Como me comí mi primera polla
La historia que voy a contar es de cómo me inicie en el sexo con los hombres, concretamente de cómo mame mi primera polla. Nunca me imaginé que me pudiera gustar tanto y me terminara convirtiendo en un verdadero comepollas.
La historia que voy a contar es de cómo me inicie en el sexo con los hombres, concretamente de cómo mame mi primera polla. Nunca me imaginé que me pudiera gustar tanto y me terminara convirtiendo en un verdadero comepollas.
La historia transcurrió en mi último año de instituto, con una amigo de clase que hice en ese curso. Ambos teníamos novias y las dos eran amigas así fue como hicimos amistad. Yo era un chico normal, delgado, moreno, mido 1.75 cm, tenía cierto éxito con las chicas. Mi amigo se llamaba Pedro, era de complexión atlética, jugaba al rugbi por lo que estaba bastante fornido, ancho de espaldas, musculado y con unos rasgos un poco toscos. Su novia era un verdadero quesito y por entonces me pajeaba mucho a costa de ella (nunca pensé que terminaría haciendo lo mismo con el novio). Ambos quedábamos mucho y teníamos amigos comunes a parte de nuestras novias. Como es propio de la edad los dos estábamos muy salidos y nuestras novias nos tenían a dos velas así que nos masturbábamos como monos. Mi amigo habitualmente estaba solo en casa porque sus padres trabajaban hasta tarde o salían fuera de la ciudad así que quedábamos muchas veces en su casa para ver porno y pajearnos en compañía.
Todo comenzó una de esas tardes que estábamos pajeándonos juntos en frente del sofá mientras veíamos porno. Teníamos los pantalones y calzoncillos por los tobillos y nuestras pollas en la mano machacándonosla mientras veíamos como ensartaban a una mulata por delante y por detrás. Entonces mi amigo dejo de pajearse y se puso la mano debajo del culo.
- ¿Qué coño haces? – le pregunté.
- Me han dicho que si dejas un rato la mano así se te duerme y luego al pajearte parece que te pajea otro, como si te pajeara esa guarra que vemos ahí.
Me reí pero esperé con curiosidad que mi amigo probara para ver el resultado. Empezó a pajearse pero parecía que no le gustaba mucho.
- Joder, que mierda, esto es una gilipollez, sigo pajeándome yo.
- Jajaja, ¿y que esperabas? que estuvieras como si te pajeara esa zorra.
Mi amigo estaba cachondo perdido y se ve que quería probar algo nuevo. Así que me sorprendió cuando me propuso:
- Oye tío, ¿y si nos pajeamos entre nosotros?
- ¿Qué coño dices? – dije sorprendido, aunque me estaba entrando la curiosidad.
- Que si coño, sin nada de mariconeo, solo que en vez de machacarte la tuya me la machacas a mí y yo a ti. Seguro que es la ostia, piensa que te pajea una de esas zorras.
- Vaya tío no sé… - me había convencido y estaba muy caliente pero me daba cosa de tocar una polla - … venga vale… pero sin mariconeo y si no me mola lo dejamos.
- ¡Claro tío! Sin problemas – dijo Pedro emocionado.
Se acerco a mi en el sofá, se abrió bien de piernas dejando su pollón empalmado y sin pensárselo dos veces me la cogió y empezó a pajearme. Yo dude un poco pero finalmente le cogí la polla con mi mano, tenía una buena polla, medía algo más que la mía, unos 17 cm y lo más llamativo era lo gruesa que la tenía, tenía la cabeza cubierta de un prepucio con mucha piel, la parte central era más gruesa que el resto y la tenía un poco desviada a la derecha. La cogí en mi mano y la note caliente y palpitante, comencé a mover mi mano arriba y abajo y vi como su capullo rosado e hinchado iba saliendo y entrando del prepucio. Entonces note una excitación brutal, noté como se me hinchaba aún mas la polla y me ponía cachondo perdido. Comencé a pajearlo más rápido llevando mi mano desde abajo donde tenía un poco de vello hasta la punta. Mi amigo estaba completamente centrado en la peli y empezó a jadear un poco al aumentar el ritmo. Lleve mi mano a la punta y empecé a pajearle en esa zona, notaba su capullo húmedo en mi mano y como babeaba continuamente un liquidillo trasparente y pringoso, su polla estaba muy grande y roja, se notaban las venas hinchadas.
- Ufff … colega como pajeas… deberías enseñarle a mi novia – me dijo jadeante
Yo estaba fuera de mí, no apartaba los ojos de su polla y notaba como me llegaba el orgasmo. Entonces mi amigo empezó a bufar y a mover las caderas, ví que estaba centrado en una escena en que se estaban corriendo encima de una rubia descomunal, aumenté el ritmo de la paja y entonces empezó a jadear y se corrió. Comenzó a salir a chorro semen sin parar, era una corrida descomunal y note como me ponía completamente la mano perdida de corrida, estaba caliente y muy líquida. Noté el fuerte olor de la corrida y algunos chorros me salpicaron en la pierna, esto me excitó muchísimo y note como inmediatamente me empecé a correr, corriéndome como nunca me había corrido.
- ¡Joder que bueno!, y como hemos dejado esto, esta todo perdido – decía Pedro con cara de relax y satisfacción – ¿te ha gustado?
- Si, no ha estado mal – dije intentando que no se notara que me había encantado.
- Pues tendremos que repetir otro día.
- Claro, la próxima repetimos – dije con la mayor indiferencia que pude aunque solo con decirlo ya se me estaba poniendo morcillona.
Cuando salí de casa de Pedro me encontraba raro y con ciertos remordimientos. No podía creer que me hubiera excitado tanto, y a la vez no paraba de pensar en esa polla y en esa corrida. Cuando llegué a mi casa volvía a estar cachondo, me metí en el baño, olí la mano con la que le pajeé, tenía aún un fuerte olor a corrida, inmediatamente me empalme y me comencé a masturbar mientras me olía la mano, tuve un orgasmo rápido e intenso. A partir de ese día me comencé a obsesionar con la polla de Pedro. Seguíamos quedando de vez en cuando para pajearnos y yo no paraba de masturbarme pensando en aquellas sesiones pajeras. Empecé a fantasear con chupársela y eso me empezó a poner muy muy cachondo. Un día probé mi propio semen y no me disgusto nada, sabia algo amargo con un puntito salado. Estaba más cachondo que nunca y mi novia como de costumbre me tenía en abstinencia.
Una noche de fin de semana salí con Pedro y nuestras novias. Tras unos cubatas estuvimos dándonos el lote con nuestras novias hasta que se tuvieron que marchar. Tras llevarlas a su casa Pedro me dijo que si me apuntaba a ver porno a su casa, sus padres estaban fuera todo el finde.
- Joder tío, ¡la guarra de mi novia me ha dejado cachondo perdido! – me decía Pedro mientras íbamos a su casa.
- Ya veo – le dije, lo veía nervioso y tenso.
- Es que me calienta y luego nada, me ha dejado sobarle todo el coño y las tetas y después para casa ¡Esto no se hace!
- Jajaja, bienvenido al club.
- Pero es que mira – me dijo mientras se llevaba las manos al paquete, se veía que estaba completamente empalmado y el pantalón apunto de reventar.
- Joder tío, pues eso no debe ser bueno – le dije, me acababa de empalmar con solo ver aquello.
Llegamos a su casa. Buscó una peli en su colección y nos pusimos a verla. La película porno iba principalmente de mamadas apareciendo chicas jóvenes comiendo pollones gigantescos.
- Joder, pagaría ahora mismo por una buena mamada – dijo Pedro
En pleno calentón estuve a punto de ofrecerme pero me callé sabiendo que era una locura. Nos quitamos toda la parte de abajo, no sentamos uno al lado del otro y empezamos a pajearnos. Estaba sorprendido de lo caliente que estaba Pedro, tenía la polla más grande e hinchada que nunca. Ya tenía líquido preseminal goteando cuando se la sacó de los calzoncillos. Yo empecé a pajearle encantado. Pero a la quinta o sexta sacudida comenzó a correrse a lo bestia. No paraba de salir semen a borbotones dejando todo perdido. No me podía creer que ya hubiera terminado, con lo caliente que yo estaba. Tenía la mano completamente blanca de semen y Pedro aún seguía teniendo la polla erecta y palpitante.
- Vaya tío perdona, estaba muy cachondo, la zorra de mi novia me había dejado fatal. – se disculpó Pedro – Voy al baño a limpiarme que estoy perdido, ahora vuelvo.
Se fue al baño con la polla erecta colgando y aún goteando. Me quede en ascuas esperando en el sofá. Tenia la polla a punto de reventar y notaba mis huevos cargados. Entonces miré mi mano llena de semen de Pedro y se me pasó por la cabeza probarlo. En ese momento me calenté tanto que estaba fuera de mí. Me acerqué la mano y olí el semen, tenía un olor fuerte e intenso. En ese momento no lo pensé y pasé mi lengua por mi mano lamiéndolo desde la muñeca hasta la punta del pulgar. Noté como se llenó mi lengua del semen caliente y viscoso, metí la lengua en la boca y note el sabor en mi boca. Tenía un sabor más fuerte que el mío. Me lo tragué y eso me excitó muchísimo, estaba fuera de mí, comencé a lamer los restos de mi mano mientras me pajeaba. Llenaba mi lengua y lo saboreaba al tragarlo. Estaba a punto de llegar al orgasmo cuando algo me interrumpió.
- ¡¿Que coño haces tío?!
Pedro había llegado del baño y estaba de pie en el salón mirándome con los ojos y la boca abierta. En ese momento noté como me ponía rojo y me quede bloqueado. No sabía que decir, me había pillado lamiendo su semen mientras me masturbaba, no tenía excusas.
- ¿Oye te gusta hacer esas guarradas? - me pregunto sorprendido
- Pues… no… - no sabía que decir.
- Joder, ¡haberlo dicho antes!, nos lo podemos pasar muy bien juntos – me dijo sorprendiéndome.
- ¿Qué si? – pregunte sin saber muy bien que quería decir.
- Yo estoy cachondo perdido y a ti te gusta hacer esas guarradas, joder pues ya está, mira como me has puesto – dijo señalándose la polla que la volvía a tener completamente empalmada – quieres lamer un poco de este biberón jajaja.
Dicho esto se acerco a mi y se puso delante mía dejándome su polla a la altura de mi cara. Yo estaba muy caliente, notaba mi polla palpitando y aun notaba el sabor de su semen en mi boca. Estaba deseando de zamparme aquel pollón pero no terminaba de dar el paso. Entonces me puso la mano detrás de mi cabeza y me empujó un poco para animarme. Fue como la señal definitiva, cogí su polla por la base y abriendo bien mi boca me la metí de golpe en la boca, solo llegaba a meterme la mitad de su polla. Comencé a mamarla de arriba a bajo, noté un fuerte sabor a polla en mi boca y notaba que estaba saliendo líquido preseminal de la punta con un saborcillo salado. Ajustaba bien mis labios a su tronco y lo recorría de abajo a arriba, succionándola especialmente la punta que estaba húmeda y sabrosa. Tenía un fuerte sabor a sudor, semen y un poco a orina y eso me volvía loco. Se me hacía la boca agua y eso me servía para lubricar mejor la mamada. Fui a pajearme pero estaba tan excitado que con solo con tocar mi polla estuve a punto de correrme, así que desistí para seguir mamándola en pleno éxtasis.
- Ufff… Aaaahhhhh… - Pedro no dejaba de bufar y jadear, estaba como loco – ¡Que cabrón!... uffff…. ¡Como la chupas! Se ve que no es la primera que te comes…aaaahhhh… ¡Que cerdo estas hecho!
Eso me ponía aún más y notaba que estaba apunto de correrme. Me saque la polla de la boca, estaba grotescamente grande y roja, el glande estaba completamente fuera del prepucio y estaba hinchado, le palpitaba toda la polla y se veían todas las venas. Comencé a lamerle los huevos, tenían pelos pero eso me dio igual, me metí un huevo en mi boca y lo succionaba mientras le pajeaba y le miraba a la cara. Pedro me miraba con los ojos fuera de sus órbitas. Entonces me cogió la cabeza con sus grandes manos y me metió la polla en mi boca y me empezó literalmente a follar la boca. Comenzó a sacar y meter su polla en mi boca mientras jadeaba ruidosamente. Yo intentaba succionar todo el tronco lo mejor que podía y movía mi lengua alrededor de la cabeza de su polla, lo que le volvía loco. Sentirme utilizado así, de una forma tan cerda, me volvía loco de la excitación. Mientras notaba su polla entrando y saliendo de mi boca le mire a la cara, estaba en pleno éxtasis y me miraba. Entonces comenzó a follarme la boca a un ritmo frenético, todos los músculos los tenía tensos, notaba como me cogía la cabeza con fuerza, de la punta de su polla salía cada vez más líquido preseminal que inundaba mi boca y su polla se inflamaba aún más en mi boca.
- Joder…uffff…que boquita tienes…aahh…que puto guarro… aaaaaaaaahhh
Comenzó a correrse en mi boca. Note como mi boca se llenó de un líquido caliente y espeso, y me lo empece a tragar. Se inundó mi boca y nariz del sabor y olor a semen. A penas me daba tiempo a tragármelo así que parte se me escapó por la comisura de los labios. Eso fue demasiado para mí, estaba al borde del orgasmo, me empecé a pajear y solo con tocarme tuve un orgasmo intenso y prolongado. Tras correrme aún tenía la polla de Pedro en la boca, me la saqué, estaba menos erecta y aún salía algo de semen del capullo. Se lo lamí y limpie bien con mi lengua.
- ¡¡¡Joder que rico!!!, me has puesto perdido – dijo señalándome su pierna, al correrme le había llenado toda la pierna– límpiamelo también
Acto seguido me cogió la cabeza y le lo llevo a la zona manchada. Yo obedientemente se lo limpié a lametazos, mi semen tenía un sabor menos fuerte y más dulzón al suyo. Le deje la pierna completamente limpia.
- Jajaja, que cerdo estas hecho, nos lo vamos a pasa muy bien tu y yo – decía mientras se acomodaba en el sofá y se empezaba a vestir
- Si, claro – dije, no sabía muy bien que decir, en ese momento estaba con el remordimiento de haberme comido una polla.
- ¿También te gusta que te den por el culo? – me preguntó de golpe
- ¿Cómo? – me cogió la pregunta por sorpresa
- ¿Qué si te gusta también que te den por el culo o solo comer pollas? – me preguntó sin tapujos
- Pues nunca me han dado por el culo … pero es cuestión de probar – dije sin saber muy bien porque lo decía, pero aquello me estaba volviendo a excitar.
- Perfecto, pues ya iremos probando jajaja
Me fui a mi casa con una mezcla de excitación y remordimiento. Al llegar a mi casa me podía de nuevo la excitación así que cuando llegué a mi habitación comencé de nuevo a masturbarme mientras degustaba aún el sabor de semen en mi boca. Además comencé a meterme un dedo por el culo pensando como encajaría la polla de Pedro por ahí.