Como sufro (01: Sirviendo de chofer)

Las "molestias" que me provoca mi hermano con sus borracheras (tengo que ocuparme de mi cuñadita).

Capitulo I

"Sirviendo de chofer"

Eran las ocho y treinta de la noche, estaba realmente cansado. Entre los exámenes que había tenido por la mañana y los entrenamientos de Judo, estaba que sólo quería caer en mi camita y roncar toda la noche.

Dejen me presento, mi nombre es Ernesto, pero mis amigos me llaman "Dago", soy alto y algo corpulento (1.90 y 95 Kg.), moreno y como ya dije, practico Judo. Lo que a continuación les redacto corresponde al día en que me estrene en mi vida sexual...

Aunque les resulte difícil creerlo, a mis 18 años sólo había tenido un par de novias (de las que les decimos acá en México "de manita sudada"), no es que sea un monstruo ni nada por el estilo, modestia aparte dicen que estoy, bueno como decirlo, que tengo buena apariencia (punto de vista femenino).

Mi hermano me había pedido mi auto con el pretexto de que el suyo estaba fallando y como saldría con su novia, no quería pasar vergüenzas. Pero la verdad, que obviamente yo conocía, es que le resultaba incomodo follar con su novia en su auto, ya que es modelo compacto, ya saben sólo dos asientos, (en cambio el mío es un mustang '64, un verdadero clásico con espacio de sobra para aquellos asuntos).

Yo no me rehusé, pues no era la única ocasión en que lo hacía, además yo también le debo favores a mi hermano. Decidí irme al gimnasio en bus, ya que su auto me resulta en extremo incomodo: las portezuelas son muy pequeñas, el asiento esta muy cercano al volante, es más, ni siquiera me caben las piernas bajo el volante!.

El caso es que seguramente iban a tener sexo, dado que mi hermano es lo suficientemente tacaño como para no pagar un hotel, lo más seguro era que lo harían en mi querido carrito.

Cuando salí del gimnasio era algo temprano para ir a casa, así que decidí caminar, de paso a casa hay un mirador hacia el mar, y ¡Ho sorpresa!, ahí estaba estacionado mi carro, seguramente estarán follando, pensé, me acerque sigilosamente dado que comenzaba a oscurecer y esto me permitiría ver lo que sucedía dentro del auto, y ¿que creen?, pues ella estaba haciéndole el amor al asiento trasero del auto, déjenme explicarle, mi hermano (que se llama José, pero generalmente lo llamo pepe ó cosa) no se parece en lo más mínimo a mi, aunque es cuatro años mayor que yo, es mucho mas bajo y delgado que yo; aunque mis amigas dicen que es atractivo.

Bueno no estaba haciéndole el amor al asiento, lo que pasa es que como ella estaba arriba casi no se veía mi enclenque hermano bajo las hermosas curvas de Erica; bueno, el caso es que me puse muy cachondo al ver ese hermoso cuerpo semidesnudo agitado, y ni que decir de los gemidos que hacia eran dignos de la mejor película pornográfica. Pero decidí dejarlo hasta ahí y seguí mi camino a casa.

Una vez en la casa no pude hacer nada antes de jalarle el cuello al pato (hacerme una paja) pensando en lo buena que estaba mi cuñada, ahora que lo recuerdo no la he descrito: Ella es bajita 1.60 ó 1.63, cabello rubio (desafortunadamente teñido) hasta los hombros, tiene un culo paradito, sumamente redondo y muy firme; pero lo que me enloquece son sus pechos, debe ser una talla 100, son muy redondos y firmes. Es por ello que mi paja fue de órdago. Una vez saciados mis instintos sexuales de di un baño y baje a la sala a ver que había en la tele, allí estuve un rato hasta que escuche llegar mi auto, digo mi hermano (se nota que quiero más a mi auto que a mi hermano??), al parecer una vez que terminaron "sus asuntos", fueron a algún bar y ahí se le pasaron un poco, momento, un poco no, bastante, las copas a Pepe; su nivel etílico llegó a tal grado que fue Erica quien condujo hasta casa. Una vez que le ayude a entrar lo tire en el sofá y pedí a Erica un momento para ir por una chaqueta, claro está que en el estado en que se encontraba Pepe, tendría que ser yo quien llevara a Erica a su casa.

Una vez de camino a su casa, (debo decir bastante a las afueras de la ciudad) hablamos de cosas triviales, hasta que de pronto nos encontramos hablando de sexo, de que podemos hacer como hombres para que las mujeres puedan gozar más, etcétera. Yo que para ese entonces no había tenido relaciones sexuales (a lo más que había llegado era a que Karen, mi actual novia, me hiciera una paja) solo afirmaba lo que ella decía y sólo hacia uno que otro comentario. Dado el tono de nuestra conversación me atreví a preguntarle que tal funcionaba mi hermano, a lo que ella respondió en tono de confesión...

  • Pues la verdad, no se lo vallas a decir, pero varias veces he tenido que fingir para no hacerlo sentir mal.

No pude evitarlo y solté una sonora carcajada a la vez que le daba unas palmadas al volante, pues mi hermano presumía de ser un todo un protomacho, y escuchar aquello de la boca de su propia novia, no era para menos. Pero al parecer a ella no le causo gracia y prefirió no seguir hablando.

  • Oye, disculpa, no quería hacerte sentir mal, pero es que... (Obviamente no había disculpas pero yo insistía).

  • Eres un mocoso muy grosero y no tienes respeto por tu propio hermano, dijo en un tono muy seria,

  • No es cuestión de respeto.

Y ambos nos callamos por varios minutos hasta que para acabar con aquel silencio sepulcral dije..

  • Seguro el briago de mi hermano ni siquiera te invito a cenar verdad?? - dije mientras entraba al estacionamiento de un restaurante de comida rápida -.

  • Pues… no.

Fue lo único que atinó a decir. Compre dos ordenes y me dirigí a la mesa que ella había elegido. Estábamos comiendo entre un silencio similar al de hacia unos minutos cuando ella lo interrumpió

  • Lo de hace rato, por favor no se lo vayas a de decir a Pepe,

  • Descuida, dije tomándole la mano, para darle algo de confianza, la verdad no pensaba decírselo, solo que...

Calle en seco.

  • Sólo que que??.

  • Bueno tu tampoco vallas a decirle lo que te voy a contar, es mas no estoy seguro de debértelo decir...

  • Habla ya!! – me dijo con voz mandona –

  • OK, a mi y a nuestros amigos, Pepe siempre ha presumido de "hacer gozar como locas" a todas las chicas con las que ha estado, y al escucharte decir lo de hace rato no pude contener mi risa.

  • Así que por eso fue tu carcajada

  • Pues si, ó ¿tu que creíste?

  • Pues no te vayas a reír, pero lo primero que se me vino a la mente fue que creías que yo era una especie de ninfómana insaciable.

  • No nada de eso, lo que me causó risa fue saber que a mi hermanito se le truena pronto su pistolita.

  • Ha no, de pistolita nada, pepe está bastante dotadito, lo que pasa que no lo sabe usar muy bien.

Yo me callé, pues nunca había comparado a "pancho" (mi miembro), con el de nadie mas, mucho menos con el de mi hermano, y francamente yo no podía etiquetar a pancho como small, mediumm o large.

Por ese o cualquier motivo seguimos comiendo pero cambiamos el tema de conversación. La plática estaba muy amena, y me atreví a invitarla a un bar para seguir charlando, ella aceptó ya que era temprano, y había decidido divertirse y no dejaría que la borrachera de mi hermano lo impidiera.

Salimos del restaurante y la lleve a un bar que conocía, es un lugar bastante agradable e íntimo, nos sentamos y comenzamos a charlar, al paso del tiempo los tragos comenzaron a fluir. Y para variar nuestra plática nuevamente recayó en el sexo. Ya con los efectos del alcohol sobre nosotros comenzamos a bailar, eran unas canciones muy románticas (All for love, Unchinerd melody, y algunas más), el caso es que la cosa comenzó a subir de tono (algo que no me desagradaba) y comenzaron las caricias, yo le besaba el cuello, los lóbulos de las orejas, enredaba su cabello en mis dedos; a lo que ella respondía pegándose más a mi cuerpo, la situación hizo que pancho se despertara, cosa que yo quise disimular, pues no quería que Erica creyera que yo era todavía un lujurioso adolescente que no controlaba sus impulsos sexuales (les recuerdo que entonces yo sólo tenía 18 años). Por fortuna pronto termino esa ronda (era música en vivo), lo que me permitió despegarme de ella. Una vez sentados ella se me acerco más de lo debido, al parecer mis caricias la habían encendido, cosa que no me sorprende, dado que habían tenido relaciones y tomé como hacho que había quedado insatisfecha...

  • Sabes, con Pepe nunca me divierto tanto, el sólo entra a los bares a embriagarse, y nunca bailamos. Seguro que ustedes son hermanos??

  • Al menos eso dice papá.

Conteste cuando voltee a verla, en ese momento su rostro me pareció algo angelical sus ojos, sus mejillas y sus labios me dijeron bésame, mis impulsos fueron seguidos por mi cuerpo y nos vimos enfrascados en un apasionado beso, y nuestras caricias comenzaron a dejarse ir. Así estuvimos un buen rato hasta que me pidió ir a un lugar más privado yo no lo pensé dos veces, (saber que mi hermano no era capaz de satisfacer a una mujer, tenia que limpiar el apellido de la familia, a quien quiero engañar, la tipa me volvía loco y yo estaba como burro en primavera), pague la cuenta y salimos disparados a un hotel, mal anoté mi nombre mientras me registraba en recepción y sin más ya estaba desnudándola. Ella traía puesto un vestido con tirantes muy pegadito a su cuerpo, y con un escote que empujaba sus turgentes pechos hacia arriba, me acerque y la rodee con mis brazos, nuevamente le estaba besando el cuello, cosa que al parecer la excitaba en demasía baje su vestido y para mi sorpresa o llevaba ropa interior, al parecer, igual que a mi, le gustaba la libertad. Me abalancé sobre su pechos y comencé a chuparlos cual infante busca el alimento, pero con la diferencia que yo buscaba placer. Ella suspiro y apretó los dientes, solo se dejaba llevar.

  • Que bien lo haces.

Me despego un poco y con un par de movimientos se deshizo del vestido y quedo desnuda, me miró con lujuria y se acercó seductoramente a mi, me desabotono uno a no cada ojal de mi camisa, metió sus manos entre ella y mi pecho y la tumbo haciéndola hacia atrás, se adhirió a mi pecho en un beso y me bajó mis jeans, y dio un saltito hacia atrás cuando mi pene saltó como resorte al ser liberado de su prisión, debo admitir que nunca lo había visto tan erecto. Ella se fascino con el y comenzó una mamada de antología, a decir verdad me costo trabajo no descargarme en ese momento. Se separó y se recostó en la cama, era una inminente invitación al sexo oral, yo nunca lo había hecho y se lo hice saber

  • Tú haz lo que te diga y déjate llevaaaaaaaar

Había iniciado, besé sus labios exteriores, de esos besitos llamados de piquito, hacia movimientos circulares con mi lengua, y encontré su clítoris, bese frenéticamente su botoncito, como tantas veces lo había visto en películas porno (no, mentira no he visto tantas películas) ella solo se retorcía en la cama llegando a dificultar mi labor, cuando apretó mi cabeza con sus muslos, y se levanto un tanto de la cama a la vez que un quejido de desahogo escapaba incontenido por su boca

  • Haaa, nunca me había corrido con una comida de coño!!

Nunca me hubiera imaginado escuchar esas palabras de su boca, pero era evidente que estaba pasada de tragos.

Se incorporó y me dio un beso, yo estruje sus pechos soltando ella nuevamente unos pequeños gemidos

  • Ya quiero sentirte entro

  • Es que, como decirte… nunca lo he hecho.

Ella me miro a los ojos y me dijo – Entonces, será un honor – me jalo de las manos hacia ella, quedando ente sus piernas, yo, aunque nunca había tenido relaciones, no era ningún bobo y sabía que hacer, me deslice hasta quedar apuntando a mi tolete en su entrada, y comencé una serie de movimientos hasta que mi miembro se introdujo en su recinto, ella me abrazo encajando sus uñas en mi espalda, lo que ocasionó en mi un reflejo por el cual hundí un poco más mi pene en ella. Comencé el bombeo primero lento, luego un poco más rápido y haciendo luego unas pausas para sentir al máximo aquel placer; cuando sentí sus piernas rodear mi cintura recordé una posición que siempre había querido experimentar, cesé mis movimientos ella abrió sus ojos y me miro un tanto desconcertada

  • Espera un poco y ya verás.

Dije mientras la levantaba en vilo y dí unos pasos hacia la pared, todo esto sin sacar mi miembro de su vagina, la apoye de espaldas a la pared manteniendo la posición (ella me rodeaba el cuello con sus brazos y la cintura con las piernas) y comencé a envestirla con furia contra la pared, sentí que la penetración era total pues mis testículos rebotaban en la entrada de su chocho, yo la sujetaba por sus redondas nalgas y hundía m cara entre sus pechos alternando mis lengüetazos entre ellos, ella solo aullaba como una gata y pedía más, de pronto se vagina se estrecho, nuevamente clavó sus uñas en mi espalda me apretó con sus piernas y tubo un orgasmo descomunal, lo que ocasiono que me viniera a borbotones dentro de ella, y no se si su orgasmo se prolongo a causa de mi corrida o tuvo otro más, me dirigí a la cama y la acomode en ella, luego me deje caer e su lado, ella rodó y se acomodo sobre mí acariciándome el pecho

  • Definitivamente Pepe no es tu hermano

CONTINUARÁ