Como me cambió la vida mi vecina de 19 años (1)

Mi vida era normal pero a mi vecina Sandra no le parecía bien y quiso hacerme ver que uno puedo pasarlo muy bien cuando encuentra a una verdadera zorrita...

Hace tiempo que no escribo pero a ver si os "entretiene" mi historia... no es una historia real pero si tiene partes que me han pasado.

Llevaba tiempo pensando que las cosas no iban como debían... 28 años y un buen trabajo, pareja, amigos pero nada me llenaba. Vivía en una ciudad del norte con mi pareja. Ella era más joven y muy atractiva: rubia, alta y deportista, en la cama una viciosa aunque fuera parecía una santa. De todas maneras viajaba mucho por motivos laborales y me pasaba largas temporadas solo. Me entretenía el trabajo, los estudios y me dedicaba a seguir una vida normal.

En mi edificio vivía una jovencita de no más de 19 años, morena con pelo largo y ojos claros. No medía más de 1.65 pero tenía un cuerpo de vicio, culo prieto, tetas grandes y lo mejor de todo... vestía muy provocativa y tenía una cara de ángel que me ponía a 1000. Últimamente la veía mucho ya que su madre me pidió que le ayudara con el inglés. Era la típica cría malcriada que todo lo conseguía, con sus padres porque tenían mucho dinero y con los hombres porque la verdad es que era casi una modelo en potencia. Lo pensé pero como me sobraba el tiempo pensé que no pasaba nada si le ayudaba... cuánto me equivocaba.

Me venía a ver tres veces por semana y me ponía enfermo. Minifaldas de escándalo, escotes imposibles, llevaba tan poca ropa que en vez de inglés yo me ponía enfermo cada tarde. Se llamaba Sandra y que yo supiera no tenía novio aunque podría tenerlo sin problemas.

Una de las tardes sonó el timbre, abrí y la miré... una tortura nueva: pantaloncitos apretados, top rojo escotado y sin sujetador... que verdadera zorra tenía que haber detrás de esos labios de jovencita.

  • ¡Hola Sandra! ¿Preparada para la clase?

  • Preparada para lo que haga falta Toni... como siempre. (me guiñó un ojo)

Disimulé como si no pasara nada y entramos, fuimos al comedor como siempre. Se sentó en el suelo y se puso de rodillas mirándome con cara de niña buena.

  • Toni, enséñame algo diferente hoy... ¿como piropearías en inglés? (se hizo la acaramelada y me puso más enfermo)

  • Sandra, tienes exámenes en dos semanas, no es el momento... (mi paquete había crecido)

  • Tengo algo que proponerte, mi madre quiere que cambie de profesor porque no mejoro, pero le puedo convencer si me dejas probar una cosa que me tiene intrigada.

  • ¿A que te refieres?

  • Sabes que soy amiga de tu novia, y siempre me cuenta que la tienes muy grande... ¡déjame verla y jugar un rato!

Aluciné ante lo que oía, la tierna Sandra que me calentaba cada semana quería mi polla... intenté recapacitar esto no era normal. Sería una trampa que hacía con mi novia para ver si era fiel, cosas así no pasan normalmente.

  • Sandra, sabes que quiero a Lucía. ¡No puede ser! Por favor creo que es mejor que te vayas...

Ella me miró con cara de ángel y se puso a 4 patas enseñándome el culito.

  • ¿Me he portado mal? Castígame profe... unos azotes... (se empezó a bajar el pantalón dejándome ver un tanga negro)

  • ¡Sandra por favor! ¡Vete! Sabes que no puede ser...

Estaba una preciosa mujer de 19 años, a 4 patas en tanga enseñándome el culo y esperando a comerme la polla. Ni en mis sueños esperaba estas cosas. Pero pensaba que algo raro había, tampoco soy tan irresistible para que me pasen estas cosas. Intenté pensar como cubrirme las espaldas...

  • Sandra, ¿Hablas en serio?

  • Claro... quiero que me trates mal vecino... (empezó a azotarse el culito suave relamiéndose mientras me miraba)

Saqué mi móvil y mirándole le dije:

  • Sandra solo para que no pasen cosas raras después. Mira a la cámara y di tu nombre, que eres una zorra y que quieres polla como una guarra (así me cubría las espaldas nunca lo contaría si no quería que todos supieran lo zorra que era la tierna vecina del 4o). Me miró, sonrió, sin decir palabra se desnudo por completo, se puso de rodillas y mirando la cámara dijo:

  • Soy Sandra Lluch y soy la vecina más zorra del edificio. Quiero tú polla y quiero comértela ya (mientras lo decía se masajeaba las tetas pellizcándose los pezones). Soy una puta... eres tú un hombre que me dará lo que necesito o simplemente un maricón...

Comprobé que estaba grabado, era mía. Tenía a mi vecina de 19 años desnuda, de rodillas pidiéndome polla. Era una verdadera preciosidad que parecía ser una zorra completa. Pensé en la suerte que tenía y los buenos ratos que parece que iba a disfrutar. Suspiré pensando en mi novia Lucia, la quería pero esto era demasiado para negarme... me levanté bajando mis pantalones. Mi polla de 20 cm. tiesa y dura salió apuntando a la cara de Sandra.

  • Tú lo has querido vecinita... ahora aprenderás a dar placer a un hombre como una verdadera zorra...

(Continuará... si os gusta)

Si alguna chica le excitan los relatos e imaginar situaciones excitantes y morbosas por el msn que me agregue, pasaremos buenos ratos (tuvecinoX@hotmail.com)