Como un despiste cambió mi vida
Ese body que no ordené, esa frase que recordé y ese impulso que sentí. Gracias mamá
Muy buenas a tod@s,
Para los que ya han leído algún relato mío, decirles que suelo mezclar ficción con realidad, ya que desde muy joven, siempre me decanté por lo femenino, por usar toda la ropa de chicas que caía en mi mano, etc.
Una de las cosas que me pasó de niña, era que no era muy cautelosa con la mallas o bodys deportivos que usaba de mi mamá y hermana, a veces escuchaba la puerta de la casa y me lo quitaba y dejaba por ahí, cosa que nunca me echaron en cara ni regañaron, sólo que un día mi madre encontró una malla de aerobic preciosa en la cocina y la escuché decir, "ya se la ha dejado Daniel aquí"....
Al poco tiempo de esa frase que se me repetía en la cabeza (cosa que es real) fuímos un día a comprár a unos grandes almacenes y entramos en C&A, donde pasamos por suerte para mi por la zona de lencería. Ese día, y pese a que normalmente me quedaba embobada con los bodys, vi una braguita culotte de un azul verdoso precioso, y mi madre se percato de que la estaba mirando:
Mamá: Hijo vamos
Yo: ..... ( ni la miré, estaba obnibulado)
Mamá: Daniel hijo vamos que te estoy llamando.
Yo: ( ni caso)
Mamá: (se acerco a mi) Daniel hijo te estoy llamando, estás en otro mundo, que miras.
Yo: nada mamá, perdona.
Mamá: Te gustó el culotte? son bonitas y el color es precioso, tienes buen gusto
Yo: Si son muy bonitas, me las compras.
Mamá: Hijo.... son de niña.
Yo: Lo sé mamá, pero me gustaron. Es malo?
Mamá: Malo no es, pero... no se que decir.
Yo: Las pago yo si quieres, pero tengo curiosidad.
Mamá: No será la primera vez creo.
Yo: Si mamá, la primera.
Mamá: Seguro?
Yo: Un culotte si ( y le guiñé el ojo)
Fue un minuto de complicidad absoluto, ella queriendo sacar información, pero como dicen un gesto vale más que mil palabras.
El resto de la compra fue más silenciosa pero con mucha complejidad por mi parte, que de por sí, siempre la tenía, pero no veía hora de ir a casa.
Al llegar, y aprovechando que mi padre pasaba grandes temporadas fuera, y que además mi hermana no estaba en casa, no veía el momento de que me diese mi comprita, pero la muy graciosa esperaba imagino que yo se la pidiese.
Yo: Mamá.
Mamá: dime Daniel.
Yo: no te hagas la tonta.
Mamá: no te entiendo.
Yo: Dejame las braguitas por fa.
Mamá: OK, pero ten cuidado que no te vean, eso sí, ahora subo y me las enseñas.
Las cogí, y con la suerte de ser lampiño, ser flaquito me las puse acomodando mi cosita ( pequeña por cierto). Que culito más bonito me hacía. En esas entra mi madre, y me ve, me ruboricé mucho, incluso consciente de que iba a entrar.
Yo: Avisa mamá por favor, me has asustado y me da vergüenza.
Mamá: Vergüenza? un hijo que le pide a su madre unas braguitas dice que le da vergüenza enseñarselas???
Yo: NO es lo mismo.
Mamá, a ver que te observe, te quedan muy bien, a ver el culo? ( me volteé). Estos culottes son increibles, de espalda pareces una niña
Yo: Si? de veras?
Mamá: Por? te quieres ver como una niña.
Yo: Buena mamá, tu sabes que me pruebo tus bodys, te escuché el otro día.
Mamá: Lo dejaste tu ahí, no?
Yo: Si. lo siento.
Mamá: no pasa nada, pero que no te vean, a mi me da igual.
Yo: de veras.
Mamá: Claro, lo imaginaba desde hace tiempo. te puedo preguntar una cosa?
Yo: Dime.
Mamá: Como te quedan mis bodys?
Yo: Creo que genial, bueno el blanco de seda me queda grande aun, pero los entallados de poliester con elastan, genial, se amoldan al cuerpo, y el que encontraste el otro día, es mi favorito, ya que la tira de la cintura, me hace silueta femenina.
Mamá: Te lo traigo y me lo enseñas
Yo: Vale mamá. ( di un salto juntando las manos de emoción)
Mamá: Aquí lo tienes
Me quité el culotte, y me puse el body acomodando mi pene bien. El resultado le gustó a mi madre, quien me sentó y me empezó a acariciar el pelo, no lo tenía largo, pero si lo sufieciente para hacer un toque femenino, cogió una diadema, pinzas, y lo estilizó, me dio una base de maquillaje y frente al espejo me ví más femenina que nunca.
Yo: Mamá estoy guapísima.
Mamá: Hay Daniel, esto me va a dar muchos problemas hijo. Pero te ves tan bien, tan guapa
No pude más que abrazarla.
Mamá: Y bueno, así como te llamo?
Yo: Lidia me gusta
Mamá: Ok Lidia, hija. Por una tarde creo que es suficiente para mí, pero tendremos que hablar de esto.
Yo: Gracias, puedo quedarme así vestida y maquillada un rato?
Mamá: OK, pero antes de que llegue tu hermana te duchas. Y ponte algo, no querrás ir en body por la casa.
Yo: Puedo cogerle la falda ajustada negra a mi hermana?
Mamá: Vale, pero se la devuelves en su sitio.
Entré en el cuarto de mi hermana, y la cogí, mmmmmm que sueño, estaba siendo todo demasiado bonito, pero lo quería disfruta al máximo. Pasaron un par de horas, y bajé a tomar el café con mi madre, como hacía siempre, y se me volvioó a quedar mirando.
Mamá: Es que estas guapísima.
Yo no hice más que dar un par de vueltas sobre mí, levantando y doblando una pierna en una pose muy femenina.
Mamá: Mirala que coqueta ella. Tomas café?
Yo: Si mamá, pero yo lo hago.
Y empezamos a ver la serie de sobremesa que siempre veíamos juntas. Pero en esta ocasión yo me atreví a decirle cuanto me gustaba como vestía esta actriz, su pelo, etc. Mi madre escuchaba y no pasaba de monosílabos, pero yo estaba la mar de agusto.
Mamá: Bueno Lidia, creo que es momento de cambiarte, vamos poco a poco. ok?
Yo: Claro mamá.
Subí, me duché y le dejé el culotte en su cajón de lencería. Pero al llegar la noche, cuando abrí mi cajón de calzoncillos, encontré una nota que decía que mi ropita en mi cuarto, y junto al culotte, encontré una braguita alta faja balnca de playtex, "esto es un regalo".
Los días siguientes transcurrieron con normalidad, colegio, deporte, y cuando estabamos solas le pedía permiso para vestirme y tomar café juntas. Así debieron transcurrir dos o tres semanas, hasta que volvimos a salir de compras. Recuerdo que al entrar a H&M, vi un body blanco en oferta. Mi madre se percató en seguida, y fuimos hacia allí.
Mamá: Nos lo llevamos, está de oferta.
Yo: Porfa.... me encanta.
Justo en ese momento, se le cayó la cartera y me agaché a cogerla, y se percató de que llevaba unas braguitas puestas, ya sabéis la tira que marca una braguita.
Mamá: Cariño, llevas una bragas puestas?
Yo: Si mamá, las playtex.
Mamá: Tienes que tener cuidado. Se nota que las llevas si te agachas, baja de rodillas, ok?
Yo: ok, perdona, fue sin pensar.
Mamá: A ver adelántate que te vea, subete un poco la camiseta.
Le hice y no mucho, pero moldeaba mi figura, y yo había cogido mis jeans más ajustados.
Compramos el body, y fuimos de paseo, en el que ella, me preguntó algo que venía merodeando su mente:
Mamá: Daniel hijo. Tu que sientes? que quieres con todo esto? no se como actuar, que hacer o decir, ya sabes que no me importa, pero veo que para ti no es un juego.
Yo: Mamá, yo sueño con ser una niña, desde que recuerdo, cada día y a cada hora, miro, observo, copio e imito sus poses movimientos y anelo ser niña.
No podía reprimir las lágrimas mientras decía eso, casi pidiendo disculpas.... mi madre me abrazo y solo dijo "tengo miedo, pero vamos pasito a paso".
Llegamos a casa y ordenamos todo y al subir al cuarto vi el body sobre mi cama, con una nota, "avisame y nos lo ponemos juntas, tengo uno igual".
Empezaba una época distinta en mi vida, cada momento que estabamos juntas nos vestíamos y me enseñaba, y pasaron unos meses hasta que nos sentamos y me expuso todo lo que podía acarrear dar pasos adelante, me habló de la transexualidad, de los cambios, del rechazo, de las fobias, y me preguntó que si yo me había plantado algo de eso.
Yo: Mamá yo sólo se que quiero ser una niña, una mujer, no se que he de hacer y me importa poco el camino, si estás junto a mi. Sólo me preocupa Papá.
Mamá: Yo siempre estaré a tu lado, lo sabes, y tu hermana que sabe de todo esto, entiende que necesitaba desahogarme con alguien. Papá es otro tema, pero si no quiere estar con nosotras, será su problema.
Pasadas unas semanas, mi madre pidió cita en la unidad de disforbia de genero, donde comenzaron las sesiones con la psicóloga, y una de las etapas más duras es cuando te piden vivir como chica( yo aproveché el verano sin colegio para empezar), y recuerdo la primera sesión a la que fui vestida, a la que nos acompañó mi hermana, y de veras parecíamos gemelas, ya que tenemos rasgos muy parecidos. La psicóloga me dijo que estaba muy femenina y que reafirmaba su idea y valoración. De ahí pasamos al endocrino que empezó con un tratamiento para bloquear las hormonas masculinas y sustituirlas por estrógenos, en tratamiento suave por mi edad.
Pasados dos meses si notaba algún cambio en la piel, pero sobre todo es tu cabeza, tu imaginación, tu sueño que se puede convertir en realidad.
Recuerdo como empezaron a salirme los pechos, esa formita puntiaguda, recuerdo como en el instituto me acogieron lo suficientemente bien, ya sabéis a palabras necias .... y los cambios en mi cuerpo que fueron a más. Recuerdo las salidas con mi hermana y sus amigas, la primera mirada a un chico, la primera de un chico, el primer roce, el primer beso, todo son recuerdos que tienen probablemente afloraron al olvidarme un body en un sitio incorrecto, al escuchar una frase y al ver ese culotte, que por cierto aun guardo de recuerdo.
Hoy ya adulta y operada, mujer al 100%, sigo disfrutando con mis bodys, diseño un linea de lencería por encargo como hobbie, estoy soltera pero no aburrida.
No quería hacer un relato con contenido sexual, si no, más de inicios y sueños.
un beso a todas y que lleven bien la cuarentena