Como pasé de ser una chica modélica a lo que soy.
Rosalía pasó de ser una chica modelo de la buena sociedad madrileña a una perdida a los ojos de sus viejos amigos...
Me llamo Rosalía, siempre fui una chica sería y muy comedida. Provengo de una familia de clase media alta, para ser sincera siempre hemos vivido muy al día pero como el aparentar es importante para nosotros, pues siempre hemos intentado que la gente pensase que éramos lo más de lo más.
Desde pequeña he sido muy conservadora tanto a nivel moral como nivel ideológico. Del colegio de monjas pasé a una universidad privada y de ahí a un buen trabajo en recursos humanos que conseguí a gracias a unos amigos de la familia.
Salía desde BUP con Luis, un chico conservador como yo y también de una buena y conservadora familia. Luis y yo mantiamos una relación muy seria, teniamos una vida muy normal que pasaba por salir con amigos, nuestra ayuda en la parroquia y reuniones con ambas familias.
Mi vida sexual con Luis siempre fue de lo más tranquila. Tardó más de seis meses en intentar tocarme los pechos cuando nos besábamos, desde luego yo siempre ponía el brazo para impedírselo y no se lo permití hasta que llevábamos aproximadamente un año saliendo juntos. Era el primer chico que lo hacía y por mi parte fue un premio que le otorgue después de ese tiempo de noviazgo. Luis a pesar de su conservadurismo siempre quiso algo más, pero yo no se lo permitía. Creo que no fue hasta el segundo año de nuestro noviazgo cuando Luis vio mis pechos por primera vez, y más de tres cuando por primera vez toqué su pene.
A punto ya de acabar nuestros estudios universitarios finalmente me acosté con él. Más que nada para evitar que me dejase pues todos sus amigos ya tenían una basta experiencia sexual y Luis permanecía virgen y aquello no podía durar para siempre. Aquella primera vez fue un desastre y sinceramente no sentí nada más que dolor.
La siguiente vez que se la estaba meneando semanas después de nuestro estreno, Luis empezó a desnudarse dispuesto a volver a hacerlo. Le paré en seco y le dejé bien claro que lo de hacer el amor era para momentos excepcionales y que no se lo tomase como una costumbre. Desde entonces se la meneé cada vez que lo veía muy salido y me acostaba con él de pascuas a ramos sobre todo cuando veía que el pobre no aguanta más. Sinceramente siempre he creído que con masturbarnos mutuamente es más que suficiente para desahogarnos sin perder los papeles.
Todo empezó cuando después de 4 años trabajando me pusieron en la calle de la noche a la mañana. No me lo esperaba y me quede destrozada. Acabábamos de pagar Luis y yo la entrada de un piso donde nos iríamos a vivir una vez casados y realmente mi sueldo nos hacía falta para ir pagando la hipoteca. Pasé dos años buscando trabajo pero las cosas estaban realmente mal, alguna entrevista, alguna oportunidad pero nada se concretaba. Estaba desesperada pues mi paro había acabado y aunque Luis iba pagando las letras yo sabía que le costaba casi todo su sueldo.
Llevaba ya una época en la que casi ni buscaba trabajo fruto de la desesperación y el desanimo cuando un día yendo en el metro oí a dos chonis hablar al lado mía.
- pues sí chica, al final he arreglado lo de los ingresos.
- ¿Y como?, yo estoy desesperada.
- Mi amiga Micaela me recomendó un sitio llamado el Glory Hole.
- Pues joder menudo nombrecito, ya podían haberse buscado otro.
- Ya, pero el nombre se ajusta como anillo al dedo al negocio, es lo que parece.
- ¿Cómo?
- Pues sí maja, es un sitio donde van los hombre y a través de un agujero les haces cosas unas chicas, no te ven la cara y pagan una pasta.
- Pero eso es prostituirse.
- Bueno, lo puedes ver así, pero al final es algo natural, es como trabajar en una residencia de ancianos y limpiarle el culo a los viejos.
“Es como trabajar en una residencia de ancianos y limpiarle el culo a los viejos”, me quedé pensando el resto del viaje.
No podía dejar de pensar en esa conversación durante todo el día. Por la noche ya ni me acordaba, pero me volví acordar cuando Luis me dijo que estaban a punto de entregar los pisos y íbamos a tener que firmar la hipoteca, por lo que necesitábamos ingresos. Luis se imaginaba que yo hablaría con mis padres, pero mis padres no estaban en posición de ayudarnos económicamente. Decidí buscar en internet información sobre Glory Hole.
Pasé una semana dándole vueltas y viendo a Luis tan jodido como estaba me presenté en el local.
- hola – me dijo una chica en recepción.
- Hola, me ha dicho una amiga que a lo mejor ofrecéis trabajo.
- Si, ¿como se llama tu amiga?
- María – mentí.
- Hay varias Marias, pero bueno, pasa a hablar con Juan Antonio y él te cuenta.
Me pasó a un despacho bastante bien decorado y un chico muy atentó me recibió.
- Hola, me dice Vanessa que buscas trabajo.
- Si, eso es. Pero antes de nada quiero que me expliques el mismo.
- Bueno, te lo explico, pero te diré que solo tenemos una vacante para pajas – me quede alucinando pues no sabia de que iba todo eso – En glory hole básicamente nos dedicamos a dar atenciones a hombre solitarios. Tenemos distintos servicios. Te explico, por un lado tenemos la zona de pajas que son cabinas con una agujero donde el cliente mete la polla y la azafata se la menean hasta que se corre. Tenemos por otro lado las mamadas, son cabinas iguales pero que en vez de una paja el cliente espera una mamada. Luego tenemos el la zona de coños, donde la azafata desnuda de cintura para abajo y tumbada en una cama al otro lado de la pared saca sus piernas por un agujero y que son amarradas con dos arneses a la pared para que quede bien abierta permitiendo que el cliente se la folle, le come el coño o la masturba durante el tiempo contratado. Y por último tenemos la zona de culos, donde nos encontramos con cabinas con un agujero donde la azafata muestra su culo desnudo y el cliente la sodomiza durante el tiempo pactado – me quede estupefacta.
- ¿Y que se cobra? – balbuceé.
- Bueno, la paja sale a 5 euros, me refiero a lo que cobra la azafata, 15 por la mamada, 35 por el coño y 50 por el culo. Creo que no esta nada mal.
- ¿Y horarios?
- Bueno va por turnos, el horario que busques y el tiempo que quieras, nos intentamos adaptar. ¿Te interesa?. Sinceramente creo que esta bien, nadie te ve la cada y esta bien pagado.
Acepté de inmediato, sobre todo pensando que si me echaba para atrás simplemente no aparecería el día de autos.
Pasé toda la semana dándole vueltas al asunto. Decidí ir pero desde luego nadie se podía enterar como me ganaba las castañas. En principio había elegido el mismo horario que Luis en su oficina, no quería que sospechase ni pudiese insistir que iba a buscarme al trabajo. Ante la decepción de mis padres y del propio Luis les dije que iba a empezar a trabajar cuidando a una señora. Me imagino que siempre pensaron que me merecía algo mejor, y así era, pero las circunstancias me obligaban.
Llegue al Glory Hole y me presenté a mis compañera. La verdad es que trabajaban muchas chicas. Sorprendentemente de todo tipo. Desde señoras casadas y ya entradas en años y carnes, hasta estudiantes con pinta de mosquitas muertas. Aquello era digno de ver y analizar
El local era muy curioso. Era muy distinto el front office que el back office. El front lleno de cabinas y el back dependiendo de los servicios a realizar. Nuestro lado de la pared no estaba separado entre nosotras por cabinas, todas nos veíamos pues realmente podíamos estar vestidas de calle. Una banqueta debajo del agujero y una caja de kleneex en una mesita era todo el instrumental.
Me senté y esperé.
La primera polla no tardó ni 5 minutos en llegar. Me quedé sorprendida pues era bastante más grande que la polla de Luis. En aquel momento no era muy ducha en el sexo pero en hacer pajas me había especializado. Creo que mi compañera de al lado se quedó de piedra cuando me unté mi mano de leche hidratante y agarré no sin un poco de asco aquella polla. Empecé poco a poco a moverla de atrás adelante. Notaba claramente como aquél nabo se iba poniendo más y más duro según meneaba. La crema servía a nivel psicológico para no pensar que estaba tocando una polla pero por otro lado el cliente se sentía en las nubes pues estaba la mano fresca y se deslizaba con más eficacia. Aquella polla me pilló de improvisto y me echo dos descargas de lefa en el pelo y gran cantidad en la mano.
- nunca te pongas enfrente para que no pasen estas cosas – me dijo mi compañera de al lado, y efectivamente, desde ese momento toda paja que hacía la hacía de lado para evitar que me diesen lefazos en la cara.
Aquel primer día hice 10 pajas en 3 horas. Hubiese hecho más pero se me caía la mano y me aconsejaron ir poco a poco.
A partir de la tercera semana llegaba a hacer 20 pajas diarias, 5 días a la semana por lo que me caían 2.000 eurazos uno detrás del otro. Ni siquiera en mi antigua empresa recibía tanto.
Mi trabajo se convirtió en un ejercicio muy mecánico, por allí pasaban de todo, pollones, micropenes, pollas de viejos, pollas de chavales, pollas rectas, pollas torcidas, pollas duras o pollas blandas, pero ahí estaba yo siempre dispuesta para recibir mi paga por paja. Llegó incluso un punto en el que me leía un libro mientras masturbaba al cliente de turno como hacían muchas de mis compañeras, alguna incluso se había sacado la carrera a paja limpia, pues acostumbraban a estudiar mientras pajeaba.
Por supuesto de esto a Luis ni pio, le seguía masturbando cada vez que no me quedaba más remedio quedándose siempre sorprendido por la fuerza de mi mano y mi firmeza en el movimiento.
Mi mundo se me cayó encima cuando Juan Antonio me pidió que sustituyera a una compañera en el departamento de mamadas. Me debía notar la cara, pero lo justifico explicándome que en el departamento de pajas éramos muchas chicas y que en el de las mamadas tenía menos gente y además tenia tres de baja. Por lo que las tres últimas que habíamos llegado a la empresa teníamos que cambiar de departamento.
Yo me hubiese quedado con mis 2000 euros pero no que quedaba más remedio, o chupaba o de nuevo al paro.
- se que es distinto chupárselo a tu novio que a un desconocido, pero tómatelo como cuando se la chupas a un ligue de una noche. Y no te preocupes, aquí todo el mundo se lava antes de pasar.
Yo nunca se la había chupado a nadie, como tampoco nunca me había acostado con un desconocido, bueno ni conocido tampoco.
Llegue a trabajar como un flan, estaba cagada de miedo, pero bueno, por lo menos fui media hora antes para ver como lo hacían mis compañeras y fijarme en los detalles que yo reconocía, por que de mamadas solo sabía el nombre, ni pio de las teoría.
La primera polla entró al minuto de sentarme. No era gran cosa desde mi punto de vista ya profesional, una polla tamaño medio.
- joder – gritó el cliente cuando me la metí en la boca y le rocé la punta con los dientes - con cuidado.
Al pobre chico le debí dejar la polla destrozada pues para el momento en el que se corrió en mi mano (pues no teníamos obligación de permitir que eyaculasen en nuestras bocas ) debía de tener virutas de polla gracias a mis dientes por toda su cabina. Me dio muchísimo asco, e incluso arcadas, pero en el fondo iba sería peor limpiar el culo a una vieja como decía aquella choni
- A ver María, tu no has chupado muchas pollas. ¿No? – me dijo mi compañera de al lado.
- La verdad que poquitas.
- Eso pensé, te he estado observando gracias a los gritos de ese pringado y creo que lo haces fatal.
- ¿De verdad?, ¿y como se hace?
MI vecina, cuyo nombre ni sabía se pasó la siguiente media hora dándome explicaciones de cómo comer una polla.
- Ojo con los dientes, usa la lengua, cierra los labios, menéala con la mano - y así fue indicándome poco a poco como hacerlo, no me podía creer que estaba recibiendo clases de mamadas de una choni con la que en la calle jamás ni me pararía a hablar.
El primer mes pasó lento, pero que muy lento, llegaba a chupar hasta 15 pollas al día, de nuevo las había de todo tipo. Unas tardaban más y otras tardaban menos en correrse, pero con el tiempo fui mejorando y las finiquitaba en un santiamén flagelándolas con mi lengua y mano.
No cabía en gozo de alegría cuando recibí una transferencia de 4500 euros. Con ese dinero no solo pagaba mi parte de la hipoteca sino que me quedaba un montón de pasta para caprichos que hacia años que no me daba. Con el pasó de la semana había cogido una practica que hasta yo misma me había sorpendido.
Con Luis la cosa seguía igual, alguna paja a la semana, un par de polvos al mes e incluso en alguna ocasión se me había ocurrido bajar al pilón al menos para saber como sabría la polla de mi futuro marido, pero ya chupaba suficientes pollas a la semana como para chupar una gratis. Luis se conformaba con poseer mi cuerpo inerte en la cama cada vez que le daba la ocasión.
Llevaba seis meses chupando pollas y con un nivel de vida muy acorde con lo que intentaba representar en mi vida cuando la historia se repitió.
- Rosalía, tengo un problema, me dijo Juan Antonio.
- Dime, a lo mejor te puedo ayudar.
- Estoy muy bajo de chicas en la sección de coños y me preguntaba si querrías cambiarte. Cobraras más y tendrás más tiempo libre.
- ¿Y eso?
- ¿Lo de la pasta o lo del tiempo?
- Lo de la pasta es obvio, lo del tiempo.
- Bueno, cuando estas con la regla no trabajas.
- Es verdad. Me lo pensaré.
Ese fin de semana fui un mar de dudas, una cosa era hacer pajas, otra incluso era chupar, pero poner el coño era prostituirse. Esas noches no pude dormir, pero cuando me acosté con Luis después de una cena con amigos estrenando nuestra nueva casa a la que ya habían traído los muebles de Ikea, me decidí a probar un tiempo. Con el dinero podría comprar muebles de diseño y preparar una mejor boda que mis padres no podrían permitirse. En el fondo era un sacrificio, pero un sacrificio rentable. Además nadie se enteraría y en el fondo a los ojos de todos seguiría siendo Rosalía, la chica responsable y conservadora que todo el mundo conocía.
La zona de coños para empleadas era distinta a la de mamadas o pajas, la había visto en varias ocasiones pero nunca me había imaginado a mi misma allí tumbada. Cada chica tenia su cabina de manera que la cosa era un poco más discreto e intimo.
Me tumbé en la cama desnuda de cintura para abajo, saqué las piernas por el agujero y ante mi sorpresa – vergüenza un operario en el otro lado me colocó unas cintas en los tobillos y elevó mis piernas con cuerdas hasta unos ganchos elevados fijos en la pared. Estaba acojonada.
- Joder que coño más peludo – dijo un cliente mientras empezaba a tocármelo y meter sus dedos en él. Yo estaba seca como una piedra y a pesar de los toques del pollo en cuestión la cosa no mejoró. Sentí que me rompían por dentro cuando el cliente me penetró – muévete puta, mueve las caderas joder – me dijo mientras me penetraba con fuerza. Se corrió dentro del condón después de que una luz le indicase que le quedaban cinco minutos de la media hora contratada.
Aquella tarde me follé a 7 tíos, de nuevo en el trabajo me recomendaron mesura, a pesar de lo cual llegue a casa con un dolor de vagina importante y el clítoris inflamado.
Algo tenía que hacer por qué no podía llegar a casa así todos los días. Esa noche después de cenar en familia me metí en mi cuarto y me dedique a buscar videos porno para ver como hacían las chicas y además de eso a leer artículos sobre sexo salvaje y consejos para aguantar.
Al día siguiente embadurné mi vagina de lubricante que no solo iba a facilitar las penetraciones sino que iba a protegerlo contra el roce extremo.
Cada día que pasaba el coño llegaba en mejores condiciones a mi casa. Estando más que acostumbrada a las penetraciones cuando me llego mi primera transferencia con 7.000 euros después de follarme a una medía de 10 tíos por jornada.
Un par de meses más así y que temblasen en roche bobois.
Al contrario que en los otros departamentos, en el de coños nos tomábamos descansos pues no nos podían tener 6 horas con las piernas levantadas. En general la gente ni se vestía para tomarse un café o charlar en las pausas. Al principio me resultaba extraño ir con el coño al aire y hablar con ese tipo de gente. De esos cafés determiné que debía depilarme el coño no solo la línea del bikini pues era obvio que mi peinado no era lo que se llevaba. Imaginaros la cara de Luis cuando me vio desnuda semanas después y vio que mi pubis consistía solo en una línea de pelo de dos dedos encima de mi clítoris. Esa noche no se si se corrió tan pronto por las ganas o por ver un coño “distinto” ante él.
Durante esas pausas me hice amiga de un par de chicas, una de ellas, Paola, a la que nunca hubiese mirado en la calle, resultó ser muy maja y simpática. Era madre soltera, su “novio” era mensajero y culturista y aunque confesaba que le encantaba follar y que incluso disfrutaba en bastantes de los polvos en el curro, lo hacia por dinero. Su “novio” sabía a lo que se dedicaba a falta de algo mejor y asentía por que la pasta que sacaba le daba para muchos vicios que de otra manera no podría pagar. Según me contaba Paola, desde que se dedicaba a esto el Richi había pasado de ser un follaamigo de gran frecuencia a ser casi novios oficiales.
A veces después de trabajo a salía a tomar unas cañas con mis compis, incluso algún fin de semana en las que Luis se iba de convivencia con la parroquia y que yo alegaba trabajo para no ir, incluso salí de marcha con ellas. Me dejaba alucinando que dedicándose a lo que se dedicaban aún tuviesen ganas de ligar en esas noches. No era raro que me quedase sola después de horas de copas pues las chicas o habían ligado o se iban a casa a follar con sus novios, y así lo decían.
Paola se pasó a la sección de culos un junio, me comentó que le daba igual que le diesen por el culo y en realidad prefería dejar el coño para “el Richi“, que así le llamaba. Yo no podía ni imaginarme eso del culo, me parecía un rollo contra natura solo digno de sodomitas, pero lo acepte pues para esas, mi mente había dejado de ser tan conservadora.
A Luis le justificaba mis ingresos con un supuesto negocio de cremas de venta piramidal en el que participaba, incluso me tuve que documentar sobre el mismo, pues en ocasiones en cenas con amigos había sacado el tema y yo no tenía ni idea de cómo trabajaban, de hecho me di de alta en uno de estas empresas y compre el muestrario para poder justificar toda aquella pasta.
- Rosalía – me dijo Luis aún agitado después de una experta paja que le acababa de hacer – con lo que ganas, mi sueldo y vendiendo el piso nos podemos meter en un adosado que he visto y que aunque sale por una pasta nos salen los números.
- ¿seguro que nos salen? – le dije yo ya imaginándome viviendo en un chalet.
- Si, sería una hipoteca de unos 3800 euros, pero mi sueldo y el tuyo podemos hacer sin problemas.
Era cierto, tenia un montón de dinero en el banco y aunque esto no podía durar para siempre, estaba claro que podíamos meternos en el tema.
Me estaban dando muy duro en el trabajo cuando apartando mi mente del coño para no correrme, algo que casi nunca hacía, y poder pensar, sopese las posibilidades de conseguir más dinero. Evidentemente lo de las cremas era una tapadera y nunca había vendido nada, de hecho no me veía poniéndome a vender cremas. El coño daba lo que daba.
- Juan Antonio, perdona. ¿podría hablar contigo?
- Claro Rosalía, ¿en que puedo ayudarte?
- Quiero cambiar de departamento.
- ¿Pajas?, ¿mamadas?
- No culo
- ¿Culo?
- Si culo, necesito dinero para meterme en un tema y por lo menos me gustaría probar.
- Empiezas el lunes. Te pondré con tu amiga Paola.
- Mil gracias, ojo no se si aguatare. ¿Podría dar marcha atrás sino me gustase?
- Desde luego, prueba y si no te gusta volvemos.
Llevaba casi un años abierta de piernas con ellas coladas de una pared y por lo menos la postura sería más cómoda. Esa tarde salí de cervezas con Rosalía y su amiga Pepi y les conté mis planes.
- chicas he decidido probar con vosotras.
- ¿dónde? – me preguntaron sorprendidas
- en la sección de culo.
- ¿de culo?, pero Rosalía con lo pijita que eres tu nunca me imagine que te entrase nada por la puerta trasera.
- Y la verdad es que no me entra, pero aunque no me guste el tema y jamás me he podido imaginar haciéndolo, no quiero perder el tiempo y quiero ganar pasta.
- Pues vas a alucinar.
- ¿por qué?
- Por que chica, tu no sabes lo que duele las primeras veces, encima si las primeras veces son con intelectuales como nuestros clientes, imagínate. No esperes que nadie te lo haga con cuidado.
- ¿de verdad?
- ¿el que¿
- que duele tanto.
- Chica a mi no me duele, pero piensa que a mi en el instituto ya me estaba dando, pero el culo no es un coño que se dilata al segundo, esto es más complicado. Todas antes de poner el culo en pompa en el agujero nos dilatamos el esfínter con lubricante y un consolador para que no nos partan en dos.
- Joder y ¿qué voy a hacer yo?
- ¿No tienes novio?, pues que te estrene.
- ¿Luis?, se muere del susto. Paso, Luis ni sospecha la vida que llevo, él es muy conservador y solo lo hacemos un par de veces al mes. No quiero que piense que tiene una puta en vez de una prometida.
- ¿solo dos veces? – dijeron ambas a la vez.
- Si, dos y le llegan.
- Se debe de matar a pajas.
- Espero que no, por qué como me entere que se la machaca, lo consideraría una traición.
- Ja j aja, hay que ver con los pijos como sois
Yo sonreí, pero estaba aterrada.
Estuve dándole vueltas a la cabeza todo el fin de semana, incluso cenando con amigos. Por lo que el domingo después de comer, llamé a Paola.
- Hola
- Hola Paola, tenia que pedirte un favor.
- Si dime
- Es sobre mi culo
- ¿qué el pasa a tu culo?
- No puedo presentarme el lunes y dejar que me lo rompan sin preparación.
- Ya te dije. ¿Y?
- No tendrías un amigo que pudiese arreglar el asunto para que al menos vaya más preparada.
- Déjame pensar, solo puedo pensar del Richi, pero ese ni se toca. No por ti, sino por él que le conozco. Te llamo en un rato
Pasaron las horas y el teléfono sonó.
- Rosalía, lo tengo
- ¿Siiii?
- Si, he hablado con Richi y me dice que su amigo el Fran podría hacerte el favor.
- ¿Si?.
- Que sin problemas. Le he tenido que enseñar una foto, pero al verte dijo que encantado
- ¿Y como hacemos?
- Solo puede el sábado, pero el sábado que viene os invito a cenar en mi casa, colocó al niño y ahí os lo podéis montar.
Tenía mil dudas, le iba ser infiel a Luis, pero era por nuestro bien, era por nuestro futuro.
Llamé a Juan Antonio y le pedí aplazar el pasó a culos un par de semanas, cosa que él accedió sin problemas.
No se si fue de los nervios o fruto de saber que iba a serle infiel al hombre de mi vida, aquella semana me corrí por lo menos una vez al día, eso si, ante pollas de tamaño mamut.
Nunca me imagine que pudiese haber un barrio tan feo como Villaverde Bajo, no era feo en realidad, era de clase baja. Sucio, desatendido, con poca luz. El edificio de Paola, era horrible, hasta que preocupó apartar mi nuevo Polo enfrente. El piso no estaba mal, estaba reformado de una manera muy hortera pero nuevo.
Fran, el amigo de Richi era un clon del novio de Paola. Musculoso, pelo rapado, tatuajes y pircing en la ceja.
El chico también era repartidor. Amable, simpático, básico y poco culto.
Ya a los postres Paola sacó el tema.
- Bueno chicos creo que os toca hacer algo, tranquila Rosalía que el Fran le ha roto el culo a la mitad de las chicas de el barrio y sabe como hacer.
- Me da un poco de miedo.
- Enséñale tu Paola – dijo Richi.
- No creo que haga falta – dije yo.
- No te preocupes, simplemente fíjate. Ya me has visto hacer de todo. Por que me ponga aquí por ti, no se me van a caer los anillos.
Paola se levantó de la mesa, se quitó el vestido y se puso a cuatro patas sobre el sofá. Richi la siguió y bajándole con cuidado las bragas dejó al aire el culazo de su novia.
- Básicamente tienes que estar relajada, ni se te ocurra apretar el culo. Déjalo libre. Ahora o tu o tu amante tenéis que empezar a meter un dedo en el culete – algo que hizo Richi según ella hablando – el culete se va dilatando poco a poco de manera que cuando se ve dilatado, se mete un segundo dedo – Richi lo hizo. Poco a poco se va ampliando el agujero y se van metiendo más dedos. Sobre todo al principio es bueno echar crema o vaselina, Richi ponme un poco para que vea – Richi saco los dedos y cogiendo un bote ad-hoc le embadurno el culo con la crema. Cuando los tres dedos entran libremente en el coño, sencillamente el macho debe de embadurnarse la polla y meterla muy poco a poco – richi sacó un pedazo de trabuco de su pantalón y se roció la polla con la crema y empezó a meter aquel pedazo de carne en el culozo lleno de estrías de mi amiga. Cuando después de 5 minutos de meterla poco a poco bajo las instrucciones de Paola que le guiaba recordándole que fuese despacio que estaban dando una lección magistral.
Paola recibió toda la polla de su novio y empezó a murmurar.
- joder lo que me gusta la polla de este desgraciado.
Fran amablemente me cogió por los hombros y con delicadeza me hizo ponerme a cuatro patas al lado de mi amiga que en ese momento ya recibía polla a velocidad de crucero. Me quitó mi vestido de tirantes con delicadeza, me bajo las bragas y me unto mi esfínter con una generosa ración de crema. Yo apreté el culo.
- relájalo chica, que sino te va a doler.
- Si, Rosalía, relájalo, te va a gustar – me dijo mi amiga yo hice lo que pude.
Fran fue muy hábil y aunque me dolió un poco lentamente fue metiendo un dedo tras otro en mi culo. No es que me gustase, pero tampoco me estaba matando de dolor. Cuando metió el tercer dedo me hizo un poco de daño, pero según iban pasando los minutos el dolor desaparecía. Fran se sacó la polla del pantalón se le embadurno de crema y colocó su capullo en mi dilatado esfínter. Empezó a meterla poco a poco, me mataba de dolor, pero estaba segura que en breve dejaría de doler. Fran fue muy delicado y se tomo su tiempo hasta tenerla toda dentro. La dejo quieta dejando que mis intestinos se acostumbrasen a su grosor y empezó a moverse poco a poco. Paolo estaba en esos momento siendo penetrada por Richi por su coño y ella jadeaba sin ningún tipo de vergüenza, jamás la había visto tan lanzada y disfrutando tanto y mira que la había visto follar veces. Fran tomó velocidad de crucero y empezó a taladrar mi culo con ganas. Sus manos se iban a mis tetas, era la primera vez que alguien las tocaba que no fuse Luis, me quede sorprendida pero no dije nada.
Paola se retorcía de gusto mientras Fran cambiaba una mano de mis pecho a mi clítoris y siguió dándome con ganas. No se si fue el placer de ver a Paola correrse con los ojos en blanco o las atenciones de Fran, pero me corrí como nunca lo había hecho justo poco antes de que Fran descargase su leche mi culo.
Quedé reventada mientras Paola a mi lado le pedía más a Richi. El chico se agacho hasta el coño de mi amiga y empezó a comérselo como si se acabase el mundo. Fran que ya estaba en pelotas, me hizo dar la vuelta y levantado mis piernas volvió a penetrar mi ano mirándome a los ojos. Era de nuevo la primera vez que veía a alguien follarme que no fuese Luis, y desde luego con Luis nunca lo había hecho ni por ahí ni de esa forma tan salvaje.
Paola tumbo a Richi a mi lado que no dejaba de mirarme desnuda, ella se subió de cuclillas sobre su polla y empezó a cabalgar. Casi me muero cuando Paola me cogió un pecho y agachándose se metía mi pezón en la boca. Yo ni hice ni dije nada hasta que los cuatro nos corrimos como posesos.
Pasé las siguiente semana follando con Fran en su casa. Aunque he de reconocer que le llegue a chupar la polla y me la llego a meter por el coño, en ese curso intensivo me dejo el culo listo para mi primer día de trabajo. No me lo podía creer ni yo, pasarme el día dejando que desconocidos se follasen mi coño para luego pasar largas horas retozando con un hortera desconocido y perforando mi culo, algo que estaba aprendiendo a disfrutar y me volvía loca.
Al contrario que en mis anteriores cambio de departamento ese día llegue de lo más tranquila. Siguiendo los consejos de Paola, me había comprado un consolador de tamaño importante y ayudado por ella me masturbe analmente durante más de 10 minutos antes de que llegase mi primer cliente.
Allí estaba yo a cuatro patas con el culo encajado en un agujero. Me dieron por el culo de lo lindo ese día. Como era de esperar ninguno de los caballeros que gustosamente atendí tuvo el más mínimo cuidado en no destrozarme el pompis, por lo que el precalentamiento me vino de fabula. Con descansos de media hora me llegaron a follar 8 tíos por mis partes. En esta ocasión no obedecí los consejos de Juan Antonio e hice jornada completa. Aquel primer día invité a cenar a Paola, Richi y Fran a un restaurante cojonudo y esa noche acabamos follando los cuatro en casa de Fran. Aquella fue la primera vez que hice una doble penetración y que le comí el coño a una mujer. Menos mal que en mi aparente sociedad nadie sabía de mi doble vida.
El primer sueldo en mi nuevo puesto fue una locura. 10000 eurazos, y así cada mes. A Luis seguí dándole lo que esperaba, ósea un polvo cada dos semanas. Con Fran quedaba a follar de vez en cuando, generalmente solos pero alguna que otra fiesta con Paola y su chico también nos dimos. Aunque no me veía con él en la calle, ni por educación ni cultura, ni clase, ni por nuestra apariencia, ni por nada, me encantaba ser tomada por Fran y su perfecto cuerpo. Luis vivía en su mundo pensando que pasaba las tarde y noches dedicada a mi negocio, por lo cual no sospechaba nada.
Vivía en u n mundo de ojos que no ven corazón que no siente, por lo que disfrutaba como loca sin el más mínimo remordimiento pues nadie de mi entono ni siquiera sospechaba ni mi trabajo ni mis noches en Villaverde en las que me corría sin parar viendo el techo sin lámpara y alumbrado por una ridícula bombilla.
El adosado era una maravilla, una preciosidad. Lo habíamos amueblado monísimo gastándonos una pasta y todo estaba preparado para nuestra boda que sería por todo lo alto.
Estaba enamorada de mi vida con Luis, adoraba a nuestros amigos, nuestra nueva casa, la feliz pareja que hacíamos, lo ideal de todo.
Llevaba casi ocho meses dejandome perforar el culo como empleo, cuando una tarde estando a cuatro patas y leyendo una revista mientras un torpe la tenia metida en mi ojete, cuando se oyó un estruendo en el negocio. Deje de leer y mire a los lados sin mover el culo del hueco que me separaba de la habitación de cliente. Me quedé con la boca abierta cuando más de 20 agentes de la policía judicial entraban en el local. En menos de 5 minutos clientes y azafatas estábamos esposados contra la pared. Muchas de nosotras con el culo y coño al aire. Nos tuvieron en esa posición durante más de media hora mientras interrogaban a Juan Antonio quien también salió esposado con nosotros del local rumbo a un autobús de la policía que nos conduciría a comisaria acusados de prostitución.
El lio fue tremendo, ya que cuando salí a la mañana siguiente del juzgado con cargos después de no haber dormido nada en el calabozo, me encontré a mi hermano esperándome.
- la que has liado.
- Bueno, nadie tiene por qué enterarse. Además no es lo que parece
- Ya se han enterado.
- ¿qué dices?
- Cuando os sacaron estaban las cámaras de TeleMadrid. La redada ha abierto todos los telediarios, has tenido tan mala suerte que tu imagen al salir del local se ha repetido una y otra vez en las teles y te ha visto todo dios - yo primero me quedé pasmada, después me puse a llorar desconsoladamente – Luis ha llamado para romper el compromiso, su padre ha llamado insultando a papa, que unido al shock de descubrir que te estabas prostituyendo.
- Yo no me prostituía, esto es distinto.
- Rosalía, hay imágenes tuyas en internet esposada y con el culo al aire, alguien las filtro. No mientas – haciéndome caer en la cuenta que si, cobraba por sexo, algo que nunca había pensado – le ha dado una angina de pecho y esta en el hospital tu hermana no te quiere ni ver y mama pide que no vayas por casa en una temporada.
En los siguientes meses perdí todas mis amistades, nadie cogía mis llamadas y la gran mayoría me habían bloqueado en whatsapp. Cuando me cruzaba con alguien conocido, estos cambiaban de acera. Luis nunca más me volvió a mirar a los ojos., ni siquiera cuando vendimos el adosado y tuvimos que firmar ciertos papeles.
Visto lo visto seguí trabajando para Juan Antonio, continué follando a ratos con Fran, aunque he de reconocer que de tanto salir con Paola y su ambiente no eran pocas las ocasiones que me iba a la cama con desconocidos a los que dejaba boquiabiertos con mis experiencia amatorias. Con el tiempo acabé viviendo con Fran en un adosado en el PAO de Carabanchel comprado con el sudor de mi culo, no es mi zona soñada, pero es a donde Fran el gusta vivir. A mis padres les veo poco, a mi ex amigos nada y aún hoy con dos críos y embarazada del tercero pasamos más de una noche follándonos o dejándonos follar por Paola y Richi.