Como me inicié en el mundo bdsm
Como una chica jóven es iniciada en el mundo de la sumisión por un amigo en principio...
Bueno os voy a contar mis comienzos en el mundo de la sumisión. Actualmente tengo 21 años, pero cuando todo esto ocurrió yo tenía 19. Soy una chica normal, delgada, morena, mido 1.70, poco pecho pero un culito tentador.
De hacía tiempo me interesaba ese mundo había leído sobre el tema, había visto fotos, había leído relatos pero nunca había encontrado a alguien que me introdujera en el mundo, hasta que por fin un día conocí a Jorge, un hombre de 32 años, alto, moreno, cuadraillo, era muy agradable y serio.
Sin darnos cuenta empezamos una relación de amistad muy buena, él me contaba sus cosas y yo las mías.
Un día cualquiera le invité a mi casa a tomar un café (vivo sola por lo que no hay problema), él sin problemas accedió y se vino. Había algo en él que me atraía, quizá era su personalidad dominante o su presencia que hacía que me pusiera nerviosa. Llamaron a la puerta y ahí estaba él, vestido con un traje oscuro y una chaqueta de estas largas y negras, estilo matriz, jeje. Estaba muy elegante. Diciéndome: "preciosa arréglate que vamos a salir de fiesta, ponte una falda corta, vale? te espero no tardes".
Yo corriendo fui a mi cuarto y me cambié de ropa me puse una minifalda a cuadros negros y blancos con una camiseta de tirantes ajustada y unas botas negras de tacón de aguja, debajo llevaba un tanga lila transparente y arriba nada, ya que no tengo mucho pecho y no me hace falta, además así se notan mis pezones cuando se ponen duros, eso me gusta!. Fui corriendo hacia la puerta y cerré. Él estaba en el coche esperándome, cuando me senté a su lado me dijo: " vaya, que pinta de putita que llevas, me encanta!"
Al oír eso no sabía como tomármelo pues nunca me habían llamado así hasta entonces, no sabía si pegarle e irme o quedarme y callarme, pero en el fondo me gustó y hasta me excitó, por lo que no dije nada y le sonreí picaramente.
En el trayecto no hacía más que mirarme de arriba abajo. En 10 minutos llegamos, aparcamos el coche y salimos fuera. Nos dirigimos a un pub, el cual estaba bastante lleno.
Nada más llegar nos pusimos a bailar, yo bailaba a mi bola y él a la suya, pasaron varias canciones y pusieron una lenta, con lo que yo hice ademán de sentarme pero vino él y me cogió de las manos invitándome a bailar con él, enseguida noté sus manos en mi cintura.
Ahí estábamos los 2 bailando pegados, sentía su respiración en mi hombro, su cabello rozarme, estaba muy nerviosa aquel hombre despertaba en mí cosas que nunca antes había sentido, poco a poco Jorge empezó a bajar una mano disimuladamente por mi culo, ufff con lo que mi excitación fue subiendo y subiendo cada vez más. Sin cortarse un pelo puso su otra mano en mi culo y empezó a apretarlo, yo me separé de él y le dije: pero....¿qué haces?
J: nada, sólo te sobaba el culo.
Yo: ahm, ¿y te parece bonito?
J: deja de fingir, sé que te gusta que te sobe.
Y la verdad no iba mal desencaminado. Muerta de vergüenza bajé la cabeza y miré al suelo avergonzada.
J: lo sabía. Ahora vas a hacer lo que yo te diga, vas a ir al servicio y te vas a quitar el tanga, lo traerás en la mano y me lo darás, ¿entendido?
Yo: pero...
J: nada de peros, hazlo o no nos volvemos a ver más!-dijo enfadado.
Yo sumisamente acepté y me dirigí al servicio, cuando entré me puse a pensar, estaba histérica, me daba mucho corte pero no quería perderle, había algo que me atraía a él. Decidí hacerle caso, me bajé el tanga y me lo quité. Lo estrujé y lo cogí bien con la mano para que se viera lo menos posible. Salí del servicio y me dirigí hasta donde estaba él.
J: ¿has hecho lo que te pedí?
Yo: sí, aquí lo tienes.
Se lo dí y él se lo guardo en el bolsillo de la chaqueta.
J: muy bien putita.
Entonces se me acerco al oído y me dijo:
J: porque a partir de ahora vas a ser mi zorra y harás cuanto yo quiera sin rechistar, ¿entiendes?
Yo: sí
J: y me llamarás siempre Amo o Señor, ¿entendido?
Yo: sí
J: sí...¿qué?
Yo: sí mi Amo.
J: así me gusta.
No podía creerlo al fin encontraba a un Amo de verdad, lo había soñado muchas veces pero en realidad era mucho mejor. Noté que algo caía por mi entre pierna, ¡¡¡estaba chorreando como nunca!!!De verdad me sentía como una puta, me excitaba saberme dominada por un hombre, y sabía que haría todo lo que me pidiera.