Como termine teniendo sexo con mi cuñada

Mi mujer dormía mientras yo en la habitación de al lado ayudaba a mi cuñada con su masturbación.

Cuando nació mi primer hijo, hacia ya un par de meses que mi cuñada había llegado a España. Ella vino antes que su marido buscando trabajo.

Mi cuñada no es nada del otro mundo. Es delgada, no esta agraciada con pechos grandes, ni con un buen culo, pero en fin, es mi cuñada.

Para principios de verano, ella se vino a pasar un fin de semana con nosotros a nuestra casa. El primer día fue muy normal, bajamos a la piscina y pasamos la tarde. Ella se marcho hacia la piscina para darse un baño y pude constatar que su cuerpo era tal como me había imaginado. Poco pecho y un culo bastante escurrido, así que no la preste mucha mas atención.

Esa noche, como todas desde que había nacido mi hijo, mi mujer se fue pronto a dormir. Eso hizo que nos quedáramos solos mi cuñada y yo en el salón viendo la tele. Como no había nada interesante, hablamos de todo un poco. Para hacerlo mas llevadero, la pregunte si quería beber algo, a lo que respondió que le gustaba tomar una copa de vino por la noche. Así que nos bebimos una botella entre los dos, y mientras nos la bebíamos hablábamos.

Nos fuimos a dormir sin mas. Fue una charla tranquila y placentera.

Al día siguiente lo pasamos muy parecido al día anterior, y al llegar la noche se repitió lo del día anterior, mi mujer se fue pronto y nos quedamos de nuevo solos. Como ya sabia, abrí una botella de vino y mientras hablábamos y veíamos la película, nos tomamos la botella. Como la película no había terminado, abrí una segunda botella. Como estábamos mas atentos a lo que hablamos que a la tele y como ya los efectos del vino empezaban a mostrase, no nos dimos cuenta que la película había terminado y empezado otra.

Cuando me di cuenta, en la televisión apareció una escena donde la protagonista le estaba haciendo una mamada en el  coche a su novio. Mire a mi cuañada y al verla que me miraba a mi y no a la tele, pensé que no se había dado cuenta de lo que estaban poniendo. Continuamos hablando un rato y decidimos irnos a dormir. Ella se marcho y yo me quede recogiendo los vasos y las botellas vacías.

Cuando salí de la cocina, la casa estaba a oscuras y en silencio, o casi en silencio. De la habitación de invitados salía unos pequeños gemidos que llamaron mi atención.

Decidí acercarme a oscuras y vi que la puerta de la habitación de invitados no estaba cerrada del todo. Mire por la abertura de la puerta y pude ver la habitación con algo de luz que venia de la farola de la calle. Al ser verano y hacer calor, dormíamos con las ventanas abiertas.

Cuando mis ojos se acostumbraron a la tenue luz, pude darme cuenta de lo que estaba pasando. Mi cuñada que llevaba mas de cinco meses sin su marido, se estaba masturbando. Yo hasta ese momento no había tenido ningún pensamiento erótico con mi cuñada. Ni me llamaba la atención , ni es mi tipo, ni nada, pero allí estaba, con su mano metida en su tanga y acariciandose el clítoris. Me paso lo que suele pasar en esos casos. Empece a excitarme. Mi cuñada me estaba regalando una masturbación. Con mi verga bien erecta, empece yo también a pajearme. Por un motivo que desconozco, sincronice mi masturbación a la suya.

Mi juicio nublado, por un lado por el vino, por otro por la película y que mi mujer no me atendía sexualmente como antes  por el nacimiento del niño, empece a pensar que pasaría si intervenía en el juego que de forma individual había empezado mi cuñada. Seria bien recibido?, montaría un escándalo?, y mi mujer...

Entre mis pensamientos y mi masturbación andaba cuando de repente pensé. Porque no darla un beso en la boca. De esa forma, si no fuese bien recibido, al menos podría controlar que no chillase. Quizás, con  juicio, jamás me hubiese atrevido, pero en ese momento, esta idea tan absurda me pareció genial.

Armado con el valor que dan dos botellas de vino, una verga bien hinchada y los huevos llenos de no haber descargado desde hacia semanas, tome la decisión.

Me acerque a ella. Seguía con su masturbación. Su boca entre abierta dejaba salir unos leves gemidos que estoy convencido que si no hubiese habido alguien en casa, hubiesen sido alaridos de placer. Pude comprobar que sus ojos estaban cerrados, asi que, a la de una, a la de dos y a la de tres.

Mi boca se pego a la suya como una lapa. De manera inconsciente mi lengua entro como un torbellino para acallar cualquier intento de levantar la voz. Sorprendida, abrió los ojos, me miro con los ojos muy abiertos. Pero ya no podía echarme hacia atrás. No había pensado en el siguiente paso. Tenía que hacer algo rápido. Sin pensarlo dos veces, mi mano, que antes había estado cogiendo mi verga, bajo por su brazo hasta alcanzar su mano que estaba oculta entre sus muslos. Poniendo mi mano encima de la suya, empece a seguir su movimiento rítmico que llevaba en su masturbación.

Con sus ojos clavados en los míos, note como era su lengua la que estaba saboreando cada rincón de mi boca. Emocionado por el momento, aparte su mano de sus labios mayores y tome las riendas de su masturbación. Con su mano liberada, me la puso en la cara interior de mi muslo y desde ahí, empezó a subirla hasta alcanzar mis huevos.

Cogió con ganas mi verga, y con suaves movimientos, empezó a masturbarme siguiendo el ritmo que mi dedo hacia en su ya hinchado clítoris.

Pasado unos momentos, deje de besarla y buscando una posición mas cómoda, mi verga sin quererlo, rozo su boca. Mi intención inicial fue simplemente masturbarla pero ella al parecer buscaba algo mas y sin darme cuenta, mi pene estaba a buen recaudo dentro de su boca. Aunque mi mujer me la chupa, normalmente es muy simple y es mas paja que mamada. Pero, ahí estaba mi cuñada regalandome una mamada en condiciones.

Deje de masturbarla para centrarme en su mamada. Su movimiento rítmico me hacia enloquecer de placer. Primero me succionaba el glande con fuerza y con un movimiento rápido se introducía toda mi verga en su boca, manteniéndola dentro por un tiempo que a mi me parecía eterno.

Con mi verga bien hinchada y lubricada, mi glande rojo por las succiones y mis huevos bien doloridos por las ganas de correrme, saque mi pene de su boca y prepare para penetrarla. Mi sorpresa fue mayúscula cuando al ponerme de rodillas en frente suya, levanta sus piernas y mostrando ambos lugares de placer me dijo: elige y ataca.

Nunca había tenido sexo anal. Y allí, en ese momento, mi cuñada se ofrecía sin mas. No lo pensé dos veces, coloque la punta de mi pene en su ano y sin mas, empece a empujar. Notaba la resistencia que ofrecía su estrecho ano, y eso me excitaba. Con cierta prudencia, empujaba y me retiraba ante el fracaso de las primeras intenciones. Fue entonces cuando ella tomo las riendas. Se coloco de lado, cogió mi pene con su mano, se acerco mi glande a su ano, y sujetando con fuerza mi pene, se introdujo primero la cabeza.

La sensación fue apoteósica, veía como la cabeza de mi verga había desaparecido en su estrecho ano. Con la excitación de un novato, empece a empujar con la sola idea de meterla hasta el fondo. Ella se entrego sin mas, por lo que mis envestidas fueron subiendo de velocidad y de fuerza. En esa postura, ella podía seguir masturbando mientras mis huevos pedían a gritos poder descargar de una vez.

Sujeto a su cintura, la apreté con fuerza hacia a mi con la única intención de correrme lo mas adentro posible. La corrida fue brutal. Sentía sus espasmos anales como si fueran pequeños mordiscos. Y así, en esa postura, me quede hasta que mi pene se fue desinflado y saliendo por si solo del culo de mi cuñada.

Me marche el cuarto sin mas.

Espero que lo hallan disfrutado, aunque entiendo que no tanto como yo que aun hoy sigo teniendo encuentros con ella.

Pueden enviarme sus comentarios a salvag67@gmail.com