Como una perra me hicistes gemir...

Tu amo te requiere. Deberás estar a punto a media noche en el Hotel Griego Habitación 215. Encontrarás sobre la cama lo que tendrás que ponerte. Como una perrita seguirás todas las instrucciones y obedecerás sino se te castigará. Tu sumisión será premiada por tu amo el cual te llenara de placeres. No tardes... te quiero putita mía

Sábado medio día y tú de turno de tarde vaya aburrimiento... Acababas de irte y subiendo por las escaleras deseaba que ya pasase la tarde rápido, igual dormiré siesta y para animarme pensé que seguramente que cuando llegaras iríamos algún sitio a tapear y dar un paseo, hacia tiempo que no hacíamos nada. Pero cuando llegué a nuestra habitación había un papel rojo bastante llamativo, me reí pues ya supuse que me escribiste alguna cosita romántica para alegrarme la tarde pero cuando la abrí había una nota que decía:

Tu amo te requiere. Deberás estar a punto a media noche en el Hotel Griego Habitación 215. Encontrarás sobre la cama lo que tendrás que ponerte. Como una perrita seguirás todas las instrucciones y obedecerás sino se te castigará. Tu sumisión será premiada por tu amo el cual te llenara de placeres. No tardes... te quiero putita mía.

Por un momento dudé de lo que ponía la nota y si era real el juego que tramabas pues no te noté nada ni me dijiste nada de tus planes. Al leer la nota mi mente voló a una fantasía que se había iniciado en cuanto la leí, me puse cachonda y sentí como en mi cuerpo recorría el calor y el deseo de estar ya en ese hotel contigo. No sé lo que me esperaba  aunque siempre jugueteamos que eres el que me domina nunca te habías definido como mi amo y yo como tu sumisa  pero el morbo me tenia totalmente mojada y el juego me empezó a gustar.

Son las once, me monto en el coche para dirigirme al hotel, no puedo llegar tarde y quiero estar lista a la hora acordada en la nota. Aparco y me acerco a la puerta del hotel. Entro hasta recepción y miro por todo alrededor por si estuvieras esperándome pero no te veo, el recepcionista me da las buenas noches y me extiende las llaves de la habitación 215 di las gracias y entré en el ascensor. Miré la hora, son las once y media, supuse que me estarías esperando en la habitación. Me notaba excitada y nerviosa deseaba llegar para reírme contigo de lo que me tenias preparado y todo el suspense que habías creado. Llegue a la puerta y pegué por si me abrías pero no contestabas vuelvo a pegar y nada, usé la llave para abrir y en la habitación no había nadie. Había una luz tenue con unas cuantas velas dando un toque de erotismo a la habitación La cama bastante grande y con sabanas de raso blancas. Sobre ella había un conjunto de lencería de satén negro, unos guantes negros, unos tacones de aguja de unos 10 cm de altos muy sexy y otra nota que ya me sonaba pues era el mismo papel rojo que vi en casa. – Prepárate para las doce, espérame de rodillas... besitos mi zorra.

Comencé a desnudarme para cambiarme...  no podía creer que esa situación me tuviera tan caliente, el tanguita me lo notaba empapado y deseaba con ansia el encuentro. Había un gran espejo donde podíamos vernos follar, fui quitándome cada prenda, una vez totalmente desnuda, me dispuse a ponerme la lencería transformándome en una puta. Me coloqué el tanguita negro que se ajustaba a mi coñito y me hacia un culito especialmente mas sexy y redondo... lentamente me puse las medias negras tupidas, coloque la pierna sobre la cama para subirme las medias, me miraba en el espejo con erotismo y me excitaba al acariciar mis pantorrillas subiendo hasta el muslo dejándolo apretado por la cinta de las media que tenía unos brillantitos diminutos en gris. Los tacones de vértigo se abrochaban al tobillo su tacón afinaban mis piernas apretándolas y contorneando toda la hermosura con la combinación de medias. Lo próximo en ponerme seria el corsé  también en negro era precioso, el satén le daba un toque de brillo y era suave. Tenía un pequeño bordado que contorneaba mis pechos, lo apreté bien a mi cintura y note como se ajustaba elevando mis pechos, dando un volumen a mi escote libidinosamente apetitoso, abroché el liguero  a las medias dándome un toque de sensualidad y erotismo a lo que dejaba al descubierto. Ya solo quedaban los guantes de satén, me los coloqué con cuidado y me cubrían casi todo el brazo, me quedaban perfectamente. Al coger los guates halle bajo ellos un collar y otra nota. El collar era de cuero liso y suave, lo suficientemente ancho para cubrir mi cuello y tenia tres anillas. En la nota ponía: – Y como toque final ponte para mí esta correa así serás mi perrita esta noche... tu amo. Así fue, me puse el collar que rodeaba todo mi cuello dándome un toque de liviandad a mi figura. Me miré al espejo asegurándome que todo me quedaba perfecto, el pelo lo llevaba recogido pero lo solté dejando caer mi larga melena por los hombros. Ya estaba preparada para ser tu puta.

Son las doce en punto... suenan unos pasos que se paran ante la puerta. Mi corazón se acelera y mi excitación aumenta. Ante la expectación de ver si entrabas me quedé inmóvil mirando hacia la puerta no recordé que debí ponerme de rodillas. Se escucha el ruido de como introduces la llave y veo como el pomo se gira abriéndose la puerta. Ahí estas tu...  te volviste para cerrar la puerta y en ese momento pude ver lo atractivo y varonil que ibas vestido. Venias de negro y con una máscara que dejaba ver tus sensuales labios. En la mano llevabas un maletín y en cuando te diste la vuelta me dijiste rotundamente: - no me mires a los ojos, ponte de rodillas. El juego iba muy enserio y yo obedecí instantáneamente baje la cabeza y me puse de rodillas. Por el sonido supuse que abriste el maletín y colocaste varias cosas sobre la cama. Te quitaste la chaqueta que traías y la pusiste sobre la silla. Yo seguía inmóvil y a la espera de tus órdenes… sin decirme nada me tomaste del brazo y te sentaste en la cama y me pusiste sobre ti como una colegiala apunto de recibir unos azotes como castigo. Con el pecho en tus rodillas y el culito bien en pompa todo al descubierto. La tira del tanga era bastante fina y se perdía en mi culito y las tiras del corsé se ajustaba a mis nalgas pasando por mis muslos hasta llegar a las medias que lo hacían aún más excitante y sensual…creí que debía prepararme para sentir en cualquier momento un cachetazo, ese instante me excitó, pensé en el modo que me sonrojarías mis nalgas. Comenzaste a pasar suavemente tus manos por mi culito notaba la palma de la mano extendidas contorneando mi cálido cachete tus dedos palpaban mi suave piel hasta que zas! un azote, mi culito se puso tenso y solté un pequeño gemido, sentí que no fue tu mano fue con algún objeto…yo no quise moverme pues quise dejarme llevar me quedé en la misma postura dispuesta a recibir otro y aunque fue un azote en seco y ligero me picó lo suficiente para sonrojar mi cachete. Volviste azotar unas cuantas veces seguidas, sin brusquedad  pero una tras otra me hizo gemir causando dolor y un calor en mis nalgas que advertía que estaría bastante sonrojado. No sé cuántos recibí pero mi coñito estaba lo suficientemente húmedo y deseoso como para estar desesperadamente ansiosa porque me follaras. Mis manos no las pude contener y fui a tocarme y  pude ver que tenías en tu mano derecha un especie de pala rectangular plana la soltaste y me sentaste en tus rodillas - Quieres tocarte no zorra? Déjame probar…   abriéndome las piernas con tu mano llevaste la mía a mi coñito introduciendo varios de mis dedos bajo el tanguita impregnando de flujo el guante que llevaba y arrastrando todo mi deseo en flujo te lo llevaste a la boca y saboreaste mis dedos. Tu respiración se notaba excitada y oía tus sollozos del placer que te proporcionaba mi sabor.- mmm solo podía oír mientras lamias mis dedos mojados…  No podía estar más excitada y deseosa porque me la metieras…me follaras cualquiera de mis agujeritos.

Tu modo de tratarme como de tu posesión los azotes a tu antojo y tu forma de saborear mi flujo me tenía profundamente excitada y recordaba la frase de la carta: Tu sumisión será premiada con placeres así que deseaba más y por esta noche seré tu sumisa si me das lo que quiero: placer.

–Siéntate en la cama. Dijiste.

Sentía mis nalgas ardientes por los azotes pero no me hubiera importado que me hubieras castigado algo mas, sentía que te complacía y eso me gustaba, me senté en el filo de la cama como me dijiste, te pusiste ante mi de pie desabróchate el botón del pantalón bajaste la cremallera y sacaste tu dura y gran polla…Al fin mi dueño se ha compadecido de mi…y en agradecimiento estoy dispuesta a ser lo mas puta posible para satisfacer los deseos de mi amo. Con mis guantes de satén negros aun puestos, cogí tu polla que me apuntaba con deseo… la acaricie  la rodee con mi mano y la estrangule con mis dedos, suavemente la masajee. Acerqué mis labios y roce la punta la tenia suficientemente cerca para olerla y regodearme del placer que me  produciría saborearla. Mi boca espiró un soplo caliente advirtiendo que mis labios se acercaban con deseo. Por fin voy a saborear y gozar tu gran y hambrienta polla. Mis labios estaban ardientes y rozaron tu capullo…saque la punta de la lengua y la humedecí, acaricié tu polla con mis labios la besé y la chupe poco a poco...te masturbaba mientras saboreaba tu capullo mi lengua la contorneaba y la humedecía notaba como tu polla se contraía y lo caliente que estaba, tus gemidos sordos te delataban. Tiraste de mí hasta un sofá que había y allí te sentaste y me puse de rodillas ante ti…  – Continua… pase mi lengua a lo largo de tu polla la pasaba una y otra vez relamiendo… estaba excitadísima y no pude más y la engullí. Sentí como el calor de tu polla invadía mi boca y tu sabor recorría mi paladar dejando una excitante sensación de querer más y más. La devoré hasta quedar sin aliento deseaba sentirla en lo más profundo de mi garganta el deseo por tu polla era inmenso…cerré los ojos mientras la tragaba, la chupaba, la relamía...agarrado a mi pelo tu embestías contra mí, ahogándome, mientras me esmeraba para hacerlo lo mejor posible muy entregada, sumisa…puta. Mi saliva envolvía toda tu polla y me llevaba resto de ella con tu sabor. La engullía una y otra vez deseaba hacerte gozar hasta tragarme tu esencia…paré un segundo para tomar aliento… Me agarraste del cabello tirando de mi cabeza hacia atrás seguro que para mirarme la cara de depravada que tenía en ese momento …- Te he dicho que pares? mi respiración estaba agitada mis labios llenos de saliva que caía por mi barbilla, mis ojos vidriosos expresando quiero más y sin previo aviso, me clavaste tu polla hasta la garganta…Solo dos embestidas…dos profundas y brutales embestidas siendo tu herramienta de placer y mi disposición era a lo que mi amo me permitiera… -Vete a la cama.. Me dijiste extendiendo el brazo y señalándola con el dedo.

Me puse sobre ella a cuatro patas, el pelo me lo puse a un lado dejando al descubierto la correa que me rodeaba el cuello. Tú te paseabas alrededor mío mirándome lo puta que se me veía con la melena cayendo a un lado con el corsé los guantes y unos tacones de zorra…a cuatro pastas esperando a lo que se te antojara. Te paraste  tras de mí para darme varios azotes con la palma de la mano: -Has sido una chica mala, tengo que castigarte ya lo sabes… tomaste de la cama unas correas para sujetarme las muñecas y ponerlas juntas tipo esposas. Me la ataste muy bien quedando los brazos flexionados tras la espalda, me tumbé pero me cogiste por la cintura subiendo mi culito quedándome apoyada en la cama con la cara y el culito en pompa para darme varios azotes de nuevo. Descubriste mi cara apartando el pelo de ella y del cuello… con una correa me ataste como una perra... con una mano tirabas de mi tanga hacia atrás y con la otra tirabas con la correa dándome azotes con el asilla.- Has caso a tu amo… yo gemía, es lo único que me podía permitir… mi excitación aumentaba y estaba totalmente mojada deseando que me la metieras… Me bajaste el tanga a medio muslo aun con la correa en la mano, pasaste tus dedos por mi chochito mojado abriéndolo y casi introduciéndolo avivando mi deseo de que me penetraras. Reculé para que me introdujeras aunque sea un dedo pero me azotaste de nuevo y tirando de la correa fuerte me dijiste – Yo ya sé lo que te gusta… pero si te digo que no te muevas no te mueves y punto… volviste a incorporarme para que mi culo estuviera subido y comenzaste a penetrarme con tus dedos para luego saborearlos como rica miel. Volvías a meterlos y de nuevo a tu boca. Mi flujo era inagotable, estaba empapada pues me tenías muy cachonda. Pasaste tus dedos por todo mi coñito y me diste a probar mi flujo –Abre la boca, te gusta cómo sabe? Es el sabor de tu coñito caliente. A mí me encanta… Dijiste con voz corrompida. Por fin te apiadaste y posaste tu deliciosa polla entre mis nalgas castigadas y enrojecidas, rozándolas de arriba abajo abriéndote camino hacia mi rajita…la sentía muy caliente y dura. Mi amo estaba dispuesto a penetrarme y yo lo deseaba con avaricia… estaba perdidamente caliente y dispuesta hacer todo lo que me pidieras. Por fin tu polla llenó mi coñito, solo necesitaste un empujón y ya estabas dentro de mí. Mi cuerpo entero se estremeció de placer mi coño roció todo su flujo al recibir tu embestida. Boca abajo con la cara hundida en la cama Con mis manos aun atadas a mi espalda mi culito lo más arriba que conseguía, poco podía hacer solo recibir tus embestidas de placer. La estampa estaba clara, me poseías como una perra. Sujetabas la correa con la que me tenías atada desde el cuello, de vez en cuando tensabas y sacudías mientras me penetrabas una y otra vez. Mi gozo era infinito y tú no parabas de gemir de placer.  Me cabalgabas con afán y tu polla se endurecía en cada empujón los dos estábamos asumidos en la pasión del momento.

Me quitaste las correas de las muñecas, pude liberar mis manos pero la situación la dominabas totalmente tu…mi cuerpo era tuyo y lo poseías a tu antojo. Aun sujetabas la correa que me unía como una perra a ti y con ella me guiaste para que me diera la vuelta. Delante de ti sentada sobre la cama pude ver tu cuerpo desnudo sudado y excitado desee lamer cada gota de sudor que brotaba de tu piel, recorrer todo tu cuerpo hasta llegar a tu polla y tomar el afrodisiaco de nuestros flujos unidos pero mi amo es el que decide y tenías otra orden para mí –Túmbate y abre las piernas… Abrí las piernas todo lo posible descubriendo mi coño ardiente y mojado. Tu boca no tardó en estar entre mis piernas y un calor recorrió todo mi clítoris… tu lengua arrastro lo que yo deseaba… nuestro afrodisiaco… nuestros flujos mezclados. Jugueteaste con tu lengua abriéndote paso hasta llegar al manantial de mi flujo…introdujiste tu lengua en mi vagina y saboreaste mi celo. Mientras me saboreabas comenzaste a desabrocharme el corsé para libera mis pechos…Tus delicadas pasadas con tu lengua y tus suaves succiones, me hacen gemir y retorcerme de placer mis caderas se mecían al compás de tus caricias tu lengua se metía por todo mi coñito y repartía placer por donde pasaba. Abriste mucho más mis piernas dispuesto a volver a penetrarme Acercaste tu polla a la entrada de mi coño e iba entrando en mi lentamente. Te deleitas observando cómo mis labios se van extendiendo para acoger tu endurecida polla...abrazándola y engulléndola centímetro a centímetro…Tu movimiento es lento y pausado. Sale y entra con suavidad siento como se desliza y desesperadamente deseo que me folles con fuerza…Ya no puedo más. No aguanto más esta tortura. Necesito que mi Amo me destroce, que golpee su cuerpo contra el mío, que me folle con furia… Necesito correrme… comenzamos a follar descontroladamente… tus manos agarraban con fuerza la correa que me acercaba a ti y con la otra me tocabas los pechos...tus movimientos eras bruscos y me follabas como nadie lo ha hecho en mi vida…. Sentía como en poco mi cuerpo recorría un intenso placer… cada vez penetrabas más fuertemente dejándome completamente llena, dejándola por un instante dentro asegurándote no dejar nada afuera de mí. Mis manos acariciaban mi clítoris. Tu polla  estaba a punto de explotar y yo con ella… tus manos en mis rodillas forzaban mis piernas para abrirlas  más y más para recibir tu polla en lo más profundo de mi… en cuestión de segundo un fuerte orgasmo se apoderó de nosotros llenando mi coñito de tu rica y caliente leche, mi coño se contraía de placer y tu polla salía sus últimas gotas…la sacaste y miraste mi coñito lleno de tu semen con un impulso lo lamiste llevándote parte de el y me lo diste a probar con tu dulce lengua y tus cálidos labios…te quitaste la máscara y nos dimos un profundo beso rodeándome con tus brazos yo me dejé abrazar y me dijiste un hermoso te quiero….