Compartiendo habitación de hotel con el mazao
Me acoplé a un viaje con los colegas de mi compi de piso y me tocó compartir habitación con un chico con cuerpazo.
Tengo 25 años, vivo con un chico que es mi compañero de piso y no tenía ningún plan que hacer para el verano. Mi compañero de piso, llamémoslo Manu, tenía pensado ir de viaje a San Sebastián en donde yo ya había estado. Era su primera vez allí y se iba con unos amigos de toda la vida. Yo le estuve comentando a qué sitios podrían ir, qué vi que me encantó y le recomendé un par de lugares donde salen fotos espectaculares. Esta conversación salió una noche de verano en la que ambos llevábamos un par de cervezas encima y, no sé si por eso, me dijo que si me animaba a ir con ellos.
Yo: Tío, no los conozco, son tus amigos, ¿qué pinto yo ahí?
Manu: Vente porfa así nos haces un tour que a ti te mola mucho eso, además me has dicho que no tienes planes este verano...
La verdad era que no tenía planes, mis amigos al final se rajaron para un viaje que teníamos planeado, así que poca excusa tenía. Total que le dije que sí, que reservara para mi y yo me encargaba del tour. Como me picaba la curiosidad, le dije que me enseñara con quién iba a ir. Cogió el móvil y tras unos minutos de hablar con un grupo, hace una videollamada con 3 chicos y me presentan y tal. Para mi sorpresa estaban bastante animados a que fuera con ellos pese a que no me conocían de nada... Tras hablar ligeramente con ellos, colgamos y bueno, al menos ya les puse cara. Eran chicos normales, sin más. Mi compi sabía que yo era gay.
Manu: No hay ninguno gay tío, lo siento. Mi colega Rubén no se ha conectado que estaba liado, pero creo que te gustará... jajaja
Yo: ¿Pero no me has dicho que no eran gays?
Manu: Pero el tío está mazao, tiene un cuerpazo, ya verás.
Yo: Enséñame alguna foto cabrón.
Me enseñó fotos y me quedé flipando, el tío tenía un cuerpazo, sin pasarse pero además de cara era muy guapo. Ya me moría de ganas de ir.
Llegó el día de la excursión y quedamos todos en el hotel. Como cada uno vivía en un sitio fuimos en varios coches y nos encontramos en la puerta. Yo fui con mi compi de piso y por el camino le estaba contando un poco el planning que tenía, pero me había olvidado de una cosa. El hotel. De eso se había encargado de mi compi, así que supuse que él había organizado las habitaciones.
Al llegar nos presentamos todos y nos tomamos algo en el bar del hotel y nos conocimos todos. La edad de ellos rondaban los 25-30 años o sea que éramos más o menos de la misma edad. Faltaba el famoso chico que estaba como un tren, pero llegó al ratillo. Tenía 25 años, como yo, pero joder, menudo pedazo de hombre. Llegó con una camisa blanca básica y se le veían unos brazos enormes, acompañado de unos buenos pectorales y qué piernas... Tenía muy poco pelo en las piernas, una barba muy bien cuidada, ojos marrón claros color miel y una sonrisa perfecta. Traía un bañador rojo y muy corto. Yo ya tenía un calor de ver aquel espectáculo...
Se unió a nosotros, y nos presentamos. Se le veía un chico súper bueno y muy tímido. Estuvimos hablando un rato entre todos y me levanté para ir al baño. Para mi sorpresa Rubén me dijo que iba conmigo y me puse un poco nervioso. Durante el camino no sabía qué decirle así que iba callado pensando en qué podía decirle para romper el hielo y conocerle un poco (pese a que estaba fuera de mi alcance). Entramos en el baño y cuando nos estábamos lavando las manos se me ocurre decirle "qué brazos más bonitos tío..." y me responde bastante cortado "gracias jaja" y sale del baño. Me quedé ahí con las manos en el agua pensando en lo tonto que podía llegar a ser. ¿En serio se me ocurre solo decirle eso? Pensará que soy un superficial y me daba miedo que pensara mal de mi sin conocerme. Teníamos que compartir unos días juntos como para que haya mal rollo de primeras... Volví con los demás y vi que estaban todos de pie en la recepción.
Manu: Tío, te ha tocado con Rubén, como estábais en el baño pues hemos hecho sorteo de habitaciones. La compartes con él. Espero que no te importe, es muy buen chaval, de todas maneras lo que sea me dices, es muy cortado, pero ya cogerá confianza.
Yo: Bueno vale, sin problema.
Estaba un poco asustado, estaba de vacaciones como para estar de mal rollo con alguien, pero nada, se podría arreglar. Ese día lo pasamos dando vueltas por la ciudad y les hice un poco de reconocimiento de la ciudad y contándoles qué días íbamos a ir a cada sitio. Todos me preguntaban algunas cosas, pero Rubén no, solo asentía y apenas me miraba. Me planteé decírselo a mi compi de piso, para saber si le había molestado mucho o no, pero dado que yo la había cagado, yo lo solucionaría.
Llegamos un poco cansados al hotel después de cenar, habíamos madrugado todos y habían sido muchas horas de coche, así que era normal. Nos despedimos en la entrada del hotel y cada uno nos fuimos a nuestra habitación. Estaban bastante separadas unas de otras, incluso en pisos diferentes. Nos montamos en el ascensor y los últimos en bajar fuimos Rubén y yo que nos tocó en la 4º planta.
Sin mediar palabra nos metimos en la habitación, y me puse a buscar el pijama. Solo había una cama de matrimonio para los dos, pero era muy grande o sea que no había problema. Era lo más económico. La habitación tenía un baño pequeño, la cama y una TV, nada más. Me di cuenta de que me lo había olvidado. No sabía cómo decírselo porque ya se iba a sumar al comentario de antes y no sabía qué iba a pensar. Me dijo que se iba a pegar una ducha. Le dije que yo iría después. Miestras tanto puse la TV y hacía tiempo mientras Rubén terminaba. Salió de la ducha sin camiseta y con unos calzoncillos CK rojos con la goma superior blanca. Justo yo tenía preparados los mismos en grises. Tenía un cuerpazo, todos los músculos bien marcados. Un cuerpo súper bonito. Evité mirarlo demasiado porque no quería que pensara peor y me metí en la ducha. Cuando salí en calzoncillos me lo encuentro encima de la cama viendo la TV y seguía en ropa interior.
Yo: Rubén tío, me he olvidado el pijama, no quiero que pienses mal, pero ¿te importa si duermo así?.
Rubén: No tío, yo dormiré así igual.
Yo: Guay.
Me metí en la cama que era bastante amplia, no nos íbamos a rozar (por desgracia). Apagamos la TV y nos quedamos un rato mirando el móvil. No me quitaba de la cabeza saber si le etaba cayendo mal o no...
Yo: Rubén, perdona el comentario que te hice antes tío, no quiero que haya mal rollo o algo tío, lo siento mucho. Te habrá comentado mi Manu que soy gay pero no te voy a dar la lata ni nada raro ¿eh?.
Rubén: Tranqui, no pasa nada. Lo del cuerpo me lo dicen mucho y yo la verdad es que paso.
Yo: Me imagino. Es que estoy ahora haciendo ejercicio, llevo como dos meses y estoy con suplementos y demás a ver si puedo desarrollar los músculos pero mi peso sigue sin variar aunque me noto los músculos más tensos, así que supongo que voy bien.
Rubén: Es normal tío, al principio cuesta mucho arrancar y menos si no tienes la complexión. Paciencia y mucho esfuerzo.
Yo: ¿Te puedo hacer una pregunta?
Rubén: Claro...
Yo: Antes te he mirado el cuerpo y...
Rubén: (sonríe)
Yo: Y estás súper marcado, ¿eso es que haces fuerza o son así de serie?
Rubén: Jajaja, a ver al final se te tensan los músculos y es como si fueras haciendo un poco de fuerza pero nada... Además al salir de la ducha con al agua fría los músculos están más tensos. ¿Ahora qué me vas a decir, que quieres tocar?
Yo: (Muerto de vergüenza porque lo estaba pensando). Jajaja... ¿puedo?
Para mi sorpresa se pone de rodillas en la cama, recordad la estampa. Cuerpazo, piel clarita sin ser blanca, pectorales bien puestos, brazos grandes y fuertes y los abdominales marcados (sin hacer fuerza). Solo con los CK rojos que le quedaban ideales. La única luz que teníamos era la de las lamparas que había a cada lado de la cama. Había poca luz pero más que suficiente. Me puse nervioso y me puse de rodillas delante de él. Empezé mirando desde los calzoncillos, se veía una buena herramienta pero igual era por la falta de luz y las sombras estaban jugando conmigo... Mi mirada estaba fija en los abdominales, estaba como embobado aunque de reojo veía que no despegaba su mirada de mi cara, con cara de estar divirtiéndose pero algo serio. De repende me dice "Toca". Entonces puse mi mano izquierda en su costado derecho, y con mi mano derecha puse mi mano abierta en los abdominales. Muy suavemente y muy despacio fui rozando con mis dedos cada músculo, cada uno de los cuadrados que marcaban esa tableta perfecta, me fijé en los oblicuos pero estaban muy cerca de la ingle como para poner la mano. Él no me miraba más que a mi, intentando encontrar mis ojos que estaban perdidos en aquel cuerpo. Yo estaba ya en otro mundo, una vez que mi mano ya había manoseado todo su abdomen subí al pecho, pude notar los cerratos en los costazos y finalmente mis manos estaban en sus pectorales. Sus pezones se pusieron duros. Yo pasaba mis manos muy suavemente por todo el pectoral, sin hacer mucha presión, solo para notar los músculos pero ambos sin mediar ni una palabra. Pasé de los pectorales a las axilas. ël levantó los brazos. Le toqué las axilas, tenía pelo pero muy recortado y eso me molaba mucho. Después los bajó, puse mi mano izquierda en su brazo derecho y con mi mano derecha fui deleitándome en el brazo izquierdo. Ambos estaban igual de fuertes. Él no estaba haciendo fuerza, con lo que yo tocaba los músculos que se marcaban. Sin prisa, muy despacio y muy suavemente. Notaba su mirada clavada en mi cara, pero yo no le miraba. Yo estaba flipando, ni me lo creía, era una fantasía que estaba cumpliendo en ese momento. Adelantó el brazo izquierdo que estaba tocando, lo puso delante de su pecho y lo flexionó. Me puse a tocar cada músculo que se notaba y a apretar para comprobar la fuerza de ese brazo. Finalmente deslicé mis manos hacia arriba por sus brazos hasta llegar a los músculos del cuello; mis manos pasaban por sus hombros hasta su cuello. Después mis manos llegaron hasya su cara, donde estaba esa barba tan perfecta que me volvía loco. Fue entonces cuando nuestras miradas se encontraron.
Rubén: (Girando levemente la cabeza): Joder, en mi vida me han tocado con esa suavidad y con esa delicadeza...
Yo: (Sonrojado): Igual me he pasado de tocar, perdona... (aparté mis manos).
Rubén: Bueno, ¿qué te parece?
Yo: Menuda pasada de cuerpo, tenemos la misma edad y no sé qué he estado haciendo con mi vida.
Rubén: Ejercicio no, desde luego jajaja, mi trabajo me ha costado cabrón. ¿Cuánto llevabas haciendo ejercicio? ¿Dos meses casi? ¿Puedo?
Yo: Claro...
Puso sus manos en mis hombros. Mi piel es blanca, bastante pálida, soy delagado pero mis músculos se notan un poco. No tengo ningún cuerpazo, pero es bonito de ver. En ese momento me di cuenta de que yo iba empalmado, como los calzoncillos (a juego con los suyos) eran grises, yo esperaba que no notara nada, aunque era complicado de disimular. Me mide unos 17cm, no es un pollón, pero no es pequeña, con lo que no se oculta con facilidad. Me fijé en su paquete y parecía que estaba morcillona con lo que no sabía ya qué pensar. Manu me dijo que era hetero...
Empezando desde mis hombros empezó tocando y apretando un poco mis brazos para ver cómo iban los músculos.
- Rubén: Sí tienes los brazos tensos, eso está bien.
Paso a mis pectorales inexistentes...
- Rubén: Esto es lo que más te va costar pero en cuanto cojas peso los notarás. No tengas prisa.
Luego pasó a los abdominales y se puso a toquetear bien.
- Rubén: No los tienes rectos, pero ten saldrán guay en nada, aunque los oblicuos te costará un poco más.
Empezó a tocar los abdominales hasta abajo, yo estaba súper empalmado y no quería que siguiera, pero no era capaz de decir nada más. La tenia de lado pero yo ni miraba mi polla, solo pensba que no se notaría. Se puso a tocar los oblicuos y mi polla estaba a apenas 1cm. Metió ambas manos dentro del calzoncillo para tocar los músculos mejor con demasiada confianza diciéndome "anda, tenemos los mismos calzoncillos... jajaa, pues sí, algo se te marcan...". En ese momento su mano rozo mi polla que estaba ultra dura. Al pasar su mano y rozarme la polla me di cuenta de que estaba muy mojada, con lo que su mano tenía mi líquido preseminal, entonces la saca y sin apartar la mano de mi paquete me dice:
Rubén: Uy...
Yo: Lo siento tío, lo siento mucho, qué vergüenza...
Rubén: Nada, tranquilo... Ah pues la tienes bien, ¿no? Eso con ejercicio no sale ¿eh? La tenemos que tener muy parecida...
Coge su mano manchada de mi precum y se la limpia en sus calzoncillos. Entonces me dijo y noto que está muy empalmado y que sus calzoncillos tienen una mancha redonda de su precum. Entonces se baja el calzoncillo para enseñarme su rabo. Era un poco más grande que el mío, serían unos 18-19 y muy bonita, con su prepucio lleno de precum, recta y acompañada de unos huevos juntos (de estar bien cachondo) y grandes.
- Rubén: También puedes tocar...
Yo estaba flipando, pero no me lo pensé. La agarré con mi mano derecha y la apreté un poco. Bajé la piel hasta abajo y al subirla una gota enorme desbordó de su glande y llegó a mi mano. Me cogió mi mano, y se la llevó a su boca. Pasó su labios por su precum y pude ver como sus labios brillaban con su preseminal. Ël no dejaba de mirarme, yo era incapaz de hacer nada, así que de acercó a mi despacio y me besó. Un beso súper pasional en el que pasó todo su precum a mi boca. Fue increíble. Entonces se separa de mi, se tumba boca arriba y me dijo "ven" con un gesto de su cabeza.
Me puse sobre él, me quitó los calzoncillos y sentado sobre su pecho estuve un buen rato besándole. Besaba como los dioses, y mientras tanto me acariciaba el cuerpo con sus manos y me agarraba la polla para pajearme. Mis manos estaban enterradas en su barba. Me tenía muy cachondo y mi pollas estaba pringándole el cuerpo, pues cada vez que mi polla goteaba él se lo limpiaba en su cuerpo. Yo estaba cumpliendo uno de mis sueños sexuales.
Estaba muy cerca de correrme, pero quería alargar ese momento, así que me separé de sus labios y fui lamiendo desde su cuello hacia abajo. Me topé con sus pezones llenos de mi precum y fui bajando besando los abdominales hasta su enorme rabo. Estaba muy mojado, tanto el rabo como los alrededores. Me metí la punta en la boca, relamiendo bien todo el precum, pero suave, tal y como a mi me gusta que me lo hagan. Le veía la cara y estaba flipando, sus manos estaban en mi cabeza y me acariciaba con mucho cuidado y eso me ponía muchísimo. Tras meterme casi esos 18-19 cm en la boca no podía parar de comérmela. Notaba que estaba a punto de caramelo, entonces me paró.
En un movimiento muy rápido me puso boca arriba, me besó intensamente y se dedicó a comerme el cuello mientras me pajeaba con su enorme mano, con la presión justa y la frecuencia perfecta. A mi me tenía loco comiéndome el cuello... de repente, baja al rabo y tras lamer solo con la lengua la punta de mi prepucio, pasa a meterse todo mi rabo en la boca, entero. Yo estaba que no cabía en mi, pero me faltaba muy poco y le avisé. Entonces se la saca de la boca y me dice "¿dónde te quieres correr?". Y le dije "en tu cuerpo, porfa".
Volvemos a la posición de antes, él boca arriba y yo encima. Y me dice "haz que me corra antes o lo haces tú, tú mandas". Puso sus brazos detrás de su cabeza y me dejó encima de él para que hiciera lo que quisiera. Me agarré al rabo, me lo metí en la boca y lo pajeaba mientras le comía la punta. Me avisó de que estaba casi, seguí un poco más y me la saqué justo a tiempo. El primer trallazo de leche pasó por mi boca, el siguiente llegó hasta su cuello, y los 6 restantes pasaron por sus pectorales y sus adominales. Menuda corrida... Tenía el cuerpazo lleno de semen, respirando fuerte, los músculos tensos y mirándome con una cara de placer que nunca olvidaré. Sin soltar su rabo seguí pajeándome y en nada me corrí, el primer lefazo acabó en su barba, y los demás fueron por todo su cuerpo... Él estaba hasta arriba de leche, me agarró de los brazos y me pegó a su cuerpo haciendo que me pringara entero y me abrazó, haciendo yo lo mismo. No sabía qué hacer, pero estaba muy agusto y me quería dormir ahí mismo. De repente me susurra al oído, "me ha encantado tío". Le dije que a mi también, nos levtamos muy despacio y nos fuimos a la ducha, nos duchamos juntos sin que pasase nada más. Al salir, sin ropa interior nos metimos en la cama, agotados y sin decir nada.
Tenía un poco de frío y me encojí un poco en la cama, sin saber qué pensar ni qué decir, pero mi rabo era incapaz de volver a su tamaño original. De repente me abraza por la espalda, me da un beso entre los homoplatos y me dice "buenas noches". Y así nos quedamos dormidos...
El resto de los días, su trato públicamente conmigo era más o menos el del principio, hablábamos un poco, pero sin mucho más. Sin embargo, las noches eran una locura en esa habitación cuando repetíamos el ritual y terminábamos bien llenos de leche.