Como llegué a ser Alexia (18)

Lo que sucedió al llegar a la departamente Julián, Ricardo, Vanessa y yo.

Como llegué a ser Alexia (18)

Al entrar al departamento ya me encontraba desnuda, únicamente con las medias y el liguero. Las botas prácticamente me habían sido arrancadas. Y al voltear a ver a Vanessa, vi como Ricardo le quitaba la faja y la dejaba completamente desnuda. En esta forma nos llevaron hasta la recamara. Donde tanto Julián como Ricardo se pusieron a acariciar besar y chupar los pechos de Vanessa con intensa pasión. Mientras uno la besaba, el otro le mamaba los pechos y con las manos, que tenía desocupadas, se retiraron sus ropas. Entonces vi que los dos tenían sus vergas paradas y gruesas como si fueran astas banderas y sus cabezas se veían más grandes y chatas. Además escurría abundante líquido preseminal.

Entonces sin ser invitada. Inicie a mamarles sus cabezotas para que no se desperdiciara ni una gota de ese líquido que estaba saliendo. Continuaron con su tarea de poner más caliente a Vanessa. Pues uno mientras le metía su lengua en su vagina el otro le metía su lengua en su culito. El que le mamaba su vagina le estaba acariciando sus tetas y el que le mamaba su ojete le acariciaba los cachetotes de sus nalgas. Lo hacía indistintamente, a veces Julián estaba atacando por el frente y veces Ricardo estaba por la retaguardia. Intercambiando posiciones. Y yo aprovechaba el tiempo mamándole la verga a uno o al otro dependiendo de su posición.

Después de un tiempo, Ricardo, se tumbó de espaldas y tomo entre sus brazos a Vanessa y la sentó sobre su polla. Poco a poco se la fue metiendo en su vagina. Vanessa estaba delirando de placer y gritaba que se la metiera hasta los huevos, que no quería que quedara nada a fuera. Ricardo le cumplió su deseo empujando con fuerza hasta que entró, esa polla tan grande como unos 23 cm. y con una cabezota chata de aproximadamente 8 cm. de diámetro, hasta el pubis. Con lo que le hizo dar un gritó de placer y dolor. Entonces procedió a meterla y sacarla muy despacio.

En eso estaban cuando, Julián al que le estaba dando una soberana mamada, me retiró. Y se colocó por detrás de Vanessa. Le empezó a mamar su culito y a meterle su lengua en el ojete y después procedió a meterle uno, dos, tres y hasta los cuatro dedos de su mano derecha. Dejándola bien dilatada. Le lubricó el culo con abundante saliva, que fue la de él y la ayuda que le di yo. Luego por último le di otra mamada, en parte por gusto y en parte para lubricarle la verga y tuviera menos dificultad. Entonces procedió a metérsela por el culo. Observé de cerca como se dilataba el ojete, y desaparecían las arrugas hasta ponerse liso. Como batalló para pasar el primer escollo y como hizo, que Vanessa, que lazara un grito. Que no sé si fue de placer o de triunfo, porque no se oyó como de dolor.

Después empezaron, Julián y Ricardo, a meter sus vergas y sacarlas lentamente de las dos cuevitas de placer. Primero lentamente y después más rápido y profundo. Haciendo que Vanessa casi se desmaye de placer. Les gritaba que la partieran en dos, que se la metieran hasta los huevos, que empujaran más fuerte, que eran sus machos que hicieran con ella lo que quisieran. Y ellos le contestaban que era su puta, que era una zorra, una come vergas, que era la mujer más caliente que habían conocido.

Así estuvieron un rato hasta que estallaron sus vergas, dentro de su vagina e intestinos, con salida de abundante líquido seminal. Lo supe porque cerraban sus ojos, o los entornaban y de sus gargantas escapó un bramido como de macho que estaba llegando al éxtasis. Pero continuaron atacando sus dos preciosos hoyitos de placer hasta que quedaron sus vergas fláccidas y colgando. Y solas salieron de esos orificios. Descargando aun gotas de semen. Por lo que procedí muy solicita a mamárselas para dejárselas muy limpias y a la vez probar ese semen con sabor tan delicioso.

Hicieron a un lado a Vanessa y me acostaron de espaldas, en la cama. Entonces Vanessa se puso a horcajadas encima de mi cabeza. Quedando sus orificios, vagina y culito, a nivel de mi boca. Y luego generosamente me compartió el semen que salía. Yo me lo trague golosamente hasta la última gota. Y luego le metí mi lengua en su vagina y culito para lograr extraer la mayor cantidad posible. En eso estábamos, entretenidas, cuando siento nuevamente sus cabezas chatas, de esas vergotas, en mi cara. Con las que me acariciaban la cara y sentía como se ponían erectas, nuevamente, así que le ayudé con una buena mamada para que la erección fuera a su máxima expresión.

Entonces me quitaron de mi posición privilegiada. Julián se coloco de espaldas a la cama y colocaron a Vanessa en posición para que cabalgara ahora Julián. Quedó su grupa en todo lo alto. En esa posición se veía precioso ese culote de Vanessa. Lo observé y no le encontré ningún defecto su piel se veía tersa, sin datos de celulitis, no había señales de cicatrices. Más abajo se veían sus labios mayores y menores, y la entrada cerrada de su vagina. Por más que le busqué una señal de cicatriz no encontré ninguna. Le habían hecho un gran trabajo. Ese cirujano plástico era un verdadero profesional.

Entonces procedí a mamarselos. Le pasé mi lengua por sus dos orificios. Lubricándoselos con abundante saliva. Mientras Julián le metía su verga por la vagina, yo me dedicaba a mamarle la verga a Ricardo. Hasta dejársela tan parada y tan gruesa que no me cupo en la boca. Entonces Ricardo procedió a meterle tan tremenda polla en su culito, que se veía tan cerrado, que parecía una verdadera proeza lograr siquiera que le entrara la punta. Pero Ricardo se aplicó bien y después de un buen rato de empujones y gritos de dolor de Vanessa logró atravesar el primer esfínter del ano, que es el voluntario. Ahora venía lo más difícil pasar el segundo esfínter, que es involuntario. Lo hizo con un movimiento magistral, utilizando su manos, empujo su pene hacía abajo y después hacia arriba, como anclándolo en su esfínter y es esa maniobra logró pasar el último escollo. Pero este movimiento parece que le causó mucho dolor a Vanessa porque dejo escapar un grito aterrador. Pero momentos después ya estaba siendo cabalgada con ese doble placer que es tener una verga en su culo y otra en su vagina.

Los movimientos, tanto de Julián y Ricardo, fueron muy lentos. Casi en cámara lenta. Así me permitieron ser una espectadora con una posición privilegiada. Pero yo no quería ser nada más espectadora, quería ser una protagonista en esta cogida magistral. Así que me puse a un lado de la cola de Vanessa, hincada, y cada vez que salía la verga de Ricardo; del culo de Vanessa, le daba una pasada con mi lengua. Lo que excitaba a Ricardo y a la vez permitía una lubricada extra.

Así estuvieron, cogiéndose a Vanessa, por un rato largo. Mientras decían palabras altisonantes y Vanessa exigiendo que se la metieran lo más profundo que pudieran. Ricardo le preguntaba que quien era y ella contestaba con una voz ronca que era su puta, su perra, que él era su amo. Que la partiera con esa vergota, que se la metiera toda que no le dejara nada afuera porque entonces se la cortaría. Que la llenara de su semen, que la llenara de lechita caliente. Así estaban cuando Ricardo saca su verga y con un movimiento, más de malabarista que de amante, me logra meter toda la cabezota chata de su verga en mi boca y empiezó a bombear hasta la salida de una eyaculación larga, prolongada y abundante que casi me ahoga.

Mientras tanto, Vanessa, presentaba un orgasmo prolongado, soltando una especie de gruñido y bufido. Después un grito prolongado, que Julián ahogo con un beso prolongado. Mientras tanto yo seguía mamando la magnífica verga de Ricardo. Hasta obtener la última gota de su lechita caliente con sabor a frutas. Se desplomó Ricardo a un lado mío quedando agotado y sin moverse. Mientras Julián continuaba metiéndole y sacándola, su verga, rápidamente en la vagina de Vanessa. Entonces me puse a horcajadas y de espalda a Vanessa, dejando mi culo a nivel de la boca de Julián. Entendiendo él lo que quería inició a darme una verdadera cogida con su lengua. Que hizo que llegara a tener un orgasmo.

Mientras tanto él depositaba su semen en la vagina, de Vanessa, la que se puso rígida y temblando apretando firmemente la verga de Julián. Esto le aumento el placer, aumentando orgasmo. Así como también el placer de Vanessa aumento, teniendo una respiración ruidosa, casi convulsionando y con la cara roja y los ojos inyectados cayendo sobre el pecho de Julián quedándose inerme después de tremendo orgasmo. Mientras yo me quitaba de la cara de Julián la cual tenía una expresión de felicidad inmensa. También me quede acostada, a un lado de él, inerme. Así los 4 nos quedamos dormidos...

Esta historia continuará