Como llegue a ser Alexia (21 Final)
el final de esta serie. Se cierra el ciclo de Alexia
Como llegué a ser Alexia (22)
Después de este baño de leche que tuve. Uno, en mi orificio recién estrenado, y los otros dos en los orificios ya conocidos por mí. Procedí a limpiar sus vergas con tremendas mamadas hasta sacarles la última gota. Mientras tanto Vanessa se conformaba con limpiarme mi culo y vagina con su lengua y boca, tragándose todo lo que salía por ellos.
Después los tres adonis descansaron. Platicamos con ellos de lo que había sentido. Nos contestaron que nunca había sentido tanto placer. Que había mejorado en mi actividad sexual que aparte de hermosa hacía muy buen trabajo. Que esperaban que también Vanessa fuera algo extraordinario.
Entonces Vanessa se dispuso a demostrarles lo que había mejorado. Para ello los hizo ponerse de espaldas, en la cama. Y procedió a bailarles una danza muy sexual, moviendo las caderas como si tuviera una verga adentro de la vagina. Esto hizo que nuestros amantes se pusieran con sus vergas muy erectas y muy duras que parecían unos grandes bates de beisbol. Entonces Vanessa, de espaldas a ellos, les acarició sus vergas con sus tremendas nalgas y con el surco que separan sus nalgas comenzó a frotarlas. Como cuando se frotan cuando se ponen las vergas entre los pechos. Esto lo calentó demasiado y la levantaron en vilo arrojándola en la cama. Donde le quitaron el sostén y la tanga y procedieron a mamarle la tetas, la vagina el clítoris y el culito. Esto hizo que Vanessa gritara de placer. Mientras Juanito le mamabas las tetas, Julián le mamaba la vagina y el culito. Ricardo le acariciaba con lascivia todo su cuerpo; mordiéndole los grandes cachetes de sus nalgas, su espalda y cuello. Esto hizo que Vanessa se calentara al máximo. Entonces los tendió de espaldas, en la cama, colocándose a horcajadas en la cabeza de Juanito. Quedándole un acceso fácil hacia su verga; la que procedió a mamar y no sé cómo logró meter la tremenda cabeza de hongo de esa verga erecta, en su boca. La metió toda e inició tremenda mamada. Julián y Ricardo detuvieron lo que estaban haciendo para observar la tremenda proeza. Pero después continuaron con sus besos en cuello y boca. Así como darle tremenda mamada sus pechos grandes y péndulos. Esto no podía durar mucho pues, Vanessa, logro que Juanito tuviera nuevamente una eyaculación abundante. Vanessa se trago toda, sin dejar escapar ni una gota.
Después de esto. Se colocó de frente a la verga de Juanito, entre sus piernas, dejando su tremendo culo al aire. Dejando ver un ojete rosado y una vagina que abría sus labios como una fauces que esperaban una buen verga que comerse. Las mamadas en la verga de Juanito, surtieron efecto, la pusieron erecta y dispuesta a una nueva pelea. Mientras Julián y Ricardo lubricaban con saliva los otros dos orificios. Entonces Juanito se puso de pie, Julián acostado en la cama (de espaldas), y Ricardo hincado apuntado su verga al culito rosado de Vanessa. Así en esta posición procedieron a metérsela. Juanito en la boca, Julián en la vagina y Ricardo en el fundillito apretado. Los tres se la metieron de un solo impulso con lo que hicieron que Vanessa soltara un pujido intenso, que al principio fue de dolor y después fue de placer. Así estuvieron por unos 30 minutos, que a mí me pareció una eternidad. Hasta que se vaciaron en sus tres orificios.
La venida de Juanito casi la ahoga, por la cantidad y por lo profundo que le metió su verga en la garganta. Pero Vanessa sobrevivió al ataque. Entonces procedí a limpiarles las vergas a nuestros tres garañones hasta dejarlas relucientes de limpias. Y a Vanessa le regresé el favor limpiándole con mi lengua y boca la vagina y el ojete. El sabor del semen era distinto ya que estaban mezclados con los sabores de sus secreciones, pero eso no me importó y me los trague todos.
Después de esto. Nos pusimos de pie e iniciamos una danza muy cachonda. Yo desnuda y Vanessa con únicamente el liguero y sus medias negras. Así estuvimos moviendo las caderas. Poniéndonos de espaldas, a ellos, y tratando de tocar nuestros pies con las manos dejándonos ver nuestro culo y nuestros labios mayores y menores. Nos besamos nuestras bocas y cuerpos. Nos mamamos nuestros pechos turgentes hasta ponernos los pezones muy duros. Nos tocamos con los dedos nuestro clítoris y culos. Con estas acciones los tres se volvieron a poner con sus vergas bien paradas. Entonces le dijimos a Ricardo que el nada más vería como me cogía a mi Julián y a Vanessa Juanito. Estuvo de acuerdo diciendo que se haría una buena paja mientras observaba. La inició sin haber empezado nosotras a coger.
Juanito, inició metiéndole la vergota cabezona en la boca a Vanessa. La que se prendió a ella queriéndole sacar no nada más su leche sino que también los huevos. Después de ellos, y de chuparle los huevos. Juanito procedió a metérsela por la vagina. Primero lentamente hasta llegar con sus vellos del pubis al pubis de ella. Después la sacaba y la metía a gran velocidad, después lentamente la sacaba y la metía. Después la puso en cuatro patas y procedió a metérsela por el culito. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para vencer esos esfínteres. Pero al fin logró meterla hasta tocar con su pubis su ojete. También al principio la metía lentamente, mientras lograba dilatarle el ojete y después era con grandes envestidas. Metiéndole toda la verga en su recto hasta sus intestinos. Así estuvo mucho tiempo hasta que eyaculo abundante semen invadiendo sus intestinos con aquel líquido lechoso y espeso que les origino un gran placer a ambos. Mientras estuvieron con este acto tan maravillosamente culminado. No dejaron de proferirse gritos, insultos y quejidos de placer.
Mientras esto sucedía con Vanessa y Juanito. Julián y yo procedimos a hacer lo nuestros. Primero me beso todo mi cuerpo y boca. Después procedió a mamarme todo lo que puso: pechos, clítoris vagina y culo. Metiéndome su lengua en lo más profundo de mí ser. Haciendo que tuviera sensaciones muy placenteras, pero también que nunca antes había sentido. Después me hizo que le diera una tremenda mamada, que por más me esforcé logré únicamente sacarle liquido preseminal que bebí lo más que pude. Después me procedió a meter su verga chata en mi vagina, pero que previamente me había acariciado, con ella, mi clítoris. Haciendo que gritara de placer. Me introdujo su verga lentamente hasta llegar con su pubis a la V de mis vellos púbicos. Sentía como mi carne iba cediendo poco apoco al empuje de esa lanza de carne y lograba cubrirla como un guante. Mi gozo fue tremendo, sentía que tenía un viaje redondo al séptimo cielo, que iba y regresaba. Y cada vez que sucedía esto mi gozo era mayor. Hasta que exploté en un gran orgasmo que nunca había sentido en mi vida. Y poco después sentí las contracciones de la verga de Julián y como esta se vaciaba dentro de mí con grandes chorros se semen caliente.
Se quedó con su verga dentro de mí hasta que perdió su erección y sola salió. Me beso, me acarició delicadamente y me dijo palabras de amor como nunca me había dicho. Mientras tanto Ricardo, con permiso de Juanito, le acercó su verga a Vanessa para que se la mamara y hacerlo tener la más grande venida de su vida que Vanessa no pudo tragarla completamente. Se le escapó de la boca y goteaba por las comisuras de sus labios. Vanessa en forma comedida se la siguió mamando hasta no que dejó de salir ese semen con sabor a frutas.
Por la mañana al despertar, Vanessa y yo, salimos sigilosamente del departamento. Dejándoles una nota que decía lo feliz que nos habían hecho y que jamás podríamos olvidarlos, que no nos buscaran que nuestro destino era otro y que probablemente jamás podríamos volvernos a ver.
Llegamos al penthouse nos bañamos y esperamos la llegada de Roberto. Este nos llevó a la cita con nuestro destino. Ahora estoy en una mansión en España, casada con un gran personaje de las finanzas. Viviendo a todo lujo. Con grandes compromisos sociales. Que me han dado tiempo para narrarles parte de mi vida y la de Vanessa. Con ella sigo en contacto por medio de internet. Utilizando la tecnología, atreves de la web Cam. Seguimos siendo grandes amigas que nos contamos nuestros secretos más íntimos. En algunas veces nos acordamos, con nostalgia, de nuestras aventuras con los tres mosqueteros, que en lugar de espada tenía unas grandes vergas que nos hicieron muy felices.
Nuestros maridos no se han quedado atrás, pues ellos están bien armados y no le piden nada a la verga de Juanito. Ni en tamaño, ni en la forma de su cabeza, ni en el sabor de su semen (que es delicioso). Además con una potencia de unos sementales.
Así que tenemos amor, dinero y una vida sexual plena. Que más se puede pedir a la vida. Bueno hijos, pero esos serán adoptados para lograr mi meta ser toda una mujer .
No me despido, sino que les digo hasta luego.
Besitos, Alexia.