Compañero de Viaje

El viaje se tornó candente iniciando a mi compañero de viaje.

Un joven llamado Omar

Siempre me he considerado como bisexual, y por lo tanto, no tengo problemas ni con las mujeres, ni con hombres, cuando se da la situación. Cuando me ha tocado convivir con varones, nunca nadie ha sospechado siquiera de mis inclinaciones, ni lo ha puesto en tela de juicio.

Pues bien, en el trabajo se me dió una comisión para ir a una zona rural, a supervisar el avance de algunos programas que mi empresa promociona, y como eran varios días fuera, con los consecuentes reportes escritos, me asignaron a un compañero de viaje, a un joven Ingeniero llamado Omar. Ya lo había visto desde su ingreso a la compañia, joven, de 24 años, recien egresado de la Universidad. Es alto, delgado, moreno, de barba y bigote de candado, muy formal. Me caía bien, pero jamás me había inspirado algo, muy amable y comedido siempre con todos. Se me acercaba para cuestionarme sobre asuntos de trabajo, consejos, y yo se los daba; cuando tenía algún problema no tardaba en asesorarse con nosotros, y eso me gustaba.

Pues bien, nos dieron los pliegos de comisión y teníamos que salir al otro día, a la montaña, donde iniciariamos la supervisión. Nos pusimos de acuerdo todavía en la oficina:

  • Maestro - me decía - ¿cuantos días vamos a estar fuera? le pregunto para ver que ropa llevo, es el primer viaje de trabajo al que salgo..

  • Mira, lleva mezclilla, botas, chamarra y sueter. Calcula una muda por día, porque vamos a caminar y sudar.

  • Esta bien, en donde nos vemos para salir?

No nos habían dado vehículo, así que acordamos en salir de mi casa, a las diez de la noche.

Llegó muy antes de la hora, con su maleta y una mochila, vestido de pants y tenis. Entonces reparé en lo bien que se veía, se le ceñia la cintura y se le marcaba un bulto considerable en la entrepierna, que se movía con su caminar.

  • Como que vamos a ir muy cargados, Omar, yo tengo una maleta más grande, creo que la ropa puede caber en una sola, y ocupamos una sola mochila para los documentos, ¿Que te parece?

  • Bien, si no hay inconveniente...-dice mientras en un sofá abre su maleta y comienza a sacar su ropa, meticulosamente ordenada, y la comienza a colocar en la bolsa de viaje que acabo de poner, ya con mi ropa.

Veo como acomoda sus cosas junto a las mías, sus camisetas y boxers junto a los míos, calcetines...

Salimos y abordamos el camión que nos llevaría a la Sierra, serían como seis u ocho horas de viaje, asi en en nuestros asientos, nos preparamos para dormir. Yo me saqué los zapatos y me desabroche el cinturón, y Omar, que estaba junto a la ventana, hizo lo mismo, solo que desató la cinta de su pantalón y aflojó la cintura, con ambas manos.

Pude entonces de reojo, ver el elástico de un boxer del cual asomaban negros vellos púbicos, y una oscura linea de vello que subía hasta su ombligo. Se reacomodó la ropa y después de alguna plática, se durmió.

Yo no tenía sueño, en ese momento lo empezaba a ver como hombre, como el compañero con el que compartiría una semana aproximada, o más, estaba pensando en lo que podía pasar durante el viaje, el chico guapo y yo. Pero no, mejor no pense en eso en el momento, y traté de dormir. Total, el no daba ninguna seña de estar en el ambiente...

Desperté por el frío de la madrugada, Omar dormía profundamente y me levante a tomar mi chamarra, ya de pie lo vi detenidamente: la luz de cortesía lo iluminaba calidamente, dormía con la cara vuelta a la ventanilla, con las piernas estiradas, y con...con una verga dura que se notaba hacia la izquierda..

Mi boca se secó por un instante, y mis manos se humedecieron. Hacía ya tiempo que no cogía con un hombre, y este, se me estaba antojando.

Me senté con cuidado, estirándome, procurando que mi pierna y muslo hicieran contacto con las de el, mientras lo veía fijamente. El, profundamente dormido. Me cubrí con mi chamarra y comencé a deslizar la mano hasta que toqué su muslo, proseguí suavemente para encontrar su palpitante verga, aprisionada por la ropa.

Era realmente grande, se adivinaba muy dura, gruesa, palpitante.

Se movío estirándose mas, y retiré mi mano apresurado, con la verga doliéndome de lo dura que estaba, trate de dormir.

Llegamos a nuestro destino a las seis de la mañana, me despertó el camión al frenar, y Omar dormía profundamente, sin percatarse.

  • Omar, ya llegamos..

  • Eh, ah, si Inge - dice y se incorpora, estirándose.

Nuevamente veo la verga dura, muy dura, marcándose por el lado izquierdo de su pantalón.

Llegamos a un pequeño hotel de pueblo, y el, adelantándose, pide al dependiente.

  • Una habitación doble, por favor.

  • Será con dos camas, joven- dice la señora gorda y se sonrie, mientras el se sonroja.

Nos acomodamos en el cuarto, pequeño, con baño, con dos camas individuales, y sacamos nuestra ropa para acomodarla en un pequeño armario.

  • Bueno, mi estimado, a cambiarse de ropa y a darle al trabajo, por allá desayunamos.

Me senté en la orilla de la cama, viendolo de espaldas, como se quitaba la sudadera, para mostrarme una espalda morena, con algunos musculos marcados, lo veo ponerse de pie y bajarse el pantalón, bajando accidentalmente el elástico del boxer hasta media nalga, y así, dirigirse al armario para tomar un pantalón.

Yo caminé hacia el, en boxer, semiempalmado, y junto a el, tomé mi ropa, lentamente, viendolo como  se ponía el pantalón y esto hacía que se le formara un bulto considerable que se levantó al chocar con la bragueta del pantalón, por lo que tuvo que acomodarse el bulto y la camisa.

Que caray, que bien estaba este cabrón, algo tenía que pasar - pensé.

El día normal, supervisando dos obras para lo cual todo marchaba bien. Comimos en la obra y nos tomamos un par de cervezas para llegar al hotel ya noche, con la neblina abajo, cansados y húmedos por el sudor y el ambiente.

  • Bueno, pues yo me voy a dar un baño, - dije - estoy cansado y hay que dormir, aquí el pueblo se duerme temprano, y mejor para nosotros, temprano acabamos y nos vamos a San Hipólito, nos queda cerca, como a dos horas.

El no me contesto, estaba acostado en la cama, visiblemente cansado.

Comprobé que había agua caliente, y comencé a desvestirme, lentamente, sacando prenda por prenda, para quedar solo en boxer. Me pasee un poco, encendí un cigarro y me acosté en la cama, cruzando las piernas..

Entonces, vi que Omar me veía, volví la cara hacia el y lo vi sonrojado.

  • No tiene frío Inge?

  • No, pero luego de bañarme, no se.

Me levanté y me quité el boxer dandole la espalda, me envolví en una toalla y me metí al baño, corriendo una cortinilla que separaba el excusado de la regadera, dejando que el agua me cayera, mientras comenzaba a mansturbarme, poco a poco, deslizando la mano por entre mis huevos, jugando con mis pelos...pensaba en Omar cogiendo a una hembra suprema como el, enterrando su arma en la pequeña concha, jugando con las tetas, acariciándole el pelo.

Aceleré los movimientos de mi mano, disfrutandolo, con los ojos cerrados, mientras con un poco de jabon, introducia un dedo en mi culo, abriendo las piernas, sincronizando mis movimientos.

Hacía tanto tiempo que no cogía, y que no me cogían...ahora pienso en Omar desnudo, con una desnudez todavía desconocida, enseñandome la verga, ofreciéndomela..

Me abrí bien de piernas y solté mi verga, dirigí un dedo hacia mi culo y ahora, totalmente abierto, me penetré suavemente, hasta tocar mi prostata, una, otra, y otra vez, haciendo que mi verga se pusiera como hierro, escurriendo el liquido preseminal en cantidades abundantes.

Estaba casi a punto de venirme, cuando tocaron la puerta..

  • ¿Quien? - digo y detengo mi ritual de autosatisfacción.

  • Inge, - dice Omar abriendo un poco la puerta - disculpeme, pero me urge pasar al baño, ya vi a la casera, pero dice que no tiene otro baño disponible, no quería importunarlo..

  • Pasa, no hay fijón, - digo volviendome hacia la pared, sumamente nervioso, casi al punto del orgasmo...

Respiro profundamente cuando veo como por la cortina se observa a Omar bajandose los pantalones, y sentandose en el inodoro. Oigo el chorro de orina caer, un discreto pujido, después se ve como se asea, se acomoda la ropa, y en ese momento salgo de la ducha.

Tomo mi toalla del toallero, junto a el, en el lavabo, platicando tonterías, me percato entonces de su nerviosismo, de su mirada furtiva.

Yo me seco entonces, con naturalidad, frotándome los huevos con fuerza y pasando la toalla por mi raja..

Salimos casi juntos del baño y me dirigí a mi cama, y me comienzo a vestir con boxer y un pantalón de pijama, mientras el comienza a desvestirse

  • Me voy a dar un baño, para dormir bien - dice mientras se desnuda por completo y es entonces cuando puedo verlo: todo un adonis, moreno, marcado, con un aire de niño - adulto, con un paquete hermoso, enmarcado por una mata oscurísima de pelos, unos huevos grandes, pendulantes, peludos, muslos hermosos..

Se dirige al baño y entrecierra la puerta

Mi verga comienza a ponerse dura, y me cubro con las cobijas, para tocarme a gusto. Este cabroncito me estaba picando el seso, me lo imaginaba entregándome su moreno culo, y también lo imaginaba sobre mi, dandome esa morena verga.

Me levanté sigiloso y atisbé por la puerta entreabierta. La regadera quedaba en diagonal a mi, el cuarto estaba oscuro y la luz provenía del baño, lo podía ver bien, dejando caer el agua en su cuerpo, marcandose sus pectorales, sus tetillas, su generoso culo restregado por el jabón, mientras yo me tocaba la verga y comenzaba a jalármela suavemente..

Veo, como tiene sus ojos cerrados y disfruta del agua, y ahora, si, esta erecto, y comienza a mansturbarse, de perfil a mi, sujetando con una mano la llave del agua, y con la otra, dando servicio a su mastil moreno.

Yo a mil, mansturbandome, frenetico, mientras el, a escasos metros y sin darse cuenta de mi, hace lo mismo.

Estamos sincronizados, casi nuestros movimientos son al mismo tiempo, yo no aguanto más y me cubro la verga con la mano, ahogo un quejido y me contraigo, expulsando mi semen, en tres, cuatro, cinco chorros, y Omar, hace lo mismo, quejandose audiblemente..

Salgo de mi escondite y me voy a mi cama, limpiandome con la orilla de la sábana, arropandome y fingiendo dormir..

Con los ojos entrecerrados veo como Omar sale solo cubierto con la toalla, se seca de frente a mi, toma su ropa y se acuesta solo cubierto con su ropa interior, y duerme.

Al otro día, todo normal, trabajo, caminata, viaje...platicamos.

  • No va a hablarle a su novia, Inge? ha de estar preocupada..

  • En estos meses no he tenido novia, dan mucha guerra, la ultima fue Cecilia, de la oficina.

Y tu, tienes novia?

  • Eh, yo, bueno, amigas, novia como tal, hasta me da pena, pero no he tenido.

  • En Serio? - dije interesado - y porqué? estas joven, bien parecido, profesionista..

  • Pues, cuestión de suerte. - y cambió de tema.

Bueno, algo ya me imagino, pensé.

En los dos días siguientes tuvimos alojamiento en casas particulares, y nos dieron recamaras separadas.

Que caliente estaba yo, me pajeaba hasta dos veces seguidas pensando en el, y me venía imaginandomelo sobre mi, y también, dandome sus nalgas, con sus piernas musculosas sobre mis hombros.

Llegamos a la Guacamaya, un poblado pequeño, en donde supervisaríamos una obra más, era el penúltimo escalón de nuestro viaje, nos alojaron en una cabaña de campo, cercana al río y a la obra, para nosotros dos, no teníamos baño, y ahí el clima era muy diferente, casi tropical, por lo que todo el día anduvimos chorreando sudor.

Por la tarde, después de comer y descansar un rato, propuse:

  • Oye, como no hay baño, que te parece si vamos a refrescarnos al rio, cerca de la obra, hace calor y me imagino el agua esta excelente.

  • Bien, pero no traigo ropa para baño.

Reí estruendosamente.

  • Crees que aquí se ocupa traje de baño? no inventes, en calzones o encuerados, el pueblo queda algo lejos, y no hay obreros..

Al llegar, puse la iniciativa, me desnudé por completo y me sumergí en las tibias aguas del manso rio, y Omar hizo lo mismo.

Le comencé a aventar agua, jugando, y el se lanzó hacia mi, sumergiéndome la cabeza en el agua.

Hice lo mismo y estuvimos jugando un rato, riendo, y en un movimiento de esos, sentí su verga como rozaba mi pierna, me hice disimulado y roce sus nalgas..

Nadamos desnudos por largo rato, hasta que el sol se ocultó y la luz ambarina reflejada en las nubes y en el agua daban un color sepia a nuestros cuerpos, que entraban y salian del agua. Estabamos en la parte menos profunda y me incorporé, mostrando mi cuerpo chorreante y mi verga semiparada.

Me vio un instante y sonrió..

Salimos del agua y nos recostamos sobre las toallas, desnudos, solo cubriéndonos con las camisetas nuestras partes..y lo vi, estaba totalmente erecto.

  • La falta de novia te pone como burro, Omar, -dije riendo, - yo me pongo igual
  • y señalé mi bulto, ahora creciendo.

  • Si inge, hace falta una nalguita o un trabajito manual, - estaba sonrojado.

Estabamos a escasos centímetros, y ahora me veía fijamente, respirando rapidamente.

Deslicé suavemente la mano hasta tocarlo, el me seguía viendo y ahora, con mas seguridad, me di la vuelta para quedar a su lado, y tocar su pecho, recorrelo con un dedo mientras el cerraba los ojos.

Estabamos solos, me dirigi a su boca y lo besé, no puso resistencia, me fui colocando sobre el, quitandole la ropa que lo cubría, y juntamos nuestras vergas, ahora firmes, duras, entrelazandose.

Correspondió abrazandome, deslizando sus manos por mi espalda hasta las nalgas, sobándolas, mientras abría las piernas y rodeaba mi cintura.

  • ¡como me gustas Omar!

  • Tu igual, - dice y me besa, jugando la lengua en mi boca.

Recorro su pecho, su abdomen con mi lengua, haciendo que se incurve y retuerza de placer, hasta llegar a su verga, ahora toda mía, humeda por el agua y por sus liquidos, y me la llevo a la boca, juego con su prepucio, con su raja, mientras le acaricio los huevos, y el se abre de piernas por completo.

Sigo succionando esa verga, dandole placer a este macho, cuando de repente me retira y su verga dispara sus chorros de semen sobre mi cara, y el se queja, y me abraza.

  • Ohh, ya, disculpame, no podía mas.

  • No te preocupes, ven, vamos a la cabaña.

Nos vestimos, y vamos ya en la penumbra hacia la vereda que conduce a la cabaña, vamos tomados de la mano, sin hablar, solo deteniendonos para besarnos.

Entramos a la cabaña y nos tiramos en la unica cama que nos dieron, rodamos arrancandonos la ropa, para quedar nuevamente desnudos, sudorososo, jadeantes.

Me incorporo y lo veo, con su cara de niño-adulto, con sus labios enmarcados por esa barba de candado, humedos.

Busco entre mis cosas un condón, y le digo.

  • Déjame penetrarte, te deseo,

  • Nunca me han penetrado, la tienes grande..-dice con tono de suplica, de deseo

Me pongo el condón en la verga, y me encimo sobre el, besandolo, tocandolo con frenesí, con ansia, hasta hacerlo quejar, recorro sus axilas con mi lengua, su costado, me detengo en su ombligo, y el esta fuera de si, chupo por un momento esa verga, con sabor a semen, sus huevos, y beso su culo, haciendo que se queje, que abra las piernas.

  • Ya, ya, quiero sentirte, pero despacio.

No contesto y lo atraigo hacia mi, estoy de rodillas en la cama, separo sus piernas por completo y primero introduzco un dedo, haciendo que se queje, dejo caer mas saliva, que le moja los huevos, y escurre por su raja hasta su culo, mojando mi dedo, que ahora entra mas libremente, con movimientos de vaivén, mientras el se abandona, cierra los ojos.

Ahora apunto mi verga hacia su culo, y comienzo a penetrarlo.

  • Ohh, ay, despacio, despacio, - dice quejandose

  • si, aflojate, relajate- digo mientras me detengo, y avanzo.

Empujo un poco mas y ahora ya es mio, el esta abandonado, mordiéndose un dedo, con la verga flacida, mientras comienzo a bombearlo lentamente, lentamente.

Estoy en la gloria, es un culo virgen de un hermoso hombre joven, mio, totalmente mío.

Me inclino a besarlo, y me corresponde, mientras meto y saco mi falo de su culo, humedo, lubricado.

Siento como comienza a recuperar la dureza de su miembro, y ahora si, lo penetro con fuerza, arrancandole quejidos, y el, se mansturba con fuerza, tocando a veces mi verga en su culo, mis huevos.

Lo acomodo de lado, y ahora con una pierna abajo y otra en mi hombro, lo penetro profundamente, gozando su apretado culo, sus gruesos y varoniles quejidos, sus estremecimientos.

Le estrujo la verga, los huevos, y ahora estoy sobre el, lo tengo en cuatro, y lo bombeo fuertemente, ya esto a punto de venirme y le digo.

  • ¡ya, ya, cabrón, me vengo, ya!

El se contrae y suelta su chorro de semen sobre mi mano, que lo mansturba, y segundos despues, descargo en su culo, mi semen, y me abandono sobre su espalda, hasta quedar juntos, yo encima de el, con la verga aun adentro, en su culo palpitante..

Lo beso, le beso el cuello, las orejas, mientras el desliza su mano para tocarme el muslo, la verga que comienza a ponerse flacida y que comienza a salir de su culo.

Nos abrazamos ahora, frente a frente, le acaricio con delicadeza esa cara masculina, que se encuentra perlada de sudor, humeda, esa barba que enmarca una boca carnosa, roja.

Nos dormimos, abrazados, el de espaldas a mi, apretando las nalgas en mi pelvis, yo con mis manos sobre su verga, acariciándola, enredando mis dedos en su mata de pelos. Por un instante nos abandonamos, para luego el tomar la iniciativa.

  • Me gustas un chingo, cabrón, nunca creí que fueras de este rollo -dice mientras ahora el se encuentra encima de mi, recorriendome con las manos y con su mirada.

Besa mi cuello, mis tetillas, las muerde con delicadeza, recorre con la lengua mi costado, suavemente, hasta llegar a mi ingle, la cual explora centímetro a centímetro, reconociendo cada parte de piel, cada pelo, aspirando con fuerza el olor que emana mi cuerpo.

Toma mi verga, ahora despierta, y la succiona con movimientos ritmicos, estimulando el glande y mordisqueando el prepucio, mientras frota mis huevos y pasa su mano por mi entrepierna, tocando mi culo y frotándolo, abriéndose paso. Siento como humedece sus dedos, y trata de introducirlos por mi culo. Le facilito la tarea, me coloco la almohada bajo las nalgas y separo por completo las piernas, y le ofrezco mi cuerpo a mi joven compañero, que ahora se yergue frente a mi, mostrándome su masculinidad de ébano brillante por sus líquidos.

-Toma un condón, ponme crema o saliva, hace tanto que no lo hago - digo

Se coloca un condón, deslizandolo hasta la base del la verga, y ahora toma su miembro y apunta hacia mi culo, penetrandome lentamente, con algunos movimientos inexpertos, que yo dirijo, hasta quedar completamente ensartado.

Bombea fuertemente, toma mis piernas y ahora las coloca sobre sus hombros, yo siento como mi verga nuevamente está dura, escurriendo.

-Creo que me voy a venir - le aviso

  • Espera, espera

Me voltea y me pone en cuatro, y comienza nuevamente a penetrarme, hasta el fondo, chocando sus huevos con los mios, y yo estoy en un torbellino de sensaciones, empujo también, fuerte para sentirlo dentro de mi.

Agarra mi verga y la comienza a estimular fuertemente, con lo que ya no puedo mas y expulso mi leche que le moja los dedos, y que el distribulle por mi entrepierna y en mis pelos.

Se contrae fuertemente y me estruja con fuerza, se está viniendo, siento como mi culo recibe sus contracciones, y se deja caer sobre mi, respirando ruidosamente.

Me vence el sueño, el maratónico orgasmo aún llena mi cabeza de sensaciones que me recorren de la verga al culo y a la punta de los pies y de los cabellos, siento a Omar respirar en mi nuca y su barba me pica el cuello.

Se retira de mi extrayendo el condón pletórico de leche, lo arroja junto con el que yo llené de leche en su culo, y ahora frente a frente, nos abrazamos, sin decir palabra alguna.

Ha llegado la mañana, y el sol entra de lleno por la ventana.

Lo veo dormir junto a mi, totalmente desnudo, y lo despierto con un beso en la boca, el abre los ojos y me abraza, y nuevamente estamos erectos.

  • Pinche Omar, nos vamos a quedar sin ganas para trabajar hoy..

  • No creo, nos van a dar mas ganas de venir otra vez por aquí.

Nos acomodamos para un sesenta y nueve delicioso, yo mamando esa verga y esos huevos y el haciendo lo mismo.

Por un largo rato solo nos dedicamos a satisfacer nuestra ansia reprimida hasta que sentí sus descargas en mi garganta y comencé a venirme también, llenandole la boca y las barbas de mi semen que caía en descargas sobre el.

Nos incorporamos para ir al río a bañarnos, vamos ahora como amigos, caminando juntos. Nadie sospecharía de lo que ha pasado, pero nuestros cuerpos tienen los olores entremezclados y nuestros jugos se confunden con el sudor.

Falta todavía un día.

Bueno, aquí, pero allá, muchos más.