Como llegué a ser Alexia (2)

Continuaré contando como llegue a ser Alexia

Como llegué a ser Alexia (2)

Después de haber faltado al desfile de novatos. Acudí a la facultad al siguiente día y como no traía el salvoconducto. Al término de las clases me tocó que me pelaran a rape. Llegue al departamento hecho un mar de lágrimas. Pero me repuse después de un buen baño de tina con sales aromáticas.

Al salir me puse una crema depilante en las piernas y en mi pubis para quitar todo rastro de vellos en mi cuerpo. Y luego una crema hidratante para que mi piel quedara suavecita al extremo. Luego me maquille ligeramente los ojos y la boca. Me puse mi peluca rubia y me cubrí con mi bata preferida. Tan delgada como gasa, de color negro transparente que no dejaba nada a la imaginación. Me calce unas sandalias sin tacón y con unas cintas que se enredaban desde los tobillos hasta las pantorrillas. Y me puse a pensar como si fuera una empresa. Con metas a mediano y largo plazo.

Primero llegué a la primera meta: transformarme en toda una mujer ya que no soportaba la idea de hacer mi papel de hombre y había visto que el gozo para mi estaba en mi colita y no en el pene; pues no me acordaba cuando me había masturbado la última vez y si había sentido un orgasmo al eyacular.

Para iniciar con esta primera meta haría ejercicio para aumentar y endurecer mi colita. Utilizaría una depilación permanente en piernas, brazos y cara. El resto lo depilaría con cera líquida (aunque me doliera un poco).

Después iniciaría a tomar hormonas femeninas y otras para tener una castración hormonal (como la que se les aplica a los violadores en algunos países). Pero aquí inició mi primer problema donde? y cómo? las conseguiría. Para ello me puse a buscar en internet y encontré que en algunos portales vendían hormonas sexuales femeninas, pero no para disminuir la producción de mis hormonas masculina. Pero había tiempo para todo. Esto era el inicio.

El siguiente paso de la primera meta era saber actuar como una mujer. Para ello pensé que pudiera comprar una cámara de video y al grabarme podría corregir mis defectos.

Los otros siguientes pasos sería ampliar mi guardarropa con ropa interior, medias, pantimedias, ligueros, vestidos, faldas, blusas.

Así se me paso el tiempo, hasta que me quede dormida. El siguiente día, como los siguientes hasta terminar el semestre, acudía a la facultad.

En la casa durante esos días continué con mi plan. Los ejercicios me hicieron verme con más redondeces en mis nalgas. Ya tenía menos vello en mi pubis y en mis axilas. Lo que no me había decidido era a tomar las hormonas, pues quería que un médico me asesorara.

Practique delante de la cámara de video e intente corregir ciertas fallas que tenía. Practiqué con sandalias de tacón alto y plataforma. Con zapatos de tacón de aguja. Caminado lento rápido y en ocasiones trotando.

Tome un curso de maquillaje por internet, que me fue muy útil, me permitió hacer algunos cambios y no verme en ocasiones como puta barata. Además pude aplicar tintes en mi nuevo cabello que estaba saliendo.

Todo eso me dio seguridad. Entonces inicié a acudir a la facultad con ropa interior de mujer como son tangas, pantimedias, sostén como el que usan las mujeres al hacer ejercicio. En otras ocasiones me llevaba puesto un liguero con medias negras, tanga del mismo color y el sostén deportivo. Esto lo hacía cuando utilizaba un conjunto deportivo para hacer deporte, pantalonera y sudadera.

Empecé a salir más con mis amigas del parque. Y como varias de ellas jugaban baloncesto. Pues no se hacía notar mi estatura. Además de ser tan altas usaban sandalias de plataforma o zapatos de tacón alto. Con ellas platicaba y llevaba a la práctica lo que había aprendido.

Cuando me estaba volviendo una experta. Llegaron las vacaciones. Tuve que ir a la casa de mis padres. No tenía ropa interior de hombre y alguna ropa era de las que llaman unisex. Así que compre algunas, cosas unos jeans y el resto de ropa fue, la que tenía, de mujer.

Dos meses de vacaciones sin poder maquillarme, dormir con mis camisones y ponerme mi ropita coqueta durante el día fue un suplicio. Pero como no ya mal que dure cien años. Mi suerte empezó a cambiar.

A fines de mis vacaciones y al estar en una cafetería, de mi ciudad, recibí la mejor de las sorpresas. Vi, una cara que nuca podría olvidar, a Juanito. Pero el gozo se me vino abajo. Pues, iba con una mujer que después supe que era su esposa. Estaba recién casado había ido a comprar cosas para su casa. Se hicieron las presentaciones, como lo indica la etiqueta. Me presentó como su mejor amigo.

Ella era una rubia insípida, que se le veía a leguas como era satisfecha por Juanito. Ya lo creo con tamaño pollón que recibía cada noche o cuando lo deseara. Con caderas pequeñas, pero unos pechos inmensos y unas piernas torneadas, y con un bronceado perfecto. Me sentí celosa y actué tan descortés, que Juanito me llamó la atención.

Lo que me conformó es que me dijo que quería platicar conmigo, y ya que su esposa se iría con su mamá de compras pues podríamos hacerlo. Me citó en el mismo café a las nueve de la mañana.

Esa noche no pude dormir de la emoción y de lo caliente que estaba. Por la mañana, me levante a las seis de la mañana y me bañé con calma, me depile completo. Me puse varios enemas para limpiar completamente mi intestino. Me vestí con un conjunto deportivo, unisex. Sin nada abajo. Y en una maleta puse todas mis cosas. Desde maquillaje, hasta mis tanguitas y mi pelucas, medias, panty, lo que no pude llevar eran mis pechos postizos.

Llegue primero que él. El pidió un desayuno completo yo únicamente pude tomar un café y jugo. La emoción me dejó sin apetito. Y casi se me cae el cielo cuando me pidió que fuéramos a otra parte donde estuviéramos solos, sin tato público.

No fuimos a un hotel, donde se registro rápido y subimos a nuestro cuarto. Cuando llegamos me dijo lo que me había extrañado y que su mujer no lo satisfacía completamente ya que no tenía lo que a mí me sobraba, que era un buen culo parado y que además ella no quería ser penetrada por detrás. Como a él le gustaba. Me dio un largo beso y su lengua me demostró el fuego que llevaba tanto tiempo reprimido.

Entonces le dije que se esperara un poco que le tenía preparada una sorpresa y que cuando le dijera que cerrara los ojos. Me metía al baño e inicié mi transformación. Me di un duchazo, me seque rápido y me maquille lo mejor que había aprendido. Con un maquillaje para noche. Me puse la peluca, medias negras, con un liguero negro de encaje, una tanga con un hilo dental lo más delgado que había, para que así se pudiera mi culo verse en todo su esplendor. De color negro y encaje. Un sostén copa A, pero con una tela adhesiva me jale los pechos y los realcé, una blusa transparente y una ultra minifalda que a cada paso dejaba ver mi cola parada, bien trabajada.

Así salí, pero antes le dije que cerrara los ojos. Al verlo desnudo, acostado de espaldas a la cama masturbando aquel animal tan cabezón y completamente erecto, casi me voy de espaldas. Cuando le dije que abriera los ojos, estaba delante del él, y dejó salir un grito desde los más dentro de su ser. De aprobación y de de deseo. Si no hubiera estado acostado se hubiera caído. Me dijo que hermosa me veía, que estaba mejor que su mujer. Que era toda una hembra.

Le contesté que todo esto lo había hecho por él. Que me tomara que era suya. Que podía hacer todo lo que el deseará.