Como llegué a ser Alexia (5)
como terminé con Iván e inicie mi aventura con Vanessa
Como llegué a ser Alexia (5)
Al tomar nuevos ánimos volví a moverme lentamente, metiéndolo y sacándolo en forma rítmica. Lo sacaba hasta casi sentir que la cabeza iba a salirse y volvía a metérmelo rápidamente hasta sentir el pubis de Iván en mis nalgas. Así estuve por algún tiempo hasta que llegué a tener otro orgasmo.
Me desmonté, como si hubiera ido cabalgando algún potro salvaje. Y al acariciarme el rodete del ano. Este lo encontré dilatado, tanto que me cabían los 4 dedos de mi mano. Sentí que salí abundante secreción intestinal, por lo que tuve que hacer una toalla sanitaria con papel higiénico del baño y así impedir manchar mis sabanas. Lave los 23 cm. de verga de Iván y así desnuda únicamente con una tanga para detener la toalla sanitaria me quedé dormida abrazándolo.
Así en esa forma Iván me alegro mis tardes y noche. Y pude seguir perfeccionándome en las artes amatorias. Pero como en todo llegó un momento que no me satisfizo esa relación que tenía con una muñecote, en toda la extensión de la palabra. Necesitaba algo más de carne y hueso y sentir los enemas de semen, que tanto me gustaban y me daban una satisfacción extra.
Esperaba con ansias el volver a mi casa y poder contactarme con Vanessa y así me pudiera aconsejar de cómo lograr el objetivo. Primero completar mi transformación a una mujer y después como conseguir un amante o amantes para satisfacer mi loca colita que necesitaba algo de carne viva.
Continué yendo a la facultada con mi ropa interior sexy. Y con mis amigas del parque. Ellas fueron las que me preguntaron que estaba haciendo porque me veían más buena y con el culito más parado. Me hice la inocente y les pregunté que si les parecía eso. Porque yo me sentía igual. Me contestaron en coro que no era cierto que algo había cambiado en mí. Yo riéndome les dije que eran unas mentirosas. Pero me movía de tal manera que vieran la hermosa figura que estaba tomando.
Estas situaciones y otras parecidas me daban ánimo de continuar inyectándome las hormonas femeninas. A pesar de ser dolorosas su aplicaciones y el dolor que me causaba la turgencia de mis pechos. Otra cosa que hizo más pasajero eso fue que al acaríciemelos y apretarlos me empezó a salir leche. Al probarla me excitó sobremanera, ese sabor dulzón. Me hizo fantasear que podría alimentar un niño.
Fui feliz cuando llegaron las vacaciones de invierno y pude acudir a mi casa. Llegue por la tarde al aeropuerto y me recogió un hermano mayor. Me dijo que me notaba algo raro, pero que no sabía que era. Pero no le dio importancia. Ni incluso cuando me abrazó y sintió como unos bultos en la parte superior de mi tórax chocaron con el suyo y lance un leve quejido de dolor.
En la casa de mis padres me instalé en mi recamara y pude sacar de las maletas toda mi ropa sexy y colocarla en mi armario. Sabía que nadie entraría a fisgonear. Así que me sentí segura.
Pase algunos días desesperada debido a que no pude contactarme con Vanessa. Pero después de una semana mi desesperación desapareció. Al acudir al lugar de reunión de las transexuales, al fin la encontré. Iba vestida con una abrigo corto, pelo rubio hasta la altura de los hombros, con una pequeña minifalda y uno mallones negros que dejaban ver unas piernas hermosas, después supe que los utilizaba sin ropa interior, y no llevaba sostén. Por lo que sus inmensos pechos se bamboleaban al caminar, tomando también sus caderas un hermoso ritmo que parecía barco en alta mar.
Me escuchó todas mis dudas. En lugar de contestación me llevó a su departamento y ahí sin hablar me empezó a cepillar mi larga cabellera. Me maquillo cono toda una puta. Y así vestido con ropa de hombre me llevó nuevamente a la calle.
Estábamos en su esquina y se detuvo un auto y me pidió, el chofer, que me acercara a su ventanilla y me dijo que cuanto cobraba. Me asuste y me refugié en los brazos de Vanessa. Esta se rió y le dijo al conductor del auto que no día darle servicio.
Me dijo que causaba buena impresión. Que me imaginara lo que pasaría cuando me vistiera de mujer. Volvimos a su departamento y me desmaquilló. Y me dijo que me esperaba la siguiente noche y que llevara toda la ropa sexy para vestirme como una verdadera vampiresa.
A la siguiente noche, antes de salir, me di un baño con sales de olor y me aplique crema depilatoria y después una crema hidratante perfumada. Con todo ello logre tener un hermoso olor a limpio y de recién bañada. Estuve puntual en el departamento de Vanessa. Volvió a maquillarme como una verdadera puta pero de categoría, a peinarme mi hermosa cabellera. Me vestí con una hermoso conjunto rosa de sostén, tanga hilo dental, liguero y una medias rosas con dibujo de un tono rosa más obscuro. Me puse una minifalda que apenas tapaba mis perfectas nalgas redondas. Y ella me prestó unas botas negras que llegaban hasta las rodillas, con cintas en la parte de atrás. Así salí a buscar mi primer cliente. Y no tardó en aparecer un verdadero adonis que se dirigió directamente hacia mí. Y sin decir palabra me tomó de mi brazo y me dirigió hacia su automóvil.
Con los ojos le pregunté a Vanessa que pasaba? Y de la misma manera me contestó que no desconfiara. Después supe que ella había concertado la cita con ese galán. Que lo conocía desde hacia tiempo y que le había dicho de mis necesidades. Él le dijo que no se preocupara que me satisfacería y me recompensaría según me portara. Y me fui con el hacia una nueva aventura de mi vida
Después continuaré comentando como me fue con mi primer cliente