Compartiendo piso

Historia de amor.

"Se busca compañer@  para compartir piso de estudiantes, piso cerca de la facultad"

Creo que con esto llegará- pienso mientras coloco papel por la universidad con mi número de teléfono debajo.

Me llamo Eva y este es mi tercer año de universidad y después de dos años de la residencia, decidí que era mejor buscarme un piso ya que me era más barato que la residencia. Espero tener suerte con mi compañero y no tener que volver a hacer esta búsqueda hasta que acabe mi licenciatura de psicología.

Las llamadas se fueron sucediendo hasta que creí encontrar a mi nuevo compañero de piso y lo invité a que lo viera antes de decidirse a alquilar.

El timbre suena a las 5, justo a la hora a la que habíamos quedado y eso me gusta, sobretodo porque odio tener que esperar por los demás.

Abro la puerta y veo a un chico de 1,80 (diez centímetros más alto que yo), ojos y pelo negro y de complexión atlética:

-Tú debes de ser Marc-digo

-El mismo y tú Eva ¿no?

-Si, pasa para que puedas ver el piso.

Mientras le enseñaba el piso, hablamos y pensé que no e había equivocado al elegirlo. Marc me fue contando su vida, diciéndome que estaba estudiando arquitectura, que tenia 21 años como yo, que no era de Salamanca pero que su hermana también vivía aquí, ella también estaba compartiendo piso por la zona. Nos caímos bien desde el principio.

Pasaron los días y nos empezamos a conocer mejor. Entablamos una amistad y hasta me presentó a su hermana.

-Hola, me llamo Alejandra-dice con una gran sonrisa.

-Eva, encantada.

  • ¿Ya? Y eso que aún no me conoces, ya tendrás tiempo de decírmelo muchas veces cuando lo hagas.

-Jajaja, eso ya lo veremos-le contesto sonriendo.

Alejandra, Alex para los amigos, se parecía mucho a su hermano físicamente. Ella también era morena y de ojos negros, de mi altura y muy guapa. Aunque se parecían, tenían personalidades bastante diferentes. Alex era mucho más divertida y atrevida que Marc, además de ser ese tipo de personas con las que puedes hablar durante horas de cualquier cosa que se te ocurra. Nos llevábamos tan bien que empezamos a quedar los tres cada vez más a menudo. Estábamos casi todo el tiempo juntos.

Un día hablando con Alex salió el tema de su hermano:

Alex: ¿Qué vas a hacer con mi hermano?

Eva: ¿Qué?-dije  sin pensar.

Alex: Venga ya Eva ¿Aún no te has enterado de que le gustas? Si lo único que le falta es escribirte una carta de amor.

Eva: ¿Una carta de amor? ¿En que mundo vives?

Alex: Bueno…ya me entiendes, no me cambies de tema.

Eva: No sé que decirte, no creo que sea adecuado que salga con alguien con quien comparto piso.

Alex: ¿Y soy yo la que vive en otro mundo? ¿No es correcto? ¿Vienes del siglo XVII y no me he enterado?

Eva: A ver, no sé porque pero no siento nada por él y eso que es una especie de hombre perfecto: guapo, inteligente, educado

Alex: ¡Para! Si lo dices así parece que te estás aburriendo.

Eva: No es eso, es solo que no siento nada por él.

Alex: Eres una rompecorazones!- dice riéndose.

Eva: ¿Qué dices? Ni se te ocurra meterte conmigo.

Alex: Si los rechazas a todos.

Eva: ¿A todos? ¿Y tú que me dices? Que yo sepa no tienes novio ni rollo ni nada.

Alex: Eso es porque tengo muchas cosas en la cabeza- dice y por primera vez desde que la conozco me desvía la mirada en una conversación.

Eva: ¿Qué es lo que tienes en la cabeza?- Pregunto intrigada.

Alex: Nada, déjalo.

Decido dejar el tema a pesar de haberme quedado intrigada y hablamos de otras cosas.

Unos días después decidimos salir de fiesta por los pubs de la zona. Empezamos a hablar y a beber y cuando el alcohol empezó a hacernos efecto, la charla se hizo más animada.

Alex: Dios, hacía mucho que no bebía tanto, sois unas malas influencias para mí.

Eva: Jajaja ¿Nosotros? Pero si fue una idea tuya lo de beber tequila en vez de cervezas.

Alex: Pero eso lo dije solo en los cinco primeros chupitos, ¡quiero bailar!- dice con emoción- Eva, ven a bailar conmigo.

Eva: ¿Yo? ¿Y porque yo?

Alex: Porque es penoso bailar con mi hermano-dice a la vez que me agarra la mano y tira de mí.

Eva: Vale…pero no me pises- digo riéndome.

Alex: ¿Qué dices? Yo soy una gran bailarina…más a menos.

Empezamos a bailar, al principio, separadas pero me agarra y me acerca hasta ella hasta acabar pegadas .Bailamos y descubro que es cierto que baila muy bien, nunca me había sentido tan cómoda bailando con nadie.

Alex: ¿Qué? ¿Bailo bien?- me susurra esto al lado de mi oreja y esto me produce un estremecimiento que recorre todo mi cuerpo.

Eva: Si- le contesto con el poco aire que me queda en los pulmones.

Marc: ¿Me la prestas un momento?- le dice a Alex.

Alex: Claro, pero no me la acapares- aunque dice esto me da la sensación de que no le hace mucha gracia la idea pero igual son imaginaciones mías.

Al bailar con Marc no puedo evitar pensar en que prefería estar bailando con Alejandra y no es que Marc baile mal, todo lo contrario, sino que no me siento igual de bien…¡Dios! ¿Qué me está pasando?

Miro hacia donde está ella y la veo sentada mirándome y yo le sostengo la mirada, siento como si no pudiera apartar los ojos de ella y nos quedamos así durante todo el tiempo que estoy bailando con Marc hasta que la veo levantarse acercarse a nosotros.

Alex: Creo que ya me la has robado suficiente tiempo.

Marc: ¡No te quejes! Solo han sido un par de canciones, pero bueno, iré a por otra ronda.

En cuanto se aleja, soy yo esta vez la que la agarra y la acerco a mí, no tengo ni idea de lo que me está pasando pero siento que ardo.

Alex: ¿Quién de los dos baila mejor?

Eva: ¿Para qué quieres saberlo?

Alex: Es solo para saber si debo mejorar- mientras me dice esto, noto su nariz contra mi oreja y ese simple contacto me provoca que cierre los ojos y disfrute del momento.

Eva: Está bien, tú.

Alex: ¿A que no era tan difícil responder?

Cuando acaba la canción nos volvimos a sentar para tomar las copas.

Horas más tarde, no vamos y al acostarme no puedo dejar de pensar en Alex, en su tacto, en su sonrisa, en su forma de bailar…y no puedo seguir negando lo evidente, siento algo por ella y dándole vueltas a eso, finalmente, me duermo.

Me despierto a mediodía y me voy a la cocina a hacerme un café para despertarme.

Marc: Buenos días.

Eva: Shhh, a estas horas de la mañana aún no soy persona así que no me hables como si lo fuera.

Marc: Jajaja, está bien, ente misterioso, solo quería proponerte algo.

Eva: ¿Lo que?

Marc: ¿Qué te parece si vamos esta noche al cine?

Eva: Vale ¿Aviso yo a Alex o lo haces tú?

Marc: Me refería a nosotros dos.

Eva: Ahhh, vale- digo intentando no parecer desilusionada.

Llegamos por la noche al cine y al poco de entrar, siento la vibración del móvil y lo saco para mirar quien me mando el mensaje.

Era Alex:

-Estoy por vuestra zona ¿Queréis quedar para tomar algo?

Eva:

-No podemos, estamos en el cine viendo una película.

Alex:

-¿Y no avisáis? ¡Cabrones!

Eva:

-Lo iba a hacer pero Marc me dijo de ir nosotros dos solos.

Alex:

-¿Estáis en una cita? Pensaba que no te interesaba mi hermano en ese sentido.

Eva:

-¡No es una cita!

Alex:

-¿Y él lo sabe? Y no me has respondido a la otra parte del mensaje ¿Te interesa o no?

Eva:

-Supongo que el lo sabrá y no, no me interesa, tengo otras cosas en la cabeza.

Alex:

-¿Qué cosas?

Eva:

-Te voy a dejar con la intriga como hiciste tú conmigo ;)

Alex:

-Nooo, que mala eres, pues un día de estos me vas a tener que aclarar ;)

Eva:

-Tal vez si o tal vez no, mañana si quieres quedamos.

Alex:

-OK y no hagáis manitas.

Con tanto mensaje casi no me enteré de que iba la película.

Al llegar a casa me voy a la habitación, sé que debería hablar con Marc por si piensa cosas que no son ¿Será lo mismo que me pasa a mi con Alex?

Igual es que veo cosas que no hay solo porque quiero verlas, ¡Dios!... seguro que es eso, si hasta pensé que estaba un poco celosa por lo de ir al cine con Marc.

Tengo que dejar de pensar en ella de esta manera.

Al día siguiente Marc no va a estar porque se va de viaje con lo que quedamos solo Alejandra y yo.

Después de mucho decidir acabamos en mi casa para ver una película. Veo que coge una botella de vino y dos copas y las lleva a la sala.

Eva: ¿Vino? Pero si hoy es domingo.

Alex: Ya pero mañana es festivo y no tenemos clases, así que es como un segundo sábado.

Eva: Me encantan los segundos sábados.

Alex: ¿Y a quien no? ¿Y que tal el primer sábado?

Eva: ¿Ayer?

Alex: Si, ¿hicisteis manitas?

Eva: Ni manitas, ni besos, ni nada ¿No ves que soy una chica seria?- digo sonriendo.

Alex: Claro, claro. Anda, bebe un poco y vamos a ver la peli- dice respondiéndome a la sonrisa.

Me siento en el sofá a su lado pero estoy más pendiente de ella que de la peli. Mi intención de dejar de pensar en ella de esa manera al garete.

Alex: ¿Qué clase de peli acabamos de ver?

Eva: Ya te digo, no tenía ni gracia, ni sentido ni nada ¿Vemos otra?

Alex: ¿Te importa que me quede a dormir en el sofá cama? Es que no estoy en condiciones.

Eva: Normal, casi nos estamos acabando la segunda botella de vino. No hay problema, quédate, si quieres también está la habitación de tú hermano.

Alex: No te preocupes, duermo aquí ¿nos ponemos el pijama y la abrimos por si la siguiente peli es tan mala como la otra y nos quedamos dormidas viéndola?

Eva: Vale, vete abriendo el sofá cama mientras yo traigo un pijama para que me traigas.

Cuando ya estamos arregladas y en la cama hecha, nos pusimos a ver a la peli que era tan mala como la otra y acabamos haciendo bromas sobre a la clase e personas a las que se les había ocurrido la idea de que una cosa así podía tener gracia, al final paramos la peli y nos pusimos a hablar hasta que nos quedamos dormidas.

Me despierto un par de horas más tarde sintiendo algo sobre mi y al abrir los ojos descubro que es Alejandra que está abrazada a mi lo que me hace quedarme momentáneamente sin respiración hasta que poco a poco voy recuperando la calma, la miro y la veo dormida con la cara a pocos centímetros de la mía y siento unas ganas inmensas de besarla pero me contengo y le apartó un mechón de pelo que tiene sobre la cara. Al hacer eso suelta un gemido pequeño pero suficiente para poner todo mi cuerpo en alerta, no puedo apartar la mirada de su cara, conteniendo el aire cada vez que la noto moverse y así, mirándola, me quedo dormida. Al despertarme, la veo, mirándome y cuando me fijo me doy cuenta de que yo también la ha abrazado mientras dormía, hasta tenemos las piernas entrelazadas, la vuelvo a mirar pero ninguna de las dos intenta moverse solo nos miramos fijamente, siento como sus brazos me agarran más fuerte y yo instintivamente hago lo mismo, lo que deja nuestras caras muy cerca.

·Bip Bip

¡Mierda el teléfono! Y como si ese sonido hubiese tocado un resorte, nos separamos a toda prisa y yo voy a buscar el móvil sin poder pensar en otra cosa que no sea lo que hubiese pasado sino llega a sonar el móvil, siento una sensación de frustración, ganas de haber ignorado el móvil, ganas de haberla besado.

Pasan los días y ni ella ni yo hablamos de lo que pasó esa mañana aunque yo no pueda dejar de pensar en ello y a veces creo que a ella le pasa lo mismo. No paro de sorprenderla mirándome aunque cabe la posibilidad de que sea porque yo no paro de mirarla.

El cumpleaños de Marc se acercaba y decidimos prepararle una fiesta sorpresa aprovechando que el día anterior no pasará por casa y no se iba a enterar de nada.

Alex: Bueno, ya está todo más o menos preparado para mañana ¿Qué más nos falta?

Eva: La tarta, tú es que te olvidas de lo más importante, jajaja, vete cogiendo los ingredientes.

Nos ponemos a prepararla y con tanta broma casi no podemos parar de reír. Cuando por fin acabamos la meto en la nevera y al hacerlo noto que algo me cae encima. Miro a Alex y veo que está intentando poner cara de niña buena pero se le escapa la risa y de pronto me fijo en mi ropa y veo que estoy llena de harina.

Eva: ¡Cabrona! Te vas a enterar.

Alex: Eso ya lo veremos.

Empezamos a tirarnos harina hasta que ella me agarra un brazo para evitar que se la lance y yo hago lo mismo con el otro y de pronto nos quedamos pegadas mirándonos y no podría decir cual de las dos fue la que dio el primer paso pero de pronto nos encontramos en un beso salvaje, descontrolado, casi parecía que nos controlaba él a nosotras mas que al revés, se hacía cada vez más intenso, casi no podría decir cual de las dos era mi lengua. Yo la había agarrado por el cuello y ella a mí por la cintura. Alex me empujo hasta chocar con la encimera y de pronto su boca estaba en mi cuello y la mía mordiéndole la oreja. Cuando sus manos me tocaron por debajo de la camiseta me recorrió un escalofrío y no pude evitar gemir.

Eva: Vamos a la cama –susurré.

Nos fuimos moviendo pero sin separarnos, mientras, nos empezábamos a desnudar, no podíamos para de tocarnos, hasta tuvimos que hacer un descanso en el camino hacia mi habitación para besarnos contra la pared. Cuando llegamos a la habitación solo llevábamos la ropa interior y caí encima de ella y ese fue el instante en que la pude contemplar.

Eva: ¡Dios! Cuanto tiempo llevaba deseando esto -digo mirándola a los ojos.

Alex: Seguro que ni la mitad de tiempo que yo –y me vuelve a besar, dando la vuelta y quedando ella al mando.

Nuestros labios y manos no paraban de recorrer nuestros cuerpos hasta que por fin acabamos desnudas y sus manos se deslizaban por mi cuerpo, empezando por mis pechos, acariciándolos…para después hacer lo mismo con aquella lengua que me volvía loca. Al mismo tiempo, notaba como sus caderas rozaban las mías, encajando perfectamente, como dos piezas de un puzzle. Empezó el movimiento suave, nuestros cuerpos iban al mismo compás hasta que noto como sus manos se van adentrando en mi cuerpo a lo que yo correspondo con los mismos movimientos y nuestros gemidos empiezan a convertirse en gritos hasta que por fin llega la ansiada explosión que hace que mi mente explote en mil pedazos y todo pierda importancia menos ese momento. La miro y ella me está mirando, ya no hace falta nada, solo nos acercamos y nos besamos.

Me desperté y la vi dormida, tenía la sensación de alegría, la noche de ayer había sido la mejor de mi vida, al tenerla así me había dado cuenta de que estaba enamorada, no tenía ni idea de cómo había pasado pero junto a ella en la cama, lo único que me parecía raro era no haberme dado cuenta antes.

No pude evitar besarla y note que ella estaba sonriendo.

Eva: Buenos días.

Alex: Hola ¿Cómo te sientes?

Eva: Bien, aunque me podría sentir mejor –dije sonriendo mientras la volvía a besar -¡Mierda! –me aparté.

Alex: ¿Qué pasa?

Eva: ¿Qué hora es?

Alex: ¡La fiesta! Casi me olvidaba, la gente va a empezar a llegar pronto.

Nos levantamos a toda prisa y lo empezamos a arreglar todo, me hubiese gustado poder hablar de lo que había pasado pero tendríamos que dejarlo para más tarde.

Justo cuando acabamos de colocar las cosas, empezó a llegar la gente.

Alex: Me acaba de mandar un mensaje Marc, está aparcando el coche, sube ahora.

Eva: Vamos a escondernos.

Apagamos las luces y nos escondimos, yo estaba al lado de Alex y al tenerla tan cerca la besé y le susurré al oído –Más tarde.

En cuanto llegó Marc, empezamos la fiesta, cada vez que miraba a Alex la veía con los ojos clavados en mi y yo casi no podía apartar los ojos de ella.

Marc: ¿Dónde hay más cervezas?

Eva: En la cocina.

Marc: No las encuentro, ayúdame a encontrarlas.

Eva: Vale, pero solo porque hoy es tú cumpleaños jajaja.

Fuimos a la cocina y le digo donde están y al darme la vuelva, él se me acerca y me besa, del shock tardó unos segundos en reaccionar y apartarlo y cuando le voy a decir que yo no siento nada por él, miro hacia la puerta y veo a Alex con la cara petrificada.

Eva: ¡Alex! –digo dándome cuenta de que a podido malinterpretar la situación, ella se da la vuelta y sale hacia la puerta –¡Mierda! –salgo corriendo detrás de ella y llego al ascensor antes de que se cierre la puerta, entro y pulso el botón de bloqueo y me acerco a ella que está apoyada contra la otra esquina mirando al suelo.

Eva: Alex, mírame.

Alex: ¡No te acerques! –y noto que está llorando.

Eva: Te estás equivocando, no ha pasado nada entre Marc y yo –y la agarro a pesar de que intenta resistirse.

Alex: ¿Qué? ¿Me vas a negar que os estabais besando? –e intenta volver a separarse de mi.

Eva: Él me beso pero yo la aparté.

Alex: Si, claro.

Eva: ¿Acaso crees que lo de anoche no ha significado nada para mí?

Alex: Pues parece que no ha significado demasiado -dice evitando mi mirada y me doy cuenta de que debo sincerarme con ella.

Eva: Lo de anoche lo significó TODO para mi, nunca me había sentido así ¡Estoy enamorada de ti, idiota!

Alex: ¿Y que te hace pensar que yo lo estoy de ti? –ese comentario me partió el corazón.

Eva: Ahh…entonces no tenemos nada de que hablar –digo intentando mantener la compostura, desbloqueo el ascensor y vuelvo a mi piso sin ánimo ninguno de seguir de fiesta y allí me encuentro a Marc.

Marc: Lo siento, no debería haber hecho eso.

Eva: La culpa es mía, debería haberte dejado las cosas claras antes –digo con la poca energía que me queda.

Marc: ¿Estás enamorada de ella?

Eva: Si –aunque ya no tenga sentido decirlo, no quiero seguir mintiendo –pero ahora eso da igual.

Marc: Ella te quiere, sino no hubiese reaccionado así.

Eva: Eso no es lo que ella dice.

Marc: Puede que lo que tenga es miedo, pero se dará cuenta de su estupidez.

Eva: Gracias por decir eso, eres un buen amigo.

Marc: Me gustaría que fueras feliz aunque no sea conmigo y así por lo menos sé que estás en buenas manos.

Le doy un abrazo y decido retirarme a mi habitación que es lo único que quiero hacer y me empiezo a quedarme dormida entre el olor de ella en mis sábanas.

Me despierto cuando noto que me agarran por detrás y me giro y es ella.

Alex: Lo siento –yo le tapo los labios con un dedo y me acerco y la beso, un beso tierno, pausado pero cargado de todo lo que sentía, ella al principio me corresponde pero después me aparta –Necesito decirte algo –yo me quedo callada y ella prosigue – lo que te dije antes fue porque estaba dolida y no supe como actuar, lo de ayer también lo fue todo para mi porque no he podido dejar de pensar en ti casi desde que nos conocimos, te quiero más que a nadie en el mundo y

Eva: Shh…no hace falta que digas nada eso lo sé con solo verte aquí ahora –sonrío y ella me devuelve la sonrisa, nos volvimos a besar dándonos cuenta de que a partir de ahora todo va a ser diferente.

p.d.: gracias M.