Cómo me inicié entre dos mujeres

...creí que no sería posible sentir algo mejor que lo que estaba sintiendo, con esas dos mujeres rozando sus lenguas con la mía y tocando sus tetas y sus vaginas calientes

Cómo me inicie entre dos mujeres

Tengo tiempo leyendo sus relatos y debo decir con elegante convicción que es un verdadero placer del que disfrutan todos mis sentidos y por supuesto mi mente.

Soy una mujer bisexual, rubia, de piel muy blanca, cara de finas y delicadas facciones, a la que algunos describen como angelical y al mismo tiempo excitante; soy de estatura media, trasero provocador, senos tamaño normal y bonitas piernas; tengo 27 años y desde hace más de tres años experimento la extraordinaria sensación de estar con otra mujer; creo que no hay mujer completa sino ha estado nunca piel a piel con otra hembra.

Soy venezolana, periodista y tengo una pareja, hombre, con el que vivo desde hace casi cuatro años; él no solo es el amor de mi vida, sino mi maestro, mi creador, mi más fiel y complaciente amigo… mi todo. Gracias a él no solo pude experimentar el maravilloso mundo de la bisexualidad, sino que pude aflorar mis más sinceros, profundos y secretos deseos.

¿Cómo me inicié con otra mujer? será interesante contarles, pero creo que el principio de todo no radica en mi primera experiencia sexual lésbica, sino el origen de aquellas sensaciones.

Quizás como a muchas de las que hoy me leen, me gustan las mujeres desde muy joven, aunque no siempre supe asimilar aquello con naturalidad; después que pasa el tiempo, es que comienzas a entender cada sensación, cada duda, cada sentimiento, cada confusa atracción.

La primera chica que me gustó fue a los 10 años, era una amiga del colegio, estudiaba conmigo 5to grado, mi mejor amiga. Ella era alguien verdaderamente especial para mi y eso me costaba entenderlo, yo era solo una niña por lo tanto era una locura. Fue entonces, cuando entendí o creí, que algo andaba mal en mi, y pensaba… será que soy cachapera??? Es así como le llaman en mi tierra a las mujeres homosexuales, de manera despectiva y burlesca y para ese entonces mi oídos jamás habían siquiera escuchado la palabra lesbiana, mucho menos iba a saber qué era la bisexualidad, por lo tanto decidí negarme a esa realidad y sacar eso de mi vida y de mi mente para siempre… (como si fuera posible)

Fui creciendo y experimentando sensaciones al mirar a las chicas, pero aun así no daba rienda suelta a mis sentidos.

Siempre he sido una mujer de mucho sentir … me masturbo desde muy joven, primero lo hacía de manera suave y delicada, solo tocándome y rozando mis partes mas íntimas; años más tarde me atrevía a frotar cuerpo y mi sexo un poco más fuerte contra cualquier cosa que me produjera satisfacción, y de esta manera un día sentí algo maravilloso… algo que llegó a mi cabeza y abarcó todos mis sentidos como una explosión que iba recorriendo por todo mi cuerpo y me hizo delirar durante varios minutos… fue mi primer orgasmo, tenía 13 años.

Después de esa inigualable y hasta entonces desconocida sensación, aquello se convirtió en una adicción y unas ansias de volver a sentir lo que llamé "la explosión", pues ignoraba que se llamara orgasmo.

Pasaron los años y me hice mujer, me consideraba una persona normal (heterosexual, eso pensaba que era normal), pues aunque nunca me dejaron de llamar la atención las mujeres y las miraba siempre más de lo normal, nunca había me había atraído sexualmente una chica, por eso acreditaba mi atención por ellas, como solo curiosidad eventual.

Sin embargo, a los 17 años, viví por primera vez de cerca lo que es desear a una mujer. Trabajaba de cajera en un supermercado y allí trabajaba ella, era la jefe de seguridad, vestía un uniforme parecido al de los policías pero con camisa blanca, pequeña y tan ajustada que aunque cubría por completo sus senos, estos se dibujaban hermosos a través de la ropa; pantalones azules ceñidos al cuerpo, que dejaban ver su espectacular trasero, labios carnosos y sensuales y una mirada demasiado inquietante para mi. Desde la primera vez que la vi me quedé fascinada con ella, la observe disimuladamente de arriba abajo, no podía dejar de mirarla, allí comenzó mi delirio; la pensaba todos los días, ansiaba llegar al trabajo solo para verla; yo rotaba todos los días entre las diversas cajas registradoras y ella que también rotaba a distintos lugares del local; a veces quedaba en la puerta que estaba a mi espalda y la sentía detrás de mi, en ocasiones creía que me estaba mirando, volteaba disimulando mi interés y la observaba ahí, con una sonrisa malvada en sus labios mirando mi boca y mis ojos, yo volvía mi rostro asustada, nerviosa, comenzaba a sentir que algo subía por todo mi cuerpo, la imaginaba cerca de mi, la suspiraba, pensaba en sus labios carnosos, provocativos muy cerca de los míos. Un día pasó caminando frente a mi, me dirigió una mirada, paso la lengua por sus labios, se sonrió y siguió su camino, me atemoricé de pensar que se había dado cuenta de mi atracción hacia ella y que se burlaba de mi o peor aun que me estaba provocando en serio, porque si era así yo sabía que no podría contenerme, pues me gustaba mucho esa mujer; en ese momento cerré mis ojos e imaginé que la besaba, pero no dulcemente, no, con pasión y deseo, la mordía, la arropaba con mi lengua, jugueteaba con sus labios… hasta que con un suspiro abrí nuevamente mis ojos despertando ruborizada ante mi realidad, cuando una señora que esperaba por pagar sus productos me llamó la atención; nerviosa y excitada como estaba, comencé a hacer mi trabajo sin dejar de pensar en lo ocurrido, entonces en ausencia de mi misma pase un producto dos veces por el láser lo que provocó un error en la cuenta y hubo que llamar al jefe de seguridad para arreglar el problema, nunca había tenido esos errores pues era muy eficiente en mi trabajo… sin embargo eso la atraía hacia mi, avise al de seguridad más cercano quien la llamo por la radio y mire a mi alrededor buscándola, la esperaba con ansias cuando sentí su mano rozando mi cuerpo al pasar hacia el teclado, estaba parada detrás de mi, yo sentada en la silla de cajera quedaba mas o menos a su altura ya que era una silla alta, ella, despiadada, acercó su boca a mi oído y mientras marcaba su clave en mi computador me preguntó casi en un susurro… - ¿Qué te pasó...? – una corriente recorrió por todo mi cuerpo al sentirla tan cerca, podía tocar su respiración con mi cuello, su boca en mi oído me electrizaba y los flujos corrían por mi vagina… después de un inevitable suspiro pude decir – eh… estaba distraída – la miré a los ojos y quedamos muy cerca, ella lanzó una mirada provocadora a mis labios y ojos y luego con una irresistible sonrisa, se marchó.

Ese día no pude dormir, estaba muy excitada y confundida, mas bien muy clara, ya no cabía duda ni podía seguir con esa farsa… me gustaban las mujeres, me encantaban y eso me aterraba. Deje el trabajo para no caer en ese juego que me estaba matando y cometer lo que creí sería un grave error. Pero decidí no seguirme negando mi realidad… comencé a pensar en mujeres abiertamente sin perturbaciones, me acercaba mas de la cuenta a mis amigas, buscaba estadísticas, información que pudiera nutrirme y tranquilizarme al saber que no estaba sola, que habían muchas más en mi situación y que sentir eso no era nada malo. Me metía en chat’s lésbicos, conocía a mujeres y de esa manera desahogaba un poco ese deseo reprimido de estar con otra mujer. Me sentía cómoda y pensaba que podía perfectamente disfrutar de todo aquello sin tener que hacer nada, solo con mi mente… además no me creía capaz de hacerle sexo oral a una mujer y pensaba que esa era la certeza de que nunca lo haría, que lo viviría solo en mi mente, ese sería mi secreto, solo mío… hasta que lo conocí.

Él era inteligente, atractivo, interesante, hábil, un poco mayor que yo, que ya para ese entonces tenía 22 años. Era un hombre de mucha experiencia; heterosexual, pero de mente muy abierta, hablaba de todo con mucha precisión, argumentando sus palabras con innumerables ejemplos… éramos solo amigos, pero nos la llevábamos demasiado bien juntos… un día estando conversando en grupo, tomándonos unas cervezas y hablando de todo un poco, salió el tema de la homosexualidad… allí escuche su versión tan amplia sobre lo que siente el ser humano, las diferentes tendencias que existen y que cada quien debe complacer sus propios deseos, etc. … pero lo más impresionante fue la manera como enfocó el tema de las mujeres, según su versión, eso estaba en la naturaleza femenina, que una mujer gustara o disfrutara de otra mujer ya ni siquiera radicaba en la homosexualidad o bisexualidad; qué era un don común, por eso las chicas podían mirarse y piropearse mutuamente sin que eso significara algo extraño, iban al baño juntas, se abrazaban y besaban, cosa que no pasaba con los hombres; por otro lado, "ver a dos mujeres juntas haciendo el amor es la escena mas excitante y sensual que pueda existir, por lo tanto eso debería ser aceptado como algo normal, porque lo es…" aquellas palabras fueron música para mis oídos, era como la respuesta exacta que necesité durante todo el tiempo que había guardado aquello, no era necesario confesar nada, porque lo que había oído era suficiente para no culparme mas por mi conducta, por mis deseos, así podría seguir sintiendo aquello, a escondidas, pero sin culpas.

Después de un año de conocernos, comenzamos esta excelente relación que con casi cuatro años, me hace vivir y disfrutar cada día de nuevas sensaciones. Desde que comencé mi relación con él supe que era la persona adecuada para contarle mi secreto, ya de que además de que lo quería y era mi pareja, nadie podría comprenderme como él, pero mi cobardía me hacía huirle al tema, aún cuando él lo propiciaba. Cuando teníamos aproximadamente cuatro meses juntos, me pidió que le confesara algo que nunca le hubiera dicho a nadie, algo que me diera mucha pena contar… entonces me arme de valor y suavizando lo más que pude mi confesión, le dije… -quiero saber que se siente hacerlo con otra mujer… tengo esa fantasía" el se sonrió y me dijo que me amaba, que siempre lo supo, que podía verlo en mi actitud, en mi rostro cuando se tocaba el tema y que agradecía haberle dicho la verdad, me preguntó si quería materializar ese sueño y le dije que sí, que lo deseaba más que nunca, pero que no estaba lista… con él comencé a experimentar cosas fantásticas, cuando hacíamos el amor, me sentaba sobre él mientras me penetraba a mi gusto con su pene súper erecto y me decía que pensara en mujeres, en las que quisiera y de la forma que quisiera, que le diera rienda suelta a mi imaginación, que me expresará, que dijera lo que sentía, lo que quería, que la llamara por su nombre; me estimulaba tanto que no podía contener los orgasmos que solo con mis masturbaciones había alcanzado, pero ahora eran múltiples.

Un día, después de tres meses de haberle confesado mi secreto, estábamos en una fiesta de la alta sociedad, muy elegantemente vestidos y yo, enloquecida con todas las mujeres del lugar; estaba demasiado excitada, me acerque a él y le dije al oído, quiero que sea esta noche, no aguanto más, quiero estar con una mujer y quiero que tu estés ahí conmigo. Recuerdo que me dijo que eso no era tan fácil como escoger a cualquiera y llevarla a la cama, que eso llevaba un proceso, a menos que quisiera pagarle a alguien para hacerlo… le dije que no quería hacerlo así, que quería ir a algún lugar nocturno, de repente allí conocíamos a alguien, él aceptó pero me dijo que no me hiciera muchas ilusiones que disfrutara el momento y si se daba bien

Llegamos a un lugar, el ambiente era aceptable, no había tanta gente por lo que conseguimos puesto en la barra, todas las personas nos miraban, ya que además de apuestos los dos, estábamos demasiado elegantes para la ocasión, pero no me importó, yo solo quería lo que había venido a buscar… de repente él me hace seña de dos chicas que estaban bailando muy cerca de la barra, una era rubia de mi tamaño y la otra morena un poco más alta y más delgada, se divertían moviendo sus cuerpos por separado y tomando de sus vasos de licor, él me dijo al oído que me animara y me uniera a ellas en el baile y les hablara, yo del susto no atinaba a palabra, además que no soy demasiado extrovertida, pero mis ganas podían más, me acerque a ellas bailando y comencé a buscarles conversación… después de un rato, unas cervezas más y entre conversaciones al oído por la fuerte música y los bailes que no cesaban, nuestros ritmos se fueron haciendo más provocadores, la rubia se acercaba cada vez más a mi y me coqueteaba con su cuerpo, labios y mirada, mientras yo hacía lo propio, ambas sin dejar de bailar, a todas estas la amiga morena, solo nos seguía lo que para ella era un juego y para nosotras se estaba convirtiendo en algo más… el baile se hizo mas íntimo, nos juntábamos las tres pegábamos nuestros cuerpos, nos acariciábamos con las manos y a pesar de la oscuridad del lugar, no tardó en hacerse un círculo a nuestro alrededor para estimular aquel baile erótico que a mi me estaba matando de placer, no sabía de mi, era la primera vez que hacía un espectáculo como ese en mi vida… ya no aguantaba más, entonces en un momento que la rubia recostaba su culo a mi cuerpo, acerque mi boca a su oído y le dije:

-Nena me tienes muy caliente ¿Qué quieres hacer???- No puedo olvidar lo que sentí cuando se volteó y me respondió casi poniendo su boca sobre la mía,

  • "lo que tu quieras"

  • yo estoy con mi novio y quiero que vengas con nosotros – le dije, ella me miraba con lujuria y solo repetía, "lo que tú quieras", le pregunté -¿y tu amiga?

– no lo sé pregúntale a ella, nunca hemos tenido sexo juntas, ya hubiera querido yo, pero ni siquiera sé si le gusta hacerlo con mujeres, aunque ella sabe que yo soy bisexual-

entonces mi mente se desbordó… "dos mujeres" pensé, sería aun mejor… me acerque hasta donde estaba la morena y le dije que su amiga se iría conmigo y con mi novio, que si quería unirse para pasar un buen rato, lo que rechazó sutilmente con un… "hoy no, tal vez otro día"… le dije a la rubia, vámonos tu amiga se queda

  • No puedo dejarla, debo llevarla a su casa, ella anda conmigo

No lo podía creer, quería irme ya, estaba desesperada. Mi novio que desde la barra había observado todo el movimiento, se levantó me pasó por un lado y me dijo al oído:

  • No esperes más, sino no va a pasar nada, las espero en el carro, no te demores.

Entonces me acerque a la rubia, y le dije:

  • Vamonos ya, a tu amiga la enviamos en un taxi-

entonces reaccionó de repente y dijo, nosotras estamos con una amigo y el tiene nuestros bolsos en su carro, debemos buscarlos, cuando giro su mirada hacia donde habían dejado a su acompañante exclamó:

  • no puede ser, se fue y ahora que hacemos, no tenemos dinero, ni documentos, todo esta en las carteras

Dioooooosss, no lo podía creer, yo no podía más y como imaginaba que la rubia estaba tan excitada como yo, le dije ¿te vienes conmigo o te quedas…? entonces vi regresar su mirada excitante y me dijo,

  • quiero irme contigo

salimos como pudimos de aquel lugar que ardía con nuestros roces, esquivando las miradas, comentarios e insinuaciones en el camino a la salida… le dije a la morena móntate, (señalándole el puesto detrás del piloto), te llevaremos a una línea de taxi y antes de montarme yo en el puesto del copiloto, quise asegurarme de que la rubia no se me escapara y se montara en el puesto que quedaba detrás de mi, cuando me acerque a ella, me abrazó con una excitación evidente y me dijo ¡Te deseo mucho, haremos lo que tú quieras, me estoy quemando por dentro! - estaba muy cerca su rostro del mío y se movió tan rápido que no pude evitarlo y tan provocador que no quise rechazarla y me beso, succionando mis labios fuertemente… huyyyyy… eso no me lo esperaba debo confesarlo, recibir un beso lésbico y de paso el primero de mi vida, en medio de la ciudad nocturna frente a un local lleno de gente, sí que fue una sorpresa que aunque me asustó, me encendió aun más… la monte rápidamente y opté por montarme con ella en la parte de atrás del vehículo, dejando el puesto del copiloto vacío. Una vez dentro y el carro andando con los vidrios ahumados arriba, comenzamos a besarnos desesperadamente, pase mi lengua por todos los rincones de su boca, deseaba comérmela toda, saborear cada parte de ella, mi cuerpo estaba en plenas llamas, estaba delirando de placer, mientras con mi mano izquierda apretaba su cabeza hacia a mi como poseyéndola, mi otra mano comenzó a acariciar su sexo por encima de la ropa, la apretaba como toda una experta, como si hubiese hecho aquello toda mi vida, no era así, pero si lo había deseado e imaginado siempre… mientras la escuchaba jadear observe de reojo como la morena que estaba al lado de ella, (la rubia estaba en el medio de las dos), miraba la escena como boquiabierta, nerviosa y de manera disimulada, pero evidentemente excitada, entonces saque mi mano de la entrepierna de la rubia, y la metí en la entrepierna de la morena, como convencida de que no me rechazaría, comencé a acariciar su sexo, lo cual ella aceptó inmediatamente como si lo hubiera estado esperando, mordiendo sus labios y abriendo más sus piernas para facilitarme el trabajo.

Entonces allí estaba yo, besando a una mujer y tocando el sexo de otra; separé mi boca de la rubia para unirme en un fogoso beso con aquella morena que ahora se me hacía aún mas apetecible que al principio, la rubia en el medio de las dos, primero quedo sorprendida ante la reacción de su amiga, ya que ella no había notado que estaba acariciando el sexo de esta y luego comenzó a bajarme la tira del vestido hasta descubrir uno de mis senos, el cual beso con infinita pasión yo hice lo mismo con la morena, deleitándome por primera vez con los senos de una mujer; aquel pezón puntiagudo, lleno de excitación, lo lamía, mordisqueaba y saboreaba con tanto gusto que la rubia acerco su senos a los de la morena para que yo los besara también junto a los de ella, antes de hacerlo, las mire a los ojos a las dos, y les pregunte,

  • De verdad nunca lo han hecho juntas

  • No, nunca, no sabía que a ella le gustaba- , dijo la rubia, a lo que la morena respondió

  • Me encantan las mujeres, en especial tú, pero nunca me había atrevido a hacerlo

Miro fija y lujuriosamente a la rubia y comenzaron a besarse desenfrenadamente, yo me quede perpleja ante aquella escena, era lo más exquisito que había presenciado en mi vida, dos mujeres comiendo sus bocas, pero además dos amigas, que se deseaban en secreto y yo había hecho aquello realidad, entonces devoré aquellas tetas sin contemplación mientras ellas se besaban, luego acercaron sus bocas a la mía dándonos un beso triple… no podía creer que fuera posible sentir algo mejor que lo que estaba sintiendo, con esas dos mujeres rozando sus lenguas con la mía y tocando sus tetas y sus vaginas calientes… cuando de repente miré el espejo retrovisor y lo vi… vi sus ojos llenos de amor y emoción de verme disfrutar lo que tanto había deseado… me dejo ver su sonrisa a través del espejo para que notara como su felicidad era producto de la mía y allí entendí que ahora sí había llegado al máximo sentir, no importa lo que faltara por disfrutar.

Entré con ellas al apartamento mientras él estacionaba el carro. Una vez allí dentro, la lujuria se apoderó aún más de nosotras, comenzamos a desvestirnos entre las tres como pudimos, formando con la ropa un camino desde la sala hasta la habitación, a la cual llegamos completamente desnudas. Seguíamos besándonos turnando nuestras bocas, con nuestras tetas y tocándonos por todas partes, sin dejar de mover nuestras manos. La morena se acostó en la cama con las piernas abiertas, dejándome ver su sexo que brillaba por el flujo que habían logrado nuestras caricias, esa imagen me embriago y quise con locura probar de aquella miel que se me antojaba por primera vez, como algo que deseaba con desesperación, sin perder tiempo me eche en la cama encima de ella, probé sus labios y baje besando sus ricas tetas morenas, luego descendí hasta su abdomen, metí mi lengua en su ombligo y demoraba mi llegada a su sexo como queriendo que ella lo ansiara tanto como yo, bese delicadamente su entrepierna y fui rodeando su ingle con la punta de mi lengua, hasta tocar su clítoris, fui saboreando poco a poco su botoncito y movía mi lengua lentamente sobre él, luego fui deslizando mi inexperta pero hábil lengua por todo su sexo, devorándome todos sus jugos los cuales me supieron exquisitos, la rubia, que hasta entonces había estado masturbándose a un lado nuestro tocando las tetas de la morena y comiendo su lengua, se puso detrás de mi y empezó a lamerme las nalgas, y a apretarlas fuertemente con sus pequeñas manos, lamió la comisura de mi ano haciéndome dar un brinco de placer, mientras yo seguía lamiendo a mi morena, entonces la deliciosa rubia metió su lengua en mi culo como si me estuviera cogiendo con ella mientras con su mano me tocaba el clítoris que estaba completamente empapado, yo mientras mas sentía, más rápido movía mi lengua, lo cual provocó en la morena grandes espasmos traducidos en un orgasmo que gritó a todo el edificio, yo entonces me eche en la cama boca arriba a su lado, y abrí mis piernas para dejar que la rubia me comiera el coño, que ya pegaba gritos de auxilio.

Una vez acostada en mi cama, miré hacia la puerta y allí estaba mi amor, una vez más observando lo que para él, según dijo después, era la escena más maravillosa que había visto, y eso, tomando en cuenta la experiencia que tenía y que ya lo había hecho en varias ocasiones con más de una mujer a la vez, era todo un halago. Mientras la rubia me chupaba, con mis dedos hice una seña llamando a mi novio hacia a mi, quien se acercó sentándose a mi lado izquierdo, me beso primero dulce y luego apasionadamente en la boca; con mi mano derecha alé hacia nuestras bocas a la morena para unirla en nuestro beso y luego me retiré para observar como se besaban frente a mi, eso fue demasiado excitante, seguí observando aquella escena mientras la rubia me chupaba sin cesar todo mi sexo y metía sus dedos penetrándome y marcando un ritmo que seguía con mis caderas. Toda esta escena junta me llevó a un fabuloso clímax, llenándole la boca a mi querida rubia quien se bebió todos mis jugos, luego se acerco a mi novio y comenzó a acariciarle el huevo por encima del pantalón y lo besaba; entre las dos, le quitaron el pantalón y lo acostaron en la cama, comenzaron a lamérselo de abajo hacia arriba una por cada lado de aquel delicioso pene y yo expectante de tal espectáculo, continué con mi mano lo que la rubia me había hecho con la lengua en mi sexo jugoso y les pedía que no parasen, - mámenlo, quiero que se lo mamen entre las dos, quiero ver como penetra sus bocas ese rico huevo- entonces lo comieron una a una, esperando ansiosas su turno para meterlo lo más a adentro que podían; yo me acerque a ellas y les presionaba la cabeza con mi mano hacia el huevo y con la que me quedaba libre les daba palmadas en las nalgas y les acariciaba el coño, entonces la rubia no pudo más con las ganas y se sentó sobre él penetrándose de un solo tirón, empezó a moverse rápidamente a un ritmo lujurioso, no se cuantas veces la escuche acabar hasta que quedó agotada. Luego fue el turno de la morena, quien fue un poco más suave, sus movimientos eran sensuales y excitantes y mi novio disfrutaba con la suma de todo lo que ocurría en la habitación, pero lo que más le satisfacía era mi inigualable rostro de excitación y placer.

Yo parecía toda una experta, nunca dejaba de moverme, o de tocar o besar, todo esto, producto de lo que sentía, siempre hubo lujuria, calor y humedad entre los cuatro.

Ya un poco cansadas y aquel pene aun erecto le dije a la rubia que se pusiera en cuatro para que él la penetrara por el culo, ya que era las mas osada, ella acepto de inmediato e indique a la morena que se colocara debajo de ella para que le lamiera su sexo, yo comencé a besar a mi amor mientras lo acariciaba, hasta que escuche y observé como se corría en el agujero negro de mi rubia, quien gritaba de placer por ambos lados, los cuatro caímos rendidos en la cama, nos fuimos bañando uno a uno y luego nos quedamos dormidos hasta el amanecer, en la misma cama.

Como a las ocho de la mañana, las chicas me despertaron

  • Hey catira, tenemos que irnos, se nos hace tarde y necesitamos saber que ha pasado con nuestras pertenencias.

Les presté el teléfono, hicieron unas llamadas, luego pedimos un taxi. Antes de abrirles la puerta les di un beso a cada una en los labios y les dije,

  • Gracias, me han hecho pasar una noche maravillosa- ellas me respondieron:

  • Todo fue gracias a ti, tu eres la de la experiencia y habilidad y creo que todos disfrutamos mucho, además tu novio está muy rico y también gracias a ti pudimos probarlo

Yo sonreí con gusto y les dije – yo no tengo experiencia, nunca antes había estado con una mujer, solo me deje llevar por mi instinto y el placer que me invadía.

Nunca más supimos de ellas, no hubo intercambio de números de teléfono; ni posteriores visitas; ni casuales encuentros, pero siempre recordaré esa maravillosa experiencia, aunque después de esa han habido muchas otras (que en otros relatos les contaré), la primera, por ser primera, siempre tiene un toque especial, sobre todo si es por partida doble.