¿Como poderla olvidar?
¿Deseos, pasiones? , todos tenemos deseos, algunos los hemos conseguido otros aun sin llegar a que se hagan realidad. Para mi uno de esos deseos se cumplió, conocerla a ella, inspiración de este relato.
¿Deseos, pasiones? , todos tenemos deseos, algunos los hemos conseguido otros aun sin llegar a que se hagan realidad.
Para mi uno de esos deseos se cumplió, conocerla a ella, inspiración de este relato.
A veces la vida nos lleva por caminos que no nos esperamos, algo parecido a eso es lo que me sucede con ella, ¿como podré olvidarla?, lo reconozco yo una persona en busca de dar placeres, placeres húmedos, ella una mujer muy sedienta de sexo. Día a día como una comida necesaria para poder sobrevivir la llevo en mis pensamientos, pensamientos eróticos, morbo ticos del sexo húmedo que ella experimento con mi lengua, que la hizo vibrar a cada caricia, esas caricias que jamás se imaginaria recibiría de mi.
Verla, sentir sus movimientos, sus manos sus caricias sobre mi piel y mi cuerpo hizo despertar en mi, sensaciones que hasta ahora parecían dormidas o muertas por las decepciones, nuestros cuerpos saltan como resortes respuesta a nuestros encuentros y recuerdos vividos, cuando nos recordamos.
Sus manos, esas manos que un día nos entrelazamos en momentos de placeres, explorándolos sus dedos, lamiéndolos, chupándolos con sus líquidos que dulce sabor!!, dedos de caramelo, dedos de azúcar.
¿Como poderla olvidar?, jugando yo con sus pezones, lamiéndolos y ella separándolos para ver como se endurecían, los apretones las mordidas se fundían, era tan lindo mirarla, su cabello alborotado y húmedo, su rostro contraído, su pecho enrojecido.
Acaricie su rostro y los deseos se hicieron realidad cuando nos volvimos a besar, nuestras lenguas abriendo los labios humedecidos buscándonos ansiosamente para nuestro encuentro. Mi mano se deslizo por su estomago, descendiendo y acaricio sus pequeños vellos recortados, y dejando de tener el control todo se volvió oscuridad.
¿Como poderla olvidar?, sus pechos subiendo y bajando cada vez mas agitados, la llevo en mi mente como un tatuaje marcado para siempre, sus piernas abriéndose lentamente. Mi lengua se juntándose con sus dedos a las caricias que ella se daba, haciéndola vibrar más, esas caricias que jamás ella se imagino recibiría de mí.
Su manos juntas con las mías, muy sabias me guía y me llevo a amarla mas haciéndome que introduzca no uno si no, dos dedos, gimió cuando mis dedos rozaron su punto escondido en su intimidad, en mi mente sentía mil maravillas, juegos artificiales estallando y alumbrando mis deseos.
Mi lengua se introdujo mas, con el único propósito, sentir el sabor de almíbar de duraznos, dulce, jugosa, la lamí, la saboree, la mordí. Su clítoris se endureció mas y mas entre mis labios, mis cinco sentidos solo tenían una sola voluntad ELLA, mis labios, mi lengua, mi nariz saturada por su olor de hembra, siguieron tratando de atrapar todo su aroma, mi lengua lamiendo su piel una y otra vez saciándose de nuevos sabores que solo existen en ella. Mis oídos recogieron sus gemidos que continuaron saliendo de sus labios. Mis manos recorriendo su cuerpo extrañadas y complacidas por la suavidad y el calor de su piel, por la dureza de sus senos, por la humedad que pude adivinar en su sexo, ¿como poderla olvidar?
Mi mente y los recuerdos devuelven una imagen de cuerpos entrelazados. Ella blanca y menuda perdida en mi lengua excitante, y acogedora.
Mi pene fue guiado por ella, llegando por fin a su sexo rozándolo apenas. Acudiendo a mí ayuda, pude sentirla, ¡Qué sensación fue mojar mi pene con sus jugos como una pócima mágica que ella, hechicera, destilo para mí. Me hundí en su sexo, a un camino sin retorno que me llevo a sensaciones tan antiguas que siempre fueron nuevas. Mi lengua y mi pene siguiendo entre sexo y sexo, ¿como poderla olvidar?, ella llevándome a sus labios para poderla besar. Nuestras espaldas se estremecieron con cada caricia y mis dedos entrando y saliendo cada vez más rápido al ritmo de nuestros besos, sus piernas atrapando mi mano como tratando de evitar una huida improbable.
¿Como poderla olvidar?, sentí como su cuerpo se tensa. Yo moviendo mi lengua más lentamente, apresada por las paredes de su sexo. Entre temblores y jadeos, entierre mi cara entre sus piernas y mi pene se puso duro, tratando de volverse a juntar con su sexo.
Mi lengua y su clítoris cuerpo con cuerpo, sintiéndole sus latidos no queriéndome separar nunca de ella. Volviéndonos a besar dulcemente. Cierro sus ojos, bese sus párpados, su frente, sus mejillas. Sonrío y mordí suavemente su labio inferior pasando mi lengua tratando de calmarle el mal que mis dientes le habían infringido.
Cubrí su cuerpo con el mió, y de nuevo sin oponer resistencia la bese y pase mi lengua por su estómago, recorrí su cintura y me arrodille entre sus piernas contemplando su figura desnuda. Le di a lamer mi pene sin poder dejar de mirarla ella glotona lo chupa, lo muerde, la lame. La oigo gemir y con pequeños toques sobre ese mágico lugar consigue que yo gima de placer, sus mamadas me embriagaron y me devoraron haciendo provocando a que sus piernas se vuelvan a abrir como una flor que solo para mí. Mi pene penetro en ella. Se movió ella sobre mí incrementando su placer. Sujetando sus nalgas y lentamente dibujando círculos con mi cuerpo y mi pene justo en el lugar donde a ella le gustaba, su ano se introdujo, froto mi sexo cada vez más rápido. Se dejo llevar! Intento no gemir y seguir introduciéndoselo con el mismo ritmo a pesar de que mi orgasmo se encontraba listo para llegar, ella presiono su ano al sentir los latidos y la hinchazón de mi pene atrapándolo en su culo. Grita y presiona mi cabeza con fuerza, hundiéndola entre sus nalgas. ¡Que delicia!, fundiendo su ano con mí pene compartí con ella sabores y placeres incalculables, adicción a mis deseos en ella.
Quisiera que nunca hubiera llegado ese momento, el momento de decirnos adiós o como dicen las letras de los trovadores Luis Eduardo Aute "Alevosía", mas que amor lo que siento por ti es el mal del animal no la terquedad que el jabalí ni la furia del chacal, es el alma que se encela con instinto criminal es amar hasta que duela como un golpe de puñal hay amor hay dolor yo te de Silvio Rodríguez "Una Historia de dos amantes" , por eso tengo que dejarla pero nunca la olvidare. Eres el "Ángel para un final".