Compartiendo el calor de nuestros cuerpos
Mi madre me pide dormir con ella para no pasar frió.
Todo sucedió una muy fría noche de invierno. Mi madre y yo nos encontrábamos solos en el departamento como de costumbre viendo televisión. Ella madurita de 49 años con uno de esos cuerpos que cualquiera quisiera follarse . Mide 1.65, caderona, con un culo paradito y con bastante carne para agarrar, unas piernas bien definidas, pechos bastantes grandes aunque algo caídos por su edad, su piel morena clara y su cabello castaño claro. Su rostro ya evidencia algunas marquitas por su edad pero fácilmente se le podría calcular diez años menos. En cuanto a mi solo diré que soy un joven de 19 años.
Continuamos en la sala hasta que mi mamá se levanto.
- Creo que será mejor irnos a dormi
r. Hace bastante frio y no quiero resfriarme.
Y no mentía cuando dijo que tenía frio, sus pezones se marcaban a través de su bata de dormir. No puede evitar verlos fijamente mientras ella esperaba una respuesta de mi parte.
Ok, además no hay nada interesante que mirar.
Pues parece que te está gustando lo que ves.
En ese momento salí del trance en el que me tenían sus pechos, me sonrojé y aparté la mirada.
-
Jaja
, vale tranquilo, a veces se me olvida que ya eres un hombrecito.
Vas hacer que me apene más, mejor vámonos a acostar.
Muy bien pero quisiera que me hicieras un favor. ¿Qué te parece si esta noche duermes en mi habitación?.
¿Segura?
Claro, me parece que los dos estaremos más calientitos si dormimos en la misma cama.
Bueno
Caminé detrás de ella hacia su habitación. Mi mirada se clavó en el filo de su bata por el cual se asomaba parte de su culo con el contonear de sus pasos . Que magnífica mujer, aun no puedo comprender como mi padre la pudo haber dejado.
Al llegar a su recamara me senté en una orilla de la cama para poder quitarme el pantalón de una forma discreta pero mi madre sin mayor pudor procedió a quitarse la bata frente a su cajonera que se encontraba frente a mi. Desnuda se puso a buscar algo de ropa en sus cajones, tomando una blusa negra, de tela muy ligera y semitransparente. Mientras eso hacia, su culo se movía a medio metro de mi cara , ya se imaginarán la empalmada que me ocasiono esa panorámica. Mi madre siguió vistiéndose relajadamente, deslizando el blusón hasta que cubrió miserablemente su culo y colocándose unas bragas negras.
Por más frio que haga no puedo dormir con ropa muy gruesa. ¿Espero que no te incomode eso?
No, para nada. Igual yo tengo que dormir en
boxer
para sentirme cómodo.
- Ya sabes a quien te pareces.
Al voltear dejó al descubierto sus oscuros pezones que coronaban la punta de sus pechos. Su blusón no dejaba nada a la imaginación, toda su hermosa figura se transparentaba a través de él. Estaba tan distraído que no me importó tener una tremenda carpa en mi
boxer
.
- Vaya, parece que andas muy inquieto esta noche.
Bajé la mirada hacia mi paquete, estaba a punto de salirse del
boxer
. Rápidamente tomé el edredón y me metí debajo de él.
Perdón, es que...
Tranquilo, parece que esta noche no pasaremos
frió
.
Después de estas palabras mi madre apagó la luz y se metió conmigo a la cama. Se acercó bastante a mi, a pesar de que la cama era matrimonial y ambos podíamos tener nuestro espació. Su culo estaba como a unos centímetros de mi erecta verga , me sentía un poco incomodo por la situación así que me recorrí hacia atrás para evitar cualquier roce. No habían pasado ni diez minutos cuando...
Bebé, tengo frio ¿me podrías abrazar por favor?
Pero...
Anda, el punto de esto era que nos calentáramos mutuamente.
No podía negarme, me acerqué de nuevo y le crucé un brazo por la cintura. Trate de pegar mi torso a ella pero manteniendo lo más lejos posible mi v
erga de ella pero mis intentos fueron en vano porque mi mamá fue recorriendo su culo hasta que quedamos en la posición de cucharita. Mi verga quedó justo en su raja y sentí claramente como se frotó contra ella durante unos segundos. Las cosas se estaban poniendo muy raras pero eso no significaba que no me estuviera gustando. Sentía una sensación en mi estomago que no puedo describir.
Pasó media hora en la que ninguno de los dos hizo ningún movimiento. Parecía que mi mamá ya estaba dormida pero yo estaba demasiado acelerado para si quiera cerrar los ojos. Metí mi cabeza en su cabello y respiré profundamente. Al momento de exhalar en su nuca mi madre suspiró y posó su mano sobre la mía. Me puse un poco tenso, ella seguía despierta y había sentido mis respiraciones pero no la habían molestado. Dirigiendo mi mano con la suya fue acercándola poco a poco a sus pechos . Al posarnos sobre uno apretó su mano sobre la mía y entre pequeños gemidos...
-
Mmmm
... vamos bebé, mami necesita que la frotes.
Cuando soltó mi mano me quedé perplejo, MI MADRE ME ESTABA PIDIENDO QUE LA MANOSEARA . Por un momento dude, pero ella comenzó a frotar nuevamente su culo contra mi. Estaba al cien, todo parecía un sueño del cual iba despertar en cualquier mo
mento
. Pero su culo continuaba frotándose contra mi verga, acumulando un sin fin de sensaciones dentro de mi. Era un hecho, eso no era un sueño. Mi mano continuaba aferrada a su pecho, podía sentir su duro pezón debajo de mi palma. Me decidí por fin y comencé a masajear su pecho de forma circular. La mano de mi mamá bajó a su coño y comenzó a frotar su clítoris. DIOS, SE ESTABA MASTURBANDO MIENTRAS YO LA TOCABA.
-
Haaaa
.... sigue, no pares bebé
Por la forma en que sus gemidos se multiplicaban parecía que estaba a punto de venirse pero de repente se detuvo, tomó mi mano y la quitó de su pecho. Yo creía que se había acabado la di
versión
, que mi madre había entrado en si y que le iba poner un alto a esto pero me equivoqué la fiesta apenas comenzaba. Mi madre se giró, quedando ambos de frente viéndonos a la cara. Un poco de cabello cubría su rostro pero aun así lograba ver algunas gotitas de sudor que se deslizaban desde su frente. Su mirada estaba llena de lujuria y entre jadeos...
- Te dije que estaríamos más calientes juntos. Lo bueno es que ya eres todo un hombre para poder calentar el cuerpo de mamá .
Después de decir estas palabras su mano se deslizó dentro de mi
boxer
y con un movimiento suave
comenzó a acariciar mi verga. Mi respiración se aceleró, sentía que en cualquier momento iba a descargar en la mano de mi mamá a pesar de que apenas si me estimulaba pero el morbo de que fuera ella quien lo hiciera era lo que me excitaba. Esa barrera que mi madre estaba rompiendo entre lo que se considera moral e inmoral, el tabú
del incesto , era lo que al parecer a ambos nos estaba causando tanto placer. ¿Y por qué negarnos a ello?. Ella llevaba mucho tiempo sola sin alguien que saciara su voluptuoso cuerpo y yo estoy en la edad en la que a cada hora se me empina. ¿Por qué no saciar nuestro deseo juntos? ¿Por qué somos madre e hijo?. Por favor, basar nuestro comportamiento en unos cuantos discursos de hace más de dos mil años me parece estúpido. Lo único útil de esa moral es que volvía más excitante la situación.
Mi verga se hinchó a un más y comenzaba a ser más notorias sus palpitaciones.
-No bebé, no vas a desperdiciar toda esa rica lechita. Yo siempre te la di directo de mis pechos cuando eras un pequeño y ahora yo la necesito.
Terminó por sacar mi verga del
boxer
encajándose esta en su pubis. Sus bragas eran de una tela delgada y podía sentir en la cabeza de mi pene el vello que cubrían. Su mano volvió a tomar la mía pero esta vez me dirigió hacia su sexo. ¡MI MADRE ESTABA MOJADISIMA! . Sus jugos ya habían saturado a tal punto sus bragas que estos empezaban a escurrir por sus muslos. Su vagina estaba rogando que la penetrara. Tomé sus bragas y tiré lentamente de ellas hacia abajo, rozando con mi mano la suave piel de sus piernas. Con un movimiento final mi madre se desembarazo de ellas, ahora nos encontrábamos con nuestros sexos al descubierto, frente a frente y sin nada entre nosotros más que un deseo enorme por consumirnos en nuestra "depravación".
Mi madre siguió con la iniciativa, tomó mi verga entre sus dedos y comenzó a frotarla contra ella, primero contra el tupido vello de su pubis para ir bajando hasta llegar a sus húmedos labios y a su clítoris. La pequeña cereza estaba hinchada y puedo jurar que sentía sus palpitaciones si no es que las estaba confundiendo con las de mi verga. Se estimuló largo rato de esta forma, sus gemidos creo que se escuchaban por todo el departamento. Después de alcanzar dos orgasmos se detuvo.
-
Mmmmmmmm
.... es tiempo de que vuelvas a donde surgió tu vida bebé
Sin más clavó mi verga en su húmeda vagina . Estaba tan húmeda y apretada a pesar de su edad, supuse que llevaba un buen tiempo sin follar. Comencé
el movimiento de dentro hacia fuera, los chasquidos de sus jugos junto con nuestros gemidos fueron lo único que se escucharon por un rato. Con una mano la tomé por el culo para hacer más presión hacia mi. Ella hizo lo mismo después de remover el edredón que cubría nuestros cuerpos. Al fin podía ver su hermoso cuerpo iluminado por la luz que entraba por la ventana. Sus pechos se movían con el vaivén de mis penetraciones y sus pezones
se
mostraban aun duros pero ahora no era por el frio si no por la excitación de nuestro acto. Mi madre notó mi mirada sobre sus pechos y con su mano libre subió su blusón hasta dejarlos libres.
¿Quieres volver a mamarlos bebé?
Si mamá, quiero chuparlos toda la noche
No solo lo harás esta noche, desde ahora siempre que quieras puedes hacerlo
Así jamás me voy a querer separar de ti mamá
Y no va ser necesario, para que buscar afuera lo que tu mami siempre estará dispuesta a darte
Te amo mamá
Yo a ti bebé
Mis labios se prendieron alrededor de su pezón, era tan deliciosa esa sensación que me producía volver a chupar esas tetas después de tanto tiempo. Mi lengua jugueteaba con la punta de sus pezones mientras mi verga era engullida por su sexo. La sábana debajo de nosotros se encontraba mojada por nuestro sudor y las continuas venidas de mi mamá que parecía una fuente cada vez que alcanzaba el orgasmo . Entre toda esta combinación de fluidos nuestros cuerpos se revolcaban, nuestras bocas solo se separaban por los fuertes gemidos de mi madre y nuestras lenguas recorrían cada centímetro de la otra como si se trataran de dulces. Volvíamos a ser uno solo como cuando ella estaba embarazada de mi solo que el lazo que ahora nos unía era el deseo, el regocijo que encontrábamos en la carne del otro.
- AAAAAHHHH... SIGUE BEBÉ... POR FAVOR... NO PARES... MAMI NECESITA DE TI.
- ME VENGO MAMÁ
- VENTE DENTRO DE MI... NECESITO TU LECHE CALIENTE DENTRO DE MI
Estas palabras terminaron por liberar mi semen dentro de su vagina. Por lo que sentí fueron más de cinco chorros los que inundaron su interior. A la mitad de estos y con un grito de placer mi madre libero un chorro más de sus jugos pero ahora combinado con mi venida. La combinación de fluidos bajó por mis testículos y termino su recorrido en la sabana . Saqué mi verga de ella y me coloqué boca arriba. Todo el cuerpo me hormigueaba, me sentía en otro mundo. Mi madre en posición fetal acariciaba mi cuerpo, al llegar a mis testículos se percató de que estaban empapados y con un movimiento suave bajo hasta ellos. Su lengua recogió todo los fluidos y a manera de cierre succionó mis bolas. No puedo describir la maravillosa sensación que me ocasiono esto. Si el sexo es bueno, el incesto lo vuelve incomparablemente mejor.
Me encanta nuestro sabor bebé
¿Entonces continuaremos con esto?
Claro, después de esto no podría vivir sin tu leche bebé
Tengo mucha para ti mami
Para la próxima la quiero directo en mi boca
Y así, acostados sobre nuestros fluidos y con el olor a sexo flotando en la habitación nos quedamos dormidos compartiendo el calor de nuestros cuerpos .