Como me dejé seducir por un chico gay – 2

Regreso al estudio del pintor, me excitaba que me pintara desnudo.

Tenía decidido no volver al estudio del pintor, pero fue él quien me llamó un buen día, para preguntarme si quería que acabásemos el cuadro, que era una pena dejarlo así, y después de pensarlo un par de días, acabé llamándole para vernos de nuevo y dejarlo terminarlo.

Su actitud era mas bien sería, no hizo ni insinuó siquiera el más mínimo comentario a lo que ocurrió el otro día, me desnudé, me coloqué de nuevo en la misma pose, sentado frente a él y esperé. El no estaba desnudo, menos mal, pero tan solo llevaba un short cómodo, como pantalón de pijama, y la verdad es que era lo adecuado con el calor que hacía en el estudio, y con las ventanas abiertas para atenuar el olor de las pinturas aun húmedas. Con gran delicadeza volvió a tocarme para colocarme en la postura adecuada y volvió a su caballete para proseguir con el trabajo.

Con los toques previos mi polla había vuelto a reaccionar, cada vez que me tocaba, o rozaba para corregir la postura, mi polla crecía un poquito, aunque el no decía nada y seguía hablando y pintando con total naturalidad. En un momento dado surgió el tema sexual, mas bien el homosexual. Después de lo ocurrido el otro día tenía yo la curiosidad de por qué se juntan dos hombres, se enamoran, se quieren, les gusta esa forma de sexo?

En su caso, según me dijo, tenía una pareja, él era la parte masculina de la misma, le gustaba el sexo con otro hombre, no veía lo mismo en el cuerpo de una mujer que en el del hombre, su fortaleza, esos músculos fuertes, la forma del cuerpo, el culo redondito y suave… según lo decía, me iba calentando mas sin darme cuenta, y mi polla lo iba demostrando aunque él seguía sin dar muestras de que reparase en ello.

Yo le replicaba que no me convencía, que el cuerpo de una mujer es lo mas, que las redondeces, el pecho curvadito y suave, el vientre… no, me replicaba, a mi eso no me dice nada, yo lo veo como defectos, aunque entiendo tu punto de vista, pero por la misma razón tú podrías entender el mío aunque sean totalmente opuestos, y la prueba de que de alguna manera todo esto te excita o te da morbo por lo menos, está ahí abajo, y señaló mi polla casi vertical ya. Luego, para romper el hielo, me soltó

  • Quieres que te la pinte así, bien derechita y a punto?

  • Jajajaja, no estaría mal, pero lo malo sería cuando se enterasen de que tú habías sido el autor.

  • Te refieres al autor del cuadro o al autor de que la tengas así?

Me dejó un poco cortado, pero cuando cambió el papel por otro en blanco, me imaginé que lo iba a hacer, enseguida lo sujetó, y se dirigió hacia mí, diciendo que no podía perder esa oportunidad, agarró la polla con una mano y con la otra dirigió la mía hacia ella, para que la sujetase según le interesaba. Ese roce, el toque de su mano sobre mi cuerpo desnudo, sobre mi polla, me provocó un escalofrío y una erección aun mayor, rápidamente volvió a su trabajo, y con gran rapidez, con solo el lápiz, plasmó sobre el papel mi pene rígido, sin apenas mas que unos pocos detalles alrededor.

Cambió de nuevo la lámina, le dio unos pocos retoques y me requirió para que pudiese ver el resultado final. Era espectacular, realmente se me parecía y nunca había visto mi cuerpo desnudo de esa manera. Se acercó por mi espalda, para casi como un cariño, con las manos en mis brazos, intentar sentir lo que yo a mi vez opinaba al ver su obra.

Ni me di cuenta de su cuerpo pegado al mío, realmente estaba impresionado viendo lo que había conseguido en un par de días, y apreciando como se me vería colgado en la pared de cualquier casa, al vez en la mía.

Casi susurré:

  • Que harás con él? Me lo venderías?

  • Noooo, que cosas, es tuyo, pero con una condición.

  • Dime

  • Que me dejes pintarte de nuevo para mí, para tenerlo yo aquí, o exponerlo

  • Me daría corte que algún conocido lo viese, o pudiera reconocerme si me ve por ahí.

Se acercó más a mí, sentí perfectamente el bulto de su polla presionando contra mi culo desnudo, y ahora el abrazo fue más descarado, su pecho contra mi espalda, la boca cerca de mi cuello, y sus piernas se acercaron más estrechamente hasta quedar totalmente pegado a mí.

  • Te pintaré de espalda, si eso te preocupa, no se te verá la cara, solo este culito maravilloso y tierno y seguro que virgen.

Mi polla estaba a tope ya, nunca me lo hubiera imaginado, pero estaba totalmente excitado, mis nervios a flor de piel, una calentura en mi mente me exponía claramente que estaba a su disposición, preparado para lo que pudiera venir a continuación, y cuando su mano comenzó a recorrer mi trasero, apretando y acariciando por todo él, empecé a abrir las piernas inconscientemente para permitirle seguir por donde él quisiera.

No me movía, estático, dejaba que siguiera acariciándome, ahora ya la espalda, bajando de nuevo y recorriendo todo el culo, la mano entre mi raja, y cuando sentí un dedo cerca del agujerito empecé a percatarme de que había conseguido ponerme en un estado de excitación total, que había sido muy sutil y había conseguido su propósito sin que yo lo notase y que estaba a su disposición, mi cuerpo pedía sexo, necesitaba de alguna manera descargar la tensión, el morbo de lo desconocido me exaltaba, y mi imaginación volaba con lo que podía o pensaba hacerme.

Supongo que su experiencia con hombres le dijo que yo estaba ya entregado, porque me llevó como un zombi hasta el diván donde había estado posando, me reclinó de espaldas y comenzó una serie de besos por todo mi cuerpo, mientras su mano agarraba mi pene y lo masajeaba.

Debió darse cuenta del momento en que yo estaba ya rendido, y que aceptaría todo lo que me hiciese, porque me separó un poco los glúteos y acercó su polla hasta mi trasero. Estaba lubricada con algo y no era muy gruesa, la acepté inmediatamente, sin reservas y la permití entrar abriéndome todo lo que pude.

Mi mente me razonaba que así debían sentirse las mujeres a las que yo había follado, entregadas y sumisas, esperando el placer que les proporcionaría y esperé mientras sentía dentro de mi esa polla entrar y salir lentamente, volver a entrar y empujar hasta que notaba su vientre pegado al mío, sus pelotas rebotar y después de un poco de empujar hasta donde podía llegar, ir aflojando lentamente, para casi salir, y de nuevo empujar.

Mis gemidos hicieron que la velocidad de movimientos se acelerase, su mano apretó mi polla, con fuerza, sentí sus contracciones en mi espalda, pegado con fuerza contra mí, su polla algo más gruesa y ardiente, quieta y rígida en mi interior y al fin su descarga y la mía al unísono.

Abandonado y entregado sobre el diván, los últimos espasmos dejaban bien claro que había disfrutado con él, y que estaba totalmente satisfecho, sus jadeos cesaron y su respiración acelerada contra mi espalda también dejaba claro que él había gozado igual que yo. Tenía la sensación agradable, inverosímil por otra parte, de que había cumplido mi parte y había dejado satisfecho a mi hombre.

Su voz casi inaudible resonó toda la tarde después, en mi casa, cuando aun no tenía fuerza ni ganas de analizar como había ocurrido todo y como me había dejado follar por un hombre

  • Y ahora? Me dejaras que te pinte de nuevo? Permitirás que dibuje este culito tan rico y sabroso?