Como mi novia y yo compartimos un chaval
Nos dio el capricho y tuvimos la suerte de encontrar al chico adecuado para los dos
Mi novia y yo tenemos mucha confianza. La suficiente como para compartir nuestros trapos sucios, incluidos los del pasado sexual de cada uno. Los míos son bastante simples, de joven me comí unas cuantas pollas experimentando y aun tenía curiosidad por volver a probar otra. Los suyos son un poco mayores, siendo más joven estuvo con un rollo que en un par de ocasiones se la follo con un colega, estando de fiesta.
No solo no nos asustaron los secretos del otro, si no que nos dieron morbo y nos llevaron a fantasear. A ella no le molestaba que yo fantaseara con comerme otra polla, se ponía cachonda pensando en lo divertido que seria comerla juntos y enseñarme como se hace. Por mi parte, yo imaginaba como de morboso seria darle polla entre dos a mi novia, follarla como hicieron su rollo y su colega. Follando fantaseábamos con ello y cada vez se volvían mas elaboradas y detallistas las escenas que imaginábamos.
Teniendo ella 26 años y yo 28 contábamos con bastante libertad, además de coche propio, por lo que al final nos decidimos por intentar llevarlo a cabo. Para ello descargamos un programa para conocer gente en el móvil y comenzamos nuestra búsqueda. Algunos candidatos no le gustaban a ella, otros no me gustaban a mí, otros no buscaban lo que nosotros, otros pasaban al poco de empezar a hablar…
Tras meses de búsqueda al fin hubo suerte. Teníamos que ir a otra ciudad para asistir a una boda a la que mi novia fue invitada y cambiamos nuestra localización por aquella. Entre los posibles candidatos se encontraba un chaval de 19 años, mono, majo, con una buena polla y alguna experiencia con tíos, además de estar abierto a tener alguna más. Congeniamos rápidamente con él y le dejamos claras nuestras intenciones, las cuales le agradaban. Hablamos durante unas semanas y cada vez se veía más probable nuestro encuentro.
Llegada la fecha asistimos a la boda, pasamos la noche en casa de un familiar de mi novia y después de comer nos largamos para ver la ciudad, o al menos eso dijimos. Nos encontramos con él en una cafetería, y resultó ser todavía más mono y más majo en persona que por texto. Nos encantó y acabado el café le propusimos cumplir lo pactado e ir a un hotel, a lo que accedió con entusiasmo.
Era un hotel barato y en la recepción no hicieron preguntas ni mostraron asombro de que tres personas pidieran una sola habitación con cama de matrimonio. Nos subimos en el ascensor y al chaval le costaba mantener las manos lejos de mi novia, sobando con entusiasmo su culo por debajo del vestido mientras yo la besaba. Al bajarnos buscamos la habitación, sin que el despegara la mano del culo de mi novia, y se paró a besar su boca mientras yo habría la puerta. Les sujete la puerta mientras entraban y azote el cachete libre de mi novia, el otro todavía ocupado por la mano del chaval.
Mientras cerraba se siguieron besando, con las manos suyas ya debajo de las bragas de mi novia, sobando descaradamente su firme culo. Me acerque por detrás a él y le pregunte si era mi turno, a lo que accedió soltando a mi novia y pegándose a mí. Nuestros labios se unieron y su cuerpo se rozaba con el mío, sus manos se posaban en mi culo y las mías en el suyo.
Cuando ceso nuestro beso mi novia ya se encontraba desnuda y nos urgía a quitarnos la ropa, lo que hicimos de inmediato. El cuerpo del chaval me encantaba, especialmente su polla, que pese a todavía no estar del todo lista ya se vislumbraba que era la hermosura que nos había mostrado en fotos. También parecía ser del agrado de mi novia, quien se acerco para manosearla y recibir otro morreo de su parte, con su polla todavía creciendo más. Me arrodille frente a ellos para observar con más atención ese pollón, cuya punta pronto se encontraba dentro de mi boca, mientras mi novia pajeaba lentamente el resto y le morreaba con pasión.
Mi polla también se estaba poniendo tiesa, por lo que me incorporé y le arrebaté a mi novia para besarla yo. Se notaba que le gustaba la situación, estaba animada y energética, y cuando terminó nuestro beso fue ella la que se arrodilló frente a los dos. Me miraba con una polla en cada mano y un rato chupaba a una y otro a la otra, dedicándole más tiempo al chaval por el tamaño que tenía y por la novedad que representaba. A mí también me encantaba el muchacho, por eso me besaba con él y le sobaba el culo mientras mi novia se dedicaba a tragar nuestras pollas, con momentos en que los dos centrábamos nuestras bocas en distintas partes de él y otros en que las atenciones se centraban en mí. Pasado un tiempo, mi novia cambió el arrodillarse en el suelo por el sentarse en el borde de la cama, pero continuó sin descanso con su cometido. Cuando sentí que iba a correrme se lo indiqué, centrándose ella en comerle la polla al chaval mientras yo me pajeaba lentamente y me mantenía al borde de terminar. También él le dio a entender a mi novia cuando le faltaba poco, por lo que ella se separó y nos ofreció su preciosa cara para que la cubriéramos. Él descargo primero, y ante tal vista no me pude contener y le acompañé, con mi novia recibiendo todos los chorros que echamos. Su rostro es hermoso, pero cubierto como estaba de la corrida de los dos, era belleza pura. Me pare unos instantes a admirarla antes de sentarme con ella, empezar a besarla profundamente y luego lamer su cara para limpiarla y saborear el fruto de sus esfuerzos. Cuando termine nos volvimos a besar y note que todavía esta cachonda.
Les dejé un instante para ir al baño a por una toalla y cuando volví ella estaba de nuevo con su polla en la boca, mientras él le pellizcaba los pezones. Volví a besarla y le di la toalla, con la cual se limpio los restos que aún quedaban en su rostro. Tras ello se tumbó en la cama y nosotros junto a ella, besándola ambos y tocando su cuerpo. Lamiamos su cuello, mordíamos sus pezones, la acariciábamos, nuestros dedos entraban en su coño… Nos tenia a los dos para ella sola y al final acabamos turnándonos para que uno le comiera el coño y otro la besara. Primero bajó él y se puso a lamer, besar y meter dedos mientras yo me centraba en besarla lentamente, morder su cuello y pellizcar sus pezones como a ella le gusta. Ella gemía y disfrutaba de la pericia del chaval y de mis atenciones, pero me percaté de que no era capaz de terminar, por lo que intercambié mi posición con él y me puse a devorar el coño de mi novia mientras él saboreaba sus labios. Le faltaba poco, pero estaba atascada, afortunadamente yo sabía que tenía que hacer. Dos dedos entraban y salían de su coño, rápido y fuerte, mientras que con la boca le comía mas arriba hasta que llegó el momento y entonces le frote en círculos con la otra mano. Sus gemidos indicaban que estaba corriéndose, y cuando terminó me lo hizo saber para que parara y subiera a acostarme junto a ella.
Normalmente, cuando los dos habíamos acabado, pasábamos un rato dándonos caricias y mimos. Pero en esta ocasión éramos tres y él no tuvo problema ninguno en unirse y compartir los cariños. Los tres nos besábamos, mordíamos y acariciábamos, con ella y yo prestándole especial atención a él por ser una novedad en esta dinámica. Disfrutaba viendo como se besaba con mi novia, con lo mono que era él y lo guapa que es ella. También disfrutaba besándome con él, era agresivo e intentaba meter lengua, a veces la mía se apoderaba de su boca y otras al revés. A veces me encontraba en el centro, con cada uno a mi lado y mis manos en sus culos, otras era el quien ocupaba esa posición y otras era mi novia quien se encontraba en el centro y se veía acosada por nuestras manos y bocas, que no dejaban en paz su cuerpo, para gozo de ella.
No se cuánto estuvimos dándonos mimos, pero el tiempo se nos pasó rápido y él pronto volvió a empalmarse. Mi novia se bajó y empezó a comérsela mientras yo me besaba con él, y viendo la escena que se desarrollaba ante mí, pronto mi polla también estuvo lista. Él me estuvo pajeando un poco, de forma lenta y dulce, pero abandone su lado para poner a mi novia a cuatro patas y empezar a follar su coño mientras ella seguía mamando con cariño. Primero acaricié su coño, luego lo lamí un poco y después entraron y salieron varias veces un par de mis dedos. Después vino mi polla, entre y salí y volví a entrar y a salir, cada vez más rápido y mas fuerte, mientras mi novia gemía y seguía comiéndole el pollón al chaval, quien acariciaba su cara y guiaba su cabeza para controlar el ritmo de la mamada. Terminé dentro, y sin parar siquiera a limpiárselo, mi novia se puso sobre él. Se le notaba la excitación en el entusiasmo de sus movimientos y los gemidos que hacia mientras botaba sobre él. Yo, por mi parte, me puse a su lado y empecé a besarla mientras él se movía y la cogía de las caderas. Cuando me puse a retorcer sus pezones mientras le metía la lengua hasta el fondo de su garganta se corrió, y él, que también llevaba un rato al borde, hizo lo mismo y dejo el coño de mi novia repleto.
Al terminar ella se inclino sobre él para abrazarse, todavía con su polla en el coño. Permanecieron unos minutos unidos, ella encima de él, besándose mientras yo miraba y acariciaba su espalda. Al separarse ella se tumbó junto a él y yo vi mi oportunidad, me puso a los pies de la cama y me acerqué a su coño para limpiarlo con mi lengua y sorber la mezcla. Lamí y absorbí mientras se besaban y acariciaban, y cuando quedé satisfecho subí para unirme. Mi novia me recibió con un beso, ansiosa de saborear mi boca, y luego él me dio otro, metiendo su lengua hasta el fondo de mi boca. De nuevo nos volvimos a unir los tres para compartir besos, caricias y demás cariños, y de nuevo se nos pasó el tiempo volando.
Se empezaba a hacer tarde, pero eso no impidió que a nuestro chaval se le volviera a empalmar la polla. Mi novia se bajó a atenderla mientras yo me morreaba con él y luchábamos por ver quien metía a quien la lengua, pero al final la envidia se apoderó de mí y baje a unirme a mi novia, que parecía muy ocupada comiéndose esa polla tan hermosa. Me recibió con un beso y ofreciéndomela, a lo que respondí metiéndome la punta en la boca y dejando que ella pajeara. Cuando solté la punta nos pusimos a besar y lamer el tronco, con nuestras lenguas cruzándose y nuestros labios besándose. También nos pusimos a lamer juntos sus huevos y varias veces ella subió a besarle mientras yo me ocupaba de comérsela solo. Estando los dos juntos lamiendo nos indico que le quedaba poco para terminar, por lo que me metí la punta de su polla en mi boca mientras mi novia le pajeaba mas rápido. Se corrió con varias descargas, con un par de segundos entre cada una, pero todas quedaron dentro de mi boca y me las apañé para no tragarme ninguna. Nada más asegurarme de que había terminado busqué los labios de mi novia y le di un beso largo y profundo, compartiendo la corrida del chaval, que se deslizaba entre nuestras bocas y mezclaba con nuestras lenguas. Al separarnos se nos cayó un poco sobre la cama, pero fuimos capaces de conservar la mayoría en nuestras bocas y tragar cada uno.
Volvimos a estar otro rato de cariños, pero se estaba haciendo demasiado tarde, así que iba tocando despedirse. Antes de vestirnos queríamos decirle adiós a ese pollón que tan buen rato nos había hecho pasar, y lo hicimos besándolo juntos y dándole unos últimos lametones. Ya vestidos abandonamos la habitación y volvimos a coger el ascensor, donde el chaval se despedía de mi novia morreándose y tocándole de nuevo bajo el vestido. Delante de la recepción no fuimos tan descarados, simplemente dejamos la llave y nos marchamos. Él nos acompaño hasta el coche, donde se despidió primero morreando a mi novia y luego a mí, tras lo cual siguió con su camino y nosotros cogimos la carretera para volver a casa. En el camino nos pusimos a comentar la jugada y lógicamente nos pusimos cachondos, por lo que tuvimos que buscar un rincón tranquilo, parar y follar en el asiento trasero. Fue un polvo rápido, y por no manchar acabe en su boca, pero era lo que necesitaba para poder continuar con el camino, dejar a mi novia en su casa e ir a la mía.
Tras ese día mantuvimos el contacto con el chaval, coincidiendo los tres en que fue una gran experiencia y que debemos repetir. Y aunque mi novia y yo estemos abiertos a probar con otro, la verdad es que no hemos encontrado nadie que nos dé tan buena impresión como él, así que estamos buscando cualquier excusa para volver a visitarle, comernos juntos su pollón y que vuelva a reventarle el coño a mi querida novia.