Como llegué a Alexia (21)
Lo que nos sucedió después de haber salido de la clinica, a Vanessa y a mí
Como llegué a ser Alexia (21)
Después de haber estado6 meses en la clínica. Llevando un plan de dieta ejercicios y hormonas femeninas. Al fin el médico que me atendía se quedó satisfecho de su obra. Había quedado como una mujer muy bella, en toda la extensión de la palabra. Con una cara hermosa sin ningún atisbo de vello ni arrugas. Un cuello delgado y estilizado. Un cuerpo con unos pechos espectaculares, con grandes pezones y areolas obscuras que contrastaban con mi piel blanca. Un abdomen plano y elástico que daba inicio a unas caderas y nalgas de ensueño, grandes, carnosas y con una piel suave sin señales de celulitis. Con los ejercicios se me tornearon los muslos y las piernas. Los pies quedaron bellos con unos dedos delgados sin datos de callosidades.
En una palabra mi cuerpo podía competir con cualquier grupo de mujeres hermosas y quedaba entre las primeras. Mi voz tomó características femeninas. Mi porte y andar eran de una mujer elegante y de mucho mundo. Al caminar movía mis caderas en forma sensual haciendo que se bambolearan mis nalgas y pechos. Haciendo parecer que estaba ejecutando una danza de la fertilidad.
También, Vanessa tuvo cambios sensacionales. Su parecido con una vedette puertorriqueña era sensacional. Y considero incluso que la sobrepasaba. Ahora su voz era femenina y bien entonada. Con lo que llegó a cantar casi como artista profesional. Sus nalgas eran más grandes que las mías, pero quedaron proporcionales para su cuerpo. Pues ella era más robusta. Los pechos grandes que con el peso colgaban en forma muy sensual. Al caminar hacía que se moviera su culo y pechos en forma estupendamente sexual.
Así en esa forma nos dieron de alta de la clínica. Al salir estaba un automóvil tipo limosina esperándonos. Nos llevo al aeropuerto. Donde causamos sensación, incluso algunos no confundieron con unas modelos. Íbamos vestidas en forma casual, con sandalias de plataforma, con unas mallas muy ajustadas y casi transparentes. La mía de color rosa y la de Vanessa de color negro. Con blusas que parecían sostenes, con escotes profundos y sin espalda, que cubrían en parte nuestros grandes senos. Con unas pañoletas en la cabeza y grandes lentes obscuros. Así como una legión de maletas donde traíamos nuestros nuevos guardarropas.
Al llegar a nuestro destino, nos llevaron a un departamento, que era un pent-house. Ahí nos estaba esperando Roberto. Antes de desempacar nos dijo que ya tenía preparado todo. Que estaba comprometida con un hombre de negocios holandés y que pronto me casaría con él. Que me llevaría a vivir a Europa. Vanessa estaba comprometida con un millonario venezolano y que también a más tardar se casaría en 1 mes. No nos permitió el derecho de réplica. Que ese era su negocio de casamentero y que era a pedido como él trabajaba. Que lo disculpáramos pero era un negocio. Que ese departamento sería nuestro hogar y que no podríamos salir, que estaríamos vigiladas día y noche. Nos quitó nuestros teléfonos móviles. Pero fuimos lo suficientemente precavidas para haberle quitado el chip y guardado en un lugar seguro. El tiró los teléfonos móviles sin haberlos revisado.
Estuvimos una semana sin poder salir del dichoso pent-house. Pero a la siguiente semana ya pudimos salir por una pequeña ventana. Fue difícil porque salir nuestro cuerpo pero el culo se atoraba. Pero como para todo hay mana. Lo difícil fue conseguir un celular. Bueno difícil porque a dónde íbamos había puras mujeres atendiendo el negocio. Y nos otras íbamos a pagar con tarjeta cuerpomatico. Al fin conseguimos un negocio donde era atendido. Entonces pagamos con una buena mamada, que ni gozamos que fue como quien dice burocrática.
Ya con nuestros móviles a los primeros que llamamos fue a Julián y Ricardo. Y yo llamé a Juanito. Para hacer una fiesta de bienvenida. Quedamos de acuerdo en vernos en mi antiguo departamento un sábado por la noche. Ellos querían que fuéramos a bailar, pero el miedo de que alguien nos viera nos hizo desistir de esa idea.
El sábado nos vestimos con unos vestidos de seda, sueltos y escotados por enfrente y por detrás. Como nos habíamos acostumbrado a estar siempre sin ropa interior. Únicamente me puse unas pantimedias de color rosa, muy transparentes que no dejaba nada a la imaginación y un sostén también rosa de media copa que dejaba mis pezones y areolas al aire. Ya no usaba tangas debido a que no había nada que contener. Aparte traía una depilación que me gustaba mucho con una V que apuntaba hacia el clítoris que ahora lucía. Vanessa se puso un sostén de copa completa, pero tan transparente que parecía que no llevaba nada, así como una tanga minúscula que apenas cubría su sexo y un liguero con medias negras. Las dos con unas sandalias de plataforma que nos hacía vernos muy altas y nos paraban mas ese culo hermoso que portábamos.
Salimos del departamento, desnudas, nos vestimos en el pasillo del edificio de departamentos y salimos bajando las escaleras. Al llegar a mi antiguo departamento me asaltó una duda, como íbamos a entrar. Entonces me dijo Vanessa que ella había estado pagando lo del alquiler. Así entramos y ya nos sentimos nuevamente en casa. Con todas nuestras cosas. Entonces nos maquillamos en forma exagerada, pero sin llegar a lo grotesco. Era un maquillaje para salir de noche. Preparamos una cena y esperamos a nuestros amores. El primero en llegar fue Juanito. Que por la cara que puso creo que pensó que se había equivocado de departamento. No me reconoció. Tuve que recordarle lo que había pasado hacía bastante tiempo en esas vacaciones en la montaña cuando me había quitado mi virginidad. Hasta entonces supo que era yo.
Después de tomarnos unas copas y estar platicando de recuerdos. Llegaron Julián y Ricardo. Se sorprendieron del gran cambio que teníamos. Nos hicieron dar varias vueltas y que nos subiéramos el vestido para recrear su vista. Después la cosa se puso un poco bronca, porque sintieron celos de Juanito. Pero eso se aclaró. Entonces les dijimos que si deseaban cenar y nos contestaron al unísono que nos iban a cenar. Así que pasamos a la recamara los 5. Ellos en un santiamén se desvistieron, pero los mandamos a darse un buen baño, y nostras nos quedamos sin vestido. Al salir los tres se acostaron en la cama y entonces los secamos.
Pero dejamos eso al observar que los tres tenían ya sus vergas casi a su máxima erección. Tuve la oportunidad de ver las características de cada una de ellas: Juanito se llevo el premio mayor ya que en lo grueso y largo, así como en la forma de su cabeza (que parecía un hongo) les ganaba. Pero el resto tenían los suyo, pues en lo grueso podían competir con la de Juanito, pero no tanto en lo largo (aunque eran unos centímetros menores) y francamente en lo que respecta en la cabeza sus vergas si perdían con la de Juanito, pues las de ellos eran chatas. Lo único que faltaba era saber cómo iban a mover esas vergas.
Después de estas observaciones. Procedimos, Vanessa y yo, a iniciar nuestra labor. Las chupamos como paletas. Las besamos, las mordimos y luego pasamos a metérnosla en la boca. Primero una y después pasábamos a la siguiente. Así únicamente uno tenía que esperar un momento mientras se la mamábamos a los otros dos. Así nos rotamos hasta se las pusimos tan duras y erectas que parecían que iban a explotar. A los tres les empezó a salir líquido preseminal, así que fuimos catando a cada uno por turno. A mí me gusto más la de Julián y a Vanessa la de Juanito.
Entonces Vanessa propuso que los tres nos cogieran a cada una, primero a mí y después a ella. Y que según nuestros gustos era el que iba a terminar en neutra boca. Entonces Ricardo se sentó en el sillón, quedando su espalda en el sillón y su culo casi en el aire. Yo me coloque sentada, de frente a su cara. Tuvo dificultad para meterla, aunque ya estaba lubricada, por lo estrecho. Cuando al fin la metió me hizo gritar y gemir de placer. Mientras tanto Juanito me estaba mamando mi ojete hasta que lo dilató lo suficiente y procedió a encularme. Lo hizo con tanto cuidado que el dolor fue mínimo y el gozo máximo. Ricardo dejó de moverse hasta que estuviera con toda la verga de Juanito en mis intestinos. Entonces iniciaron un movimiento rítmico metiendo y sacando sus vergas con lo que me hicieron gritar gemir y pedir más verga. Entonces, de pie, aun lado mío se puso Julián dándome una cogía por la boca. Así estuvimos un tiempo prolongado. Ellos no querían dejar salir su semen y yo no quería que aun me lo entregaran.
Así continuamos, yo teniendo, al principio un orgasmo largo que hizo temblar mi cuerpo. Después tuve unos más cortos, pero seguidos. Estos me hicieron gritar de placer. El primero que me inundo con su leche y estrenando mi nuevo hoyito, fue Ricardo. Me lleno de abundante leche, haciéndome tener una nueva sensación, sentir inundada mi vagina. Después fue Juanito el que me regaló con abundante leche, llenado mis intestinos. Por último, después de una maravillosa cogida en mi boca, fue Julián que hizo que me atragantara con la cantidad de leche sabor a vainilla con lo que lleno mi boca y garganta en donde sentí como golpeaban los chorros.
Esta historia continuará . Y les daré a última entrega de cómo me convertí en Alexia