Compartir piso con mi hermana universitaria. (2).

Después de lo que pasó en casa de mis padres en vacaciones nos tocá reanudar las clases en la universidad. De nuevo volvemos a estar solos en el piso.

La vuelta a la convivencia con mi hermana fue cuanto menos difícil, ya la última semana en casa de mis padres Paula y yo apenas habíamos cruzado palabra desde la paja, salvo el día de después. Por la mañana cuando me levanté me cogió mi hermana por el pasillo.

  • todavía no me puedo creer lo que pasó ayer, estoy pensando si decírselo o no a los padres, me dijo Paula.

  • no, no se lo digas, no sé que me pasó, la verdad es que no lo pude aguantar, estabas tan buena con ese vestido y parecía que me dabas pie, me dejaste que te hiciera fotos...y ya sabías para lo que las iba a utilizar.

  • ¿y porque te dejé que me hagas unas fotos ya te crees que puedes meterte en mi habitación a hacerte una paja?

  • mira Paula, no te voy a decir que esté arrepentido, te aseguro que tenerte allí al lado mientras me corría fue...uffff...tremendo, incluso me tocaste la mano, sé que me acariciaste la mano, no sé que me pasa contigo, pero nunca había tenido un orgasmo así...

  • te estás montando una buena película, yo no te acaricié la mano...

  • puedes decirme lo que quieras, yo sé lo que vi y lo que sentí, en el fondo sé que a ti también te gustó.

  • por supuesto, me gustó mucho que mi hermano pequeño se metiera en mi habitación a hacerse una paja, ¡ya lo que me faltaba por oír!

  • está bien, no lo reconozcas, estabas allí parada, lo podías haber evitado...

  • ¡te dije varias veces que te fueras!

  • te podías haber ido tu.

  • estaba en mi habitación, ¿porque coño me tengo que ir de mi habitación?.

  • mira Paula, los dos sabemos que hay muchas cosas que podías haber hecho para que no sucediera lo que pasó.

  • si, se lo tenía que haber dicho a los padres, así hubiera terminado ya de una vez con todo esto, les tenía que haber dicho que te estabas haciendo una paja en mi habitación y que hubiera pasado lo que hubiera pasado, ¿que crees que pensarían los padres si les digo lo que estabas haciendo?.

  • mira Paula, el caso es que no les dijiste nada y yo prefiero que esto quede entre nosotros, ahora seguramente estés confundida, aunque no me lo quieras reconocer sé que te dio mucho morbo que me masturbara en tu habitación.

  • ¡se acabó!, no quiero volver a hablar de este tema, no quiero que me digas nada mas, a la mas mínima voy a hablar seriamente con los padres, no vuelvas a decirme que te haces pajas pensando en mi, no quiero saber nada de todo esto, ¿¿lo has entendido??.

  • como prefieras, siento que te haya sentado tan mal lo que pasó ayer...

Esa fue casi la última vez que hablé con Paula durante las vacaciones, a la vuelta al piso de estudiantes hablábamos los justo y el ambiente entre nosotros estaba algo enrarecido. Yo para no enfadar mas a mi hermana respeté el acuerdo al que habíamos llegado respecto a lo de llevarme a Sofía a casa, las tardes que mi hermana se iba spinning aprovechábamos para follar en el piso solos y lo mismo alguna tarde de sábado que mi hermana nos dejaba la casa para nosotros solos.

No quería precipitar nada con mi hermana, la advertencia que me había hecho de hablar con mis padres me había parecido muy seria, sé que sería un mal trago para Paula tenerle que contar a mis padres lo que estaba sucediendo, que su hijito pequeño tenía una carpeta con fotos de ella y que las usaba para masturbarse y que me había metido en su habitación a hacerme una paja, pero una vez pasado la vergüenza de contar eso a mi me caería una buena, a parte que para mis padres sería poco menos que un enfermo salido que pensaba en su hermana para hacer esas cosas. En ningún momento Paula me iba a reconocer que en el fondo le había causado un morbo insano el proporcionarme fotos para que las usara para mis pajas, quizás no se esperara que llegara tan lejos y me metiera en su habitación a masturbarme, pero lo vi en su cara, pudo haber detenido todo aquello, pero no lo hizo, incluso me acarició la mano, claro que lo hizo, me acarició justo en el momento en que me corría. Seguro que cuando salí de su habitación se quedó caliente, en una extraña mezcla de sentimientos que ni ella misma sabía interpretar y al día siguiente lo quiso zanjar todo, ella no tenía culpa de nada, solo se había dejado llevar por el pajillero de su hermano, pero cuando se quedó a solas en la habitación y se metió en la cama, me hubiera encantado saber que es lo que pensó, que pasó bajo las sabanas. ¿se masturbó por primera vez pensando en mi y por eso al día siguiente la remordía la conciencia?. Paula no es de las que afrontan estas cosas tan directamente, por eso me sorprendió que al día siguiente viniera a hablar conmigo tan seriamente, incluso enfadada.

Yo seguí como si nada, follando con Sofía y esperando una nueva oportunidad en que mi hermana me dejara un mínimo resquicio para atacar de nuevo. Y no tardó en llegarme esa oportunidad de nuevo, mas o menos al mes de la vuelta de las vacaciones. Fue un sábado en el que salí de fiesta con Sofía y mis amigos, cuando llegamos a un bar nos encontramos por casualidad con Paula que estaba con un grupo de chicos y sus amigas y me sorprendió que entre ellos estaba su ex- novio Fernando. Pensé que ya no tenía relación con él, pero se les veía hablando muy amigablemente, aunque sin estar agarrados ni nada por el estilo.

Me quedé observando a mi hermana, llevaba unos vaqueros blancos tremendamente ajustados con unos zapatos de tacón y arriba un jersey de pico negro con un pequeño escote, pero suficiente para que se pudieran apreciar sus enormes pechos, ella se sorprendió al verme, pero no se acercó donde estábamos nosotros, solo se limitó a sonreírme y hacerme un saludo con la mano. Eso sí el que me hizo una puntualizacion sobre Paula fue mi colega Jaime.

  • madre mía, ¡como puede estar tan buena tu hermana!, ¿oyes me dijiste que ya no tenía novio, no?

  • que pasa, ¿vas a ir a hablar con ella?, jajaja, eso pensaba yo, que no tenía novio, pero mira el rubio ese que está a su lado es el ex...

  • joder que cabrón suertudo, ¿tu crees que vuelven a estar juntos?

  • pues ni idea, no es que hablemos mucho de esas cosas...

  • puffff, puta diosa, ¡es que no puedo dejar de mirarla!, que no te siente mal, pero es que esas tetas no son ni medio normales, ¡que tamaño!

  • bueno tranquilo, coge una servilleta anda, que estás babeando, jajaja, vete al baño y te haces una paja.

  • en cuanto llegue a casa, jajaja, me pajeo casi todos días con ella, eres mi “cuñado de pajas”, jajajajaja

  • jajaja, ¡que cabrón!, tienes que echarte una novia que estás muy salido.

  • ya te digo tío, que envidia me das, porque Sofía también tiene un polvazo y luego encima en casa todo el día viviendo con esa diosa.

  • ¿quien de las dos te pone mas?

  • ¿de Sofía y tu hermana?, ¿porque me preguntas eso?

  • por curiosidad.

  • me parece a mi que tu también eres un morboso de cuidado, dijo Jaime.

  • puede ser, venga contéstame.

  • pues mira, Sofía es muy guapa, esas pequitas en la nariz y la carita aniñada me ponen mucho, tiene que ser la hostia que te mire a los ojos mientras te la chupa y ese culito, tiene un culo pequeñito pero perfecto, es redondito, muy apetecible y saber que te deja que te lo folles, ummmm...me da morbo, pero tu hermana, tu hermana son palabras mayores, tiene mas cuerpo, mas caderas, es mas mujer, Sofía es guapa, pero mas normal, tu hermana tiene cara como de modelo y luego están las tetas, a mi es que me pierden unas buenas tetas y las de tu hermana ¡son las mejores que he visto en mi puta vida!

Hacía año y medio que conocía a Jaime desde que habíamos empezado la universidad, la verdad es que era un tío muy majo, físicamente muy normalito, pero con las tías no se comía nada de nada y con 19 años estaba mas salido que un mono. Era con el que mas confianza tenía y en tan poco tiempo casi podía asegurar que era mi mejor amigo ya. De mis colegas era con el único con el que hablaba de temas personales o de sexo, me preguntaba por lo que hacía con Sofía y yo le había contado todas nuestras intimidades. Muchas veces venía por casa e incluso se había quedado a dormir y comer varias veces.

Aunque tenía mucha confianza con él por supuesto que no le había contado nada de que me ponía mi hermana y esas cosas, aunque con lo morboso que era el cabrón seguro que ya empezaba a sospechar algo.

Nos interrumpió Sofía la conversación que se empezaba a poner interesante.

  • ¿de que habláis chicos?, que os veo muy entretenidos.

  • de nada, dijo Jaime, de cosas de la carrera, y después me miró mi colega y nos empezamos a reír a carcajadas.

  • vaya dos...por cierto, mira David, está allí tu hermana, ¿la habías visto?.

  • si, si, la habíamos visto, eso estábamos comentando, dije yo y volvimos a reírnos.

Nos quedamos en ese bar hasta que encendieron las luces y apagaron la música, luego ya pocos sitios quedaban a los que ir salvo alguna discoteca, pero yo ya no tenía ganas y decidimos irnos todos para casa. A la salida acompañé a Sofía a la parada de taxis y al volver a pasar por el bar todavía estaba el grupo de mi hermana que hablaban en la puerta.

  • Paula me voy a casa, ¿te vienes?.

  • pues mira si, dijo mi hermana despidiéndose de sus amigos, .- me voy a casa chicas.

  • te vas bien acompañada, dijo una de sus amigas medio en broma.

Del bar a casa habría unos 20 minutos andando, así que mi hermana se me agarró del brazo y nos fuimos juntos.

  • me ha extrañado que estuvieras con Fernando, le pregunté yo.

  • bueno nos vemos de vez en cuando, tenemos bastantes amigos comunes

  • creí que habías vuelto con él.

  • estamos ahí, poco a poco, me jode mucho lo que me hizo, todavía no se lo he perdonado.

  • o sea que le vas a dar otra oportunidad.

  • si, estamos empezando a salir otra vez, pero ya te digo que muy despacio.

  • deberías darle otra oportunidad y salir con él, yo tampoco creo que fuera tan grave lo que hizo.

  • se enrolló con otra tía, ¡te parecerá poco!

  • si, lo hizo, pero hay que ver las circunstancias, me pongo en su lugar, en un festival de música, con los colegas, vas un poco bebido, se te pone una tía así a tontear y yo te digo que el 99% de los tíos hacemos lo que hizo él, pero luego se le vio muy arrepentido y te lo contó, que tampoco tenía porqué haberte dicho nada.

  • pero al final queda que me engañó con otra.

  • que vale que si, que lo hizo, pero ya te digo que es lo que haríamos todos, somos así, si estás buscando el 1% de los tíos que en ese caso te sería fiel pues puede que no lo llegues a encontrar.

  • ya lo sé, al final voy a volver con él, pero le estoy haciendo sufrir un poquito, jajaja, para que otra vez se lo piense bien.

  • te gusta mucho Fernando, se te nota...mira puedes invitarle a comer mañana a casa, yo si quieres me voy y os dejo solos, así recuperáis el tiempo perdido.

  • para mañana a lo mejor es un poco precipitado, lo mismo me dice que no.

  • mándale un mensaje pesada, que viene seguro a comer mañana, ya verás, eso te lo aseguro yo.

Efectivamente por el camino le mandó un mensaje para que viniera a comer a casa el día siguiente, al llegar a casa nos fuimos a la cocina y Paula dijo que iba a desayunar algo antes de meterse en la cama. Se quitó los zapatos de tacón y se puso las zapatillas de andar por casa, de repente se volvió como mas terrenal, es increíble lo que hace un buen tacón en las mujeres, sin embargo seguía marcando culo a lo bestia con esos pantalones blancos y se le dibujaba perfectamente el contorno de sus tetazas en el fino jersey negro. Me contuve de no sacar el móvil y hacer unas fotos a Paula, no sabia como podía reaccionar y prefería no dar ningún paso en falso.

Pero la noche me tenía guardada una sorpresa muy especial con la que no contaba. Me quedé terminando de preparar el desayuno y Paula me dijo que se iba a poner el pijama para estar mas cómoda. Y de repente apareció con un pijama blanco, pantalón largo y en la parte de arriba tipo camisa de botones, pero con una salvedad importante. ¡No llevaba el sujetador debajo!. Sé que desde siempre se ha quitado el sujetador para dormir, pero se ha cuidado muy mucho de no ir por casa sin él, se lo quita justo en el momento de irse a la cama. Pero ese día no, ese día se le quitó para ir a la cocina a desayunar conmigo, lo que me pareció una clara provocación por su parte.

Aunque era un pijama de invierno, tampoco es que fuera muy grueso y se notaba claramente que debajo llevaba los pechos sueltos. Pero lo mas escandaloso de todo eran sus pezones, no sé si es que al roce de la tela se le pusieron duros o que, ¡en cualquier momento parecían que iban a atravesar la tela!. Y se levantó un par de veces, que si azúcar que si galletas y se volvía a sentar, yo no pensaba ya, cada movimiento suyo hacía que aquello se bamboleara de forma impúdica, casi pornográfica, se me escapaba la vista a sus tetazas, no lo podía evitar y Paula seguía actuando como si nada, como si fuera lo mas normal del mundo, desde luego que ella se daba cuenta donde estaba mirando, me enseñó el móvil.

  • mira, me ha contestado Fernando que mañana viene a comer...

  • vale, os dejo la casa para vosotros solos me quieres decir, ¿no?

  • no, no te quería decir eso, quédate si quieres.

  • tranquila hermanita, mañana me voy a comer con Jaime a las 14.00 y no vuelvo hasta la noche, aprovecha el tiempo, dije de forma cómplice con mi hermana que parece que se ruborizó un poco.

Cuando terminamos de desayunar, mi hermana recogió la mesa y dejó los vasos en el friega platos.

  • venga me voy a dormir, dijo Paula

  • vale que descanses

Justo cuando salía mi hermana por la puerta de la cocina le llamé.

  • oye Paula, ¿te puedo hacer una pregunta?, que no te siente mal, eh...

  • bueno, miedo me das, a ver, pregunta.

  • ¿llevas sujetador?

  • ¿como dices?

  • ¿que si llevas sujetador?, es que no sé, parece que se te mueve todo mucho, ya sabes...

  • David, te dije que no quiero entrar en este tipo de cosas contigo...

  • lo siento, es que no he podido evitarlo, es una pasada como se te marca todo, ¡y como se te mueven!

  • en eso te fijas tu, en las tetas de tu hermana, de verdad que no tienes arreglo, dijo cubriéndose los pechos con los brazos cruzados

  • no, si ahora tengo yo la culpa de que aparezcas así por la cocina, que bueno a mi no me importa...ehhh

  • me le quito siempre para dormir, no te creas que me lo he quitado por ti...

  • no quiero discutir Paula, solo era una pregunta y ya está, por mi como si lo haces siempre, no me importa en absoluto que vayas por casa sin sujetador...

  • contigo por aquí prefiero llevarlo puesto y mas si te fijas tanto.

Yo me levanté y me fui a donde estaba ella para pasar a su lado y seguir hasta mi habitación, al pasar le dije.

  • gracias de todas formas

  • ¿gracias, porque?,me preguntó Paula

Pero no la contesté me metí en la habitación y me senté en el escritorio frente al portátil. Si mi hermana se pensaba que podía jugar conmigo lo llevaba claro, desde que había vuelto de vacaciones había estado evitando cualquier mínimo comportamiento del que ella se pudiera sentir ofendida y hablar con mis padres, pero aquello no lo iba a tolerar. La muy cabrona se me había presentado en la cocina sin sujetador, para provocar claramente y lo había conseguido, joder claro que lo había conseguido. Me había puesto la polla a reventar el pantalón. Me estaba a empezando a confundir con su comportamiento, si yo le decía que me hacía pajas con ella se sentía ofendida, pero luego no se cortaba en provocarme para que lo hiciera y encima estaba amenazado que a la siguiente vez que la dijera algo de que si me ponía o algo por el estilo le iba a contar todo a mis padres.

Me senté en la silla y me saqué la polla “gracias por la paja que me voy a hacer”, dije en bajito. Abrí la carpeta con fotos de mi hermana y me la empecé a menear, me hice una paja, una paja ruidosa, quería que mi hermana se enterara bien lo que estaba haciendo. ¡Al fin y al cabo es lo que ella estaba buscando!, me había provocado en la cocina presentándose sin sujetador y me había excitado, no podía sacarme de la cabeza sus pesadas tetas moviéndose descontroladamente a cada mínimo movimiento que hacía y sus pezones, ¿que hubieran pensado mis padres si hubieran visto la escena de como se le marcaban los pezones así delante de su hermanito?

No tardé mucho en correrme y mientras lo hacía dije gimiendo para que Paula lo escuchara “joder que tetas, mmmmmmm, joder que tetas”. Por si a ella le quedaba alguna duda ahora lo tenía claro. ¡Me acababa de hacer una paja pensando en sus indecentes pechos!. Si buscaba provocarme, lo había conseguido, tampoco tuvo que hacer mucho esfuerzo.

¡Tan solo le bastó con quitarse el sujetador bajo la ropa!

Al día siguiente apenas coincidí con ella, escuché que estaba estudiando en su cuarto y mientras yo estuve haciendo algunas tareas de la casa, antes me había estado planificando la tarde, había llamado a Jaime para invitarle a comer en el Mcdon...y luego a Sofía para ir al cine. A la 13.00 o así salió Paula de la habitación para empezar a preparar la comida con Fernando, yo me estaba vistiendo y cuando terminé me despedí de ella antes de salir de casa.

  • venga pásalo bien hermanita...que falta te hace, por la noche vengo.

Ella ni me contestó, tan solo sonrió mientras picaba una cebolla. Quedé con Jaime y nos acercamos andando a la hamburguesería, en la puerta había un grupo de chiquillas que no tendrían mas de 15 años, Jaime como siempre se quedó mirando con cara de salidorro.

  • ¡madre mía que buenas están!

  • pero si son unas crías tío...

  • ¿unas crías?, ¿pero tu has visto que tetas y que culos tienen?, encima es que se ponen esas mallitas y se las marca el tanga, el coño, joder me pongo malísimo...

  • tienes que echarte una novia urgentemente, jajajajaja

  • joder, hace que no me enrollo con una tía, ¿tampoco soy tan feo, no?

  • ¿y follar?, ¿hace cuanto que no te follas a una?

  • ¿fo...follar?, pufff, no sé de eso ni me acuerdo.

  • ¡no me jodas!, tu no has follado con ninguna, ¡eres virgen!

  • ¡que dices tío!

  • ¡como no me había dado cuenta antes!, claro que no has follado con ninguna, tampoco pasa nada, pero ya tienes 19 años, no sé a que esperas...

  • ¡que cabrón!, ¿como te has dado cuenta?

  • pues porque has dudado mucho y ahora que lo pienso solo te he visto enrollándote con una y fue el año pasado

  • oyes de esto ni una palabra a nadie, ¿me has oído?, tampoco quiero que estos se vayan riendo de mi

  • que si tranquilo, ya sabes que puedes confiar en mi, no pienso decir nada, ahora lo entiendo todo, ¡por eso vas siempre tan salido cabrón!

  • a mi no me hacen las pajas como a ti.

  • jajaja, tienes razón, esta tarde he quedado con Sofía para ir al cine

  • ¿paja, no?

  • casi seguro, me la suele menear en el cine, jajajajaja

  • jajajaja, que cabrón eres y yo a dos velas....

Después de la sesión masturbatoria en el cine llegué a casa y Paula estaba preparando la cena.

  • ¿que tal con Fernando?

  • pues bien, hemos estado viendo una película después de comer

  • ¿una película solo?, si si...ya

  • si idiota, solo una película, no querrás que le perdone tan pronto, éste si quiere tema se va a tener que esperar hasta el verano, así para otra vez que me engañe se lo va a pensar

  • ¿hasta el verano le vas a tener a dos velas?, jajaja, no fastidies, ¡si estamos en febrero!.

  • si, ya te dije que le voy a ir perdonando, pero muy poco a poco.

  • ¿sabes lo malo de eso, no?, que tu tampoco vas a poder hacer nada hasta el verano...

  • pues me tendré que aguantar, un pequeño sacrificio...

  • ¡lo buena que estás y lo mala que eres hermanita!

  • jajaja, anda vete a cambiar que vamos a cenar...por cierto dentro de dos semanas me voy a ir a pasar el finde al pueblo, así que te dejo la casa para ti solo

  • ¿todo el finde?, mmmmmm...le diré a Sofía que venga a dormir aquí.

  • pues bien, así aprovecháis...

  • desde luego que nosotros no vamos a ver películas, bueno si...alguna veremos, jajajaja

  • ya, ya me imagino.

Al día siguiente estaba viendo una peli porno francesa de Marc Dorcel y me llamó la atención que a una de las actrices le metían como un pequeño dildo dorado por el culo, era pequeñito, mas o menos con forma de pica y al final tenía una pequeña base redonda de color morada como si fuera un diamante que es lo que se veía. Me pareció súper morboso que la actriz se moviera con eso metido por el culo, incluso follaba por el coño y el cabalgaba al actor con ese pequeño dildo en sus entrañas. Me imaginé que sentiría un poquito mas de placer al hacer presión en la pared, tanto ella como él, además luego cuando se lo sacó le dejó el culito un poco abierto lo que le facilitó también la penetración anal. La chica iba en lencería y la escena me pareció supermorbosa.

Por un momento me imaginé a Sofía, vestida con ese tipo de lencería y con el pequeño dildo metido por el culo. Podría ser una idea interesante. Sofía llevaba ropa interior mas normal, si que a veces llevaba braguitas de encaje con su conjunto, pero a veces eran también braguitas blancas mas infantiles, el caso es que me decidí que podía ser un buen regalo y así regalárselo para el fin de semana que nos íbamos a quedar a solas en el piso.

Por la noche mientras estaba viendo la tele con mi hermana, me cogí el portátil y me puse a ver conjuntos de lencería de tres piezas, braguita, sujetador y liguero. Había mucha variedad y no sabía lo que elegir, como estaba Paula en el sofá de al lado me pareció interesante su opinión, así sabía que es lo que a ella le podía gustar también.

  • Paula, ven un momento, mira.

Mi hermana se puso a mi lado y se quedó extrañada al ver en el portátil a varias modelos vestidas solo con lencería.

  • ¿pero que estás viendo tu?, estás todo el día viendo porno o chicas...

  • que no, que estaba mirando un conjunto de lencería, le quiero regalar uno a Sofía y te quería pedir opinión, ¿cual crees que le puede gustar mas?

  • vaya, así que te gustan esas cosas, no sabía que te gustaran esto de los conjuntitos y tal...

  • me apetece ver a Sofía con algo de eso puesto, son muy sexys la verdad...

  • pues estos que has elegido son bonitos, tienes buen gusto, lo que pasa es que mira, estos dos conjuntos llevan tanguita y estos braga y este otro conjunto lleva transparencias, luego depende del que elijas tienes que comprar o un tipo de medias u otro.

  • te veo puesta en el tema Paula, ¿usas tu de esto?, jajajajaj...

  • jajaja, claro que no, Fernando no me regala estas cosas, es mas ...convencional.

  • ¿y porque no?, ¿no te gustaría?, si te lo regalara, ¿te lo pondrías para él?, te quedaría increíble!

  • pues no lo había pensado, si a él le gustara pues si me lo pondría y mas siendo un regalo.

Me parecía muy excitante estar hablando con mi hermana de estas cosas, pero lo que mas morbo me daba fue que me imaginé a Paula con un conjuntito de estos, los sujetadores suelen ser casi de adorno que apenas sujetan nada, además con transparencias, ¡¡como deberían de lucir los tetones de mi hermana con algo de eso puesto!!. Le señalé uno de los modelos.

  • yo te regalaría este a ti...te quedaría muy bien.

  • venga anda, deja de pensar en cosas raras, que te desvías del tema, vamos a elegir uno para Sofía.

Al final elegimos uno con transparencias que llevaba como unos lacitos rosas, tanto el sujetador como el tanguita, Paula decía que eran mas sexy con braguitas, pero yo quería que la parte de abajo fuera tanga.

  • tiene un culito perfecto Sofía, no quiero tapárselo, quiero que vaya en tanguita enseñándomelo bien, jajajajaj

  • ¡eres incorregible hermanito!, venga anda me voy a estudiar un rato, dijo Paula dejándome en el sofá a mi solo.

Una vez elegida la lencería terminé el pedido yendo a la sección de juguetes para elegir un pequeño dildo para el culo. ¿Le gustaría a Sofía?. En unos días lo iba a descubrir, le cogí un dildo parecido al de la película, también en color dorado, era muy sexy.

Mi hermana cumplió su palabra y nos dejó el fin de semana la casa para nosotros solos, yo no veía la hora de enseñarle los regalos a mi novia. Llevábamos saliendo ya casi un año y tres meses, los últimos dos meses había podido convencer a Sofía de que empezara a tomar la píldora. Era bastante molesto tener que estar todo el día con el condón a vueltas y así podíamos evitar sustos innecesarios.

Llegó Sofía a casa y antes de ponernos a follar le enseñé el conjunto que le había regalado. Tampoco tuve que convencerla mucho para que se lo pusiera. La verdad es que era un contraste brutal, mi novia con su carita de inocente y ese cuerpito casi perfecto vestida con lencería de puta de lujo, su culo se veía increíble entre el tanguita y el liguero, cualquier viejo pervertido habría pagado una millonada por ver vestida así a Sofía.

Se tumbó boca arriba y me dispuse a comer su coño, tampoco le duró mucho el tanguita puesto, mientras lamía su empapada rajita eché sus piernas hacía atrás y comencé a alternar los lametazos en el coño con su pequeño agujerito rosado del ano, iba pasando la lengua de un agujero a otro y Sofía cada vez estaba mas cachonda. Metí un dedo en su culo mientras seguía jugueteando con mi lengua, hasta que consideré que ya estaba preparada para recibir mi regalo. Saqué el dildo que llevaba guardado en el bolso y poco a poco se lo fui metiendo. Sofía se incorporó un poquito.

  • ¿que haces?

  • shhhhh, disfruta, dije yo

No tardó nada en estar dentro de su culo el pequeño juguete, así hasta que la base quedó taponando su entrada trasera.

  • ¿te gusta?, dije yo

  • ¿que tengo dentro?, me molesta un poco...

  • es un juguete, tu déjame a mi, no te preocupes ya verás como disfrutas.

Y me incorporé sobre ella para metérsela en la postura del misionero, era un sensación increíble follarme así a Sofía mientras el dildo presionaba la pared interna que separa el recto y la vagina. Estuvimos un buen rato follando así, incluso le pedí a Sofía que se pusiera encima de mi dándome la espalda, quería ver como se movía su perfecto y pequeño culo con el juguetito sobresaliendo por su ano vestida a la vez con el conjuntito.

Fue una sensación tan morbosa que no tardé en descargar dentro de ella, mientras me follaba de esa manera.

Cuando terminamos por fin pudo ver el regalo que había tenido dentro de ella, le dije que se lo volviera a meter para que dilatara todavía un poco mas y Sofía sin ningún pudor se volvió a meter el juguete por su ano y lo tuvo dentro hasta que se me volvió a poner dura para ponérsela meter por el culo. Aquella noche terminó con su culo bien follado hasta que llené sus entrañas con mi lechecita. Luego le dije que lavara el dildo y se lo llevara a casa para poderlo utilizar otro día. Desde luego que los dos lo pasamos muy bien con él.

Pasamos un fin de semana en el que prácticamente no salimos de casa, solo hicimos que comer, follar, ver la tele, follar, comer, dormir, follar, ver la tele, dormir, follar y follar un poco más, ncluso ella me dejó que le hiciera fotos con el conjunto de lencería puesto. Sofía también me quiso hacer un regalo a mi y me dijo que la gustaría depilarme la polla. Yo como ella había aceptado lo de la lencería y el dildo pues me dejé hacer y ella con mucho cuidado me rasuró el pubis y los huevos, hizo un trabajo fenomenal, para cuando terminó ya estaba empalmado de nuevo, frente al espejo se me veía la polla de 17 cms mucho mas grande y apetitosa.

Mi hermana llegó el domingo por la tarde cuando Sofía estaba todavía en casa, nos pilló durmiendo la siesta en mi habitación, entre viernes, sábado y domingo mañana me habría corrido unas 7 veces, estaba totalmente agotado.

Y si con Sofía la relación avanzaba de manera fluida no podía decir lo mismo con mi hermana Paula. Se había estancado todo y no veía la forma de como poder seguir avanzando, me daba rabia porque ya tenía parte del camino hecho y había conseguido incluso masturbarme delante de ella, pero no sabía como seguir sin dar un paso en falso.

Lo peor es que antes de llegar la semana santa, estábamos cenando un día en casa y mi hermana apareció con un nuevo pijama, era como una camiseta de manga larga y pantalón, pero era mas bien fino ya no tan de invierno. El caso es que el sujetador le marcaba las tetas de manera descomunal, sin embargo cuando terminábamos de cenar nos solíamos tumbar en el sofá a ver la tele. Ya os he comentado que mi sofá esta en paralelo a la tele y el de mi hermana está perpendicular, pero está un poco mas adelantada que yo por lo que la puedo mirar y ella no me ve a mi. El caso es que cuando nos tumbamos en el sofá era evidente que mi hermana se había quitado el sujetador. Sus tetones se movían descontrolados dentro de la fina camiseta del pijama y se ponía de lado era casi peor ver como oscilaba hacia abajo el peso de sus pechos.

Enseguida me vino la duda de si lo hacía para provocarme, no hacia mucho había hablado con ella de este tema, pero ella me lo había negado y sin embargo ahí estaba otra vez con los pechos sueltos. Pero si quisiera provocarme podría haberse quitado el sujetador mientas cenábamos en la cocina y solo lo hacía cuando se tumbaba en el sofá, podría interpretarse que ese rato que es el que tenía para desconectar para ver la tele querría estar todo lo a gusto y relajada posible.

No quise hacer mención a ello, pero me fue imposible no empezar a sobarme la polla por encima del pijama mientras la miraba tumbada en el sofá. Es mas se me llegó a ocurrir que si a ella le gustaba ir “suelta”, yo también iba a hacer lo mismo. Después de cenar me quitaba el calzón y me tumbaba en el sofá en plan comando. De tanto acariciarme la polla se me ponía dura mientras miraba a Paula, luego ella al rato se levantaba y se iba a la cama, no sé cuanto tiempo tardó en darse cuenta, pero lo hizo. Cuando pasaba por mi lado yo lucía una empalmada brutal bajo el pantalón que además no me cortaba ni un pelo en disimular.

Y ese juego se fue haciendo normal, era evidente que ella sabía que me ponía la polla dura mientras estábamos viendo la tele tumbados en el sofá, pero ninguna de los dos hacíamos ningún comentario al respecto. La rutina era siempre la misma, después de la cena y recoger, los dos nos tumbábamos en el sofá previo paso por la habitación para quitarnos la ropa interior, luego yo me sobaba la polla por encima del pijama mientras miraba las curvas del cuerpo de mi hermana, ella no me veía hacerlo, pero se lo podía imaginar y no se paraba quieta ni un momento moviendo de un lado a otro sus tetazas. Un día hasta me engaché la polla con el pijama, así hacia arriba en plan tienda de campaña, ¡era la hostia!, Paula cuando se levantó del sofá para irse a su habitación se le fue la vista sin querer a mi entrepierna, a mi casi hasta se me escapa la risa de lo morbosa de la situación. Pero ese día en vez de irse a la cama se sentó en el sofá y mirando hacia mi me dijo.

  • bueno me voy a ir a la cama.

Yo seguí viendo la tele como si nada, como si fuera lo mas normal del mundo estar con esa erección que era claramente provocativa. Estaba claro que ella me estaba mirando la polla, pero yo seguía disimulando.

  • oyes David quería decirte que...

  • si, dime Paula, dije mirando hacia ella por primera vez.

  • no, da igual...venga buenas noches.

Mi hermana de repente se quedó supercortada y abandonó el salón bajando la cabeza y saliendo un poco avergonzada, desde luego que ella no se esperaba que yo empezara a tener esa actitud tan descarada con ella, además antes de salir me quedé mirando como andaba y se le bamboleaban las tetazas bajo su camiseta.

  • por cierto Paula, te queda genial ese pijama, es super chulo...la dije antes de que saliera por la puerta del salón y ella aprovechó para echarme una última ojeada hacia mi, a la pobrecita se la tenía que ir la vista a la fuerza al paquete que yo marcaba.

...

Y así seguimos hasta tres semanas antes de la semana santa, donde teníamos un compromiso familiar ineludible. Un colega de mi padre nos había invitado a toda la familia a pasar un fin de semana a su nueva casa. Yo no sabía que aquel fin de semana me iba a cambiar la vida para siempre.

El amigo de mi padre era también arquitecto, Gonzalo tenía 52 años y se conocían desde la facultad, la única diferencia es que a él le habían salido varios trabajos en Abu Dabi y Dubai entre otros sitios y había ganado una cantidad indecente de dinero. Se había construido una enorme casa modular, que parecía una mansión de Hollywood, 12 habitaciones, cristaleras enormes, piscina exterior, piscina interior climatizada y jacuzzi, gimnasio, sala de cine, un enorme garaje...y si la casa era impresionante que decir de su mujer Carmen, una sevillana de 45 años, bien podría ser por su belleza una presentadora de televisión, ademas era dermatóloga, era toda una mujer de bandera, casi 1,75 con unos ojos azules algo separados que le hacían una cara peculiar, muy guapa y morbosa, melena rubia y por si fuera poco tenía un señor cuerpazo a su edad, con unas tetas bien puestas y un culo que parecía duro y firme como una chica de 20 años.

No sé que le daría mas envidia a mi padre , al que tampoco le había ido nada mal, con respecto a Gonzalo, si la casa que se había construido o su preciosa mujer 7 años mas joven que él. Ese día descubrí que para ser un triunfador en la vida no es necesario ganar todo el dinero del mundo, solo basta con tener al lado un bellezón como Carmen, que mujer, que clase, que curvas, uffffff, era morbo en movimiento esa señora. Ni me imagino lo que tenía que ser poder follarse a semejante hembra o una mamada de esa milf mirándote directamente a los ojos, solo de pensarlo se me puso dura.

Después de enseñarnos toda la casa y asignarnos una habitación para cada uno en una de las alas de invitados de la casa, estábamos todos en el jardín cuando escuchamos un ruido de moto.

  • creo que ha llegado “tu novia”, dijo Gonzalo dándome una palmadita en la espalda y poniéndose de pies.

En ese momento no entendí la broma y menos cuando todos rieron incluida mi hermana Paula, fue mi madre la que me explicó la gracia según nos dirigíamos hacia el porche.

  • cuando erais pequeños siempre estabais juntos y tu la cogías de la mano y decías que era tu novia, estabas todo el rato diciendo que te querías casar con Valeria...

Como habréis adivinado, efectivamente Valeria era la hija de Gonzalo y Carmen, me vinieron a la memoria las fotos que teníamos por casa y que ya no recordaba. En ella estaban dos chiquillos de 4 y 2 años jugueteando en el parque y en casa de mis padres, éramos ella y yo, también recordaba otra foto en el que estábamos los tres, mi hermana con 10 años, yo con 7 y Valeria con 5, juntos en un banco, luego ya por los continuos viajes de Gonzalo perdimos el contacto con ellos y hasta ese día.

Valeria se bajó de la moto y aquello fue como un anuncio de la tele cuando lo ponen a cámara lenta, se quitó el casco y onduló su larguísima melena rubia. A sus 17 años era un pibón espectacular, mediría sobre 1,72, unos ojos como los de su madre, azules y algo separados, junto con una boca grande y dientes perfectos le daban una belleza muy singular, era como si no pudieras dejar de mirar esa cara. Pero el cuerpo no se le quedaba atrás, los pechos parecían normales, pero tenía un culo casi perfecto y lo que mas llamaba la atención eran sus largas piernas, perfectamente esculpidas, ni delgadas ni estrechas, unas kilométricas piernas de top model, llevaba unos vaqueros blancos con dos rotos, uno en cada rodilla y deportivas negras, arriba una camiseta y cazadora de cuero negro.

La niña de las fotos se había convertido en una jodida diosa de 17 años. Me enamoré al instante.

Por si fuera poco además era lista, no iba a seguir los pasos de su padre, sino los de su madre, al año siguiente iba a empezar a estudiar la carrera de medicina, nos saludó con el acento sevillano y nos dio dos besos a cada uno. Nos hizo unas pequeñas preguntas de cortesía sobre el viaje y la casa, que que nos parecía, cosas de esas y luego se fue a su habitación. La primera impresión que tuve de ella fue inmejorable, hasta mi hermana se dio cuenta de como miraba a Valeria.

  • cuando te acuerdes cierra la boca si es que puedes, dijo Paula.

Después comimos todos juntos, yo seguía mirando a Valeria, sus gestos, como comía, como miraba, sus brazos llenos de pulseras, como se reía. Gonzalo y Carmen nos dijeron que por la noche nos invitaban a cenar y que por la tarde podíamos usar la parte de la casa que quisiéramos, la piscina o el jacuzzi, cine...

  • oyes, después de cenar me llevo a Paula y David a tomar una copilla por Sevilla, dijo Valeria, he quedado con mis amigos.

  • no te molestes, dijo Paula

  • que no es molestia, ya verás como lo pasamos de bien.

Cuando terminamos de comer pregunté a Paula que porqué no quería salir a tomar algo después de cenar.

  • no sé, no me apetece mucho salir luego con unos críos de 17 años, que serán unos pijos como ésta, pero seguro que tu si que quieres ir, no has dejado de mirarla todo el rato ¿te gusta, verdad?, se te nota mucho.

  • ¿y a quien no le gustaría esa tía?, ¡es muy guapa!

  • la veo un poco cría para ti, dijo Paula

  • uyy, parece que estás un poco celosa, claro ahora lo entiendo ¿sabes lo que te pasa?, que estás acostumbrada a ser la mas guapa en todos los sitios, que la gente esté pendiente de ti y con Valeria sabes que se van a fijar en ella.

  • anda deja de decir bobadas hermanito, tranquilo que saldré con vosotros a tomar esa copa, además alguien te tiene que vigilar...no sea que hagas una tontería...

  • ya me gustaría hacer una tontería con Valeria.

  • sois todos iguales, no podéis pensar con otra cosa...en fin...que me voy a dormir una siesta y luego puede que baje a nadar un rato, ¿te apetece?

  • me parece bien Paula, a las 18.00 nos vemos en la piscina.

Dejé a mi hermana y me fui a la habitación intentando hacer un análisis de todo lo que había pasado. Era inevitable que me empezara a poner cachondo, me ponían mucho tanto Valeria como su madre, vaya dos zorras, que buenas estaban y en un rato iba a compartir piscina privada con Paula, la sola idea de pasar la tarde con ella en bañador me ponía nervioso. Pero me inquietaba el comportamiento de mi hermana con Valeria, a mi no me había parecido mala chica, se había comportado con nosotros muy correctamente y no entendía la animadversión de Paula hacia ella, era como si tuviera celos de que yo le prestara mas atención a aquella chiquilla que a ella. Me pareció una baza muy interesante para poder jugar con mi hermana en un futuro.

Al levantarme de la siesta me puse el bañador y me bajé a la piscina interior, no era muy grande, de unos 10 metros o así de larga, justo al lado tenía también un jacuzzi con burbujas de buenas dimensiones. Cuando llegué no había llegado Paula así que me metí al agua y me estuve haciendo unos largos. Al poquito llegó mi hermana, iba con un pantalón de chándal gris y sudadera con capucha, comenzó a desvestirse y se quedó en biquini. Era negro de estos que se anudan por los lados la braguita y por la espalda el sujetador.

De camino a las escaleras no pude evitar fijarme en su tremendo cuerpo lleno de curvas, desde luego que lo que mas destacaban eran sus tetazas, no es que el biquini le quedara pequeño, posiblemente fuera su talla, pero sus inmensos pechos sobresalían por todos lados, era una pasada ver como se movían de camino al agua, joder aquellas tetas me volvían loco y Paula lo sabía. Tampoco estaba nada mal de culo, se notaban sus horas de spinning, era un culo bien puesto en su sitio y a sus 22 años seguía sin rastro de celulitis, incluso la braguita se le metía un poquito entre las nalgas, pero en ese aspecto tengo que reconocer que me gustaba mas el culito redondo y perfecto de mi novia Sofía, aunque ya digo que el de Paula tampoco estaba nada mal.

Estuvo nadando un rato y luego nos metimos en el jacuzzi uno frente al otro, la imagen de Paula con su larga melena empapada y el agua que justo le llegaba a la altura de los pechos era muy morbosa, nos mirábamos de vez en cuando sin decirnos nada. En ese momento se me pasó por la cabeza frotarme la polla por encima del bañador, pero no quería que Paula se diera cuenta y desistí de la idea, eso si ya con estar metido con mi hermana en el mismo jacuzzi de agua caliente hizo que sin querer se me fuera poniendo dura. Al cabo de unos minutos tenía el rabo rígido como una barra de acero.

Menudo día llevaba, se me iba acumulando poco a poco la excitación y ya a esas alturas de la tarde iba con unas ganas de descargar tremendas.

  • que tranquilidad, dijo Paula cerrando los ojos, yo quiero tener uno de estos en casa.

  • la verdad es que se está de maravilla aquí, ¡oyes que te duermes!, dije salpicando la cara de Paula con el agua del jacuzzi.

  • no me salpiques, dijo Paula echándome agua ahora ella a mi.

Y a lo tonto comenzamos a jugar los dos con el agua, echándola el uno al otro a la cara, me desplacé hasta la mitad del jacuzzi y Paula también se acerco hasta que empezamos a forcejear agarrándonos del cuello como cuando éramos niños y tirándonos el agua por el rostro, aunque parecía un juego inocente no desaproveché para agarrar a mi hermana por las cintura y como el que no quiere la cosa intentar rozar sus tetas con la mano. Paula enseguida puso fin al juego mientras nos reíamos los dos, habían sido unos segundos maravillosos en los que había conseguido frotar mi erecta polla contra sus muslos y su cuerpo varias veces.

  • bueno voy a nadar otros 10 minutos y ya me voy a la ducha, dijo Paula.

Yo en ese momento dudé que hacer, si salía a la vez que ella del jacuzzi iba a lucir una empalmada de campeonato, pero tampoco me importaba mucho, las últimas semanas en casa no había tenido ningún pudor en mostrar mis erecciones a Paula y eso me daba un morbo terrible, era un tipo de exhibicionismo incestuoso que me ponía cachondísimo porque aunque era evidente que lo hacía para provocar a mi hermana ella tampoco podía acusarme de que estuviera haciendo nada malo o que la estuviera acosando o molestando o algo por el estilo. Total que tras dudar unos breves segundos me puse de pies y salí del jacuzzi.

  • yo me voy a duchar ya, dije.

Os podéis imaginar como se me marcaba la erección a través del bañador mojado, con mucha parsimonia me metí bajo la ducha que estaba pegada a la piscina sin dejar de mirar a Paula en un claro desafío hacia ella. Ella se sentó en un borde de la piscina y se empezó a escurrir el pelo mirando de vez en cuando hacia donde estaba yo, cuando terminé la ducha cogí la toalla y me empecé a secar el pelo tapándome la cabeza y poniéndome de perfil a la altura de Paula en otro claro gesto de provocación y exhibicionismo escandaloso, los dos estábamos en un tenso silencio sin hablarnos nada, o ante la situación mas bien sin saber que decir. Si hubiera entrado alguien en ese momento me hubiera tenido que tapar mis partes con la toalla, pero estando a solas con Paula no quise hacerlo, tenía que mostrarla en que estado de calentura me ponía.

Caminé hacia la puerta, ahora era mi polla la que bailaba a cada paso bajo mis bermudas, me seguía secando el pelo como si tal cosa y al pasar al lado de Paula golpeé su hombro en un intento de gesto cómplice hacia mi hermana que seguía en una especie de estado de aturdimiento.

Cuando llegué a la habitación todavía me duraba el calentón, me estuve meneando la polla un rato y a punto estuve de salpicar de leche el lujoso cuarto de invitados, pero todavía no lo quería hacer. Me esperaba una noche larga, entre la cena con mis padres y la familia de Gonzalo y luego salir a tomar alguna copa con Valeria.

Llegamos al restaurante para cenar y casualmente mi hermana se sentó al lado de Valeria justo enfrente de mi y aunque las dos iban espectaculares puedo decir que es de las pocas veces que una chica ha eclipsado la belleza de mi hermana. Paula llevaba un vaquero azul desgastado muy pegado a su cuerpo junto con un polo azul clarito, iba bien, pero claro Valeria su lado llevaba unos pantalones de cuero también muy ajustados y una camisa blanca metida por dentro, por lo que iba marcando culito a lo bestia, solo faltaban unos botines con algo de tacón con los que todavía ganaba mas altura. Estaba tremenda aquella niña.

Si comparaba a las dos desde luego que eran dos estilos distintos, mi hermana ya con 22 años se notaba que estaba como mas hecha por así decirlo, Valeria era mas cría, mas alta, con un cuerpo de modelo y mi hermana con su 1,65, curvas mucho mas marcadas. Eso si, las dos tenían el pelo súper largo y muy bien cuidado, Paula morena y Valeria rubia y de cara mi hermana era guapísima, una rostro casi perfecto, sin embargo Valeria tenía otro tipo de belleza, un rastro mas exótico, ojos muy separados, labios grandes, no era una cara corriente pero era atractiva, pero no podía dejar de mirarla.

Terminamos de cenar y Valeria nos llevó junto a sus amigos a los que no fue presentando, una pandilla de chiquillos de entre 17 y 18 años a los que mi hermana calificó después como una panda de hijos de papá, me sorprendió que me dijera eso Paula, porque seguramente es lo que pensarían en la facultad de nosotros la mayoría de alumnos.

Nos sentamos en una terracita a tomar algo y empecé a darme cuenta como que Valeria cuchicheaba con un par de amigas y me miraban y luego se reían. Luego al entrar al bar directamente se vino a hablar conmigo, no recuerdo de que intrascendente cosa hablamos, pero notaba a aquella zorrita de 17 años como se me pegaba al hablar y empezó a tontear descaradamente. Yo de vez en cuando miraba a mi hermana que estaba mas bien sola y me miraba como diciéndome que a vez si nos íbamos de una vez para casa, pero yo me lo estaba pasando de puta madre y mas teniendo a Valeria a mi lado. Casi con el solo contacto de su cuerpo hizo que mi polla se hinchara bajo los pantalones.

Ya no era la perfecta hijita educada tal y como se mostraba delante de sus padres, ahora estaba mucho mas desinhibida y se notaba que era la líder dentro de su grupito de amigos. No había duda de que toda su vida había estado acostumbrada a que se hiciera lo que ella pedía.

Yo no era tonto y la seguía el juego, si ella se pegaba a mi yo también lo hacia, incluso la sujeté varias veces de la cintura para decirla algo cosa al oído, cuando ella dijo de ir a otro sitio todos asintieron sin dudar y ella me agarró de la mano y salio delante de mi como si fuera mi novia, bien agarraditos.

Dijeron de ir a otro bar y por el camino quise hablar un poco con mi hermana Paula a la que tenía abandonada.

  • oyes David, tomamos la última y yo me voy ya para casa, tu si quieres quédate.

  • no Paula, como te vas a ir tu sola en el taxi, venga disfruta un poco que no salimos por Sevilla todos los días.

  • no pinto nada con estos chiquillos, es que no sé ni de que hablar con ellos y tu estás todo el rato con Valeria, ya veo que te lo estás pasando bien.

  • otra vez te me pones celosilla hermanita, dije en bromas agarrándola por la cintura, bueno si te vas a poner así ahora me quedo contigo.

  • haz lo que quieras, pero acuérdate que tienes una novia, por cierto...

  • ¿y eso que tiene que ver?, que yo sepa no he hecho nada con Valeria

  • todavía...pero como sigáis así

  • no creo que pase nada, dije yo

  • mira esa chica está acostumbrada a tener lo que quiere y que todos la bailen el agua, si quiere tema contigo, que parece que si, creo que tu vas a caer.

  • bueno eso ya es cosa mía, ya soy mayorcito...

  • tu mismo, dijo Paula visiblemente molesta quitando mis manos de su cintura.

Y es que además no le faltaba razón a mi hermana, en cuanto entramos al siguiente bar Valeria no tardó en arrinconarme contra la barra y yo entre las copas, la música, el calentón que llevaba todo el día y lo cachondo que me ponía esa zorra marcando su culazo de 17 añitos en los pantalones de cuero entré en su juego.

Cuando me quise dar cuenta nos estábamos morreando contra una pared apartados del resto del grupo, pero Valeria me frenaba, nos dábamos un muerdo y ella me paraba y hablábamos un poquito y luego nos reíamos y así, luego otro muerdo, los dos abrazaditos, pegados nuestros cuerpos, nos íbamos besando de vez en cuando, yo bajé un par de veces la mano para tantear su culo, pero ella enseguida me la recogía y se la subía hasta la espalda.

Así estuvimos un buen rato hasta que dijeron de ir a otro bar, al salir mi hermana Paula me dijo que se iba para casa y yo a pesar de lo cachondo que iba y que quería seguir con Valeria enrollándome no quería que se cogiera el taxi sola y al final le dije que yo también me iba.

  • no me parece bien lo que le estás haciendo a Sofía, me dijo Paula

  • solo han sido unos besos, tampoco creo que sea para tanto...

  • no lo será para ti, te recuerdo que yo no sigo con mi novio porque se dio “solo unos besos”, como dices tu...

Rápidamente nos interrumpió la conversación Valeria.

  • oyes que si os vais para casa yo me voy con vosotros.

Así que nos volvimos los tres en el taxi, íbamos detrás y yo sentado en el medio entre aquellas dos pedazo de mujeres, no tardó Valeria en levantar la pierna y poner su muslo sobre el mío, menuda tortura de viaje a casa, me agarró de la mano y nos fuimos acariciando los dedos mientras movía juguetona el pie de la pierna que tenía sobre mi, lo balanceaba delante y atrás en actitud infantil, pero no pasó desapercibido para Paula que ella había puesto su pierna sobre la mía.

Está de mas decirlo, pero esta claro que estuve empalmado el trayecto hasta la casa de sus padres.

Tengo que reconocer que iba un poquito nervioso ante la posibilidad de follarme a Valeria, con el añadido de hacerlo en casa de sus padres, con ellos en alguna habitación cerca y estando mis progenitores y mi hermana también en la vivienda. Al entrar en la casa mi hermana dijo que se iba a dormir y Valeria me cogió de la mano y me llevó a una pequeña sala que estaba a la entrada. Me acarició suavemente la nuca y luego me dio un beso en la boca.

  • ¿te subes a mi cuarto?, dijo ella con voz melosa pegándose a mi.

Yo por supuesto que quería hacerlo, ¿quien en su sano juicio no querría follarse a esa jodida diosa?, pero algo en mi me decía que no debía, que aquello no estaba bien, argumenté tímidamente una excusa que ni me creía yo mismo.

  • tengo novia Valeria, esto no está bien...

  • shhhhhh, dijo ella poniendo su dedo sobre mi boca para luego poner sus labios contra los míos en un morreo salvaje y desesperado,- ¿de verdad no te apetece subir?.

Me cogió de las manos y las puso sobre su culo, eso que había estado anhelando toda la noche allí lo tenía, estábamos de pies, medio a oscuras y empecé a sobar su culito a dos manos con ganas por encima del pantalón. Ella se había pegado a mi y tenía las manos sobre mis hombros acariciándome el cuello y las orejas, dejándose hacer, gimiendo muy bajito. Ya me tenía a su merced.

  • no Valeria, para para para...no puedo seguir con esto, dije separándome y dejándome caer en una silla que estaba a nuestro lado.

Ella abrió las piernas y se me sentó encima y se frotó contra mi polla en un movimiento pélvico muy suave como si estuviéramos follando. Que se me pusiera encima con esos pantalones de cuero negros me calentó un poquito mas si cabe, aunque tengo que reconocer que ya estaba al limite. No estuvo mucho tiempo porque con unos segundos mas me hubiera corrido en los pantalones. Se puso de pies con una sonrisa que parecía dibujada por el mismísimo diablo, se dio la vuelta mostrándome de nuevo su perfecto culo y me dijo.

  • te espero en mi habitación, no tardes...

Me quedé sentado intentando recuperar la respiración, durante un par de minutos no me quise ni mover ni pensar en nada, yo creo que mas que nada porque sentía que incluso con cualquier pensamiento con Valeria podría hacer que me corriera sin tan siquiera tocármela. Entonces caí en la cuenta en el estado de excitación en el que me encontraba, así era imposible tener una mínima relación aquella zorra de 17 años. En cuanto entrara por la puerta de su habitación y ella me pusiera la mano encima me iba a correr irremediablemente.

No podía terminar así el día, de esa manera no, llevaba un calentón tremendo acumulado y tenía que correrme antes de acostarme, pero no quería hacerlo en manos de esa niñata, no quería que ella jugara conmigo y se saliera con la suya. Entonces decidí jugármela, en el estado de excitación en el que me encontraba y con un par de copas encima me ayudaron a subir las escaleras en dirección a mi habitación, pero no fui a mi cuarto, iba a la puerta de al lado.

Me puse delante de la habitación de mi hermana Paula.

Con el corazón latiendo a toda velocidad toqué en la puerta muy tímidamente para que no nos oyeran mis padres que estaban a 5 metros, Paula se asomó extrañada y al ver que era yo me dijo que que quería.

  • ¿puedo pasar?, dije yo...

Ni tan siquiera me contestó, tan solo dejó la puerta abierta en una clara invitación y ella se metió en el cuarto de baño de su habitación. Llevaba puesto el pijama blanco que tanto me ponía, aquel que se ponía en casa, ya he dicho que la parte de arriba es como una camiseta normal, pero de manga larga, en cuanto vi como se dirigía hacia el baño me di cuenta de que no llevaba sujetador.

Sus tetazas se bambolearon salvajamente bajo la tela. Y mi polla palpitó de nuevo.

Se puso delante del espejo y cogió un disco de estos de algodón para desmaquillarse la cara, yo tembloroso entré al baño y me situé detrás de ella, podíamos mirarnos a la cara a través del cristal.

  • no he hecho nada con Valeria...

  • no me interesa David, como me has dicho antes es cosa tuya, “ya eres mayorcito”, dijo Paula desmaquillándose los ojos.

  • vale, solo quería que lo supieras, te pido disculpas si antes he estado borde contigo, no quería hablarte así, sé que me lo decías para que no metiera la pata...

  • acepto las disculpas, no quería decirte lo que tienes que hacer, es solo que...bueno con Sofía estás muy bien y no quería que lo estropearas todo por un calentón...

  • no si ya lo sé, al final no sé ni como me he resistido, pero vamos que me he quedado con el calentón, jajaja.

  • bueno, eso ya es cosa tuya...

  • ¿sabes que me ha dicho Valeria que si subía a su habitación?

  • no pierde el tiempo la chica...dijo Paula.

  • ¿y sabes porque no he subido?

  • pues hombre, me imagino que por respeto o fidelidad o llámalo como quieras hacia tu novia...

  • puede ser, pero...yo creo que ha sido por otra razón, mira ahora cuando nos hemos quedado solos abajo casi la cago, se me ha puesto encima y la he tenido que decir que se parara que no iba a hacer nada con ella, aunque ha insistido que me esperaba en su habitación, me ha puesto que bueno...ya te imaginarás...tengo que reconocerte que nunca había visto una chica tan guapa y que me pusiera tantísimo como Valeria, ya te digo yo que casi todos los tíos que tuvieran la oportunidad que he tenido yo ahora mismo se estarían.foll...bueno ya sabes, estarían en la habitación con Valeria.

  • vale, ya me ha quedado claro, que te gusta mucho y que te pone...pues haber subido, no sé que haces aquí contándome todo esto...

  • pues claro que lo sabes Paula...

  • pues no, no lo sé, no sé donde quieres ir a parar...

  • si que sabes donde quiero ir a parar, dije yo, - podría estar con el mayor pibón que he visto jamás, pero estoy aquí contigo Paula, mira hay cosas que no se pueden explicar o mas bien diría que no se pueden controlar, puedo asegurarte que pocas tías hay que estén mas buenas que Valeria, pero contigo...contigo no sé que me pasa, por ejemplo antes en la piscina, es solo verte en bañador y prefiero esa sensación a cualquier otra cosa, ese morbo de..ya sabes lo que me ha pasado en el jacuzzi contigo, que se me pusiera así...eso sé que no lo voy a experimentar con ninguna otra...

  • no quiero seguir escuchándote David, vete a tu habitación por favor...

  • mira Paula, puedes seguir haciendo como que no pasa nada entre nosotros, pero si que pasa y lo sabes...

  • entre nosotros no pasa nada, ni ha pasado ni pasará, ¿cuantas veces tengo que decírtelo?, dijo mi hermana dándose la vuelta para quedarse frente a mi.

  • claro que pasa, ¿o me quieres decir que antes no te has dado cuenta de como me has puesto en el jacuzzi?

  • como te pongas tu no es mi problema David y ahora sal, no te lo voy a decir mas veces, dijo Paula volviéndose a girar y dándome la espalda para seguir con su tarea frente al espejo

  • muy bien, tu sigue haciendo como que no pasa nada, pero te estoy diciendo que prefiero estar ahora aquí contigo que follando con Valeria, ¿para ti eso es normal?

  • pues claro que no, soy tu hermana, tendrías que estar pensando en otras chicas ¿que culpa tengo yo de te que falle algo en la cabeza?.

  • yo estoy perfectamente, pero no puedo quitarme de la cabeza tu cuerpo, tu cuerpo en biquini, esta tarde me has vuelto loco, ya lo has visto y ahora...buffff ahora te veo con ese pijama, que no llevas nada debajo...como se te mueven las tetas...

Me quedé en completo silencio. Lo siguiente que se escuchó en el baño fueron los tres botones de mi pantalón desabrochándose. Mi hermana también lo escuchó y de repente se quedó parada, apoyó las manos sobre el lavabo y dejó su vista fija en el espejo como si estuviera pensando que decir. Enseguida salió del trance.

  • estate quieto David, no hagas nada...

  • tu no tienes que hacer nada Paula, te lo pido por favor, llevo todo el día aguantándome, pero ya no puedo mas, tu si quieres sigue como si no estuviera aquí.

Sin embargo Paula seguía como paralizada con las dos manos sobre el lavabo y yo a medio metro escaso detrás de ella. Me había desabrochado los pantalones y sin bajármelos nada tan solo los abrí lo justo para que asomara mi paquete en un calzoncillo de color negro. Me agarré la polla por encima del calzón y apreté muy despacio comenzando a sobarme delante de mi hermana, de nuevo había conseguido lograr pajearme junto a Paula.

Sabía que aquello no iba a durar demasiado, la tensión acumulada durante todo el día iba a hacer que explotara de un momento a otro, mi hermana y yo estábamos en silencio, lo único que se escuchaba era el roce de mi mano contra mi abultado paquete.

  • ¿puedo sacármela?, dije en un gemido bajito a escasos centímetros de su oído.

  • ni se te ocurra, eso si que no David, ni se te ocurra hacer eso...

Pero yo apunto de correrme y con casi mi nariz pegada a el pelo de mi hermana aspirando su olor ya no era dueño de mis actos. Me fijé de nuevo en como los pezones de Paula se habían puesto duros en tan solo unos segundos, no cabía duda de que ella también estaba muy cachonda con la situación y no podía disimular el bultito bajo la tela de su pijama, entonces lo hice, liberé mi polla del encierro y la cogí con mi mano. Estaba muy dura y desprendía un calor que me encendían los dedos, se me marcaban las venas del tronco como si estuviera a punto de explotar.

Me pegué un poco mas a mi hermana hasta casi ponerme detrás de su culo, me puse tan cerca mientras me la meneaba que sin querer rocé con mi capullo contra uno de sus glúteos a la vez que seguía oliendo su pelo. La cara de mi hermana se había sonrojado y ella seguía quieta esperando posiblemente a que terminara todo aquello, pero yo estaba fuera de mi y quería mas, no quería quedarme con la duda de hasta donde podría haberme quedado, quería llegar a lo máximo que me permitiera Paula.

A punto de correrme pasé mi mano libre por delante del cuerpo de mi hermana y agarré uno de sus inmensos pechos por encima del pijama, fue una sensación acojonante, yo creo que sobre la palma de la mano las tetas de mi hermana eran todavía mas grandes y pesadas de lo que me las había imaginado, incluso llegué a rozar uno de sus tiesos pezones, pero al tocarla ella pareció despertar del trance en el que se encontraba, se apartó rápidamente cogiéndome la mano y echándose a un lado, abrió la boca en señal de sorpresa al encontrarme con el miembro al descubierto y me miró horrorizada la polla como si hubiera visto al mismísimo diablo.

  • ¡¡¡¿pero que coño haces?!!!

Justo en ese momento quedé frente al espejo del lavabo y comencé a eyacular soltando la tensión acumulada durante todo el día.

  • ¡¡me corro Paula!!, ¡¡mírame!!,¡¡mira como me corro, mira como me corro!!

No exagero si digo que los disparos de semen salieron hacia delante por lo menos a dos metros de distancia estrellándose violentamente contra el espejo del baño en una apoteósica corrida, varias ráfagas de leche decoraron el cristal en varias direcciones mientras miraba a mi hermana reflejada en el espejo, se encontraba a mi lado y la veía de perfil como se la marcaba la silueta de uno de sus pechos y se tapaba la boca sin perder detalle de mi maravillosa corrida. Yo me dejé caer sobre el lavabo como si me hubiera quedado sin fuerzas y Paula salió del baño en ese momento.

Con toda la tranquilidad del mundo limpié todo el estropicio y luego salí de la habitación de mi hermana sabiendo que lo que acababa de pasar iba a volver a repetirse. Me despedí de ella, aunque no me hizo caso, se quedó sentada en la cama sin decir nada y mirando el móvil como si yo no estuviera.

Al día siguiente me levanté temprano, salió un precioso día soleado y bajé al jardín donde tenía preparado el desayuno. Mientras mi padre jugaba contra Gonzalo al tenis yo me quedé con mi madre en la piscina tomando un poco el sol hasta que pasadas las 12.00 apareció Paula. Mi hermana se quedó toda la mañana tumbada en la hamaca sin quitarse la sudadera y sin mediar palabra, hasta mi madre la preguntó si se encontraba bien, la pena fue que Valeria no bajó a la piscina y no pude disfrutar de su cuerpazo en biquini.

A la hora de la comida mi hermana parecía que se encontraba ya de mejor humor, comimos todos en el salón de la lujosa casa, incluso Paula estuvo hablando un buen rato con Valeria en un tono bastante amigable. De repente me miré a los ojos con mi hermana y me di cuenta del porqué ese cambio de actitud respecto a la jovencita de 17 años, estaba claro, mi hermana había ganado la batalla a aquella diosa, la noche anterior yo había preferido subir a la habitación con ella antes que ir a follarme a aquella niñata y eso había supuesto una buena dosis de autoestima para Paula (como si la necesitara). Siempre existe esa rivalidad entre mujeres y seguro que mi hermana mientras hablaba con ella pensaba en como yo había pasado de ese bellezón porque prefería masturbarme a su lado.

Llegó la hora de la despedida, Gonzalo, Carmen (ya tenía pendiente una paja con semejante Milf) y por último Valeria, pensé que iba a estar enfadada por no haber terminado la noche en su cama, pero nada mas lejos de la realidad, cuando nos dimos dos besos ella me echó una sonrisa que me dejó helado, como si tuviera algo en mente. Ciertamente me dejó inquieto, no dejaba de sorprenderme aquella zorrita.

De vuelta a casa me tocaba estar de nuevo a solas en el piso con mi hermana Paula, pero yo ya me había quitado la careta, había dado un paso adelante muy importante con lo que pasó en Sevilla y ahora no podía ya quedarme parado. Tampoco era plan de sacarse la polla delante de ella así de buenas a primeras, tenía que seguir como hasta ahora, muy poco a poco, sin estropear todo el trabajo realizado. Mi hermana se encontraba rara conmigo, estaba como cohibida, sin saber que hacer o que decir muchas veces, intentando evitar cualquier circunstancia que pudiera dar lugar a algo. Incluso dejó de tumbarse a ver la tele por la noche en el sofá de al lado, después de cenar se metía en su habitación inmediatamente para ponerse a estudiar.

Pero como se dice, si Mahoma no va a la montaña la montaña va a Mahoma, así que no tardé en romper el pacto de no agresión que tenía con Sofía y una tarde quedé con mi novia para que viniera a follar a casa. Quise asegurarme de que fuera un polvo salvaje, que mi hermana escuchara todo desde la habitación de al lado, aquel día hice gemir a mi novia bien alto, incluso me la estuve follando un buen rato a cuatro patas embistiendo con fuerza para que se oyeran nuestros cuerpos chocar y terminé con la polla metida en el culo de Sofía para que se corriera por última vez, luego me despedí de mi novia y esperé pacientemente a que llegara la hora de la cena.

  • oyes Paula, perdona por lo de antes, ya sabes lo de traerme a Sofía a casa, es que como últimamente ya no vas al gym.

  • si, ahora iré un poquito menos, ya va a empezar la época de exámenes y los fines de semana casi no voy a salir para quedarme a estudiar, como mucho os puedo dejar una tarde solos entre semana...

  • vale, gracias, intentaremos aprovechar la tarde libre que nos dejes, jajaja.

Quise hacer una pequeña broma, pero mi hermana ni tan siquiera cambió el gesto de la cara. Por suerte ese viernes Paula nos dejó la casa sola a Sofía y a mi, me dijo que se iba a dormir a casa de una compañera de universidad. Le dije a mi novia que trajera el pijama para quedarse en casa, aunque antes saldríamos a cenar ella y yo solos. Al llegar Sofía mi hermana estaba a punto de salir, estuvieron hablando un rato y luego se fue Paula. Se notaba mientras hablaban que Paula le seguía imponiendo respeto a mi novia, es normal en cierta medida ya que en la facultad mi hermana era conocida, no solo por su físico sino por ser una alumna sobresaliente y se intuía que iba a ser una gran arquitecta.

  • me gusta que te lleves bien con Paula, dije yo.

  • claro, porque no me iba a llevar bien, además de que me cae genial en cierta medida es un poco referencia para muchas de nosotras en la facultad.

  • pues ya sabes, puedes presumir de cuñada en la facultad, jajaja...anda ven aquí, dije tirando de mi novia hasta el sofá de casa.

Un poquito antes de irnos a cenar estuvimos tonteando un poco y al final terminamos por ponernos cachondos entre besos y magreos, pero se me ocurrió una cosa y quise comprobar si mi novia seguía accediendo a todas mis peticiones. Mientras nos estábamos sobando y metiéndonos mano le dije a Sofía que quería meter el pequeño dildo en su culo, ella sin pedírselo se puso a cuatro patas con el tanguita puesto y yo poco a poco le fue metiendo el juguetito en su ano.

  • ¿quieres que te folle por el culo, verdad?, dije dando un pequeño azote a mi chica con el dildo ya en su interior.

Ella se dio la vuelta y se sentó sobre mi y con voz mimosa me dijo.

  • primero un poquito por delante, que me gusta con esto dentro...

  • vístete...dije yo.

Aparté a Sofía de mi y comencé a abrocharme el pantalón como si ya hubiéramos terminado, mi novia me miró extrañada sin entender que es lo que estaba sucediendo.

  • vístete, quiero que salgamos a cenar y que lleves el juguetito dentro todo el rato, ya verás que cachonda te vas a poner y el polvazo que vamos a echar al llegar a casa...

  • pero, ¿como voy a salir con esto?, además llevo leggins, se me va a notar...

  • que no se te va a notar, tu hazme caso.

Al final convencí a Sofía y nos acercamos a una hamburguesería que estaba cerca de mi casa. Mi novia llevaba unos finos leggins con los que marcaba culazo a lo bestia, en los pies unas botas negras planitas y arriba una cazadora de cuero que apenas le tapaba el culo. Me encantaba que hubiera accedido a mi petición de salir con el dildo metido en su ano. Nadie en la hamburguesería se podría imaginar aquello, al fin y al cabo mi novia era una universitaria de 19 años con cara de no haber roto un plato. Además su parte trasera no pasaba desapercibida en ningún sitio y era objeto de miradas por parte no solo de chicos sino de chicas también.

Curiosamente aquella noche mientras pedíamos había una pareja de chicas esperando su pedido a nuestro lado, una de ellas llevaba una parte de su melena rapada y con varios piercings en la nariz, por las pintas parecían lesbianas y las continuas miradas que esa tía le pegó al culo de Sofía me confirmaron las sospechas. Mi novia no se dio cuenta de nada, pero yo me puse a su lado y le pegué una buena sobada de culazo y un par de azotes medio en broma para dar un poco de envidia a aquella chica que miraba tanto. Luego me miró a la cara y se dio cuenta de que lo había hecho porque yo me había percatado de que ella no perdía detalle de mi novia, se la comía con la mirada.

Cuando nos sentamos para cenar se lo comenté a Sofía.

  • ¿ves a aquellas dos chicas de allí?, si esas que parecen lesbianas, la del pelo rapado no dejaba de mirarte el culo...

  • joder que vergüenza, ¿se habrá dado cuenta de que llevo...?...ya sabes...

  • que se va a dar cuenta, lo que pasa es que con esos leggins marcas un cuerpazo y te estaba comiendo con la mirada, por cierto...¿que tal vas?

  • no me molesta ya mucho, casi me he acostumbrado, pero si te digo la verdad tengo ganas de que me lo saques y metas otra cosa...

  • si quieres se lo decimos a la lesbiana, dije yo en bromas, que te acompañe el baño y te lo saque con la boca, creo que lo haría encantada...

  • estás tonto, prefiero que lo hagas tu, no me gustan las chicas...

  • vaya, yo que te iba a proponer un trío con otra tía, jajaja, ¿lo harías?

  • no, no me gustan las chicas...

  • ¿ninguna ninguna?, ¿no hay ninguna que te ponga ni un poquito?

  • bueno, si te vale Rihanna, dijo mi novia, con Rihanna si haríamos un trío.

  • ah vale, luego la llamamos, jajaja, y por si no puede ¿no hay ninguna otra candidata?

  • bueno, podría haber otra, pero con esa creo que tampoco vamos a poder, dijo Sofía en bromas también.

  • ah si ¿quien?, ¿otra famosa?

  • nada olvídalo, era broma...

  • ahora quiero saberlo, dije yo...

  • que no, olvídalo...

  • luego en casa, me lo dices, ¿vale?

  • venga vale pesado, vamos a cenar rápido que tengo hambre y muchas ganas de ir a casa.

Terminamos de cenar y nos fuimos a casa, por el camino no dejé de sobar el trasero de Sofía, además con el morbo añadido de que llevaba dentro el dildo.

  • ufffff, ¡estoy muy cerdo, en cuanto lleguemos a casa te voy a dar por el culo!

  • venga vamos mas rápido...

Entramos corriendo a la habitación y en un segundo desnudé a Sofía para después tumbarla boca abajo, con mucho cuidado fui sacando el juguete hasta que hizo un pequeño ploff cuando estuvo todo fuera. Su ojete se había quedado dilatado y lucía un agujero de buen tamaño. Estaba claro que aquello le había gustado a mi novia, además de que estaba bastante cachonda, los labios de su coñito estaban tan mojados que incluso empezaron a gotear sobre las sabanas.

  • joder, estás empapada, dije pasando una mano por toda su rajita...

  • venga vamos, ¡métemela!, ¡métemela!...dijo Sofía ansiosa poniéndose a cuatro patas.

Tan solo con pasar toda la polla por su mojado coño varias veces quedó tan húmeda que apenas tuvimos que lubricar nada mas, de una sola embestida perforé el agujero de su culo hasta que mis huevos rebotaron contra su cuerpo. Me la follé a lo bestia y solo me detuve cuando me corrí en sus entrañas, cuando me salí de dentro de ella comenzó a escurrir mi semen de su ano que todavía estaba mas dilatado.

  • mmmmmm, que bueno, dijo Sofía

  • esto hay que repetirlo mas veces...me ha dado mucho morbo lo de que llevaras el juguete dentro, ¿lo harías mas veces?

  • bueno, no sé, alguna vez si quieres, pero tampoco te acostumbres...

Seguíamos en la cama descansando sudorosos y desnudos cuando me acordé de la lesbiana de la hamburguesería.

  • como te comía con la mirada la bollera esa, eso me ha puesto muy burro también y por cierto, no me has dicho quien es la otra chica con la que harías un trío...

  • que te dije que nadie, que era una broma...

  • me lo puedes decir, que hay confianza...si tampoco pasa nada, ya me dijiste Rihanna, tampoco me voy a asustar...

  • es que me da vergüenza...

  • venga suéltalo, dilo rápido sin pensar y ya está..

  • pues tu hermana Paula, ala ya lo he dicho...

De repente me apoyé sobre un codo y me incorporé un poco, desde luego no me esperaba aquella respuesta, pensé que me diría otra famosa internacional o alguna española tipo Edurne o Cristina Pedroche, pero no pensé en mi hermana. Solo de imaginar en un trío con Sofía y Paula al momento se me empezó a poner dura. Aquello me había pillado totalmente de sorpresa y mi novia se dio cuenta.

  • ¿mi hermana?, ¿te pone mi hermana Paula?

  • ¿que pasa, te ha gustado la idea?, dijo divertida mirando a mi entrepierna que empezaba a crecer, - si, no está mal tu hermana...

Entonces recordé la evolución que mi novia había tenido respecto a lo de tener relaciones en casa mientras mi hermana estaba en su habitación, al principio no quería hacer nada, aunque luego poco a poco fueron cayendo las pajas bajo la manta en el salón, luego mamadas y así hasta que terminamos follando en la habitación sin importarnos que Paula nos escuchara casi al lado nuestro. Sofía intentaba ahogar los jadeos, pero al final acababa gimiendo mas alto, seguramente excitada por el morbo de saber que Paula nos oía perfectamente. Nos pusimos de lado uno frente a otro y metí la mano en su coño a la vez que Sofía me agarraba la polla para comenzar a meneármela lentamente, aunque me había corrido hacía 5 minutos ya volvía a estar empalmado. Es lo que tiene tener 19 años.

  • ¿te gustó que nos pillara follando en el salón?, dije yo

  • noooo, idiota, ya sabes que no...me dio mucha vergüenza

  • seguro que si, a lo mejor te hubiera gustado que se nos uniera...

  • ¿te hubiera gustado a ti?, jajaja, es tu hermana...

  • no lo sé, si me pilla con el calentón a tope, en ese momento me da morbo todo...

Sin parar de hablar seguíamos masturbándonos desnudos el uno frente al otro.

  • sé que te pone follar cuando ella está en la habitación de al lado, se te nota mucho, dije yo

  • a ti también parece que te pone.

  • claro, me pone que escuche lo bien que te follo y como disfrutas.

  • mmmmmmmmmmmmm...me estás poniendo mucho.

  • ya lo veo, joder todavía sigues empapada...¿te imaginas a mi hermana en la habitación de al lado oyendo como follamos?, a lo mejor también se moja como tu.

  • ¡eres un cerdo!, aquí hablando de tu hermana, parece que te pone y todo...

  • ¿y tu que eres?...estás cachonda perdida pensando en Paula, a mi me gusta el morbo ya lo sabes...lo mismo tu hermanito de 16 se hace pajas pensando en tu culo...seguro que te lo mira en casa...

  • ¿se lo miras tu a tu hermana?

  • a veces si, a los tíos nos da igual de quien sea, un culo es un culo...

  • ¿y te pone mirárselo?

  • puede que si...a lo mejor a tu hermano si que le pone, tienes un culito redondo casi perfecto...

  • ayyy déjalo ya...no quiero hablar de eso...

  • ¿prefieres hablar de Paula?...

  • shhhhiii...shhhiiii, dijo ella en un gemido.

  • ¿te pondría cachonda un trío con ella?...

  • ¡como sigas así vas a hacer que me corra!..¡¡¡sigue!!!

  • claro que vas a correrte Sofía, me encanta cuando se te empapa este coñito que siempre llevas perfectamente depilado, ¿te gustaría que te lo comiera mi hermana?...¿te imaginas?, dije yo

  • mmmmmmmmmm, ¡joder!

  • ¿que es lo que mas te pone de Paula?

  • ¿seguro que quieres saberlo?, dijo Sofía moviéndose mientras metía dos dedos dentro de ella.

  • claro que quiero saberlo, ¡vamos dímelo!

  • mmmmmmm...ahhhhhh...sus tetas, ¡me encantan sus tetas!, ahhhhhhh...

  • vamos sigue meneándomela que yo también voy a correrme, ¡venga mas deprisa!, ¿te ponen sus tetas?, ¿son enormes verdad?

  • siiii, ¡¡son muy grandes, son enormes!!, dijo mi novia meneándome la polla todavía mas rápido.

  • ¿te gustaría chupárselas ahora mismo?

  • mmmmmmmmmm... si, se las chuparía, ahhhhhhh...ahora mismo se las chuparía, ahhhhhhh

  • tiene unas tetazas de guarra, ¿verdad?, dije yo ya completamente fuera de si.

  • sii, tu hermana tiene unas tetas de guarra, me voy a correr David, me voy a correr...

  • dímelo, ¡dime que tiene unas tetas de guarra!...dímelo y yo también me corro...

  • tu también se las chuparías, dijo Sofía, - chuparíamos los dos a la vez, una teta cada uno, te comerías tu también esas tetas de guarra, ¡¡te encantaría mamar las tetas de guarra que tiene tu hermana!!

  • joder si, me corro, ¡¡¡me corro, me corro!!!

  • ¡¡¡yo también!!!...ahhhhhhhhhhhhh...diossssss que bueno, sigue, sigueeee, ¡¡¡me corroooooo!!!

Prácticamente nos corrimos a la vez y luego nos dio la risa y estuvimos por lo menos un minuto riéndonos a carcajadas de todas las cosas que habíamos dicho. Desde luego que Sofía también se estaba convirtiendo en una morbosa de cuidado, es lo bueno de empezar con una tía que era virgen y no había tenido relaciones con nadie mas antes, la estaba moldeando a mi antojo y aprendiendo todo conmigo, no podía comparar con nadie antes y además estaba enamorada de mi por lo que todo lo que la pedía le parecía bien. Lo bueno es que ella también lo disfrutaba y juntos estábamos explorando casi sin tener ningún tema tabú en lo referente al sexo y sin ponernos limites. Solo éramos dos jóvenes de 19 años pasándoselo bien.

  • jajaja, eres un marrano..., dijo Sofía

  • en Semana Santa cuando vuelvas de esquiar con tu familia me gustaría que te vinieras un día al pueblo, quiero presentarte a mis padres, dije yo

  • ¡te quiero!

  • eso si, me gustaría que vinieras a casa con el juguete metido dentro...¿te imaginas comiendo con mis padres con eso en tu culito?

  • de verdad que no paras, no puedes pensar en otra cosa...

  • jajaja...

La última semana antes de llegar a las vacaciones de semana santa yo seguía buscando por casa un acercamiento con mi hermana que no se producía, desde luego que ella evitaba cualquier mínima oportunidad. Ya intentaba la provocación descaradamente e iba sin calzoncillos todo el rato, marcando polla a lo bestia, me daba igual si era en pijama o en chándal, me ponía los pantalones con los que mi paquete se marcara de manera mas escandalosa. Una tarde que ella estaba estudiando piqué en la puerta y entré en su habitación.

  • hola Paula, ¿puedo pasar un momento?

  • si, claro, que quieres.

Entré en pijama medio empalmado con un bulto mas bien exagerado en la entrepierna, Paula llevaba puesta una sudadera ancha de andar por casa en el que dejaba al aire los hombros y unos pantalones vaqueros viejos, tenía el pelo recogido en moño casi medio despeinado, incluso así me seguía dando mucho morbo mi hermana, sobre todo al fijarme en el detalle de que no llevaba sujetador por sus hombros, bajo esa sudadera ancha llevaba sus dos tetazas al aire. Era evidente que en ese momento no lo había hecho para provocar puesto que ni había salido de la habitación ni me había llamado para que entrara.

  • esto...te quería preguntar si esta tarde vas a ir al gimnasio...

  • no, tengo bastante lío, mucho que estudiar...

  • ya, es que esta semana no has ido ningún día y ya sabes...quería quedar con Sofía...

  • bueno os dejé el viernes la casa para vosotros solos, ahora ya se acercan los exámenes y casi no voy a salir...

  • ¿y no vas a salir ningún día esta semana?...joder Pau...desde el viernes pasado no hemos podido hacer nada, ya sabes...

  • tan poco es para tanto, solo han pasado 6 días...

  • ya, pero es que tenemos ganas...ya me entiendes, dije tirando un poco de la camiseta hacia abajo como un gesto instintivo para taparme la erección.

Al hacer eso conseguí fue que Paula sin querer mirara hacia abajo y se encontrara con mi erección en medio de su cuarto. Apartó la vista rápidamente y volvió a sus estudios.

  • lo siento David, pero no puedo irme de casa, tengo mucho que estudiar...

  • está bien, lo entiendo, ¿y tu Paula que tal vas con Fernando?, ¿hay progresos?

  • si, dijo ella bajando un poco la guardia y volviendo a mirar hacia mi, de momento va muy bien la cosa.

  • me alegro por ti, ahhh y por cierto Paula, estás muy guapa con esa sudadera...

Ella enseguida se dio cuenta de a que me refería y de como se debían marcar sus pechos libres bajo la tela. Se tapó el escote como si estuviera mirándoselo y se giró de nuevo poniéndose de perfil a mi.

  • venga David luego hablamos que tengo mucho que estudiar, dijo sin mirarme.

Al final salí de su habitación ya con la polla totalmente dura y sin ningún progreso, así que copié el ejemplo de mi hermana y después de llamar a Sofía para decirle que no íbamos a poder estar solos en casa me puse yo también a estudiar. A la hora de la cena Paula me picó en la puerta para decirme que si la ayudaba a preparar una tortilla de patatas. Había estado tan concentrado en el estudio que ni me acordé que yo iba sin ropa interior en la parte de abajo y al salir me encontré a mi hermana en pijama, recién duchada con el pelo mojado. Estaba pelando las patatas y enseguida cogí un cuchillo y me puse a su lado para ayudarla. Me fijé en que esta vez si que llevaba el sujetador puesto y después comenzamos a hablar con total normalidad, me parecía asombrosa la facilidad que tenía mi hermana para hacer como si no hubiera ocurrido nada entre nosotros, cuando tan solo un par de semanas antes me estaba corriendo en su habitación.

  • oyes que si quieres llama a Sofía y la invitas a cenar, me dijo Paula

  • ¿anda y eso?.

  • que me siento un poco mal por lo de antes, esta semana no habéis podido estar a solas y tampoco es justo que sea por mi culpa.

  • no te preocupes, ya estuve hablando antes con ella y ahora ya sería un poco tarde, además no quiero que te molestemos para estudiar.

  • ya he estudiado mucho hoy, después de cenar veré un poco la tele y antes de dormir estudiaré otra horita, pero ya mas tranquila, hoy he metido muchas horas...el sábado saldré un poco por la tarde a un centro comercial así os dejo la casa para vosotros solos...

  • vale, gracias, uffff, no sé si voy a poder aguantar hasta el sábado, todavía quedan dos días mas, dije acomodándome el paquete...

Me parecía muy correcto el comportamiento de mi hermana y aunque yo sabía que no le gustaba mucho que me trajera a Sofía a casa para follar mientras ella estaba estudiando, incluso ella hacía el sacrificio solo para estar bien conmigo. Ya estaba friendo las patatas cuando Paula se puso a mi lado a batir los huevos, con el movimiento de su brazo comenzaron a moverse las tetas descontroladamente y a parte me imaginaba como tenía que ser que Paula te hiciera una paja a esa velocidad con la que movía la mano. Al instante mi polla se puso dura y al no llevar calzón volví a lucir una empalmada brutal delante de ella. Me aparté un poco para que mi hermana pudiera apreciar la erección, cuando ella terminó de batir los huevos se me quedó mirando sin entender muy bien porque me había quedado observándola tan fijamente.

  • ¿que miras tanto?

  • no, nada, dije yo.

Justo en ese instante ella bajó al mirada y se dio cuenta de que la tenía dura.

  • pero...¿ya estás así otra vez?, dijo mi hermana.

  • lo siento Paula llevo todo el día así y es que además es ver cualquier movimiento tuyo y ya se me pone de esta manera, como por ejemplo ahora con verte batir los huevos, es que veo como movías la mano y me he imaginado como si hicieras ya sabes...y se te movían las tetas...pufffff...

  • de verdad David, estás todo el día igual, tenía que haberte dejado traer a Sofía a casa, me son incómodas estas situaciones, venga anda si quieres vete a hacer lo que tengas que hacer que ya termino yo de preparar la cena.

Aquello era acojonante, Paula me estaba diciendo con otras palabras que fuera a hacerme una paja para desahogarme mientras ella terminaba la tortilla.

  • no te preocupes, prefiero quedarme aquí contigo...ya después de cenar si eso, bueno ya sabes...

Paula no dijo nada mas, terminamos de preparar la cena en una situación un tanto surrealista, después fregamos juntos todos los cacharros y la cocina y durante toda esa media hora yo estuve con la polla tiesa. Nos sentamos juntos para cenar en el salón mientras veíamos la tele y solo ese rato ya me tranquilicé un poco. Después de cenar recogimos la mesa y Paula se fue a lavar los dientes, cuando volvió al salón para tumbarse en el sofá era evidente que ya se había quitado el sujetador, eso hizo que se me volviera a poner dura. Yo me quedé de pies frente a la tele sujetando el mando a distancia con la esperanza de que ella pudiera verme otra vez luciendo mi erección.

  • ¿que te apetece que veamos?

  • lo que quieras, pon una peli si quieres en el usb...

Al final nos tumbamos cada uno en nuestro sofá para ver un rato la tele, pero yo tenía unas ganas locas de pajearme, desde la última visita de Sofía habían pasado 6 días y eso era mucho tiempo sin correrme, entonces me acordé de lo que me había dicho Paula mientras estábamos preparando la cena.

  • oyes Paula, al final no he hecho nada...

  • ¿que no has hecho nada de que?

  • lo que me dijiste antes mientras preparábamos la tortilla, que me fuera a hacer lo que tuviera que hacer, me dijiste mas o menos con otras palabras que me fuera a hacer una paja, si me hubiera ido en ese momento ya sabes que me la hubiera hecho pensando en ti, no sabes como me has puesto solo de verte como batías los huevos...

  • ¡yo no he dicho eso!, no te he dicho que te fueras a hacer nada...

  • si lo has dicho, pero con otras palabras...

  • mira no voy a entrar en discusiones absurdas...

  • vale, yo tampoco quiero discutir, solo que eso te decía que al final no he hecho nada...y bueno de hoy no va a pasar, ya sé que no quieres verlo, me lo has dicho muchas veces y es una pena, pero no me importa que lo sepas, hoy me voy a volver a hacer una paja pensando en ti...

  • ya prefiero hacer como que no te escucho, dijo Paula sin dejar de mirar la tele.

  • tu misma, dije agarrándome la polla por encima del pijama y comenzando a sobarme allí mismo en el salón de casa.

Me puse a masturbarme mientras mirábamos la tele, aunque sinceramente yo miraba mas a mi hermana de reojo, me ponía a mil como se le marcaban las tetazas a través del pijama, eso si lo hacía sin sacarme el pene, solo apretándome el paquete por encima del pantalón, no consideré en ese momento muy oportuno liberarme la polla en medio del salón. Empecé a gemir en bajito, medio cerrando los ojos y me abandoné a la paja que me estaba haciendo sin importarme que Paula estuviera delante y que tan solo con girar el cuello me iba a pillar en plena faena.

Al poco ella se levantó y sin apenas mirarme me dijo que se iba a su habitación. Yo cuando pasó a mi lado detuve lo que estaba haciendo pero sin dejar de agarrarme la polla, aunque no me molesté en ocultar la erección que tenía.

  • hasta mañana.

  • ciao Paula, yo ahora me voy a la cama en cuanto termine...

Lo que no aclaré es si me refería a la película o si era a la paja que me estaba haciendo. Nada mas salir mi hermana del salón me saqué la polla y agarrándola ahora bien me la metí por dentro de la camiseta y me la menee muy suavemente hasta que descargué sobre mi abdomen. Lo mejor es cuando me fui a la habitación y ¡escuché en el cuarto de al lado los gemidos ahogados de mi hermana Paula!.

No cabía duda de que se estaba haciendo un maravilloso dedo, muy posiblemente pensando en las erecciones que provocaba en su hermanito.

El día siguiente no quise hacer mención a lo que había escuchado por la noche, pero otra vez después de cenar volvimos a tumbarnos en el sofá y se repitió la escena del día anterior. Entonces me di cuenta que claro que mi hermana sabía lo que yo hacía detrás de ella, por supuesto que sabía que yo me estaba haciendo una paja a su costa y eso hacía que seguramente se pusiera muy cachonda. En cuanto entró en su habitación no tardé en volver a escuchar los gemidos ahogados de su masturbación, yo hice lo propio desde mi cuarto y esperé a correrme casi a la vez que ella procurando que si que me escuchara bien cuando alcancé mi orgasmo.

Me encantaba ese juego que nos traíamos entre manos, estaba claro que mi hermana estaba empezando a ceder bastante, pero no era suficiente. En esas estábamos cuando llegó la semana santa y con ello vacaciones en la universidad, nos volvimos a la casa del pueblo con nuestros padres a pasar unos días. El fin de semana salí de fiesta con mis amigos de toda la vida y Paula hizo lo propio con sus amigas. Avanzada la noche nos encontramos en el disco bar mas famosillo del pueblo.

No hace falta decir que Paula era la que estaba mas buena de todo el bar, llevaba unos vaqueros desgastados muy ceñidos a su cuerpazo, unos zapatos con bastante tacón muy elegantes y arriba una camisa con cuadros rojos y azules que le daban un aire bastante pijo, llevaba suelta su larga melena y apenas un poco de maquillaje en la cara. Todo muy natural y elegante.

No tardaron tres chicos a acercarse a hablar al grupo de mi hermana y sus amigas y enseguida un chico se puso a hablar con mi hermana. Yo lo observaba todo a unos metros de distancia cuando se me acercó una chica pelirroja con un piercing en la nariz, ni tan siquiera la vi venir., tendría la edad de mi hermana, unos 22 o 23 años.

  • ¿me invitas a una copa guapo?, me sorprendió por lo lanzada y directa que fue.

  • si quieres, no tengo problema en invitarte pero por lo demás lo siento, tengo novia.

  • ya veo, ¿es la morena esa que miras tanto?

  • no, no, esa es mi hermana...

  • entiendo, ¿y donde está tu novia?...

  • no es de aquí, es de otra ciudad...

  • ahhh, a lo mejor es que no te gusto, dijo en bromas.

  • no, no es eso, si te digo la verdad estás bastante bien y si no tuviera novia, uffff...siempre he querido estar con una pelirroja...

  • vaya, una pena, si cambias de opinión búscame, estaré por aquí...

Durante todo el rato que estuve hablando con la chica me fijaba en mi hermana y ella hacia lo propio mirando hacia donde estaba yo intentando quitarse de encima el chico con el que estaba hablando. Al final tuve que ir a echarle una mano y me acerqué donde estaba Paula.

  • oye disculpa, voy a hablar un momentito con mi hermana.

Me gustó la cara de alivio que puso Paula, aunque es bastante directa y cortante con los tíos cuando quiere me dijo que con este aún diciéndole que tenía novio y tal se estaba poniendo muy pesado. Terminamos hablando de como iba su relación con Fernando, parece ser que la cosa seguía avanzando con mucha calma. Se habían organizado unas vacaciones para el mes de julio, los dos solos, pero según me medio insinuó Paula hasta ese momento no iba a tener relaciones con él.

  • lo tienes que tener a punto de explotar, dije yo medio en bromas.

  • lo que me hizo no me gustó, me ha costado darle esta oportunidad, así que va a tener que ganarse otra vez mi confianza...

  • vamos que te invito a una copa hermanita, quiero que me vean contigo para dar envidia al resto de tíos de este bar...eres la que está mas buena con mucha diferencia...

  • si, pero si solo se me acercan feos y pesados...

Llegamos a la barra y comenzamos a hablar, no tardé en sacar el tema de lo que estaba pasando en casa entre nosotros dos.

  • hoy estás incluso mas guapa de lo normal...te sientan increíble esos vaqueros y la camisa, además me ponéis mucho las tías cuando os ponéis esos taconazos...

  • tu también estás muy guapo, ya he visto como se te acercaba esa pelirroja...tu sí que te las tienes que ir quitando de en medio.

  • espera, voy a hacerte una foto...

Me separé un poco de ella y lancé varias fotos con flash a mi hermana apoyada en la barra, ella sonrió dejando fotografiarse y para terminar le hice otra foto de echa chupando de la pajita que tenía puesta en la copa mientras miraba de reojo hacia mi. Me pareció una foto tremendamente morbosa.

  • a ver que tal he salido, dijo ella.

  • pues muy guapa como siempre, ya sabes lo que voy a hacer luego con ellas, dije acercándome a su oído.

  • si, ya me imagino, pero hijo que quieres que te diga, ya lo hemos hablando muchas veces y haz lo que quieras y por cierto ya que lo menciones últimamente te estás pasando un poco, ya sabes a lo que me refiero...

  • ¿lo dices por lo del sofá ?

  • si, por lo del sofá, lo de ir por casa todo el día como vas, siempre ahí con todo libre, dije Paula haciendo un gesto de vaivén con la mano a la altura de la entrepierna.

  • tu también vas sin sujetador, además no creo que lo del sofá realmente te importe mucho, no te lo voy a negar me pone mucho verte tumbada ahí delante de mi con las tetas libres como las llevas...

  • pero no es lo mismo, yo no lo hago por provocar, me quito el sujetador para dormir y me gusta estar ese ratito viendo la tele lo mas relajada posible...

  • ya, pero no te importa tenerme así, creo que hasta realmente te empieza a gustar excitarme, sabes que me estoy tocando a tu lado mientras tu ves la tele...

  • si, me lo imagino, ya sé que lo haces, pero por mas que te lo he dicho no me haces caso así que ya paso, haz lo que quieras, pero preferiría que lo hicieras en tu habitación y además yo no hago nada para excitarte, eso no me gusta, ¡¡eres mi hermano por dios!!

  • ¿te crees que te no te escucho luego en la habitación cuando te corres?, dije directamente.

Mi hermana se puso roja de vergüenza y agachó la cabeza, desde luego no se esperaba que yo le dijera eso, fue muy cortante para ella que su hermano pequeño le acabara de confesar que escuchaba desde la habitación de al lado como se masturbaba.

  • yo no...no...

  • mira Paula no me lo sigas negando, a mi me encanta que hagas esas cosas y ni te imaginas como me pone escucharlo, me parece normal, tienes 22 años y ahora encima que no tienes novio...

  • si tengo novio...

  • tienes novio, pero te corres pensando en mi...¡reconócelo!

  • yo no me corro pensando en ti, ¿pero tu de que vas?, yo no...y es que además no sé que hago hablando estas cosas contigo, siempre me acabas liando...

  • o sea que por lo menos ya me reconoces que si que te corres, jajaja.

  • mira me desesperas David...

  • si quieres terminar con esto Paula tu ya sabes lo que quiero, solo quiero hacerme una paja delante de ti, solo eso...

  • eso ya lo has hecho y no te veo que quieras parar y es que esto no va a ningún sitio, no me parece que esté bien nada de lo que está pasando entre tu y yo...lo que hiciste en Sevilla en mi habitación, fue asqueros...¡incluso me llegaste a tocar!...¡me metiste mano!

  • solo una paja Paula, deja que me haga una paja delante de ti, mírame y ya luego pasará lo que tenga que pasar...

  • ¡no va a pasar nada!

  • pues vale, al menos deja que me haga la paja, tu no tienes que hacer nada, solo tienes que mirar, es que ya solo de hablar estas cosas contigo ya estoy a mil, podemos resolver todo esto esta misma noche en tu habitación...te repito, no tienes que hacer nada, tan solo mírame, con eso estaré satisfecho...

Justo en ese momento vino una amiga de Paula a hablar con ella, le dijo que se iban a otro lado, ¡joder que mala suerte!, lo veía en la cara de mi hermana, ya estaba a punto de ceder, seguro que con tan solo de escuchar mi propuesta ya se había mojado sus caras braguitas de encaje...

  • me voy David, luego nos vemos

  • te espero en casa...tenemos que seguir hablando de esto.

Un rato mas tarde me fui a casa de mis padres, llamé en la puerta de la habitación de mi hermana, pero ella todavía no había regresado, así que me cambié y me senté pacientemente a esperar que regresara Paula. La sola posibilidad de pajearme delante de ella y saber que ella ya casi había cedido a mis pretensiones me tenía en un estado de excitación y nerviosismo que era superior a mi, la polla me palpitaba como pocas veces lo había hecho y tenía un nudo en el estómago debido al morbo que me invadía. Justo cuando mi hermana estaba a punto de decirme que me iba a dejar hacerme una paja delante de ella aparece su amiga, así que aquella noche ya no iba a ceder, iba a esperarla y no iba a parar hasta escuchar lo que quería de boca de mi hermana. No tardó en regresar y se sorprendió al verme en pijama esperándola en la cocina.

  • ¿que haces aquí?

  • ya sabes lo que hago, te estaba esperando, me gustaría terminar la conversación que empezamos en el bar.

  • estoy cansada David, no me apetece hablar y menos contigo.

  • no me contestaste lo que te pregunté.

  • ya sabes la respuesta, dijo ella, venga me voy a la cama.

Yo seguí a Paula hasta su habitación y entré con ella.

  • no voy a parar hasta que me digas lo que ya sabes...es solo una paja, solo te pido que me dejes hacerme una paja delante de ti, incluso si quieres lo podemos hacer ahora...

Paula se acercó enfadada a mi.

  • ni se te ocurra hacer nada ahora, ¿me has oído no?, y menos aquí, sino entonces si que despierto a los padres y les cuento todo, les cuento lo mal que estás...

  • vale, tranquila, aquí no, en casa cuando estemos solos, ¿te parece bien?, lo haremos en casa cuando estemos solos, lo hacemos la semana que viene...

  • ¿no vas a parar hasta que lo consigas, verdad?, dijo Paula con una voz en la que parecía aceptar que tarde o temprano iba a suceder.

  • si quieres lo hacemos ahora, dije haciendo el gesto de bajarme el pijama...

  • no, no, no, aquí no, aquí están los padres, vale, estate quieto, mira tu ganas, lo haremos en casa, pero cuando estemos tu y yo solos.

  • ¿de verdad?,¿cuando?, dime un día, dije emocionado, Paula acababa de aceptar la situación, me iba a dejar hacerme una paja delante de ella.

  • pues no sé, cuando surja...

  • eso no me vale, ahora me puedes decir que si y luego en casa te echas para atrás, mira el sábado que viene por ejemplo, el sábado sales con tus compis de la universidad, te tomas un par de copas y luego quedamos en casa, ¿vale?

  • ¿el sábado que viene?

  • si, dentro de una semana.

  • me parece increíble estar discutiendo esto contigo, mira vale, acepto, el sábado que viene y acabamos ya con todo esto.

  • pufffff, no sé si voy a poder aguantar toda la semana, ¿puedo pedirte una casa Paula?

  • venga dime y luego vete ya...

  • ¿te importa el sábado que viene llevar la misma ropa que llevas ahora?, me pones mucho así con ese vaquero y esa camisa y sobre todo los zapatos de tacón...

  • ¿también me tienes que elegir tu la ropa?, venga sal, ya veremos...

Me fui a la habitación tremendamente excitado. Lo había conseguido, ¡por fin!, me iba a hacer una paja delante de Paula y ella finalmente había aceptado hacerlo. Me pregunté si se estaría masturbando en ese momento, mientras hablaba con ella me di cuenta de que se le habían vuelto a poner duros los pezones, era un gran indicativo de cuando Paula se ponía cachonda, no le quise decir nada, pero era evidente que así era. Yo llevaba en ese momento 6 días sin correrme y pensé que sería buena idea poder aguantar hasta el sábado siguiente sin descargar, cuando llegara la fecha indicada llevaría 13 días sin correrme, pensé que iba a ser una paja brutal, sin embargo fue un gran error por mi parte.

Terminaron las vacaciones de semana santa y Paula y yo regresamos al piso solos y reanudamos las clases en la universidad. Durante toda la semana en casa no hicimos mención a lo que iba a pasar el sábado, tan solo manteníamos una convivencia normal, como si nada pasara, pero había una especie de tensión sexual que se notaba en el ambiente, yo iba excitadísimo todo el tiempo y mi hermana por supuesto que se daba cuenta de como le mostraba mis erecciones sin cortarme un pelo.

El jueves por la tarde vino Sofía a estudiar a casa y estaba tan pendiente del encuentro con mi hermana el sábado que ni había caído en la cuenta de que con ella llevaba casi dos semanas sin haber hecho nada. Estuvimos estudiando un par de horas en mi habitación, con Paula en el cuarto de al lado, cuando en un descanso de estudiar Sofía se me puso mimosa y comenzó a darme besitos por el cuello.

  • para, para, ¿que haces?, está aquí Paula en la habitación de al lado

  • ¿y desde cuando te importa eso?, dijo Sofía sobándome el paquete por encima del pantalón de chándal.

  • no podemos hacer nada, es que se lo prometí a Paula que cuando ella estuviera estudiando no íbamos a hacer nada...

  • me tienes muy abandonada, dijo Sofía dándome besitos por el cuello y la oreja y sin dejar de tocarme la polla.

  • nooooo, Sofía para, de verdad, mmmmmm, el finde quedamos y nos ponemos al día.

  • ¿y me vas a tener cachonda hasta el finde?, dijo Sofía quitándose la camiseta y quedándose tan solo en sujetador.

  • joder Sofía no me hagas esto...

Aquello era un suplicio para mi, intentaba poner todo tipo de excusas, pero mi novia estaba con muchas ganas de sexo. Si no hubiera quedado con Paula el sábado ya me la estaría follando, pero después de haber estado aguantando tanto tiempo sin correrme no quería estropearlo en un momento, lo que pasa es que yo también estaba cachondísimo.

  • espera Sofía, ¿te gustaría depilarme?

  • ¿ahora?

  • si, me gustaría que me lo hicieras...

  • me gustaría hacer mas otras cosas, pero si es lo que te apetece lo haré, dijo mi novia.

Salí por la casa y cogí una cuchilla, espuma de afeitar, una toalla y un recipiente de plástico con agua. Quería lucir un pubis bien rasuradito cuando me viera Paula, uno no le enseña la polla a su hermana todos los días, así incluso parecería mas grande, quería que a mi hermana le gustara lo que viera, eso me iba dar oportunidades de tener mas encuentros con ella, aunque estaba convencido de que si había accedido a dejarme hacer una paja delante de ella ese tipo de cosas iban a pasar mas veces. El caso es que regresé a la habitación y me tumbé en la cama. Sofía me sacó la polla con mucho cuidado y comenzó a echarme espuma por el pubis y los genitales. Hubiera preferido que se pusiera la camiseta, pero se quedó haciéndome el trabajo en sujetador.

Me encantaba la sensación de la cuchilla depilándome, Sofía me agarraba la polla con delicadeza para irla apartando a los lados mientras rasuraba, el solo contacto de la mano en mi miembro me tenía en una tensión total. Incluso mi novia se dio cuenta.

  • nunca te había visto así, parece que te va a explotar de un momento a otro, dijo pasando un dedo por una de las marcadas venas del tronco.

Luego incluso me depiló los huevos y no contenta con eso incluso se divirtió unos segundos jugueteando con uno de sus dedos en mi ano.

  • ha quedado muy bien, ya estás depiladito para mi, me dijo Sofía agarrándome la polla - y ahora hay que poner remedio a esto, no puedo permitir que estés tan tenso.

  • no Sofía, para, no quiero que nos escuche mi hermana.

  • ¿no quieres correrte?, dijo meneándomela un par de veces. - no creo que tenga que trabajar mucho, tranquilo que no vamos a hacer ruido.

  • nooooo, para, dije bruscamente apartando su mano. - venga vístete vamos a seguir estudiando.

Me levanté de la cama y me senté en la mesa de estudio de nuevo, dejé a mi novia en la cama que no sabía muy bien lo que pasaba. Algo enfadada se puso la camiseta y me dijo que se iba a casa. Antes de que saliera de la habitación me puse delante de ella y nos abrazamos.

  • lo siento Sofía, no te enfades, de verdad que el domingo quedamos y nos ponemos al día.

  • yo solo quería pasar un rato contigo, no sé que ha pasado, nunca me habías dicho que no, dijo mi princesita con una lagrima en la mejilla.

  • no llores, mira el domingo te vienes a casa, me da igual si nos deja solos Paula o no, si no se va nos va a tener que escuchar follando como animales, ¿te parece bien?...

  • vale...

Y por fin llegó el sábado, me levanté con una erección de campeonato. Ya esa mañana me di cuenta del error que había cometido aguantando tantos días sin correrme, incluso estuve tentado de hacerme una buena paja, pero por otro lado pensé que no podía desperdiciar tantos libros de leche que le había estado guardando para Paula. Durante la mañana ni tan siquiera nos vimos por el piso, se quedó estudiando en su habitación. Luego comimos juntos, pero no hablamos nada, pensé que mi hermana se había echado para atrás. Mientras estaba fregando los platos de la comida se lo recordé por si acaso.

  • oyes Paula, esta noche, ya sabes...

  • ¡hombre!, ya estabas tardando en sacar el tema, si tranquilo, esta noche haces lo que tengas que hacer y a ver si ya me dejas así tranquila.

  • ¿vas a salir con tus amigas?

  • si y con Fernando, ¿porque lo preguntas?

  • no sé, para quedar a una hora luego en casa, por ejemplo, ¿que te parece si quedamos a las 4 de la mañana?

  • vale, me parece buena hora...

No volví a ver a mi hermana hasta esa hora. Por la tarde noche me fui al cine con Sofía, que otra vez volvió a sorprenderse de que en el cine no le hiciera nada como era costumbre y luego quedamos con los colegas. Me tomé durante la madrugada varias copas, tampoco quería ir borracho al encuentro con Paula, pero quería estar con el puntito así podría aguantar mas tiempo durante la paja con ella. Parecía que no avanzaba el reloj, se me hizo eterna la noche y tengo que reconocerlo cada vez estaba mas entre nervioso y excitado. Después de acompañar a Sofía a casa me volví al piso.

Cuando entré eran las 3:50, Paula todavía no había llegado y me senté a esperarla en la cocina, la cabrona llegó un poco tarde, pero llegó, serían las 4:15 cuando escuché la puerta de casa. El corazón se me puso a latir a toda velocidad.

En cuanto vi la ropa que llevaba puesta ya se me puso dura. Me había hecho caso en la petición del sábado pasado, aquellos vaqueros tan ajustados, la camisa de cuadros y los zapatos de tacón, entró en la cocina con sus tacones retumbando en el silencio de la madrugada. Se apoyó en la encimera y se me quedó mirando, ninguno de los dos decíamos nada, pero ella tenía un brillo especial, sin duda también se había tomado alguna copita, pero no parecía que fuera borracha.

  • hola

  • hola

  • pues ya estoy aquí...

  • joder Paula, estás increíble...no puedo aguantarme mas, ¿te parece bien si lo hago aquí mismo ahora?, dije comenzando a desabrocharme el pantalón.

  • espera un momento, dijo Paula, antes quiero decirte algo y además no sé también me gustaría poner unos limites, bueno unas normas o algo así...

  • ¿unas normas?, no entiendo que quieres decir...

  • si, verás, bueno lo que vamos a hacer, bueno lo que tu vas a hacer, no sé como he permito esto o que lleguemos hasta aquí, pero el caso es que lo hemos hecho, yo tengo casi mas culpa que tu, no sé si te he dado pie o que, yo creo que no, pero parte de culpa tengo porque te he dejado que te masturbes con mis fotos y no te he dicho nada, incluso me he dejado hacer alguna de esas fotos por ti y luego ya sabía para lo que las ibas a usar, he permitido que te masturbaras en mi cuarto, dos veces, tendría que haber hablado con los padres desde el inicio, haber cortado esto de raíz, pero como no lo he hecho pues nos ha llevado hasta aquí, voy a dejar que te toques delante de mi, que me mires mientras lo haces, eso sí quiero ponerte unos limites, o unas normas como lo quieras llamar, sobre todo no quiero que me toques ¿me has entendido?, por nada del mundo puedes tocarme, eso sí que ya no lo voy a permitir, y lo que te masturbes delante de mi será solo una vez, solo esta noche, luego nos olvidaremos de todo, si vuelves a sacar el tema hablaré con los padres, ¿queda claro?

  • de acuerdo Paula, una cosa, no puedo tocarte, pero ¿puedo correrme encima de ti?

  • nooooo, ¿pero tu has escuchado todo lo que te he dicho? Y vas y me saltas con eso, no puedes hacerlo, ni tocarme ni acabar encima de mi, pero sobre todo si me tocas se terminó todo...

  • está bien Paula, lo he entendido, ¿podemos empezar ya?

  • cuando quieras.

Me puse de pies allí en la cocina a un metro de Paula y con mucha lentitud me fui quitando el pantalón, luego comencé a desabrocharme la camisa hasta que me quedé solo con el slip.

  • ¿vas a desnudarte?, preguntó mi hermana

  • si, ¿eso no incumple ninguna norma, no?.

Sin esperar su respuesta me bajé el slip y de repente apareció mi polla dura delante de ella. Me la sujeté como para mostrársela a Paula, pero parecía que a ella le daba vergüenza mirar.

  • mira Paula, ¿que te parece?,dije yo

Ella echó una rápida ojeada y creo que incluso se llegó a poner roja de la vergüenza, llevaba su larga melena hacia delante y su pelo caía por uno de los hombros casi ocultando uno de sus pechos, me quedé mirando como se la marcaba el coño en aquellos vaqueros tan ajustados y sin mas comencé a meneármela lentamente. Es muy difícil explicar la sensación de masturbarte delante de tu hermana, pero os aseguro que no había sentido nada parecido. Tenía el corazón a tope de pulsaciones y aunque me había bebido un par de copas sabía que no iba a poder aguantar mucho tiempo. Llevaba mas de 13 días sin haberme corrido y mi hermana se me ofrecía guapa y radiante para que me pajeara mirándola.

  • ¿te gusta mi polla?, dije siguiendo con mi lenta masturbación, - mírame, quiero que me la mires.

Paula volvió a mirar hacia abajo y esta vez si que aguantó mas tiempo mirando directamente como me tocaba, ella seguía de pies delante de mi con sus manos apoyadas en la encimera, su cara ya no estaba roja de la vergüenza, era mas bien como que estuviera algo sofocada, yo creo que se estaba poniendo cachonda y la prueba mas evidente eran sus pezones, se le marcaban a lo bestia a través de la camisa.

  • estás depilado, dijo mi hermana

  • si, me lo hizo Sofía el otro día en mi habitación, no se imaginaría que era para esto...¿queda bien verdad?, dije agarrándome con solo dos dedos para que Paula pudiera apreciar bien el trabajo que me había hecho mi novia.

Yo seguí luego con mi pausada masturbación, estaba de pies en frente de mi hermana que ya no se cortaba en mirar directamente como me tocaba para ella.

  • ¿puedes apartarte el pelo?, dije yo.

Paula ni tan siquiera contestó, ladeo su cabeza y con una mano y un gesto que me pareció increíblemente erótico se echó su melena hacia la espalda, ahora era como que me ofrecía mejor su cuerpo para ser visto.

  • ¿puedo preguntarte una cosa?, dije yo

  • dime.

  • ¿tienes los pezones duros, verdad?

Hizo el gesto como de intentar cubrirse con un brazo, pero aquello me pareció algo ridículo, o sea te estás mostrando para que se masturbe tu hermano y de repente te entra un ataque de pudor y te cubres el cuerpo.

  • no te tapes, ya sé que se te ponen duros, me he fijado otras veces y te ocurre cuando estás excitada, me he dado cuenta...seguro que ahora lo estás.

  • venga termina ya, dijo Paula.

  • si solo llevo dos minutos, aunque si te digo la verdad no creo que pueda aguantar mucho mas, me he estado reservando para este momento y estoy que no puedo tocarme mucho mas rápido, de todas formas podrías ayudarme...

  • ¿ayudarte?, ni lo sueñes, no pienso tocarte, ni tu vas a tocarme a mi...

  • no, tranquila, no era eso, ¿me enseñarías el sujetador?

  • David no voy a desnudarme delante de ti.

  • eso no es desnudarse, es solo bueno mostrarme un poco mas de tu cuerpo, es como si te viera en biquini, en biquini te he visto muchas veces en la piscina...

Otra vez le hice dudar a Paula, yo creo que en el fondo se moría de ganas por enseñar el cuerpo a su hermanito pequeño que se la estaba meneando delante de ella.

  • si lo haces no creo que pueda aguantar mucho mas...te lo juro.

Aquello pareció convencer un poco más a Paula y con lentitud se empezó a desabrochar los botones de la camisa, yo tuve que dejar de masturbarme porque sino me habría corrido, ya apenas me la podía sujetar con la mano y de vez en cuando me la pegaba un par de sacudidas, tenía la polla dura e hinchada y de un momento a otro parecía que iba a reventar. Me parecieron unos segundos maravillosos mientras Paula se iba desabrochando uno a uno los botones, así hasta que llegó al último, luego se quedó parada como esperando mas peticiones por mi parte.

  • apártate la camisa, échatela hacia los lados.

Ella ya no cuestionaba nada de lo que decía, aquel pibón me ofrecía su cuerpazo cada vez mas desinhibida y seguramente cada vez mas cachonda. Se echó la camisa hacia los lados y me mostró sus enormes pechos presionados en un sujetador de encaje. No parecía un sujetador para uso cotidiano, era mas bien tipo lencería, con puntitos negros, medio transparente y con un lacito rosa en cada copa, apenas podían soportar el enorme peso de las tetazas de Paula, me pregunté si se habría puesto ese sujetador con intención de enseñármelo, ya digo que no creo que lo llevara normalmente para salir a la calle.

  • ¡¡vaya tetas!!, dios mio esto es la hostia, ¡¡son perfectas!!

Pero lo mejor era como se transparentaban sus areolas, también eran de gran tamaño y ahora si que se notaba con total claridad sus duros pezones que parecía que iban a rasgar la delicada tela. Me temblaron las piernas y no tuve mas remedio que coger una silla para sentarme. La escena tendría que ser la hostia, yo allí sentado delante de mi hermana con la polla en la mano y ella mostrándome su cuerpo con la camisa abierta.

Así tan cerca incluso parecía que las tetas de Paula eran mas grandes todavía, lo que me llamaba la atención era que a pesar del tamaño se mantenían bastante firmes. No cabe duda de que eran unas tetas jodidamente perfectas. Fui bajando la vista hasta su ombligo y luego me fijé en como se le insinuaban los labios vaginales en los vaqueros que llevaba super ajustados.

  • joder, ¡se te marca todo el coño, que pasada!, me gustaría ver como llevas la ropa interior ahí abajo, por favor Paula solo un poquito..

  • ¿no decías que ya terminabas?

  • venga Paula, ya que lo mismo te da, solo un poquito.

Mi hermana se soltó la camisa y se desabrochó el pantalón pero sin bajárselo, se soltó tres botones y me dejó ver la parte superior de su ropa interior, las braguitas eran iguales que el sujetador, medio transparentes con un lazito rosa en medio, ¡se había puesto un conjuntito para la ocasión!, luego volvió a apartarse la camisa para mostrarme de nuevo sus pechos.

  • mmmmmm...son muy bonitas, ¿son braguitas o tanga?

  • son braguitas...

  • me encanta, tienes clase hasta para eso, seguro que te quedan muy bien, así transparentes, se te notará que lo llevas bien depiladito...no puedo mas, oye Paula ¿puedo tocarte?

  • te dije que no, así que venga termina.

  • pues tócate tu, por favor, tócate un poco para mi

  • no pienso hacer eso.

  • por favor, aunque sea un pecho, por dios, solo un momentito, acariciate un pecho y me corro.

Entonces Paula volvió a sorprenderme de nuevo y con una mirada que empezaba a delatar su lujuria se agarró una teta, se apretó el pecho dos o tres veces, se lo levantó y luego lo dejo caer a plomo. No tuve que hacer mas, de repente me dio una especie de sacudida en mis huevos y supe lo que venía, ya no había vuelta atrás.

  • me voy a correr, joder Paula, ¡¡me voy a correr!!...

Me puse de pies y me acerqué a un escaso medio metro de mi hermana, me sacudí la polla con fuerza tres o cuatro veces mas y agarrándomela en un ángulo de 45 grados apunté al cuerpo de Paula, yo acababa de avisar de que lo iba a soltar todo, sin embargo ella siguió allí con la camisa abierta como ofreciéndome su cuerpo para que me corriera encima. Y efectivamente así fue.

Un primer disparo salió con violencia en impactó en su cuello y en medio de las tetas, Paula giró la cara como un acto reflejo para que no le diera, pero no movió nada mas, luego seguí corriéndome, otro disparo en su teta derecha, otro en su canalillo, otro en su teta izquierda, por su tripa y ombligo, menuda forma de echar leche, los últimos disparos con menos fuerza fueron a parar a sus braguitas y a su coño, cuando terminé había bañado por completo a Paula con mi corrida, excepto su cara, la imagen era de película porno.

Sus tetazas habían recibido 5 o 6 lefazos y estaban bastante cubiertas de semen, se escurría hacia abajo por la tela del sujetador de lencería que estaban muy mojados, de su tripa también caía leche hacia su ombligo y braguitas que también estaban húmedas de mi corrida.

  • ¡¡ha sido la hostia, joder que bueno!!, ¡¡dios me he corrido encima de ti!!

  • ¡¡como me has puesto!!, ¡te dije que no podías tocarme ni terminar encima de mi!

  • lo siento Paula, como estabas así con la camisa abierta y no te quitaste, te avisé de que me iba a corr...

Pero Paula se fue de la cocina sin decir nada mas. Se iba sujetando la camisa abierta y me quedé mirando como movía su culo y escuchando el ruido de sus tacones en la madrugada recorriendo el pasillo hasta que llegó a su habitación. Ya la había cagado otra vez, había incumplido una de las normas que mi hermana me había pedido de que me corriera encima y ella parecía que se había enfadado, pero en ese momento me pareció que ella lo estaba deseando tanto o mas que yo. Me puse a recoger un poco los restos que estaban por el suelo de la cocina y cuando limpié todo me marché a mi habitación.

Mientras limpiaba me di cuenta en el detalle de que Paula no se había ido al baño a limpiarse la corrida que bañaba su cuerpo y en cuanto entré a la habitación pude escucharla. No eran gemidos ahogados como otras veces, esta vez no, ¡¡sin ninguna duda se estaba masturbando!!, eran gemidos furiosos y placenteros, mi hermana se había abandonado al placer y la lujuria, ¿se estaría pajeando con mi leche encima de ella?, muy posiblemente si, al momento se me volvió a poner dura y salí hasta la puerta de su habitación.

Tuve serias dudas de si entrar o no en su cuarto, Paula estaba totalmente desatada y cachonda y era la oportunidad que tanto tiempo llevaba esperando, pero la imagen que no se me iba de la cabeza era a mi hermana masturbándose con mi corrida por todo su cuerpo, ¿se estaría restregando mi semen por sus tetas?, ¿habría probado mi sabor?, ¿se habría empapado la mano de semen para luego restregarse el coño con ella?, ¿estaría a cuatro patas, tumbada boca arriba, de pies con el pantalón a medio bajar?.

Al final no quise entrar, me conformé con volver a mi habitación y a pajearme de nuevo escuchando los jadeos de Paula, ella también parecía que llevaba tiempo sin tocarse porque nunca le había escuchado gemir así, no cabía duda de que me corriera encima de ella le había puesto fuera de si. No tardamos mucho en corrernos casi simultáneamente, dudo que mi hermana hubiera tenido un orgasmo en su vida parecido al que tuvo aquella noche, a altas horas de la madrugada la debieron de escuchar todos los vecinos.

Cansado me metí en la cama pensando en como tenía que ser el siguiente paso a dar en mi relación con mi hermana Paula, ya lo tenía muy cerca y ella desde luego que también lo estaba disfrutando tanto como yo aunque lo negara y constantemente se hiciera la enfadada. Pero aunque le prometí a Paula que si me dejaba masturbarme delante de ella iba a finalizar con todo esto, desde luego que no iba a ser si. De hecho era tan solo el comienzo.

Al día siguiente me levanté y desayuné tranquilamente, no tuve noticias de Paula en toda la mañana porque no salió de su habitación. Llamé a Sofía para invitarla a comer en casa, se lo dije a mi hermana que iba a venir, ahora tenía que recuperar el tiempo perdido con mi novia. Le pedí a ver si se atrevía a venir con el juguetito metido en el culo.

A la hora de la comida fue la primera vez que vi a Paula desde la noche anterior, estaba como avergonzada y apenas se atrevía a mirarme a la cara, comimos los tres en casa, Paula, Sofía y yo, incluso Sofía se dio cuenta de que algo raro pasaba porque luego me preguntó si estábamos enfadados mi hermana y yo.

Cuando terminamos nos metimos en la habitación Sofía y yo y empezamos a morrearnos, no tardamos en quitarnos la ropa, llevábamos mucho tiempo sin follar y aunque yo tenía ganas Sofía tenía muchas mas (yo me había corrido dos veces la madrugada anterior).

  • nos va a escuchar tu hermana, dijo Sofía boca arriba quitándose el tanguita.

  • me da igual, no vamos a aguantarnos mas...

Enseguida me fijé en que llevaba el pequeño dildo metido en el ano, no dejaba de sorprenderme mi novia, se había pasado toda la comida con mi hermana con ese juguete metido dentro. Me gustaba mucho esa doble cara de mi novia, era una buena chica, estudiante, amable con los demás a sus 19 años y con esa carita aniñada, pero cuando se ponía cachonda se transformaba en la mas morbosa de las guarras. De un azote en su culo hice que se pusiera a cuatro patas en la cama y ella me sonrió viciosilla moviendo sus caderas de un lado a otro, le fui sacando muy despacio el juguete hasta que estuvo todo fuera, su ano se había quedado muy abierto.

  • ¡que zorra eres!, tienes el culo pidiendo guerra, dije metiendo mi lengua en su pequeño agujerito.

Sofía me pasó la mano por la cabeza apretándome contra su cuerpo, no estábamos para muchos preliminares, tenía el agujerito tan abierto que mi lengua entraba varios centímetros en sus entrañas, luego me puse detrás de ella, me saqué la polla y sin mas miramientos se la metí por detrás.

  • ¡te voy a dar bien por el culo!

Y vaya si lo hice, sujeté por las caderas a Sofía y comencé un alocado mete saca, a pesar de meterse el dildo su culito seguía siendo estrecho y me proporcionaba un placer muy agradable. Ella de vez en cuando miraba hacia atrás como pidiendo que le diera mas fuerte y yo gustoso acepté su silenciosa petición. Lo que no fueron silenciosos fueron los gemidos de Sofía y el ruido de nuestros cuerpos al chocar. Mi hermana lo debía de estar escuchando todo perfectamente desde la habitación de al lado. Nos daba igual, nosotros íbamos a lo nuestro.

  • ¡toma chúpamela!, dije sacando la polla de su culo para luego metérsela en la boca,- venga empápamela bien que te la voy a volver a meter por el culo.

Así estuvimos un buen rato, detenía la enculada a mi novia para hacer que me la chupara, hicimos culo-boca 5 o 6 veces por lo menos, estuve dudando de donde correrme varias veces, al final descargué en la boquita de Sofía que recibió con ganas la pocas reservas de semen que llevaba dentro. Todavía echamos otro polvo mas aquella tarde, dejé que mi novia se me pusiera encima y me follara hasta que me corrí dentro de ella.

Por la noche estábamos en casa Paula y yo solos, Sofía ya se había ido donde sus padres, mi hermana seguía con su actitud como avergonzada por lo que había pasado la noche anterior y mientras cenábamos juntos intenté sacar algún tema de conversación, incluso me disculpé por haber llevado a Sofía a casa y el ruido que habíamos hecho por si la habíamos molestado, pero ella apenas me contestaba con monosílabos, no había manera de mantener una conversación con Paula así que lo dejé estar, sin embargo fue ella la que me sorprendió cuando ya estábamos terminando de cenar.

  • ¿esta semana vas a estar alguna tarde fuera de casa?, dijo Paula

  • pues no sé... ¿y eso a que viene?...

  • es que quería quedar con Fernando...

Esto si que era nuevo, Paula nunca se había traído al novio entre semana a casa y menos se había atrevido a pedirme que les dejara la casa para ellos solos.

  • si es por eso cuando quieras, no tienes mas que pedírmelo ya lo sabes...

  • ¿te parece el martes?

  • si vale, el martes, dije yo, - ¿y ese cambio a que ha venido Paula?, lo de querer traerte el novio a casa, ¿no decías que hasta el verano no ibas a hacer nada con él?

  • lo que yo haga con mi novio no es cosa tuya, no tengo que estar dándote explicaciones, además tu te traes a Sofía cuando quieres y yo no te digo nada.

  • ¿no tendrá algo que ver con lo que pasó ayer entre nosotros?

  • mira David, no quiero hablar de eso, dijimos que nunca mas íbamos a sacar el tema ni a repetirlo, así que no vuelvas a mencionar lo que pasó ayer.

  • como quieras, pero no por no mencionarlo no podemos hacer como que no pasó nada...además luego te escuché en tu habitación, ¿no dirás que anoche también te masturbaste pensando en tu novio, no?

  • no te voy a decir en quien pienso o dejo de pensar y ya eres mayorcito para andar escuchando, respeta un poco la privacidad de la gente.

  • ¿escuchando?, ¡por dios!, si te debieron de oír todos los vecinos, ¡menudos gemidos!.

  • ¡te estás pasando David!

  • no estoy diciendo ninguna mentira y además me parece normal, sé que estabas bastante cachonda, no todos los días tu hermano pequeño se te corre encima...

  • te dije que no lo hicieras, no estoy tan enferma como tu, solo lo hice para que me dejaras ya tranquila...

  • si, ya , por eso luego te fuiste como una loca a meter los dedos, ¿te puso cachonda pajearte con mi corrida por todo tu cuerpo?

  • ¡eres un cerdo!, me voy, no tengo porque escuchar esto...

  • vale vete, pero que sepas que no por quedar con tu novio vas a olvidar lo que pasó, con él no vas a tener unos orgasmos ni la mitad de buenos como el que tuviste ayer, no olvides esto..

Luego Paula se encerró en su habitación y me pareció escuchar que estaba llorando, quizás me pasé un poco con ella, desde luego que tenía que tener muchos remordimientos por lo que había pasado la noche anterior y yo no me porté como debía. Luego entré en su habitación para disculparme y efectivamente ella estaba llorando, le dije que era un capullo y que me perdonara, que me había pasado, ella tan solo me contestó que saliera, que la dejara sola. Así lo hice, tan solo tenía que dar un poco de tiempo a Paula para que asimilara lo que estaba pasando.

...

El martes por la tarde me fui a estudiar a la biblioteca, dejé la casa a solas para mi hermana y Fernando, iba a ser su reconciliación por fin, me supongo que Paula achacaba su comportamiento sexual conmigo al hecho de no estar teniendo relaciones con su novio y si volvía a estar con él supuso que podría olvidarse de la polla de su hermanito. Pero desde luego que no fue así.

El sábado por la noche salí a cenar con Sofía y luego a dar una vuelta con los amigos, era la última vez que salíamos para despedir el curso porque ya estábamos en mayo y los siguientes fines de semana había que estudiar. Cuando llegué a casa de madrugada me estaba preparando un desayuno cuando entró un momento Paula en la cocina, me sorprendió que estuviera despierta a esas horas, llevaba puesta una camiseta blanca de tirantes así como de interior, se notaba que no llevaba sujetador, en la parte de abajo llevaba unos shorts de pijama, llevaba el pelo largo muy alborotado, como si hubiera estado follando. Me pareció una imagen para sacarme la polla allí mismo y pajearme, se le transparentaban las tetazas y los pezones a través de la tela blanca de la camiseta.

  • ¿que haces despierta a estas horas?

  • nada, que te he oído y me he levantado, solo era para avisarte que se ha quedado Fernando a dormir, no sea que mañana te le encuentres al levantarte y te sorprendas, dijo susurrando

  • ah vale, gracias por avisar.

  • bueno, me vuelvo a la cama.

Desde luego que me sorprendía el comportamiento de mi hermana, era la primera vez que se traía al novio a dormir a casa, en una semana había hecho dos cosas que no había hecho nunca, pedirme que la dejara la casa a solas para follar con el novio y luego traérselo a dormir a casa.

  • espera un momento Paula, ¿como es que ahora te traes a tu novio a dormir?.

  • ¿algún problema?, Sofía también se queda a dormir alguna vez y no te digo nada.

  • no, solo digo que tu no eres así, lo de pedirme que os deje la casa para vosotros solos o esto, siempre has sido no sé como muy responsable para estas cosas, como dando ejemplo, no sé como explicarlo, con un comportamiento muy correcto del que estarían orgullosa los padres.

  • no entiendo lo que dices, tampoco he hecho nada malo, solo quiero estar con mi novio.

  • no claro, no has hecho nada malo, pero tu antes estas cosas no las hacías.

  • mira David, no voy a discutir contigo estas cosas, me traigo a Fernando cuando quiero y ya está.

  • si lo haces por lo que pasó el sábado pasado entre nosotros, te digo que no va a funcionar.

  • ¿que no va a funcionar el que?

  • que te traes ahora a Fernando para intentar olvidar lo que pasó y eso no va a pasar, te lo digo por experiencia propia, me sucede a mi también, cuando estoy con Sofía me lo paso bien, disfruto mucho con ella, sexualmente te digo, pero lo que sentí el otro día contigo en la cocina no me había pasado nunca, fue el mejor orgasmo de mi vida y sé que a ti también te pasó lo mismo luego cuando te tocaste a solas...

  • David de verdad que no quiero hablar de esto contigo, dijo Paula agachando la cabeza

  • ¿ya te ha pasado verdad?...¡lo sabía!, ha estado bien follar con Fernando de nuevo, pero lo pasaste mil veces mejor el otro día, es una sensación que solo sabemos tu y yo, es el morbo del INCESTO, de lo prohibido...es como que el placer se multiplicar por mil, ¿a que llevo razón?

  • no sigas David...

  • ¿te gustaría volver a repetirlo?, si quieres me saco la polla ahora mismo...me has puesto cachondo desde que te he visto entrar con esa camiseta y esos shorts...

  • ¡estás loco!, está Fernando durmiendo en mi habitación.

  • ¡me importa una mierda!, dije empezando a desabrocharme el pantalón.

  • ¡David no!, ¡puede levantarse y pillarnos!

  • ¿pero está dormido?

  • si, pero podría despertarse...

  • mira como me tienes ya, dije mostrando un gran bulto en mis boxer de color blanco, - ¡ven aquí!

Y agarré de la mano a Paula y la llevé a la habitación de mis padres, no quise llevarla a la mía porque está pegada a la de mi hermana y si su novio está dormido podría escucharnos, pero la habitación de mis padres está separada del resto y desde allí era mucho mas difícil que su novio pudiera escucharnos. Paula se dió cuenta inmediatamente de mis intenciones en cuanto entramos y encendí una pequeña lamparita de mesa.

  • aquí no nos puedo pillar Fernando, dije susurrando

  • ¡David esto es una locura!

  • shhhh, cállate, no tienes que hacer nada, solo mirar como el otro día.

Me puse delante de mi hermana y la levanté por las axilas para que se sentara en una pequeña cómoda con cajones que había en el cuarto. Paula quedó abierta de piernas y expuesta delante de mi, en un momento sus pezones ya se habían puesto duros y yo no tardé en sacarme la polla delante de ella.

  • joder como me gusta esto, me encanta, dije comenzando a menearmela en frente de mi hermana.

Ella seguía sentada y mirando todo lo que yo hacía, ahora ya no se cortaba en mirar directamente mi miembro, no se quería perder detalle de todo lo que pasaba.

  • ¡tienes unas tetas de la hostia!, por favor enséñamelas, venga por favor, sácatelas, ¡quiero verlas!, dije yo.

  • no David, venga termina ya, no estoy agusto en esta situación.

  • venga no hagas que te lo suplique, ¡enséñame las tetas!.

Viendo que Paula no se decidía fui yo mismo el que tiró de su camiseta interior de tirantes hacia arriba, ella intentó detenerme tímidamente, pero viendo mi determinación apenas puso resistencia. Al momento sus dos inmensas tetazas aparecieron ante mis ojos. Un espectáculo que nunca podría olvidar.

  • ¡¡dios mio que tetas, son maravillosas!!, ¡¡joder son la hostia!!

Efectivamente sus pechos eran todavía mejor de lo que había imaginado, no solo era por su tamaño descomunal, también se veían increíblemente firmes, les tenía muy blanquitos y en el medio dos areolas gigantes como unas galletas María de un color rosa muy claro. Sus pezones estaban durísimos y debían haber crecido hasta los dos centímetros de lo cachonda que estaba Paula. Es imposible tener eso delante y resistirse a tocarlo.

Así rompí casi la última resistencia de Paula, su absurda norma de que no podía tocar su cuerpo, estiré la mano libre y la puse sobre su pecho, apenas abarcaba la mitad y después ya me puse a sobárselos descaradamente, también eran mas duros de lo que parecían y la piel muy suave. En cuanto me puse a pellizcar levemente sus pezones mi hermana comenzó a jadear.

Ya no había vuelta atrás, me estaba meneando la polla delante de Paula mientras le manoseaba las dos tetazas, tuve incluso que dejar de pajearme para poder jugar con las dos manos sobre sus pechos. Pero la tenía tan dura y estaba tan cerca del cuerpo de mi hermana que me pareció buena idea dejar la polla apoyada sobre su coño. Y después me moví hacia delante y luego hacía atrás, frotando nuestros dos sexos, parecía como si estuviéramos follando muy lento, Paula no entendía nada de lo que estaba pasando, no podía dejar de gemir y jadear a cada roce mío y no cambiaba para nada su postura.

  • David, para, ¿pero que haces?.

  • ¿no te gusta?, dije apretándome mas fuerte contra su cuerpo a la vez que pellizcaba de nuevo uno de sus pezones.

  • ahhhhhhhhh....despacio, ¡están muy sensibles!.

  • ¡me encanta que estén así!, ¡quiero probarlos!

Me agaché un poco para poner la boca sobre uno de sus pezones, chupé todo lo que pude y luego comencé a besar sus pechos, iba alternando de uno a otro, estrujándolos con la mano y metiéndomelos en la boca, luego puse la cara en medio de los dos sintiendo el enorme calor de sus tetas en mis mejillas. Paula me acarició el pelo, fue la primera vez que me tocó y después me apretó de nuevo contra su cuerpo en una clara invitación a que siguiera chupando sus dos pesadas tetas. Miré hacia arriba y la cara de mi hermana estaba desencajada ante el placer que estaba recibiendo.

Unos minutos mas tarde sus pechos estaban rojos de lo fuerte que se los había apretado y empapados casi por completo por mi saliva. Me volví a poner frente a ella y jugándome una última carta intenté bajar los shorts de su pijama. Esta vez si que me detuvo, a pesar de lo cachonda que estaba mi hermana tuvo su último acto de cordura.

  • no, eso no, ponte como antes si quieres, dijo ella jadeando...

Haciendo caso a Paula de nuevo volví a pegar mi polla contra su coño y comencé a frotarme contra su cuerpo. A cada roce mi hermana gemía como si me la estuviera follando, tuve que dejar de tocar su tetas para cogerla por las caderas y así poder apretar mas fuerte su cuerpo contra el mío. Notaba el calor de su entrepierna contra mi miembro y ya no iba a poder aguantar mucho mas sin correrme. Sinceramente pienso que si esa noche no hubiera estado su novio durmiendo en casa me la hubiera follado, pero tampoco iba a tener que esperar muchos días mas para eso.

Me hice un repaso mental y visual de la situación, los dos en la habitación de mis padres, ella sentada sobre la cómoda, abierta de piernas, nos estábamos frotando y moviendo las caderas acompasadamente como si estuviéramos follando, nuestros cuerpos pegados, Paula con la camiseta subida por encima de sus tetas, yo con los pantalones en el suelo. Besé su mejilla y cuando intenté llegar a su boca ella se apartó para que no pudiera morrearla, el cuerpo de mi hermana tembló y después de otro roce mió se tapó la boca para ahogar los gemidos de su orgasmo, mi hermana se estaba corriendo y yo ya no aguanté mas, el calor que desprendía todo su cuerpo y en especial su coño fueron el desencadenante de mi corrida también.

  • ¡voy a correrme Paula!, ¡¡voy a correrme encima de ti otra vez!!, ¿te parece bien?.

Pero estaba demasiado concentrada en su orgasmo, había echado la cabeza hacia atrás y cerraba los ojos, mantenía la boca abierta jadeando como un pez, como intentando coger un poquito de aire para poder respirar. Yo me puse erguido ante ella y la punta de mi polla quedó casi a la altura de su ombligo. Acaricié por última vez uno de sus pechos y luego subí la mano para ponerla en sus mejillas hasta que metí el dedo pulgar en su boca. Entonces Paula abrió los ojos y me miró, se la había puesto una cara de zorra acojonante, sacó la lengua y me chupó el dedo como si fuera una polla, inmediatamente el primer chorro de mi corrida le impactó de lleno en toda la cara. No solo no se retiró sino que me siguió chupando el dedo con mas fuerza mientras el segundo disparo le pegó en todo el ojo, ella gimió y al momento tuvo el tercer chorro en la boca, los dos siguientes en medio de sus tetas y los restantes sobre su cuerpo.

Cuando terminé de correrme recogí un poquito de mi leche sobre su cara y se la metí en la boca, Paula saboreó con gusto mi semen. En ese momento no se parecía en nada a la diosa que se paseaba por los pasillos de la facultad, en ese momento parecía una jodida puta, con la cara llena de semen, mostrando sin pudor sus enormes y manoseadas tetazas y jugueteando con mi pulgar en la boca.

No tardó de salir del trance en el que se encontraba y me apartó bruscamente para salir de la habitación.

  • ¡joder que hemos hecho!, ¡¡mierda, mierda!!

Sabiendo como era mi hermana dejé que se fuera sin decir nada, se lo había pasado de puta padre, pero no me lo iba a reconocer y al momento le entraron los remordimientos de conciencia. Era como un doctor jekyll y Mr hide. Se encerró en el baño y debió de estar por lo menos 10 minutos lavándose.

Cuando entró en la habitación les escuché desde la mía, estaba hablando con su novio Fernando, les entendí algo así como.

  • ¿donde has ido?, preguntó él

  • me he levantado al baño.

Luego siguieron hablando en bajito y ya no les entendí lo que decían, pero lo siguiente que pasó no hacía falta traducción, ¡se pusieron a follar!, fue un polvo tranquilo y bajo las sábanas, seguramente un misionero, pero hizo que se me volviera a poner dura de nuevo. Desde luego que Paula debía de seguir muy cachonda, unos minutos antes me estaba corriendo sobre su cara, su boca y su cuerpo y ahora estaba follando con su novio, el tonto de él seguramente estaría besando los labios que habían estado bañados por mi leche y ni se habría fijado en las marcas rojas de sus tetas, mi hermana tenía que oler a sexo y lujuria por los cuatro costados y de nuevo se corrió como en la habitación conmigo, pero esta vez no reprimió su orgasmo, se pegó una buena corrida justo a la vez que Fernando lo hacía dentro de ella, seguramente su novio pensó que le estaba pegando un buen polvazo, lo que no sabía es que Paula se estaba corriendo así porque estaba caliente como una cerda después de haber estado con su hermanito pequeño.

Al día siguiente Fernando se quedó toda el día en casa, comió con nosotros y se quedó por la tarde estudiando en casa también, Paula no me dió la mínima oportunidad para que me quedara a solas con ella, después de cenar, con su novio delante por supuesto, luego se metió en la cama y se fue a dormir muy pronto.

No quise forzar mas la situación, no se iba a poder esconder de mi todos los días.

Al día siguiente en la facultad estaba sentado en uno de los pasillos junto con mi amigo Jaime, estábamos en el descanso de entre clase y clase justó en el momento en el que pasó mi hermana con dos compañeras mas. Había salido un día ya bien caluroso y eso se notaba sobre todo en el vestir de las chicas, empezaban a ir ligeritas de ropa y claro mi hermana no iba a ser manos. Pasó delante de nosotros con una falda de estas de talle alto, por debajo del ombligo y la llegaba hasta medio muslo muy ceñida a su cuerpo, era blanca con grandes cuadros negros, en la parte de arriba llevaba una camiseta negra de manga larga no muy ajustada, pero que insinuaba muy bien sus pechos y unos zapatos de tacón bastante elegantes. Jaime se quedó como siempre embobado viendo pasar a mi hermana.

  • ¡es una puta diosa!, ya sé que es tu hermana y que soy muy pesado, ¡pero es que no se puede estar mas buena!, ¡pagaría por verla desnuda!

A mi me hizo gracia el comentario de Jaime y le seguí un poco el juego.

  • ¿cuanto pagarías?, dije yo

  • ¿por verla desnuda?, pues no sé, lo que me pidiera...

  • ¿cuanto pagarías por ver sus tetas por ejemplo?, una foto de mi hermana en topless

  • joder, calla, calla que es pensarlo, buffffffff, pagaría 500 euros por una foto de ella así.

Yo sabía que Jaime hablaba en serio, era un chico que no tenía problemas de dinero y estaba seguro que estaba dispuesto a desembolsar una cantidad así por ver los pechos de Paula. Al momento se me me vinieron a la cabeza la imagen de Paula con mis corridas encima y sobre todo la de dos noches antes con la camiseta sobre sus tetazas mostrándomelas sin ningún pudor. ¿cuanto pagaría Jaime por esa foto?.

Paula pasó a nuestro lado y nos dijo un seco hola con gesto bastante serio, luego pasó de largo.

  • joder tío, parece que tu hermana está enfadada contigo, a saber que coño le habrás hecho...

Ese día llegué a casa sobre las 14,20 unos minutos antes de que lo hiciera Paula, puse la mesa y dejé la comida preparada para solo tener que calentarla para cuando ella llegara. En cuanto entró por la puerta le dije que entrara en la cocina que tenía que hablar con ella.

  • ¿que quieres?, me dijo

  • es que como ayer no nos vimos, no sé me gustaría hablar de lo que pasó el sábado por la noche...ya sabes en la habitación de los padres.

  • ¿y de que quieres hablar?, mira pasó lo que pasó, yo creo que ya hemos llegado bastante lejos y es mejor parar ahora y dejarlo estar, vamos a olvidarnos de todo y prefiero no volver a hablar nunca de esto...

Yo avancé unos metros y me puse detrás de ella.

  • yo es que no quiero parar, Paula me vuelves loco, es solo verte andar por la facultad y ya me excitas, lo que pasó el sábado fue la hostia, no me digas que no te gustó, ¡no te habías corrido así en tu vida!, y luego te escuché como follabas con tu novio, eso también me puso mucho, no sentí celos de él, mas bien sentí envidia de que él pueda follarte y yo no.

  • eso no va a pasar entre tu y yo. ¡jamás!, sácatelo de la cabeza, él es mi novio, dijo girándose.

  • si, pero follaste con él de lo cachonda que estabas después de que me corriera encima de ti, no me lo niegues, ¿pensabas en mi mientras follabas con él?

  • no, pensaba en él.

  • ¿sabes?, me gusta que a pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros te sigues resistiendo, sigues negándote de que estas cosas que hacemos te ponen tanto como a mi.

  • mira David, me voy a cambiar y vamos a comer y no quiero hablar de esto ni durante la comida ni nunca mas.

Cuando fue a salir de la cocina agarré a Paula por el brazo y me pegué a su cuerpo poniéndome detrás de ella con un fuerte abrazo.

  • me vuelves loco, ni te lo imaginas, no sé que me pasa contigo, ¡joder Paula no te vayas!, dije pegando la polla contra su culo.

  • ¡estate quieto David!

Comencé a dar besitos por su cuello y no tardé en agarrar sus dos tetazas sobre la camiseta, a Paula pareció que le flojeaban las piernas y se inclinó hacia delante para apoyarse en la mesa de la cocina, yo seguía detrás de ella manoseando su cuerpo y sin dejar que se me escapara.

  • ¿pero que haces David?, ¡para!, dijo ella.

  • mmmmmmmmm, ¡¡joder que tetas!!, estaría todo el día tocándotelas...

Con el forcejeo de las caderas lo único que conseguía Paula es que mi miembro no dejara de frotarse contra su culo lo que hacía que se me pusiera mas dura si cabe. Y ella ya estaba notando mi polla en sus nalgas y se empezó a poner cachonda. En apenas 20 segundos de ese pequeño roce hizo que los dos nos encendiéramos casi de inmediato, mi hermana ya estaba jadeando.

Con esfuerzo levanté la falda que llevaba tan ajustada contra su cuerpo y aparecieron ante mi unas braguitas negras muy finas de estas tipo brasileño. Solté uno de sus pechos para acariciar por primera vez su culo por encima de la tela, no tenía nada que ver con el culito pequeño y redondo de Sofía, el de mi hermana era un poco mas grande, pero igual de duro y suave que el de mi novia. Luego me saqué la polla y se la puse entre los dos glúteos, agarré a Paula por las caderas y me froté contra ella como si me la estuviera follando desde atrás, así estuve unos segundos hasta que dí la vuelta a mi hermana para que quedara en frente de mi.

Su cara ya estaba sonrojada y respiraba aceleradamente, me miraba algo asustada por lo que pudiera pasar, sabiendo que todo esto ya era ajeno a su voluntad, en cuanto su hermano le ponía una mano encima se le desataban todos los infiernos de la lujuria y se abandonaba al placer. Me sacudí la polla ante ella para hacer que bajara la vista y me la viera.

  • vamos tócamela, ¡sé que te mueres por hacerlo!.

  • no, dijo Paula jadeando

  • ¿seguro que no quieres?, ¿has visto lo dura que está?, dije comenzando a meneármela delante de ella.

Me detuve un momento y me acerqué a Paula para quitar su camiseta negra, ella no puso ningún impedimento, mi hermana se quedó en la cocina con tan solo el sujetador puesto y la falda arremangada en su cintura.

  • así mucho mejor, ¡vamos ahora quítate el sujetador!, dije reanudando mi actividad masturbatoria.

Esta vez Paula si que me hizo caso y ella misma se desabrochó el sujetador para después dejarlo sobre la mesa. Ahora si lució orgullosa sus dos maravillosos tetones delante de su hermanito, me pareció terriblemente fácil como había conseguido que ella lo hiciera, dos minutos antes me estaba diciendo que no quería volver a hablar de todo esto y ahora ya la tenía mostrándome sus fantásticos pechos, me lancé como un salvaje contra ellos para apretarlos con las manos, lo hacía con fuerza, quería que incluso sintiera un poco de dolor, pero con eso solo conseguía poner todavía mas cachonda a Paula que cerró los ojos y echando la cabeza hacia atrás comenzó a gemir. Luego pellizqué sus pezones, incluso le solté un par de cachetazos a sus tetas, la cara de mi hermanita era un poema, era como si estuviera ya a punto de correrse. Estuve jugando con sus tetas un buen rato y desde luego que eran muy agradecidas, nunca había visto unos pezones tan tiesos como se le pusieron a mi hermana aquel mediodía, por lo menos le debían medir 3 centímetros. Con un último manotazo hice que sus tetas se bambolearan de nuevo. Se notaba que le iba la marcha, Paula me miraba suplicante y jadeando con los ojos entreabiertos, en ese instante supe lo que deseaba.

  • tienes las tetas muy sensibles, ¡¡me encanta!!. ¿quieres que siga jugando con ellas?.

Paula afirmó con la cabeza tímidamente sin decir nada, como si la diera vergüenza.

  • ¡dímelo!, quiero oír como me lo pides...

  • sigue por favor, sigue tocándome, dijo casi en un gemido.

  • ¿te gusta esto?, dije azotando fuerte uno de sus pechos

  • mmmmmmmmmmmm....

  • no te oigo, ¿te gusta?, solté otra cachetada en el otro lado.

  • mmmmmmmmmmmm...mmmmmmmmm

  • ¿quieres mas?, plassss....

  • ahhhhhhhhhhh...

  • ¿asiii?, PLASSSSSS....

  • aiiiiiiiiii....mmmmmmmmmmmmmmm....

  • ¿te gusta esto?, PLASSSSSSSSSSS.

  • ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh....

Sus tetazas empezaban a estar enrojecidas por los azotes que estaban recibiendo, a cada palmetada sus pechos bailaban libres. Yo creo que si seguía golpeando sus pechos iba a conseguir que se corriera.

  • ¿nunca te habían hecho esto, verdad?

  • nooo, dijo Paula, para ya por favor, me duelen un poco.

  • esta bien, pero todavía no he terminado con ellas, quiero comértelas, ahora me apetece mucho chupar estos pezones tan duros, dije retorciéndoles con mis dedos.

Y sin mas me lancé a devorar aquellas dos ubres enrojecidas, me encantaba sentir sus tiesos pezones en la lengua, chupé con fuerza como si quisiera tragármelas, a la vez con las manos se las apretaba y las ponía juntas para pasar con facilidad de un pezón a otro. No dejaba de sorprenderme lo enormes y pesadas que tenía las tetas Paula y bastante duras para tener ese considerable tamaño. Paula comenzó a gemir mas alto, me apretó la cabeza contra su cuerpo y me di cuenta de que estaba a punto de correrse. ¡¡con tan solo mamar sus tetas!!. Cogí aire unos segundos y cuando tuve la boca libre antes de reanudar mi tarea le dije a Paula.

  • ¡¡agárrame la polla!!, venga cógemela.

Y guié su mano hasta ella. Esta vez si, sus dedos se cerraron sobre mi tronco y sintiendo como devoraban sus tetas y a punto de correrse ¡¡mi hermana por fin comenzó a pajearme!!. Aquella sensación de mi hermana masturbándome fue maravillosa, pero yo quería mas, ya no podía conformarme solo con eso. Sin dejar de chupar sus pechos bajé la mano hasta su coño y en un rápido movimiento aparté las braguitas a un lado.

Ya todo se había descontrolado, no había vuelta atrás.

Metí un dedo en su coño, Paula estaba tan mojada que entró con muchísima facilidad, al momento tuve que meter un segundo dedo, en cuanto sintió mis dedos jugando ahí abajo comenzó a correrse, apretando mas fuerte la cabeza contra ella obligándome a que siguiera chupando sus pezones mi hermana se corrió de pies. Un largo y brutal orgasmo en los que no dejaba de mover su cuerpo a todos lados y que comenzó con un chillido que retumbó en toda la cocina.

Cuando terminó Paula se quedó jadeante con la mirada perdida en un punto, trataba de recuperar la respiración y su mano seguía moviéndose sobre mi polla lentamente. Saqué los dedos de su coño y arrastré con ellos una cantidad ingente de flujos que fueron a parar al suelo de la cocina. Estaba tan mojada que parecía un grifo.

  • ¡joder que me has hecho!, dijo mi hermana.

  • ¿te ha gustado?, dije sin saber como interpretar aquella frase.

Ella dejó de mirar al infinito y de repente me miró a los ojos, parece que incluso cayó en la cuenta de que seguía con mi dura polla en la mano.

  • ¿quieres terminar?, me dijo Paula

  • si, quiero volver a correrme encima de ti, me gustaría que hiciéramos lo del otro día...

Y agarrándola por las nalgas subí a mi hermana sobre la mesa de la cocina, se abrió de piernas y se dió cuenta de que tenía las braguitas apartadas hacia un lado, me estaba mostrando el coño, ella misma se recolocó al ropa interior tapando sus intimidades y se quedó expectante a lo que quisiera hacer su hermanito.

  • venga ¡menéamela un poco!, ¡¡quiero que me hagas una buena paja!!

Paula obediente comenzó a masturbarme, era una paja a su justo ritmo, ni rápida ni lenta, me sujetaba con fuerza la polla, pero la meneaba con mucha suavidad, ella misma miraba como lo hacía sin perder detalle de mi miembro y a mi me encantaba mirar como se le bamboleaban los pechos con el movimiento de su brazo. Por cierto sus tetas presentaban muchas rojeces debido a los cachetes que habían recibido y que tanto parecían haber excitado a mi hermana, yo también era la primera vez que había azotado unos pechos, pero sin ninguna duda nos había encantando a los dos.

  • ¡que bien lo haces hermanita!, dije comenzando a manosear de nuevo sus tetazas mientras ella me seguía masturbando.- si sigues así no voy a tardar ya mucho en correrme.

Me apreté contra su cuerpo, pegando mi polla a su calientes e hinchados labios vaginales, se notaba la humedad de su coño incluso a través de la tela de la braguita, ahora Paula ya no podía masturbarme, pero no dejó de estar en contacto con mi pene, lo atrapó entre su mano y el coño y yo comencé a moverme delante y atrás. Otra vez Paula comenzó a gemir al contacto con mi cuerpo.

  • ¡espera un momento!, dije yo.

Bajé las manos y en un rápido movimiento aparté sus braguitas a un lado de nuevo, quería sentir directamente la humedad de su rajita contra mi, ¡¡aquello fue la hostia!!, su coño abrazó mi polla y no tardó en estar mojada gracias a mi hermanita. El contacto directo nos superó a los dos, un par de veces incluso noté como estuve a las puertas de entrar en ella y Paula también lo notó, incluso me dí cuenta de que lo estaba deseando, pero no me lo iba a pedir. Los dos movíamos las caderas ansiosos buscando que la casualidad hiciera que mi polla entrara dentro de ella.

Supe que había llegado el momento. Me iba a follar a mi hermana Paula.

Metí las manos entre su arrugada falda y tiré de las braguitas hacia abajo.

  • no, eso no, dijo ella.

  • es para que no nos moleste la tela, así mucho mejor, dije volviendo a pegar mi polla contra ella.

Paula me recibió con las piernas abiertas y su depilado coño brillando por los jugos que soltaba, yo no dejaba de tocar sus tetas y su culo mientras nos seguíamos frotando mutuamente. Los gemidos de los dos cada vez eran mas altos y ya estábamos muy cachondos, decidí que había llegado el momento. Me agarré la polla y guiándola un poco hacia abajo entró en contacto con la entrada de su vagina, ella aumentó los gemidos mas si cabe y yo golpeé varias veces con mi miembro sobre ella, haciendo que lo deseara mas tadavía. Cuando ya no pudimos mas volví a ponerla en su entrada y con un golpe de caderas penetré a Paula.

  • ¡¡¡¿que haces?!!!

  • shhhhhh, calla...

Me retiré un poco y se la volví a meter, luego otra vez y luego otra mas, todo muy despacio. Ahora sí. Me estaba follando a Paula.

  • David, ¿que estamos haciendo?, dijo ella con gemidos entrecortados.

  • estamos follando hermanita, ¡¡estamos follando!!.

Luego aumenté la velocidad y comencé a metérsela y a embestirla a buen ritmo. Paula me agarró por el cuello y se pegó contra mi pecho dejándose follar por la incestuosa polla de su hermano pequeño. La sensación de estar dentro de Paula fue acojonante, supe que con ninguna otra chica iba a experimentar ese placer y ella también lo sabía, con ningún otro iba a disfrutar nada parecido.

El morbo del incesto.

Acaricié su larga melena y apartándola un poco lamí una de sus orejas, luego su mejilla y por último su cuello, levanté la cabeza de Paula y nos miramos. Nos miramos a los ojos mientras follábamos como dos salvajes sin importarnos lo que estábamos haciendo. Me lancé contra su boca y ahora si ella me correspondió cruzando ya la última linea de lo prohibido que nos quedaba por cruzar. Nos fundimos en un sucio y guarro beso mezclando nuestras lenguas mientras no dejábamos de follar.

Ya todo valía.

  • ¡¡dime que te folle!!, dije yo, queríéndoselo oír decir a Paula, quería que me lo pidiera, ella me dio también ese gusto.

  • ¡¡fóllame, no pares!!, ¡¡vamos fóllame!!

Aquello estaba a punto de terminar, pero los dos sabíamos que no pasaba nada. Tan solo iba a ser la primera vez y se iba a volver a repetir muchas veces.

  • ¡voy a correrme Paula, voy a correrme!

Ella puso las manos sobre mi culo, era como si no quisiera que aquello se terminara nunca y no se la sacara de dentro, pero yo ya estaba a punto de descargar.

  • ¡¡no pares, sigue por dios!!, ¡¡sigue, sigue!!, dijo ella.

Yo no pude mas y lanzándome de nuevo contra la boca de mi hermana nos fundimos en un nuevo beso justo en el momento en que comenzaba a correrme dentro de Paula, no quise avisarla ni cambiar de postura, tal y como me estaba me parecía todo perfecto para dejarme ir dentro de ella. Su coño acogió gustoso mi corrida y cuando terminamos nos seguimos morreando ansiosos. No queríamos terminar todavía.

Y vaya si no lo hicimos, aquel día terminamos comiendo casi a las 21.00 de la noche, durante la tarde follamos tres veces mas, así fue como empecé mi relación incestuosa con Paula, de la noche a la mañana nos convertimos en pareja, pero los dos sabíamos que era algo sucio, impúdico, repudiado por la sociedad y que siempre lo tendríamos que llevar con mucho cuidado para que nadie se enterara, ¿puede durar mucho una pareja así?.

¿Como iba a afectar eso a nuestra vida cotidiana?...

7 años mas tarde

Paula vino a recogerme al aeropuerto de barajas, era un viernes sobre las 11.00 de la mañana, enseguida pude verla entre toda la gente, yo estaba haciendo un trabajo en Londres que me había encargado mi padre. Ella había cambiado mucho, ahora a sus 30 años era toda una mujer, ya no llevaba el pelo tan largo como en la universidad, lo tenía un poco por debajo de los hombros lo que le daba un aire de mujer sofisticada, llevaba unos vaqueros con zapatos de tacón y arriba camisa blanca con una chaquetita abierta azul clarita. Nos dimos dos besos y fuimos hasta el parking donde ella tenía el coche.

  • ¿bueno y que tal por Londres?

  • pues bien, ya estamos terminando, llevo allí 6 meses trabajando y estoy un poco cansado.

  • ¿y que tal trabajar con papá?

  • ya sabes, para todos soy el hijo de papá y por mas que haga eso no va a cambiar, debería haber hecho como tu y venirme a Madrid a trabajar, me tiene todo el día de acá para allá.

  • esto es así, ya veo que estás muy liado, llevas casi 4 meses sin venir a verme, ni tan siquiera conoces la casa nueva que hemos comprado Fernando y yo.

Me fijé en su mano donde lucía un anillo de diamantes de compromiso, para eso nos habían citado ese fin de semana a todos.

  • ¿te casas no?, dije señalando su anillo.

  • si, bueno mas o menos ya lo sabéis, pero queríamos hacer mañana una cena para hacerlo oficial, vendrán los padres de Fernando y los nuestros vendrán mañana por la mañana, ¿esta tarde viene Valeria, no?

  • si, luego me pasaré a la estación a recogerla.

  • ¿y que tal con ella?, ya lleváis casi 3 añitos.

  • muy bien, aunque últimamente nos vemos poco con tanto trabajo, ella está haciendo el MIR en el hospital de Sevilla.

  • me alegro mucho que todo os vaya fenomenal.

  • a ti si que todo te va bien, te vi hace poco en la revista.

Paula había salido en el suplemento de un famoso periódico de tirada nacional, era un reportaje de mujeres con éxito justo en la treintena, habían juntado a 8 mujeres muy reconocidas y triunfadoras en sus respectivas profesiones, junto a mi hermana estaba una cineasta, una deportista, una física, una diseñadora...

  • ¿y Fernando que tal?

  • muy bien, está trabajando en un importante bufete aquí en Madrid, desde luego que no nos podemos quejar, hemos quedado ahora para comer con él a las 14,30 en un sitio cerca de donde trabaja. Te llevo a casa y en lo que te la enseño y si quieres te cambias y tal y ya casi tenemos que salir.

Entramos en una urbanización privada, un chico de seguridad saludó a mi hermana y nos levantó la barrera para poder acceder a ella. Desde luego que mi hermana se había comprado la casa en un zona bastante elitista. Pasamos por un par de casas en las que Paula había hecho el diseño, luego llegamos a la suya, aunque no era la mansión que tenía mi suegro en Sevilla desde luego que no estaba nada mal. Lo primero que llevaba la atención era su gran jardín con las piscinas en medio, tres piscinas en forma de I de distinto tamaño muy bonitas. Luego entramos dentro de la casa.

  • muy bonita Paula...¿cuanto tiempo tenemos para salir al restaurante?

  • unos 45 minutos o así...¿te enseño el resto de la c...

  • ven aquí joder...

En cuanto se cerró la puerta tras de nosotros me agarré a Paula y nos dimos un furioso morreo.

  • ¡cuanto tiempo!, dijo ella palpándome el paquete por encima del pantalón. - vamos a una habitación...

Me llevó de la mano escaleras arriba y hasta que entramos en una habitación no dejábamos de besarnos y meternos mano, nos costó un rato llegar porque paramos varias veces a comernos la boca. En cuanto entramos en la habitación me saqué la polla.

  • ¿esto es lo que quieres?, dije sacudiéndomela ante ella.

  • ¡ya sabes que si!, ¡¡eso es lo que quiero!!

No hablamos nada mas, Paula se puso en cuclillas y totalmente vestida se metió mi polla en la boca y comenzó a chupármela. Ya no éramos dos chiquillos como en la universidad, ahora Paula era toda una mujer de mucho prestigio en su profesión y que además vivía con su novio y allí estaba agachada con la polla de su hermano en la boca un día antes de reunir a toda la familia para anunciar su inminente boda.

Mientras la sujetaba por el pelo ella miró hacia arriba con una cara de lujuria tremenda sin dejar de hacer círculos con su lengua alrededor de mi capullo, luego volvió a engullir mi polla y trató de metérsela lo mas profundo posible dentro de su boca. Sujeté por la cabeza a mi hermana y embestí hasta que toqué su campanilla, Paula sufrió una arcada pero se dejó hacer, luego continué haciendo lo mismo varias veces mas, me estaba follando su boca.

Paula comenzó a gemir, no solo por el placer de lo que le estaba haciendo, se había abierto el pantalón y se estaba masturbando furiosamente el coño mientras yo le seguía follando agarrándola por el pelo. Tan solo se retiró cuando ya no podía respirar y después un hilo de babas cayó encima de su camisa.

  • voy a tener que cambiarme, dijo graciosa.

Se puso de pies frente a mi y yo que no estaba para delicadezas tiré con fuerza arrancando varios botones de su camisa que salieron volando por la habitación.

  • ¡¡cabrón!!...¿sabes lo que vale esa camisa?

  • me importa una mierda, dije quitándosela y luego desabrochando el sujetador.- como las echaba de menos.

Sus dos enormes tetazas volvieron a aparecer ante mis ojos, desde luego que ya no eran las tetas, duras y firmes que cuando estaba en la universidad, ahora la gravedad ya estaba comenzando a hacer su efecto y se la habían caído un poquito, muy poquito, seguían siendo unas tetas de 9,75 e incluso para mi eran casi mas morbosas si cabe que antes, me parecían unos pechos formidables para una chica de 30 años, pero casi no pude jugar mucho con ellos, se los sobé un poco y luego le chupé ambos pezones, no teníamos casi tiempo. Bajé sus pantalones y sus braguitas a medio muslo y puse a Paula contra la pared.

  • ¡¡vamos métemela, métemela!!, dijo mi hermana agarrando mi polla y restregando el culo contra ella.

  • ¿me da tiempo a encularte?

  • vamos muy justos, ya sabes que necesito un buen trabajito previo para eso, dijo Paula gimiendo.

Me agaché y le dí un par de lametazos entre sus nalgas metiendo la lengua en su ano.

  • ¿te vale con esto?, dije poniéndome de pies y apoyando de nuevo la polla contra su entrada trasera.

  • no seas malo, mmmmmmmmmmmm, ya sabes que no.

  • ¿lo sigues haciendo solo conmigo?

  • claro, el culito es solo tuyo, ya lo sabes, mi culo es solo para ti...

  • quiero que siga siendo así, me da igual que Fernando te folle o que se la chupes, pero el culo no, ¡tu culo es solo mio!, ¿me entiendes?, ¡¡tu culo es solo mio!!, ¡¡dímelo otra vez!!

  • ¡¡mi culo es solo para ti!!, solo para ti David...solo para mi hermanito y ahora no seas malo y fóllame, ¡¡vamos fóllame!!.

Sin mas tiempo que perder se la metí a Paula por el coño desde atrás, hice que se inclinara un poco sobre la pared para que nuestros cuerpos al chocar hicieran mas ruido. Fue un polvo duro y rápido hasta que 5 minutos mas tarde me corrí dentro de ella. Luego nos vestimos y fuimos a comer con Fernando. La muy puta de mi hermana se presentó con toda mi lefada dentro, eso hizo que se pusiera muy cachonda durante la comida en el restaurante, cuando terminamos de comer Fernando tenía que seguir trabajando, nosotros regresamos a casa de mi hermana donde volvimos a follar de nuevo, esta vez sí que me pidió metérsela por el culo y para terminar Paula me cabalgó en su cama de matrimonio mientras yo no dejaba de azotar sus tetas y sus glúteos.

No tuvimos tiempo para mas, un rato mas tarde fui a la estación a buscar a Valeria que venía en Ave, por la noche cenamos en parejitas, Paula y Fernando y mi novia y yo, al día siguiente vinieron nuestros padres y los de Fernando. Hicieron una cena para anunciarnos a toda la familia que se casaban el verano siguiente, aproximadamente dentro de un año. Luego salimos todos juntos a tomar una copa, pero durante ese fin de semana no pude volver a tener encuentros íntimos con Paula, eso sí por la noche tuve que follarme al pibón de mi novia para derramar en ella las escasas reservas que me quedaban.

El domingo después de comer me despedí de todos y cogí el Ave junto con Valeria para pasar unos días con ella en Sevilla, en el tren ella apoyó su cabeza en mi hombro, me encantaba su melena rubia tan larga y como le olía el pelo, pero yo solo iba pensando en cuando volvería a repetirse el siguiente encuentro con mi hermana...