Como sacarse el estrés

Uno de los lugares donde acostumbraba a ir para saciar mi sed de macho.

Hola a todos los lectores, es un placer pensar que mis relatos pueden alcanzar el interés de muchos de vosotros e incluso llegar a excitar, eso para mí es muy satisfactorio. Muchas veces cuando escribo y recuerdo mis vivencias tengo más de una erección, tal vez sea por la falta de actividad sexual en estos momentos.

Bueno a lo que íbamos, paso a narrar otra de mis aventuras.

Debido a mi situación de hombre comprometido, y de una vida sexual en apariencia etérea, cada vez que deseaba tener un encuentro con otros hombres, debía buscar el lugar idóneo para localizar gente en la misma situación o con ganas de echar un polvo.

Uno de los lugares donde acostumbraba a ir para saciar mi sed de macho era en una Sauna llamada Casanova de Barcelona, en el barrio del example, donde en la actualidad se encuentra grandes locales de ambiente.

Bueno a lo que íbamos. Era una tarde de otoño y como después de comer tenia un par de horas libres decidí dirigirme a la sauna.

Entre pague y me asignaron una taquilla donde dejar mi ropa. Después de desnudarme pasar por la ducha y lavarme, me dispuse a efectuar el recorrido correspondiente por las distintas salas.

Como era el mediodía no había demasiada gente, así que entre en la habitación donde se encontraba la televisión que estaban pasando una película de estas que calientan pero no queman, y me senté en unos bancos que había en forma de gradas, quedando perplejo de las grandes pollas de los actores y lo maravilloso de sus cuerpos.

Poco a poco me fui calentando y debido a la soledad en que me encontraba, me empecé acariciarme por debajo de la toalla que llevaba atada a la cintura y que me facilitaba mucho el acceso a mi gran tesoro, que se encontraba erguido y babeante ante el gran espectáculo que me estaban ofreciendo esos cuerpazos que salían en la película y que en mi interior soñaba que algún día podría tener el placer de poder acariciar un hombre con ese cuerpo.

Me encontraba entretenido con mi herramienta que no me percate que había entrado un chico de unos 25 años y estaba de pie a mi lado. Me sobresalte e intente disimular lo que estaba haciendo, cruzando las piernas, él al poco rato subió por esa especie de escalera bancos y se tumbo en la parte trasera donde me encontraba yo.

Después de haber transcurrido unos minutos y que el ambiente se serenase me comento.

Perdona, si antes te he interrumpido.

No, no, no pasa nada, estaba pendiente de la película,

A mí me terminan de dar un masaje y estoy súper relajado.

Se nota que te han dado un masaje, pues desprendes un olor muy agradable.

Te aconsejo que te des uno.

Pues la verdad es que con lo tenso que estoy seguro que me iría de perlas.

La verdad es que yo conozco otra solución para el estrés.

Como él estaba tumbado detrás de mí me empezó acariciar el pelo con mucha suavidad, recorriendo desde la nuca hasta la frente, jugueteando con mis orejas e introduciendo sus dedos en mi boca de forma muy sensual.

Sus caricias poco a poco fueron ganando terreno, bajando por mi pecho y entreteniéndose en mis pezones que se encontraban endurecidos por la excitación del momento, los fue pellizcando no con demasiada violencia sino con mucha ternura para no provocar dolor.

Debido a que yo me encontraba sentado en el escalón de abajo, y él estaba recostado en el banco de arriba, mi cabeza quedaba a la altura de su cintura, así que aproveche y me gire para buscar entre su toalla ese instrumento palpitante deseoso de llevar a mi boca.

Que polla tan maravillosa en plena erección. Empecé suavemente lamiendo desde su tronco hasta la punta que relucía por las gotas que iban saliendo por su excitación. Me introduje poco a poco en mi boca y empecé a succionar con mis labios para intentar dar el máximo de placer a mi compañero, que lentamente empezó a mover sus caderas para follarme la boca con calma pero sin perder el ritmo. El ambiente se iba caldeando pero debido a que nos encontrábamos en un lugar donde en cualquier momento podría entrar alguien, decidimos retirarnos a un reservado.

Una vez entramos en la habitación, nos fundimos en un apasionado beso que hicieron entrelazar nuestras lenguas y acariciarnos mutuamente nuestras espalda y glúteos.

Nos tumbamos en la colchoneta y empezamos un 69 chupándonos y devorándonos nuestros respectivos miembros. Cada uno se deleitaba de la golosina que le ofrecía su contrincante.

Lo que en un principio empezó pausadamente, se fue acelerando sacando y metiendo nuestras pollas, acariciando todo el cuerpo. Por mi parte me costaba aguantar más, sabía que si seguía ese mete y saca me iba a explotar. Intente comunicarle a mi compañero que hiciese una pausa, pero se limito a decirme que él estaba a punto de venirse y quería que los dos terminásemos a la vez, así que continuamos con la faena notando como se endurecía la polla que mantenía dentro de mi boca y después de un susurro indicándome que iba a eyacular note el primer espasmo seguido de un chorro de leche que fue a parar dentro de mi garganta seguido de varias aceleradas y sus destellos de esperma que me excito tanto que no pude aguantar más y descargue todo dentro de su boca, a la vez que los dos nos convulsionábamos y se agitaba nuestra respiración llegando al éxtasis total.

Estuvimos unos minutos inmóviles abrazados reponiéndonos, y poco a poco nos fuimos calmando.

Salimos de la habitación y nos dirigimos a las duchas para refrescarnos.

Al final nos despedimos con un beso y me susurro te ha gustado la forma de quitarte el estrés

De estos encuentros que he tenido en estos lugares solo he conseguido sexo, no habido nada más.

Saludos.

Un beso