¡Cómo no hacerle caso a mi coñito!
Hermana desea hermano..... él ni puta cuenta se dá!
“¡Cómo no hacerle caso a mi coñito!”
Prota: Nombre irreal, así que me definiré como guarrilla-masturbadora (G.M.). Siempre me han dicho que no soy fea, y tampoco tengo mal cuerpo. Admito que tengo buen culo y unas tetas que más de uno quisieran saborear. Castaña oscura, ojos verdosos y muy blanca de piel. Ah!, tengo muchas pecas, sobre todo en el escote, así que admito y aseguro que más de un amigo o compañero de trabajo, se la ha cascado recreándose en mis bonitos pechos.
Coprotagonista: Obviamente, nombre irreal, porque si se entera de mi escrito me mata, así que lo llamaré como el provocador de mis jugos vaginales (P.J). Permitidme que no dé detalles de su cuerpo, porque hasta celosa me pongo de pensar que otra persona puede pensar en él, como yo lo hago. Pero admito que es alto, peso normal, no está gordo, no tiene barriga, y siempre me presume de la buena polla que tiene. Y doy fe de ello.
Estoy muy salida, a todas horas, con sueños húmedos, y relaciones en honor a p.j. Lo espío, como mujer también me deleito oliendo sus ropas sudadas, me pongo su ropa interior justo antes de él usarla y pensar que se roza conmigo. No miento, ni exagero…. Lo deseo tanto que duele físicamente.
Tal era la situación, que una tarde muy calurosa, mientras hacia footing, en mitad de un campo cultivado de cereales, me bajé el pantalón hasta las rodillas y me empecé a masturbar con aceleración y desesperación por una buena polla, y si era su polla, mejor que mejor. Deseé que pasase por allí cualquier hombre, feo o guapo, gordo o flaco, de color o caucásico, viejo o joven, o una polla de plástico andante,…. Solo quería que me penetrasen, nunca sabré si se me oían mis gemidos, que aseguro que los emitía altos y claros. Era una loca, con una mano sacándole brillo a mi clítoris y con 2 dedos penetrándome la vagina. Añoré no llevar un pepino en ese momento. Ridículo correr con pepinos
Comprendo perfectamente a todos aquellos que han tenido experiencias incestuosas, porque yo las deseo, y jamás he pensado en ello como algo pecaminoso, las quiero tanto, que si es pecado, ni me importa, ni siquiera me lo planteo.
No me da vergüenza confesar que estuve 3 años sin sexo, porque no deseaba a más nadie que a él, y solo cuando entendí que quizás lo mejor era no pensar en ello, entonces pasé a follarme a todo bicho viviente. Me tiré a 9 tíos en poco tiempo, guapos y feos, jóvenes y cuarentones. Yo solo quería ocupar mi vagina, tener muchos orgasmos, porque siempre la tenía húmeda. Al escribirlo me doy cuenta a los límites que he llegado, a la más desesperación absoluta.
Así estaba la cosa… desvariaba y me había vuelto tan puta que hasta yo misma me llegué a asustar.
Como todos, me he masturbado en el baño, en la sauna de mi gimnasio, incluso me he penetrado con todos sus bolis porque él tiene la costumbre de mordisquearlos mientras los usa.
Como tenemos mucha confianza y complicidad, siempre hemos sido explícitos en nuestras conversaciones y yo que soy muy bruja, cuando estaba más cachonda siempre intentaba que fuesen sobre sexo, porque al contarme sus relaciones sexuales o sueños húmedos me imaginaba que fuesen conmigo.
El otro día soñé con él, por enésima vez. En mis sueños, echábamos un polvo rápido encima del refrigerador, dentro de la despensa, mientras nuestra familia estaba reunida en el salón. Y a mí que me va el peligro, no me corté en gemir, por lo que él me tuvo que ponerme la mano en la boca. Entonces se excitó más, porque no podía gritar de la mordida que le estaba dando, así que entre el miedo a que nos pillaran, a que no se me escuchara y al dolor de la mano, aceleró las envestidas y cómo se corrió el tío, y como gocé. Yo me corrí en el momento en que maldecía por el momento tan excitante. Por supuesto, no me limpié. Me subí las bragas, así que el chorreillo en mis muslos era un gozo…. solo sabia que quería repetir.
Cuando íbamos a tomar el café, y como excusa para continuar en la despensa, le pedí a mi madre hacerlo yo y como no sé hacerlo bien, le grité a mi hermano que me ayudase con la cafetera, porque no cerraba bien. Inocente de él vino y tardé dos segundos, en lo que tarda un suspiro, en meterlo en la despensa, y bajarle los pantalones. Él me decía loca, pero el sinvergüenza bien que se sacaba la polla y se la meneaba, pero al ver que tardaba un poco, y disponíamos de un par de minutos, incluso yo pasé miedo porqué pensé que nos pillaban, me la metí en la boca sin estar del todo tiesa y la empecé a chupar como una descosía, parecía un polo, le saqué brillo hasta que se volvió a correr. Juro que no tragué más leche en todas las mamadas que recuerdo haber hecho, y sin darme cuenta no me limpié del todo. El cabrón me miró, sonrió y se calló. Ya en la salita, les puse en la mesa, a toda mi familia, el café, la leche, las pastas y el resto de dulces y me senté en mi asiento. Mi madre me miró y delante de todos me dijo que no volviese a meter mano a los dulces antes de ponerlos en la mesa, que me había dejado nata en la boca. Yo me puse como un tomate, le miré, él muy serio, y me relamí la comisura tragándome el resto de semen del putón de p.j…. ¡Y por supuesto, me desperté!
Aquello fue el límite de mi cordura y pasé a la acción.
Ese fin de semana, me temblaban las manos, cuando le pedí salir con él y su pandilla de amigos, a los conozco y me llevo muy bien, así que no hubo ningún problema.
Me puse un vestido de los vaporosos y con un escote de tirantes finos, de raso y sabiendo que tengo un buen escote, intenté durante todas la noche inclinarme un poco para que viese lo que se estaba perdiendo.
Me pasé toda la noche coqueteando con su mejor amigo, diciéndole lo desaprovechada que estaba y recitando mi discurso de que las mujeres tenemos las mismas necesidades que los hombres. Lo puse como una moto, al amigo y a mi p.j. Lo noté porque en la barra me puse entre los dos, de cara al amigo pero entre las piernas de mi p.j. y yo me reía con el amigo, pero me restregaba contra el objeto de mi deseo. Lo sorprendente es que no se retiró en ningún momento. Y ya todos, con unos cuantos cubatas en el cuerpo, la música fuerte de la disco, el amigo que tenia la mano larga y la entrepierna abultada, yo ya no razonaba. Les dije de sentarnos en un apartado, los dos encantados. Ellos se sentaron y yo me puse entre los dos, pero igualmente recostada entre su entrepierna. Y todavía se dejaba. Todo acompañaba, música, copas, el amigo, y yo dándoles una esplendida vista de mis atributos. El amigo medio borracho se fue a la barra a por más, allí se ligó a una tía y desapareció, me imagino que a follar, mientras los dos, sin decir nada, yo desde luego callada como una puta, seguíamos rozándonos, cada vez más descarados, insisto…yo no pensaba, él no pensaba, y sorpresa…. Se abrió la bragueta, se sacó la preciosa polla y corriéndome las braguitas me la puso entre mis labios para que me restregase contra ella, él quería que lo masturbase con el coño, pero pensando en no meterla. Descaradamente, pero sin que se notase, me metió las manos debajo del sujetador y me estrujó los pechos como si fuesen ubres, y Dios, entre el frotis entre su polla y mi coño y el ordenamiento de mis pechos, no pude más, me giré, no sé como, y le metí la lengua hasta la campanilla, él me la ofreció, olíamos a ron, pero a la mierda con todo. De reojillo vi que no se nos veía y sin pedirle permiso con mi mano le cogí esa delicia y la ensarté de golpe. Gemimos y lentamente, que no se notase, empezamos a follar. Yo alucinaba, solo me movía yo,… arriba y abajo…. arriba y abajo….arriba y abajo, así un rato, hasta que yo me corrí. Me imagino que él también, porque yo estaba en las nubes, le volví a besar profundamente y sin hablar me puse las bragas, obviamente sin limpiarme, me levanté y me fui a casa. Alucinando en colores.
P.D.: este relato se lo dedico a mi benefactor BirdyWaps.