Compartiendo piso

Alex descubrió mi secreto y yo le ayudé a él.

COMPARTIENDO PISO

Aquella noche Alex llegó tarde, venía cabreado, se encerró en su cuarto, al cabo de un rato, salió, de dirigió al cuarto de baño, pero antes pasó por la galería de la cocina donde tiró sus calzoncillos y calcetines. Se duchó y se acostó.

Mis pensamientos fueron (hoy Alex no ha follado con su novia, seguro que se ha hecho una paja para poder dormir), era su forma de actuar típica. Cuando pasaron unos 15 minutos, me levante fui a la cocina y me acerqué al cesto de la ropa sucia, allí estaban sus calzoncillos manchados de semen y sus calcetines, los cogí y me los lleve a mi cuarto. El semen aún estaba fresco, así que pase mi lengua por sus calzoncillos mientras olía sus calcetines, me pone mucho oler calcetines usados. Mi polla empezó a crecer y acabé pajeándome, soltando mi semen sobre el calzoncillo de Alex. Cuando terminé me levante y deje la ropa de Alex en la cesta. Volví a mi cuarto y me dormí.

Alex y yo llevábamos un año compartiendo piso, por eso sabía que cuando no follaba con su novia actuaba de esa forma. María, su novia era una chica sensata y bastante recta en lo referente al sexo y a veces no accedía a las proposiciones de Alex, lo que cabreaba a este. Yo descubrí su forma de actuar una noche que estaba levantado viendo la tele y llegó Alex muy cabreado, le pregunté que le pasaba y me explicó que su novia era una estrecha y no había querido chuparle la polla, fue cuando me dijo que se iba a hacer una paja porque sino no podría dormir, y así lo hizo y como esa noche tiró su calzoncillo con la lefa y sus calcetines al cesto de la ropa sucia. Yo los descubrí y ya aquella noche pobré el semen de los calzones de Alex y me pajeé con ellos.

A la mañana siguiente estaba desayunando cuando vino Alex.

  • Hola Alex, parece que anoche viniste cabreado

  • Sí, ya sabes la estrecha de María, voy a acabar dejándola

  • Bueno, eso es cosa tuya, por cierto un tío de mi trabajo me ha preguntado si le podíamos alquilar la habitación que queda libre

  • Creo que es buena idea, así al menos ahorraremos pasta. ¿Lo conoces?

  • Es un buen tío lleva un mes en el trabajo, y está en una pensión

  • Ok entonces dile que venga.

  • Oye, pones tu la lavadora, tengo que marcharme

. De acuerdo, vete tranquilo

Me fui al trabajo y Alex se quedó en casa, ya que entraba atrabajar mas tarde. Por la tarde, llegué con Enrique, que así se llamaba mi compañero de trabajo. Alex no estaba, así que acompañé a Enrique a su cuarto y le ayude a deshacer el equipaje, una vez que ya tenía todo ordenado, me dijo que quería darse una ducha, le indiqué donde estaba el cuarto de baño (solo teníamos uno), y le dije que no se encerrara con llave ya que podíamos tener alguna urgencia y lógicamente mientras se duchaba podíamos entrar, al fin de cuentas todos somos tíos. Él me dijo que por él no había problema, estaba acostumbrado a ver tíos desnudos, ya que jugaba a fútbol.

Enrique se duchó, y se marchó a entrenar, así que cuando se fue, yo me dirigí al cesto de la ropa sucia para ver como olían sus prendas íntimas, efectivamente allí estaban unos boxer blancos con restos íntimos que desprendían un olor fantástico y claro unos calcetines también sudados, no pude evitar la tentación ya que mi polla empezó a crecer, me marché a mi cuarto y empecé a pajearme oliendo la ropa de Enrique, en ese momento llegó Alex y me pilló.

  • ¿Tío, que haces?

  • No lo ves, una paja

  • ¿Y ese calzoncillo y esos calcetines?

  • Bueno, es que la ropa intima me pone mucho, soy un fetichista, qué quieres que le haga – le dije yo

  • Joder, Miguel, también ¿eres marica?

  • Me considero bisexual, no me dan asco las pollas si es a lo que te refieres

  • Ahora comprendo

  • ¿Qué comprendes?, le pregunte yo.

  • Ayer te pajeaste con mis calzoncillos y mis calcetines, ¿verdad?

  • Pues sí, y no sólo ayer, otros días también lo he hecho, ¿cómo lo has descubierto?

  • Al tirar la ropa a lavar, he visto que mi calzoncillo tenía demasiados restos de semen, yo cuando me pajeo no tiro tanto. Por cierto y esa ropa sucia ¿de quién es?

  • De Enrique, el nuevo compañero de piso, se ha marchado a entrenar, juega a fútbol

  • Bueno te dejo, veo que te he cortado, lo siento.

  • No pasa nada, tranquilo.

El incidente con Alex, me dejó bastante preocupado, seguro que tarde o temprano querría irse del piso. Nos habíamos visto desnudos más de una vez, nos habíamos pillado haciéndonos una paja, pero claro, nunca oliendo ropa íntima. Y claro está él no sabía que yo había chupado su semen más de una vez.

Llegó la hora de la cena y en ese momento abrió la puerta Enrique.

  • Perdonar, me entretuve un poco en vestuario hablando con el entrenador. Hola, tú debes ser Alex, Miguel me ha hablado de ti.

  • Sí y tú Enrique supongo, encantado.

Enrique se sentó a la mesa y la cena transcurrió más o menos bien. Al acabar, Enrique lavó la vajilla y Alex se marchó a ver a María. En casa nos quedamos Enrique y yo, vimos la tele un rato y Enrique me pregunto:

  • Te molesta si me quedo en calzoncillos, hace mucho calor.

  • Tranquilo, estás en tu casa, como si quieres ir en bolas, a mi no me molesta

  • Gracias, esto no lo podía hacer en la pensión, lo echaba de menos

Enrique se quedó en calzoncillo, esta vez llevaba un slip, blanco que le marcaba el pene, por lo que podía adivinarse era un pene bastante grande. Enrique moreno con el pelo rizado y tenía bastante vello, vamos que me puse a mil al verlo solo con el slip, porque he de confesar que otra cosa que me pone mucho son los hombres velludos. Alex tenía vello pero el normal, no esa cantidad.

Estuvimos viendo la tele un rato y Enrique se despidió y se marchó a dormir. Yo me quede un rato tocándome pues entre que no pude acabar la paja de antes y ver a Enrique, mi polla estaba con ganas de descargar. En eso llegó Alex, venía otra vez cabreado.

  • Joder, Miguel, ¿otra vez pajeándote?

  • Te recuerdo Alex que esta tarde me cortaste le contesté

  • ¿Y ahora que usabas, la ropa de jugar a fútbol de Enrique?

  • No esta vez mi fantasía iba por otro lado. Por cierto me has vuelto a cortar.

  • Lo siento

  • Y tú ¿qué?, ¿qué tal con María?

  • Como siempre, nada.

  • Entonces, paja y ducha y a dormir

  • No sé la verdad, me apetece pajearme, pero estoy harto

  • Si quieres podemos hacerlo aquí, a lo mejor a la tercera, consigo correrme

  • ¿Me estás proponiendo que me pajee aquí contigo?

  • No me digas que tu adolescencia nuca te hiciste una paja con algún amigo

  • Si, claro, pero ya no soy adolescente

  • Bueno como tú quieras, tú mismo

Alex se marchó, y al poco volvió en calzoncillos.

  • ¿Puedo?

  • Ya sabes que eres bien recibido, anda pasa

Nos quitamos los calzoncillos, la polla de Alex era de unos 17 cm, pero gorda, siempre había soñado con hacerle una buena mamada.

Alex empezó a pajearse lentamente y su polla iba creciendo, yo le miraba mientras también me pajeaba y le dije

  • ¿Quieres que te la chupe?

  • ¿Qué?

  • Que si quieres que te la chupe, total eso es lo que María no te ha hecho

  • Miguel, estás seguro

  • Claro, pero con una condición, cuando vayas a correrte me avisas y lo haces sobre tu calzoncillo

  • Vale como quieras

Me acerqué a él y empecé a besar su polla, que empezó a crecer, cuando ya estaba erecta con mis labios empecé a bajarle la piel mientras con mi lengua le daba golpecitos en el frenillo. Alex, se retorcía de placer. Lentamente comencé a chupar su capullo como si se tratase de un helado pasando mi lengua una y otra vez, baje a sus huevos los besé y los chupé. Alex gemía de gusto, su capullo empezó a crecer, sabía que iba a correrse, me avisó. Entonces saque su polla de mi boca, agarré su calzoncillo que recibió el esperma en tres trallazos, mientras él suspiraba y gemía. Cuando ya terminó le dije:

  • ¿Qué tal?

  • Joder tío ha sido la mejor mamada que me han hecho nunca. ¿Por qué querías echar mi semen en el calzoncillo?

  • Espera y verás

Cogí el calzoncillo y empecé a lamer su semen mientras me pajeaba mi corrida no se hizo esperar, cuatro trallazos de leche blanca y espesa llenaron mi cuerpo llegando hasta la cara, entonces agarré su calzoncillo, me limpié con él y pasé mi lengua de nuevo saboreando la mezcla de su lefa y la mía. Alex no perdió ninguno de los movimientos que hice y se empalmó de nuevo.

  • Joder tío, que morbo, mira como me has puesto

  • ¿Quieres disfrutar otra vez?

  • Tú déjame hacer, te vas a correr enseguida

  • Mientras no me la metas, haz lo que quieras

  • Tranquilo que no te la voy a meter

En mis sueños había pasado la lengua por el culo de Alex muchas veces, por eso le pedí que se pusiera de rodillas y abriera su culo. Mi lengua empezó a recorrerlo, no estaba del todo limpio, lo que me daba más morbo, pasaba mi lengua una y otra vez mientras mi mano masturbaba su polla. Llegué al agujero y metí la lengua, lo llené de saliva, había colocado el calzoncillo lefado de Alex cerca de mi mano y cuando note que se iba a correr lo cogí y se lo puse en la punta del capullo recogiendo todo su semen. Alex quedo extenuado. Le enseñé el calzoncillo y le dije:

  • ¿Quieres probarlo?

  • Hoy no me siento con ganas, pero algún día lo haré. Gracias Miguel. Por todo.

Alex se levantó y se marchó a ducharse y a dormir, yo cogí el calzoncillo y me pajeé con él, mi polla se llenó de su semen y descargó una vez más sobre el calzoncillo. Me levanté, dejé la ropa sucia en la cesta y me acosté.