¡Cómo me conoce ya y se anticipa a mi deseo!
Averigua, conoce, consiente y participa porque para él todo..... todo es ella
Todo es ella
Es una cosa tan rica, tan rica. Los dos arrodillados frente a frente sentir sus brazos en torno a mi cuello, sus pechos contra el mío. Buscada su entrepierna por mi miembro prominente, posar mis manos nuevamente en sus caderas. Sentir su aliento y desear su lengua y su nariz…. sus tetas.
Tan maravilloso es sentir su mano acariciar mi sexo o dejarse caer ensartándose infinitas veces mientras entrecierra los ojos y anuncia su orgasmo.
Tan plácido mirarla mientras duerme y cuando dice ¡no!….. porque lo dice muchas veces.
Tan breves y acordes son sus curvas, tan suave su cadera y su nalga allí donde acaba encontrando ya su pierna.
Es tan rico su clítoris amante de mamada y tanta su agradecida entrega cuando mi lengua lo excita y penetra entre los pliegues de su depilado coñito.
Tan rico, tan plácido y tan profundo que no puedo negar que él la admire y no pueda perderla.
Cuando entonces, a los dos años de casados, habíamos tenido una pequeña discusión un poco antes del verano yo decidí quedarme unas días más en Barcelona pretextando un trabajo mientras ella adelantó su vacaciones al apartamento familiar de Salou.
El reencuentro, quince días después, con mi maravillosa muñequita de veintidós años, me deparó dulcísimos y fragosos encuentros que ella propiciaba con frecuencia inusitada. Las prolongadas sesiones de sexo, las manos entrelazadas paseando, la tensión sexual en la playa teniendo tendido al lado el deseado cuerpecito brevemente cubierto, son inolvidables. El amor, la admiración y el deseo se han repetido varios años pero hasta hace poco no he sabido lo que aquellos quince días de separación habían significado. ¿Buscaba autoperdón o era sincera?
Cada persona guarda pequeños secretos en un profundo arcón mental por pudor, por miedo o por piedad pero a veces puedes tirar, morbosamente complacido, de un hilo que se escapa y del que te sorprenden los nudos que van apareciendo.
Y tirando de un hilo………….. frases sueltas en momentos de pasión……… pequeñas confidencias sin aparente conexión……………………….. respuestas reflejas a turbias preguntas………..promesas de evitar los encendidos celos………..
En aquellos quince días ella tuvo un encuentro, una persona. Le creo cuando ahora me asegura que no pudo evitarlo. El enfado por la discusión que habíamos tenido, un pequeño conato de venganza y sentirse sola aquellos días le hizo aceptar una inocente invitación nocturna veraniega. Quiso sentirse deseada y, lo sé, esmeró su atractivo con ligero vestido y sólo braguitas por debajo.
Su antiguo amigo o novio o lo que fuere, prendado de ella y empujados los dos por el instinto, jugó hábilmente sus cartas y enjugó su deseo…………..
-Sólo nos besamos una noche- fué su primera confesión cuando le hice saber que conocía su salida nocturna antes de mi llegada.
-Estuvimos besándonos…..- me dijo, y yo sé cómo a ella le gusta el beso demorado, largo, de lenguas envueltas y mordidos labios, el beso que arrastra en una sed continua, el beso que se entrega y hace olvidar el pudor y la vergüenza……..
Y en mí, en la especie humana caso más frecuente de lo que se cree, arreciaba el morbo más que el celo y aumentaba cada vez más el interés en las respuestas que me concedía gota a gota viendo mi sed, mi aceptación……… mi amor por ella.
-¿Te acarició? ¿Mojaste tus braguitas?- preguntaba yo y su respuesta: –No soy de piedra- confirmaba la tan excitante sospecha.
-Fuimos a la playa aquella noche, cerca de la discoteca y otras parejas se besaban- me dice, y continúa: –toqué un poquito su sexo por encima de la ropa-
-¿Se la sacaste? ¿Besaste su polla y la chupaste?- inquiero inquieto y excitado como ella puede ver y comprueba con nuestros cuerpos juntos y desnudos una noche cualquiera. Se monta sobre mí, sonríe y no hay respuesta verbal sino calor en su sexo y besos en mi boca.
-No te digo más porque te enfadas y luego me reprochas- pero no puede evitarlo y algo suelta: -tiene un sexo grande de los que llenan-
Confirmo, pues, que se follaron y eso me enerva pero me excita e incluso, a solas, muchas veces me masturbo imaginando aquel juvenil encuentro de sexo en la playa, de ella con él, a mis espaldas.
-¡ Siempre estás con lo mismo ! ¡ Siempre preguntas las mismas cosas ! ¡No quiero hablar de aquello! ¡Me incomodas!– dice otro día y lo dejamos pero ambos sabemos que volvemos porque mi afán de saber complementa plenamente su libertad completa.
-Sólo serás libre si me cuentas- insisto una vez más –y cuando todo lo sepa yo, más te amaré y te amaré completa-.
-¡Díme! ¡Cuéntame! ¡Confía en mí! ¡Deja tu reserva!– una y otra y otra vez mientras amamos exijo cerca de su oreja y se engalla más mi sexo y ella busca más y más la genital entrega. -¡Folla! ¡Fóllame y calla! ¡Fóllame como él folla y calla!– balbucea al fin y me confiesa que no fue sólo una vez e incluso ahora satisfacen ellos dos, de cuando en cuando, el instinto de aquella noche loca.
-¿Cuándo lo hacéis?¿Cómo os véis?¿Salou o Barcelona?¿Por dónde te penetra? –repito y observo que ella también se excita cada vez más y grita y hace girar su sexo en mi sexo y pellizca mis pezones mientras cierra los ojos y se tensa y se encabrita antes de caer desmadejada sobre mi pecho quedándose aún penetrada con leves contracciones de vagina encharcada y excelsa.
He abierto el arcón de su secreto y ahora me cuenta. Una romántica cena en el restaurante que a ella más le gusta, unas copas en escogido y agradable sitio. La riada de palabras, la promesa de no represalias, la confesión completa y demorada. Incluso allí, discreto el lugar pero con gente en el entorno, no puedo evitar que mi sexo se endurezca y mi imaginación adorne, mágica, sus palabras y sus gestos. Sus manos en mis manos y ella advierte, a través de mi bragueta, la reacción que su relato desencadena:
-Fuimos a la discoteca un par de noches; la primera vez fue muy inocente pero otro día, más alegres y desenvueltos, estuvimos besándonos mucho en la discoteca y en el coche; después me propuso sentarnos en la playa. Nos notábamos excitados y yo sabía que aquello ya no podía pararlo. Pensé en tí pero estaba contigo algo enfadada y no tenías nunca por qué saberlo. Aquel día no quise ir a ningún sitio ni a una cama pero en la playa hicimos el amor y nos entregamos.-
-Nos acostamos varias noches y cuando tú viniste quise compensarte como para que no notaras nada……..- y en voz más baja y sin mirarme, continúa -lo hicimos también cuando tú ya estabas allí aprovechando cuando yo te decía que iba al mercadillo o a merendar con alguna amiga mientras te echabas la siesta-
-¿Habéis seguido viéndoos? –pregunto y su respuesta es: -Sí, aún hoy, nos vemos y follamos porque no puedo pasar sin él-.
Si todo me gusta en ella tal cómo es no puedo desear cambiarla. Si cambio en ella sus costumbres y su querencia de sexo sé que cambiaré su existencia y cambiaré la mía porque ya no será ella….. y todo…. todo es ella. Es difícil de explicar cómo se consiente pero dentro de mí consiento y eso no me contraría demasiado. Lo que si me contraría es que su relación me excite tanto y que ahora lo que desee es compartirla y contemplarla. Quiero ver cómo follan y se entregan. Quiero estar allí para adorarla pero me dá mucho miedo hasta decírselo.
-¿En qué piensas?– me dice y continúa: -¿Te gustaría venir con nosotros?- ¡cómo me conoce y se anticipa a mi deseo! –Él y yo hemos hablado de eso- confiesa y yo asiento y mi sexo se enardece más si cabe y tiemblo.
Y estamos los tres, polla con polla, penetrándola en su culo y en su sexo, dejándola expresarse por primera vez sin reservas, acariciando ambos machos sus costados, besando su cuello y oyendo sus lamentos de amor y sus quejas de entrega. Yo me derramo antes sin poder resistirlo y, acodado en la cama mientras ella sobre él se ensarta una y otra vez, observo que ella me mira y requiere que me aproxime a su culo y se lo bese penetrando mi lengua en su rosada estrella; y más….. me hace bajar hasta el invadido coño y me obliga a que chupe vagina penetrada y penetrante polla hasta que ésta eyacula dentro y sale embadurnada. Y chupo ambos dos y testículos y anos porque sé que es lo que ella quiere y me complace….. y todo…. Todo es ella.