Compañeras de piso (1)

Cap I - Vero en el baño

CAPITULO I - Verónika en el Baño

Hola, me llamo Verónika y vivo con Yolanda en un piso. Ambas estudiamos 1º de Arquitectura Técnica en Cartagena y estamos buscando compañeras de piso.

Yolanda ya os escribirá otro día, así q me presentaré yo. Me llamo Verónika y tengo 18 años. Soy morena, ojos azules, mido 1.70 y peso uno 50 kilos. Lógicamente mis medidas no son de infarto, pero no están nada mal: 85-55-80. Mis pechos son más bien pequeños, pero los tengo muy redonditos y bastante duros. Dicen de mí que soy muy guapa, pero no me lo tengo muy creído. Además, como tengo la piel blanquita, no destaco mucho.

Era Jueves, a las 18.30 más o menos. Ya habían terminado las clases para mí esta semana, así que esta noche tocaba fiesta, por lo que decidí darme una ducha antes de cenar, para luego solo tener que arreglarme y salir a beber.

El caso es que me metí en el baño, cerré la puerta y abrí el grifo del agua caliente. Mientras el vapor iba condensando poco a poco ese cuartucho, yo me iba desnudando. Empecé por la camiseta, poco a poco me la quité dejando al aire mis pechos, ya que no me gusta llevar sujetador (tampoco hay mucho que sujetar). Me senté en el water y me quite los calcetines y el pantalón. El caso es que me quede sólo con mis braguitas azules, delante del espejo, esperando a que hubiera un palmo de agua para poder meterme y relajarme. Me miraba en él y admiraba mi cuerpo, me gustaban esas formas remarcadas por la delgadez que tengo.

Me quité las bragas y poco a poco metí un pie en el agua. Estaba ardiendo, pero un escalofrío recorrió mi cuerpo desde la punta del pie hasta mi boca y sin desearlo, metí el otro pie. Realmente estaba caliente, pero a mi cuerpo no le importaba, así que poco a poco me metí en el agua, acostándome en la bañera. Mi cuerpo estaba casi cubierto de agua ardiente. Cerré los ojos y decidí no pensar en nada, relajarme del todo, así que me acomodé un poco, abriendo un poco mis piernas. De pronto el agua ardiente entró en mi coño. Mi cuerpo se estremeció, provocando en mi una irresistible tentación de tocarme.

Mi dedo se acercó a mi abertura, introduciéndolo suavemente. Era un momento de relajación y me sentía con ganas de masturbarme. Mi dedo estaba dentro de mi sexo y se movía lentamente. Estaba bien, pero necesitaba más, así que metí un par de dedos más y empecé a moverlos suavemente, disfrutando del momento. Me sentía muy agusto gimiendo suavemente, como no había nadie en casa. De pronto recordé el estremecimiento que recibió mi cuerpo al recibir el agua caliente, así que cogí la alcachofa de la ducha y empecé a mojar mi cuerpo con agua caliente. Era estupendo. El agua quemaba, pero el calor de mi cuerpo era mayor. Sin quererlo enchufé la alcachofa a la entrada de mi coño. Era sublime. Mis dedos masturbándome y recibiendo agua ardiendo. Cada vez movía mis dedos más rápidamente. Me sentía en el paraíso. De pronto una descarga recorrió mi cuerpo. Un orgasmo, no demasiado fuerte, pero sí placentero. Mi cintura se contrajo y mi culo se despegó de la bañera. Me corría. Los jugos chorreaban por mi abertura. Una descarga de liquido salió despedida de mi coño.

Pero yo veía que necesitaba más, así que sin dudarlo introduje la alcachofa en mi coño.

Diossssss! Era una sensación que no se podía describir. Mi coño no podía recibir tanta agua, así que la dejaba escapar por los huecos que dejaba la alcachofa en mi coño. Parecía una fuente, y eso me excitaba mucho. Empecé a moverla y sentía que me volvía a correr, pero una idea me vino a la cabeza para sentir más placer. Me acerqué al grifo y lo puse en posición de agua por el grifo y por la alcachofa. Apoyando mi culo en el grifo mi intención era meter la punta del grifo en mi culo, y lo conseguí. Aquello era sublime, agua por mi coño y por mi culo. Movía la alcachofa cada vez más rápido. El agua brotaba de mis partes como fuentes derramándose sobre mi cara. Otro escalofrío recorrió mi cuerpo. Saqué la alcachofa de mi coño, eché la cabeza hacia atrás, cerré los ojos y un orgasmo tremendo llegó. De mi coño salía líquido a borbotones.

Abrí los ojos y vi el desatascador detrás de mí. Mi cuerpo me pedía un poco más, así que me incorpore y colgué la alcachofa de su soporte, cogí el desatascador y empecé a meterlo y sacarlo de mi coño con mucha velocidad. Era fino, pero largo (casi 20 cms) y eso me gustaba. Al ver la ventosa que lleva decidí pegarlo en el suelo. Poco a poco me senté encima, mientras el agua caía por todo mi cuerpo como si de una cascada se tratara. Me lo metí hasta la mitad. Aquello era maravilloso. Subía y bajaba sobre ese palo de goma muy rápido. El agua caliente acariciaba mis senos, mis pezones rojos y duros. En el sube-baja en el que estaba decidí bajar más. Quería introducirlo completamente en mi coño. Lo iba metiendo cada vez más, hasta que llegue el punto en el que mi culo llegó a tocar el suelo. Tenía 20 cms dentro de mi coño. Mis gritos eran tremendos. Me levanté y lo saque todo y me lo volví a meter entero. Era maravilloso. Empecé a subir y bajar lo más rápido que podía, pero necesitaba más velocidad, así que pegué el desatascador a la pared, me puse a cuatro patas y empecé a moverme. En esta postura si que podía moverme más rápido. Empecé el mete-saca. Mis pezones estaban duros como piedras. Mi culo daba golpes contra la pared. Mis gemidos se tenían que oir en todo el bloque. El escalofrío volvió a mí, era mi tercer orgasmo que estaba apunto de llegar. Saqué el desatascador de mi coño y me lo empecé a meter por el culo. Nunca me había metido algo tan largo por mi culo. Lo metí poco a poco, pero estaba a punto de correrme, así que sin pensármelo pegué mi culo a la pared. Eso sí que era dolor. Pero el placer era mayor así que empecé a moverme super rápido, cada vez más rápido. El orgasmo venía, pero yo no iba a parar. Un chorrito de mis jugos comenzaron a caer por mis muslos. Yo seguía moviéndome, hasta que una tremenda descarga salío de mi coño. Era increíble todo lo que salía, jugos mezclados con agua. No paraba de salir líquido, era increíble, yo seguía moviéndome y aquello no paraba de expulsar líquido.

Ya se paró y saqué ese artificio de mi culo. Me lleve la mano a mi coño para probar esos jugos. Eran maravillosos. Ahora sí que me sentía relajada.