Como me hice una esclava feliz 1ª parte

Asi era mi vida

COMO ME HICE UNA ESCLAVA FELIZ

1ª PARTE

Mi nombre Leticia, tengo 26 años y soy la orgullosa esclava de mi Ama D Hasta conocerla a ella mi vida era como un barco a la deriva.

Única hija, fui criada o mejor dicho malcriada, por unos padres ya grandes.

Tenían 41 años, y fui la bebota de ellos. Fui a los mejores colegios, todos los años iba a la playa con mis padres. A los 14 años empecé a creer que me las sabía todas. Comencé a ir a bailar a los boliches, ya tenía buen cuerpo y pasaba hasta que alguno me pedía documentos en la entrada y sonaba, no me dejaban entrar. Aunque mi padre me daba plata, para la entrada yo la gastaba en bebidas y la vuelta en taxi. Siempre iba con dos amigas Julia y Cris.

Cuando no podíamos entrar al boliche por la plata de la entrada o por los documentos de identidad, íbamos y le hablábamos a los patovicas de la entrada que nos dejara. Cuando se ponian muy boludos y no nos dejaban, ofrecíamos una mamada para entrar.

Entonces íbamos a la vuelta del boliche y entremedio  de dos coches estacionados o algún árbol, me ponía de rodillas y se la mamaba. El guacho para dejarme entrar tenia que además tragarla. Luego entraba tranquilamente. Las veces que habremos mamado pijas con Julia y Cris. Una vez adentro, bailábamos alocadamente y tomábamos cualquier cosa que tuviera alcohol. Como estábamos sin comer, después estábamos descompuestas con el estomago a la miseria y andábamos a los vómitos.

Una vez había ido sola, yo nunca faltaba, me agarre una borrachera horrible. No podía ni caminar y me tome un taxi hasta mi casa. No aguante y le vomite el coche. Para que, el tachero salio del coche me saco de los pelos y me cago a golpes y cachetadas, dejándome adonde fuera.

A veces tomábamos algún taxi que manejara un chofer joven, entonces una de las tres le hacia una mamada y no pagábamos el taxi. Dentro del boliche bailábamos, generalmente con pendejos de18 amás años. Franeleavamos toda la noche y cuando querían coger nos íbamos, dejándolos con las ganas. Pero así es el ambiente ahora.

A la salida siempre había peleas de chicos por alguna nena o de chicas por algún chico. Yo nunca me peleé con nadie y menos por un macho, pero veía a veces peleas de chicas por alguno y realmente eran peores que las de chicos. Con una mano s agarraban de los pelos y con la otra pegaban, revolcándose por el piso, mientras se formaba alrededor, las barras alentándolas. Increíblemente no se como llegue a mis 16 años virgen. Fue hasta que conocí a Martín que tenia 21 años. Lo conocí en el boliche, bailamos toda noche y ya no hice eso de plantarlo como a otros. Me agarro una calentura bárbara y esa noche fui de él. Como no podíamos ir a un hotel más o menos, por mi edad, ni tampoco a mi casa o la suya, recorrimos varios lugares. El bajaba veía y preguntaba y yo lo esperaba en el coche.

Consiguió un cuartucho miserable que le costo como un hotel de primera.

Era de terror, un cuartito pequeño al fin de un pasillo. El moblaje era de cuarta. Una desvencijada cama de hierro, un ropero que se caía de viejo y una mesa de luz. El baño era pequeño, no entraban dos personas, era solo el inodoro, un lavatorio y una ducha fría. Después me entere por él que era el cuarto donde las prostitutas iban con sus clientes conseguidos en la calle. Los hacían acabar rápido y a buscar otro. Por la hora que era, tipo 5 AM ya habían terminado su trabajo y por eso Martín consiguió lugar.

Con las sabanas usadas durante varios días y que supuestamente eran blancas, ahí deje mi virginidad, dejando en esas sabanas restos de mi sangre.

Olvidando la escenografia, todo lo demás fue inolvidable. A los tres días de conocerlo y entregarme a él, abandone mi casa para ir a vivir a la casa de él. Estuve casi cuatro años viviendo con él, era una familia de clase media alta. Me fui porque ya no soportaba a la madre que me perseguía constantemente, en especial cuando Martín no estaba, diciéndome puta, engatusaste a mi hijo, déjalo porque te voy a matar, pendeja de mierda, puta de mierda. Martín me indujo al consumo de éxtasis, que nos producía un desenfreno total, haciendos bailar frenéticamente y tomando mucho agua. El movimiento empezaba, para nosotros a la una de la madrugada en un boliche, con éxtasis, agua y baile y cuando ese boliche cerraba a las seis o siete de la mañana nos encontraba aun en movimiento, e íbamos a otros boliches que seguían hasta las dos de tarde.

A las dos o tres de la tarde terminábamos sin saber quienes éramos y con una resaca total.

Las cosas con Martín empezaron a andar de mal en peor. El padre le corto el darle plata. Cuando salíamos no teníamos ni un peso y me mandaba dos o tres horas antes a conseguir plata para salir. La primera vez me negué y me dio una paliza que durante  varios días no salí de la pieza, de cómo tenia la cara.

La madre me seguía acosando con sus insultos y yo tenia que salir a poner el cuerpo para satisfacer las necesidades de Martín

Me fui con lo que tenia puesto, trabaje y viví en la calle. Por las noches salía con un carrito a cartonear, recorriendo la ciudad juntando cartones, papeles, envases y lo que veía de utilidad para vender. De vez en cuando tenía sexo con algún compañero cartonero. En verano vivía en lugares abiertos como plazas, parques o directamente en cualquier vereda de la ciudad. En el duro invierno buscaba lugares reparados como la entrada de negocios cerrados por la noche. Iba a, más que nada almorzar, a las iglesias, donde también me daban ropa. Parte de lo que ganaba lo utilizaba para poder bañarme aunque sea día por medio en lugares específicos de la ciudad.

Un invierno me junte con otro cartonero y la remábamos juntos. Dormíamos apretados por el frío en distintos lugares y teníamos sexo, casi sin desvestirnos. Pero no robe nunca.

Todo eso hasta que circunstancialmente conocí a la luego iba a ser mi Ama

Un día entre a una confitería, había poca gente, al pasar al lado de la mesa donde estaba ella, el mozo me agarro del brazo recociéndomelo para sacarme afuera.

MOZO: te vas de acá, esto es para gente

LETICIA: para bestia me vas romper el brazo, solo vine a pedir algo para comer y agua, no a robar, la puta madre

MOZO: (apretándome más, provocándome más dolor) eso dicen todas y luego manotean cosas. Ahora vas a ir en cana, que es donde tendrías que estar hace mucho.

AMA: espere mozo

Ambos la miramos, él sin soltarme, yo ahí repare que había una persona que no había tenido tiempo de ver.

MOZO: como dice Sra.?

AMA: que la deje, se sentara conmigo y me hago responsable de su conducta y pagare el consumo.

Mucho después me entere que era clienta de esa confitería. El mozo me soltó el brazo y fue hacia adentro, no sin antes que yo le sacara la lengua, provocando la sonrisa del Ama y la furia del mozo.

AMA: siéntate frente a mí

Me senté casi sin mirarla, tenía una mirada fuerte, de mando.

AMA: tienes hambre

LETICIA: (bajando la cabeza, como avergonzada) si Sra.

Ella hizo una seña y vino otro mozo. El otro ni quiso acercarse

MOZO: si Sra., diga Ud.

AMA: tráigale a la Srta. Un sándwich bien cargado de jamón y queso y una gaseosa.

MOZO: bien Sra. (y se retiro a buscar el pedido)

AMA: cuanto hace no comes?

LETICIA: bien, bien un siglo, pero ahora hace con este dos días Sra.

El mozo trajo el pedido y casi lo deglutí ante la sonrisa dela Sra.

Ella llamo de nuevo al mozo y le pidió tres porciones de pizza y otra gaseosa.

Comí como si fuera la última ves

AMA: como te llamas y que edad tienes.

LETICIA: ni nombre es Leticia y voy a cumplir 23 años Sra.

AMA: no tienes familia

LETICIA: no se si mis padres aun vivirán, eran grande cuando me tuvieron y me fui de casa a los 16 años y nunca más volví.

AMA: sabes yo necesito una domestica para mi casa, lógicamente con cama adentro y un sueldo, te animas?

LETICIA: (como no me iba a animar, eso cambiaba mi vida por completo y me gustaba trabajar) si Sra. me animo

AMA: (mientras pedía la cuenta para pagar) bien iremos a casa y te pegaras un baño como nunca en tu vida, yo te ayudare con ese pelo y te daré algo de ropa mía hasta mañana que compre para vos. Vamos?

LETICIA: si Sra.

Salimos y fuimos a un garaje de enfrente y saco su auto de alta gama, rumbo a su casa

No se pero sentí como que iba a cambiar mi vida radicalmente.