Compartiendo a mi mujer (de vacaciones en Mallorca

Unos día de vacaciones que aprovechamos para conocer a una pareja a la que habíamos conocido en un chat

Compartiendo a mi mujer (de vacaciones en Mallorca)

Como todos los años, solemos dejar a los niños e irnos unos días de vacaciones y relax. Siempre buscamos lugares donde a parte de sol y playa, haya otro tipo de alicientes como paisajes, gastronomía y diversión. A través de una página swinger solemos contactar con otras parejas para quedar, conocernos y si hay feeling disfrutar de una noche de juegos sexuales. Así lo hicimos y contactamos con una pareja de la zona.

Llegamos al hotel a media mañana, dejamos las cosas y nos fuimos a una playa nudista, tuvimos que caminar un buen rato hasta que encontramos un sitio junto a otras parejas que tomaban el sol en pelotilla. Instalamos la sombrilla, extendimos las toallas, nos quitamos la ropa y nos fuimos al agua para aliviar el calor de la caminata.

Al salir nos secamos al sol y echamos un vistazo a nuestros vecinos: al lado derecho había una pareja de extranjeros un tanto recatados pues, si bien tomaban el sol desnudos, cuando iban al agua se vestían, una pena porque ambos tenían un cuerpazo; al lado izquierdo había dos parejas totalmente desinhibidas que jugaban a las palas, corrían y se bañaban luciendo unos cuerpazos estupendos que no pasaron desapercibidos para nosotros, pues varias veces comentamos lo buenísimos que estaban.

Entre baño y baño y con los calentones que cogía cada vez que ponía crema en el cuerpo desnudo de Carmen pasamos el día, hasta que, sobre las 7 de la tarde, nos fuimos al hotel. Al llegar, llamamos a Caty y Luis y quedamos en un local del paseo marítimo para tomar unas copas después de cenar.

A la hora acordada nos encontramos con la pareja, nos presentamos y pedimos unos mojitos. Caty era un mujer de unos 40 años muy bien cuidada, media melena  rubia rizada,  llevaba pantalones cortos luciendo unas piernas estupendas, sandalias que permitían ver unos pies preciosos arreglados con manicura francesa y una pulsera en el tobillo y una camiseta a través de la cual se adivinaban unos pechos no muy grandes pero bien colocados, y sin ser ningún bellezón tenía unos ojos azules preciosos y una sonrisa muy simpática. Por su parte Luis tenía más o menos la misma edad que Caty, era guapete, deportista y se adivinaba un cuerpo atlético.

Después de romper el hielo y tomarnos otra ronda de mojitos, nos fuimos a un pub, no había mucha gente pues aún era temprano, ellas se sentaron en unos taburetes junto a una mesa alta, situada en una esquina bastante discreta, mientras Luis y yo permanecimos de pie y fuimos a buscar unas copas. Al regresar, ellas charlaban alegremente, yo me puse al lado de Caty y Luis junto a Carmen a la que nada más llegar besó en la mejilla y en el cuello arrancándole una sonrisa. Caty yo brindamos con nuestras copas mientras nos mirábamos fijamente a los ojos. Estábamos a gusto y la noche prometía.

Cada vez más relajados y entre risas, lo que al principio eran simples roces o carantoñas se fueron tornando toques más sensuales. Me encantaban las piernas y los pies de Caty, y mientras le acariciaba la piernas y besaba su cuello, le contaba al oído lo mucho que me gustaban y cuanto me gustaría lamerle los dedos del pie. Luis cogía a mi mujer por la cintura y miraba las tetas de Carmen separando la parte superior del vestido y nos decía: “tiene unas tetas estupendas, y los pezones parecen gominolas, me los voy a comer enteritos”

Acto seguido se colocó delante de ella para que el resto de personas del local no viese nada, Caty y yo observábamos como Luis, con cara de salido, empezó a pellizcarle los pezones por encima del vestido, Carmen por su parte tenía su mano izquierda en la nuca de Luis y con la derecha le sobaba el paquete, Luis introdujo sus manos por debajo de la blusa y jugaba con las tetas de mi mujer, así estuvieron un rato mientras yo metía mano a Caty, que entre pequeños respingos no perdía detalle de la escena, me comentaba lo guapa que veía a Carmen y la suerte que tenía de tener una mujer como ella.

Pasados unos minutos y salidos como motos, Luis propuso ir a tomar algo a su casa, en el camino Caty y Carmen se sentaron en el asiento de atrás y mientras Luis y yo charlábamos, ellas se besaban y metían mano. En unos 5 minutos llegamos a una casa rural, aparcamos el coche y nos condujeron al sótano, nos enseñaron un salón que tenían estupendamente preparado para fiestas, pues había varios ambientes, una estupenda barra de bar, varios sofás, una pequeña pista de baile, un jacuzzi, dos cuartos anejos con colchones y varios armarios empotrados. Apagaron la luz principal y encendieron las luces de ambiente, pusieron música y nos sirvieron unas copas.

Al correr las cortinas apareció un amplio ventanal que daba salida a un jardín con piscina al borde de un acantilado desde el que se veían las luces del pueblo y las de los barcos en el mar.

Después de comentar lo bien que lo tenían todo, nos sentamos en uno de los sofás con forma de ele. Caty se quitó la camiseta, y el pantalón, tenía un cuerpazo y estaba guapísima con unas braguitas blancas de encaje que realzaban su moreno, se puso de rodillas en el sofá y empezó a morrearme mientras me desabrochaba el pantalón, sacaba mi polla y me pajeaba, yo con una mano sobaba su culo y  acariciaba su espalda y con la otra acariciaba sus pechos, se sentó encima de mis piernas lo que aproveché para dedicarme a sus tetas, lamía sus pezones y cuando los mordisqueba se estremecía, al poco bajo al suelo y empezó ha hacerme una mamada, esto permitió que pudiese ver la escena de nuestras parejas.

Carmen totalmente desnuda estaba sentada en el sofá con los pies en el borde y la espalda apoyada en el respaldo, lo que permitía a Luis tener una estupenda visión tanto de su coño como de su ano, le metía varios dedos por ambos agujeros y los movía a gran velocidad, Carmen se pellizcaba los pezones y daba fuertes gemidos: así, ahhhh, así, sigue, sigue, así, ahhhhh. Estaba disfrutando tenía una preciosa cara de vicio.

Yo sabía que no le quedaba mucho para correrse  de repente separó las manos de sus tetas abrió los brazos en cruz, se agarró al sofá, arqueó su cuerpo y empezó a gritar ahhh , si, así, sigue, así, sssssssiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, mientras se oía un chof chof chof provocado por las embestidas de Luis y la gran cantidad de flujo de Carmen cuando se corre.

Tras suspirar un par de veces se abrazó a Luis y le dio un morreo mientras cogía su polla y le pajeaba. Acto seguido  se puso de rodillas en el suelo y empezó a comérsela mientras acariciaba su culo y sus huevos, Luis con las manos en la nuca la miraba y movía las caderas follándole la boca, hasta que la izo levantar y tras decirle algo desparecieron de la sala.

Yo por mi parte, al acabar el espectáculo, me centré en Caty a la que tumbé en el sofá, me dediqué a acariciarla, y tras lamerle los los piés ascendí por sus piernas acariciándolas y besándolas, llegando a su coño totalmente depilado, tenía unos labios grandes y un clítoris enorme, me dediqué a lamer y a jugar, estaba muy excitada pues gemía, daba respingos y estaba empapada, me cogió de la cabeza y besó mi boca con sabor a mujer, me dijo que esto le gustaba mucho y después de lamerme sus flujos, me izo bajar varias veces para repetir la operación y me dijo que quería hacerselo con Carmen.

Nos levantamos y fuimos a buscarlos, fue facil encontrarlos pues los gemidos de Carmen se oían con facilidad. Entramos en una de las habitaciones y vimos a Carmen esposada de pies y manos con brazos y piernas en cruz, Luis tenía un látigo y se dedicaba a jugar con Carmen, le daba golpecitos en los pezones, recorría su cuerpo, le metía la punta por la vagina y se lo llevaba a la boca, Carmen sacaba la lengua y se relamía con sus propios flujos que se veían bajar por las piernas.

Caty se acercó a ella, la besó acarició su cuerpo, lamía sus pezones, acariciaba su clítoris, le introducía los dedos y los lamía, se metía los dedos en su coño y se los daba a lamer a Carmen, la excitación de ambas era bestial, sobre todo de Carmen que en aquella postura se encontraba indefensa y a merced de la voluntad de Caty.

Luis y yo que observábamos sin perder de talle y a tope de calientes decidimos intervenir, soltamos a Carmen y caímos en el colchón metiéndonos mano y mientras Caty estaba tumbada boca arriba comiéndole la polla a Luis, Carmen de rodillas le comía el coño a Caty y yo me follaba a mi mujer, hasta que primero yo en el coño de Carmen y luego Luis en la boca de Caty nos corrimos, lo que aprovechó Carmen para besar a Caty y compartir la corrida de Luis.

Después nos levantamos y nos dimos un baño en la piscina, Luis desapareció y al regresar trajo unos canapés y una botella de cava. Bromeábamos y reíamos relajados mientras reponíamos fuerzas. Carmen se me acercó me abrazó por detrás y empezó a meterme mano, se hizo el silencio y Luis fue en busca de Caty, al poco todos estábamos metiéndonos mano y otra vez dispuestos para otra sesión, yo sujetaba el cuerpo de Carmen para que quedase fuera del agua mientra me dedicaba a comerle el coño y Caty estaba sentada el borde de la piscina sufriendo la misma suerte que Carmen. Con las idas y venidas acabamos tropezando con Luis quien al percatarse besó a Carmen y empezó a sobarle las tetas, Caty que no quería perderse la fiesta se lanzó al agua, vino hacia mí, me cogió la polla y empezó a masturbarme, solté a Carmen y me dediqué a Caty, sentía su piel resbalando junto a la mía, la puse contra la pared y empezamos a follar.

Carmen y Luis habían salido del agua, Carmen sentada en una hamaca se acariaba el coño mientras tragaba entera la polla de Luis quien cogiendola por la cabeza realizaba un movimiento de mete saca, me puse super cachondo y empecé a follar a Caty con fuerza quien había cruzado sus piernas alrededor de mi cuerpo ayudándome en las embestidas. Mientras Carmen se había recostado en la hamaca y se cogía las piernas por los tobillos ofreciendo a Luis los dos agujeros, este bajo y empezó a comerle los bajos mientras, por el movimiento se intuía que la follaba con la mano.

Yo estaba a punto de correrme, así que propuse a Caty salir del agua y unirnos a ellos, Caty se colocó encima de Carmen colocando el coño a la altura de su boca, y yo de pié frente a Caty mientras esta me la mamaba, con una mano me masturbaba y con la otra introdujo un dedo en mi ano me miró con la boca llena de mi polla, buscando aprobación la cual le di mirándola y poniendo cara de placer. Luis tenía las piernas de Carmen en los hombros y la follaba con fuerza, oyengo los gemidos de Carmen ahogados por el coño de Caty quien al poco se levantó y se puso en posición de 69 con Carmen, Luis sacó su polla y empezó a masturbarse viendo la escena, yo por mi parte empezé a follarme a Caty sintiendo de vez en cuando como Carmen me comía los huevos, al poco Caty empezó a gemir y convulsionarse hundiendo los dedos en los muslos de Carmen  se corrió frotando su coño contra la boca de Carmen.

Cansada por la posición Caty se levantó y se acerco a dar un trago de cava, yo aproveche para sentarme en la hamaca, e hice que Carmen me follara mirando hacia Luis que seguía pajeándose, Carmen lo cogió por las caderas y empezó una felación, al poco saca mi polla y se la introduce en el culo, apoyando los pies al borde de la hamaca y ofreciéndole el coño a Luis quien empezo a follarla.

Aquello era una sinfonía de gemidos y ruidos sexuales de todo tipo. Caty se había acercado a ver la doble penetración y se masturbaba viendo la escena. No duró mucho pues Luis que tenía más movimiento que yo sacó la polla y empezó a pajearse delante de su mujer quien se arrodilló a la altura de su pene, que empezó a soltar leche manchándole la cara.

Yo que ya no podía más, enganché a Caty por detrás y cogiéndola por la caderas empecé a follarla con fuerza hasta que me corrí viendo como Luis y Carmen abrazados nos miraban y sonreían.

Después de darnos un baño, pasamos a la sala, charlamos alegremente, terminamos los canapés y el cava nos vestimos y Caty nos acompañó al hotel, nos despedimos quedando para vernos en otra ocasión, a mi me dio un besito en la boca pero a Carmen le dio un morreo de campeonato.

Estabamos reventados pero todavía sacamos fuerzas para corrernos una juerga particular.

Es un hecho real, si les gusta o quieren conocer algún detalle escribanos.