Compartiendo piso con mi prima

Cuando me voy a vivir con mi prima no esperé que las cosas se tornaran de esta manera

18 años. Había cumplido 18 años ya. Había terminado 2º de Bachillerato de Ciencias con excelentes notas, con una nota media de un 8 e iba a entrar a la universidad, para ello mis padres hablaron con mi prima Paula, que estaba unos años por encima de mi y le pidieron si me podía acoger en su piso, que estaba cerca del Campus, mi prima no se negó y me mandó la ubicación al WhatsApp, tardé unos días en hacer las maletas y subirme al coche que había adquirido el mes pasado, todo estaba listo, metí la llave en el contacto, manipulé las marchas y pisé el acelerador.

Llegué al piso una hora después, había avisado a mi prima de que estaba al caer y ella estaba esperándome en la puerta de la calle. Mi prima era una preciosidad, alta, de cabello moreno atado en una coleta, con la raya al medio, piel clara, ojos azules, vestía una camiseta celeste, vaqueros y camisa azul de cuadros desabrochada, pero me asusté nada más verla, su cara estaba torcida en una mueca de enfado y tenía sus brazos cruzados por debajo de sus pechos, que no eran grandes, pero tampoco pequeños.

Cuando salí del coche y me acerqué a ella para darle un beso ella me dio unas llaves

-3º B-me dijo antes de darse la vuelta y meterse en el portal

Yo me las tuve que ver para meter las 4 maletas en el ascensor y subir yo por las escaleras, la puerta estaba cerrada, así que utilicé la llave para abrirla, el piso tenía 3 habitaciones que daban a la parte exterior, el salón y la cocina daban a un patio comunitario, la puerta se encontraba en frente del salón y entre la cocina y el baño, mi prima estaba tumbada en un sofá gris viendo la televisión, me indicó la habitación con una mano sin apartar la vista del televisor

-Hija de puta-susurré sin que pudiera oírme

La habitación era pequeña, había un escritorio, una cama, un armario y una estantería vacía. Vacié 3 de mis maletas en la estantería, de la otra maleta saqué toda la ropa y la metí en el armario, luego procedí a ducharme

-Prima, voy a ducharme-avisé

-¿Y a mí qué?-preguntó ella

-Pues para que no utilizaras el baño mientras yo estoy dentro ¿tal vez?-pregunté yo, cansado de aquel caracter

-Yo tengo mi propio baño-dijo ella enseñándome el baño de su habitación, que tenía ducha, bañera y...sí, spa, yo tenía solo un plató estrecho de ducha

No entendía el caracter de mi prima, ella es 3 años mayor que yo, de pequeños siempre hemos estado muy unidos contándonos todo, pero de un tiempo a esta parte ella me mira mal y apenas me habla, en esos pensamientos estaba mientras lavaba mi cabello y frotaba mis brazos con fuerza

-¿Por qué me tratas así?-le pregunté aquella misma noche, viendo como ella tragaba la sopa sin despegar los ojos de mí

-Has invadido mi espacio-respondió ella

-No me vengas con esas, llevas así conmigo 5 años por lo menos-respondí yo

-Vamos a hacer un reparto de tareas-dijo ella

-Venga-dije yo

-Te encargarás de hacer las comidas y limpiar-dijo ella

-¿Y tú?-pregunté yo

-¿Yo? Nada-preguntó ella ofendida

-Vamos, que lo hago todo yo-respondí yo

-Correcto, mira que bien pillas las cosas-dijo ella desordenandome el pelo

-No pienso acceder-dije yo

-Mira niñato, has invadido mi espacio, yo pago y tú limpias, no vas a vivir de gorra-dijo ella con voz amenazadora

-Vale, vale, relaja esos humos-dije yo

A la mañana siguiente pensé en devolvérsela y encontré la oportunidad perfecta, entré en su cuarto a las nueve y ella seguía durmiendo, en un rincón estaba el cesto con su ropa sucia y se lo cogí para metérselo en la lavadora, pero me lo pensé mejor y me dirigí hacia ella, la destapé, dormía con bragas y una camiseta, le quité la camiseta y las bragas y la observé desnuda, sus pechos dormían uno sobre el otro y su coño depilado se hallaba entre sus dos piernas, me llevé la braga a la nariz y aspiré, olía a mujer.

Me guardé esa braga para mí y llené la lavadora con el resto, huelga decir que yo no he puesto una lavadora en mi vida y no me esforcé en leer las instrucciones

-Niñato-me gritó mi prima

Entró en mi habitación cubierta con la sábana y de un humor de perros

-¿Y mi ropa?-preguntó enfurecida

-Hoy es día de colada-le recordé

-No vuelvas a entrar a mi cuarto-dijo ella

Cuando se dio la vuelta le saqué la lengua

La verdad es que lo pasé mal aquellos días, mi prima me echó la bronca por no separar la ropa por colores, se pasó el resto de la semana sin hablarme, a veces salía a correr y no me avisaba, a lo cual yo aprovechaba para mirar porno en el ordenador, en una de ellas me quedo sin batería y voy al cuarto de mi prima a buscar el suyo, tras rebuscarlo encuentro algo que no debí haber encontrado, una bolsa de coca, así que mi prima consumía drogas, eso es lo que le daba ese mal carácter, mi primer instinto fue quitársela y someterla a mi poder...pero no lo hice, fui un buen primo, encontré el cargador y salí de allí, lo que hice fue algo peor

-Miguel ¿has estado rebuscando en mi cuarto?-preguntó ella alarmada, una hora después

-Ehhh, sí, pero para encontrar el cargador-dije yo señalándole el cargador, aunque por dentro sabía de su inquietud

-Ufff-se apolló en el marco de la puerta a respirar-No lo vuelvas a hacer, devuélveme eso

-Toma-le dije yo de mala gana, de todas formas mi plan ya estaba en marcha

Una semana después...

-No, no puede ser, lo necesito, yo te pagaré, lo juro, no por favor...estúpido-dijo ella al teléfono

-¿Algún problema?-pregunté yo entrando al salón

Ella estaba de rodillas en el suelo, con su móvil en la mano

-Esto...sí ¿puedes prestarme algo de dinero?-preguntó ella

-No tengo ni para renovarme la suscripicón a Pornhub voy a tener para tí-le repliqué, en verdad sí tenía, pero no se lo quería dar, que sufriera

-No tenías que ser tan borde-dijo ella levantándose

A ver cómo solucionaba el problema, le habían cancelado sus tarjetas, no le habían dado explicación, simplemete se las habían bloqueado, y sin tarjetas no hay dinero y sin dinero, no hay drogas

-Lo siento primita-dije yo, dí media vuelta y volví a mi cuarto riéndome entre dientes, había sido yo quien le había bloqueado sus tarjetas, ella no podría salir de aquella, sus padres tenían bastante con pagar una hipoteca a la que casi no llegaban y no podían llevarle dinero, solo dependía de mí, pero yo no iba a darle dinero tan facilmente

Lo primero que hice fue hablar con el casero, no podía permitir que nos quitaran la casa así que le pagué yo a espaldas de mi prima, el casero no dijo nada mientras recibiera dinero, ella creía que nos iban a quitar la casa y le suplicaba una prórroga al casero y él le comentaba que sí, aunque luego bajaba yo a pagarle, tenía que convencer a mi prima de que estábamos en la ruina

Después de un mes habiendo recortado gastos y de que ella hubiera sufrido cambié los papeles del piso y fingí un golpe de suerte, tenía dinero

-¿Dónde lo has conseguido?-preguntó ella

-Me han hecho una oferta de trabajo y me han pagado por adelantado-respondí yo

Eso no era del todo falso, solo que yo ya tenía ese trabajo de antes de ir a vivir con ella, era modelo de un fotógrafo, a espaldas de todos y por eso tenía dinero

-Bien, déjamelo, que voy a pagar el alquiler atrasado-dijo ella

Una polla el alquiler, vas a comprar droga

-No, ya lo he pagado, las deudas no se pueden mantener-dije yo

-¿Cómo que lo has pagado?-preguntó ella

-Pues eso, que el casero me ha alquilado a mí el piso ya que tú no estabas por la labor de pagar, digamos que ahora yo soy el dueño-respondí yo

-No-dijo ella

-Sí primita, las cosas van a cambiar desde ahora-dije yo.

-Vale ¿me puedes dar dinero?-preguntó ella

-No, la comida por favor-dije yo

-Insolente-dijo ella levantando un brazo para pegarme

-¿Ibas a pegarme?-pregunté yo cogiendo su brazo por encima de su cabeza

De un puñetazo la mandé al suelo

-La comida, ya-ordené

Después de unos días en los que quedó de acuerdo mi superioridad me planté en su nueva habitación, sí, habíamos cambiado de habitación, ella ahora dormía en la más pequeña con lo básico mientras que yo dormía en la suya con todas las comodidades

-Hola primo, o debería decir rata-dijo ella

-¿Soy yo la rata? ¿O eres tú, quien no ha parado de molestarme en meses y de tratarme mal?-pregunté yo

-¿Qué quieres?-preguntó ella de muy malos humos

-Iba a darte dinero para tus gastos, pero viendo como me has respondido, mejor lo ahorro y me compro el nuevo videojuego que salió la semana pasada-respondí yo

-No, me porto bien, soy una buena prima-dijo ella

-Toma anda-dije yo dándole 20 euros

-¿No podrías darme más?-preguntó ella

-¿Qué tienes para ofrecerme?-pregunté

-¿Qué tengo...? Serás guarro, no-respondió ella

-Vale vale-dije yo saliendo de ahí

Media hora más tarde entró en mi cuarto con muy mala cara y sin decir nada se quitó la camiseta, llevaba un sujetador que sostenía sus pechos, ante una mirada mía se lo quitó y dejó caer sus tetas, firmes, yo alargué una mano para tocarlas y ella estuvo a punto de negarse, pero se acordó de que necesitaba dinero y se dejó hacer, le pellizqué el pezoncito y se lo lamí mientras que la otra mano la metí debajo de su pantalón y toqué su coño, algo rasposo, metí la mano en su agujerito y toqué, me llevé el dedo a la nariz y aspiré, de nuevo ese aroma a mujer

-¿Cuánto necesitas?-pregunté

-50-respondió ella

-50, toma-dije yo, con eso podría comprar su gramito-¿Qué se dice?

-Gracias-dijo ella secamente

Esa noche la estuve esperando hasta tarde, no sé si serían las 2 o las 3, para cuando llegó vino muy contenta y parecía que escondía algo

-¿Dónde has ido?-pregunté yo

-De fiesta por ahí-respondió ella

-¿Qué escondes?-pregunté yo

-Nada-dijo ella

Le cogí la mano y le obligué a abrirla, ella gruñó y me enseñó la bolsita de coca

-¿Así que te doy dinero y tú vas y compras esta mierda?-pregunté yo

No le dí tiempo a responder, le pegué un sopapo en la cara

-Desvístete-ordené

-No lo voy a hacer-dijo ella

-Mira, ahora el piso es mío, puedo hacer lo que me de la gana y te puedo echar ya que no aportas nada, así que hazme caso o atente a las consecuencias-grité yo enajenado

Mirándome con todo su odio ella se quitó la camiseta y se bajó los pantalones. Yo acerqué mi nariz a su coño y aspiré su aroma a mujer

-Hueles perfecta-dije yo

Con los dientes le bajé las bragas y le pegué una lamida a su coño, ella hizo el ademan de separarse, pero yo se lo impedí y la atraje más hacia mí mientras le chupaba sus partes más íntimas, ella cerraba los puños como queriendo golpearme, pero sabía que si lo hacía las consecuencias serían peores. Finalmente se corrió en mi boca

-Síííí-dije yo saboreando los jugos

-Eres un asqueroso, lo sabes ¿no?-preguntó ella

-A callar-dije yo

-¿Cómo te atreves a humillarme así?-preguntó ella

-No sé, simplemente me atrevo, ahora vas a hacer varias cosas. Me vas a dar tu teléfono y tu laptop, les pones las claves y me los entregas, no pondrás más lavadoras con tus bragas, tus bragas me las quedaré yo, que me gustan como huelen, además no podrás usar ropa interior por casa, estarás siempre a mi disposición-ordené yo

-¿Quieres empezar ya?-preguntó ella irónica

-No, haz lo que he ordenado-dije yo

Mientras ella lo hacía yo revisaba sus WhatsApps con todas sus amigas, para tener más por donde cogerla si se revolucionaba, además me permití el placer de eliminar todos sus seguidores de Instagram y de ponerme yo como único seguidor, en esas fotos se la veía espectacular y yo no tenía acceso a ellas. Se lo hice saber y lo aceptó, no le quedaba otro remedio.

Así comenzó una vida de obedencia y sumisión que duró unos años