Compañeras de piso (8)

Cap VIII - Vero y el novio de Yolanda

CAPITULO VIII - Vero y el novio de Yolanda

Allí estaba yo viendo la TV, cuando llaman a la puerta. Era el "novio" de Yolanda. No sabía como se llamaba, pero era guapísimo, alto, rubio, unos ojos azules como el mar. Un bombón, vamos. Había quedado con ella, pero tuvo que salir ha hacer un recado y tardaría una media hora, así que le dije que pasara y se esperara. Los dos nos sentamos a ver la TV. La verdad es que, aunque yo fuera virgen, me ponía cachonda tener a ese pedazo de hombre al lado, pero no le iba a decir nada. Comenzamos a hablar de Yolanda, de gustos y virtudes. Supongo que se daría cuenta que me estaba poniendo colorada cada vez que lo miraba, porque me cogió de la mano, me miro con esos ojos y me dijo, "es normal que estés así, no te preocupes". Al principio no lo entendí muy bien, pero se ve que mi cuerpo si, porque impulsivamente, y de la mano que me cogió, lo arrastré hasta mi cuarto, lo tiré a la cama y me tiré encima de él, comenzando a besarle apasionadamente. Sé que era una forma un poco rara de perder la virginidad, pero no pude resistirme.

Se quitó la camiseta, dejando al aire su pecho marcado y suave. Lo besaba locamente mientras iba bajando hasta sus pantalones. Se los quité, dejándolo solo con el bóxer. Se le marcaba una verga tremenda, y aunque yo me había metido cosas más grandes, aquello era distinto. Se los bajé lentamente y salió. Era inmensa, casi de 20 cms, gorda y jugosa, casi perfecta a la vista. La toqué como con miedo, suavemente, hasta que me dijo "sé que eres virgen, no te preocupes por nada". Eso me tranquilizó, así que comencé a pasar mi lengua por la cabeza de ese gran pene. Suavemente vi como su cara se transformaba en placer. Mi lengua dejó paso a mi boca, metiéndome poco a poco esa tranca en mi boca. Al principio fue poco a poco, hasta que pude metérmela casi entera en mi boca. Era una situación nueva, pero excitante. Veía como su pene estaba empapado con mi saliva, al tiempo que lo meneaba. Su cara decía que lo estaba haciendo bien. Sin darme cuenta le estaba haciendo una paja a un tio al tiempo que le chupaba los testículos y se los apretaba. Los notaba calientes y duros. De pronto noté como su polla se puso más dura y caliente, estaba a punto de correrse. Comencé a pajearle más y más rápido, hasta que un chorro de semen salió disparado hacia arriba, yendo a caer sobre mi boca y cara. Era la primera vez que estaba con un tio y me iba a comer su semen. No me desagradó, así que me lo tragué.

Entonces él se incorporó y me tiró sobre la cama. Mientras se quitaba los pantalones yo me quité la camiseta quedándome desnuda para él. Su lengua va directa a mi clítoris, mientras sus dedos me penetran suavemente. Poco a poco me voy poniendo cachonda, comenzando a salir pequeños jugos de mí, yendo a parar a su boca, pero no parece que le moleste. Entonces también decide meterme un dedito por mi culo virgen, lo cual me hace estremecer y gritar de placer. Me tenía a su merced, así que no tardé mucho en correrme sobre su cara. Una fuerte descarga salió de mi concha. Estaba super cachonda.

Él lo sabía así que sin moverme, se incorporó y me introdujo su polla suavemente en mi coño. Gritaba, gemía de placer, era algo nuevo y excitante, y eso que solo había empezado. Poco a poco me la fue metiendo, hasta que toda su verga estaba dentro de mi coño. Así empezó a moverse dentro de mí, mientras me mordía las tetas y me besaba. Le pedía que fuera más rápido, necesitaba sentirla bien fuerte. Poco a poco su ritmo fue aumentando, haciendo sus embestidas cada vez más fuertes. Mis gritos se tendrían que oir por todo el edificio. Me agarraba fuertemente al cabecero, pero aún así lo sentía dentro de mí.

Entonces me suelto y lo tiró en la cama poniéndome encima de él. Comienzo a botar como una loca. Me inclino a besarle, mi larga cabellera le cubre la cara. No paro de botar sobre él. Me meto su polla entera, hasta que toca en el fondo de mi almeja. Siento como me corro, así que saco su polla de mi interior y la froto levemente con mi coño. Al instante, una nueva descarga le empapa el pecho.

Quiero que me la meta por el culo, quiero saber lo que se siente, así que me pongo a cuatro patas, mientras que con mis manos me abro el culo para que me la meta. Sus dedos se meten en mi boca para que se los moje para acto seguido meterse por mi culo. Me encanta. Sin pensárselo más, coge su gran aparato y me lo mete de un golpe. Grito como una loca. Me duele, pero me gusta. Aprieto fuertemente mi cara contra la almohada para que no se me oiga tanto mientras me inviste. Mi coño comienza de nuevo a chorrear líquidos. Le digo que no se preocupe por mí, que ya tengo el culo acostumbrado, así que sin dudarlo, me coge de los cabellos y me levanta el cuerpo, dejándome casi en vertical, mientras sus envestidas se hacen más fuertes y profundas. Me aprieta las tetas con sus manos, mientras me besa. Me suelta, así que me pongo de nuevo como una perra. Ahora le acompaño con mi culo en sus envestidas. Mi orgasmo está cerca, así que comienzo a frotarme el clítoris. Al instante, una fuerte descarga sale de mi almeja, mientras él sigue dándome fuerte por el culo. Mis piernas tiemblan con este último orgasmo que parece no tener fin, hasta que caigo exhausta a la cama.

Entonces me doy la vuelta, él se coloca sobre mí y me mete la polla en la boca, como queriendo follarme. Suavemente comienza a follarme por la boca mientras mi lengua recorre toda su polla. Le saco la polla de mi boca al tiempo que cojo mis tetas y las aprieto. Le digo que la meta ahí en medio, que le voy a hacer una cubana. Dicho y echo. No tengo las tetas muy grandes, pero sí lo suficiente como para hacerle una buena paja con las tetas. No aguantará mucho hasta que se corra, así que le cojo la polla y comienzo a maneársela fuerte y rápidamente. Una fuerte corrida sale disparada hasta mi cara, llenándome con su semen mi boca y mis tetas.

Ha sido fabuloso. De pronto un ruido suena en el portal, es el ascensor que baja. Yolanda va a subir enseguida. Le digo que se vista rápidamente y vaya al salón, que yo voy a darme una ducha. Al minuto, Yolanda entra por la puerta. Acabo de perder la virginidad y ha sido con el novio de mi amiga, pero ha sido maravilloso.