Como tú no hay dos

Con el título basta y sobra para entender de que se trata ;) lo leen o no lo leen, saludos!

Ya tengo lista la reserva en un restaurante especial para esta noche, a las 00hs. cumplo 4 años con mi novia, da la casualidad que también cumplo años, asique festejo doble con la persona que amo.

Me gusta ser detallista cuando la persona me importa mucho, incluso sin recibir nada a cambio soy feliz, ver la cara de sorpresa y emoción de mi amor cuando la consiento, me llena el alma.

Nos conocimos hace unos cinco años atrás, entré a trabajar a una empresa, y mi primer día de trabajo, tenía que estar a las 8 am. y llegué puntual, me presenté en la entrada y me dijeron que no me podían dejar subir porque no había llegado nadie de la empresa aún.

Digamos que mi primer día de trabajo, la empresa no me dio una buena impresión, yo llego temprano y resulta que no había nadie, quien los entiende, en la entrevista habían remarcado muy bien el tema de los horarios, pero bueno, me dispuse a esperar a que alguien llegara, total asumí que tardarían unos minutitos más.

Una hora más tarde llegaba ella, con su pelo negro algo corto recogido y un trajecito de oficina un tanto informal, pero delineaba muy bien su figura, en verdad, nada del otro mundo. Nos presentamos y subimos, me mostró todo el lugar, era grande y espacioso, se notaba que estaba todo bien organizado.

Nos dispusimos a trabajar, ella me enseñó todo lo que había que hacer en el área donde ella trabajaba, lo poco que me mostró lo entendí bastante rápido, asique me puse manos a la obra. Finalizando el día se acercó mi jefe, hicimos las respectivas presentaciones y me comunicó que me necesitaba para otro sector, por lo que le dije que estaba de acuerdo, nada mas tenía que aprender otras cosas más.

Los siguientes días fueron de aprendizaje, conocer a mis nuevos compañeros que de a poco fueron dejándome sola en las tareas a realizar, a ella la veía poco y nada, no es que compartiéramos todo el tiempo, de hecho me sentía un tanto incómoda con su presencia, las pocas veces que estábamos solas y hablábamos de algo, me sentía hasta tensionada, digamos que su presencia es bastante intimidante, quizás por eso es que me ponía así.

Algunas veces venía a mirar como trabajaba, otras se ponía frente a mí y apoyaba sus manos en mis hombros y me pedía que la acompañe a dar una vuelta porque necesitaba salir a fumar para desestresarse, parecía ser que alguna fijación tenía conmigo, porque me trataba diferente al resto, pero lo único que sabía en ese entonces, es que a mi ella me ponía por demás nerviosa y si evitaba tenerla cerca, mucho mejor. Encima para desgracia mía, vivía cerca de mi casa, por lo que a veces nos volvíamos juntas, no alcanzaba simplemente con irme casi corriendo de la oficina, por alguna razón el destino nos hacía cruzar todas las veces.

Las cosas fueron cambiando desde el minuto en que empecé a ver como se transparentaba su cuerpo en esa camisita blanca algo entallada que marcaba su delicada silueta, cuando se esforzaba en alcanzar algo del estante que estaba arriba de todo y sin querer me lucía un trasero bien firme y en su debido lugar. No sé como en ese momento no me di cuenta de que la veía con otros ojos.

Un día llegó mi jefe diciendo que ella se tomaba una licencia médica, que iba a faltar unos días, me aviso a mí para hacérselo llegar al resto, ya que teníamos que completar el trabajo pendiente de ella, ya que nadie cubría su puesto, asique todos teníamos que colaborar en que ese sector no quedara rezagado del resto.

Entre mis compañeros y yo, tratamos de adivinar los causales de su falta, algunos decían que tiraba licencia para hacerse echar, ya que en una ocasión presentó su renuncia y el gerente la convenció de quedarse, obviamente le debe haber ofrecido más dinero, otros decían que enfermó, aunque nadie la había visto con ningún síntoma.

Al final, solo faltó dos días, no fue tanto el tiempo que se tomó, el día que ella llegó, yo estaba de espaldas a la entrada, asique cuando se acercó a saludarme no me percaté en ese momento de lo mal que se veía, y no me refiero físicamente, mi compañero la saludó y le preguntó si estaba bien, dijo que tuvo problemas familiares, pero que estaba bien. Lógicamente, no le creí, pero que podía hacer, mi momento para preguntarle cómo estaba ya se había pasado, solo me quedaba observarla desde donde yo estaba y ver su cara con una expresión de tristeza, que no se le iba con nada. A lo mejor, como mujer, y persona allegada, mi deber era ir a acercarme y brindarle mi apoyo, tratar de indagar sobre lo que le pasaba y tratar de ayudarla de alguna manera, pero no podía, no tenía la confianza suficiente, y si la conocieran, entenderían que es bien especial para esas cosas, desde donde estaba parada, la veía, fría, triste y hermética.

Pasó todo su turno focalizada en el trabajo, sin hablar con nadie, su mirada me llegaba hasta lo más hondo de mi alma, no sé por qué razón, pero así me sentía, me moría de ganas de abrazarla y decirle que sea lo que sea que le haya pasado, todo iba a estar bien, darle un beso en la frente y acariciar su pelo suavemente para brindarle tranquilidad. Cuestión que mientras ella se concentraba en el trabajo, yo hacía todo lo contrario, termine yéndome última por tener trabajo atrasado, pero con una certeza, y es que ella me gustaba... y mucho.

Ese día se hizo de noche para volverme, mientras viajaba en el micro hasta mi casa, iba con una sonrisa de oreja a oreja pensando en que esa mujer que hacía un tiempo me ponía nerviosa y creía que yo le gustaba, termino por gustarme ella a mí y con la incertidumbre de si en verdad yo le gustaba.

Para ese entonces, hacía muy poco que había descubierto que me inclinaba para ambos sexos, algunos dirán que no se puede ser bisexual, pero la verdad es que uno siente lo que siente, eso no quiere decir que a todo el mundo le pase, hay mujeres que solo le gustan los hombres y otras solo las mujeres, y estamos las que nos gustan ambos, la cuestión que asumir eso, te hace abrir a otras cosas, y enfrentarte al mundo de manera diferente, pero más allá del qué dirán, lo que me preocupaba era saber si iba a encontrar a alguien que sea igual que yo dentro de mi entorno. Antes vivía mi vida diaria pensando que todos a mi alrededor eran heterosexuales, excepto los que se notaban demasiado que no lo eran, por lo que al asumirme como bisexual, y querer intentar tener una relación con una mujer, cosa nunca antes hecha, me hacía preguntarme si podría llegar a encontrar a alguien sin tener que recurrir a internet.

Pasó un tiempo y a medida que mis radares se calibraban, descubrí que en mi trabajo, habían al menos cuatro o cinco personas de las que podía percibir que tenían inclinaciones homosexuales, lo cual me hacía pensar que antes estaba muy errada, somos más de los que pensamos, no, no todos a nuestro alrededor son heterosexuales.

Porque digo cuatro o cinco personas, la quinta era ella, todavía no me cerraba su situación sentimental, si era o no era, no podía sacarle la ficha, simplemente no podía.

Después de aquella vez en que la vi tan mal, al asumir que me gustaba, también me propuse a mí misma, tratar de acercarme a ella y poder conquistarla. Asique empecé a acercarme a ella de a poco, tampoco podía ser tan evidente, por lo general ella siempre se acercaba a mí, nada más que mi trato paso de no hablar de nada, a charlar de casi todo de la vida. Ahora sí, que volver a mi casa era mucho más entretenido, nada de huídas y escapadas rápidas, ahora era un placer.

Un día salimos muy tarde del trabajo y me dijo de ir a comer algo, obviamente dije que sí, no había probado bocado en horas. Después de cenar me preguntó si me tenía que ir, así nos quedábamos un rato mas charlando y tomando algo. No sé si fue el vino o el ambiente, pero la charla paso de trivialidades a contar las cosas que uno tiene bien guardado en el fondo de su corazón, finalmente supe la razón de su ausencia los otros días.

Ella estuvo mucho tiempo en pareja con un hombre, vivían juntos y tenían planes de casamiento, un día por casualidades del destino llego una hora antes de lo normal a su casa y se encontró con su pareja en la cama con su mejor amiga, después de eso quedó muy mal, cambió de una relación a otra pero nada era igual, pero lo que terminó por romper en mil pedazos su corazón, fue que ese mismo tipo, se iba a casar con su madre.

Qué podía decir en ese momento, no se me ocurría nada, esta confesión excedía los límites de mis capacidades mentales, simplemente la mire a los ojos y no dije mas nada, le acaricié la mano y nos quedamos en silencio un rato, no sé con exactitud cuánto tiempo paso, pero esa conexión, fue sin igual. De a partir de ese momento me propuse arreglar su corazón, no importaba si no era correspondida, simplemente sentí que ella tenía que estar bien, sin importar si yo ocupara ese lugar o no.

El tiempo fue pasando, nuestra amistad crecía cada día más, estar con ella era infinitamente placentero, y aunque me moría de ganas de besarla, seguía sin saber si le iban las mujeres o no, nunca hablamos de ese tema, hasta que un día charlábamos en su casa, sentadas en el sillón, surgió una conversación sobre la lectura, y no sé como terminé diciéndole que escribía, cuando me pregunto que escribía no tenía otra que contarle, le dije que escribía relatos lésbicos y se sorprendió un poco pero terminé contándole que era bisexual, pero que no tenía mucha experiencia con las chicas, más que algún beso en alguna fiesta.

Ella se preguntaba que se sentía besar a una mujer, y aunque quise explicárselo, no fue tan fácil que entendiera, entonces me hizo una propuesta que me dejo de piedra. No se me ocurrió nunca que me dijera que le diera un beso para ver qué era lo que tenían de especial las mujeres. Nos miramos a los ojos y me dijo que qué esperaba para besarla, si tan solo supiera que no era tan fácil, respire hondo y me acerqué lentamente a su cara, puse una mano sobre su mejilla muy despacio y pude sentir como se estremeció ante tal contacto, toqué sus labios con los míos y le di un beso corto, suave, hice una pausa y la volví a besar, esta vez acariciando su labio inferior primero, luego el superior, con la punta de mi lengua los rozaba lentamente, sintiendo como se desesperaba por profundizar ese beso, que no quería que terminara nunca. Poco a poco el beso se hizo mucho más intenso, una de sus manos la colocó en mi nuca, enredando sus dedos en mi cabello, la otra la apoyó en mi pecho agarrándose firme de mi ropa, fue el beso más apasionado que di en mi vida y sin duda el que más me gustó, pero tenía que terminar, mis capacidades pulmonares estaban en el límite y necesitaba el aire, quede con mi frente pegada a la de ella con los ojos cerrados, sintiendo como nuestros alientos se chocaban entre sí. Me alejé lentamente y cuando nos miramos, me dijo que era mejor que me fuera porque ya era muy tarde.

Me fui totalmente descolocada, me repetía miles de veces "la cagué, la cagué, la cagué!...", para peor, era fin de semana largo, es decir, tuve que estar cuatro días en vilo, esperando que llegara el día en que volviéramos a trabajar y nos veamos las caras. No sabía que pensar, yo en ningún momento le dije que me gustaba, pero en ese beso entregué todo de mí, seguramente se dio cuenta y ahora no quería saber nada, para mí ya era muy tarde, me había enamorado hasta la médula.

En el trabajo, las cosas fueron para peor, me ignoraba, no me saludaba, nadie entendía que había pasado, por qué de repente pasamos de ser amigas a no dirigirnos la palabra, me preguntaban a cada rato y se me hacía un nudo en la garganta, me escapaba al baño y dejaba caer mis lágrimas, a veces sentía que me ahogaba de dolor, tenerla tan cerca y a la vez tan lejos.

Unas semanas después yo estaba en mi casa escuchando música, sin nada que hacer la verdad, toda esa situación me tenía en total desgano, cuando me suena el teléfono y era ella, lo miré sonar y no me di cuenta que paso un rato y dejó de sonar, me quise matar un momento, tanto tiempo esperando que me dijera algo y cuando me llama no atiendo, pero antes de hacer nada volvió a sonar y atendí, me dijo que si le podía abrir que estaba abajo, casi muero cuando dijo eso, que hacía abajo? Le avisé al conserje que la dejara pasar y que subiera, sonó la puerta y cuando abrí me la encontré con los ojos cristalinos y con una cara que no sabría descifrar si era tristeza o confusión.

Verla de esa manera me hacía sentir miles de cosas, quería abrazarla y decirle que la amaba, pero no sabía qué era lo que la tenía así. Me quede parada junto a la puerta y nos quedamos mirando unos segundos a los ojos, sentí que me atravesaba con su mirada, como si quisiera buscar algo dentro de mí, mi corazón palpitaba cada vez más rápido, y ella se empezó a acercar lentamente, puso sus manos en mi cara y me besó.  Fue tan inesperado que la mano que tenía apoyada en la puerta se soltó y perdí un poco el equilibrio, me sujetó de los hombros para que no me cayera y me volvió a mirar otra vez como antes, qué era lo que quería? matarme acaso?

Tenía un mar de confusión en la cabeza, ella me llevó hasta dentro, nos acomodamos en el sofá y me dijo que todo lo que pasó la dejó en desconcierto, sintió que ese beso fue algo más que un simple beso de alguien que quería probar qué se sentía, pensó que yo la había traicionado al no decirle lo que sentía, sabiendo lo frágil que ella era, cómo podía haber jugado con ella de esa forma, yo quería decirle que eso no era así, pero no me dejaba hablar, me dijo una cantidad de cosas que la verdad no se me hubieran ocurrido pensar, - realmente la cagué - pensé...

No podía hacer otra cosa que mirar para abajo, mis lágrimas en ese punto, salían sin permiso, no soy de las personas que se muestra llorando, pero no podía evitarlo, hasta que me dijo que por favor no llorara mas, que no lo soportaba, no alcancé a enojarme por lo que me dijo, porque enseguida aclaró que la primera vez que me vio salir corriendo de la oficina me siguió y me escuchó llorando en el baño, y así cada vez que lo hacía, ella estaba ahí, tratando de decidir si entraba o no, lo único que sabía era que yo le importaba demasiado pero la situación se le había ido de las manos, nunca pensó que podía amar a una mujer.

Mi cabeza iba a mil por segundo y con eso último frenó de golpe, dijo "amar a una mujer"? Sentí que se me secó la boca, me limpié las lágrimas y me volví a mirarla, asintió con su cabeza como si hubiera escuchado mi pregunta, y de esa manera, esta vez con palabras, le dije todo lo que sentía por ella, sentíamos lo mismo la una por la otra. Estábamos abrazadas cuando se acerca a mi oído y me susurra  - ya son más de las 12, Feliz cumpleaños mi amor! Quiero que seas mi novia -. Una corriente me invadió todo el torrente sanguíneo, no podía creer que hace unos minutos sentí que la perdía y ahora quería que fuéramos novias.

Desde ese entonces y hasta el día de hoy, me he dedicado a hacer de su vida una felicidad constante, me desvivo por ella.

Salimos a cenar, fue una velada placentera, me dijo que todavía no me iba a dar mi regalo porque era una sorpresa y no podía dármela en el restaurante. Yo por mi parte, de regalo de aniversario nos regalé unos días en un hotel spa que quedaba a dos horas de la ciudad, así nos relajábamos de tanto trabajo y stress.

Al día siguiente, el día de mi cumpleaños, por la noche, la gente de mi trabajo (ya no trabajamos juntas) organizaba una fiesta en mi honor, y como ya estaba todo hecho no me podía negar, lo único malo es que a ella no le caían muy bien mis compañeros, y al día siguiente tenía un viaje de no sé qué y tenía que madrugar, asique me mandó sola a la fiesta.

Ya en la fiesta, trago va trago viene, estaba muy entonada, alegre más que nada, estaba en mis cabales todavía, cuando siento unas manos en mi cintura y una voz muy sensual en mi oreja diciéndome que desde que entró al local, no paró de verme y quería darme un regalo "especial" ya que sabía que yo era la agasajada, cuando me doy vuelta para ver a esta desconocida y mandarla por donde vino, me encontré con una morenaza sensual de pies a cabeza, una escultura hecha persona, un vestido que apenas le cubría los muslos, tenía un escote que parecía infinito y unas botas largas de cuero que la hacían ver por demás sexy . Llevaba el pelo largo ondulado, tenía unos ojos que cautivaban a cualquiera. Con una sonrisa muy picarona me hizo señales de que la siguiera y no dudé en ir tras ella.

Nos metimos por una puerta con un cartel que decía "prohibido pasar - solo personal autorizado", ya sé como venía la mano.

Una vez metidas ahí adentro me plantó un beso que podría haber matado a cualquiera, una mezcla entre sensualidad y deseo desenfrenado, me quitó todo el aire de los pulmones.

A duras penas pude decirle - tengo novia...- la mire suplicante.

  • Yo también tengo novia, pero eso no importa ahora - me dijo mirándome con deseo.

Se me subieron todos los colores, no podía creer la situación en la que estaba, pero me estaba calentando a más no poder. Me volvió a besar, pero esta vez mucho más intensamente, si es que se podía. Mis manos recorrían todo su cuerpo, desde su espalda hasta esas piernas firmes y bien trabajadas que me estaban volviendo loca, empecé a deslizar mi mano lentamente por su pierna levantando de a poco su vestido, sintiendo que debajo de este no tenia puesto nada más que su piel lo cual me quemó el cerebro, mientras ella me abrió la camisa haciendo volar varios botones, la deslizo por mis hombros pero era tal nuestra desesperación por tocarnos que enseguida puso sus manos en mi pantalón y empezó a aflojar mi cinturón y desabrochar los botones de mis jeans .

Mientras yo subí mis manos y la tenía abrazada por los hombros, besaba y lamía su cuello con vehemencia, ella acarició mi espalda baja y metió sus manos por entre mi piel y mi bóxer haciéndolo bajar junto con mis jeans justo por debajo de mis glúteos, nos besábamos muy violentamente, no sé quién quería tocar mas a la otra, pero nos peleábamos por acariciarnos cada vez más, estando en esas sentí como metió su mano entre mis piernas y de lo húmeda que estaba metió dos dedos de una, haciendo que arqueara mi espalda y pegando un grito algo ahogado por los suspiros que me hacía sacar, ella me penetraba mientras que con una mano me masajeaba uno de mis senos y con su boca lamía y mordía el pezón de la otra. A su vez yo la tenía apretada contra mí agarrada de esa cola divina y paradita que tenía, nos movíamos en un vaivén frenético, estábamos sudando demasiado, sentía la humedad que corría por su espalda y eso me ponía peor, yo sentía que me venía en cualquier momento y ella también, asique para hacerlo más excitante, la penetré con tres dedos y en ese instante acabe con sus dedos dentro mío y unos segundos después ella hizo lo mismo.

Respirábamos con dificultad todavía, todavía sentía espasmos por todo mi cuerpo y en el de ella también, cuando logramos normalizarnos, la ayude a acomodarse el vestido que lo tenía casi que en su cuello y yo me subí los pantalones y me acomodé la camisa que carecía casi de botones.

Cuando terminamos de arreglarnos, me dio un beso muy tierno, la abracé y le dije al oído - te amo mi amor, con razón no me podías dar la sorpresa en el restaurante, nos habrían echado! -

  • jeje si amor, esto lo venía pensado hace días, se lo mucho que te gusta hacer este tipo de cosas "morbosas" y nunca te doy el gusto, pero es tu día y quiero que tengas todo lo que me pidas, porque te amo demasiado,  pero vamos, que tengo otra sorpresa más que darte -.

Me morí de amor con esa declaración, por lo general ella es tan conservadora a la hora de hacer el amor, muy pocas veces tenemos sesiones de sexo salvaje por así decirlo, pero esta vez sí que me sorprendió, dejo de lado todo su pudor para venir así como así, a una fiesta y violarme en un cuartucho de uno por uno. Como no amarla, si es un sol, no espero nada a cambio cuando digo que quiero hacerla feliz, pero ella se preocupa de regalarme detalles que parecen que no tuvieran importancia para los demás pero conociéndola a ella, se que le cuesta hacer este tipo de cosas, sabiendo que yo jamás le voy a pedir que las haga.

Cuando salimos del lugar, nos metimos rápidamente al auto porque nos empezó a dar frío y yo no tenía la camisa completamente cerrada.

En el camino pensé que me iba a dejar a mi casa y ella se iba a la suya, ya que tenía que viajar, pero el recorrido no era el habitual, - para dónde estamos yendo? - pregunte con incertidumbre.

  • Estamos yendo a casa amor - la mire con cara de no sé de qué me estás hablando.

Se empezó a reír de mi cara y me dice, mira en la guantera - ahí está la otra parte de tu sorpresa, no era la idea, pero tengo miedo que te tires del auto si no te digo antes -. Abro la guantera y me encontré con una cajita diminuta con un juego de llaves adentro y unos papeles de la escritura de una casa a nombre de las dos.

Mi cara era de desconcierto total, miraba las llaves y la miraba a ella y no entendía nada, se estacionó frente a una casa que habíamos visto hace meses atrás y bromeábamos con irnos a vivir ahí.

  • Bienvenida a casa amor, feliz aniversario! -.

è tutto finito

PS: les mando un saludo muy especial a todas las personas que comentaron los relatos anteriores,  me agrada mucho que les guste, me infla el ego jajaja (sufro de egotitis)

PS2: para una persona que se hace la ofendida si no le responden al momento, yo tambien te quiero mucho tontita ;)