Como perdí mi virginidad, muy jovencita.

Mi nombre es Iliana y he decidido contar mis historias. Soy una puerquita porque me encanta hacer cositas muy sucias y se los voy a ir contando todo. Esté trata de como mame guevo por primera vez y también de como perdí mi virginidad. Que lo Disfruten.

Hola, mi nombre es Iliana y soy una puerquita.

No siempre fui así pero poco a poco me he dado cuenta de que cada vez me gusta hacer cosas más sucias. Soy una venezolana de 32 años de descendencia Española, de cabello negro un poco ondulado, mido 1.82 y aunque no soy gorda, si soy un poco rellena lo cual me hace muy tetona. Tengo un culo bastante normal y a pesar de tener algunos kilos de más, estoy en muy buena forma ya que hago mucho ejercicio, solo que no voy a parar de comer. Por lo tanto, digamos que soy una gordita sin celulitis.

Siempre he sido, como decimos en Venezuela, muy quesuda (adicta al sexo), perdí la virginidad a los 14, pero mame güevo por primera vez a los 13. Todo eso fue con un vecino chileno que siempre iba a la casa a jugar con mi hermano. Ambos tenían 16 en ese entonces y como ya tenía años espiando a mi hermano cuando se hacia la paja, ya me picaba la cuca desde hace mucho tiempo. Llevaba meses masturbándome.

Un día Felipe (el amigo de mi hermano) fue a mi casa y estábamos los tres jugando Atari en la sala cuando mi hermano dice que se va a bañar. Así que nos quedamos Felipe y yo solos, siempre era un poco incómodo porque había cierta tensión sexual entre nosotros. Mientras lo veía jugar me active y mi cabeza empezó a dar vueltas. Me picaba la curiosidad, porque siempre había visto el pene de mi hermano, pero nunca lo había podido tocar o lamer y fantaseaba todas las noches con hacerlo, así que esta era mi oportunidad.

Me senté al lado de él, sin decir nada, era como si estuviera poseída porque no tenía nada planeado, pero tenía que hacerlo. El noto que me iba a acercando y se hacia el loco, hasta que me acerque tanto que se volteó y quedo mirando. Yo lo veía a los ojos con cara de pena, el no decía nada. Hasta que me arme de valor y le dije:

  • Iliana: Felipe, hace tiempo que he querido pedirte esto, pero no había tenido la oportunidad y me da mucha pena pero... ¿Te puedo ver el güevo?

Casi se le salen los ojos y me dice:

  • Felipe: ¿Iliana estás loca? Tu eres una niña... además, tu hermano debe venir en cualquier momento.

  • Iliana: yo sé que soy una niña, pero siempre estoy pensando en tu pene... necesito verlo, porfa... mi hermano tarda como media hora bañándose. Solo sácatelo rapidito anda.

Pasaron unos segundos, que se sintieron como horas, y dijo:

  • Felipe: no se Iliana, esto está muy loco, me da pena.

No iba a aceptar un no por respuesta

  • Iliana: ¿y qué pasa si yo también te muestro un poco? ¿Te animas?

Estaba en unos shorts de lycra, los cuales baje. Note como Felipe se me quedaba viendo, sabía que nunca había visto una cuca porque siempre lo espiaba hablando con mi hermano.

Estando de pie, monte una pierna en el sofá y corrí mis pantis hacia un lado, dejando ver mi pelada cuquita. Ya no estaba tan cerrada porque para ese entonces ya me metía mis deditos, pero igual era muy cuchi. Además, estaba muy mojada por esa situación.

Felipe se quedaba viendo sin dejar de mirar. Le dije:

  • Iliana: ¿te gusta? Tócala un poquito anda...

Aun sin decir nada, empezó a acercar su mano a mi cuquita y comenzó a tocarla torpemente. Igual se sentía divino... era la primera vez que alguien me tocaba ahí.

  • Iliana: ¿me quieres meter un dedo?

  • Felipe: Si...

Agarre su dedo, lo chupe y yo misma lo inserte dentro de mí. Instintivamente comencé a masajear mi clítoris, me estaba masturbando divino entre esos dos estímulos. Después de un minuto (al menos eso creo) estaba cerca de acabar así que respire profundo, saque su dedo y pare de tocarme.

  • Iliana: Ahora te toca a ti...

Él se paró de inmediato y con algo de desespero se empezó a quitar el pantalón. Quedo en ropa interior. Me mordí los labios y lleve mi mano a su bulto, que estaba muy duro. Luego de manosear un rato le baje el interior. Mi corazón iba a estallar. Salió ese güevo grandote (o eso pensaba yo) chorreando liquido pre seminal, MUY mojado.

Lo comencé a pajear lentamente, note que ambos lo estábamos disfrutando mucho. Salía y salía más líquido. Hasta que no lo soporte más y lo acerque. Comencé a olerlo freneticamente. Olía un poco fuerte, me imagino que por hacer pipí durante el día, pero fue el mejor olor que había percibido hasta el momento. Mis ojos se fueron hacia atrás, estaba en trance.

Luego comencé a pasarle la lengua, y al sentir ese sabor saladito comencé a tocarme nuevamente. Con la excitación me lo metí en la boca. No me cabía completo pero hacia mi mejor esfuerzo. Seguí por un minuto o dos hasta que comenzó a gemir y de repente comenzó a salir semen de su güevo... no sabía que estaba pasando, pues en ese entonces todavía no sabía muy bien cómo funcionaba todo. Salían y salían chorros de leche hasta que se me comenzó a salir de la boca y me empezó a caer en las piernas. Al principio se sintió raro, pero luego de unos segundos comencé a saborear esa delicia blanca. Que sabor tan raro pero que rico, pensé, salado y un poco amargo.

Me lo trague TODO, y luego comencé a recoger lo que me cayó en las piernas y me lo comí también, con desesperación, estaba como drogada. A continuación abrí mis piernas comencé a masturbarme, no pasaron ni 10 segundos cuando empecé a acabar divina y descontroladamente. La cuquita me palpitaba, tuve que secarme con unas servilletas que había en la mesa para no ensuciar el sofá con mis propios jugos.

Nos vestimos nuevamente y hubo un silencio incómodo. Hasta que le dije:

  • Iliana: ¿Te gusto?

Con algo de pena contesto:

  • Felipe: me gustó mucho...

  • Iliana: a mí también, tenía muchas ganas de probar un güevo, gracias por complacerme.

  • Felipe: Créeme que el placer fue mío. Pero ¿y ahora?

  • Iliana: Cuando quieras lo repetimos.

En ese momento llego mi hermano, y tuvimos que hacernos los locos, no hablamos más hasta despedirnos cuando se fue. Cuando salió de la casa salí también pero por la puerta trasera para que mi hermano no me viera y le dije:

  • Iliana: Felipe, cuando quieras, me tiras piedritas en la ventana y yo bajo y repetimos... cuando quieras...

  • Felipe: me encanta tu oferta.

Me zampo un beso en la boca y se fue. Esa noche me fui a la cama sin lavar mis dientes, y todavía pude saborear su semen, logicamente, me masturbe nuevamente.

Al día siguiente después del cole, estaba en mi cuarto, cuando de repente paff escuche un ruidito en la ventana. Mi estómago dio como 10 vueltas, casi me da un infarto de la emoción, y cuando me asome, ahí estaba Felipe, buen mozo como siempre.

Le hice un gesto con la mano para decirle que ya salía. Me quite las pantis y quede solo en falda. Chequee a mi hermano, estaba durmiendo las siesta. Salí, lo salude con un piquito y lo lleve al cuartito de lavandería de atrás, que a esa hora esta siempre estaba vacío, pues mi mamá siempre llegaba como a las 6:00 PM a lavar todo.

Al llegar nos empezamos a dar unas latas divinas, le agarraba el güevo y el me agarraba mis teticas que apenas estaban en crecimiento, y después de un ratico, le lleve la mano a mi cuca que estaba desnudita y nuevamente mojadita. Esta vez me metió los dedos sin preguntarme y luego de un ratico se los metió a la boca para probarlos. Eso me volvió loca, lo cual me hizo bajarle los pantalones y los interiores de un solo golpe, para dejar su magnífico pene al descubierto.

Me arrodille y le comencé a dar cabeza. Esta vez sin manos. Se lo mame y se lo mame hasta que otra vez sin decir nada, comenzó a acabar en mi boca... chorro tras chorro de lechita pegostoza. Me acosté en el suelo y comencé a tragar poco a poco, no todo de un bocado, y mientras hacía eso, me masturbaba. Acabé en un santiamén... todo esto pasaba en cuestión de 3 - 4 minutos máximo jeje, éramos unos niños.

Repetimos esto casi todos los días durante meses. 3 y cuatro veces a la semana, siempre en secreto. Estábamos un poco enamorados, pero yo no quería compromisos, quería güevo de quien fuera cuando fuera, y creo que él tampoco, porque sabía que se iba de regreso a chile eventualmente. Nuestro trato era muy bueno, el venía a la casa, se lo mamaba, me tragaba su leche que era todo lo que yo quería, y luego cada quien a lo suyo.

Para mi cumpleaños 14 tuve una reunión familiar con algunos amigos y él estaba por supuesto. En un momento fue al baño y lo agarre solo. Le dije:

  • Iliana: quiero que mañana me metas el güevo... pero consigue condones.

  • Felipe: ¿estás segura Iliana?...

  • Iliana: si, yo no quiero nada especial ni nada de esa paja de la primera vez, yo lo que quiero es gozar.

  • Felipe: Bueno, mañana te lo doy todo entonces...

En efecto, al día siguiente, después del cole, sonó la ventana... esta vez lo lleve a una parte escondida del jardín, donde tenía preparadas unas cobijas y almohadas. Comenzamos nuestro ritual... latas... mamadas... para este entonces llevábamos tiempo haciendo cosas, así que ya aguantábamos más tiempo sin acabar. Esta vez me dijo:

  • Felipe: te la quiero lamer...

Me acostó, me abrió las piernas y metió su lengua comenzó a moverla. Era muy torpe, pero como éramos tan novatos, se sentía divino. Me dejo loca y muy mojada, hasta que le dije:

  • Iliana: YA... METEMELO... dame güevo...

Se puso el condón y se puso encima de mí. Comenzó a meterlo poco a poco. Dolía mucho, pero yo sabía que en algún momento me iba a gustar, así que trate de no poner cara de dolor para no cortarlo. Y lo empujaba yo misma con mis piernas. Hasta que entro de un golpe y vi las estrellas... QUE DOLOR. Felipe se dio cuenta de mi molestia, pero no paro. Sentí que era un desgraciado, porque siguió a pesar de mi dolor... pero eso me encanto. Me siguió dando un rato hasta que no aguanto más y acabo.

Yo misma le quite el condón y le hice un nudo suavecito para poderlo abrir luego y tomarme mi dosis de semen. Y le dije:

  • Iliana: Me gusto, pero no disfrute como en las porno... tenemos que seguir dándole porque quiero gozar del sexo...

Al día siguiente, igual que con la mamada... me visito y le dimos. Me dio su pene por 8 días seguidos. Cada vez lo disfrute más.

Como pueden ver, comencé a hacer una cerdita desde los 13... Pero esto no es nada comparado con las cosas que hago hoy en día.

Más de mí y mis cochinadas en mi próximo relato.

Espero que les haya gustado…

Iliana

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