Como si realmente hubiera sucedido

Por que una palabra no expresaría cuanto eres en mi vida, te dedico las horas de escritura.

Estando dormida, en esa alcoba pestilente a sudor,  soñando que tu estabas en un lugar complicado, con las mismas deudas de siempre, en ese momento suena el teléfono y eres tú la que llamaste para decirme que hablara con los abogados y les explicara que no ibas a poder pagar tus deudas, por que tenias problemas donde estabas,  por la renta, la comida e incluso el perro, aunque no te agradan los animales, te compraste uno en aquella veterinaria por donde pasabas diario a tu trabajo, te gusto un perro lanudo ya que te recordaba a mi hermano, con esa misma inquietud e intrepidez que él demostraba, tu querías tenernos contigo, pero siempre te angustiaba que no tuviéramos que comer.

Yo angustiada con el teléfono en mano, te explicaba que no podía hacer eso, que tú lo tenias que realizar, ¿quién era yo?, un miserable mortal que no podría sobrevivir sin ti, además siempre tenia que realizar las filas enorme en el banco para ir pagando el rédito cobrado por la ambición de los empresarios, tal vez era una forma tan simple de ver la vida y de culpar a otros por tu mala organización. Tú, lo único que me decías era que me extrañabas y lo único que yo intentaba decirte es que volvieras. Estando en la cocina donde estaba el teléfono, se encontraban presentes mi abuela y mi tía, diciéndome que estabas en un lugar mejor y que no tuviera cuidado, aunque ese alejamiento y sufrimiento no ha terminado, yo te sigo esperando, fue lo ultimo que te alcance a decir por que se corto la llamada. No importando lo que pensara mi tía, lo que me imaginaba era que regresaras, las cosas por acá no se veían muy bien, el dinero que enviabas no alcanzaba para cubrir las necesidades de la casa, ¡y mi familia¡, si a eso se le puede llamar familia, lo único que pensaban era en la ambición de quitarnos el poco dinero que nos enviabas, de la misma forma en que lo hacían cuando tu estabas con nosotros, como siempre anotando todo en esa libreta que he llegado a odiar con un sentimiento indescriptible, pero bueno al final siguen siendo familiares. Al realizar la suma total de lo que consumíamos claro esta, ya va incluido el aire que respirábamos,  el día que nos llegaba tu dinero, salíamos debiendo a tal extremo que si me pusiera a trabajar lo juntaría en diez años y eso ganando salario mínimo, yo pienso que si gano dos salarios mínimos lo pagaría en la mitad de los años.

Me retire de la cocina y me dirigí hacia la habitación, no sin antes dar un vistazo al reloj de pared que marcaban las 11:15 de la noche y darles un beso de buenas noches a mi tía al igual que a mi abuela, inmediatamente ellas se dieron cuenta la frialdad con la que me retire al cuarto, el cual no era muy acogedor que digamos pero al menos tenia una ventana en la que veía pasar a gente que no me atormentaba como lo hacían ellas, lo que veía por la venta era al mismo vecino llegar a su casa briago después de irse a un burdel, señoras que pasan después de haber ido a la casa de alguna de sus amigas donde seguramente platicaban cosas destructivas acerca de las demás personas, hasta que vi pasar a un joven el cual me llamo la atención, pero no  en exageración, es mas, no tenia algún atractivo visual, simplemente que era muy extraño que por esas calles, a esas horas de la noche caminaran los jóvenes, por lo regular pasaba gente mayor, en esos momentos sentí ganas de hablarle, quitando por encima de mí los enigmas de que el hombre tiene que hablarte a ti como mujer, al igual que todas esas bazofias de llegar virgen al matrimonio, aunque si le dices eso alguna de tus abuelas, con todas esas cosas de que son religiosas, serian capaz de mandarte con el cura a rezar padres nuestros y aves marías, aunque ni siquiera se enteran en que cosas anda el curita, ya que nada mas van a misa a oír el sermón pero no observan a la gente después de eso, aunque hay algunas personas que lo hacen de  mas. Pero bueno, lo que sacaría con decirlo  es un azotón de boca. Ese muchacho tal vez lo volvería a ver o tal vez no, pero al menos era algo diferente que pasaba en el resto del día, cerré la ventana, camine hacia la cama en la cual estaba tendida la sabana preferida de mi madre, la cual tenia una rosa en el centro, aludiendo el mismo nombre de ella, al lado se encontraba la repisa con dos libros llenos de polvo, y no por que no los haya leído, sino por que no me gustaba realizar limpieza en el cuarto, siempre el agotamiento es lo principal que tienes que satisfacer con una larga siesta, pero esa vez no sucedería así, agarre el libro lo hojeé un rato hasta que encontré una frase que me encanto pero que ya no la recordaba por el tiempo que había pasado, el porque esta claro, yo era de esas personas puntuales he incluso llegaba cinco minutos antes de la hora, pero lo que me importaban eran otras situaciones en mi vida. Arregle todas las cosas para ir a la escuela, en especial los zapatos que deberían de estar siempre limpios el porque es simple, mi maestro de historia una vez nos comento que para acostarse con una mujer lo primero que veía eran los zapatos, si esa mujer los tenia limpios su interior también estaría limpio pero ahora imagínate unos zapatos sucios, la pregunta es como estará lo demás, así que me bañe, tomando en cuenta la motivación de aquellas clases, que mas platicábamos de otros temas menos de lo que deberíamos tratar que es la historia de México.

Al día siguiente desperté eran la 6:00 de la mañana, tome la ropa que estaba sobre la silla y me dirigí al baño para cambiarme, baje a la cocina a prepararme el desayuno aunque no era algo que me apetecía era la rutina y la tenia que seguir, esa fruta que la comía a la hora del recreo a veces sentía manjar de dioses el humedecerme los labios pasando por mi paladar el exquisito sabor de esta manzana, había veces que era pera, otras veces me ponían durazno, pero cuando daba un mordisco cerraba los ojos por un instante teniendo en mi una sensación extraña. Tome las libretas que estaban sobre la mesa regrese a ver el reloj que marcaban las 6:55 ya era tarde así que salí corriendo de la cocina, ¿como era posible que a mí se me estuviera haciendo tarde?,  en ese momento sentí angustia me dirigí a tomar el autobús a la cuadra siguiente, no pasaba el autobús y era tarde, pero estaba muy oscuro para ser tarde, en ese momento pensaba en aquel joven, recorría mi mente como una abrumadora neblina que no me dejaba descansar, no se de donde salio pero llego él, que por cierto me asusto mucho, hasta di un brinco con el cual él se sonrió, y me dijo -porque tan temprano a la escuela- lo que pude decirle es que era tarde, el respondió -¿Cómo se te hizo tarde?, ya viste tu reloj- le dije que sí aunque no fue cierto, para complacerlo lo regrese a ver y eran las 5:55 de  la mañana realmente me aturdí un poco, tal vez era el sueño que me cargaba desde que me levante o me estaba fallando la vista u otra opción era que me esta volviendo loca que es la mas probable. Me pregunto mi nombre y le conteste con una delicadeza en mi voz –Alejandra, ¿y tu?-

-Luis Gante- respondió, continuando con la platica, él me comento que vivía cerca de mi casa, que anteriormente ya me había observado por la ventana de la casa pero que pasaba disimulado para no llamar mi atención, yo simplemente seguí escuchándolo, con ese atento clamor que mi alma pedía en ese momento, sin mas que agregar el me comento que tenia 23 años, yo le dije que 20, la razón por la que me asusto fue por que quería asustarme, los motivos en el día los hacia interesantes sobre todo sentía esa paz que un mismo ángel te hace sentir, aunque confesando nunca he visto a uno. Prosiguiendo con la conversación dejamos pasar autobuses los cuales pasarían a nuestros destino, pero el tiempo siguió corriendo hasta que optamos por tomarlo, yo iba hacia la universidad que quedaba a una hora de mi casa y él me dijo lo mismo, cuando vimos a lo lejos un camión el cual pasaba por la universidad yo le comente que ya me tenia que retirar, él me comento que también e incluso pago el pasaje de ambos, nos sentamos juntos, ya con mas confianza le pregunte si estudiaba me contesto que no, en ese momento pensé que me estaría diciendo que no para convencerme que si estudiaba o simplemente me decía la verdad, pero se subió al autobús para seguir la conversación y seguí hablando de mis vecinos repasando cada uno de ellos de acuerdo a como yo los veía actuar, en fin, todo parecía tranquilo, ver aquellos arbustos, el paisaje maravilloso que se muestra en cada despertar te hace olvidarte de tus problemas por un instante, hasta que de nuevo vuelves a la realidad de los sucesos, llegas a la escuela con lo mismo de siempre, la noticia de que vas muy mal y que realmente tienes que poner mas entusiasmo para no fracasar en tus expectativas. De regreso a la casa vuelves a encontrar a Luís, al cual invitas a tu casa pero claro esta, le comentas que nadie se debe dar cuenta de su presencia por que seria el suicidio con toda tu familia enterada, así que él accede a ese juego, por esa misma ventana donde ves pasar a la gente llega a tu habitación, sin mas reservas le platicas de todo un poco y al mismo tiempo nada, pero él entiende cada palabra que dices e incluso le pone algo de profundidad a cada cosa que menciono.

En ese cuarto, solos sin tener mas que platicar que de nuestras vidas y de las vidas de los demás, comienza a tocar suavemente mi mano, teniendo yo una sensación de cosquilleo por todo mi cuerpo, le toco su pelo pasando suavemente mi mano sobre cada cabello, el es alto, de ojos claros como el cielo, como si fuera un ángel, cierro los ojos para poder disfrutar cada instante con él, sin tener nada que decir comienzo a desabrochar la camisa azul que trae puesta, él lo que hace es besarme y comienza a quitar la playera que traigo puesta, se escucha el suave murmullo del viento correr entre las hojas de los árboles, me quedo totalmente dormida sin saber que hacer mas que disfrutar el momento. Al despertar de ese profundo sueño me doy cuenta que ya no esta ahí que se ha  ido tal vez por que lo podrían descubrir, pero bueno no me quejo si hubiera entrado alguien en el momento preciso en que estábamos juntos estuviera mas asustada,  nunca antes había tenido esas sensaciones, esta mi cuerpo mojado pero mi expresión no es como las primeras veces de estar en mi cuarto, es mas tener una satisfacción que aclamaba mi alma y que nunca la había tenido. Mi tía me grita por primera vez en el día, es fin de semana, no tengo ganas de levantarme, solo quiero revolcarme en la cama pensando en él, pero por fin logro levantarme e ir ayudar a   los quehaceres de la casa, observo a mi tía no se si sentir lastima o enojo, cuenta la familia que no se ha casado, desde ese entonces cuando ella tenia sus 20 años en que conoció a un hombre apuesto llamado Rogelio, que le propuso matrimonio pero que se fue a navegar por las Filipinas y ya  no regreso a casarse con ella, mi tía todavía sigue esperando su regreso, ya tiene 45 años, mis abuelas comentan que ya se quedo para vestir santos, y yo pienso que si le hace falta un poco de placer para que se le quite un poco lo amargado, creo que no ha vivido el placer de estar con alguien en la cama, como yo lo viví hace unas horas, disque se lo va esperar, yo espero tenga algo de experiencia cuando regrese de su viaje.  Por fin despierto de esos pensamientos para preparar el almuerzo, mi hermano fue al campo con mi abuelo a chaponar para posterior sembrar, est&aacu