¿Cómo se convirtió en mi amo?
En este relato voy a contar como Ama Gloria me presentó a su amante y se convirtió en mi amo.
Era domingo por la noche Ama Gloria me dijo:
“Mañana tengo que ir con mi madre al hospital a las 14:30, tienes que llevar al niño a inglés, ya sabes cuándo vas al médico no sabes cuándo vuelves”.
“Ningún problema, ya lo llevo yo”, dije yo.
Al día siguiente se fue sobre las 15:30 para llevar a su madre al hospital, yo recogí al chico del colegio a las 14:00 horas, le di de comer, el chico tiene inglés a las 18:00 horas, y salimos de casa a las 17:45 horas.
A las 16:30, me envió un SMS Ama Gloria que decía:
“Acabamos de llegar a casa de mi madre, pero llévalo tú puta, ya entenderás luego porqué”.
“Algo está tramando”, pensé yo.
Preparé al chico y a las 17:45 salimos a clase de inglés, cuándo el chico entró a inglés, regresaba a casa cuando un tío me para y me pregunta:
“¿Eres el padre de…?
“Sí soy el padre”, le respondí.
“Soy Javier el amo de Gloria y ahora tuyo también”, dijo él.
“La puta de tu mujer está en mi casa desde las 16:35 dándome placer a mí y planeamos la semana pasada que ya era hora de que fuera tu amo como ya lo soy de ella”.
Y añadió:
¿Qué te parece?
“Estoy encantado de que sea mi amo, Amo”, le contesté.
Habíamos llegado al portal de su casa, y al entrar en el ascensor, se sacó la polla y me dijo:
“Aprovechando que vivo en el quinto, hazme una mamada rápida para que me corra en tu boca”.
Me prostré ante él, y comenzar a chupar con pasión para que se corriese pronto.
Al llegar al cuarto piso se corrió, me lleno la boca de semen y la cara también, él se guardó la polla, pero yo me delataba ante cualquiera que me viese que acababa de chupar una polla.
Salimos del ascensor y llamó a la puerta, abrió ella desnuda embadurnada de semen, nada más verme me dice:
“Ya veo que Amo Javier ha usado a su puta”.
“Es lo que debe hacer”, dije yo.
Intervino Amo Javier:
“Creo que tu puta te dijo que está preñada de mí, no os preocupéis no voy a reclamar su paternidad, sólo os humillaré a ambos recordando cuando quiera lo puta que es ella que deja preñar por otro, y lo cabrón que eres tú que acepta como suya a la hija de otro”.
“Gracias Amo”, dijimos las dos a la vez.
Dijo ella:
“No tenemos que recoger al chico, lo recogerá mi madre y dormirá en su casa esta noche”.
Aclaró que como dije en el relato anterior su madre sabe lo nuestro.
“Vamos a pasar la noche con Amo Javier”, añadió ella.
Habló Amo Javier y dijo:
“Cuándo estéis conmigo, no os podéis correr hasta que os lo diga” y añadió “¿Entendido putas?
“Sí Amo”, contestamos las dos.
Dirigiéndose a Gloria dijo:
“Y cuando quedes conmigo no llevaras sujetador y llevarás blusa transparente o una blusa con dos botones desabrochados que se vean tus tetas y una minifalda que no tape el culo y un tanga minúsculo”.
¿Entendido puta?, preguntó Amo Javier.
“Sí Amo”, contestó ella.
“Ahora desnudaros putas”, dijo Amo Javier.
“Tengo que ir a mear”, dijo Gloria.
“Meáte en la boca de la puta de tu marido”, y añadió “voy a hacer una foto para subirla a Internet”.
Gloria se puso de pie, abrió las piernas, me prostré ante ella, metí en la cabeza entre las piernas, y empezó a mearse a chorro en mi boca, cuándo terminó de mear, dijo Amo Javier:
“Mirad la foto”.
Se veían las tetas de mi mujer, luego sus piernas y el chorro de meada cayendo en mi boca.
“Voy a subirla a Internet” dijo Amo Javier y añadió ¿qué texto pongo?
“Matrimonio sumiso: la mujer mea al marido”, sugirió Gloria.
“Acompañadme putas”, dijo Amo Javier.
Lo seguimos y nos llevó a su habitación.
Amo Javier besa a Gloria con fuerza, intensamente, que se note quien manda. Le empuja a ella y la tira sobre la cama.
Busca en la mesilla del lado derecho de la cabecera y saca unas esposas.
“Estira los brazos” le ordena.
Lo hace, pero le mira con enfado.
“¿Qué se dice?”, enseguida reacciono, “Sí, Amo”.
“Buena puta”, le dice mientras sonríe orgulloso.
Ata a ella a los barrotes de la cama, está indefensa. Se sube a la cama y se coloca justo detrás de sus piernas, que se encuentran dobladas hacia arriba.
“Ahora te voy a follar rápido, ¿entendido?”
“Sí, amo”.
“Con su mano sostiene la polla pegada a la entrada de su coño, tocando sus labios mayores. Lo acaricia con ella, la pasa de arriba a abajo hasta que finalmente se la mete bruscamente y un fuerte gemido escapa de lo más profundo de su garganta. La saca sólo un poco, lentamente. La vuelve a meter con fuerza y esta vez empieza una carrera de embestidas una tras otra sin descanso. Siente sus entrañas estremeciéndose, se aproxima, está cerca. Sus gemidos no dejan de oírse en la habitación, cada vez más fuertes. Está ansiosa, quiere tocarlo, pero no puede, las esposas se lo impiden.
“¿Quieres correrte, puta?”, le-pregunta sin dejar de follarla.
“Sí, por favor Amo”, contesta ella.
“Umm,... creo que mejor no”, dice mientras le mira maliciosamente y saca su enorme y dura polla.
Él también está cerca. Se aproxima por sus piernas hasta sus tetas, agarra ambas y las aprieta con fuerza. Gime, el dolor y el placer es una de las mejores sensaciones que haya experimentado jamás y él lo sabe. Rodea sus labios alrededor de su pezón izquierdo y mueve su lengua de un lado a otro sin cesar, da leves mordiscos y succiona hasta dejarlo rojo, mientras que con la otra mano pellizca el pezón derecho. Cuando cree que es suficiente, se detiene para irse al otro pezón y repetir la misma acción que con el izquierdo. El coño le palpita y lo nota ardiendo. Por fin cesa y vuelve a la posición inicial.
“Te vas a correr cuando yo te lo ordene, ¿vale?”
“Sí, Amo”, pone su mejor cara de santa para que se apiade de ella y le deje correrme rápido. Introduce su polla lentamente y gime, nota la sangre subiendo a su cabeza y no quiero esperar más. Empieza a follarle rápido y nota que de nuevo está cerca. Él sigue dando embestidas y ella ya no aguanto.
“Córrete ahora, puta”, ordena.
Sin duda alguna, a la segunda embestida explota en mil pedazos y el placer desborda su cuerpo. Ya está, se corrió, pero él le sigue follando. El sudor se refleja en su frente. Acelera el ritmo, se va a correr ya. Poco después, sostiene sus caderas con fuerza y saca y mete su polla rápidamente hasta que finalmente se corre dejándome toda su leche en su interior. Retira su polla de su coño, al tiempo que algunas gotas salen de él, y se aproxima de rodillas a su cara. Le quita las esposas, le besa los labios pausadamente y le sonríe.
“Buena puta”.
¿Sabes puta cuando conocí tu mujer y yo congeniamos bastante? Después de contarme que la follas poco se entregó a mí y me di cuenta de que necesitaba un macho dominante y no uno blando como tú. ¿Qué te parece?
“Ya me contó, me parece cuanto menos extraño”.
“No es extraño cornudo, verás esta hembra necesita un tipo dominante que sepa cómo usarla y le dé todo, ya me dijo que nunca se había tragado tu semen, que te la chupaba y luego te la pasaba con un beso, ¿es cierto?
“Si así es, nunca me ha dejado”
“Cuéntale a tu marido que paso en el baño puta”.
“Veras puta, me puso tan cachonda que una vez me arrodillé a comerle la polla y después de follarme a placer me ordeno no desperdiciar ni una gota y así lo hice, me encantó puta, me gustó muchísimo, pero sólo la suya, no creas que ahora te la chuparé hasta tragármelo, ¡es más! Jamás volveré a meter tu pito en mi boca y más teniendo esto”, dije agarrándole la polla.
“Ves puta, la tenías muy mal enseñada, así que ahora te jodes, ella es mía ¿verdad cariño?
“Sí, quiero ser suya puta, ¿y a ti?” Dijo ella acercándose a mí. “¿A ti te gusta que sea suya?” Me preguntó tocándome la polla, “uff parece que sí, está empalmado” dijo Gloria entre risas.
“Perfecto entonces todos de acuerdo, cornudo”.
“Chúpame la polla puta”, le dijo a Gloria.
“Umm ves cornudo como la chupa tu mujer, es una chupapollas de primera, ¿no lo sabías?”.
“Sí, lo sabía”.
“Tú nada, tu a mirar y a aprender, que si no sabes cómo usarla no lo harás ¿verdad puta?
Gloria seguía lamiéndole la polla con devoción se la sacó de la boca y mirando a mí dijo:
“Mira que polla, cornudo, está tremente y jugosa no como esa mierda que tienes ahí que apenas la usas, si estas empalmando”, dijo Gloria poniéndose en pie y acercándose a mí, me agarró de la polla y me dijo
“Así que te gusta esto ¿verdad cornudo?”
No era capaz de articular palabra, así que Amo Javier se levantó del sillón, me cogió de la pechera y me gritó a mi cara:
“Contesta ahora misma a mi hembra o te muelo a palos maricona”.
Yo, con cara de susto, excitación, miedo y mil cosas que pasaban por mi cabeza contesté ante la presión que los dos ejercían sobre mí.
“Me encanta Gloria, me gusta que él sea quién te de caña”.
“Mierda de cornudo”, gritó Amo Javier, “a mí me llamaras siempre Señor y a mi hembra Señora que para eso eres blando, pide disculpas ya mismo o te rompo esa cara de tonto que tienes”.
“Lo siento Señor, no sabía que, …”.
“No sabias ni ostias, ahora pide disculpas a mi hembra y dile lo que quiere escuchar”.
“Lo siento Señora, si me encanta ser su cornudo sumiso y obediente”.
“Jajajajaja,…” rio divertida Gloria, quién le de la mano y volvieron al sofá, pero esta vez ella se arrodillo entre sus piernas y comenzó a lamerme la polla con mucho cariño al principio y fuerza y devoción al final.
“¿Por qué no le besas los pies a mi hembra mientras me la chupa? ¡Y dale las gracias por hacerte cornudo!”
Cumplí, esta vez sin rechistar, cuanto más me humillaba Gloria chupaba más fuerte, estaba a punto de correrse, así que paro, saco la boca de su hembra de su polla y le ordené abrirla bien, almacené una gran cantidad de saliva dentro y escupí dentro de su boca.
Gloria quiero que tu marido sepa como sabe un hombre de verdad, así que bésale con pasión, de ahora en adelante los besos con lengua están prohibidos, solo se los podrás dar cuando sepas a mí, a mi polla o a mi saliva, pero nada más, ella asintió
con la cabeza y se dio la vuelta me cogió del pelo, me hizo doblar la cabeza y dejó caer una gran cantidad de saliva en mi boca, tragué lo que pude, pero empecé a toser, así que Amo Javier se levantó y me cruzó la cara.
“¡Plaffff!, ¿eres tonto cornudo? Arrodíllate y lame eso que se ha caído sobre el suelo”
Yo completamente aturdido, pero muy excitado obedecí sin decir nada, Amo Javier cogió a su hembra y le susurró que quería follársela en su cama.
“Gloria, quítate las bragas que vamos a torear a este morlaco, ¡jajaja!”
Gloria lo hizo, rápidamente se las bajó y se las entregó.
“Quédate bien quieto cornudo hasta que te lo ordene”.
Se acercó a mí y me puso las bragas en la cabeza tapándome los ojos, aunque podía ver bien. Se alejó dos pasos y me dijo enseñándome el capote.
“¡Eeee cornudo, ven, ven! a clavar cornudo de mierda”.
Me quedó inmóvil, mirándole a través de las bragas de mi mujer sin saber qué hacer, se dirigió a Gloria.
“Haz de picadora, que este cornudo no se entera”.
Gloria se acercó a mí y dándome varios azotes en el culo me indicó que me portara como lo que era, un cornudo y que entrase al trapo si quería volver a correrme alguna vez en mi vida.
“Si Señora, haré lo que manden los Señores”.
“¡Jajaja,…!” La risotada de ambos fue muy sonora por lo pronto había aceptado yo.
“Pues venga al trapo cornudo”.
Empecé a pasar como un toro, Rosa me decía que hiciera “mu” y el bufido típico de las lidias, me dio cuatro o cinco pases de pecho, pero yo cada vez lo hacía mejor.
Voy a darte la estocada, cornudo, ponte a cuatro patas”, cosa que hice y de un golpe metió su polla en mi coño y empezó un mete y saca con ímpetu.
“Ves en lo que te has convertido cornudo, en una puta que limpia y traga las folladas y la meada de tu Señora, y que es follado por tu Señor”.
“Fólleme, fólleme, … quiero ser su puta Señor”.
Cuando se va a correr, sacó su polla y la metió en mi boca.
“Chupa mamón, que no se derrame ni una gota”.
Tragué todo y le dejé su polla limpia.
“Buen trabajo puta, eres mejor como puta que como macho que eres un desastre, ¿verdad puta?”.
“Sí tiene razón, Señor”.
Gloria movía el culo como si cada paso fuera el último que fuera a dar. Le miró, girando levemente su culo, sobre mí. Se arrodilló primero, separó sus piernas dejándole una vista magnífica de su precioso culito y parte de su coño. Se reclinó hasta quedarse a cuatro patas. Y mientras recorría con el dedo índice su rajita le dijo.
“Aquí, aquí es donde vas a meter tu polla. Fóllame a pelo y no me hagas esperar”.
“Vamos cabrón, ... fóllame bien. Enseña a mi marido como se me hace gritar”.
Dirigió su polla a su coño y comenzó a empujar. Estaba muy mojada, parte de sus piernas relucían por la humedad que fluía de su coño. Entraba con facilidad, ... hasta el fondo, hasta que sus nalgas chocaron contra su cintura. Comenzó el tan deseado mete y saca. Con sus manos acariciaba su cintura, recorriendo desde su cintura hasta sus pechos. Mientras que sacaba su polla de su interior hasta que casi se salía y volvía a metérsela a la par que sus palmas recorrían su piel hasta las tetas. Gloria primero soltó un largo "siiiiiiiiiiiiii" para luego comenzar a gemir. Sólo conseguía soltar de vez cuando un "más cabrón", "fóllame bien".
Pensó en darles algunos azotes, … pero luego recordó el dolor en los huevos de sus apretados. Por lo que siguió follándola, dejando sus nalgas tranquilas. Yo estaba de pie, haciéndome una paja con la derecha. Tenía la mano totalmente húmeda. Mi mano izquierda estaba agarrando mis huevos.
“Cornudo, … chupa mi clítoris”, dijo Gloria entre gemidos.
Me acerqué a ellos, y comencé a deslizarme debajo de Gloria. Lo hice poco a poco, como si temiese tocarla. De pronto dejó de bombear, se paró estando totalmente dentro de Julia. Seguramente sus huevos parecían salir de su pubis de lo conectados que estaban. Se inclinó, hasta que su espalda estaba piel con piel con su pelo. Y mientras yo me deslizaba debajo de ella, el empecé a lamerle la nuca y el lóbulo de la oreja.
Cuando yo me situé debajo de ella, comencé a lamerle el clítoris. Él notar mi nariz rozándose contra sus huevos. Tenía una vista de primera de sus huevos. Volvió a recuperar su ritmo. El coño de Gloria parecía una piscina, y su polla estaba haciendo submarinismo. Él podía notarme a mí entre las piernas de Julia, lamiendo su clítoris, y en parte también su coño. De vez en cuando daba algún lametón iba a parar a su polla mientras entraba y salía del coño de mi mujer. Él tenía que hacer grandes esfuerzos para no correrse, creo que Gloría se había corrido poco después de que yo comenzase a lamerle el coño, ... pero él estaba decidido a arrancarle otro orgasmo, deseaba que lo disfrutase. Él comenzaba a notar esa sensación, ... los hombres ya la conocéis, se acercaba al punto sin retorno. Tenía que parar un momento o se correría sin remedio.
Sacó la polla del coño de Gloria, y poco después volvió a dirigir su polla al coño de Gloria. Mi lengua recorría cada centímetro de su polla mientras penetraba a mi mujer. Mi lengua recorrió todo el tramo desde su glande hasta el inicio de sus bolas. Y luego seguí chupando el clítoris de mi mujer.
Él estaba a punto de correrse, dejo de recorrer la piel de Julia para sencillamente tomarla por la cintura para poder darle fuerte, bien fuerte. El sonido de “¡plas!”, “¡flas!” se intensificó ocupando la habitación. El sonido rítmico competía con los gemidos de Gloria... se estaba corriendo por segunda vez. Yo recogía los restos que salían con mi lengua. Él no tardó más que unos segundos en explotar dentro de Gloria. Lo noté porque ya salían semen y jugos que chupaba yo.
Amo Javier sacó su polla después de haber eyaculado totalmente en el coño de Gloria, entonces ella dijo.
“Cornudo, límpiame el coño con tu lengua y trágate todo”.
Me acomodé mejor y comencé a limpiar su coño, dijo ella.
“Amo Javier hazle una fotografía para subirla a Internet”.
Amo Javier dijo:
“Separa un poco tu boca de su coño, para que se vea caer en tu boca”.
“Sí Señor”.
Cuando acabé de limpiar el coño de mi mujer y tragar el semen y sus jugos, Amo Javier subió a Internet la fotografía donde limpio el coño de mi mujer, se le ocurrió mirar las visitas de la fotografía donde se meaba en mi boca.
“Mirad, tiene ya 11.000 visitas, dame un correo electrónico para que puedan comunicarse contigo”.
“mesea@ya.com, Señor”.
Una pregunta Gloria.
“Cuando nazca vuestra hija, ¿vas a querer quedarte preñada?”
“Lo he pensado mejor y no quiero tener más hijos”.
¿Qué anticonceptivo quieres usar?
“El DIU”.
“Perfecto, te acompañaré al médico”.
Yo hice un ademán de protestar.
“Sí cornudo, yo la preñé, y yo la acompaño al médico”.
“Perdone Señor, tiene toda la razón”,
Aquella noche Gloria y Amo Javier durmieron en la cama y yo en la alfombra.