Compañeras de cuarto 5
Ella deslizaba las esponja por su piel, le echaba agua tibia que iba aumentando de a poco el nivel de agua con espuma en la bañera, y hacía lo mismo con la otra pierna, pasando luego a enjabonarle la espalda, Thalia podía con sus brazos y torso, valiéndose de otra esponja con forma de hipopotamo.
Thalia seguía con el pie enyesado, el doctor le había dicho que regresara al hospital en un mes para quitarle el yeso, que a esas alturas estaba enteramente firmado por sus amigos y compañeros de clase. Se le hacía muy incómodo caminar y subir las escaleras con muletas, la única ventaja era que ya no viajaba parada en el autobus. Alba la ayudaba a bañarse con el pie fuera de la bañera, y Thalia contaba las semanas y los días que faltaban para que le quitaran el yeso.
- Tres semanas...17 días...dos semanas...10 días...
Y Alba ya se estaba hartando.
Ya deja de contar, me pones nerviosa.
Es que ya no aguanto este yeso.
Pues aguantatelo, o te meto el pie en el agua.
Está bien - dijo Thalia dejando la pierna quieta para que Alba se la anjabonara.
Ella deslizaba las esponja por su piel, le echaba agua tibia que iba aumentando de a poco el nivel de agua con espuma en la bañera, y hacía lo mismo con la otra pierna, pasando luego a enjabonarle la espalda, Thalia podía con sus brazos y torso, valiéndose de otra esponja con forma de hipopotamo.
Dónde dices que compraste esto? - le preguntó estrejando la esponja para que hiciera espuma.
En un bazar chino.
Es muy infantil.
Igual que tú.
No, yo no soy infantill, yo soy re puta, recuerdas?
Ah sí... - dijo con indiferencia enjabonando su espalda.
Sabes? Hace cuánto que no hacemos el amor?
Sí lo hacemos.
Masturbarnos juntas no es lo mismo.
Tampoco puedes hacer mucho, apenas te mueves gritas que te duele.
Cierto. Maldito yeso - exclamó Thalia mirándose el pie con cara de enfado.
No culpes al yeso, solo debemos ingeniarnoslas un poco.
Y cómo? Ya han pasado 18 días y no se te ocurre nada.
No sigas contando, o ya sabes.
Bueno...Y cómo le hacemos?
Yo qué sé? - dijo Alba encojiéndose de hombros sin dejar de enjabonar su espalda.
Algo se nos tiene que ocurrir...
Se quedaron en silencio por varios minutos, solo se oía el sonido del agua y el ruido que hacías las esponjas al meterse en el agua. Thalia pensaba y pensaba, encogiéndose de hombros ante cada idea que implicaba rozarse los pies o tener que moverlos. De pronto Alba gritó "Ya sé!" y Thalia pegó un salto en la bañera que por poco mete el pie enyesado.
Casi me matas del susto.
Ya sé! - repitió. -Quédate ahí.
Qué harás?
Alba se puso de pie, se quitó la remera gris gastada y un poco desgarrada que usaba cuando bañana a Thalia, debajo nunca llevaba sostén, se sacó el short deportivo que solo usaba en esa ocasión ya que nunca iba, fue ni irá a un gym, por último se quitó las bragas y Thalia la miró de arriba abajo tratando de adivinar que haría a continuación. Alba se metió en la bañera, ubicándose en medio de sus piernas, las separó un poco sin dejar que el yeso rozara siquiera el borde, y se inclinó sobre Thalia, besándola a modo de triunfo.
Cómo no se nos ocurrió antes?
Es que tú te quejas demasiado - le dijo Alba antes de volver a besarla.
Thalia la abrazó con fuerza, besándose intensamente, con el agua llena de espuma empapando el cuerpo hasta entonces seco de Alba. Ella se elevó un poco y le besó la frente y los cabellos, Thalia le chupó los pezones mojados y ya erectos, acariciando sus senos, y Alba se levantó un poco más ponindo las manos al borde de la bañera. Thalia le lamió el húmedo abdomen, le levantó un poco más tomándola de las caderas, y su entrepierna quedó ante su rostro. Le lamió los labios rosados y humedos, que tenían un poco de espuma, los lamía gentilmente, y Alba movia sus caderas al ritmo de su lengua, acelerando los movimientos y le presión cuando Thalia le empezó a chupetear el clítoris. Después de correrse, Alba volvió a bajar y besó a Thalia muy apasionada, manoseando sus senos, bajando un poco la cabeza para lamerlos y chuparlos. La volvió a besar dulcemente, deslizo su mano bajo el agua, en su entrepierna, y le frotó suavemente, viéndola cómo gemía, besando uno a uno sus labios. Tuvo una idea y se sumergió bajo el agua, Thalia pegó un ferte gemido al sentir su lengua lamer su sexo y sus labios que chupaban el clítoris. Alba volvió a salir para tomar aire.
Tú sí que te las ingenias - gimió Thalia.
Ajá...
Alba se sumergía por menos de un minuto y volvía a sacar apenas la cabeza para tomar aire y retomar su tarea. Thalia se movía y no dejaba de gemir, con los brazos extendidos sobre los bordes de la bañera. Alba salió del agua por última vez y le rodeó el cuello con sus brazos, Thalia le abrazó por la cintura, apretujándola contra ella y la besó sin poder quitarse esa expresión de asombro y excitación.
Cómo no se nos ocurrió antes...- volvió a decir.
Estuvo bien?
Estuvo asombroso.
Bueno, al menos ya no tendremos que masturbarnos unicamente - dijo Alba y las dos se echaron a reír.
La semana siguiente le quitaron el yeso, y cuando salieron del hospital, Thalia tiró la muleta en un contenedor de basura. Extrañó su yeso cuando ya nadie le cedió el asiento en el autobus ni aunque se los rogara de rodillas, pero estaba contenta de poder ducharse, en la bañera se le arrugaba la piel de los dedos de los pies.
Extrañas a tu viejo amigo?
Quién?
El yeso.
Ah! No, para nada, si lo tengo aquí - dijo THalia refiriédose a que había guardado el yeso en su armario gris y lleno de firmas de colores.
Las dos estaban acostadas en la cama, abrazadas y con las piernas entrelazadas.
Extraño que hagamos el amor en la bañera - suspiró Thalia luego de un largo silencio.
En serio? Arrugarte las manos y los pies?
No eso no.
Entonces qué.
Thalia la miró con ojos picarones e hizo un gesto de ola con la mano.
Ah! Eso! Sí, fue muy ingenioso.
Muy pervertido.
Mira quién lo dice! La reina puta.
Dime puta las veces que quieras, no me ofendes - le dijo acariciando su cabeza.
Puta - le susurró Alba al oído.
Cómo? No escuché bien.
Puta - repitió Alba un poco mas alto.
No te oigo.
Puta!
Qué?!
PUTA!
Y se le tiró encima, aplastándola con su cuerpo, la besó sin dejar de reíse, haciéndole cosquillas y Thalia sacudiendo las piernas al sentirlas. Alba la abrazó y la besó apasionada. Casi por costumbre le manoseó los senos por encima de su blusa, Thalia la miró con los ojos excitados y le dijo:
Podemos saltarnos un par de clases, no crees?
Pero si es sábado.
Ah, claro! Es la costumbre.
Se rieron y se quedaron allí encerradas en el cuarto, sin preocuparse por las clases a las que de tanto faltar se la pasaban pidiéndoles los apuntes de ese día a sus compañeros.
Ok, lo hice cortito pero excitante jeje. Espero que les guste. El proximo cao será mas emocionante e interezante ;-)
Hasta la próxima!
- Brasita