Compañeros De Clases
La historia de Hiram, un chico que se enamora de su compañero de salon y como mientras hacen la tarea descubre que estaba mas que bien correspondido.
Compañeros De Clases
Hiram llego a su salón de clases, se sentó en el mismo lugar de siempre, esperando, su mente comenzó a divagar, cuando una imagen lo devolvió a la realidad de manera vertiginosa.
Era un muchacho, alto, de complexión mediana, piel blanca, cabello negro rizado. Con naturalidad y calma se sentó junto a Hiram y lo saludo
- Ya casi ha pasado un año, ¡Un año desde que nos conocimos!
- Pensó Hiram mientras correspondía el saludo - Es difícil soportarlo, verlo todos los días, tenerlo cerca, platicar con el, ser su compañero de equipo, de tareas, ser su amigo es una tortura... excitantemente deliciosa...
Al menos así pensaba Hiram. Hiram es un muchacho de 17 años, muy delgado, pero marcado, blanco (algunos dicen que demasiado), muy alto, mide 1.89, de pelo castaño claro, ojos cafés, rostro aniñado y sonrisa agradable; estudia la preparatoria, fue al pasar a segundo grado cuando conoció a un compañero: Jesús, también le dicen oso debido a su estatura; Jesús mide 1.95, es un chico fornido, marcado, le gusta jugar básquet ball, tiene pelo negro y rizado, hermosos ojos cafés, una linda sonrisa y un rostro de niño que cautiva a cualquiera.
En cuanto Hiram conoció a Jesús sintió una inmediata y poderosa atracción hacia el, Hiram no se lo podía explicar, pero así era, no podía estar sin mirarlo, por eso se hizo su amigo, por eso siempre esta con el, de hecho Hiram no se puede quejar, lleva una buena relación con Jesús, pero solo son amigos, Hiram desearía mas, que su relación fuera mas intima aun, pero tiene miedo de expresar lo que siente y solo se conforma con estar con Jesús, con compartir su tiempo, con respirar su delicioso aroma... Por eso para Hiram el estar con el es una deliciosa y excitante tortura
Por eso Hiram tomo la decisión de dar el primer paso... seria difícil, y si Jesús se niega Hiram se explicara como si todo fuera un mal entendido... o así espera que funcione. Hiram había trazado con cuidado un plan. En la escuela les habían dejado un trabajo por parejas, Hiram se las había arreglado para hacer pareja con Jesús, y con el pretexto de empezar el trabajo, Hiram había invitado a su casa al Oso, estarían solos, solo era cuestión de que Jesús accediera a complacer a Hiram, después de todo eran amigos ¿No?
Hiram esperaba impaciente el momento en que Jesús llegara, daba vueltas por la sala imaginando que era lo que podía pasar. Muchos de sus pensamientos lo calentaban y lo hacían ponerse a 100, imaginaba como Jesús lo haría suyo con fuerza y pasión. Pero otros pensamientos lo hacían estremecerse, pues también cabía la posibilidad de que Jesús se molestara y jamás quisiera acercarse a Hiram otra vez.
La mente de Hiram viajaba a mil por hora cuándo el timbre de la puerta sonó. Hiram corrió hacia la puerta tropezando con cuantos muebles tenia enfrente. Al fin pudo llegar a la puerta y abrirla; ante el esta Jesús, con esa sonrisa alegre
¡Hola Hiram! - Saludo Jesús
Hola... Oso - Respondió algo torpe Hiram
Jesús entró a la casa, dejando que Hiram aspirara el dulce aroma de su cuerpo y su mente se hundió nuevamente en los mas pecaminosos pensamientos.
¿Dónde vamos a estudiar Hiram? - Pregunto Jesús
Vamos a mi cuarto, ahí estaremos cómodos - Respondió Hiram con un brillo pícaro en sus ojos.
Hiram condujo a Jesús hasta su cuarto, era una habitación espaciosa, con una gran ventana, una cama mullida, televisión, un librero lleno de revistas y libros y una infinidad mas de cosas. Hiram se sentó en la cama y mientras lo hacia dirigió su vista a Jesús una vez mas contemplando su cuerpo definido oculto bajo la capa de la ropa; Hiram se mordía los labios, pues el deseo por manosear a Jesús era mayor de lo que nunca había sentido, y estaba ahí, frente a el, en su casa, en su cuarto. Hiram estaba a punto de estallar al igual que el bulto de su entrepierna.
Jesús se acerco al librero y tomo una revista de historietas, y mostrándosela a Hiram le pregunto:
- ¿Que te parece si hoy en lugar de trabajar leemos un poco?
- Y sonriendo le guiño un ojo a Hiram
Hiram accedió, derritiéndose ante el encantador rostro de Jesús. Ambos se sentaron cómodamente en la cama leyendo comics.
Había pasado cerca de una hora, Hiram estaba en el delirio total, Jesús había estado sentado leyendo junto a el, e Hiram no se le ocurría nada, ni como comenzar, ni que decir. y justo cuando estaba a punto de desechar su plan de enrrollarse con Jesús, este se levanto a tomar otra revista, al sacarla del estante se vinieron abajo varias revistas y chucherías, incluido un vídeo porno. Jesús levanto el vídeo y miro a Hiram con cara de regaño.
A Hiram se le había caído el mundo, ¿Que iba a pensar Jesús de el?, Hiram esperaba todo menos lo que ocurrió
- ¡Tranquilo hombre! - Exclamo el oso con un tono de complicidad - ¿Por que no lo vemos juntos?
A Hiram se le ilumino el rostro, accedió inmediatamente poniendo el vídeo y encendiendo la televisión. Al cabo de cinco minutos los dos estaban sentados en la cama nuevamente disfrutando del vídeo.
Afortunadamente, o al menos eso pensaba Hiram, el vídeo era un hetero, si Jesús hubiera encontrado uno de los "otros" quien sabe que hubiera pasado. Conforme la película avanzaba Hiram contemplo como se iba hinchando la entrepierna de Jesús, y ocasionalmente se sobaba el paquete con deliberada intensidad. Mientras Hiram pensaba en las posibilidades, La voz de Jesús lo dejo helado
- No se tu Pequeño, pero yo estoy muy caliente, me voy a hacer una chaqueta ¿Te importa?
Hiram de quedo de a 6 (o sea muy sorprendido) ante tal declaración, solo atino a ver el rostro de Jesús, y a escuchar el sonido de su sierre.
Hiram bajo la mirada y pudo contemplar en toda su gloria el pedazo de carne mas delicioso que hubiera soñado; media 22 cm, era grueso, rosado, venoso y con una cabeza roja de la cual manaban una gran cantidad de jugo transparente. Se le hizo agua la boca
- Hiram se ve que tu también estas caliente - Soltó Jesús de improviso mientras miraba con descaro el bulto de Hiram - ¿Por que no me acompañas?
Hiram estaba estupefacto, como pudo alcanzo a reaccionar, moviendo la cabeza afirmativamente al mismo tiempo que sacaba del interior de sus pants un miembro delgado, blanco de unos 20 cm en pleno estado de erección.
Jesús había comenzado a mover su mano al compás de los gemidos de la actriz de la película sin poner atención en nada mas que en las imágenes. Hiram por su parte no podía quitar su vista de la tremenda verga de Jesús.
Hiram reunió todo su valor y mientras se masturbaba con la mano izquierda, su mano derecha comenzó a acercarse a la pierna de Jesús, cada segundo parecía una eternidad, pero finalmente la blanca mano de Hiram se poso sobre el muslo de Jesús, no hubo reacción negativa, Hiram decidió continuar, lentamente subió mas y mas su mano, hasta acariciar la acolchada cubierta de vello pubico que rodeaba el inmenso tolete de Jesús.
En ese momento Jesús volteo a ver a Hiram, en sus ojos solo había deseo, y sin apartar su mirada de la de Hiram, su mano tomo firmemente el miembro de Hiram para sorpresa de este. Hiram estaba muy excitado, hasta entonces nadie que no fuese el había tocado su verga, un placer increíble comenzó a recorrer su cuerpo. su miembro estaba a punto de reventar y Jesús seguía con su mano arriba y abajo.
¿Te gusta? - Pregunto Jesús
¡Si! - Respondió Hiram en medio del éxtasis
¿Por que no haces lo mismo conmigo? - Pregunto Jesús mientras que con su mano de libre guío a Hiram hasta su mástil de carne
Hiram no se negó, estaba experimentando el placer mas grande de su vida, tomo con fuerza el pene de Jesús y comenzó a masturbarlo. El miembro de Jesús era muy caliente y duro, y al poco rato comenzó a gemir de placer.
La reacción de Jesús calentó aun mas a Hiram, quien dejándose llevar por la pasión instintiva del momento se arrojó sobre aquel miembro que tanto deseaba, y comenzó a lamerlo como si la vida le fuera en ello. Jesús aumento sus gemidos mientras sentía la tibia saliva de Hiram resbalando por su pene.
Hiram se dedico a lamer una otra vez en toda su longitud el colosal pene, le daba mordiscos al cuerpo y con los labios succionaba la cabeza. Los gemidos y jadeos de Jesús iban en aumento, pero lo mejor estaba por venir. Hiram abrió la boca lo mas que pudo y engullo aquel miembro hasta donde le fue posible; a la vez que con sus suaves labios subía y bajaba la piel, con sus dientes mordía suavemente y con la lengua degustaba el sabor del sexo.
Jesús se contorsionaba de placer, Hiram le estaba dando la mamada de su vida, no se pudo contener mucho tiempo, y en medio de un escandaloso éxtasis lleno la boca de Hiram de caliente leche masculina; Hiram la bebió como si fuera un néctar divino, la engullo hasta que no quedo gota en su boca o en el miembro de Jesús.
Hiram se retiro del pene de Jesús con satisfacción, se relamía los labios con placer mientras aun podía sentir en su boca el penetrante pero exquisito sabor del semen del Oso. Hiram cerro sus ojos deleitándose en el momento y no dándole importancia a nada mas.
Las manos del Oso se pusieron a trabajar, quitándole la playera a Hiram descubriendo un pecho delgado, y marcado; Hiram se deleito con el contacto de las manos de Jesús, pero una sorpresa mayor estaba por venir; súbitamente Hiram sintió como Jesús lo besaba. Jesús comenzó a meter su tibia y viviente lengua en la boca de Hiram, quien la recibió gustoso. Ambas lenguas se frotaban como fieras; Hiram acepto el tibio y húmedo contacto con placer hasta que Jesús se retiro.
Hiram abrió los ojos queriendo saber que pasaba; y solo pudo ver como Jesús le guiñaba un ojos, y después de quitarse la camisa comenzaba a besarle el pecho. Jesús comenzó a acariciar con sus labios el suave y blanco pecho de Hiram, quien cerro los ojos y se dejo llevar por el éxtasis del momento.
Jesús continuo trabajando sobre Hiram, le mordió con lujuria las tetillas, le lamió el vientre y jugó en su ombligo. Para cuándo Jesús llego a la altura de la cadera, Hiram estaba jadeando al borde del orgasmo, pero se contuvo pues no quería que ese ansiado momento terminara tan pronto.
Hiram, nuevamente abrió sus ojos para contemplar a Jesús. Frente a el estaba su mas deseado ser, contemplando su miembro al mismo tiempo que lanzaba su tibio aliento hacia el. Jesús miro a Hiram por un segundo y sonrío, nuevamente bajo su mirada, aspiro el suave aroma que desprendía el virgen miembro de Hiram, beso el rojo cabezón, lamió el tronco y comenzó a mamarle las bolas.
Hiram no esperaba esto y se retorció al sentir sus bolas en la ardiente boca de Jesús; con sus manos tomo el cabello de Jesús y comenzó a jalarlo suavemente. Jesús sabia lo que hacia, de eso no había duda, mamaba como un profesional llevando a su nuevo juguete a un nirvana de placer sexual. Hiram se sentía morir, pero Jesús le daría aun mas. Los gemidos de Hiram se convirtieron en gritos cuando la boca del oso llego a su virginal ano; la sensación que invadió a Hiram fue tan potente e intensa que estuvo a punto de venirse, a no ser por que la experta mano de Jesús lo tomo del tronco del pene impidiendo su eyaculación.
Jesús se detuvo un segundo permitiendo que Hiram se calmara.
- Relájate, todavía te espera lo mejor y no quiero que acabes tan rápido - Exclamo Jesús en un susurro mientras sonreía - Quiero hacerte gozar como nunca antes lo han hecho
Hiram, excitado, correspondió la sonrisa y se calmo un poco. Cuando Jesús vio mas controlado a su bello amante volvió a su trabajo. Esta vez fueron sus dedos los que penetraron el culo de Hiram, la excitación de Hiram le había dilatado lo suficiente para permitir que dos de los dedos de Jesús lo llenaran. La boca del oso continuo en los testículos lampiños de Hiram, y su otra mano lo masturbaba lenta, pero firmemente.
El éxtasis estaba invadiendo nuevamente a Hiram, pero esta vez multiplicado por tres mil, nunca imagino que su cuerpo pudiera sentir tal cantidad de placer. Nuevamente los gritos de Hiram invadieron al habitación, simplemente no se podía controlar, era demasiado. Jesús aumento la velocidad, era implacable y cruel; a Hiram casi le dolía el cuerpo por tantas sensaciones de lujuria y placer.
Con un fuerte grito, Hiram eyaculó un manantial de blanca leche, con tal potencia que le llegaron al cabello. la fuerza orgasmica se vio triplicada, pues simultáneamente le habían llegado el orgasmo en los testículos, pene y culo. Hiram sentía como si le hubieran arrancado el aire de los pulmones, una sensación de bienestar lo inundo mientras sentía como su esperma corría por su pecho.
- ¡Hey! Hiram ¿Estas bien? - Pregunto Jesús
Hiram abrió los ojos, el éxtasis todavía no había pasado, se sentía exhausto; pero sus ojos lo llenaron de lujuria, deseo y excitación nuevamente: sobre el estaba Jesús, solo que esta vez sin ropa alguna. Su cuerpo se recortaba a contra luz dándole un aspecto muy sensual. Hiram estiro sus manos y acaricio el fornido y musculoso cuerpo que tenia encima; acaricio el rostro sin barba, blanco y suave; recorrió el firme pecho, los erectos pezones; todo sin un solo vello, con ambas manos acaricio largo rato el abdomen de lavadero, y por fin llego al tesoro que Jesús guardaba entre sus piernas, y lo acaricio como si nunca mas lo fuera a hacer. Por fin habían caído las barreras, la del miedo, la de la incertidumbre, la de la ropa. El aroma, la piel, el cuerpo de Jesús era suyo, y con esta imagen en lo mas profundo de su alma beso nuevamente a su amante pero esta vez con seguridad, sintiéndose maravillosamente bien.
Ambos se revolcaron en la cama como si fueran un solo cuerpo, aumentando el contacto piel a piel. El ambiente estaba cálido, los cuerpos de ambos habían subido la temperatura de la habitación, y ambos tenían cubierto el cuerpo de una fina capa de sudor.
- Quiero sentirte en mi Jesús - Exclamo Hiram
Jesús solo respondió con una sonrisa, Hiram se abandono a la fuerza de Jesús, quien se hinco tras el y acomodo a Hiram sobre su costado derecho, mientras le abría las piernas. Hiram estaba nervioso, pero deseaba a Jesús demasiado como para acobardarse.
Los dedos de Jesús acariciaron el pecho y vientre de Hiram recogiendo algo del tibio semen de su anterior venida, unto algo en su verga y lo demás en sus dedos, los cuales volvieron a penetrara Hiram sin dificultad; Jesús abrió el pasaje por donde entraría, e Hiram tomando aire profundamente se preparo. Jesús acomodo la punta de su tolete en la entrada anal de Hiram, y lentamente comenzó a empujar. Hiram dio un grito de dolor al sentir el inmenso cabezón penetrando su virginal culo; ahora sabia que no solo le decían oso por su estatura.
Jesús se detuvo por un instante esperando a que el dolor de Hiram pasara, y volvió a su trabajo perforador. Hiram estaba conteniendo sus gritos, nunca había sentido tanto dolor y placer la mismo tiempo. Al cabo de unos minutos, todo el pene de Jesús estaba dentro de Hiram. Ambos se quedaron inmóviles disfrutando el momento.
- ¿Estas listo? - Pregunto Jesús algo jadeante
Hiram solo afirmo con la cabeza, y mientras lo hacia comenzó a sentir la perforante y placentera sensación que el pene de Jesús comenzaba a darle. Si Hiram se había sentido en el cielo con el trabajo oral de Jesús, con esto había ido aun mas allá. La verga de Jesús entraba y salía con un sonido húmedo y cada vez mas rápido.
Ambos gemían placenteramente. Hiram se contorsionaba de placer al sentirse lleno y taladrado por un miembro tan exquisito, contraía sus músculos apretando el culo, buscando mas contacto con Jesús. Por su parte el oso estaba teniendo la cogida de su vida, el virgen y apretado culo de Hiram le había dado la bienvenida ahora le pertenecía y le apretaba la verga brindándole un doloroso placer. La creciente excitación los orillo a un poderoso orgasmo simultáneo. Jesús invadió las entrañas de Hiram con caliente jugó masculino; Hiram al sentir el caliente fluido llenándolo también se vino disparando una generosa cantidad de semen en su cama.
Hiram todavía estaba sintiendo los últimos efectos del orgasmo cuando noto que la verga del oso seguía dentro de el, no había perdido nada de su dureza, y lo que es mas estaba caliente y palpitaba con fuerza. Hiram contemplo a Jesús, todavía tenia los ojos cerrados y en el rostro un gesto de placer. Todo su rostro y pecho estaba cubiertos de sudor, al igual que su rizado cabello negro.
Jesús abrió los ojos y vio la mirada de Hiram sobre el, y sonriendo le pregunto:
¿Te gustó?
Coges como una bestia, te amo - Respondió Hiram recuperando el aliento
¿Quieres mas? - Exclamo Jesús con un brillo siniestro el los ojos
Por favor - Fue la respuesta de Hiram
Jesús no espero mas, sin sacársela a Hiram, lo acostó boca abajo y se acomodo sobre el. Hiram sintió el dulce peso de Jesús sobre si y dio un suspiro. El contacto de la piel era aun mas excitante debido al sudor. Los brazos de Jesús rodearon el pecho de Hiram, y sus labios lo besaron en la mejilla; y sin esperar mas, las caderas del oso comenzaron a subir y bajar como un pistón bien aceitado.
Hiram resintió aun mas el peso, pero la cama era suave y a cada acometida se hundía un poco en el colchón, sintiendo los besos, acometidas y piel de Jesús a cada instante. La excitación de Hiram iba en aumento, con cada empellón, el éxtasis aumentaba. Por su parte Jesús estaba casi frenético, sus caderas giraban en todas direcciones con una suave fuerza que los estaba haciendo sentir el mas grande placer.
Hiram estaba como poseído, ahí, gimiendo, gritando y jadeando, pidiendo mas y gritando el nombre de Jesús, sintiendo el aliento tibio del oso en su nuca y mejillas, sintiendo su piel sudorosa contra la suya, su inmensa dura y caliente verga en el culo y sus bolas chocando una y otra vez contra las suyas, fue demasiado, Hiram eyaculó una inmensa cantidad de leche entre su colcha y su vientre, al mismo tiempo que sentía como las acometidas de Jesús le daban un orgasmo diferente, un orgasmo anal que hizo que todos los músculos de su culo se contrajeran arrancándole otro grito. Fue debido a esta súbita presión y espasmo que el orgasmo de Jesús se desencadeno; el oso apenas alcanzo a sacar su enrojecido pene y baño las blancas y suaves nalgas de Hiram con su leche.
Los dos pasaron el resto de la tarde haciendo realidad sus sueños mas íntimos, pero siendo compañeros de clase tendrían mas tiempo para seguir juntos, íntimamente hablando.