Como me convertí en el sumiso de la universidad

Como un chico normal acaba obedeciendo a sus compañeras de clase en todo lo que le piden

Soy un chico de 21 años y esta es una historia completamente real, para empezar a contarla debemos ir 3 años atrás cuando empecé en la universidad. Yo soy un chico de 1'80, me encanta hacer deporte y me cuido bastante en el gimnasio, no me considero un chico feo pero tampoco de los que se las llevan de calle.

Todo empezó un 15 de Septiembre de 2010, acababa de tener el mejor verano de mi vida y empezaba una nueva andadura en la universidad, siempre he sido una persona con cierta facilidad para conocer a las personas pero aun así llegaba con esos nervios de no conocer a nadie, además llegué muy pronto y no había nadie todavía. Me senté y de repente apareció la que sería en un futuro mi perdición, Paloma. Vestía de manera provocativa, ya fuera porque quería llamar la atención en el primer día o por las altas temperaturas, en cualquier caso provocó que me quedara embobado. Paloma es una chica de 1'66 con buenas curvas y un par de tetas espectaculares y ni corta ni perezosa se sentó a mi lado.

Empezaron a llegar los que serían mis futuros compañeros de carrera y empezamos a hablar, la verdad es que se trataba de una clase de lo más divertida, sin embargo cada vez que miraba a Paloma algo no me convencía, sus ojos me decían algo que yo ingenuamente pasaba por alto. Fueron pasando las primeras semanas y la verdad que habíamos hecho un buen grupo de amigos así que decidimos salir toda la clase, fue entonces cuando empezó todo.

Yo cuando bebo tiendo a perder el control, pero dentro de unos límites pero parece ser que esa noche iba a ser diferente. Estábamos haciendo botellón cuando decidí irme a mear y cuando me bajaba la cremallera del pantalón ví que Paloma me había seguido, pero me hice el tonto y me la saqué, ella pensaba que no me había dado cuenta lo que aprovechó para mirármela sin perder detalle. Debo reconocer que saber que me estaba mirando el rabo me excitó y conforme disminuía mi meada crecía mi pene hasta alcanzar su máximo esplendor, fue entonces cuando decidí girarme y me quedé horrorizado al ver que había estado grabando toda la escena la muy zorra. Mi erección cayó en apenas unos segundos mientras intentaba articular palabra sin embargo ella se fue riéndose. Volví con el grupo y ví que ya no estaba, me dijeron que se había ido a casa así que decidí seguir bebiendo y olvidarme de lo que había pasado.

Llegó el lunes y tenía intención de hablar con Paloma para dejarle claro que había sido un error y que borrara ese vide inmediatamente, pero cual fue mi sorpresa al entrar en clase y ver una foto de mi polla erecta en la pizarra, me quedé sin respiración pero afortunadamente estaba recortada y no se veía de quien era. Fui corriendo a hablar con Paloma para que me explicara que era eso y ella me contestó que no tenía que contestar a mis preguntas, es más, era yo quien tenía que portarse bien si no quería que el resto del vídeo saliera a la luz. En ese momento me di cuenta de que estaba jodido.

Pasaron las semanas y me distancié lo máximo que pude de ella pensando que lo había dejado pasar o se le había olvidado, nada más lejos de la realidad, una noche me envió un sms diciéndome que al día siguiente tenía que ir sin calzoncillos a clase, yo estaba flipando, no podía ser que me estuviera pasando eso a mi, pero lejos de discutirle le contesté un "ok" y al día siguiente fui a clase sin ropa interior. Yo no presumo de rabo, pero mis 19 cm no me los quita nadie y tengo una tendencia a empalmarme muy rápido y eso es lo que pasó, la muy zorra se dedicó a excitarme durante todas las clases insinuándose, o rozándome disimuladamente para conseguir arrancarme una erección lo cual consiguió. No me habría importado si no hubiera tenido que salir a la pizarra a exponer un trabajo que nos habían mandado y obviamente al salir y colocarme frente a mis compañeros se oyo un gran murmullo (erá más que evidente que estaba empalmado) yo no sabía que hacer salvo acabar lo más rápido posible para volver a sentarme.

Cuando llegué a mi sitio y le dediqué una mirada de odio sabía que el juego no había hecho más que empezar, al acabar esa clase me llevó al baño para que le comiera el coñito. Se sentó en el vater y se bajó su tanguita para ofrecerme su sexo el cual estaba empalmado, yo sin pensarlo metí mi cabeza ahí enmedio y empecé a recorrerlo, labio por labio, mordiendole el clitoris par aacabar follandomela con mi lengua y con mis dedos acariciándole. Estaba fuera de mi, en plena universidad y yo solo podía pensar en acabar con esa almejita, quería dejarla seca a lo que ella reaccionaba con gemidos cada vez más altos. Cuando me bajé los pantalones para follarmela se levantó, subió el tanga y se marchó no sin antes decirme, esto acaba de empezar.