Como una noche puede ser tan cambiante

Mi odiado hermano......me amado hermano

Una noche fuera de control con mi hermano mayor

Una noche en la que despedíamos el semestre académico se convierte en una noche donde mi hermano y yo terminamos envueltos en el deseo, olvidando nuestro lazo familiar.

Me llamo valentina, tengo 18 años, y mi hermano llamado miguel tiene 23.

Hace dos años y luego de salirse de la universidad donde estudiaba mi hermano decidió cambiarse de carrera, mis padres lo enviaron a estudiar a una universidad en otra ciudad lo cual me pareció magnifico ya que él y yo no nos llevábamos muy bien.

Una vez mi hermano se fue de la casa mi vida fue más entretenida, y a pesar de que mi papá me cuidaba mucho pude tener un par de novios sin que él se diera cuenta.

Ya hacían dos años desde que mi hermano se había ido y en ese lapso termine mi secundaria. Tenía 17 añitos recién cumplidos y ya hacia planes de lo que sería mi vida de ahora en adelante. Mi sueño siempre fue estudiar medicina, a lo cual mi papa me apoyo. Pero para mi mala suerte no había medicina en la ciudad donde vivimos. Mi padre vio con muy buenos ojos enviarme a vivir con mi hermano, así no habría que hacer doble gasto. Obviamente que la idea me pareció de lo más patética, pero sabía que mi papa no me iba a mandar a estudiar a otra ciudad sin tener control sobre mí. Después de mucho protestar termine aceptando.

Mi hermano tampoco brincaba de alegría al enterarse de la noticia, me molestaba mucho que mi papa le dijera que tenía que cuidarme mucho y estar pendiente de mí todo el tiempo. Era algo que a ninguno de los dos nos agradaba en lo absoluto pero en términos generales a los dos nos favorecería. A él primero que nada porque mi papa enviaría más dinero para nuestro sustento y a mí porque ya no tendría los ojos de mi papa encima de mí a toda hora y por más que me pusiera a mi hermano de vigilante siempre encontré maneras de pasarle por encima y desobedecerlo.

Más demore yo en llegar a la casa donde se quedaba mi hermano que empezar una discusión con él. Pero eso no era nada novedoso y más bien era de esperarse, después de casi dos horas insultándonos sin parar me fui a mi habitación para no salir más en el resto del día.

Al iniciar mis clases casi de inmediato me hice gran amiga de Camila, una chica muy simpática y muy agradable para conversar, estábamos juntas en todas las materias por lo que se hizo muy frecuente juntarnos para estudiar pero siempre nos reuníamos en su casa porque no quería estar en la casa con el fastidioso de mi hermano. Pero una tarde no fue posible estudiar en su casa por lo que me vi obligada a invitarla a mi casa. Estudiábamos para un examen en la sala de la casa y mi hermano como un buen imbécil ante una chica hermosa empieza a transitar por allí coqueteando con mi amiga. Pero para mí completo disgusto a mi amiga no le pareció indiferente mi hermanito y hasta llego a decirme que estaba bien simpático, en realidad mi hermano si es muy simpático pero eso lo contrarresta con su insoportable manera de ser. En fin mi amiga me insistió tanto que me hizo presentarlos.

  • Miguel, ven te presento a mi amiga.
  • Mucho gusto preciosa, miguel, cómo te llamas?
  • Me llamo Camila, mucho gusto.
  • El gusto es mío, linda.

Mi amiga estaba idiotizada con mi hermano, yo por dentro sonreía ya que ella no tenía ni idea de lo fastidioso que era mi hermano y solo se estaba dejando llevar por el exterior, pero bueno eso era cosa de ella.

Después de algunos días mi hermano y mi amiga terminaron de novios, lo cual no me agrado mucho pero no podía hacer nada.

El semestre paso de volada y en un parpadeo ya estábamos en las últimas semanas, estábamos súper apretadas por trabajos y exámenes que me la pasaba en la universidad más que en la casa.

  • Hola hermanita, te están sacando el jugo no?
  • Uy sí, estoy súper cansada, no veo la hora de vacaciones.
  • Yo también, ha sido un semestre muy duro.

Por primera vez en mucho tiempo hablamos una noche sin pelear, fue agradable esa noche la conversación con mi hermano pero estaba tan cansada que una vez cené me acosté a dormir.

Era lunes de la última semana de clases cuando Camila me dice que el viernes hay una fiesta de despedida en una discoteca, que tendría que ir como fuera. En realidad las fiestas no es lo mío así que no me dieron muchas ganas de ir.

Pero en pocas horas cambiaría de opinión, Camila estaba hablando con Daniel, un chico que estudiaba con nosotras y que estaba como quería, un hombre preciosísimo, divino. Yo me acerque a donde ellos estaban.

  • Ahh, oye valentina, siempre vamos a ir a la rumba?
  • Ahí Camila, no tengo muchas ganas de ir a fiestas.
  • Por qué no, hermosa, me pregunta Daniel.
  • Pues estoy muy agotada y lo menos que quiero es trasnochar.
  • Anda valentina no seas boba, anda, tu serás mi pareja.
  • Y yo por qué?
  • Porque quiero ir contigo.

Me fascinaba la idea de ir con Daniel a la rumba, uno por qué ese chico me encantaba y dos por que en todo lo que iba del año no había tenido nada de acción. Eran casi 6 meses sin nada de acción y tenía que ponerle fin a la sequia y que mejor que con un papacito como Daniel.

Termine aceptando la invitación. Daniel quedo en llegar a la disco a eso de las 10 porque tenía que hacer algo urgente y no podía llegar antes, así que me dijo que me adelantara y esperara por el en la disco.

Me tocaba irme con mi hermano, ya que el iría con mi amiga Camila, la cual también esperaría por nosotros en la disco. Salir con él es algo no muy alentador ya que suele ver con malos ojos mi manera de vestir, y seguramente que esa noche pondría malos ojos al ver mi pinta. Una blusa con un escote bastante pronunciado, el cual dejaba ver gran parte de mis senos y una falda bastante corta, con cualquier agachada mal planeada sería posible ver la punta de mis nalgas, decidí no llevar nada debajo salvo una pequeña tanga. Esa noche estaba dispuesta a todo con Daniel, aunque para ser sincera, no estaba segura de entregarme a él en la primera noche, contando en que realmente pudiera pasar algo con él.

Tal como lo imagine cuando mi hermano me vio puso una cara. No aprobaba mi vestimenta y me dijo algo que me molesto muchísimo y creo que a cualquiera le hubiera molestado.

  • Y tú no tienes nada más corto que ponerte. Pareces una prepago.
  • Respeta imbécil. Es mi problema como me visto.
  • Bueno allá tu. Así vestida no más vas a provocar a los hombres y no podrás sacártelos de encima.
  • De malas, es mi problema.

Estuvimos en la calle esperando un taxi, no nos dirigíamos la palabra para nada. Era un atrevido, pero en el fondo tenía razón, estaba mostrando más de lo que debería. Igual no le di mucha importancia.

Al llegar a la disco estaba Camila esperándonos. Saludo a mi hermano con un beso eterno, y luego me miro y me dijo.

  • Uy amiga, y eso a quien vamos a matar hoy?
  • Ya sabes a quien
  • Uy amiga si ese chico no cae hoy, no cae nunca.

Yo me puse roja ni un tomate porque mi hermano estaba al frente de mí.

  • Ahora no vas a ir de bocón a decirle a mi papá que voy a verme con un chico.
  • Ya estoy cansado de pelear contigo, haz lo que te dé la gana.

Las miradas de odio entre los dos eran más que evidentes.

  • Hay no se peleen. Dijo Camila en un intento de calmar la tensión.

Bueno, entramos al sitio y nos ubicamos en una mesa en un rincón el cual era bastante oscuro. Mi hermano no perdió tiempo y de una comenzó a besarse con Camila. Yo me sentía como una idiota viéndolos. Pero fue por poco tiempo. A los pocos minutos llego Daniel, estaba divino, le hice señas para que nos viera. Me levante y le salude con un beso en la mejilla pero muy cerca de sus labios.

  • Uy mamacita que rica estas
  • Gracias, le respondí yo un poco apenada.
  • Deberías vestirte así mas seguido.
  • Jajaja, tratare papi. Pero ven siéntate. Mira te presento a mi hermano.

Mi hermano tenía ganas de arrancarme la cabeza y a Daniel también. Pero esa cara de malhumorado que tenía me causaba gracia.

Una vez sentados todos comenzamos a tomar, entre baile bromas y alcohol se fue pasando el tiempo, y aun yo no lograba avanzar con Daniel, hasta que en una de esas me anime y lo bese, el me respondió de una manera increíble, besaba como un maestro, estaba flotando en ese instante. De ahí en adelante la noche cambio para mi, ya estaba más sonriente, mi amiga Camila no paraba de felicitarme, estaba muy feliz por mí, pero mi hermano no mucho y mas porque cada vez los besos entre Daniel y yo eran más ardientes, me gustaba el rumbo que estábamos tomando.

Pero todo no iba a ser tan perfecto como parecía. Eran casi las dos de la mañana cuando nos levantamos a bailar, pero en medio del baile el me llevo hacia el sitio más oscuro de la disco y ahí comenzamos a besarnos, era delicioso, nuestras lenguas luchaban sin cesar, pero hubo algo que me hizo aterrizar de golpe. El me estaba acariciando las tetas de una manera poco sutil, era como si quisiera hacerlo en ese lugar, obviamente quería que eso sucediera pero no en ese lugar así que trate de detenerlo.

  • Espera, que haces.
  • Nada mami, sigamos.

Me sentía incomoda ya, por más oscuro que fuera el lugar donde estábamos unos hombres a pocos metros podían verme, lo cual me hizo sentir incomoda. Me había subido la falda tanto que era visible mi tanga para esos tipos que me veían con una cara de morbosos. Una vez ms trate de detenerlo pero no pude.

  • Espérate que haces.
  • Vamos mamita, sé que esto es lo que quieres.
  • No, te equivocas, le dije yo tratando de quitármelo de encima.
  • Esto es lo que quieres, por eso te vestiste como una puta por qué quieres que te coma.
  • Qué te pasa imbécil suéltame. Grite como nunca lo había hecho.

Estaba muy asustada, sentí pánico, y el no poder quitármelo de encima me daba mucho más pánico. Como pude me separe un poco y le di una bofetada. Pero el sin vacilar me la devolvió. Me dio una bofetada súper fuerte que incluso me hizo sangrar. De un momento a otro mi hermano se le tira encima y le da una trompada que lo hace caer encima de una mesa,

  • Como te atreves a golpear a mi hermana grandísimo infeliz.
  • Esa puta me golpeo primero.

Daniel se levanta y se tira sobre mi hermano, intercambian golpes antes de que la gente del lugar los separe, yo estaba tirada en el suelo llorando y sobándome, el golpe que me dio el imbécil ese fue muy fuerte, mi amiga Camila me consolaba, me levanto y me dijo que mejor nos fuéramos a la casa. Mi hermano se acerca a mí y me da un abrazo.

Fue un abrazo súper fuerte, yo me puse a llorar como magdalena en sus brazos, mientras el no me decía nada, solo me acariciaba la cabeza.

  • Vamos a la casa.
  • Si, vámonos, le dije yo muy apenada, no podía mirarlo a los ojos.

Camila tomo un taxi aparte y mi hermano y yo tomamos otro.

En el camino íbamos abrazados, el sangraba por la nariz, aunque muy poco, no nos dijimos absolutamente nada.

Al llegar a la casa entramos sin decir nada aun. El se sentó en el sofá y se agarró la cabeza.

Yo lo mire parada junto a él y otra vez comencé a llorar.

  • No llores mas, ven aquí.

Me senté junto a él y otra vez nos abrazamos, no recuerdo jamás haberme dado un abrazo con el pero me sentía segura en ese momento y muy relajada. Duramos mucho tiempo abrazados sin decirnos nada. Hasta que finalmente nos separamos, pero nuestros rostros quedaron tan cerca uno del otro que podía sentir su respiración en mi rostro. No nos decíamos nada, solo nos mirábamos fijamente uno al otro, el me seco una lagrima que corría por mi mejilla. Lo mire de una manera diferente, pero aun me daba pena por lo que acababa de ocurrir así que le quite la mirada, el me tomo de la barbilla y me puso nuevamente de frente a él, nuevamente nos miramos fijamente y me dijo.

  • Todo está bien, no te preocupes.

Una nueva lágrima salió de mis ojos y él me volvió a abrazar.

  • Ya no llores mas, estoy aquí contigo.

Después de unos cuantos segundos dejamos de abrazarnos y volvimos a quedar muy cerca, mi respiración era más agitada, y la de el también, el ambiente había cambiado, el me miraba de manera diferente, me gusto mucho su mirada, y luego de algunos segundos le di un beso en los labios. Fue un beso de unos 10 segundos, el no se movió para nada y yo tampoco, nuestros labios estuvieron inmóviles en ese beso, no sabía por qué lo había hecho y menos porque él no decía ni hacia nada. No pensaba nada en ese momento. Después de ese tiempo nos separamos y nos miramos nuevamente, pero ahora él fue el que me beso, pero esta vez fue un beso muy apasionado, no pensaba en nada en ese instante solo me dejaba llevar por el, nos besábamos con muchísima pasión, y después de algunos instantes nos descontrolamos, el me acostó en el sofá y me seguía besando, era increíble, ni siquiera me acordaba que éramos hermanos, lo había olvidado por completo, y al parecer el también ya que me besaba demasiado rico y sin preocupación por nuestro lazo familiar.

Pero eso no estaba para quedarse en un simple beso, fuimos mas allá, el me acariciaba mis senos mientras que yo trataba de quitarle la camiseta, no parábamos de besarnos, era increíble lo que estaba pasando en ese momento, mi chucha comenzó a responder, mi tanga estaba ya muy empapada, sentí como si me estuviera orinando, pero no era eso lo que pasaba, mi corazón latía rapidísimo, y mi respiración era demasiado agitada al igual que la de él.

El se inclino un poco y se termino de quitar la camiseta, en ese momento yo me subí la blusa quedando en brasier delante de mi hermano, el inmediatamente comenzó a acariciarlos con mucha delicadeza, pero con mucha hambre por comérselos, nos mirábamos con ese deseo de comernos uno al otro el cual era extremadamente excitante. El me desbrocho el brasier dejando mis senos a su vista, sin perder tiempo abrió su boca y comenzó a chupar mis pezones, yo solo podía guiarlo con mis manos en su cabeza, estaba jadeando como jamás lo había hecho. Era una sensación increíble que jamás había sentido. El seguía devorando mis tetas como loco, después de un rato se levanto y me miro fijamente por algunos segundos, yo le mire y pensé que se había arrepentido pero no le dije nada, el luego comenzó a acariciarme las tetas, yo empecé a desabrochar su pantalón. El al ver mi torpeza se puso de pie y se quito el pantalón. En su bóxer se marcaba su enorme miembro, el cual quería salir de ahí prontamente, me arrime a él y le baje el bóxer, su verga estaba demasiado erecta, lo tome con mi mano derecha y comencé a hacerle una paja, el me tomo por mi mano izquierda y me levanto, y me comenzó a bajar la falda, quede solamente en tanga delante de él. Me miraba extasiado, estaba realmente deseoso por comerme, su verga en mi mano lo decía. Lo senté en el sofá y me agache delante de él y comencé a chuparle la verga, lo hacía como una profesional a pesar que siempre me pareció asqueroso, ese día lo estaba disfrutando, el aroma que despedía la verga de mi hermano me excitaba más aun. Con mi mano izquierda acariciaba mi chucha por encima de la tanga. En medio de mi mamada mi hermano empezó a retorcerse y sin decir nada me lleno la boca de leche, era demasiada, por lo que alcance a tragar bastante, jamás había tragado semen, pero no me detuve en la mamada, mi hermano me llevaba la cabeza mía a su ritmo, hasta que empezó a perder erección, yo seguía chupándole hasta que ya la perdió por completo, entonces comencé a chuparle las huevas, como casi no tenia pelos me hizo más fácil la tarea, sentí como su verga comenzó a ganar dureza y tamaño, cuando ya estaba a pleno me levante me baje la tanga y me acosté en el sofá, abrí un poco las piernas y mi hermano se puso en medio, acomodo su enorme palo en mi chucha inundada y poco a poco comenzó a meterla, sentía como mi chucha se iba dilatando poco a poco a medida que mi hermano entraba dentro de mí. Gemía como nunca, mi hermano comenzó a moverse rítmicamente, primero lentamente pero poco a poco aceleraba lo cual me llenaba de muchísimo placer. Era demasiado rica la sensación, mi hermano me sobaba las tetas y me miraba encantado, yo le miraba encantada también, me estaba dando verga justo como me gustaba, y no tenia reparo en que fuera mi propio hermano, es mas en ese momento ni recordaba que éramos hermanos. Me besaba las tetas, luego me besaba a mí, era increíble lo que estaba pasando.

  • Hermanita, que estamos haciendo?
  • No lo sé, no lo sé, pero por favor no te detengas.

Esas fueron las últimas palabras que nos dijimos esa noche.

Sentí que estaba por correrme, así que comencé a moverme más rítmicamente debajo de él, el entendió lo que pasaba así que acelero el paso, me la metía mas rápidamente lo cual acelero mi corrida, fue una gran corrida, jamás había tenido una así, el luego de un rato metió su cabeza en medio de mis piernas y comenzó a lamerme la chucha, o por dios que delicia, yo me retorcía del placer, mi hermano me estaba haciendo vibrar de lo lindo, y yo solo podía disfrutarlo, gemía muchísimo, se me escapaban unos pequeños gritos. Cuando me dejo la chucha seca me la volvió a meter, esta vez mas pausadamente buscando placer él. la metía rápidamente y luego la sacaba lentamente, lo cual me hacia brincar cada vez que la introducía, era demasiado rico, y me la metía toda, nuestras pelvis se encontraban, el me miraba complacido cuando noto que me entro completa, y yo me sorprendí realmente que tan enorme palo me entrara completamente. Entonces el acelero nuevamente, con sus manos me levanto un poco las piernas y comenzó a cogerme más rápido. Nuestros jadeos se fusionaban, era increíble la sensaciones que la verga de mi hermano le daban a mi cuerpo, pero lo que más me gustaba era la manera en que me miraba, era realmente una situación morbosa, pero terriblemente excitante, luego de un rato sentía que tendría un nuevo orgasmo, así que nuevamente comencé a moverme debajo de él. el al verme moverme de esa manera me soltó las piernas, me la saco y me levanto, me guio hasta el brazo del sofá el cual era más alto, me sentó ahí y me abrió las piernas, el acomodo la verga en la entrada de mi chucha y me puso sus manos en mi cintura y nuevamente comenzó a metérmela, estaba de pie frente a mí y me la metía muy rápidamente y muy salvajemente como jamás me la había metido, rápidamente me corrí, pero mi hermano no dejaba de penetrarme, mis líquidos se escurrían por mis piernas y caían en el sofá, el seguía cogiéndome más rápido aun hasta que sentí como me inundaba por dentro, su leche estaba calientísima y me llenaba la chucha con ella, nuestros gemidos fueron mucho más fuertes, yo con mi corrida y el con la de él, después de algunos segundo finalmente me la saco, nos miramos fijamente y nos dimos un beso, esta vez nos abrazábamos mientras nuestras lenguas se acariciaban en el interior de nuestras bocas, fue un beso súper largo, luego bajo hasta mis tetas y comenzó a chuparlas, luego bajo hasta mi chucha y comenzó a lamerla, ahí se quedó por casi 5 minutos, lamiéndome la chucha, después me acosta en el sofá y siguió lamiéndome la chucha, con cada lamida sentía un corrientazo que recorría mi cuerpo desde la cabeza hasta la punta de los pies. Cuando luego de un buen rato dándome una buena dosis de sexo oral mi hermano tuvo una nueva erección, el se sentó en el sofá y se iba a poner de pie pero yo lo detuve. Lo deje sentado y yo me puse de pie, abrí mis piernas y me monte sobre él, con mi mano acomode su verga en la entrada de mi chucha y luego baje, cuando estaba completamente ensartada lo mire y le di un beso, entonces comencé a cabalgar la verga de mi hermano. El estaba encantado con esa pose la cual es la que más me gusta hacer, yo subía y bajaba sobre su verga mientras él me agarraba las tetas, sus enormes manos en ellas me gustaba muchísimo, yo seguía metiéndome la verga de mi hermano al ritmo que quería, pausado, lento y luego rápido, en ocasiones movía mis caderas encima de él, lo cual le encantaba, una sonrisa de complicidad escapo de mi, y él me acompaño. Así estuvimos un rato largo, hasta que pare para descansar un poco, la corrida mía estaba aun lejos así que tome un aire con la verga de mi hermano dentro de mí. Casi un minuto estuvimos sentados ahí mientras tanto nos besábamos con pasión y deseo.

Luego continué moviéndome encima de mi hermano, el me ayudaba a subir con sus manos sobre mis caderas, sin dudas mi hermano sabia darme lo que necesitaba en el momento exacto, al rato nos levantamos, sin sacármela estuvimos de pie, luego empezamos a bajar en el suelo, el quedo boca abajo y yo encima de el por algunos segundos cogimos así pero luego el me detuvo y me hizo girar, quede dándole la espalda y luego el me hizo levantar, me puso en 4 piernas agarrándome de un brazo del sofá y ya de espaldas a él me comenzó a coger de perrito, ahora el tenia el ritmo en la cogida, yo solo disfrutaba de sus embestidas las cuales aceleraba mas y mas, mis nalgas golpeaban con su zona pélvica, el tenia una vista magnifica de mi culo por lo que con sus dedos comenzó a explorarlo, jamás he hecho sexo anal pero no le dije nada ni hice nada para detenerlo, el seguía metiendo su dedo en mi culo mientras seguía perforando mi chucha, jadeaba como loca, sin dudas esa noche la pase de maravilla, jamás había sentido tanto placer en mi vida como esa noche, y mi hermano seguía dándome más placer, mi hermano comenzó a meter un segundo dedo, la sensación era indescriptible, si bien me dolía un poco el placer que me estaba generando la situación lo mitigaba, por ese motivo le deje seguir, cuando ya mi culo se había habituado a los dedos de mi hermano el me la saco de la chucha y la coloco en la entrada de mi agujerito. Me asuste porque sabía que sería doloroso, pero no le dije nada, solo lo deje continuar, el comenzó a meterla poco a poco, cuando me metió la cabeza lance un pequeño grito, pero le permití seguir, el comenzó a moverse facilitando la penetrada, cada vez entraba mas y mas de su pedazo de carne en mi ano, cuando ya había entrado más de la mitad con sus manos me halaba hacia él, realmente era doloroso, le estaba entregando mi virgen culo a mi propio hermano, el cual lo devoraba con mucha hambre. Ya mis jadeos estaban aumentando de volumen, pero no le decía que se detuviera, hasta que siento como mi culo se llena de un liquido caliente, se había corrido dentro de mi culo, el seguía metiéndola y sacándola, era una sensación bastante rica, porque la leche estaba calientica y mitigaba un poco el dolor que sentí.

Cuando por fin me la saco me volteo y me acostó en el sofá, se puso en medio de mis piernas y volvió a mamarme la chucha, ya estaba por correrme, mis piernas temblaban, ese hombre estaba haciendo estragos con migo, era una delicia, cuando estaba por correrme mi cuerpo se estremeció y luego de eso solté una descarga inigualable, llene la cara de mi hermano de mis jugos, el me seguía chupando la chucha hasta dejarla seca, después yo comencé a lamerle la cara queriendo disfrutar de mis jugos los cuales me encantaba probarlos. El se sentó en el sofá y yo me senté de espaldas a él rodeándome con sus brazos, ahí estuvimos sentados 15 minutos sin decirnos nada, yo estaba sentada en sus piernas, mi espalda en su pecho y con sus manos en mis tetas, él las acariciaba con mucha sutileza haciendo que nuevamente se pusieran duros, era súper tierno, hermoso, los dos hay sentados yo encima de él sin decirnos una sola palabra, sabíamos que lo que habíamos hecho era una locura, que estaba mal, pero no nos arrepentíamos, al día siguiente veríamos a nuestros padres y seguramente sería un momento incomodo, pero no me importaba, había sido una gran experiencia y jamás la iba a poder olvidar no solamente porque había sido incestuosa sino porque había sido tremendamente placentera.

A los 15 minutos me levantó, nos pusimos de pie y nos miramos fijamente, esa mirada indicaba satisfacción, sabía que estaba feliz de que hubiera pasado y yo también lo estaba. El sofá estaba mojadísimo, después de algunos segundos me tomo de la mano y me llevo a su cuarto, al llegar me acostó en su cama y me beso, estaba montado encima de mí, nos besábamos con mucha pasión, era una pasión desbordada que así hubiéramos querido detenerla no hubiéramos podido, sentía como su verga ganaba tamaño nuevamente, la tenía en mi s piernas, el me abrió las piernas y la metió, quedando inmóvil por algunos segundos me miro y me beso, luego comenzó a cogerme, mi hermano era incansable, 4 erecciones en una misma noche, pero la situación era tan excitante que daba para eso, y no daban ganas de parar, el cuerpo era el que ponía limites, estábamos muy cansados, por momentos tomábamos aire, tiempo que aprovechábamos para besarnos tierna y apasionadamente, luego cambiamos de pose, yo me puse encima y ahora era yo la que me movía, mientras mi hermano tendido en la cama jugaba con mis tetas, yo le tocaba las manos y le guiaba hacia donde quería, mientras seguía cabalgándolo, mi chucha estaba llena con su verga pero aun tenía hambre, seguía mojadísima, me acosté sobre él y seguíamos moviéndonos, nos besábamos, y seguíamos. Mi hermano me acostó boca abajo y me levanto por la cintura dejándome la cara en la almohada, y me comenzó a coger en esa posición, así me entraba completa, el no paraba de meterla, y después de un rato intercambiaba de agujero, la sacaba de la chucha y la metía en el culo y luego cambiaba, me estaba dando placer por los dos lados, cuando sentí un nuevo orgasmo mi cuerpo comenzó a temblar, era delicioso, mi hermano seguía metiéndomela hasta que explote, una corrida sensacional que me hizo quedar tendida en la cama totalmente agotada. Pero el aun estaba con ganas, me incline un poco para que pudiera seguir metiéndomela, el me tomo por la cintura y siguió, por mucho que seguía metiéndomela no se detenía, parecía que no se correría nunca hasta que luego de un buen rato se vino, esta vez no fue mucha la cantidad de semen que me echo dentro de mi chucha, pero si fue suficiente para dejarlo muerto del cansancio, se acostó al lado mío, me dio un último beso y me abrazo por detrás, su respiración en mi nuca indicaba que realmente estaba agotado, yo también estaba muerta así que agradecí que ya se hubiera cansado, así nos quedamos dormidos.

Cuando me desperté ya el no estaba en la cama, me senté en la cama y me dio una gran alegría al despertarme en la habitación de él y verme desnuda, sin dudas que no fue un sueño, realmente había pasado. Al rato siento que llega.

  • Hola, ya despertaste?
  • Si, buenos días
  • Buenos días.
  • Levántate y báñate, tenemos que estar en la terminal en tres horas.
  • Si, ya se. Dónde estabas?
  • En la droguería, tomate esta pastilla. Anoche no nos cuidamos.

Le recibí la pastilla, me alegre que siguiera siendo responsable, me preparo jugo para tomar y un sándwich para comer.

Luego de desayunar, me metí al baño, mientras me bañaba note mi chucha aun roja por la gran acción que tuvo anoche y mi culo me ardía, sin dudas fue real, me alegró saber que no había sido un sueño pero me sentía muy apenada con él, y el también se sentía incomodo. Cuando salí, el estaba sentado en el borde de mi cama.

  • Tenemos que hablar
  • Sí, eso parece.
  • Hermanita, no sé qué decir,
  • No digas nada, en realidad yo tampoco sé qué decir. Solo quiero decirte que me siento muy mal por no haberte escuchado anoche cuando me advertiste sobre mi manera de vestir y darte las gracias por haberme protegido.
  • Eres mi hermana, mi deber es protegerte de tipos como ese.
  • Gracias, a pesar de todo nunca supe que tenía a un hombre como junto a mí.
  • Me alegra que lo hayas notado.
  • Que le diremos a mis papas?
  • No le diremos nada, nada de lo que paso con Daniel y lo que paso luego menos.
  • Está bien. Será nuestro pequeño secreto.
  • Nuestro gran secreto querrás decir.
  • Tienes razón. Después de esto nada será igual entre los dos.
  • Seguramente, esto va a cambiarnos la vida, ha sido una noche muy placentera y jamás la olvidare.
  • Yo tampoco, gracias hermanito. Te quiero

Le di un abrazo y le bese los labios.

  • Vístete rápido para comprar algo a mi mama antes de irnos.

Fuimos caminando unas cuadras abrazados cuando Camila me llama al celular.

  • Hola amiga como estas?
  • Hola cuñada. Bien y tu
  • Bien amiga, en serio estás bien.
  • Si amiga, ya voy saliendo con mi hermano para la terminal.
  • Amiga tenemos que hablar bien, estoy preocupada.
  • No te preocupes, a lo que llegue me conecto para que hablemos bien ok?
  • Si listo. Me pasas a mi amor.
  • Si claro.

Mi hermano hablo con ella por casi todo el trayecto hasta que llegamos al almacén donde compraríamos un collar a mi mamá. Después de ahí hasta llegar a la casa no hablaríamos mas del tema. Y pasaron casi tres semanas hasta que volvimos a hablar de eso aunque para dejar claro que no podríamos hablarlo con nadie, y que no podría volver a ocurrir, pero el deseo es tan grande que no pudimos contenernos por mucho más tiempo.

Pero eso será en una nueva oportunidad, espero que les haya agradado. Si alguien tiene experiencias con hermanos por favor dejen su correo para contactarlos, me encantaría compartir historias e intercambiarlas.