 25 años iba prácticamente todos los días al gimnasio y eso se notaba. Ella me fue quitando el pantalón y nos tumbamos en la cama. Mientras la quitaba los shorts fue sacando un preservativo del bolso, ya estábamos desnudos y ella me lo puso con una gran habilidad. Tenía prisa en insertarse en mi polla.

Ella misma me la agarró y poniéndose encima de mi se la metió dentro. Valeria se movía como una jodida diosa follando, se echó el pelo hacia un lado dejándolo caer por un hombro y siguió follándome sin darme respiro. Me metía un dedo en la boca y de vez en cuando se agachaba para darme un muerdo, yo puse las manos sobre sus glúteos y se los apretaba para sentir su suave piel, cuando volvió a inclinarse hacia delante la solté un pequeño azote en sus nalgas.

  • ¡Date la vuelta, quiero verte el culo!

Y Valeria se giró sobre si misma y siguió cabalgándome, pero esta vez de espaldas, mostrándome como meneaba el culo, apoyó las manos en mis piernas y siguió follándome un buen rato. Lo malo de esta postura es que no podía ver sus bonitas tetas, aunque si su cara, ya que de vez en cuando se giraba para que pudiera ver la cara de zorra que ponía al follarme. En esa postura azoté su culo un par de veces más. Luego la puse a cuatro patas y ni así ella dejaba de menearse, lanzándose contra mi cuerpo, me dijo con su acento andaluz.

  • ¡¡Fóllame mi niño, fóllame, no pares!!

Cogí el móvil y grabé como follábamos, era algo que a ella no le importaba y luego nos gustaba vernos en acción, cuando ella giró la cara la enfoqué para que se viera la cara que ponía y luego me volví a centrar en ver como meneaba ese culo que no dejaba de tirarse contra mi.

Yo estaba a punto de correrme, tiré el móvil a la cama y la sujeté de la cintura para embestirla mas duro, ella también se movió mas rápido hasta que acompasamos nuestros movimientos y finalmente me corrí dentro. Por suerte al tener puesto el preservativo ella no pudo comprobar que tenía el deposito casi al mínimo en cuanto a reservas de semen se refiere.

  • Les he dicho a mis padres que íbamos a ir a casa a cenar, deberíamos irnos vistiendo, dije yo cuando nos tumbamos en la cama uno frente a otro.

  • Anda, vamos a quedarnos un poco más, llevamos tres meses sin vernos, cariño...parece que no quieres seguir, todavía es pronto, tenemos una hora mas...

En una hora esta diosa me iba a destrozar la polla, literalmente. Como siempre me convenció en cuanto se agachó y comenzó a chupármela...

Fuimos a cenar a casa de mis padres y por suerte no podía quedarme a dormir en el hotel con Valeria ya que al día siguiente, que era la boda de Paula, yo iba a ser el que la llevara en coche hasta la iglesia, sino me la hubiera tenido que tirar de nuevo. Después de cenar dejé a mi novia en su hotel y luego me volví a casa de mis padres.

Caí rendido en la cama y ya a primera hora escuché ruidos en la casa, mi hermana y mi madre se fueron pronto a la peluquería. También teníamos familia alojada en casa y durante la mañana fue un poco caos, gente por todos lados, vistiéndose, en la ducha, desayunando. Media hora antes de la hora estipulada la casa al fin se quedó vacía. Ya solo quedábamos, mi padre, que hacía de padrino, Paula y yo.

Mi padre estaba sentado tranquilamente en el sofá ya vestido, como siempre tan puntual

  • Anda dile a Paula que cuando quiera salimos que vamos a llegar tarde.

Fui a la habitación de mi hermana y ya estaba preparada, se estaba mirando en el espejo y se cambiaba constantemente de un perfil al otro. Estaba guapísima, como no podía ser de otra manera, llevaba un vestido muy discreto, pero elegante.

  • Estás perfecta, ponte ahí que te voy a hacer una foto.

Paula posó para la fotografiara y me vinieron los recuerdos de cuando vivíamos juntos en el piso de estudiantes, las fotos que se dejaba hacer, para luego pajearme con ellas. Me acerqué a su oído y le dije en bajito.

  • Me encantaría que te sacaras las tetas y te hago una foto así...

  • No seas tonto.

  • Estás para follarte ahora mismo, súbete el vestido y ponte a cuatro patas en la cama.

  • Estoy muy nerviosa para pensar en eso ahora, jajaja, me dijo empujándome para fuera, - dile a papá que ya salgo...

Llegamos a la iglesia y cuando aparqué estaba Valeria un poco apartada del resto, no le hacía mucha gracia que yo fuera el conductor porque eso suponía que iba a estar sola en varias ocasiones, por ejemplo después de la boda en que teníamos que ir a un parque a hacer las fotos de recién casados. Si mi hermana iba guapa, que decir de Valeria, con un vestido corto azul clarito, con el que se hacía mas evidente el moreno de su piel y en el que se le marcaba perfectamente la forma de su culito. Me di cuenta como todas las mujeres que estaban en la boda la miraban con envidia, incluso se me acercaron varios familiares, o primos para decirme que tenía una novia muy guapa y que cuando me iba a casar yo.

Durante la celebración Fernando junto a Paula se le notaba muy emocionado, miraba a mi hermana con auténtica devoción. Estaba enamorado perdidamente de ella. Recuerdo que una vez cuando visitamos a los padres de Valeria pensé que era una gran manera de medir el éxito que tenías por la mujer que llevaras al lado. La madre de mi novia es una mujer espectacular y en aquel momento envidié a su padre, sin embargo envidié mas a Fernando, porque no solo estaba con mi hermana, todo un partido, sino por lo enamorado que estaba de ella, entonces comprendí que yo no iba a mirar nunca así a Valeria, ni estar en ese estado de enamoramiento como mi cuñado. Desde la semana anterior que había vuelto a ver a Sofía no había dejado de pensar en ella y tenía muchas ganas de que volviéramos a quedar. Algo había cambiado en mi.

Por fin pasó la ceremonia, la comida en un hotel 5 estrellas y llegó el baile. Le habían hecho varios regalos a la pareja y después del baile inicial con su reciente marido Paula vino donde estaba yo.

  • Tendrías que ayudarme a subir alguna cosa a la habitación del hotel...

Se acercó donde Fernando, al que sus amigos ya estaban emborrachando, para decirle que yo la iba a acompañar para llevar los regalos.

  • Esperar que subo con vosotros, me dijo muy efusivo mi nuevo cuñado.

  • No te preocupes, que yo ayudo a Paula, anda sigue a lo tuyo, dije yo.

Me fui donde estaba Valeria y también la dije que iba a ir con mi hermana a su habitación.

  • No tardes, que no quiero estar sola...

Saqué varios regalos para guardarlos en el coche, pero los sobres con dinero preferimos subirlos a la habitación de hotel para meterlos en la caja fuerte. Paula ya sabía que en cuanto nos quedáramos solos yo iba a intentar algo. Ahora estaba mucho mas relajada y receptiva que antes de la misa y se dejó acompañar a su habitación.

Ella ya sabía que es lo que yo quería. Entramos en la habitación del hotel y me lancé a besarla, pero Paula me esquivó echándose hacia atrás.

  • Aquí no David, hoy no es el momento....

  • Pues yo creo que si que lo es, nunca mas vamos a tener una oportunidad como ésta, ¡quiero follarte el día de tu boda!

  • De eso nada, no nos vamos a poner ahora aquí a follar...

  • Venga uno rápido, como el jueves en tu habitación, dije acercándome a ella para intentar besarla de nuevo.

  • ¡¡Que no David!!

  • Venga hazme algo, ¡me pones mucho así vestida!.

Ella por fin me devolvió el beso y con velocidad comenzó a desabrocharme el pantalón.

  • Te corres rapidito y nos bajamos, dijo sacándome la polla para meneármela a buen ritmo.

Estábamos en la habitación del hotel donde mi hermana iba a pasar la primera noche de bodas con su marido, los dos de pies y Paula cascándome una paja. ¡¡Que morbazo!!.

Apenas teníamos tiempo, me estuvo masturbando un minuto y sin decir nada se puso de cuclillas y se metió mi polla en la boca. ¡¡Aquello ya era demasiado!!, quien me iba a decir a mi que ese día iba a terminar con una mamada de mi hermanita.

Mientras me la chupaba me la meneaba con la mano, luego me comió los huevos y aceleró el ritmo.

  • ¡¡Ni se te ocurra mancharme el vestido!!, dijo mirándome

  • ¡¡Abre la boca que me voy a correr!!

Y se la metí comenzando a follarme su boca. Enseguida descargué dentro las escasas reservas que me quedaban. Paula se lo tragó sin dejar una gota e incorporándose me dio un pico.

  • Siempre tienes que salirte con la tuya...

  • Lo sé.

  • Venga vamos para abajo, ¡me has dejado muy cachonda!

  • Escúchame Paula, quiero decirte una cosa.

  • Venga rápido.

  • Mira, esta mañana cuando te he visto casándote he decidido que sería mejor que dejáramos de vernos, al menos una temporada.

  • ¿Y eso?, dijo ella sorprendida, - te acabas de correr en mi boca y ahora no quieres que nos veamos mas...

  • Pues me parece lo justo, te acabas de casar, quiero que te centres en tu marido, si quieres ser mamá no quiero que estés pendiente de si nos vamos a ver o no, ya me entiendes, es mejor que nos demos un tiempo bueno de tregua...

  • Lo que pasa es que estás un poco borracho y te acabas de correr, seguro que mañana no piensas lo que estás diciendo ahora...

  • Probablemente Paula, pero para eso te lo estoy diciendo, tu siempre has sido la que has puesto un poco de cordura en toda esta historia, te lo pido por favor Paula, vamos a darnos un tiempo bueno...

  • ¿Seguro?.

  • Seguro.

  • Está bien, pero luego no me vengas que has cambiado de opinión.

  • Gracias Paula.

No sé porqué es como que me hubiera quitado un peso de encima, me sentí tranquilo y en paz como hacía tiempo que no estaba. El resto de la noche disfruté al 100% de la boda, terminé pillándome una buena borrachera y me fui a dormir al hotel con Valeria. Estaba tan pedo que esa noche no me la pude follar a pesar de que ella tenía ganas. Por la mañana completamente resacoso la eché una mierda de polvo empalmándome a duras penas.

No fue el mejor fin de semana con mi entonces novia, pero si que fue el último. Un par de meses después fui a Sevilla, pero no a estar con ella, sino a terminar nuestra relación. Valeria se lo tomó bastante mal, pero a decir verdad no me importó. Una chica como ella, guapísima, lista y rica no iba a tener ningún problema en estar con el que la diera la gana.

Según volvía en el Ave de Sevilla a Madrid tras cortar con Valeria se me ocurrió llamar a Sofía y la invité a cenar en un buen restaurante madrileño. Ante mi sorpresa ella aceptó, quedamos un sábado y lo pasamos fenomenal, como dos buenos amigos, volvimos a quedar al día siguiente y luego al día siguiente otra vez. Al mes ya estábamos viviendo juntos. Retomamos nuestra relación y fue como si no hubiera pasado el tiempo, me entendía con ella a las mil maravillas, no solo éramos novios, también éramos amigos, podíamos hablar de cualquier cosa y en el sexo retomamos nuestros juegos morbosos. Sofía no me decía que no a nada en la cama. Tenía muchas cosas pendientes para hacer con ella.

8 meses desde la boda de mi hermana, solo nos habíamos visto una vez desde entonces, aunque sexualmente no pasó nada, como habíamos acordado, Paula me llamó y me dijo que fuéramos a verla a su casa que nos invitaba a cenar y tenía una cosa que decirme, por supuesto era que estaba embarazada. La verdad es que me hizo mucha ilusión saber que me iba a hacer tío. Paula ya estaba de tres meses, apenas tenía barriga, pero sus tetazas todavía le habían crecido un poco más. Decidí en ese momento que tenía que aparcar mi tregua con ella, aunque fuera una vez, ¡¡quería follármela embarazada!!, quería metérsela cuando tuviera la barriga bien gorda y las tetas hinchadas como balones. En cuanto nos miramos ella me leyó el pensamiento.

Al volver a casa con Sofía yo estaba muy contento.

  • ¡Que bien, voy a ser tío!, dije yo.

  • La verdad es que está muy guapa tu hermana, le ha sentado fenomenal el embarazo...

  • Si, no es que haya engordado, se la nota mucho en la cara y... en las tetas, ¡¡las tienes mas grandes!!, jajajajaja, dije haciendo el gesto con la mano poniéndolas sobre mis pechos.

  • Anda en lo que te fijas tu...

  • Si, como en la universidad, no me digas que tú no te has fijado.

  • Si, pero no te iba a decir nada...es tu hermana David...siempre ha tenido unas tetas muy bien puestas...

  • Bueno vamos a dejar de hablar de las tetazas de Paula que al final vas a hacer que se me ponga dura...

  • ¿Se te pone dura por hablar de las tetas de tu hermana?, jajajaja, sigues siendo un cerdito, dijo Sofía sobándome la polla por encima del pantalón.

  • ¡No empieces lo que no vayas a terminar!, dije yo.

  • ¿Y quien te ha dicho que no lo voy a terminar?, dijo Sofía sacándomela del pantalón.

Nos sentamos en el sofá mientras Sofía me la meneaba, yo cerré los ojos.

  • ¿En que estás pensando?, dijo ella.

  • Ya lo sabes.

  • ¿En las tetas de tu hermana?

  • Mmmmmmmmmmmmmm, siiiiiiiii...

  • Que degenerado, ¿sabes que con el embarazo se le van a poner todavía mas grandes, no?, dijo sin parar de masturbarme.

  • ¡¡Joder Sofía!!, ¡como sigas hablando de las tetas de mi hermana me voy a correr!

  • Lo sé, voy a hacer que te corras pensando en sus tetazas, mmmmmmmmmmmmmmm....

  • Sofiaaaa, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh...

  • ¡¡Que bien puestas las tiene!!, sus pezones deben de ser enormes, ¿te gustaría vérselas?, a mi me encantaría y poder tocárselas...

  • ¡¡¡Me corro Sofía, me corrooooooooooooo!!!, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh...

  • Jajajajajajaja, sigues igual, anda límpiate eso y vamos a la cama, dijo mi novia restregándome la mano por el vientre para dejar en él los restos de mi corrida....

Ese solo fue el inicio, sabía que con Sofía podía morbosear de cualquier cosa y ella no se asustaba, lo siguiente era hablar de Paula mientra follábamos y no tardamos mucho en hacerlo. Me encantaba, no solo a mi, a Sofía también, nos poníamos cachondísimos diciendo burradas de mi hermana.

Tres meses mas tarde pude quedar con Paula y rompimos la tregua, ya estaba de 6 meses, con una buena barriga, unas tetas exageradamente hinchadas por el embarazo y me llevó al discreto hotel donde habíamos estado un par de días antes de su boda. Pasamos la tarde juntos donde por supuesto volvimos a follar y a hacer de todo. Luego retomamos la tregua.

¿Hasta cuando?.

FIN.