Compartiendo a mi mujer (con Javier)
Me gusta ver a mi mujer follar con otras personas y con Javier, ya hacía tiempo que a mi mujer le gustaba.
Compartiendo a mi mujer (Con Javier)
Hace años que nuestra vida sexual evolucionó, desde la típica relación de pareja hacia formas mucho abiertas y liberales. Todo empezó con comentarios y mutuas fantasías mientras hacíamos el amor, poco a poco fuimos introduciendo variantes y juegos sexuales, hasta que nos decidimos a conectarnos a internet y buscar otras parejas para practicar intercambio.
Conocimos a una pareja bastante mayor que nosotros pero muy simpáticos y agradables con quien llegamos a tener algo más que simples relaciones sexuales. En nuestro primer encuentro quedamos en una cafetería donde, aparte de ellos, había otra pareja. Después de tomar algo y romper el hielo, nos llevaron a una macro fiesta en un chalet privado, donde habría alrededor de unas 100 personas. Lo cierto es que en esta primera aventura, a pesar de estar muy cortados, empezamos a hacer realidad nuestras fantasías y fue el comienzo de nuestra vida liberal.
Una de las cosas que mas me calienta es ver a mi mujer follando con otros hombres, lo que ya había vivido en las múltiples fiestas a las que habíamos ido. Pero en una de ellas, en la que Carmen estaba con un chico algo más joven que ella, la vi super excitada, la noté diferente a otras ocasiones. Yo estaba a lo mío y no dije nada hasta llegar a casa a altas horas de la madrugada. Así, mientras acabábamos de desfogar nuestro apetito sexual, siempre lo hacemos después de una fiesta, le pregunté por Javier, así se llamaba el chico. Me dijo que ya lo conocía pues era un compañero de trabajo y que en varias ocasiones le había tirado los tejos, que le gustaba y que cuando se vieron en la fiesta pues..... dieron rienda suelta al morbo acumulado.
Pasaron meses hasta que coincidimos de nuevo en otra fiesta y volvió a ocurrir lo mismo. Lo normal cuando vamos de fiesta es que cambiemos con frecuencia de compañero sexual, pero ellos estuvieron toda la noche juntos. Al acabar la fiesta y de camino a casa le pregunté que tal lo había pasado y me confesó que le gustaba mucho estar con Javier y que le había propuesto quedar una noche ellos dos solos. Por su tono, entendí que me estaba pidiendo permiso, así que le dije que lo hiciera, que quedasen una noche, me dijo que no, que si yo no estaba no quería quedar con nadie, pero no era cierto.
Pasados unos días, a través de unos amigos que me dieron el teléfono de Javier, lo llame hablé con el un rato y quedamos que la llamaría, que ya me encargaría yo de convencerla.
Así fue, días más tarde alguien llamó por teléfono, Carmen se fue a la cocina para hablar mas desinhibida, estuvo hablando unos diez minutos, la veía contenta y la oía reír. Al terminar volvió al salón sin decir nada. Al cabo de un rato le pregunté quien era y que pasaba que se reía tanto. Me contó que era Javier que la había llamado para invitarla a cenar. Tras unos instantes de silencio, la animé a que fuese diciéndole que no pasaba nada, que sabía que se llevaban bien y que a mi no me importaba.
No tuve que insistir mucho, porque al cabo de un rato estaba llamándole por teléfono. Hablaron unos 5 minutos, y después se fue al ordenador para chatear con el.
Pasados unos minutos, bajé al cuarto del ordenador, Carmen se había quitado la camiseta y mostraba su cuerpo a través de la webcam, al verme no se inmutó, quizá para no advertir a Javier de mi presencia. Al otro lado estaba Javier que mostraba su cuerpo desnudo. Era un tío con un cuerpo normal, quizá algo entrado en carnes, muy peludo, salvo su sexo rasurado, con una polla bastante grande que lucía totalmente empalmada y mojada de líquido preseminal.
Carmen, por su parte se acariciaba el clítoris y se pellizcaba los pezones. Como podeis imaginar, al ver la escena me puse super cachondo pero los deje hacer.
Mientras se masturbaban, se escribían todo tipo de obscenidades, la cosa iba a más, de tal forma que ahora sólo se veía la polla de Javier quien con una mano se pajeaba y escribía con la otra, mi mujer por su parte, unas veces se follaba con 4 dedos, alternando el coño con el culo, estaba excitadísima y tenía la silla mojada por sus flujos, cuando no escribía, con la mano libre, aprovechaba para pellizcarse los pezones o meterla en el coño y enseñarlsela totalmente empapada. Carmen le pidió que se metiera un dedo por el ano, Javier sin soltar la polla se introdujo primero un dedo, luego 2 y hasta 3, follándose y pajeándose al mismo ritmo, no tardó en soltar un estupendo chorro de leche que se llevo a la boca, jugando con la corrida y su lengua.
Carmen al ver la escena le llamó por teléfono y le dijo que quería que oyese como gemía mientras se corría, puso el manos libres, se introdujo un par de dedos de la mano izquierda en el ano y 4 en el coño, así, mientras se follaba empezó a decir “así fóllame duro”, “rómpeme el culo” así... fuerte...así.... ahhhjjjjjjhh....
Después de chatear un rato, Carmen le dijo que le gustaba estar con él, que lo pasaba muy bien y que tenía muchas ganas de que follasen juntos, pero que de quedar solos nada.
Javier contestó que no había problema, que de todas las mujeres de las fiestas la que más le gustaba era ella y que no había ningún problema en que quedásemos los tres, que además era bisexual y que yo también le gustaba.
Así las cosas quedaron para el viernes sobre las 21 para ir de cenita.
El viernes por la tarde, Carmen se preparó para la noche, se depiló, se duchó y como era verano eligió un conjunto negro de lo más provocativo, una minifalda bastante corta, y una camiseta muy ajustada y escotada, su particular forma dejaba ver los hombros y la espalda, y se puso unas diminutas braguitas que apenas tapan la rajita del chocho.
Tras aparcar llegamos a un pub donde al lado hay un local de comida informal, cálido, con luz tenue y bastante discreto. Tomamos unas cervezas mientras separábamos a Javier que no tardó en llegar, nos dimos la mano y ellos dos besos en la mejilla, acabamos la cerveza y nos fuimos al restaurante, Carmen se sentó en la cabecera, y Javier y yo a su lado, uno enfrente del otro. Durante la cena hablamos de cosas triviales, riendo bebiendo y contando chistes. Al llegar a los postres, aparentando naturalidad e inocencia, Carmen nos acariciaba las piernas, pero todos sabíamos por qué estábamos allí, así que el más lazado fue Javier que empezó a acariciar y magrear el muslo de mi mujer, se levantó, le dio un morreo y movió su silla para acercarse.
Me estaba poniendo cachondo viendo como, mientras hablamos de tonterías, el brazo izquierdo de Javier se movía por debajo de la mesa y como Carmen sonreía e intentaba contener sus gestos de excitación. Se gira y me dice que Javier le esta metiendo mano, tira de mi y disimuladamente, dándome un morreo, me hecha mano al paquete, y abarcando mi polla por encima del pantalón, me pregunta si me gusta lo que estoy viendo. Sobraba la respuesta pues de sobra sabía que si.
En esto, Javier atento a la conversación, saca la mano, me enseña los dedos mojados, los mete en la boca y los chupa, por los gestos intuyo que se desabrocha el pantalón y se saca la polla, coge la mano de Carmen y se la lleva al paquete, ella con su mano derecha inicia movimientos de felación y por su parte Javier regresa al coño de Carmen.
Allí estaban delante de mi pajeándose el uno al otro en medio del restaurante, se miraban, se sonreían y de vez en cuando se besaban. Ahora es mi mujer quien me enseña su mano mojada y saboreando los jugos de Javier me pregunta si nos vamos.
Me pide las llaves del coche y ambos salen del restaurante mientras pido la cuenta y pago.
Tras pagar la cuenta me dirijo al coche, al llegar encuentro a mi mujer con la espalda apoyada en el capó, las tetas al aire y Javier con la polla fuera comiéndole el coño, me mira con ojos lascivos y sonríe, me acerco la beso y le magreo las tetas, mientras saca mi polla del pantalón, no se que hablarían, pero Javier dejó de comer el coño de Carmen y empezó a hacerme una mamada, así estuvimos un rato hasta que decidimos que era mejor ir a casa de Javier.
Al llegar nos pusimos unas copas y Carmen me dijo que me sentara, mirara y sacase fotos, que quería que la viese follar con Javier.
Así que me senté en un sillón y mientras Javier ponía música, mi mujer se le abrazó metiéndole mano por detrás, Javier se giró y Carmen se puso de rodillas frente a él, le sacó los pantalones y cogió su polla empezando a mamarla y a acariciarla, tocando sus huevos y metiendo un dedo por el culo. Javier se había quitado la camiseta, se retorcía y gemía de placer, agarraba a mi mujer dela cabeza y se la follaba por la boca. Así estuvieron un rato hasta que izo que Carmen se levantase la desnudó y se tumbó en el sofá.
De entre los cojines sacó un consolador negro que llevó a la boca mientras Carmen arrodillada frente a el lo miraba y metiéndose mano le hacía una felación, de repente Javier le dio en consolador y levantando las piernas le dijo que lo follara, su culo peludo quedo a vista y totalmente accesible a aquel descomunal aparato que mi mujer introdujo sin dificultad empezando a follarlo.
Mientras lo follaba, le había cogido la polla y lo pajeaba, mientras Javier gemía: así ahhh más fuerte, más fuerte, rompeme el culo ahhh.
Mi mujer estaba totalmente entregada a darle placer, yo que me había levantado tomaba fotos de la escena me pajeaba con la mano libre y me arrodille al lado de Carmen para meterle mano, me miró y me dijo que en qué habíamos quedado, lo entendí y saqué mi mano totalmente empapada, pudiendo observar como sus fluidos llegaban al suelo.
Era verano y entre el calor y el esfuerzo las gotas de sudor caían por el rostro de Carmen, en esto Javier empezó a gemir así puta así, me corrooooooo. Aquella polla empezó a soltar chorros de leche a presión salpicando todo su cuerpo, que Carmen se afanó en recoger con su boca, y para mi sorpresa se incorporó se me acrecó y con la boca llena empezó a besarme pasándome la lefa de Javier y callendo por la comisura de nuestros labios.
No era la primera vez que probaba el sabor de una corrida de otro hombre pero esta me supo muy bien.
Ahora era Javier quien nos miraba, pues Carmen se me había montado encima y dándome la espalda miraba hacia él quien nos animaba: así fóllatela, me gusta ver como entra y sale de ese coño, se acercó a nosotros poniéndose a la altura del Coño de Carmen para no perder detalle, y seguía animando mientras notaba como le acariciaba el clítoris y veía como se la meneba. Carmen subía y bajaba follándome con fuerza y cogiéndose las tetas, hasta que ya no puede más y me corrí.
Al verlo, Javier se acercó al coño de Carmen con mi polla todavía dentro y empezó a lamer sus jugos y los míos y cuando Carmen se levantó empezó a comerme la polla dejándomela limpia.
Después de la sesión nos terminamos las copas y charlamos durante un buen rato tirados en la alfombra.
Lo habíamos pasado bien, así que quedamos en vernos más veces, como así ha sido.