Compartiendo taxi

un viernes cualquiera salgo con mi amiga de fiesta y al pedir un taxi lo compartimos con dos chicos para parar en mi casa...

Esta historia ocurrió una tarde de agosto, demasiado calurosa. Estaba sola durante un fin de semana en mi casa, invite a mi amiga Sonia a pasarlo conmigo. Esa noche salimos juntas a ligarnos unos chicos en las discotecas. No tuvimos mucha suerte y decidimos seguir la fiesta en mi casa. Intentábamos llamar algún taxi, pero no aparecía ninguno. En frente nuestra estaban un par de chicos que también esperaban un taxi. Mi amiga se picaba con ellos. Se levantaba la falda enseñando la pierna, síntoma de la borrachera, y les dijo que ella encontraría antes el taxi.

A los cinco minutos apareció un taxi que paró al llamarlo. Abrí la puerta de atrás y entre en él dándome un cabezazo con uno de los chicos que también había entrado por la puerta contraria.

  • Aaaaaaaaaaaay!!- me quejé.

  • Lo siento. Pero el taxi es nuestro.

  • De eso nada. Nosotras lo esperábamos primero.

  • Pues tendrás que enseñarme algo mas que un trozo de pierna para que os deje quedárosle.

  • ¿Quien va a entrar?- se quejó el taxista.

  • ¿Lo compartimos? – dijo el chico. – Que deje primero a quien antes le pille y paga ese tramo, los demás se pagan el resto del viaje ¿qué os parece?

  • Vale.

Yo me senté atrás junto con mi amiga y el chico con el que me di el cabezazo. Él tenia cuerpo atlético. Parecía bastante fuerte. Era moreno con los ojos color miel enormes, y con las fracciones muy marcadas. Tendría unos 23 años, pero aparentaba algunos mas. Su amigo sin embargo era mas bien gordito, aunque era mas alto y atractivo.

  • ¿Donde bajáis vosotras?

  • En la villa

  • ¡Anda y nosotros!

No terminaba de creerme esa extraña coincidencia, y de repente note como la mano del chico que iba a mi lado me acariciaba el muslo suavemente. Yo no hice nada para quitarle la mano. Me gustaba esa sensación, me relaje completamente. Mi amiga miró por la ventana y él aprovecho para mordisquear mi oreja, me volvió loca. Nadie mas se estaba dando cuenta de aquello, y ya no me importaba, no quería que parase. Me olvide completamente de todo hasta que el taxista nos aviso de que habíamos llegado. Al bajar del taxi se quedaron mirando el barrio como si les fuera algo desconocido.

  • ¿Pero de verdad que sois de aquí? –pregunte.

  • Si. –contestó el moreno.

  • NO. – replico su amigo.- lo cierto es que no somos de aquí. Ni lo conocemos, solo os queríamos seguir para ver si podíamos ligar con vosotras, pero no tenemos ni un duro para volver.

  • Pues vamos a seguir la fiesta en mi casa.

  • ¡¡¡¡¡¡¡Mariaaaaaaaa!!!!!!!!

Mi amiga me gritó mientras que ellos se quedaban de piedra mirándome. Para no seguir hablando me acerqué al chico moreno que me había besado metido mano en el taxi y le bese apasionadamente.

  • Bien, quien quiera seguir la fiesta que suba, arriba tengo alcohol y un consolador. Yo tengo ganas de mas.

Saque mis llaves del bolso y me di la vuelta sin mas. Todos se quedaron quietos mirándome, pero el morenito se arrepintió y corrió hacia mi, cogiendome el pecho por detrás.

  • ¿Me enseñaras como usas tu consolador?

  • Y algo más.- contesté.

Volvimos a fundirnos en un beso largo y apasionado, mientras él me subía la falda. Cuando dejó de besarme vi a Sonia con la mano por dentro del pantalón de su amigo. Apoyados en un coche. Al vernos parados en la puerta corrieron hacia nosotros para subirnos a casa.

Al llegar arriba me metí en la cocina a sacar hielo para serví bebidas para todos, bien cargadas de alcohol. Al llegar al saloncito pude ver a mi amiga en medio de los dos, abierta de piernas mientras el moreno que se llamaba Juan le metía un par de dedos en su coñito peludo, y a ella chupando como una loca la polla de Pedro que era el nombre del otro chico. Al ver esa escena me arrime a ellos, me puse de rodillas delante de mi amiga, para chupar por primera vez un coño. Esa imagen a los chicos les excito muchísimo, asi que se desnudaron por completo, mientras yo lamía con maestría el coñito. Note unos espasmos, se había corrido en mi boca y sus jugos me parecían exquisitos, intentaba apartarme de ella con sus manos y apreté mi lengua contra su clítoris, dejando que notase mi piercing en la lengua contra él, estaba teniendo un orgasmo larguísimo. Mire hacia atrás y vi a los chicos pajeandose mientras nos miraban. Cuando vieron que habíamos terminado se arrimaron a nosotras para que se la chuparamos. A mi me tocó Juan, que me cogía de la cabeza apretando contra él, me apoyo la cabeza en el asiento del sofá y empezó a follarme la boca. Apretó su cuerpo contra mi, notando chorros de su leche contra mi garganta. Le limpie con mi lengua los restos de semen. Y vivos como mi amiga continuaba con la tarea lamiendo despacio a Pedro, como si fuera una experta en ello.

Juan me pidió que fuese a por el consolador para que lo usara. Así lo hice, al regresar vi que Pedro ya había terminado, y lo había echo sobre el pecho de Sonia. Me senté en el sofá me abrí de piernas y les mostré como usar mi juguetito. Pude ver como se les volvía a poner dura por esa visión.

  • No es justo que nosotros nos hayamos mamado los unos a los otros y ella no tenga nada.- Dijo Sonia quitándome el consolador.

  • Tienes razón -dijo Pedro.

Pedro me puso apoyada contra el sofá mientras se habría paso entre mis piernas con su enorme polla. Una vez dentro me agarro de los pecho y comenzó a follarme como un loco. Daba unas embestidas enormes. Sonia se sentó en el sofá enfrente de mi, y comenzó a besarme el cuello, a lamerme los pezones, Juan me la volvió a meter en la boca. Pedro la saco de mi coño muy húmedo y metió un dedo en mi culo, empezó a meterlo y a sacarlo suavemente, hasta que metió dos en él, y finalmente metió tres, que empezaban a entrar sin dificultad. Apoyo la punta de su polla en mi entrada, y la metió poco a poco, note un dolor intenso pero no quería que parase, dio un golpe seco detrás de mi, y noté que la tenia toda dentro, sus huevos chocaban con mi coñito. Yo dejé escapar un gemido. Juan la saco de mi boca y apartó a Sonia para sentarse él debajo de mi. Me pidió que me sentase encima, y lo hicimos sin dejar que Pedro saliese de mi culito. La sensación de tener dos pollas dentro de mi era increíble, se compaginaron bien para no perder el ritmo. Sonia se sentó en el respaldo del sofá para que yo la hiciera de nuevo una mamada a ella. Me vino un largo orgasmo que me hizo apretar mas mi lengua en el coñito de Sonia, note un orgasmo de ella, que coincidió con el de Juan, humedeciendo mi coño, salía su leche caliente de mis piernas mojando a Pedro que al notarlo se corrió dentro de mi culo inundando mis entrañas. Todos quedamos agotados en el sofá.

Después de un rato de charlar, y de risas, cambiamos posiciones, hicimos con Sonia lo mismo que hicieron conmigo, pero esta vez era Juan quien disfrutó del culito de ella, y Pedro del coñito. Sonia me comió el coño peladito, y mientras lo hacia noté como se corría hasta dos o tres veces seguidas. Había tenido su primer orgasmo múltiple.

Estuvimos continuando la fiesta durante todo el fin de semana, pero eso es otra historia...