Como una perrita
A veces una es como una perrita meona
Como una perrita.... meona.
Había bebido mucho, estaba muy cachonda y tenía unas ganas de orinar que no podía aguantar.
Cariño, por favor para a un lado de la ruta que me estoy haciendo pis.
¿ No aguantas hasta la estación de servicio?
No, me estoy meando.¡ Para! , por favor.
Dirigió el coche hacia la banquina, había un pequeño camino en el que entró, mientras lo hacía levanté las nalgas y me fui quitando la bombachita. Paró.
Abrí la puerta y me apeé, me subí la pollera hasta la cintura, sentí el frío de la noche, me dio más ganas, me agaché, en cuclillas , agarrada al asiento, abierta un poco los pies para que no salpicarme, me liberé gozosa, soltando un chorro potente.
El bajó, se colocó a mis espaldas, yo seguía orinando, ya más tranquila, relajada, sin la angustia de hacérmelo.
Meas como una perrita - Su voz trasmitía lujuria.
Una perra en celo – respondí , sin levantarme, acabada la micción .
Me agarró por el cuello, me empujó haciendo que mi torso quedara sobre el asiento. Yo estaba entregada, me quedé quieta esperando. Puso una mano en mi cadera , la otra llevó la punta de su pija a la entrada de mi concha.
Te la voy a clavar hasta el fondo, putita.
Hazlo ya ¡ por favor!.
Y lo hizo. Me la metió, penetrando su tranca por mi vagina ansiosa de verga. La clavó hasta el fondo. Se quedó quieto como si paladeara la situación, pero luego comenzó a moverse con embestidas rápidas, profundas, su polla deslizaba lubricada con mis flujos íntimos. Había bebido, no tanto como yo, pero sí lo suficiente para que, junto a la mamada que le había hecho por la mañana, tardara en correrse. Así yo iba teniendo tiempo para subir la montaña hasta la cumbre y despeñarme en el placer del orgasmo.
¡ Sigue!...cabrón ..me estás matando... ¡ así!...dame duro... ¡ más!...¡Maaas!
¿ Te gusta? … guarra...ser una puta viciosa...que te folle en el campo...como una perra.
¡ Siiiii!...ser tu yegua...tu gata ..tu perra....¡Ooooohhhhh!
Me vine al tiempo que largaba su leche . La sacó sin esperar a que se bajara su dureza.
Al coche- ordenó.
Yo agarré unos pañuelos de papel que siempre llevamos en el salpicadero y me los puse en el coño para evitar el reflujo del semen, al tiempo que me sentaba. Él seguía con la polla fuera al entrar en el vehículo.
Deja que limpie la verga -le rogué mimosa.
Y me incliné para meterme su pija en la boca, lamí y chupe hasta que no quedó resto de su leche ni de mis jugos. Seguía dura.
¿ Sigo? Aunque ...-
No , cariño, ya bajara y la guardas entonces. Vamos para casa... Estás muy rica y me llevas poniendo cachondo toda la puta fiesta... Sabes que me pone ver como levantas pasiones... Lo mismo luego repetimos...aunque no tengo veinte años... Pero vamos que hemos corrido un riesgo jodido si algún hijo de puta hubiera parado..y.. Ponte el cinturón.
El coche arrancó , volvimos a la carretera.
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