Compartiéndome

¿Te acuerdas de mí? Soy Susan, quiero contarte lo sucia que fui cuando se me antojó compartir la cama con mi novio y mi mejor amigo.

El sexo es mi pasión, mi adicción, mi debilidad, siempre he estado encantada de hacer realidad la mas alocada fantasía, pero con un solo chico, no había llegado a mas hasta ese día.

Alguna vez, mientras teníamos sexo mi novio y yo, me imagine que otro chico estaba ahí sin participar pero con la herramienta bien preparada para cuando yo quisiera utilizarla, esa vez tuve un orgasmo sensacional. Me arme de valor y se lo conté a mi novio (Diego), yo tenía la sensación de que iba a molestarse pero me equivoque, la sola idea hizo que se le pusiera bien dura, así como a mí me gusta, mmm. Decidimos hacer realidad esa locura y para mí fue muy sencillo elegir al segundo chico, se trataba de mi mejor amigo (Fernando) pues ya lo había sorprendido varias veces mirándome el culito o las tetas y sabía perfectamente que me tenía unas ganas tremendas, se lo propuse a los dos y lo planearon todo.

El día llego, nos encontramos en la casa de Fernando y tomamos algunas copas, los ligeros roses casi sin querer me pusieron a full, pusimos una música muy sugerente y el momento tan esperado llego… estábamos en la sala y yo les pedí que me dieran un momento, se quedaron los dos con cara de confusión pero inmediatamente cambio su rostro cuando regrese con un atuendo muy sexy: un minivestido negro que no alcanzaba a cubrir mi bien dotado trasero, un escotaso que dejaba lucir mis grandes tetas, debajo una tanguita de encaje  y unos zapatos muy sensuales de plataforma… se quedaron con la boca abierta.

Me pare frente a ellos en el sillón, dejaron las copas a un lado, Diego me vendo los ojos y empezaron a besarme alternadamente, mientras los tocaban cada parte de mi cuerpo que temblaba de placer, sabia perfectamente lo que hacía cada uno, Diego estaba frente a mi mordiéndome las tetas mientras Fernando estaba detrás besándome la espalda y tocándome el culo, de repente empezaron a tocarme con más pasión, más intensidad, yo no sabía qué hacer, sentía manos por todos lados, besos, mordidas, placer. En ese momento Diego hizo que me hincara y supe lo que tenía que hacer, tome entre mis manos su grande y duro miembro y lo lleve hasta mi boca, mi sabor favorito, succione, lamí y metí su pene hasta mi garganta mientras con las manos jugueteaba con el miembro de Fernando, después cambie y se la chupe a Fernando, era más pequeña que la de mi novio pero no estaba mal, estar allí en el suelo con dos miembros tan cerca del rostro era la gloria, pude haberme quedado ahí todo el día pero estaba tan húmeda que necesitaba algo ahí adentro.

Me quite la venda de los ojos y le pedí a Diego que me la metiera, el se puso detrás de mí y comenzó a penetrarme con ese ritmo q solo él tiene, mientras Fernando se sentó en el sillón delante mío y con un movimiento brusco hizo q su pene entrara en mi boca, estaba tan excitada que quería gritar pero no se puede cuando tienes la boca llena… después Diego me la saco y se sentó en el sillón, le dijo a Fer que era su turno y yo me sentí un poco rara, era la primera vez en mucho tiempo que iba a cogerme alguien diferente a Diego, me temblaban las piernas pero no lo detuve, sentí como mi amigo me penetraba mientras mi novio me miraba fijamente y me apretaba las tetas sin delicadeza. Para mí fue excitante sentir la mirada de Diego mientras el otro me hacia suya, deje de ver su cara y me ocupe de su pene, seguí haciéndole sexo oral por largo rato mientras Fernando me penetraba en varias posiciones, cuando creí que estaban a punto de venirse les pedí que cambiáramos de posición para así desconcentrarlos, no quería que eso se acabara, en mi mente solo pasaba una y otra vez la palabra “mas, mas, mas”.

Le indique a Diego q se sentara en el sillón y a Fernando que se quedara de pie, me senté encima de mi novio dándole la espalda para poder probar una vez más el miembro de mi amigo, Diego tenía las manos aferradas a mis nalgas y hacia que me moviera de arriba abajo una y otra vez, se me metía hasta el fondo y yo gemía cada vez más, mientras tanto Fernando disfrutaba en exceso mi boca, y acariciaba mis tetas muy fuerte.  Después Diego me pidió que se la chupara y mientras tanto el otro metió la cara entre mis piernas e hizo que su lengua recorriera cada lugar de mi conchita, succionaba mi punto débil mientras me penetraba con los dedos ¡que sensación tan inexplicable¡ fue lo más rico que hubiere sentido, tener el miembro de mi chico en la boca mientras otro curioseaba mi fuente de placer wow… tuve un orgasmo tan húmedo, tan rico pero no terminaba todavía, seguimos por largo rato cambiando de posición a posición hasta que el placer pudo más que nosotros y mientras yo gritaba, me temblaban las pernas y mi cuerpo se retorcía Diego se vino en mi culo mientras Fernando hacia  lo mismo en mi boca.

Cuando por fin recuperamos el aliento los dos se sentaron y me quede recostada sobre sus piernas, tenía la cabeza en las de Diego y las piernas en las de Fernando, los dos acariciaban mi cuerpo, entonces volvimos a tomar las copas aun desnudos y brindamos por la maravillosa experiencia, mientras bebía mi copa unas gotas traviesas se resbalaron a mi pecho, pasaron por el abdomen hasta evaporarse con el calor de mi conchita, los dos se dieron cuenta y note de inmediato su mirada morbosa y sus miembros volviendo a despertar… ¿te imaginas lo que paso después?